Conocer y Experimentar Al Cristo Todo Inclusivo y Extenso
Conocer y Experimentar Al Cristo Todo Inclusivo y Extenso
Conocer y Experimentar Al Cristo Todo Inclusivo y Extenso
TEMA GENERAL:
CONOCER Y EXPERIMENTAR
AL CRISTO TODO-INCLUSIVO Y EXTENSO
Mensaje uno
La voluntad de Dios con respecto al Cristo todo-inclusivo y extenso
Lectura bíblica: Ap. 4:11; Ef. 1:5, 9, 11; Col. 1:9-10, 27; 2:6-7; 3:4, 10-11; 4:12
I. Dios es un Dios de propósito, quien tiene una voluntad que corresponde a Su propio
beneplácito, y Él creó todas las cosas por Su voluntad a fin de poder realizar y cumplir
Su propósito—Ap. 4:11; Ef. 3:9-11; Col. 1:9:
A. La voluntad de Dios es el deseo de Dios; la voluntad de Dios es lo que Él quiere hacer—Ef. 1:9.
B. El beneplácito de Dios corresponde a la voluntad de Dios; Su beneplácito está corporificado en
Su voluntad—v. 5.
C. La voluntad de Dios es la firme decisión que Él tomó para cumplir Su propósito—v. 11; 1 Co. 1:1.
D. Dios nos ha dado a conocer el misterio de Su voluntad por medio de Su revelación en Cristo, es
decir, por medio de la encarnación, crucifixión, resurrección y ascensión de Cristo—Ef. 1:9; 3:9.
E. Dios hace todas las cosas según el consejo de Su voluntad; la voluntad de Dios es Su intención, y
Su consejo es Su consideración acerca de cómo cumplir Su voluntad—1:11.
II. Colosenses es un libro sobre la gran y eterna voluntad de Dios—1:9; 4:12:
A. La voluntad de Dios mencionada en este libro no es Su voluntad en cuanto a asuntos de menor
importancia; más bien, es la eterna voluntad de Dios, la gran voluntad de Dios.
B. Colosenses revela lo que es la voluntad de Dios según Su deseo e intención en todo el universo,
en la creación, en la redención, en la era actual, en la era venidera y en la eternidad—Ef. 1:5, 9,
11; 3:9-11; Mt. 16:18; Ap. 19:7-9; 11:15; 21:2.
C. Necesitamos ser llenos del pleno conocimiento de la voluntad de Dios—Col. 1:9:
1. La voluntad de Dios en Colosenses 1:9 se refiere a Su voluntad con respecto a Su propósito
eterno, es decir, con respecto a Su economía tocante a Cristo—Ef. 1:5, 9, 11.
2. Tener el pleno conocimiento de la voluntad de Dios es tener la revelación del plan de Dios a
fin de que podamos saber lo que Dios planea hacer en el universo—Ap. 4:11:
a. El plan de Dios consiste en hacer que Cristo sea el todo en la economía divina—Mt. 17:5;
Col. 1:15-18; 3:10-11.
b. La revelación del plan de Dios abre el camino para que experimentemos más a Cristo—
2:16-17; 3:4, 15-16.
3. Conocer y experimentar al Cristo todo-inclusivo y extenso requiere “toda sabiduría y enten-
dimiento espirituales”—1:9:
a. La sabiduría y entendimiento espirituales son propios del Espíritu de Dios en nuestro
espíritu—Ef. 1:17; 1 Co. 2:11-12; 6:17; 1 Jn. 5:20.
b. La sabiduría se halla en nuestro espíritu para que nosotros percibamos la voluntad eterna
de Dios; el entendimiento espiritual se halla en nuestra mente que ha sido renovada por el
Espíritu para que entendamos e interpretemos lo que percibimos en nuestro espíritu—Ef.
1:17; 4:23.
D. Andar como es digno del Señor es el resultado de tener el pleno conocimiento de la voluntad de
Dios; tal andar es uno en el cual vivimos a Cristo—Col. 1:10; Fil. 1:19-21a.
E. Necesitamos estar firmes, perfectos y plenamente seguros en toda la voluntad de Dios—Col.
4:12.
III. La voluntad de Dios para nosotros es que conozcamos al Cristo todo-inclusivo y extenso,
que lo experimentemos y que lo vivamos a Él como nuestra vida—1:9, 15-18; 3:4:
A. La voluntad de Dios está en Cristo, se concentra en Cristo y es para Cristo; Cristo lo es todo en
la voluntad de Dios—1:9.
B. Que Cristo sea el Primogénito tanto de la creación original como de la nueva creación significa que
Él es tanto todo-inclusivo como extenso—vs. 15, 18:
1. El Cristo extenso es el Cristo que es más vasto que el universo y que lo es todo para
nosotros—Ef. 3:18.
