Quince
Quince
Quince
PARA
QUINCEAÑERAS
INTRODUCCION
Definición:
CIC No. 1670: Los Sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los
sacramentos, pero por la oración de la Iglesia disponen a cooperar con ella.
CIC No. 1671: Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la
mesa, de objetos, de lugares).
En estas cinco sesiones, se presentan de una forma básica, algunas de las 15 Metas para la Diócesis y
se introducen de una forma brece los Tres Procesos, a decir: El llamado a la Santidad, La Iniciación
Cristiana y la Renovación Litúrgica. Además, se le ayuda a la quinceañera y a su familia a reconocer
en esta celebración un evento de Evangelización.
Objetivo:
CIC# 1700 La dignidad de la
A. Que la quinceañera descubra el origen de la celebración de los quince persona humana está
años y se familiarice con el significado de los objetos paralitúrgicos o enraizada en su creación a
símbolos. imagen y semejanza de Dios.
Desarrollo
I. Oración Inicial Santa María de los 15 años
(Se les pide a las participantes que lean en voz alta, la oración, despacio y tratando de comprender el
significado de las palabras).
II. EXPLICACIÓN
La tradición mexicana de la celebración de los “Quine Años” de los adolescentes indígenas, se
remonta a las antiguas costumbres de los toltecas y los mayas. La tradición era que el muchacho de
la tribu no se consideraba como hombre, sino hasta que alcanzaba la edad de los 15 años.
De igual manera sucedía con la jovencita adolescente, pues, tan pronto como se desarrollaba
físicamente para hacerse mujer, también era presentada a la comunidad tribal. A ella se le miró como
una fuerza vital de la tribu, debido a que podría llegar a ser madre.
Singular fue entre los Nahoas del Noreste mexicano, el enseñar a los varoncitos el sentido y valor
del trabajo; pero ponían especial cuidado en conservar el PUDOR DE SUS DONCELLAS y su
respeto filial. Andaban con el cuerpo cubierto, y en las tribus de los indios Pimas y Yumas de la
antigua Sonora (hoy Arizona, USA) y de los Cocopas de la Baja California, usaban, pendiente en el
cuello, una hermosa concha. Como señal de SU ESTADO DE VIRGENES. Y no se la quitaban hasta
el día de su matrimonio, en el que se la entregaban a su esposo. La doncella que no llegaba PURA al
matrimonio era repudiada con ignominia.
Además, los españoles, encontraron entre esos indios, un gran respeto a la mujer. Pues cuenta uno
de los misioneros que acompañaban al Padre Kino, “que era de ver con que SEGURIDAD
caminaban las mujeres doncellas por el campo y los caminos, sin que nadie las ofendiese: y agregaba
candorosamente, que acaso no lo pudieran hacer, con tanta seguridad, las doncellas, en algunas
tierras de cristianos.”
Por esta costumbre, la “Quinceañera” ya no era tratada como niña, sino como una adolescente QUE
SE VA HACIENDO MUJER.
Es por lo tanto importante que, en el proceso de maduración, que la joven comienza, se concientice
de sus deberes con su familia, con su comunidad parroquial y con la sociedad.
A) Deberes para con su familia: La joven que valora los lazos familiares debe asegurarse de que
en la medida que va madurando, se canalicen sus energías y su entusiasmo hacia una meta fija. Ella
debe buscar, por todos los medios, medidas que le ayuden a fortalecer los lazos de cariño que la une
a su familia porque: “las familias nos agrupan a todos los seres por lazos de consanguinidad, a la
misma vez somos un bien para la humanidad entera, es decir, somos un bien universal; y porque no
estamos solos en el mundo, se requiere una organización social capaz de proveer a las necesidades de
los hombres, como la alimentación, la salud, la educación (GS 84,2.)” (Ver texto 16 Metas pg. 111.)
Por lo tanto, es deber de la joven, velar para que en su hogar se respire un ambiente de hermandad y
de justicia, se practique la caridad y se viva en el amor a Cristo, amor que se fortalece a través de la
oración diaria y la Celebración Eucarística.
La quinceañera, como hija de Dios y miembro de una familia es colaboradora con Cristo en la
propagación del Reino. Esta propagación la logra estando siempre agradecida y siendo fiel a sus
padres, hermanos y hermanas, a sus amigos, a los que la ayudan, a sus maestros y familiares. De
igual manera respeta y colabora con sus compañeros de trabajo brindando su experiencia y
conocimiento (Ver Texto 16 Metas pg.
108.)
B) Deberes para con su comunidad parroquial: “Como personas y como Iglesia somos
diferentes. Como personas porque cada uno de nosotros tiene una serie de dones y de gracias que
Dios ha dispuesto para nuestro propio provecho, pero sobre todo para provecho de los demás (Texto
16 Metas pg. 110.)” Es por esto que es deber de la jovencita el preocuparse por utilizar sus talentos,
sus dones y su tiempo en beneficio de su comunidad parroquial a fin de que pueda madurar en la
virtud del bien.
Una vez que la joven se da cuenta de que su vida tiene valor y que hay que darle sentido, ella misma
se convencerá de que la celebración de sus quince años es tomada, popularmente, como la
presentación de la que deja de ser niña, para irse convirtiendo en persona social y eclesialmente, en
la mujer sabia y responsable. Y que viene a DAR GRACIAS a Dios de su nacimiento a la vida y la
fe.
Con el fin de demostrar la importancia religiosa, los católicos mexicanos celebran esta costumbre,
dándole un énfasis especial a la toma de conciencia y de sensibilidad de la jovencita, a fin de que se
preocupe para continuar su educación y su IDENTIDAD, en los valores e intereses y en los desafíos
a los que su comunidad eclesial tiene que enfrentarse en este angustiado, pero maravilloso siglo XXI.
III. ANÁLISIS
Preguntas con respuestas abiertas.
1. ¿Crees tú que es importante el que una jovencita de tu edad se mantenga virgen? ¿Por qué?
2. Ahora que ya sabes el origen de la celebración de los quince años… ¿Cuál crees tú que es el reto
para ti? ¿Cómo debes de celebrar tus quince años siendo una jovencita católica?
IV. SACRAMENTALES
(Se reparte una copia del volante #1 a cada participante) Se lee en voz alta y se comparte el
simbolismo.
LOS SACRAMENTALES no están dentro de la Liturgia de la Iglesia, pero ésta la toma de la vida
social común y le da un significado espiritual o moral a fin de que la “Quinceañera” los lleve como
un recuerdo para caminar en su vida diaria conforme a las verdades y mandamientos del cristianismo
y no del paganismo reinante.
c) EL ANILLO, siempre le habrá de recordar su compromiso, no solo con Cristo, sino también
con la Comunidad Eclesial, con sus padres y con sus deberes patrios.
d) LA CORONA, representa la pureza de cuerpo y de alma que hoy y siempre deberá llevar a
pesar de las graves tentaciones de la vida moderna. Significa el triunfo de su voluntad y de su
fe, sobre las solicitaciones del demonio.
