Definición de Medios Impugnatorios
Definición de Medios Impugnatorios
Definición de Medios Impugnatorios
El nuevo Código Procesal Civil vigente en nuestro país desde el 28 de julio de 1993,
mantiene fundamentales recursos como el de reposición contra las resoluciones de mero
trámite y el de apelación, conocido como una de las garantías procesales esenciales y
establece el régimen del recurso de casación, de gran prestigio en los ordenamientos
procesales modernos, recogido por la Constitución Política de 1979 y la vigente de 1993 y
la Ley Organica del Poder Judicial en vigor desde Enero de 1992.
La posibilidad de que el propio Juez o Tribunal que dicta la resolución recurrida
deniegue el recurso de apelación o el de casación pondría, como dice GUASP, en sus
manos la impugnabilidad de sus propias resoluciones, pues le bastaría con no admitirlo, en
ningún caso para evitar que fuese enjuiciado y revisado por el Tribunal Superior, que ha
de decidir el recurso, según las reglas generales. Para evitar este resultado se concede
el recurso de queja por denegación de apelación, existente en el derogado Código de
Procedimientos Civiles. Como en el nuevo régimen se inviste a los Tribunales Superiores
de poderes para la calificación de la admisibilidad o procedencia del recurso de casación,
se admite también este recurso auxiliar de queja por denegación de casación. Asimismo,
se regula el petitorio de aclaración y ampliación de resoluciones, que no es realmente un
recurso y que estaba deficientemente regulado en el Código de Procedimientos Civiles de
1912, y la consulta, entendida como se ha dicho ya, como un medio de control,
estableciéndose su procedencia y trámite en los artículos 408 y siguientes.
En las primeras disposiciones del nuevo Código, referentes a los medios de
impugnación de las resoluciones judiciales, se establecen principios generales comunes a
todos aquellos. (Art. 355 y sgtes.)
En cuanto a los actos impugnables, pueden ser objeto de impugnación todas las
resoluciones judiciales, como se desprende del Art. 356, debiendo utilizarse los
"remedios" contra los agravios producidos por actos procesales no contenidos en
resoluciones.
Concretamente, se precisa en los Arts. 358, 366 y 388 la obligación de fundamentar
todo medio impugnatorio en el acto de su interposición y como requisito para su
procedencia, lo cual es verdaderamente acertado y deja sin efecto la vieja costumbre de
interponer recursos con el sólo argumento de "no encontrarlos arreglados a ley",
reservándose el derecho de fundamentarlos en su oportunidad
RECURSO DE APELACIÓN
Es el medio por el cual el legitimado pretende el acceso del proceso a la instancia
superior, con el objeto de que modifique o revoque a su favor la sentencia de la instancia
anterior que le es desfavorable (13). Es el más conocido de todos los recursos, tan es así
que muchas personas utilizan la palabra impugnación como sinónimo de medio
impugnatorio. El régimen del recurso de apelación en el nuevo Código Procesal Civil
mantiene los principios fundamentales del sistema de apelación existente en el Código
derogado, pero se introducen algunos aspectos muy interesantes, producto de la
elaboración científico-procesal de los últimos años en Latinoamérica y que han sido
hábilmente recogidos por sus autores.
Se precisa que ella tiene por objeto que el órgano jurisdiccional superior examine, a
solicitud de parte o de terceros legitimados, la resolución que les produzca agravio, con el
propósito que sea revocada, reformada o anulada, total o parcialmente. (Art. 364).
El principio adoptado por nuestra actual Constitución y la Ley Orgánica del Poder
Judicial de doble grado de competencia funcional, consiste en que el proceso pueda pasar
para su pleno conocimiento por dos instancias sucesivas. Por ello la apelación, también
llamada "alzada", es el más importante y usual de los recursos, máxime cuando a través
de ella se puede alegar cualquier vicio de la resolución impugnada. Mediante la apelación,
el proceso decidido por el Juez inferior es llevado a un Tribunal Superior para que revoque
o reforme una resolución que se estima errónea en la aplicación del derecho o en la
apreciación de los hechos.
