Responsabilidad Por No Mantenimiento de Obras Vias

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CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO


SECCIÓN TERCERA – SUBSECCIÓN “B”
 
 
Bogotá D.C., diciembre nueve (9) de dos mil once (2011)
Consejero Ponente: Danilo Rojas Betancourth
Expediente n.°  21386
Radicación n.° 47001 23 31 000 1995 4152 01
Actor: César Ortha Gutiérrez y otros
Demandado: Distrito de Santa Marta y Metroagua S.A.
Naturaleza:  Acción de reparación directa
 
Decide la Sala el recurso de apelación presentado por Metroagua S.A. contra la sentencia del
22 de marzo de 2001 proferida por el Tribunal Administrativo de Descongestión de Barranquilla.
 
ANTECEDENTES
 
I. Síntesis del caso
 
1. El 22 de mayo de 1995, por la muerte de Robinson Rafael Vizcaíno Horta y las lesiones
producidas a César Augusto Ortha Gutiérrez, éste y los padres, hermanos, hijas y esposa del
primero, presentaron acción de reparación directa contra el Distrito Turístico de Santa Marta y
la empresa Metroagua S.A., por cuanto consideraron que la falta de señalización de
unos escombros dejados en la vía originaron el accidente. El Tribunal, en primera instancia,
accedió a las pretensiones de la demanda. La empresa Metroagua S.A. impugnó la anterior
determinación.
 
II. Lo que se demanda
 
2. El 22 de mayo de 1995 César Augusto Ortha Gutiérrez y los familiares de Robinson Rafael
Vizcaíno Horta, José Rosario Vizcaíno Gutiérrez (papá) en nombre propio y en representación
de Ana Sofía, Federmán Gregorio, Cecilia Inés y Adolfo Rosario Vizcaíno Monsalvo; John Jairo
Vizcaíno Monsalvo y Ediltrudes Vizcaíno (hermanos); María Lorenza Horta Gutiérrez (mamá)
en nombre propio y en representación de Johnis Enrique, Víctor Manuel y Anillel Verónica Plata
Horta y Claudia Patricia Plata Horta (hermanos); Rocío del Rosario de la Hoz Esquea (esposa)
en nombre propio y en representación Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz (hija)
y Yoelis Yohana Vizcaíno Arzuza (hija), presentaron acción de reparación directa contra el
Distrito de Santa Marta y la empresa Metroagua S.A.
 
3. Alegan los demandantes que el 23 de mayo de 1993 a  las 11:30 pm en la calle 22 con
carrera 18 frente a la casa n.° 18-08 de la ciudad de Santa Marta, ocurrió un accidente de
tránsito donde resultó lesionado César Augusto OrthaGutiérrez y muerto Robinson Rafael
Vizcaíno Horta. Dicho accidente, alegaron, fue causado al chocar la moto en la que se
transportaban, con unos escombros que en su consideración, la empresa Metroagua S.A.
había dejado en dicho lugar luego de realizar unos trabajos, sitio en el que omitieron señalizar
el peligro que éstos representaban.
 
4. Manifestaron los accionantes que la empresa Metroagua S.A. es una sociedad de economía
mixta que presta un servicio público y que por tanto, cuando causa un daño a un tercero se
puede instaurar una demanda vía contenciosa administrativa. Además, en este caso al Distrito
de Santa Marta le cabe una responsabilidad solidaria, ya que, conforme con el Código Nacional
de Tránsito y la Resolución n.° 008408 de 1985 del Ministerio de Obras Públicas, era su “deber
velar por la vida, honra y bienes de los ciudadanos y velar porque una empresa
como  Metroagua S.A. de la cual es socio y que tiene como fin primordial prestar los servicios
públicos de acueducto y alcantarillado, no omitiera señalizar el peligro”.
 
5. En razón a lo expuesto solicitaron, condenar al distrito de Santa Marta y a la
empresa Metroagua S.A. a pagar a favor de los padres, hermanos, esposa e hijas de Robinson
Rafael mil ( 1 000) gramos oro, los cuales se estimaron en $ 11 311 1000, por concepto de
perjuicios morales y por perjuicios materiales a favor de Rocío de la Hoz Esquea $ 5 619 857; a
Shakira Vizcaíno de la Hoz $ 1 685 957 y para Yoelis Vizcaíno Arzuza $ 1 685 957.
 