Para una jovencita adolescente, la celebración de sus quince años puede ser una ilusión pasajera,
simplemente sensual, sin resonancia cristiana. Una simple celebración social, mundano-pagana, llena
de música, de copas, de baile… ¡ILUSION PASAJERA! ¡Sin huella humana, sin huella cristina!
Pero cuando la jovencita es católica y espiritual, pide, desea y quiere, con toda su alma, una
CELEBRACION EUCARISTICA, en la que en unión de sus padres, hermanos, parientes y amigos
DEN GRACIAS A DIOS, NUESTRO PADRE, por su nacimiento, por cumplir sus QUINCE AÑOS.
Para que su Misa de Acción de Gracias deje huella, se prepara, asistiendo a este programa de
formación de cinco sesiones en unión de sus acompañantes para confesarse y comulgar en la Santa
Misa de sus 15 años. (Si es posible)
¡Si así lo hace, ella nunca se olvidará de Dios y Dios nunca la dejará sola!
Padre Eterno, Hijo y Espíritu Santo, fuente de vida y santidad, nos llamas a la fe y a la confianza.
Renueva en Tu Iglesia, la gracia de Pentecostés y la Buena Nueva de Jesucristo para que seas
conocido y amado por todos.
En tu amorosa misericordia reúne a la familia humana a la unidad de tu Iglesia, Una, Santa, católica
y Apostólica.
Santa Virgen María, intercede por nosotros, para que vivamos para
I. proclamar a Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida.
3 Cuentas
1. Dame fe, esperanza y amor para vivir Tu palabra hoy.
2. Guíame para proclamar tu amorosa misericordia.
3. Bendita Virgen María, intercede por mí.
Cuentas Grandes:
Padre, Hijo y Espíritu Santo, creo en ti y confío en ti.
Cinco Décadas.
4. Renueva dentro de mí, la gracia de Pentecostés.
5. Enciende mi corazón en tu fuego para que pueda proclamar la Buena Nueva con sabiduría.
6. Dame valor y fuerza.
7. Enséname caminos para hacer que todos te conozcan y te amen.
8. Permite que mi vida sea un canal de tu amor hoy.
Para Finalizar
(Se invita a las jovencitas a leer una vez más la oración de Santa María de los 15 años)
Se les pide su asistencia puntual para la próxima semana.
Como rezar el Santo Rosario
1. Con la cruz del rosario en su mano haga la Señal De
la Cruz y rece el “Credo de los Apóstoles.” Por la
señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos
Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
El Credo
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de
la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
2. Rece el primer “Padrenuestro” y medite el Primer Misterio. (Ver: Misterios del Rosario)
El Padre Nuestro Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
LOS MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
Misterios Gozosos: (lunes y sábados):
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes 1. La Anunciación del ángel a María Santísima
caer en tentación, y líbranos del mal. Amén. 2. La Visitación de María Santísima a su prima Isabel
3. El Nacimiento del Hijo de Dios
4. La Presentación del Niño Jesús
3. Rece 10 “Avemarías” (una por cada cuenta pequeña); rece el 5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo
“Gloria.” Misterios Dolorosos (martes y viernes):
1. La agonía de Jesús en el huerto
Ave María 2. La Flagelación de Nuestro Señor
3. La Coronación de espinas
Dios te salve Marian llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú 4. Jesús lleva la cruz a cuestas
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Jesucristo
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la Misterios Luminosos: (jueves):
hora de nuestra muerte, Amén. 1. Bautismo de Jesús
2. Las Bodas de Caná
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, 3. La Predicación del Reino de Dios
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 4. La Transfiguración
5. La Institución de la Eucaristía
Misterios Gloriosos: (miércoles y domingos)
4. Rece el Padrenuestro y medite el Segundo Misterio; 10 Avemarías. 1. La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo
5. Rece el Padrenuestro y medite el Tercer Misterio; 10 Avemarías. 2. La Ascensión de Jesús a los Cielos
6. Rece el Padrenuestro y medite el Cuarto Misterio; 10 Avemarías. 3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles
4. La Asunción de la Virgen María a los Cielos
7. Rece el Padrenuestro y medite el Quinto Misterio; 10 Avemarías.
8. Un Padrenuestro y tres “Avemarías” por las intenciones del Santo 5. La Coronación de la Virgen María como Reina del
Cielo y de la tierra
Padre.
9. La Salve
La Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡O piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén .
Volante # 1
SACRAMENTALES
Estos no están dentro de la Liturgia de la Iglesia, pero ésta los tomó de la vida social común y les da
un significado espiritual o moral, a fin de que la “Quinceañera” los lleve como un recuerdo para
caminar en su vida diaria conforme a las verdades y mandamientos del cristianismo y no del
paganismo reinante.
C) EL ANILLO, siempre le habrá de recordar su compromiso, no solo con Cristo, sino también con
la Comunidad Eclesial, con sus padres y con sus deberes patrios.
D) LA CORONA, representa la pureza de cuerpo y de alma que hoy y siempre deberá llevar, a pesar
de las graves tentaciones de la vida moderna. Significa el triunfo de su voluntad y de su fe, sobre las
solicitaciones del demonio.
DESARROLLO
I. Oración Inicial: Santa María de los 15 años.
II. Explicación.
¿Qué son los sacramentos? Los sacramentos son signos visibles de una realidad invisible. (Mostrar
ilustraciones)
Preguntar abiertamente que piensan que significan estos signos y cuál es el mensaje de cada uno.
Invitar a los participantes a compartir. No hay respuesta errónea.
Cada uno de los sacramentos contiene en si una realidad que no vemos pero que no por eso deja de
existir. Es una realidad espiritual. En esta sesión vamos a descubrir la belleza de cada uno de los
sacramentos y como nos ayuda a lo largo de nuestra vida.
LOS SIETE SACRAMENTOS SON SIGNOS POR LOS CUALES DIOS NOS CONFIERE SU
GRACIA.
Gracia= La vida de dios en nosotros.
Dentro de las muchas maneras por las cuales la Iglesia es signo del amor de Dios, se encuentran los
siete sacramentos que son actos particulares de adoración o celebraciones comunitarias.
Los Sacramentos son signos efectivos de la presencia de Jesús entre nosotros. Los siete sacramentos
y cada uno en particular marcan un tiempo especial dentro de nuestro desarrollo a lo largo de nuestra
vida, y nos invitan a participar de la vida de Dios de una manera súper especial. Los Sacramentos
han sido instituidos por Cristo (Dz 844) y (CIC no. 1210), realizados por EL y por el ministerio de su
iglesia, ya sea directamente o intencionalmente en la persona de los apóstoles (DZ 926) para la
salvación de los hombres. Decir que Cristo instituyo los Sacramentos quiere decir que instituyo la
sustancia de ellos (Santiago 5, 14), (Ver Texto 16 Metas, pg. 80)
III. Algunas Características
1. Cuando decimos que un sacramento imprime carácter o que es un signo indeleble de la gracia de
Dios significa que es imborrable, que se recibe solo una vez en la vida y que imprime un
carácter en el alma de la persona. Los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Orden
Sagrado se reciben una sola vez en la vida (Dz 852). En otras palabras, involucran (afectan) a la
persona definitivamente.
