Estilos de Apego
Estilos de Apego
Estilos de Apego
Los adultos con estilos de apego seguro se sienten cómodos con la intimidad, y se
sienten preparados para ser vulnerables en las relaciones, ya que cuentan con el apoyo
de los demás y están seguros de que son valorados y amados.
Las personas que tienen un apego evitativo, cuanto más severo sea este, más dificultad
encuentran para tener vínculos sanos. Quiénes tienen este tipo de apego se encuentran
en conflicto: por un lado, quieren amar y ser amados, pero por otro, no son capaces de
entregarse y soltar el control sobre sí mismos.
Esto hace que, de alguna manera, se relacionen sin llegar a ser vulnerables del todo y
siguiendo una estrategia inconsciente que podríamos llamar " tener un pie dentro y otro
fuera".
Por un lado, es como si quisieran estar dentro de la relación, pero por otro, quedarse
fuera. Esto a la persona que le acompaña, le genera mucha inseguridad e incertidumbre.
Sobre todo, en aquellos casos donde la pareja tiene un tipo de apego ambivalente.
Por contra, el problema que suele encontrar la persona evitativa en el amor y la pareja,
es que no suele ser asertivo y decir lo que realmente quiere, necesita o piensa.
Los adultos evitativos consideran, que las relaciones cercanas no son importantes, al
contrario, valoran por encima de todo su independencia y autosuficiencia. Tienden
mantener relaciones que se distinguen por unos bajos niveles de compromiso,
complicidad y confianza. Sienten muy poca ansiedad tras una ruptura y en sus
relaciones tienden a mostrar frecuentemente emociones negativas.
Apego ambivalente
Las personas con un estilo de apego ambivalente suelen desear la cercanía, pero temen
que sus parejas no estén al mismo nivel de intimidad. Recordemos que estas personas
en su niñez no podían garantizar y predecir la presencia de sus cuidadores.
Posiblemente sea esa misma inseguridad la que sienten cuando piensan que sus parejas
pueden dejar de interesarse por ellas o no estar “disponibles”.
Por lo tanto, suelen demandar un alto grado de intimidad en la relación y con bastante
frecuencia necesitan que les hagan explícito que son importantes para sus parejas o
utilizan tácticas para atraer su atención o interés. Un ejemplo podría ser poner en
marcha estrategias para despertar “celos” en su pareja como una manera de sentirse
validados.
Tienen dificultades para explicar qué es lo que sienten y suelen esperar a que sea su
pareja la que adivine qué es lo que les pasa.
Suelen estar muy atentas a las conductas y estados emocionales de sus parejas y se
toman sus reacciones como algo personal. Frecuentemente, muchos niños cuyas figuras
de apego no están disponibles de forma habitual tienden a pensar que es por algo malo
que hay en ellos o que ellos tienen la culpa. Una vez más, el patrón podría repetirse en
la relación de pareja.
El modo en el que estas personas ven las relaciones es el siguiente: buscan a los demás
para satisfacer sus necesidades porque creen que esto no lo pueden hacer por sí mismas,
pero creen que, si se acercan demasiado a otras personas, si hay demasiada intimidad, se
harán daño. Es decir, la persona a la que acuden en busca de seguridad es la misma
de la que tienen miedo a acercarse demasiado. Como resultado de esto, su
comportamiento es caótico, ya que se acercan y se alejan de forma periódica, teniendo
un patrón inestable de comportamiento.
Las personas con apego desorganizado en su etapa como adultos tienden a tener
relaciones problemáticas o dramáticas, con muchos altibajos. Son como montañas
rusas. A menudo tienen miedo de ser abandonadas, pero al mismo tiempo también les
cuesta la intimidad. Es probable que se hagan muy dependientes de sus parejas cuando
se sientan rechazadas, pero también se sientan atrapadas cuando están muy cerca
emocionalmente de ellas. Pareciera que no hubiese una sincronización entre ellas y
sus parejas. Es probable que en algún momento de su vida acaben en relaciones
abusivas.
En conclusión…
A grandes rasgos, las personas con apego seguro se sienten a gusto en situaciones de intimidad
y suelen ser cálidas y cariñosas; las con apego ansiosos o ambivalentes anhelan la intimidad,
tienden a obsesionarse con sus relaciones y acostumbran a dudar de la capacidad de su pareja
para corresponder a su amor; las con apego evasivo o evitativo, en cambio, equiparan la
intimidad con una pérdida de independencia y se esfuerzan constantemente en evitar el
acercamiento. Y en cuanto a las personas con apego desorganizado es una combinación de los
dos anteriores, ambivalente y evitativo.
Apego seguro
"Me resulta relativamente sencillo vincularme a mis parejas y me resulta agradable depender
de ellas emocionalmente y permitir que dependan de mí. Disfruto de la intimidad y una relación
estrecha, sin preocuparme mucho porque me puedan dejar o me pidan un mayor compromiso.
Expreso mis necesidades y sentimientos con facilidad a mi pareja. "
Apego evitativo
"Me empiezo a encontrar algo molesto y nervioso cuando mi pareja busca mayor intimidad y
compromiso en la relación. No me es fácil confiar completamente en la otra persona y aceptar
el depender emocionalmente de ellas. Frecuentemente doy con parejas que quieren relaciones
más estrechas de las que a mí me resultarían cómodas. "
Apego ambivalente
"Tengo la sensación de que mis parejas se muestran reacias a vincularse tanto como yo soy
capaz, eso me lleva a angustiarme con la idea de que mi pareja no me quiera lo bastante o no
desee pasar conmigo la cantidad de tiempo que necesito. Mi anhelo de crear un vínculo tan
estrecho en ocasiones aleja a mis pretendientes o parejas."