Consecuencias de La Crisis Económica de 1929
Consecuencias de La Crisis Económica de 1929
Consecuencias de La Crisis Económica de 1929
La crisis de 1929 fue una recesión económica mundial grave que se inició en Estados Unidos, pero que
como una epidemia se propagó en cascada por todo el mundo, esta depresión económica se prolongó desde
1929 hasta 1940 o comienzos de 1941 en algunos países. Afectó la producción industrial, la agricultura, la
construcción, la banca, se dice que es la mayor crisis económica, de más duración y que a la mayor cantidad de
países afectó en el siglo XX.
Una de las peores fue el desempleo o el paro parcial que creo hambre, mendicidad y enfermedad en
todo el mundo, se calcula que en 1932 habían unos 40 millones de desempleados.
Descenso demográfico, pues hubo disminución de bodas, natalidad y migraciones hacia las naciones
donde había una mejor opción de sobrevivir.
Las clases medias y bajas sufrieron mucho: hambre, miseria y muerte.
Surgimiento de formas de gobierno totalitarios y de ultraderecha en Alemania, Italia, España, que
llevarían finalmente a la segunda guerra mundial.
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CARACTERÍSTICAS DE LA CRISIS DE 1929
Efecto internacional, afectando a grandes naciones desarrolladas y subdesarrolladas.
Larga duración, una década o más en algunas naciones.
No había una única solución, pues todo dependió de las circunstancias de cada país.
Influyó en la política exterior de las grandes naciones Europeas.
Permitió crear mecanismos de control y respaldo que puedan evitar o enfrentar una situación
económica similar.
Las consecuencias de la crisis fueron tremendas en todos los aspectos. Además del desastre económico como
la quiebra de los bancos y el cierre de muchas empresas, en el aspecto social, humano si se quiere, las
consecuencias fueron también terribles: paro, indigencia, aumento de la delincuencia. Desde el punto de vista
político los estados, que hasta entonces habían seguido el lema de dejar libremente a la economía van a
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adoptar un intervencionismo creciente para intentar evitar la repetición de una crisis como esta. En Europa,
debido a la crisis, van a subir los partidos de corte autoritario que proponen un control total de la economía
por el Estado, en esa línea Hitler sube al poder en 1933. Desde el punto de vista intelectual también afectó la
crisis y se creó una generación de intelectuales y artistas con una visión pesimista de la vida. Rápidamente los
gobiernos se van a poner a trabajar para atajar los efectos de la crisis. En Estados Unidos destacó la política del
presidente Roosevelt denominada New Deal que pretendía, entre otras muchas cosas, una subida de precios y
salarios para reactivar el consumo. En Europa los primeros intentos de luchar contra la crisis fueron ineficaces
pero más tarde se van a conseguir logros importantes a finales de los años Treinta, entre otras cosas
orientando la producción hacía la carrera armamentística pues se avecina otra nueva guerra.
1. Económicas.
En general las consecuencias económicas fueron muy fuertes y la producción anterior a la crisis tardaría años
en ser conseguida. En primer lugar hemos de señalar que el hundimiento de la bolsa conlleva, tal y como
habíamos indicado, la quiebra de muchas empresas por no disponer de capital para su financiación. Además
hay otro factor que incide sobre las empresas: la bajada del precio de los productos ante la saturación del
mercado y la congelación de la capacidad adquisitiva de los compradores. Los empresarios no recogen los
beneficios necesarios para reinvertir en la producción y esto lleva también a la quiebra. En el campo la
situación es muy parecida, la superproducción lleva también a la bajada de los precios y a la ruina de los
granjeros y campesinos. Las cosechas a veces ni se recogen, y otras veces para aumentar los precios se llega
incluso a destruir grandes cantidades de trigo o leche. El hundimiento de la bolsa ha arrastrado tras de sí a un
gran número de bancos. Los ahorradores tratan de recuperar el dinero que tienen metido en el banco, el
banco no lo puede desembolsar por tenerlo colocado en inversiones a medio y largo plazo y al no poder
desembolsar el dinero presentará suspensión de pagos y la ruina de sus clientes. Con el sistema bancario
herido de muerte se cierran las fuentes de financiación de todos los sectores de la economía. Como vemos,
para salir de esta situación tan desoladora es necesario que se produzca una subida de precios para que se
obtengan beneficios, subida de salarios para que aumente la capacidad adquisitiva del mercado, y además,
una reforma en profundidad del sistema bancario para que tanto la industria como la agricultura dispongan de
fuentes adecuadas de financiación. En el aspecto internacional se reducen los intercambios comerciales entre
los países de una manera espectacular, cada país opta por el proteccionismo, hasta Gran Bretaña, y eso frena
la salida conjunta de la crisis que hubiera sido lo más fácil.