2. Los Sacramentos son elementos esenciales de la institución eclesial por lo tanto toda la Iglesia
tiene valor sacramental, la Iglesia es en sí misma un solo y grande sacramento, pero digamos que
en diversos grados: (Bautismo, Comunión…).
3. Los Sacramentos son actos de Cristo por la mediación del ministerio y de la comunidad en el
seno de la Iglesia Universal.
4. Los Sacramentos tienen un carácter social, eclesial, al mismo tiempo que realizan el encuentro
personal con Cristo, y de manera especial en la Eucaristía que es el Sacramento del Sacrificio de
la Nueva Alianza que reúne a toda la Iglesia Universal. La Eucaristía es el Sacramento
excelencia de la unidad del Cuerpo Místico de Cristo.
5. Dios es uno solo en tres personas (Santísima Trinidad). Cada persona de la Santísima Trinidad
tiene su
6. sacramento: El Bautismo es el Sacramento del Padre; la Comunión es el Sacramento del Hijo, la
Confirmación es el sacramento del Espíritu Santo.
A. Sacramentos de Iniciación
La Iglesia, en su sabiduría, nos invita a una participación plena en la vida de Cristo a través de los
sacramentos de Iniciación: BAUTISMO, CONFIRMACION, EUCARISTIA. Por medio de estos
sacramentos somos cada uno de nosotros introducidos a la Iglesia, fortalecidos en la fe por el
Espíritu Santo y alimentados por Jesús mismo.
Ser bautizado significa un nuevo nacimiento, un compartir en una vida nueva. El Bautismo es el
primero de los sacramentos de Iniciación en la Iglesia. A través del bautismo, la vida de amor de
Dios, que llamamos GRACIA, se nos da y a la vez somos liberados del pecado original. Para
confirmar esta nueva vida, Jesús envió al Espíritu Santo. La Iglesia celebra este acontecimiento en
cada Pentecostés y en cada confirmación. Finalmente, por la Eucaristía completamos nuestra
Iniciación Cristiana en la Iglesia. Para el resto de nuestra vida, seremos sostenidos y alimentados por
este Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Jesús.
B. Sacramentos de Sanación
Los Sacramentos de la Reconciliación y Unción de los enfermos son conocidos como Sacramentos
de Sanación. En la celebración del sacramento de la Reconciliación la Iglesia experimenta el perdón
amoroso de Dios. Todos los que pecamos y nos arrepentimos y volvemos a Dios somos perdonados.
Nos volvemos a reunir con Dios y nos reconciliamos con nuestros hermanos y hermanas que
conmigo forman la iglesia. El Sacramento de la Unción de los enfermos llama a la iglesia a
preocuparse por los enfermos y ancianos. Cuando un miembro de la Iglesia se enferma la Iglesia ora
para que sea sanado y su fe se afiance.
C. Sacramentos de Servicio
En el Matrimonio celebramos la unión de un hombre y una mujer. La comunidad es testigo de sus
votos matrimoniales; de amarse mutuamente como Cristo ama a su Iglesia.
Los Sacramentos son fuerzas de vida para todos. Es en estos sacramentos que la comunidad se
encuentra con Cristo.
IV. Actividad
Sacramento: ___________________________________________
V. Oración Final:
Señor Jesús, Tú nos has regalado tu gracia divina por medio de los sacramentos
Ven a vivir en mi morada para que tu gracia me ilumine.
Ven a vivir en mi corazón y en mi alma.
Que encuentres en mí un siervo digno de tu santísima presencia.
Que tu presencia sea el amor que ilumina.
Amén.
Volante #1
Sesión Dos
LOS SIETE SACRAMENTOS
Hijos de Dios,
herederos del
Sacerdote o Yo te bautizo
Agua, aceite, cielo, se nos borra
cualquier en el nombre del
Bautismo Una vestidura el pecado
persona en caso Padre, del Hijo y del
blanca, vela original,
de emergencia Espíritu Santo
miembros de la
Iglesia
Yo te absuelvo
Penitencia / de tus pecados en el Perdón de los
Confesión Sacerdote Muchas Pecados nombre del Padre, del pecados /
Reconciliación Hijo y del Espíritu paz interna
Santo
Sacerdote / Alimento de
Eucaristía Muchas Pan y Vino Pan y Vino
Ministro nuestra alma
Oración especial –
Unción de los Más Aceite de Sanación del
Sacerdote encomendación del
Enfermos de una enfermos alma
alma
Siervo de
Orden Aceite “Santo Eres Sacerdote
Obispo Una Dios, siervo de la
Sacerdotal Crisma” para siempre
Iglesia
Nota: Terminar con la sesión de los sacramentos si por algún motivo no se terminó durante la
reunión pasada.
II. Explicación
A. La Moral Cristiana
La moral específicamente cristiana está basada en amar a Dios cada día más y mejor (Mt. 22, 37-39)
en respuesta a su amor infinito hacia nosotros, cuya máxima expresión de ese amor es la encarnación
del Hijo de Dios, su vida, muerte y resurrección. Si amamos a Dios cumpliremos sus mandatos,
seguiremos sus consejos, pensaremos y sentiremos como EL y le imitaremos en todo. La moral
cristiana no es solamente el cumplimiento externo, mecánico, vacío u obligado hacia Dios. Lo más
importante en este mundo es amar a Dios y por amor cumplir su voluntad (Jn. 14, 31).
La moral cristiana nace del corazón y por eso el corazón del hombre debe ser de Dios, para que lo
sean también sus palabras, actos y proyectos (Cfr. CIC no. 1776). Es muy sano no fomentar ni
consentir deliberadamente pensamientos, deseos e intenciones que sean recuerdo, satisfacción o
posible origen de actos pecaminosos. Del corazón sale lo malo (Mt. 15, 18) (Ver Texto 15 Metas pgs.
116-117)
B. El Sacramento de la Reconciliación.
Todos podemos encontrar un Padre amoroso en Dios. Para mostrarnos su amor incondicional, Dios
nos ha dado el Sacramento de la Reconciliación. En este Sacramento, por la gracia y misericordia de
Dios, restablecemos nuestra amistad con EL y con toda la comunidad Cristiana. Celebramos el amor
y el perdón de Dios, y el amor y perdón de los unos con otros.
Antes de celebrar el sacramento de la Reconciliación, debemos de tomar tiempo para examinar
nuestra conciencia. No es necesario recordar falta pequeña.
Debemos de enfocarnos en los pecados serios y mortales que nos separan de la vida de la Gracia, que
es la vida de Dios en nosotros. Es buena idea hablar al respecto con el sacerdote. (Si lo considera
necesario).
Para recibir el sacramento de la reconciliación bien, es necesario saber el significado de las palabras
que se usan durante la celebración de este sacramento.
