Teoria Arqueologica
Teoria Arqueologica
Teoria Arqueologica
Matthew Johnson
Orígenes de la Humanidad.
Tras esta cuestión, Johnson comienza con sus definiciones de teoría, y aunque
todavía no da una exacta señala que bastantes arqueólogos incluyen dentro del
concepto de teoría las motivaciones de la práctica de la arqueología, así como el
contexto social y cultural de la arqueología y la problemática de la interpretación.
La gran mayoría de los arqueólogos están de acuerdo en que la forma de
interpretar el pasado requiere necesariamente de conceptos teoréticos.
- Justificar la actividad que realizan los arqueólogos, la gente necesita tener una
idea clara de la importancia de la investigación arqueológica, de por qué vale la
pena financiarla…
- Cotejar una interpretación del pasado con otra, para decidir cuál es más sólida,
para ello se utilizan criterios teoréticos, así es posible calificar como “buena” o
“mala” una interpretación del pasado.
- Ser muy claros en el trabajo de arqueólogos, deben ser abiertos sobre sus
razones, sus puntos de vista y sus prejuicios y no disimularlos o afirmar su
inexistencia.
Y en cuanto a la última parte del capítulo, Johnson explica el método que utilizará
en el resto de libro para explicar las principales tendencias de la teoría
arqueológica desde los años sesenta hasta la actualidad, se valdrá de dos
estrategias:
En primer lugar, el segundo capítulo del libro de M. Johnson, trata como su título
indica de la Nueva Arqueología y se podría compartimentar en tres bloques; el
primero de ellos en el que el autor explica brevemente la dificultad de conjugar el
pasado y el presente, el segundo en el que cuenta cuáles eran las prácticas
arqueológicas antes del surgimiento de la Nueva Arqueología y también los
orígenes de la aparición de ésta, y por último la tercera parte en la que se centra
en explicar los aspectos de la Nueva Arqueología y establece una pequeña
conclusión final.
Hay que tener en cuenta el gran abismo que hay entre el presente y el pasado,
este abismo los arqueólogos intentan esquivarlo de varias maneras, aunque no
siempre es una forma segura y definitiva, explica el autor. La cuestión de cómo
unir presente y pasado planeó con más auge que nunca con la Nueva Arqueología
en los años sesenta y setenta.
Por otro lado el autor expone uno de los pilares básicos de la arqueología anterior,
el concepto cultura arqueológica, un tipo de cultura normativa, ya que está en
función de dos presunciones; la primera, los objetos son expresiones de normas
culturales; y la segunda, tales normas definen lo que es “cultura”. Es también un
concepto politético, depende de que un gran número determinados de rasgos
diferentes se produzcan juntos. Para una mejor comprensión el autor hace un
breve resumen final explicando que desde el punto de visto tradicional,
trasladamos el presente al pasada a base de reunir objetos en grupos que
denominamos culturas arqueológicas.
Por último explica que las explicaciones sobre Prehistoria eran de dos tipos:
- Quinto, los nuevos arqueólogos querían ser más explicativos que meramente
descriptivos, se preguntan el por qué no sólo el cuando, además quieren indagar
en los procesos fundamentales y observarlos a largo plazo.
- Sexto, hubo una tendencia a ser más explícitos con respecto a las influencias
recibidas y los propios prejuicios. Gran parte de la Nueva Arqueología estaba
interesada en pronunciarse abiertamente sobre todo aquello que sólo de forma
tácita se presuponía.
Por último, Johnson realiza una pequeña conclusión en la que señala que como
toda revolución de cualquier tipo, al poner en práctica las nuevas ideas de la
Nueva Arqueología aparecen la discordia y los desacuerdos, cuestiones que
tratará en los dos próximos capítulos.
Capítulo 3. La Arqueología como ciencia.
En este capítulo M. Johnson analiza los distintos puntos de vista con relación a la
ciencia, que son positivos, y ahí habla sobre el positivismo y el positivismo lógico y
negativos, donde trata las distintas objeciones a la ciencia, destacando a los
filósofos Kuhn y Feyerabend, además de hablar sobre el constructivismo social por
último.
Para Johnson la objeción más seria y definitiva al positivismo es la que dice que
no es una teoría sino un mito; un modelo ideal de la filosofía científica pero que en
la práctica resulta un poco fraudulento, esta postura es defendida por los filósofos
Kuhn y Feyerabend.
Para Feyerabend, la historia de las ideas científicas nos enseña que para
obtener mejores resultados hay que desechar el uso de un único método. Por lo
tanto hay que estimular la mayor diversidad posible de métodos y grupos
trabajando en ciencia, e incluso permitir estrategias “acientíficas” como la
apelación a las emociones.