2. Sociales.
Ya sabemos que si la economía va mal se agudizan los problemas sociales. El más importante es el del paro,
tras el cierre de muchas fábricas aumentó de forma espectacular el número de obreros sin trabajo, esto
originó en Alemania el ascenso de Hitler que prometía puestos de trabajo. Ante el paro surgen instituciones de
socorro que tratan de favorecer a los parados y sus familias que se mueren de hambre, estas instituciones son
claramente insuficientes y no cubrían las necesidades de la totalidad de los parados, en Budapest, por
ejemplo, sólo el 8% de los parados estaba amparado por este tipo de instituciones. La salida que les quedaba a
muchos era la mendicidad o la delincuencia. En el campo la situación de los campesinos y granjeros es
también desesperada, al bajar los precios se han visto ahogados por las hipotecas y los préstamos y la huida a
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la ciudad no soluciona nada pues la situación es peor. En este panorama era difícil la recuperación de la
economía si antes no se mejoraba el poder adquisitivo de un mercado empobrecido. Como es lógico va a
aumentar el número de obreros afiliados a partidos y sindicatos obreros (comunistas, socialistas e incluso
anarquistas) y la estabilidad social será precaria. Los comunistas ven en la crisis el hundimiento del sistema
capitalista y arremeten en sus críticas contra el capital y el sistema, piensan que cuanto peor sea la situación
más fácil será el estallido de una revolución similar a la soviética. Eso, por otra parte, hace crecer a los partidos
de extrema derecha que ante el miedo de la revolución obrera van a incrementar el número de afiliados, eso
explica, en parte el triunfo de partidos autoritarios o fascistas, sobre todo en Europa.
Pero no todos sufren la crisis de igual manera, las clases altas (funcionarios, militares, profesionales
liberales...) afrontan mejor la situación y se ven favorecidos por la bajada de los precios de los productos.
3. Demográficas.
Las consecuencias demográficas también fueron importantes. Durante el tiempo que duró la crisis disminuyó
de una manera clara en Estados Unidos el índice de natalidad. La natalidad, por el contrario, aumentó de
manera espectacular en los países europeos donde hay regímenes fascistas debido al fomento oficial de esta y
a las multas contra la soltería. Además ante las dificultades económicas se restringe por primera vez la entrada
de inmigrantes en ese país, no están dispuestos a alimentar a masas de obreros europeos hambrientos
cuando en su país hay hambre.
4. Políticas.
Las consecuencias políticas son importantes. Se produce, en general el descrédito y la crisis de las democracias
parlamentarias (ver apartado 2 de este tema), se identifica el liberalismo económico causante de la crisis con
el liberalismo político (democracia parlamentaria)y eso genera desconfianza ante el sistema. Esa desconfianza
se va a traducir en muchos países europeos en el abandono de esta forma de gobierno que no ha impedido la
catástrofe y la instauración de gobiernos autoritarios y dictatoriales, el caso más evidente es el ascenso de
Hitler al poder, pero no es el único. Incluso en países donde la democracia está asentada desde hace años y
gozan de una gran tradición democrática se produce el ascenso de partidos de corte fascista (Bélgica, Francia,
Gran Bretaña...) aunque esos partidos nunca llegarán a hacerse con el poder ni poner en peligro el sistema. En
paralelo con lo anterior surge una exaltación del nacionalismo entre los países, ese nacionalismo exagerado
surge por la competencia por materias primas y mercados en una etapa difícil, o por la envidia de ver cómo en
el país vecino la crisis no es tan fuerte o sale mejor de ella. Esta ola de nacionalismos será mucho más
exagerada en los regímenes de corte fascista (Alemania e Italia) que a través del nacionalismo buscan justificar
el expansionismo exterior que llevará a la II Guerra Mundial.
Otra consecuencia política, y económica a la vez, es que, en contra de los principios del liberalismo económico
que postulan la no intervención del Estado en economía, se va a producir a partir de la crisis el
intervencionismo de los estados en la economía, sólo las leyes y la política de los estados pueden reconducir la
situación, se van a incrementar las leyes y medidas para favorecer la economía. El intervencionismo de los
estados es mucho más fuerte en los países totalitarios (Alemania, Italia, U.R.S.S.) en los que el Estado controla
totalmente la economía.