C. Pecado:
es escoger libremente hacer algo que sabemos está mal y va en contra de la voluntad de Dios.
Pecando, nosotros mismos elegimos lo que no es bueno y daña a nuestros semejantes al igual que a
nosotros mismos. Nuestro amor y relación personal con Dios se debilita cada vez que elegimos vivir
fuera de la voluntad de Dios. Cuando pecamos nos apartamos de lo que es de Dios, para acercarnos a
algo que no es Dios.
Dios nos ama incondicionalmente porque somos sus hijos. Este amor incondicional se presenta claro
a través del sacramento de la Reconciliación.
Algunas veces nos damos cuenta de que vamos en una dirección equivocada. Y podemos examinar
nuestra conciencia para darnos cuenta que estamos haciendo mal.
D. La Conciencia
Es la habilidad que tenemos para decidir cuándo una acción es buena o mala.
Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos ayude a discernir en qué dirección vamos.
Por ejemplo:
Se les pasa la copia del volante # 1
El pecado es siempre una opción personal. Se le llama, a nuestra acción, Pecado Mortal cuando
deliberadamente elegimos romper completamente toda relación con Dios.
Nuestro mundo constantemente nos está retando, es muy difícil vivir en él. Pero la tentación no es
pecado sino una atracción al pecado. Todos somos tentados. Por esto necesitamos a Dios para hacer
buenas elecciones. Se nos recomienda que frecuentemente este Sacramento por lo menos una vez
al mes, para ser robustecidos con la gracia, y así poder vencer con más facilidad las tentaciones del
maligno.
E. Requisitos para hacer una buena confesión:
I. Examen de Conciencia
II. Dolor de los pecados
III. Propósito de Enmienda
IV. Confesar los pecados
V. Cumplir la penitencia
No te de miedo ni vergüenza confesarte, Dios te ama muchísimo y siempre está deseoso de que te
acerques a pedirle perdón a través del sacerdote (Cfr. CIC nos. 1450-1460) (Ejemplo con el cartel).
F. La Eucaristía:
hemos ya estudiado que la Eucaristía es el sacramento por el cual somos fortalecidos en la fe. Es en
esta Eucaristía donde encontramos el alimento que nos sostiene a lo largo de nuestra existencia.
Cada vez que recibimos a Jesús en la comunión nos unimos a EL y EL mismo nos hace uno con
EL. Para que tu fiesta de quince años sea de verdad una celebración cristiana, no puedes dejar de
comulgar. (Si ya estas plenamente iniciada en la vida sacramental de la Iglesia). En Jesús
encontrarás la alegría de vivir. Tus acompañantes deben de ser un estímulo para ti… todos deben de
participar del banquete de amor (Si son católicos). Tu fiesta tiene que ser una celebración en donde
esté presente Dios. Y la única forma es, si tú y tus acompañantes, se preparan con anticipación,
reciben el sacramento del amor misericordioso de Dios y participan del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
¿No crees que esto sería formidable?
Jesús está presente en un pan sencillo como este. Pero por la fe, sabemos que lo que recibimos, no es
solo un pan… Sino el mismo cuerpo y sangre de Cristo el Señor. Les invito a que se tomen en serio.
Tomen en serio su alma y reconozcan que solo Dios, se puede encontrar la alegría perfecta.
Si quieres una fiesta en paz, llena de alegría familiar y llena de amor, no olvides lo que hay que
hacer.
III. Conclusión
Es importante también que tengas muy en cuenta que tu fiesta de Quince Años, no es una boda. Tú
no te estás casando. Simplemente le estás dando a Dios las gracias por haberte permitido llegar a esta
edad. Se cuidadosa al buscar tu vestido de quinceañera, que éste no aparente un vestido de novia,
sino de una jovencita que quiere agradar a Dios y darle gracias.
De ahora en adelante es indispensable que sepas cuidar tu cuerpo y tu alma para que cuando llegue
el momento de hacer tu decisión sobre la vocación a la cual Dios te llame lo hagas con la frente en
alto, sin tener nada en tu conciencia que pueda perturbar tu paz.
Recuerda que el matrimonio es uno de los siete Sacramentos y es un compromiso muy fuerte entre
un hombre y una mujer con Dios. Y Dios puede llamarte a esta vocación, pero también puede
elegirte para que te consagres a EL a través de la Vida Consagrada. En la vida consagrada la mujer
consagra en cuerpo y alma al servicio de Dios y de los hermanos. Esta también puede ser una opción
para tu futuro.
Por lo tanto, celebra tus 15 años, dale gracias a Dios por el don de tu existencia y prepárate para lo
que Dios tiene predestinado para ti, ya sea el matrimonio, la vida de soltera o la vida consagrada,
porque esta última también puede ser una opción para ti. Ora mucho para que cuando sea el
momento oportuno, puedas elegir con sabiduría y consiente de que Dios estará contigo en tu
caminar. Recuerda que EL es el camino que te llevará a la verdadera felicidad. Porque “donde está
Dios no falta nada”.
7. ¿Asisto con gusto y por amor a la Santa Misa del domingo y días festivos?
9. ¿Evito los malos amigos y posiblemente los vicios que ellos me pueden enseñar?
10. ¿Estudio con dedicación y amor lo que me enseñan en la escuela y antepongo mi TAREA a
11. ¿Soy muy mundana y poco o nada espiritual: muy coqueta y nada quieta y recatada?
12. ¿Con mi conducta diaria doy alegría y satisfacción a mis padres, hermanos y amigos?
13. ¿Acostumbro leer buenas lecturas, para mi bien o malas lecturas, para mi mal?
14. ¿Ayudo voluntaria y alegremente a mis padres, en el aseo de la casa y otras necesidades?
15. ¿Doy limosnas y visito a mis padres y vecinos para instruirlos e invitarlos a Misa?
Cuarta sesión CIC #27: El deseo de Dios está
escrito en el Corazón humano,
porque el hombre fue creado por
Tema: Los Diez Mandamientos Dios y para Dios; y nunca cesa de
atraer al hombre a EL mismo.
Objetivos: Solo en Dios encontrara la verdad
y la felicidad que nunca cesa de
A. Que todos los participantes comprendan y valoren los Diez buscar.
Mandamientos.
B. Distingan el significado de cada uno.
Desarrollo
I. Oración Inicial: Santa María de los 15 años
II. Explicación
De muchas formas, Dios quiso acercarse al pueblo de Israel. Desde el antiguo Testamento,
aprendemos que Dios quería formar este pueblo en un pueblo Santo, una nación diferente. Y Dios lo
lograría haciendo una alianza con ellos. Una Alianza es un pacto especial con Dios y su pueblo.