III. Trámite procesal
 
6. El apoderado del Distrito de Santa Marta al contestar la demanda, señaló que “el autor del
accidente si lo hubo fue el señor César Augusto Ortha Gutiérrez, quien sería el verdadero
responsable de la muerte de Robinson Rafael Vizcaíno Horta, porque el accidente debió ocurrir
por culpa del conductor de la moto, tal vez, por ir conduciendo en estado de embriaguez, ya
que los trabajos realizados por los empleados de  Metroagua el 23 de mayo de 1993, en la
calle 22 con  cra 18, se reducían a una simple excavación para colocar un tubo, que al ser
terminada fue cubierta en su totalidad y quedó un pequeño promotorio, una especie de policía
acostado que no generaba peligro alguno para ningún vehículo automotor. Y esa fue la razón
para que los empleados de Metroagua  una vez concluidos los trabajos, hubieran levantado la
señalización y los avisos correspondientes”. Agregó que “las fotografías acompañadas con la
demanda no corresponden al sitio donde  Metroagua hizo las reparaciones del caso, ni a la
fecha del 23 de mayo, fecha ésta en que no se había pavimentado las franjas de terreno que
se había abierto para colocar el tubo. Ya que la pavimentación se hizo una semana
después”. Concluyó que “no se puede acumular la acción de reparación directa contra un ente
estatal y una empresa de derecho privado”.
 
6.1 Metroagua S.A. solicitó que sean “denegadas todas y cada una de las pretensiones de la
demanda por carecer de fundamentos legales y fácticos, especialmente por no ser cierto que
empleados de Metroagua  S.A. E.S.P. ejecutaran en el lugar y en la fecha señalada en la
demanda la repavimentación y la acumulación y abandono irresponsable de los respectivos
escombros que supuestamente causaron la muerte al demandante según afirma el actor”. Dijo
que: a) se realizó “en la calle 22 con carrera 18, un empalme de tuberías de agua potable para
lo cual las cuadrilla de obreros de la empresa (…) realizaron una zanja de 30 centímetros de
ancho por un largo equivalente al ancho de la avenida Santa Rita o calle 22, excavación que
inmediatamente sellaron con material de relleno dejándolo absolutamente nivelado a la
calzada”; b) “durante el desarrollo de los trabajos hubo la suficiente señalización, la cual no fue
necesaria dejarla en el lugar por cuanto la zanja no quedó abierta al igual que no hubo la
acumulación de desechos”; c) “no es cierto que los empleados de mi cliente fueran quienes
dejaran los escombros mencionados por la actora en su demanda” y c) “Metroagua  S.A. E.S.P.
no repavimentó la calzada de concreto en la calle 22 con carrera 18 como lo afirma la
demandantes y si   hipotéticamente lo hubiese realizado, lo cual jamás sucedió, las
reclamaciones de las víctimas de los escombros de las mismas, hipotéticamente hablando, son
del resorte de la jurisdicción ordinaria”.
 