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EL PORQUE DE LA CRISIS: A medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas
negocios para invertir sus ganancias. Prestaban dinero a Alemania y a otros países e instalaban sus industrias
en el extranjero (la Argentina y Brasil, entre otros). También invertían en maquinarias que permitían aumentar
la producción. Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería, comenzaron a
invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios especulativos. La compra de acciones en la bolsa
se fue transformando en uno los más rentables. Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios
pedían créditos a los bancos. Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a un 50% anual y el
interés que debían pagar por los créditos bancarios era del 12%, los beneficios que obtenían eran enormes. A
fines de la década, la prosperidad, que antes estaba basada en el desarrollo industrial, pasó a depender de la
especulación.
En 1928, algunos síntomas hacían prever que la economía estaba en peligro. Los ingresos de la población no
habían subido tanto como para que el consumo siguiera creciendo. Los almacenes estaban llenos de
mercaderías que no podían ser vendidas y muchas fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores. Sin
embargo, en la bolsa seguía la fiesta especulativa. Los precios a que se vendían las acciones no reflejaban la
situación económica real de las empresas. Aunque el crecimiento de muchas de ellas se había detenido, sus
acciones seguían subiendo porque había una gran demanda de los especuladores. Nadie pudo o quiso darse
cuenta de la gravedad de la situación. Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York quebró, la crisis
fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a laindustria, el comercio y al agro estadounidenses. Sus
consecuencias se sintieron también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial.
El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el crash de la bolsa de Wall Street. Más de 13.000.000 de títulos
que cotizaban en baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de
los cuales, habían comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar. (Foto:Una multitud aguarda
para retirar sus depósitos)
Esto llevó a que la gente entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a
retirarlo.
Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal magnitud de reintegros, y además, como en los Estados
Unidos se había tratado de hacer frente al descenso de la demanda con una expansión del crédito a los
ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables.
Ante esto, se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin embargo,
aproximadamente 600 bancos americanos quebraron.
A partir de ese momento se inició un período de contracción económica mundial, conocido como la “GRAN
DEPRESiÓN”.
En los Estados Unidos, el descenso del consumo hizo que los stocks acumulados crecieran, las inversiones
se paralizaran y muchas empresas tuviesen que cerrar sus puertas.
La caída de la actividad industrial supuso una desocupación generalizada, de tal manera que se calcula que
hacia 1932, existían en los Estados Unidos cerca de 13.000.000 de desocupados.
La depresión trajo también penuria en el campo, pues muchos agricultores se arruinaron como consecuencia
de la caída de los precios y de los mercados agrícolas. Como solución desesperada para poder pagar sus
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deudas, gran cantidad de trabajadores agrícolas vendieron sus tierras a precios irrisorios y se fueron a
trabajar al oeste.
La pobreza no alcanzó solo a campesinos y obreros, sino que se extendió a empleados, profesionales y
capitalistas arruinados.
EFECTO DE LA CRISIS EN AMERICA LATINA: Las guerras y las crisis tienen repercusiones ambivalentes. Por
una parte, las destrucciones que acarrean pueden empobrecer a grandes potencias y arruinar el comercio
internacional. Por otra, la ruptura económica pueda facilitar el “despegue” de algunos países.
Así, por ejemplo, los países latinoamericanos, no envueltos directamente en las dos Guerras Mundiales,
encontraron en ellas la oportunidad de transformar su economía.
Durante este período América Latina incrementó sus exportaciones y acumuló considerables ingresos, al mismo
tiempo que los países capitalistas centrales, plenamente implicados en estos conflictos, dedicaban todo su
esfuerzo industrial a la producción de armamento y cesaban momentáneamente en su papel de exportadores de
bienes de consumo directo.
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En la década de 1920, aun con precios inestables y, a menudo, desfavorables, América Latina alcanzó un lugar
importante en el mercado internacional gracias a la demanda, europea primero y estadounidense después, de
materias primas.
De todos modos, el mundo occidental dominante tenía todavía en su activo las tres cuartas partes de la producción
de minerales, y apenas dependía del resto del mundo para abastecerse de energía.
Incluso antes de estallar la crisis de 1929, el mercado de materias primas era muy inestable, sobre todo para
América Latina, que perdió en parte su anterior diversificación comercial y se ligó más a la nueva economía
dominante: Estados Unidos.
Entre 1910 y 1930, la coyuntura internacional fue favorable a Latinoamérica, pues se sostuvo la expansión de
Brasil y los países del Plata, y mediante inversiones directas norteamericanas el crecimiento llegó a regiones hasta
entonces muy atrasadas.