Por la forma en que está redactado el Art. 364 somos del parecer que el nuevo Código
unifica los recursos de apelación y de nulidad, (entendido éste en su estricto sentido de
reclamación contra vicios del procedimiento), que en varias legislaciones aparece con
carácter autónomo, de tal modo que el ámbito de aplicación de la apelación queda
ampliado, comprendiendo no sólo la impugnación de la resolución en razón de mérito,
sino también la impugnación basada en la nulidad por incumpimiento de un requisito del
que se deriva tal efecto. Ello sigue las elaboraciones de la moderna ciencia procesal y
resulta más eficaz. El Art. 382 corrobora la opinión señalada.
EFECTOS DE LA APELACIÓN
En cuanto a los efectos del recurso de apelación el Art. 368 se refiere a la apelación con
efecto suspensivo o sin efecto suspensivo, en lugar de apelación en ambos o en un sólo
efecto como se establecía en el Código de 1912.
De acuerdo con el Art. 371 la apelación tendrá efecto suspensivo cuando se trate de
sentencias definitivas o de autos que dan por concluido el proceso, además de los casos
expresamente previstos en el propio Código. En todos los demás la apelación no tendrá
efecto suspensivo, según se desprende del Art. 372, por lo que la eficacia de la resolución
impugnada se mantiene, incluso para el cumplimiento de ésta, no suspendiéndose
tampoco la competencia del Juez.
La regla es, entonces, que las apelaciones se concedan sin efecto diferido, salvo en
aquellos casos en que la ley expresamente disponga que se otorgue con efecto diferido.
La concesión del recurso con efecto diferido ha sido establecida para evitar cualquier
tipo de dilación que pudiera suscitarse en el proceso, interrumpiéndolo, por la necesidad
de remitir el expediente al superior.
Se trata, pues, de una importante reforma para evitar que en virtud de la apelación
interpuesta contra una resolución interlocutora se suspenda el conocimiento para
resolver sobre la apelación, contribuyendo a la lentitud de los procesos. Su finalidad
responde al principio de celeridad y es loable.
Por efecto diferido se entiende lo contrario a efecto inmediato. Por regla general, la
interposición del recurso es seguida inmediatamente por las etapas que culminan con la
solución del mismo ante el Superior Tribunal; en cambio, la apelación se concede con
efecto diferido cuando tratándose de interlocutorias (autos) se interpone sin fundar el
recurso y condicionando a la eventual apelación de la sentencia definitiva.
Finalmente, cabe señalar que en cuanto a los poderes del Tribunal de Apelación el
nuevo Código consagra el principio de la no "reformatio in pejus" lo que significa que está
prohibido al Tribunal de alzada empeorar o agravar la situación de quien interpuso la
apelación. Así lo establece el Art. 370 del nuevo Código recogiendo tal principio
generalmente aceptado por los demás países, y que es una consecuencia del principio
dispositivo. Queda entendido que tal limitación no es aplicable cuando la otra parte ha
apelado o se ha adherido al recurso.
RECURSO DE REPOSICIÓN
Está tratado por los Arts. 362 y siguientes, y tiende a obtener que en la misma instancia
se subsanen los agravios que pueda inferir el decreto impugnado y por el mismo órgano
que lo ha pronunciado. De allí que cualquiera de las tres designaciones resulta apropiada.
Este medio impugnatorio mantiene la fisonomía que ostenta en el viejo Código, aun
cuando amplía a tres días el plazo para interponerlo, pues el de un sólo día era absurdo.
Está regulado en forma más o menos similar en todos los Códigos Procesales
latinoamericanos, debiendo anotarse que lo que el juez resuelva ya no es atacable por
ningún otro medio impugnatorio.
En puridad no se trata de verdaderos recursos, que por naturaleza son impugnatorios,
sino de medios que tienen por función, una vez dictada la sentencia, aclarar expresiones
oscuras o dudosas, o ampliarla, incluyendo algún aspecto omitido en ella. No se trata,
pues, de recursos en sentido técnico, pero se les trata en esta parte del Código.
El nuevo Código Procesal Civil, ubica en el lugar que corresponde la norma contenida
en el Art. 1078 del Código de Procedimientos Civiles de 1912, que se refería a la aclaración
de conceptos oscuros y dudosos, y de suplir omisiones en que se haya incurrido acerca de
los puntos discutidos.