7. La parte demandante en los alegatos de conclusión señaló que está probado procesalmente
los hechos que fundamentaron la demanda. El apoderado de Metroagua S.A., por su parte dijo
que “existen entre las pruebas recaudadas y los hechos y pretensiones de la demanda
protuberantes contradicciones que presagian el fracaso de la acción impetrada”; como las
siguientes: a)  “ninguno de los testigos manifestó haber apreciado letreros, avisos o maquinaria
con el logotipo de la empresa que indicara que esos trabajos los adelantaban empleados
de Metroagua”;  b) aludiendo al testimonio de Jorge Enrique Ariza Arzuza señaló
que “curiosamente en las fotografías tomadas desde tres ángulos diferentes no se aprecian en
el pavimento rastros de haberse repavimentado una zanja de cuarenta centímetros de ancho
atravesando la avenida Santa Rita del sardinel de la calzado sur al sardinel de la calzada norte,
al menos en el lugar en el que se rayó en guiones sucesivos (- - -)”; c) “el demandante omitió
detenerse en la intersección de la vía por la que transitaba con la calle 22 (…)”; d) “menos es
explicable, porque contradice con las leyes de la física, que el cuerpo de Robinson Vizcaíno
cayera ocho metros al este del obstáculo con que sufrió el impacto la motocicleta en que se
movilizaba, es decir, el cuerpo giró noventa grados a la izquierda de la trayectoria
original”; e) “los testigos afirman que (…) habían informado la existencia de los escombros que
coinciden todos en afirmar que son los mismos de las mentadas fotografías, entonces,
sabiendo de la amenaza de peligro allí existente, considero hubo imprudencia o falta de
diligencia, por decir lo menos, por parte del conductor de la motocicleta”; f) los ocupantes de la
motocicleta sin duda alguna habían consumido alcohol “momentos antes en el concierto de
Radio K al que asistieron”;  g) en las fotografías, que fueron tomadas a las 9:30 de la mañana
del día siguiente, no se aprecian señales o manchas de sangre “cuando una hora y media
antes 8:00 am del mismo día en que tomaron las fotos Carlos Arturo Lopesierra llegó al lugar y
vio que ‘la sangre de la víctima o del accidentado esta subiendo hacia el polideportivo frente a
una casa de una familia Zagarra, a unos seis u ocho metros del escombro puedo ubicar la
sangre en el pavimento’”. Concluyó que “es inexacto el relato de los hechos de la respectiva
demanda, creando confusión en las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que afirman los
demandantes ocurrieron los mismos por lo que deben ser desechadas las pretensiones de la
demanda”.
 
8. El 22 de marzo de 2001 el Tribunal Contencioso Administrativo de Descongestión de
Barranquilla resolvió:
 
1° Exonerar de toda responsabilidad al Distrito de Santa Marta, por las consideraciones
expuestas en la parte motiva de esta providencia.
 
2° No se accede a reconocer perjuicios a favor del señor César Augusto Horta Gutiérrez, por lo
expresado en las consideraciones de este proveído.
 
3° Declárase administrativa y patrimonialmente responsable a la Compañía de Acueducto y
Alcantarillado Metropolitano de Santa Marta S.A.  Metroagua S.A., por los perjuicios irrogados a
los demandantes con ocasión de la muerte del señor que en vida respondía al nombre de
Robinson Rafael Vizcaíno Horta.
 
4° Como consecuencia del anterior pronunciamiento condénese a la parte demandada a pagar
a Rocío del Rosario de la Hoz Esquea  por concepto de perjuicios materiales la suma de
veintitrés millones seiscientos cincuenta y ocho mil ochenta y nueve pesos con diecisiete
centavos ( $ 23.658.089, 17), a Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz la suma de diez millones
setecientos treinta mil doscientos treinta pesos con veinticuatro centavos ($ 10.730.230.24) y
a  Yoelis  Yohana  VizcaínoArzuza  la suma de ocho millones ochocientos ochenta y siete mil
catorce pesos con treinta y nueve centavos ( $ 8. 887.014.39).
 
5° Condénese a pagar por concepto de perjuicios morales a su esposa Rocío del Rosario de la
Hoz Esquea  y a sus hijas Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz
y Yoelis Yohana Vizcaíno Arzuza, la suma de  1000 gramos oro a cada una de ellas. A María
Lorenza Horta Gutiérrez, en su calidad de madre y a su padre José Rosario Vizcaíno Gutiérrez,
la suma de 1000 gramos oro para cada uno. A cada uno de los hermanos paternos: Jhon
Jairo, Ana Sofía, Federman Gregorio, Cecilia Inés y Adolfo Rosario
Vizcaíno  Monsalvo y  Ediltudiz Vizcaíno Camargo la suma de  500 gramos oro.
 