Aun así, la Gran Depresión, desencadenada en un momento en que el mundo ya era interdependiente, alcanzó
tanto a los países pobres como a los ricos, pero no por igual.
En Latinoamérica las repercusiones de la crisis fueron mayores porque el continente estaba ya más abierto al
comercio internacional y porque Estados Unidos -país donde se inició esta importante crisis económica- había sustituido
a Gran Bretaña como principal proveedor de mercancías y capitales. Los efectos de la crisis alcanzaron de lleno a
Argentina, Brasil y México: por una parte, los países ricos redujeron a una tercera parte sus compras en estas
naciones; por otra, los movimientos de capital se interrumpieron.
Los efectos primordiales de la crisis fueron, pues, nocivos. Si bien, examinando la cuestión con más profundidad,
se podría incluso afirmar que la crisis benefició al conjunto de América Latina, por cuanto el cierre del mercado
internacional la indujo a industrializarse y a diversificar su producción.
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5. Consecuencias psicológicas
El 24 de octubre de 1929 al mediodía, el crecimiento financiero de los años veinte
yacía hecho pedazos en el suelo de la Bolsa de Nueva York. Miles de norteamericanos,
desde viudas pobres hasta magnates, habían perdido sus salvavidas. Al final del día se
habían suicidado once financistas.
Muchas veces nos asalta la idea de si seremos capaces de sobrellevar esta crisis económica, esta idea se
convierte en el eje principal de nuestra existencia, provocándonos un estrés desmesurado debido al terror y el
miedo inducido por la gran alarma social
La directora de la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha declarado que “no nos debería sorprender ni
deberíamos subestimar las consecuencias de la actual crisis financiera, la crisis aumentará los desórdenes
mentales ya existentes” lo que es sumamente preocupante.
A lo largo del siglo XX, las grandes crisis económicas (Gran Depresión en EU de 1929; las guerras mundiales, las
diferentes crisis económicas) nos han enseñado que se asociaron a repercusiones notables en la salud mental
individual y colectiva, con aumento de enfermedades psicosomáticas, cardiovasculares, depresiones y suicidios.
En algunos países se han hecho encuestas, las cuales evidencian que los niveles socioeconómicos bajos y la
pérdida de estatus socioeconómico se asocian a peores autoevaluaciones de salud y a altos índices de morbilidad
psiquiátrica, así como un aumento en la demanda de servicios de salud.
Las razones son varias, hay factores objetivos: pérdida de recursos, restricción de medios y opciones, disminución
de la calidad de vida, etc. Pero lo peor es la percepción de inseguridad, la anticipación ansiosa y pesimista del
futuro, la rumiación (el pensar repetidas veces) de los problemas, poco a poco todo esto produce un cuadro de
ansiedad que puede ir aumentando de intensidad, insomnio, al llegar la noche sigues pensando en los problemas y
en su forma de cómo los puedes resolver; pero como no hay salida posible, reinicias de nuevo a pensar en el
problema, a ver si le encuentras una solución mágica, y así te pasas toda la noche, la ansiedad y el insomnio
acaban generando un cuadro depresivo y muchas manifestaciones psicosomáticas, llega un momento en que tu
sólo, no puedes controlar semejante carga de estrés y tienes que recurrir donde alguien que te ayude, si tienes
muchos problemas psicológicos y físicos, lo más aconsejable es recurrir al psiquiatra.
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Escuelas de pensamiento económico: la doctrina Keynesiana
Se puede decir que hay tres corrientes de pensamiento económico: la escuela Austriaca, la escuela
Monetarista, la escuela Keynesiana. Cada una de ellas tiene su propia filosofía, sus principios y su
forma de ver la economía.
Cada día les comentaré una y después tendrán que decidir con cuál de ellas se sienten ustedes más
identificados.
Por tanto, se trata de dotar a las instituciones de poder para controlar la economía en las épocas de
recesión o crisis y dicho control se ejercería mediante el gasto presupuestario del Estado (política
fiscal).
Famosa es la frase que Milton Friedman escribió en la revista Time en la década de los años
sesenta: “Por una parte ahora somos todos keynesianos; por otra, ya nadie es keynesiano”.
Resumiendo: esta corriente de pensamiento defiende una mayor intervención pública para corregir
los errores del mercado. Máximo exponente es John Maynard Keynes (el economista más influyente
en la Historia).
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La escuela keynesiana nace de la mano de John Maynard Keynes y su libro “Teoría general sobre el
empleo, el interés y el dinero” publicado en 1936 a raíz de la “Gran Depresión”. La teoría keynesiana
propone darle mayor poder y nuevas herramientas a las instituciones para que puedan evitar las
crisis económicas.