Los Israelitas conservaban esta alianza como algo muy importante. Esta es la alianza que Dios hizo
con su pueblo a través del gran Moisés, quien liberó a los Israelitas de la esclavitud de Egipto. La
razón de todo esto es que Dios quería que su pueblo fuera un pueblo libre, no solo de la esclavitud
política sino de la esclavitud espiritual y del pecado. Dios, explico a Moisés la responsabilidad que
los Israelitas tendrían al observar esta alianza. Y el pueblo de Israel las aceptó. Las responsabilidades
fueron simplificadas en lo que ahora conocemos como los Diez Mandamientos.
Los Diez Mandamientos son leyes de cómo debemos respetar, honrar y amar a Dios y a nuestros
hermanos. La Iglesia Católica nos enseña que los Diez Mandamientos son la ley de Dios para
nosotros. Creemos que observando 10 Mandamientos somos libres no esclavos. Los primeros tres
Mandamientos se relacionan específicamente con Dios y los otros siete con nuestros hermanos y
nuestra relación con ellos.
EL SEPTIMO MANDAMIENTO está relacionado con toda clase de justicia, ensalza la dignidad
del ser humano y le da el derecho de compartir los dones de Dios, de tener respeto como personas
iguales en la presencia del Creador. Robar, hacer trampa y la deshonestidad en cualquiera de sus
múltiples facetas van en contra de este Mandamiento.
Es necesario tener la verdad a la punta de los labios si queremos vivir en una sociedad de abierta y
honesta. EL OCTAVO MANDAMIENTO nos enseña a respetar el buen nombre de toda la gente y
a evadir cualquier cosa que dañe la reputación de cualquier persona. Mentir, que es esconder la
verdad de los que tienen el derecho de saberla es en contra de la vida del Cristiano.
Recordemos que Dios, por su infinita misericordia y amor incondicional, desde la creación nos ha
dotado con el don maravilloso de la libertad. La libertad es uno de los dones dados al hombre en el
momento de la creación. La palabra libertad siempre significa el bien. Desde el momento del pecado
de nuestros primeros padres entra la concupiscencia en el mundo (confusión), de ahí que cuando la
libertad se confunde con el libertinaje se cae en el pecado, ya que el libertinaje es el mal uso de esta,
y por tanto pecado, es decir: “Libertad y Pecado: Libertad es el poder, nacido de la voluntad y de la
razón, para obrar o no obrar, hacer esto o aquello de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas.
Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. Solo en el conocimiento del designio de Dios
sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas
creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente (CIC: 387. 1730-1742) (Ver Texto 16 Metas,
pg. 24)
Mandamientos: Leyes que nos enseñan a respetar, honrar y amar a Dios y a nuestros hermanos.
V. Para finalizar: (Asegurarse de que todos los participantes escribieron algo sobre los
Mandamientos en su hoja de trabajo).
VI. Oración final: Santa María de los 15 años o una oración espontánea.
Volante # 1
HOJA DE TRABAJO PARA LOS PARTICIPANTES
Desarrollo
I. Oración Inicial: Santa María de los 15 años
Canto: “Gracias, Señor”.
II. Explicación de la Misa
La Santa Misa está dividida en dos partes. Liturgia de la Palabra y Liturgia de la Eucaristía. Hace ya
muchos años, en el tiempo de Jesús, para ser más exactos, la gente asistía a las sinagogas para
escuchar la palabra de Dios. Ahí se leía la Sagrada escritura y los sacerdotes la explicaban. Jesús en
muchas ocasiones iba a hacerlo también, leía las escrituras y luego las explicaba. Había en Jerusalén
un templo especial, y este templo era Sagrado. Solo podían entrar ahí los sacerdotes y lo hacían para
ofrecer sacrificios. Estos sacrificios eran ofrecidos en el santuario, al cual se le daba el nombre Santo
de los Santos.
Pasando al tiempo actual, nos damos cuenta que todo esto que se hacía, antes de la venida de Jesús a
nuestro mundo, ha ido cambiando o más bien perfeccionando para poder entender mejor el misterio
de la Redención y para que, nosotros los cristianos, podamos tomar parte en este Santo Sacrificio.
Para entenderlo mejor vamos a ver los volantes 1 y 2 y trataremos de explicarlo.
Pasemos al orden de la Misa: (usando un misal – dé a cada participante una copia y pídales que
busquen y escriban cada parte de la Misa en una hoja de papel).
III. Reflexión
A veces la misa se nos hace aburrida porque en realidad no la entendemos o no la conocemos.
Quizás porque el Sacerdote no dice o no es lo que a mí me gustaría, o quizá porque me cuesta
concertarme, que se yo. Y todo es válido porque todos somos humanos y pues a veces nos aburren
las cosas. Pero debemos de tener en cuenta que, en la Santa Misa, es Jesús quien viene a nuestro
encuentro. Es Jesús quien está a nuestro lado, es EL quien me dice, “Aquí estoy, ¿Quiere abrirme tu
corazón?”
Breve Explicación = Volante #1
¿Qué es? “La celebración de la Misa, como acción de Cristo y del pueblo de Dios, ordenado
jerárquicamente, es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia universal y local, y para todos
los fieles individualmente. Pues en ella se culmina la acción con que Dios santifica en Cristo al
mundo, y el culto que los hombres tributan al Padre, adorando por medio de Cristo, Hijo de Dios en
el Espíritu Santo” (OGMR 16).
¿Qué requiere? – Un lugar digno, un sacerdote y la participación consciente, activa y plena de todos
los fieles; es decir, “esa participación de cuerpo y alma ferviente de fe, esperanza y caridad, que es la
que la Iglesia desea de ella, la que reclama la naturaleza misma de la celebración, y a la que tiene
derecho y deber, por fuerza de su bautismo, el pueblo cristiano (OGMR 18).
Diversos Elementos:
A. Lectura de la Palabra de Dios: Cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras es Dios
mismo quien habla a su pueblo, y cristo, presente en su palabra, quien anuncia la Buena
Nueva (OMGR 29).
B. Oraciones y partes que corresponden al sacerdote: “Entre las atribuciones del sacerdote
ocupa el primer lugar la Plegaria Eucarística, que es el culmen de toda la celebración. Se
añaden a estas otras oraciones, es decir, la Oración colecta, la Oración sobre las ofrendas y la
Oración después de la comunión. Estas oraciones la dirigen a Dios el sacerdote – que preside
la asamblea representando a Cristo– en nombre de todo el pueblo santo y de todos los
circunstantes. Con razón, pues se denomina “oraciones presidenciales” (OGMR 30)”.
C. Cantos: “El canto es una señal de gozo del corazón. (cf. Hech. 2,46). De ahí que San Agustín
diga con razón: “El cantar es propio del enamorado”; y viene de tiempos muy antiguos el
famoso proverbio: “Quien canta, dos veces ora.” Téngase, por consiguiente, en gran estima el
uso del canto en las celebraciones, siempre según el carácter de cada pueblo y las
posibilidades de cada asamblea litúrgica (OMGR 39-40).”
D. Posturas corporales: “Las expresiones y posturas corporales tanto del sacerdote, del
diacono y de los ministros, como del pueblo, deben contribuir a que toda la celebración se
caracterice por la belleza y la noble simplicidad, se perciba el significado verdadero y pleno
de sus partes y se fomente la participación de todos (OGMR 42).”