(…)
 
8.1 Consideró el Tribunal que “dentro del material aportado con el libelo de la demanda
aparecen a folio 49 del expediente tres fotografías con un recuadro donde se observa la
inscripción MAY/93, y la imagen de una calle con separador, tierra, piedra y escombros en
general, las fotografías reflejan el sitio exacto donde ocurrió el accidente, ya que las mismas
fueron reconocidas por los testigos Euro Atencia Medina (…), Julio Manuel Bernal (…), Carlos
Arturo  Lopesirra (…), Luis Fernando Castaño Morales (…), Jorge Enrique Ariza Arzuza (…) y
Efrén Correa (…) no existe duda que las fotos fueron tomadas del lugar donde ocurrieron los
hechos que ocasionaron la muerte del señor Robinson Vizcaíno Horta y heridas a César Horta
Gutiérrez y en el mismo se encontraban los escombros que allí aparecen, por lo que el fallador
de esta instancia no puede darle credibilidad a las declaraciones de los señores Luis Fernando
Castaño Morales y Jorge Enrique Ariza Arzuza, quienes manifiestan que los escombros fueron
recogidos y solo se dejó un  promotorio de diez centímetros para compactación, también
contrasta con las declaraciones de Euro Atencia Medina, Julio Manuel Bernal, Carlos
ArturoLopesierra y Álvaro Efraín González Moreno, quienes afirman que se encontraban
escombros en el lugar (…) no comparte este tribunal lo afirmado por el apoderado judicial
de Metroagua  S.A. en el sentido que en la intersección de la calle 22 con carrera 18 deba
hacerse un pare por las personas que transitan por la calle, ni está en las fotografías y por las
normas de tránsito aplicables se puede observar que la avenida Santa Rita es preferencial
sobre la carrera por la anchura de la misma; (….) no puede afirmarse que el cuerpo de la
víctima cayó ocho metros al este del obstáculo (…) esto sería cierto si la víctima y el
demandante transitaban por la carrera 18, lo que como se dijo no es cierto (…); como no se
comparte la realizada en el mismo escrito sobre la presunción de consumo de alcohol de los
ocupantes de la motocicleta debido a que esto no está probado dentro del
expediente”.  Concluyó así que “el accidente de transito donde perdió la vida el señor Robinson
Vizcaíno y resultó lesionado Cesar Orta (sic), se produjo debido a la colisión de la motocicleta
en el montículo de desechos o escombros que se encontraban en la calle 22 con carrera 18 de
la ciudad de Santa Marta, sin señalización alguna que permitiera al conductor prevenir el
peligro (…) la responsabilidad del centro jurídico demandado  Metroagua S.A. está demostrada
debido a que ésta al no señalizar incurrió en una omisión que generó las lesiones de uno de los
demandantes y la muerte de su acompañante, demostrándose así la responsabilidad por falla
en el servicio.
 
8.2 Con respecto a la responsabilidad del Distrito de Santa Marta dijo que “el contrato de
arrendamiento suscrito entre el Distrito (…) y la Sociedad  Metroagua S.A. obliga a esta última
según la cláusula tercera a realizar los gastos operacionales y de inversión que lleve el mismo,
por lo tanto es a ella a quien le compete la señalización de la vía con ocasión de los trabajos
realizados, tal como se desprende de las declaraciones de los ingenieros Efrén Correa y Luis
Fernando Castaño, así como de la declaración de Jorge Enrique Ariza Arzuza. Endilgar
responsabilidad al Distrito de Santa Marta por no velar por la señalización de las obras que él
no realizó ni fueron autorizadas directamente por él, es pretender concluir una solidaridad que
no existe, sustentada sobre el hecho de que él es accionista de la Sociedad  Metroagua S.A.
(…) además todas las declaraciones apuntan a que los trabajos fueron realizados por la
Sociedad MetroaguaS.A. y ella fue la que incurrió en la omisión al no recoger los escombros
oportunamente, ni señalizar debidamente el lugar, pero no por ello se le puede endilgar
responsabilidad al Distrito de Santa Marta quien no intervino en tales trabajos, en
consecuencia, no se declarara responsable al Distrito de Santa Marta”.
 
8.3 Con respecto a César Ortha Gutiérrez señaló el tribunal que “no se solicitaron, en el acápite
de pretensiones de la demanda, perjuicios de ningún tipo por las lesiones sufridas con ocasión
del accidente, circunstancia que no le permite a esta Sala su concesión y aún en el evento de
haber sido pedidos en legal forma, no existe prueba en el expediente de tales perjuicios, toda
vez que sólo se acompañó al libelo de la demanda una certificación del Dr. Miguel   Romero
Vega que obra a folio 47, donde se determina la incapacidad temporal por diez días, sin que se
ratificara lo expuesto en este documento por parte del tercero, de tal manera que no se
determinaron ni se cuantificaron los perjuicios sufridos con ocasión de la lesión”.
 