Me refiero al Art. 406, del NCPC que se refiere a las aclaraciones en la parte decisoria,
ya que el siguiente habla de la "corrección de errores materiales evidentes que contenga
una resolución, y de `completar' puntos controvertidos no resueltos".
Los problemas que se plantean, aun cuando recurriendo a una redacción más adecuada
que la existente, no significan mayores variantes dentro de la tónica del Art. 1078 del
Código anterior. Sólo debemos entender, con las palabras de COUTURE, que debe tratarse
de "errores involuntarios" y que la ampliación no permite introducir nuevas cuestiones no
planteadas, violando el principio de congruencia, no pudiendo alterarse en ningún caso el
contenido sustancial de la resolución.
RECURSO DE CASACIÓN
Estimo lógicamente, "casar" es traducción del francés "casser", que quiere decir
rompero o, metafóricamente abrogar, derogar, dejar sin efecto o desprovisto de valor.
Casar es dejar desprovisto de todo valor a un fallo.
En el régimen del nuevo Código es un recurso ordinario dado que el Art. 398 establece
que su interposición suspende la ejecución de la sentencia, es decir que la cosa juzgada se
opera, o bien transcurrido el plazo para su interposición sin que ésta se haya efectuado, o
una vez que el recurso haya sido resuelto definitivamente.
La casación no es una tercera instancia sino que se distingue nítidamente de ella en que
en la tercera instancia la Corte Suprema está facultada para revisar el proceso en plenitud,
en cambio, en la casación dicho Tribunal no reconsidera ni revalora los hechos.
En cuanto a la finalidad perseguida con la consagración del recurso de casación, ella
tiene como objetivo asegurar el exacto, uniforme e igualitario cumplimiento de las normas
jurídicas. COUTURE sostenía que este recurso tiene por objeto "la justa aplicación de la ley
y la unidad de la jurisprudencia" (14).
a) La justa aplicación de la ley, en defensa del derecho objetivo, para preservar del
modo más exacto posible los valores que el legislador hubiere querido proteger.
Estos fines de la casación son los que han inspirado la norma contenida en el Art. 384
del nuevo Código, según el cual el recurso de casación tiene por fines esenciales la
correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de la República.
Vieja aspiración del sistema de justicia nacional, la casación fue incorporada en nuestro
ordenamiento legal por la Constitución Política de 1979, y de allí en adelante ha sido
legislada en la parte pertinente por la Ley Orgánica del Poder Judicial actualmente en
vigencia, correspondiendo su regulación a los Códigos Procesales Civil y Penal.
Como ya se ha dicho antes, la casación no da lugar a una instancia, como sucede con las
apelaciones de las sentencias u otras resoluciones, pues precisamente existe contra las
sentencias (de vista) dictadas por los tribunales superiores y que reunan determinados
requisitos, y ya sabemos que ningún proceso puede tener más de dos instancias, (Art. 11
de la Ley Orgánica del Poder Judicial). Se trata de un "recurso extraordinario", razón por la
cual está limitada a los casos en que la importancia o la naturaleza del asunto lo justifica.
RESOLUCIONES CASABLES
En principio, la casación procede contra las sentencias definitivas, es decir las
resoluciones emanadas de un Tribunal judicial y que culminen un proceso; en
consecuencia, no procede contra las decisiones de los órganos administrativos, ni
tampoco contra los autos que resuelven los incidentes.
El Art. 385 del nuevo Código dispone que sólo procede el recurso de casación contra las
siguientes resoluciones:
a) Contra las sentencias de vista expedidas por las Cortes Superiores.
b) Contra los autos de vista expedidos por las Cortes Superiores que ponen fin al
proceso.
Si bien esta disposición se adecúa a los principios doctrinales, es decir que la
impugnación debe corresponder a todas las sentencias definitivas, encontramos que no se
ha puesto taxativas o limitaciones al recurso, como las hay en muchos otros países, en los
que existen restricciones a dicho recurso a fin de limitar el flujo de causas a los Tribunales
de Casación.
En cuanto se refiere a los laudos arbitrales no debe olvidarse que conforme a lo
dispuesto por el Art. 65 de la Ley General de Arbitraje (D.L. N 25935), procede el recurso
de casación contra lo resuelto por la Corte Superior sólo en los casos en que se hubiera
pactado así en el convenio arbitral y siempre que sea procedente.