E. Silencio: “La naturaleza de este silencio depende del momento en que se observa durante la
misa”. “Antes de la celebración de la misa, es muy laudable que se guarde silencio en la
iglesia, en la sacristía, en el secretarium y en los lugares cercanos, para que todos puedan
disponerse para celebrar devota y debidamente los ritos sagrados (OGMR 45).”
Procesiones dentro de la Celebración de la misa
Creo que es importante también que mencionemos algo sobre las procesiones propias de la
celebración litúrgica. En tu día, quizás te animaran a que participes en una o más de las procesiones.
Es importante que comprendas el sentido y significado de cada una.
Procesión de entrada: La celebración de la Misa comienza con una procesión. Desde los tiempos
antiguos, el pueblo de Dios se ha unido en comunión y en oración, con sus sacerdotes, en el culto a
Dios y la celebración de los ritos sagrados. La tradición litúrgica ha comprendido la procesión de
entrada como símbolo de la familia humana que va en camino, a través de la historia, a la casa del
Padre. En esta procesión se enfoca la atención al altar de Dios.
El altar es el punto central en una Iglesia. Una iglesia se construye dándole un lugar especial al altar,
pues es el lugar en donde se ofrece el sacrificio Eucarístico. A través de la acción que se efectúa
sobre el altar, la iglesia entra en “Santo Santorum”, en el “Santo de los Santos”, la ciudad celestial,
el banquete del Reino. El Altar es símbolo de Cristo mismo y del Cuerpo Místico de Cristo que es la
Iglesia.
Desde la edad media, las reliquias de los santos se han puesto sobre los altares en reconocimiento de
su sacrificio por amor a Dios, derramando su sangre. (Cf. OGMR 46-50)
Procesión del Evangeliario: Antes de la procesión con el Evangeliario, el diacono toma el libro del
Evangeliario de sobre el altar. Este gesto es un signo de que la Buena Nueva viene de Cristo. El
diacono una vez que toma el Evangeliario, se dirige hacia donde está el celebrante y le pide una
bendición para que él pueda proclamar dignamente el Evangelio.
Esta procesión nos recuerda algunos eventos de la Vida de Cristo: La Encarnación, La Palabra que
vino al mundo y se hizo hombre, la Señoría de Jesús. (Cf. OGMR 62-63)
Procesión de las Ofrendas: El tiempo para la Procesión de las ofrendas no es un intervalo entre la
Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía. El sentido que se le da a este rito, viene desde
que el Pueblo de Dios llevaba sus ofrendas para el sacrificio ante el Señor. A la fecha, continuamos
con esta tradición al ofrecer lo que es necesario para la celebración: el Pan y el Vino.
El Pan y el Vino se traen ante el Atar donde los recibe el diacono o el sacerdote antes de ponerlos
sobre el altar. Al llevar estas ofrendas en procesión, se canta un canto y todos los fieles son invitados
a ofrecerse a sí mismos como un sacrificio vivo en el pan y el vino que serán transformados en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. (Cf. OGMR 73-77)
Procesión de Comunión: Este acto nos lleva a profundizar el misterio que el Señor Jesús nos dejó y
es el que manifiesta más claramente nuestro deseo de participar en el sacrificio del Señor Jesús por la
salvación del mundo. La experiencia de esta procesión nos llena de gozo, de deseos de recibir a
Cristo en nuestro corazón y de amor.
La recepción de la Sagrada Comunión es la gran fiesta pascual que el Señor prepara para nosotros
desde el comienzo de la Misa. Este sagrado banquete es anticipo del banquete del Reino.
En esta procesión, nos acercamos al altar, a la mesa común del Señor, con nuestros hermanos y
hermanas en Cristo. Recibir la Sagrada Comunión es un acto por el cual confirmamos de una manera
pública nuestra identificación con Cristo y su Cuerpo Místico que es la Iglesia. (Cf. OGMR 84-89)
Partes de la misa
Liturgia de la Palabra: “En las lecturas, que luego desarrolla la homilía, Dios habla a su pueblo, le
descubre el misterio de la Redención y Salvación, y le ofrece el alimento espiritual, y el mismo
Cristo, por su Palabra se hace presente en medio de los fieles. Las lecturas tomadas de la Sagrada
Escritura, con los cantos que se intercalan, constituyen la parte principal de la liturgia de la Palabra
(OMGR 55)”.
Liturgia de la Eucaristía: “Cristo tomo en sus manos el pan y el cáliz, dio gracias, lo partió y lo dio
a sus discípulos y dijo: “Tomad, comed y bebed: esto es mi cuerpo: este es el cáliz de mi sangre.
Haced esto en conmemoración mía.” De ahí que la iglesia haya ordenado toda la celebración de la
liturgia eucarística según estas mismas partes, con las palabras y acciones de Cristo (OMGR 72).”
Sacrificio Real y Vivo: “En la celebración de la Misa, en la cual se continua el sacrificio de la cruz,
Cristo está realmente presente en la misma asamblea congregada en su nombre, en la persona del
ministro, en su palabra y, con toda verdad, de una manera sustancial y permanente, bajo las especies
eucarísticas (OMGR 27).”
IV. Conclusión:
GRACIAS SEÑOR
¿Qué es?
¿Qué requiere?
Elementos
Liturgia de la Palabra
Liturgia de la Eucaristía
GRACIAS SEÑOR
Tiene hoy mi Corazón
una oración para el Señor
siente mi alama una canción
para dar gracias a Dios.
Quinceañera,
tierna flor que se abre en la primavera
bello himno de gratitud que se escucha por vez primera
Quinceañera,
que consagras este instante y la vida entera
a la presencia de Dios
Gracias Señor.
Quinceañera,
tierna flor que se abre en primavera
bello himno de gratitud que se escucha por vez primera
Quinceañera,
que consagras este instante y la vida entera
a la presencia de Dios
Gracias Señor,
Gracias Señor.
Rito de la Presentación
de los niños de tres años
y acción de gracias
Presentación de un Niño:
Un Compromiso de los Padres
Salmos 127: 3-5
Breve análisis del origen de la tradición de la Presentación de los niños de 3 años
En nuestro país, la tradición de presentar a los niños al templo, tiene sus orígenes en la época de la
Reforma. En ese tiempo, se solía ofrecer una misa de acción de gracias por la vida del infante (niño o
niña), pues se consideraba que a esa edad ya había consolidado su existencia, dada la alta mortalidad
infantil de la época.
El segundo hace referencia a la Fiesta de la Candelaria, y tiene su origen en la presentación del niño
en el templo y la purificación de María, narradas en el evangelio de San Lucas (2, 22 y ss.). Según el
texto evangélico, la Virgen y San José se presentan en el templo 40 días después de nacido el niño
(cf. Lev 12, 2-8), para ofrecer las víctimas por la purificación de la madre, y para consagrar al
primogénito varón (Ex 13, 2), según la ley de Moisés. Entonces, cabe aclarar que, la costumbre era
únicamente presentar en el templo al primogénito varón, y esto, a los 40 días de nacido (no a los 3
años).