8.4 Finalmente, para efectos de liquidar los perjuicios ocasionados señaló el juez de primera
instancia que “las declaraciones testimóniales no son prueba contundente para determinar los
ingresos de la víctima, ni existen otras pruebas que permitan a esta Sala inferir que
evidentemente el occiso al momento la ocurrencia de los hechos devengaba más allá el salario
mínimo legal, tal como lo expresan los peritos en los literales a y b del escrito de ratificación del
dictamen que obra a folio 329, por lo que se tendría como ingreso el salario mínimo legal”.
 
9. Metroagua S.A. impugnó la decisión del tribunal. Señaló que a) “la calle 22 es una
importante vía arteria de la ciudad de Santa Marta, también conocida como avenida Santa Rita,
la cual se extiende (…) en el costado oeste de la ciudad hacia el este, dividiendo a parte de la
ciudad en dos, (…) pero jamás por imposibilidad física, podrá circular por ella en sentido Norte-
Sur, como lo sostuvo la apoderada de la parte demandante en su libelo; b) “es curioso que
habiendo sido tomadas las fotografías apenas diez horas con posterioridad de ocurridos los
hechos, no se logre apreciar en ellas las manchas de la abundante sangre que botaba el
difunto por la boca, según afirman el propio conductor de la motocicleta (…) no se observa
señal de que se hubiera aseado el sitio (…) en cambio se aprecia cantidad de hojas y arena
que demuestran que a las nueve y media de la mañana del día siguiente el lugar permanecía
intacto”; c) “los testigos presenciales de los hechos en que perdió la vida Robinson Vizcaíno no
precisan en definitiva que día fue que tuvieron ocurrencia estos”; d) “de ser cierto que el día en
que se presentaron los hechos que motivaron la presente demanda se movilizaba por la calle
22 o avenida Santa Rita (…) en sentido oeste-este (…) lo hacían infringiendo las más
elementales normas de tránsito [transitar por la derecha de las vías a distancia no mayor de un
metro de la acera u orilla y procuraran no utilizar las vías de los buses y busetas, artículo 14
Decreto 1344 de 1970)]. Dijo que se tuviera en cuenta lo señalado en los alegatos de
conclusión.
 
CONSIDERACIONES DE LA SALA
 
I. Competencia
 
10. La Sala es competente para decidir el asunto por tratarse del recurso de apelación
presentado contra la sentencia del 22 de marzo de 2001 proferida por el Tribunal Administrativo
de Descongestión de Barranquilla, en un proceso que por su cuantía (fl. 46 cdno. 25)[1],
determinada al momento de la interposición de la demanda, tiene vocación de doble instancia.
Se aplican en este punto las reglas anteriores a la entrada en vigencia de la Ley 446 de 1998.
 
II. Validez de los medios de prueba
 
11. A este proceso fueron allegados diversos medios de prueba. Los documentos presentados
a tiempo en copia auténtica, los testimonios practicados en este proceso y las fotografías
allegadas y reconocidas por su autor serán objeto de valoración por esta Sala.
 
III. Hechos probados
 
12. Con base en las pruebas válida y oportunamente allegadas al expediente se tienen como
ciertos los siguientes supuestos fácticos:
 
12.1 Robinson Rafael Vizcaíno Horta era hijo de José  Rosario Vizcaíno Gutiérrez y María
Lorenza Horta Gutiérrez (certificado de registro civil de nacimiento auténtico expedido por el
Notario Único del Circulo de El Piñón, fl. 30 cdno.1), hermano
de Anillel Verónica, Jhony Enrique, Víctor Manuel y Claudia Patricia Plata Horta (copia
auténtica del registro civil de nacimiento, fl. 34, 35, 36, 37 cdno. 1), de Adolfo
Rosario, Federmán Gregorio, Cecilia Inés, Ana Sofía, John Jairo
Vizcaíno Monsalvo y Ediltrudes Vizcaíno (copia del registro civil de nacimiento, fl. 41, 42, 43,
44, 45 y 46 cdno. 1); padre de Yoelis Johana Vizcaíno Arzuza y Shakira Beatriz Vizcaíno de la
Hoz (copia auténtica del registro civil de nacimiento, fl. 38 y 39 cdno.1) y esposo de Rocío del
Rosario de la Hoz Esquea (copia auténtica del registro civil de matrimonio, fl. 40 cdno.1).
 
