Rogelio Salmona

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Rogelio Salmona: El poeta del Ladrillo

Arquitecto colombiano nacido en París en 1927. Ingresa a la Universidad Nacional de Bogotá


a estudiar arquitectura. En 1948 suspende sus estudios y viaja a Francia donde trabaja en el
Taller de Le Corbusier, a quien había conocido en su visita a Bogotá. Permanece en el taller
durante nueve años colaborando en los proyectos realizados durante ese período, al tiempo
que complementa su formación académica. 

Rogelio Salmona es reconocido como uno de los arquitectos más importantes de América
Latina. Durante más de cinco décadas, sus obras y reflexiones han servido de guía en la
formación de centenares de arquitectos que encuentran en ellas la plenitud de una expresión
que es simultáneamente propia y contemporánea. 
Salmona tiene no solo un conjunto sorprendente de proyectos, sino algo más importante: una
obra. De manera persistente ha mantenido a través de los años una serie de inquietudes,
intenciones y propuestas de carácter universal que ha enfrentado desde su ámbito local. 

“La ciudad es ciudadanía. Con su gente, instituciones, monumentos, su cultura, su


arquitectura y espacio publico, y con la fisonomía que ha ido adquiriendo y
construyendo en el tiempo es la gran propuesta civilizadora de la humanidad.”
 
-Rogelio Salmona-

Rogelio Salmona y la arquitectura con ladrillo en Colombia


Salmona logró consolidar con su arquitectura un lenguaje particular, donde el respeto por el
lugar y la construcción de espacios públicos fueron una constante y la ética su atributo
principal.

Para Salmona la noción de lugar sobrepasa las determinaciones inmediatas e involucra el contexto
geográfico, histórico y social, sugiriendo relaciones novedosas desde la arquitectura. La utilización
plástica de materiales de factura artesanal como el ladrillo, la piedra y el hormigón responde de
manera responsable a las características de la construcción en Colombia y fomentan una mano de
obra especializada. Salmona reconoció que el poder cohesionador de la ciudad se incentiva con la
creación de lugares públicos y abiertos para el encuentro. Para él, el interés por la actividad, más
que la función, posibilita una utilización abierta y multifacética de sus edificios.

La obra del colombiano, se fundamenta en


la cultura europea, y desarrolla las posibilidades del ladrillo de calidad que se fabrica en su país.
El Arquitecto emplea el ladrillo con maestría en todas las disposiciones espaciales posibles,
paredes, suelos y techos, articulando, en todos los casos, sabias composiciones constructivas,
surgidas de su propia experiencia y evolución a lo largo de los años con este material cerámico.

Por otra parte, en Colombia, hay una abundante tradición de construcción en ladrillo, con fábricas
que hacen ladrillos cerámicos prensados de gran calidad.
Colombia, es un país que se caracteriza por tener una climatología bastante homogénea, de días
tropicales con igual duración diurna que nocturna, variando ligeramente en las épocas de lluvia y
de sequía. A todo ello hay que añadirle la típica humedad ambiente tropical, que requiere de
mucha ventilación para poder soportar las elevadas temperaturas.

Bajo este planteamiento, Rogelio Salmona es capaz de


controlar no sólo la preparación de las recetas de sus proyectos, sino también el tiempo y grado de
cocción o madurez durante el desarrollo de las obras.

La consecuencia de todo ello es el logro de una edificación “total” donde nada queda a la
improvisación del constructor, ya que el Arquitecto actúa también a pie de obra durante la fase de
ejecución, hasta lograr la perfección de la edificación.

donde realmente Salmona consigue diseminar


a lo largo, ancho y alto del espacio, el lenguaje del
ladrillo en la edificación de viviendas, es en las Torres del Parque de finales de los 60, que
circundan la plaza de Toros de Bogotá, realizada en su día con arquitectura neomudéjar, sin duda
inspirada en la Plaza de Toros de Rodríguez Ayuso y Álvarez Capra construida en 1874 y que dio
pie al inicio de la Arquitectura de ladrillos del siglo XIX madrileña

Fue polémico por su planteamiento formal, basado en una geometría radial, en el escalonamiento
volumétrico y en el enriquecimiento mediante balcones de la textura visual de los edificios. La
implantación urbana, con su gran generosidad en los espacios públicos.