El tercer episodio utilizado muy frecuentemente es el de el niño Jesús perdido y hallado en el templo,
o primera pascua de Jesús. Según reza el evangelio de san Lucas, había la costumbre judía de que
cuando el infante cumplía 12 debía subir a Jerusalén a celebrar la Pascua. Es conocido por todos el
extravío del niño al regreso. El hecho relevante consiste en que sus padres, al regresar a Jerusalén a
buscarlo, lo encontraron en el templo, rodeado de los doctores de la ley y los escribas.
No vendría mal que consideremos brevemente el significado cristiano de esa “ofrenda”; porque
ofrecer los niños a Dios no es un acto baladí (Que es de poca sustancia o importancia. "el interés
por cuestiones genealógicas no es asunto baladí; la discusión, además de interminable, es sobre un
tema baladí; es preciso que el auto del juez contenga las razones de peso, no baladíes, por las que
se decreta la intervención") sino que, bien entendido, tiene un hondo calado religioso. La palabra
“presentar” tiene diversas acepciones en el Diccionario de la Real Academia Española, y hay algunas
de ellas que pueden servirnos para entender la significación de lo que hacemos al llevar a los niños a
la Iglesia y presentarlos al Señor. Presentar, según el diccionario, es “hacer manifestación de algo,
ponerlo en la presencia de alguien”, “dar gratuita y voluntariamente algo a alguien”, “ofrecer, dar”,
proponer a alguien para una dignidad, oficio o cargo”, “introducir a alguien en la casa o en el trato de
otra persona, a veces recomendándole personalmente”, “ofrecerse voluntariamente a la disposición
de alguien para un fin”, “dar el nombre de una persona a otra en presencia de ambas para que se
conozcan”, “comparecer ante un jefe o autoridad de quien se depende”. ¿Qué significa, pues,
“presentar los niños al Señor”? Podemos releer las definiciones situando como interlocutor de la
presentación a Dios y tendremos una respuesta bastante acertada.
Presentar un hijo ante el Señor es llevarlo a su presencia de una manera ritual, pero a una cultura
como la nuestra que valora en tan poco lo simbólico, hay que recordarles a los padres que con ese
acto se comprometen a esforzarse para que ese niño o niña vaya acercándose a Dios; se trata, en
definitiva, de dar a Dios gratuitamente lo que gratuitamente se ha recibido: nuestro hijo; presentarlo a
Dios es proponer a Dios que le de éxito en su vida, que ocupe en el mundo el lugar que más le
dignifique (que no quiere decir el cargo de más poder y prestigio humano, sino el que más le
convenga para ser feliz); presentar un hijo al Señor es mostrar interés por introducirlo en el trato con
Él por la oración y la escucha de su Palabra; es ofrecernos nosotros mismos para la tarea de acercar a
Dios a ese niño; es pronunciar el nombre de mi hijo ante Dios para dárselo a conocer; finalmente,
presentar un niño al Señor es comparecer ante Dios sabiendo que tanto la vida del hijo como la
propia dependen de él, aspirar a que las cosas no sean como nosotros queremos que sean, sino como
Dios las quiere. Tener esto claro es ser un hombre de fe.
¿Qué debe ser la Presentación de los niños?
Como se puede ver, nada de esto explica de manera acertada lo que celebramos en la presentación de
los tres años. Ésta celebración es más bien, una acción de gracias por la vida del infante (que puede
darse en una liturgia de la palabra, o si se prevé una adecuada y suficiente participación eucarística,
dentro de la misa), más que una presentación (pues el niño es conocido por Dios y por la comunidad
de creyentes, ya que es un bautizado). Es también la oportunidad de pedir la bendición de Dios en la
vida del niño, así como un momento para pedir la ayuda divina sobre papás y padrinos del infante,
para que puedan cumplir con los compromisos que adquirieron con sus hijos cuando los llevaron a
bautizar, de enseñarles la fe y el amor a Dios, principalmente por la vivencia de valores y actitudes
cristianas en su familia y en su medio ambiente. También es muy adecuado durante esta acción de
gracias, un momento para que los padres ratifiquen los compromisos bautismales para con sus hijos,
y así ayudarlos a valorar sus dichas promesas. Por esta misma razón, conviene que los padrinos de
bautismo y de los tres años sean los mismos.
Hablar de Dios a los hijos
En la fiesta de la presentación del Señor, cuando ponemos a nuestros hijos ante Dios, deberíamos
tener en cuenta qué modelos de vida (personal y social) les vamos a ofrecer. Muchos de los que
participan en el acto de ofrecer a su hijo en este día al Señor lo harán, como ocurrió con el bautismo,
por pura costumbre. Tal vez por superstición, pensando que Dios quiere más a unos niños que a otros
y ganarse así su atención sobre el suyo. La fe es un don de Dios, ciertamente, pero toca a cada uno
cultivarla y hacerla germinar en su vida; es como los hijos, son don de Dios, y quien piense lo
contrario verá con los años que se equivocaba; a los padres y a la Comunidad Cristiana nos toca
cultivar esas vidas y hacerlas germinar en personas alegres y responsables, miembros felices de una
comunidad y una sociedad edificada según el modelo de Jesús: libre, unida y esperanzada.
Para terminar, perdonad mi reiteración: no olvidemos que presentar a los niños al Señor es
comprometerse en hacer presente al Señor en la vida de los niños. Hablar de Dios a los hijos.
¿Teoría? No, práctica. Si ayudas a tu hijo a leer su vida en clave evangélica le habrás dado el regalo
más grande que un padre puede dar. Le habrás enseñado a vivir centrado en la realidad de su ser,
abierto a los otros, inmune a los engaños de los falsos dioses, agradecido de todo lo que tiene, feliz
de vivir. Será un buen hijo, insumiso a la violencia y al mal, leal en sus compromisos. Será, en
definitiva, un fiel seguidor de Jesús de Nazaret, modelo de excelencia espiritual y moral para un
tiempo más amante de ídolos que de profetas.
Reza conmigo:
I. Ritos iniciales
Bienvenida y acogida
La recepción del niño y su familia tiene lugar en la puerta del templo.
1. Comentario inicial:
La vida es uno de los mayores dones que recibimos de Dios, sólo superado por el don de nuestra
Redención. Estar vivos es ya una bendición. Por tanto, la vida de un hijo(a), es un signo franco y
sensible del amor de Dios que bendice nuestra familia.
En la época de la reforma, cuando un niño cumplía 3 años, se consideraba que ya había superado los
peligros de la mortalidad infantil, y se acostumbraba ir a la Iglesia para dar gracias a Dios porque su
vida se había logrado consolidar. Esta costumbre de dar gracias al Altísimo por la vida de cada niño
es uno de los motivos que nos reúnen hoy.