12.2      El 23 de mayo de 1993 personal de la empresa Metroagua S.A. efectuó un trabajo de
conexión de dos tuberías en la calle 22 con carrera 18 en el municipio de Santa Marta, dejando,
sin ninguna señalización, un montículo de tierra de entre 5 cm y 10 cm de alto por 40 cm de
ancho que atravesaba toda la vía, haciendo las veces como de un policía acostado (testimonios
de de Efrén Alberto Correa Villanueva, Luis Fernando Castaño y Jorge Enrique Ariza). Los
referidos testimonios señalan:
 
Efrén Alberto Correa Villanueva: “Para esa época me desempeñaba como Jefe de la División
Técnica de  Metroagua y a raíz de algunas quejas de los vecinos del sector de la Villa Olímpica
relacionadas con la falta de servicio de acueducto se coordinó con la gerencia de la empresa,
la división técnica y algunos de los ingenieros realizar ciertos trabajos de empalme entre
tuberías para mejorar el servicio que la empresa estaba prestando, estos trabajos consistían en
interconectar el tubo principal que baja por la calle 22 lado sur exactamente de  12
pulgadas con la tubería de reparto de la carrera 18ª la cual es de 3 pulgadas, para realizar
estos trabajos era necesario atravesar la calle 22 con la tubería secundaria para lo cual se
procedió a romper el pavimento transversalmente aproximadamente un ancho de  30 a 40
centímetros, realizar las excavaciones e instalar la tubería. Este trabajo debido a la complejidad
del tráfico vehicular en la calle 22 se procedió a realizarse en dos etapas en un mismo día, o
sea instalando la tubería en uno de los carriles y después pasar al otro para evitar mayores
trastornos en el tráfico, para realizar este trabajo se designó al Ingeniero Luis Fernando
Castaño el cual era el encargado de llevar las obras del acueducto. Siempre que la
empresa Metroagua  ordenaba realizar algún trabajo para el mejoramiento del servicio contaba
con valla de señalización las cuales informaban y advertían de los trabajos que estaban
realizando.   (…) Como estas obras terminaron un poco tarde me desplacé al sitio a mirar como
habían terminado y como había mejorado el servicio en el sector, ya había tráfico por ambas
calzadas de la calle 22, en cuanto a los dimensiones aproximadamente son las siguientes:
ancho de la zanja de 30 a  40 centímetros, profundidad de excavación de 30 centímetros,
excavación sobre los andenes sitio de empalme de aproximadamente un metro de diámetro
(…) Cuando llegué al sitio de la obra sobre los andenes se habían dejado escombros con el fin
de proteger los sitios de empalme, ya que estos habían sido a muy poca profundidad. Sobre la
calzada no observé escombró porque ya se había abierto el tráfico vehicular, no se había
repavimentado con el fin de evitar mas disturbios en el tráfico y aprovechar este como medio
de compactación para el relleno depositado en las zanjas. Los escombros se componían de
residuos de pavimento y barro que no se utilizó en el relleno de excavación (…) Cuando hablo
de aprovechar el tráfico vehicular como compactación me refiero a que por la urgencia de abrir
la circulación de vehículos a través de la calle 22 se procedió en coordinación con el Ingeniero
Castaño y la gerencia a tapar la zanja rellenarla por encima del nivel de la calzada con el fin
que con el paso de los vehículos se compactara el terreno y quedara al nivel exacto de la
calzada, esto se acostumbra cuando se necesita abrir una vía en el momento en que esta lleva
a cabo una obra. La verdad no recuerdo si en estos momentos se habían iniciado la
pavimentación de la carrera  18 A  (…) se procedía a rellenar una zanja, se realizaba una
compactación de tipo manual hasta el nivel de la calzada y luego se dejaba un excedente de
relleno por encima del nivel de la calzada y aproximadamente entre el mismo nivel de la
calzada   7 o  8 centímetros  por encima de la misma a manera de un policía acostado. En
cuanto a la repavimentación, la gerencia de Metroagua  consiguió que esta fuera llevada a
cabo por la secretaría de obras públicas del distrito”.
 