El tratamiento urbanístico del conjunto, la volumetría de los edificios, el uso masivo del ladrillo y el
tratamiento del espacio interior de las viviendas fueron insólitos en su momento y abrieron
posibilidades para nuevas exploraciones arquitectónicas.

París, 1929 - Bogotá, 2007) Arquitecto colombiano. Interrumpió sus estudios para ir a trabajar al
estudio de Le Corbusier en París de 1949 a 1958, tras haberle conocido durante la visita que Le
Corbusier hizo a Colombia en 1947 con motivo del Plan de Bogotá. Salmona aprovechó esa
estancia en la capital francesa para asistir a los seminarios que Pierre Francastel estaba dando en
La Sorbonne.

De regreso a Colombia, continuó sus estudios en la Universidad de los Andes, donde obtuvo el
título de arquitecto en 1962. Aunque recibió influencias del maestro belga, su obra se orientó
hacia el conocimiento de la tradición de su país.

Utilizó materiales autóctonos, como el ladrillo típico de la región de Bogotá, y adecuó su


arquitectura al paisaje y la luz colombiana. En colaboración con Guillermo Bermúdez ganó el
primer premio del concurso para la urbanización El Polo, donde utilizó el ladrillo visto, combinado
con elementos típicos de movimiento moderno, como eran las ventanas corridas dispuestas en
posición horizontal.

Los más notables arquitectos colombianos han asumido la arquitectura del ladrillo, construyendo
ejemplos de una genuina arquitectura nacional, ya reconocida internacionalmente, y cuyo máximo
exponente fue Rogelio Salmona. En 1970 diseñó para el BCH el conjunto residencial Torres del
Parque, sobre el costado oriental de la Plaza de Toros de Santamaría, en Bogotá; las tres torres
marcaron un hito en la implantación de una obra contemporánea en el contexto urbano y en el
manejo esmerado de formas y materiales, en especial del ladrillo, que llegaría a tener una
influencia innegable en la arquitectura colombiana.

Sus obras acusan también una reflexión profunda sobre el entorno urbanístico de cada
construcción y una peculiar "poética" y tratamiento de sus espacios y materiales, ya sea la piedra
de la región en la Casa de Huéspedes Ilustres, en Cartagena (1978-1986), o el ladrillo en el Centro
Jorge Eliécer Gaitán, de Bogotá, en construcción desde 1980; el Museo Quimbaya en Armenia
(1988); la sede de la Fundación FES en Cali (1990); el Archivo General de la Nación (1994) y el
centro comunal (1997) que se integran al contexto del proyecto de urbanización ya mencionado
de la Nueva Santa Fe, en Bogotá.

ntre sus últimos proyectos sobresale la biblioteca Virgilio Barco de Bogotá, inaugurada en 2001.
Dos años más tarde, Salmona fue galardonado con el premio Alvar Aalto, otorgado por la
Asociación Finlandesa de Arquitectos (SAFA).

El arquitecto e historiador Alberto Saldarriaga ha caracterizado los últimos diseños de Salmona


como una "arquitectura de los espacios de transición", en la que "la espacialidad se trabaja con la
idea de generar umbrales, filtros espaciales, mediadores entre el interior y el exterior, entre lo
público y lo privado". También destaca su afirmación del lugar en que esa arquitectura se erige, así
como su sensible manejo de las texturas y, por consiguiente, de la luz.

Rogelio Salmona ganó diversos galardones (como el premio Nacional de Arquitectura de


Colombia) que lo señalaron como una de las figuras más importantes de la arquitectura
latinoamericana. Fue fundador de la Fundación Pro-Ciudad, organización que se encargaba de la
protección y el desarrollo de Bogotá y otras ciudades colombianas.

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