En este cuarto capítulo del libro de Matthew Johnson, el autor en primer lugar
expone la teoría de alcance medio de Binford, seguidamente explica las
condiciones que establece Binford a su teoría, en tercer lugar enumera los
distintos problemas con la teoría de alcance medio y finalmente el autor realiza
una pequeña conclusión.
En primer lugar Johnson estable que al decir cualquier cosa del pasado
basándonos en el presente, utilizamos analogías; el uso de información derivada
de un contexto en el presente para explicar información encontrada en otro
contexto del pasado.
Seguidamente el autor expone las dos condiciones que establece Binford que la
teoría de alcance debe satisfacer:
En este capítulo el autor intenta explicar cómo funcionan las relaciones humanas
en primer lugar, en segundo lugar enumera los dos problemas que existen en
relación a la visión normativa de la arqueología tradicional. A continuación, expone
los aspectos principales de la teoría de sistemas, destacando sus pros y sus
contras y para terminar habla sobre el pensamiento sistémico modificado, que
surge tras las críticas a la teoría de sistemas.
1- Los sistemas son como son, porque están adaptados a un entorno externo,
natural o social.
Por último, Johnson, como consecuencia de las críticas recibidas por la teoría de
sistemas, presenta dos tipos de pensamiento que modifican la teoría:
Por último, Johnson establece una pequeña conclusión en la que comenta que
marxismo y estructuralismo confieren un tono distintivo a las corrientes
intelectuales que van a influenciar a la teoría arqueológica en la década de los
ochenta. El marxismo llama la atención sobre los conflictos y las contradicciones,
da importancia la ideología carácter fundamentalmente político del discurso
académico. El estructuralismo nos descubre un interés los contenidos de la cultura
material, por los significados de toda expresión cultural, todos estos temas
convergieron durante los años ochenta para formar una nueva rama de la teoría,
la arqueología postprocesual.
Uno de los principales arqueólogos que mostraban esta insatisfacción era Ian
Hodder, que descubrió que para poder entender realmente lo que mostraban los
niveles arqueológicos era necesario indagar en las actitudes de la gente y en sus
creencias, Hodder apuntaló tres claves:
4- Hay que indagar en los pensamientos y valores del pasado. Hodder piensa
que todos los arqueólogos practican la empatía, lo admitan o no.
En mi opinión, el libro aclara bastante bien las distintas teorías o doctrinas que han
ido apareciendo en los últimos años en el campo de la arqueología, desde la
aparición de la Nueva Arqueología, hasta la llegada de la llamada arqueología
postprocesual, corriente en la que yo encuadraría al autor del libro, Matthew
Johnson, y diría que es un arqueólogo postprocesualista porque a mi parecer sólo
habla aquí de los aspectos positivos o de sus características principales, pero
nunca de las críticas que haya recibido dicha teoría u opiniones contrarias, cosa
que sin embargo si que ha hecho en cada una de las teorías anteriores del libro,
yo personalmente no me inclinaría totalmente por ninguna teoría, ni tampoco
criticaría a ninguna de ellas totalmente, puede que por mi escasa formación
arqueológica, sí, pero yo a cada teoría le encuentro sus puntos a favor y sus
puntos en contra, por ejemplo, no entiendo a aquellos positivistas que defienden
que las ciencias sociales deben seguir el mismo método que las ciencias de la
naturaleza, cuando para mí la historia y la arqueología son ciencias humanísticas,
que jamás en mi opinión podrían descubrir o argumentar hechos del pasado o un
descubrimiento de un yacimiento, a través del método científico, si es cierto que
puede ser de ayuda con los avances que se han producido en los últimos años,
como el carbono 14 o la dendrocronología, pero es eso, un apoyo con el que
ayudarnos para elaborar nuestras teorías, que siempre serán en cierto sentido
subjetivas, como cualquier ciencia humanística y no totalmente objetivas, como las
ciencias de la naturaleza que buscan una verdad absoluta y científicamente
demostrable. Tampoco en mi opinión es muy fiable la teoría de Binford del alcance
medio, en la que defiende el establecimiento de generalizaciones y teorías sobre
el pasado, en mi opinión no lo veo correcto porque todo acontecimiento que se da
en un núcleo humano se debe a causas muy diversas, distintas incluso en un
mismo caso, por ello no es muy lógico para mí buscar generalizaciones, ya que no
siempre va a ocurrir algo por la misma causa originadora.