El recurso de casación, como ha quedado dicho, nace para el control de las infracciones
que las sentencias puedan cometer en la aplicación del Derecho.
El nuevo Código Procesal Civil, en su Art. 386, establece que las causales por las que se
puede interponer recurso de casación son las siguientes:
1) La aplicación indebida o la interpretación errónea de una norma de derecho
material, así como de la doctrina jurisprudencial, (en esta causal está incluida la aplicación
indebida a que se refiere el Art. 236 de la Constitución de 1979).
3) La contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, o
la infracción de las formas esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales.
No hay que olvidar que casación viene de "casar", que en nuestro idioma es la
traducción de "casser", que significa romper, abrogar, derogar, dejar sin efecto.
"Casser" proviene del latín "cuassare", vale decir, sacudir violentamente, romper.
Tradicionalmente, también, se admite que dicha infracción jurídica puede darse tanto
en el fondo como en la forma, esto es, que puede producirse tanto al juzgar (in indicando),
como en el procedimiento (in procedendo). Al respecto, nuestro Código Procesal Civil
establece que ambos dan lugar a la casación.
En doctrina existe consenso en que la casación implica un control del derecho aplicado
en la sentencia y en el proceso todo, pero no en los hechos, cuya apreciación hecha por
los tribunales inferiores resulta intangible frente al organismo casatorio. Sin embargo, y
dadas las situaciones complejas que la casuística plantea, existen opiniones que
pretenden llevar la casación al campo de los hechos (17).
Todo esto sirve también para corroborar una realidad indubitable. No se trata de una
tercera instancia "extraordinaria" como la que teniamos, pues la casación consiste,
exclusiva y excluyentemente, en el examen de las cuestiones de derecho de la sentencia
impugnada. Este es su aspecto fundamental (18). Quedan descartadas las cuestiones de
hecho, es decir, los jueces supremos no tendrán que merituar las pruebas aportadas por
las partes o las conclusiones a las que ha llegado el inferior al analizarlas, pues este
aspecto del debate procesal se cierra con la segunda instancia.
Su labor será puramente jurídica, esto es, declarar si el derecho objetivo aplicado o
interpretado en la sentencia no tiene objeciones ni reparos que obliguen a anularla.
REQUISITOS DE INTERPOSICIÓN
El recurso de casación está sujeto a estrictas reglas formales. Establece el Código
Procesal Civil en su Art. 387 que el recurso debe presentarse por escrito, dentro del plazo
de diez días, contados a partir del día siguiente de notificada la resolución que se
impugna, acompañando el comprobante de pago de la tasa judicial respectiva. El recurso
debe interponerse ante la Sala o Tribunal que expidió la resolución impugnada,
debidamente fundamentado en el modo y forma que prescribe el Art. 388, y siempre que
el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución adversa de primera
instancia, cuando ésta fuera confirmada por la resolución objeto del recurso.
El incumplimiento de alguno de los requisitos establecidos en el Art. 387, dará lugar a la
declaración de "inadmisibilidad" del recurso, (Art. 390). De otro lado, el incumplimiento
de los requisitos de fondo establecidos en el Art. 388 dará lugar a que la Sala Casatoria
declare improcedente dicho recurso, antes de la vista de la causa (Art. 392).
El "Per Saltum" o "by pass" es una institución nueva, cuyos antecedentes se encuentran
en el Derecho Continental Europeo y especialmente en el Norteamericano, siendo la
tendencia a su aplicación en casos muy especiales o excepcionales, pues de algún modo
implica tergiversar el curso regular de los procesos, transtornando la función
jurisdiccional.
Es una creación que ha venido a cubrir aspiraciones de buena parte de la doctrina más
moderna y progresista, pero su regulación legislativa bien merece ser esclarecida en un
debate profundo que analice si es viable su aplicación en nuestro medio.
En el derecho comparado y concretamente en los Estados Unidos como en los países
europeos, el "per saltum" ha tenido escasa aplicación (19), y la doctrina se inclina, en
general, a aceptar su aplicación solamente cuando tal excepción está regulada
expresamente por la ley.