2. Cristo, el Salvador y Señor en quien creemos, es ilimitado e inagotable; puesto que Él no tiene
limitación alguna, la revelación acerca de Él también debe ser sin limitación—vs. 2-5, 8-9.
C. El Cristo que se revela en Colosenses es Aquel que es todo-inclusivo, extenso y preeminente, la
centralidad y universalidad, el centro y la circunferencia, de la economía de Dios—1:15-18, 27;
2:16-17; 3:4, 10-11; Ef. 1:10; 3:11:
1. Colosenses revela al Cristo todo-inclusivo: Aquel que es Dios, hombre y la realidad de todas
las cosas positivas en el universo—2:9, 16-17.
2. En la economía de Dios, Cristo lo es todo; Dios desea a Cristo y sólo a Cristo: el Cristo mara-
villoso, preeminente y todo-inclusivo, quien es el todo y en todos—Mt. 17:5; Col. 3:10-11.
3. El Cristo todo-inclusivo y extenso es el centro de la economía de Dios; la impartición de Dios
está completamente relacionada con Cristo y se enfoca en Él—Ef. 3:17a.
4. La voluntad de Dios, Su intención, en Su economía consiste en forjar al Cristo maravilloso,
todo-inclusivo y extenso en nuestro ser como nuestra vida y nuestro todo a fin de que
lleguemos a ser la expresión corporativa del Dios Triuno—Col. 1:27; 3:4, 10-11.
D. La voluntad de Dios es que el Cristo todo-inclusivo y extenso sea nuestra porción, nuestra vida,
nuestro elemento constitutivo y nuestra paz—1:9, 12; 3:4, 10-11, 15:
1. En 1:9 la voluntad de Dios se refiere a Cristo; la voluntad de Dios es profunda con relación a
que nosotros conozcamos, experimentemos y vivamos en el Cristo todo-inclusivo y extenso.
2. La voluntad de Dios para nosotros es que conozcamos a Cristo, experimentemos a Cristo,
disfrutemos a Cristo, seamos saturados de Cristo y que Cristo llegue a ser nuestra vida y
nuestra persona—3:4, 10-11; Ef. 3:16-17.
3. La voluntad de Dios es que nosotros, ya que tenemos al Cristo todo-inclusivo y extenso,
deberíamos andar en Él—Col. 2:6:
a. Andar en Cristo es vivir, actuar, comportarnos y tener nuestro ser en Él.
b. A medida que andemos en Cristo, seremos arraigados en Él a fin de tener crecimiento
hacia abajo y seremos edificados a fin de tener crecimiento hacia arriba—vs. 6-7.
E. Deberíamos estimar y evaluarlo todo según el Cristo todo-inclusivo y extenso—v. 8:
1. Cristo es el principio que rige toda sabiduría y conocimiento genuinos, la realidad de toda
enseñanza genuina y la única medida de todo concepto aceptable a Dios.
2. Es únicamente cuando tengamos una perspectiva clara del lugar que el Cristo todo-inclusivo
y extenso ocupa en la economía de Dios que podremos ver a través de toda ilusión y engaño.
F. Necesitamos ser infundidos, saturados e impregnados del Cristo todo-inclusivo y extenso hasta
que, en nuestra experiencia, Él lo sea todo para nosotros—1:27; 2:16-17; 3:4, 10-11:
1. El Cristo todo-inclusivo y extenso está en nosotros, pero necesitamos verlo, conocerlo, ser
llenos de Él, ser saturados de Él y ser absolutamente uno con Él.
2. Deberíamos permitir que el Cristo todo-inclusivo y extenso llene todo nuestro ser y reem-
place nuestra cultura consigo mismo—Ef. 3:17a; Col. 3:10-11:
a. Cuanto más Cristo reemplace nuestra vida natural y nuestra cultura consigo mismo,
más podremos declarar: “El vivir es Cristo”; para nosotros, el vivir será el Cristo que
toma plena posesión de nosotros, nos ocupa y nos llena consigo mismo—Fil. 1:21a.
b. El Cristo todo-inclusivo y extenso desea reemplazar cada elemento de nuestra vida natu-
ral y nuestra cultura consigo mismo a fin de que podamos ser un solo y nuevo hombre,
Su expresión corporativa; éste es el mensaje contenido en el libro de Colosenses—3:10-11.
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Mensaje dos
Conocer y experimentar al Cristo todo-inclusivo y extenso
como la buena tierra: nuestra porción asignada
Lectura bíblica: Col. 1:12; 2:6-15, 19; Éx. 3:8; Dt. 8:8-9; 26:9
Lectura bíblica: Col. 1:15, 18; 3:4, 10-11, 17; Ap. 2:4; Dn. 7:9-10
Lectura bíblica: Col. 2:16-18a; Jn. 14:6a, 17; 1 Jn. 5:6; Jn. 16:13
Lectura bíblica: Col. 2:2-3, 9-10; Jn. 1:1, 14, 16; Ef. 3:8, 17