La teoría keynesiana se opone a la teoría clásica que sostiene que los ciclos económicos son
regulados por el propio mercado, asumiendo que una baja en los salarios hace bajar la demanda y
que esto al mismo tiempo hace bajar los precios equilibrando al mercado nuevamente.
En cambio, Keynes afirmaba que el estado debe intervenir fuertemente en tiempos recesivos para
aumentar la demanda agregada, ya sea emitiendo dinero o endeudándose.
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ESCUELA KEYNESIANO
ORIGEN: desde comienzos del siglo XX el centro y el dinamismo del desarrollo económico capitalista se traslada de
Inglaterra. La revolución industrial no cobro en Norteamérica ese aspecto de sufrimiento, miseria y desagrado que se
observo en Inglaterra. La dinámica económica revoluciono enteramente las formas tradicionales de vida en un breve
periodo y garantizo la abundancia de bienes de consumo durable, el estilo de vida y la fisonomía moderna, sin embargo,
el jueves 24 de octubre de 1929 en Nueva York nadie quería comprar las acciones porque la economía estaba muy mal y
nadie confiaba en la recuperación. El efecto fue:
· Los precios bajaron un 50%, es decir lo que valía $10 dólares bajo a $5 dólares.
· El desempleo paso de 3 personas por cada 100 en 1924 a 25 personas cada 100 en 1933.
· La producción de un país bajo la mitad, es decir, si en 1924 se producían 100 carros, para 1933 solo se hacían 50
carros.
Marx había analizado la crisis en el sistema capitalista, pero ninguna recesión había sido tan profunda, ni tan
generalizada.
ANTECEDENTES: Escuela basada teóricamente en la ideas de John Maynard Keynes, las cuales dan poder a las
instituciones para así evitar caídas tanto en los Estados como en las economías. Este pensamiento se funda más o menos
en 1936 en respuesta a la gran depresión de 1930 y se da con la publicación de la gran obra de Keynes “teoría general
sobre el empleo el interés y el dinero”.
El principal argumento del pensamiento keynesiano es dotar a las instituciones con el poder de regular los procesos
económicos para evitar los fallos de mercado, las crisis y las recesiones a las que caen las economías en épocas de vacas
flacas, es decir, cuando el crecimiento de la producción no es bueno. La escuela keynesiana refuta la teoría clásica, la
cual postula que los ciclos económicos los regula el mercado sin ningún tipo de intervención Estatal, por el contrario los
keynesianos argumentan que estos ciclos no solamente dependen de los factores del trabajo y del mercado sino que a la
vez el Estado debe intervenir drásticamente para fomentar el ahorro y la demanda agregada para producir crecimiento y
así evitar crisis de producción, de empleo y financiera.
APLICABILIDAD DE SUS IDEAS: para Keynes la oferta es igual a la demanda en un solo punto donde la oferta coincide con
la demanda efectiva. keynes dedujo la curva de demanda a partir de dos componentes, el consumo como tal es la
porción del ingreso que se dedica al gasto, mientras la inversión es la porción que queda.
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1. Teoría keiseniana: La teoría de Keynes es basada en el principio de que los consumidores aplican las proporciones de
sus gastos en bienes y ahorro, en función de la renta. Cuánto mayor la renta, mayor el porcentaje de la renta ahorrada.
Así, si la renta agregada aumento en función del aumento del empleo, la tasa de ahorro aumenta simultáneamente y
como la tasa de acumulação de capital aumenta, la produtividade marginal del capital se reduce, y la inversión es
reducida, ya que la lucratividade es proporcional a la produtividade marginal del capital. Entonces ocurre un exceso de
ahorro, en relación a la inversión, lo que hace con que la demanda(busca) efectiva quede abajo de la oferta y así el
empleo se reduzca para un punto de equilibrio donde el ahorro y la inversión queden iguales. Como ese equilibrio puede
significar la ocorrência de desempleo involuntário en economías avanzadas (donde la cantidad de capital acumulado sea
grande y su produtividade sea pequeña), Keynes defendió la tesis de que el Estado debería intervenir en la fase recessiva
de los ciclos económicos con su capacidad de imprimir moneda para aumentar a busca efectiva a través de déficits del
presupuesto del Estado y así mantener el pleno empleo. ES importante acordar que Keynes nunca defendió el
carregamento de déficits de un ciclo económico para otro, ni muy menos operar presupuestos deficitários en la fase
expansiva de los ciclos.
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