Hoy que vienen a presentar a este(os) niño(s) en el templo, nuestra madre la Iglesia, nos invita a
contemplar desde nuestra fe, el misterio de la vocación y proyecto de vida que Dios ha sembrado en
el corazón de cada niño y niña. También nos invita a papás y padrinos, a prepararnos espiritualmente
para acompañar a estos niños y a cooperar con Dios en el logro su vocación de vida.
Por ello, al presentar a este(os) niño(s) ante su Padre y Creador, también presentamos nuestra acción
de gracias por él (ellos), y le pedimos a Dios que lo(s) bendiga y fortalezca, de manera que pueda(n)
ser llegar a ser buen(os) cristiano(os) y viva(n) como verdadero(s) hijo(s) suyo(s).
Saludo inicial
V. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.
V. El Señor que dirige nuestros corazones en el amor esté con todos ustedes.
R. Y con tu Espíritu.
3. Oración colecta
V. Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, míranos con bondad y concédenos presentarnos ante ti con un corazón
agradecido y dispuesto a confiar siempre en tu providencia. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.
R. Amén.
II. Liturgia de la Palabra
Primera lectura
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios. Ef. 5, 2. 21. 6, 1-4.
Hermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y
víctima de fragancia agradable a Dios. Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo.
Hijos, obedezcan a sus padres por amor al Señor, porque eso es justo. Honrarás a tu padre y a tu
madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa: te irá bien y vivirás
largo tiempo en la tierra.
Padres, no irriten ni desesperen a sus hijos, más bien fórmenlos y corríjanlos, para educarlos bien,
como el Señor quiere.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 130
R. En ti Señor he puesto mi confianza.
1. Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. R.
2. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. R.
3. Aclamación antes del Evangelio Del Salmo 130
R. Aleluya, Aleluya.
Dejen que los niños se acerquen a mí, dice el Señor.
R. Aleluya.
EVANGELIO
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu
V. Del santo Evangelio según san Marcos
Mc 10, 13-16
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos trataban
de impedirlo. Al ver aquello, Jesús se disgustó y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no
se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro que el que no
reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Después tomó en brazos a los niños y los
bendijo imponiéndoles las manos.
V. ¿Están dispuestos a luchar todos los días para recrear un hogar cristiano para sus hijos, donde se
les de atención a todas sus necesidades físicas y espirituales, y dónde ellos puedan ver en ustedes
buenos ejemplos de vida?
R. Sí, estoy dispuesto.
V. ¿Están dispuestos a formar a sus hijos en la vivencia del perdón, la ternura, el respeto, la fidelidad
y el servicio? ¿Están dispuestos a enseñarles la renuncia voluntaria, el dominio de sí mismos, y a
formar en ellos un sano juicio? ¿Están dispuestos a enseñarles a ser generosos, honestos, a decir la
verdad y a trabajar por la paz?
R. Sí, estoy dispuesto.
Renuncia
Los papás y padrinos, junto con la comunidad, responderán de manera personal.
V. ¿Renuncian al pecado, para que puedan vivir en la libertad de los hijos de Dios?
R. Sí, renuncio.
V. ¿Renuncian a las seducciones del mal, para que el pecado no los esclavice?
R. Sí, renuncio.
V. ¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado? R. Sí, creo.
Profesión de fe
Los papás y padrinos, junto con la comunidad, responderán de manera personal
V. ¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
R. Sí, creo.
V. ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que nació de María Virgen, padeció, fue
sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
R. Sí, creo.
V. ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el
perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna?
R. Sí, creo.
V. Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en Jesucristo Nuestro
Señor.
R. Amén.
Preces.
Si se cree oportuno se presentan las siguientes intenciones.
1. Padre lleno de amor, que tanto amaste a los hombres, que para su salvación entregaste a tu
Unigénito, protege y defiende a todos los que por el bautismo somos hijos tuyos. R.
2. Tú, que te complaces en la obediencia de tu Hijo amado Jesucristo, permítenos en ese mismo
espíritu, cumplir con la misión que nos encomiendas a cada uno en el mundo y en la Iglesia. R.
3. Tú, que durante su infancia confiaste a tu Hijo al cuidado amoroso de María y José, haz que los
padres ayuden en todo a sus hijos, para que alcancen, en todas sus dimensiones, la plenitud de
Cristo. R
4. Tú que tienes un amor especial a los desamparados, haz que todos los niños carentes del afecto
familiar, puedan experimentar siempre tu amor, con ayuda de la comunidad cristiana. R.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Si lo cree oportuno, el celebrante puede imponer las manos sobre cada niño, y después hacer la
siguiente oración de bendición.
Señor, Dios nuestro, que de la boca de los niños has sacado la alabanza de tu Nombre, mira con
bondad a este(os) niño(s) que la fe de la Iglesia encomienda a tu providencia
Que, así como tu Hijo, nacido de la Virgen, al recibir con agrado a los niños, los abrazaba y los
bendecía, y nos los puso como ejemplo, así también Padre, derrama sobre él (ellos) tu bendición,
para que cuando llegue(n) a mayor(es), por su buena conducta entre los hombres y con la fuerza del
Espíritu Santo, sea(n) testigo(os) de Cristo ante el mundo y viva(n) plenamente la fe que profesa(n)
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
R. Amén
Al final de la oración se puede rociar al niño junto con sus papás y padrinos con agua bendita.
Luego, el celebrante concluye:
Oremos.
Jesús, el Señor, que vivió en el hogar de Nazaret,
permanezca siempre con su(s) familia(s), la(s) guarde de
todo mal y les conceda que tengan un mismo pensar y un
mismo sentir.
R. Amén.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. Amén.
Querido Dios:
El presente esquema (lectura, salmo, aleluya y evangelio) trata sobre la sabiduría que necesitan los
padres para formar a los hijos.
Envíala desde tu cielo santo, mándala desde tu trono glorioso, para que esté a mi lado y trabaje
conmigo, enseñándome lo que te agrada.
Ella, que todo lo sabe y lo comprende, me guiará prudentemente en mis empresas y me protegerá con
su prestigio.
¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto? Los pensamientos de los mortales son
inseguros y sus razonamientos pueden equivocarse, porque un cuerpo corruptible hace pesada el
alma
y el barro de que estamos hechos entorpece el entendimiento.
Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra a duras penas encontramos lo que está a nuestro
alcance.
¿Quién podrá descubrir lo que hay en el cielo?
¿Quién conocerá tus designios, si tú no le das la sabiduría, enviando tu santo espíritu desde lo alto?
Sólo con esa sabiduría lograron los hombres enderezar sus caminos y conocer lo que te agrada.
Sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial
Del salmo 1
2. Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En
todo tendrá éxito. R
3. En cambio, los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege
el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr. Mt 7,8
R. Aleluya, aleluya.
En mi casa, dice el Señor, todo el que pide recibe; el que busca encuentra, y al que toca se le abre.
R. Aleluya.
Evangelio
Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá.
Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes
algún padre que, cuando su hijo le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un
alacrán?
Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les
dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?”
Palabra del Señor.