Luis Fernando Castaño: “En Comité Técnico en el cual se determinó la realización de un
empalme en la carrera 18 con calle 22 de una tubería de 10 pulgadas que es abastecida por el
Pozo de La Cárcel del cual se derivaron  3 pulgadas al mencionado sector de la Villa Olímpica,
se procedió a hacer las excavaciones para realizar el empalme de una profundidad de unos 40
centímetros  o  60 centímetros  con ancho de 30 centímetros se realizó dicho empalme más o
menos a dos metros de la esquina (…) el tape de la misma se hizo en el mismo día dejándose
un promontorio de unos  5 a  10 centímetros  para una mejor compactación del tramo con su
debida señalización, más o menos seis vallas a una distancia prudencial y una cinta que utiliza
la empresa, en los extremos del empalme se dejaron estas cintas, de color amarillo con letras
distintivas a Metroagua  negras. No, no se obstaculiza la vía (…) los promontorios eran de toda
la longitud de la zanja y tenía una altura de 10 a 5 centímetros de alto del mismo terreno de la
excavación, la compactación debía darse en unos cuatro o cinco días para que quedara apta
para la repavimentación de la cual estaba a cargo la Empresa de Obras públicas (…) se
colocaron seis vallas amarillas con letra negra a lo largo de la excavación a una distancia
prudencial y en la margen donde se hizo el empalme se colocó cinta distintiva
de Metroagua  como era una vía de bastante tráfico y para que se llevara a cabo la
compactación se retiraron una de las vallas para dar circulación en altas horas de la noche (…)
la iluminación la noche en que se terminaron los trabajos no era la mejor por eso se optó por
colocar las vallas de protección a una distancia prudencial las cuales como dije anteriormente
fueron retiradas pero no todas y se dejo la cinta en los sitios de empalme. Los trabajos si
generaron escombros los cuales fueron retirados y sólo se dejó los promontorios de 10
centímetros  pero del mismo terreno de la excavación para la debida compactación…(…)La
señalización consistía en seis vallas amarillas con letras negras y cinta con distintivos
de Metroagua  colocadas en el sitio de empalme tanto en la parte norte como al sur (…) la
fecha exacta de los trabajos realizados en la calle 22 con carrera 18 no la preciso, en el sitio
trabajaron dos cuadrillas, cada una de cinco y un capataz (…) los escombros fueron retirados
del mismo, solo quedaron los promontorios de 10 centímetros  del mismo terreno de la
excavación para compactación de la zanja que se hizo para la instalación (…) solo le
manifiesto que al supervisar los trabajos cuando ya éstos habían culminados a eso de las cinco
y media de la tarde del mismo día, estos ya habían sido retirados, solo quedó los promontorios
de 10 centímetros  del mismo terreno de la excavación para la compactación”.
 
Jorge Enrique Ariza expresó que: “Ese trabajo lo realizamos nosotros empezamos a la siete y
media de la mañana y se terminó a las cinco y media de la tarde del mismo día, no recuerda el
día exacto, se hicieron una especie de empalme de agua potable y se concluyeron los trabajos,
las zanjas se rellenaron el mismo material de arena suelta y los escombros se recogieron ese
mismo día a las cinco y media se presentó el doctor Castaño y se le entregaron los trabajos, se
pusieron seis vallas para no entorpecer el tránsito o la vía, en los orificios donde se hicieron los
empalmes se pusieron cinta que las ponemos nosotros y el montículo que se pusieron en las
zanjas para que los carros pasaran y compactaran el terreno a la altura de siete a diez
centímetros que no es ningún peligro, esto lo sé   porque yo era el capataz de la cuadrilla se
recogieron los escombros y el mismo carro de la empresa. Preguntado: Recuerda usted
cuando fueron quitadas las señalizaciones a que hizo referencia. Contestó: Eso se quito tres o
cuatro días después que finalizaran los trabajos se quitaron dos mallas y se dejaron cuatro” (fl.
165-168 cdno. 1).
 
12.3 En la calle 22 con carrera 18 del municipio de Santa Marta, lugar en el que no existía
ninguna señalización que anunciara el obstáculo presente en la vía, ocurrió el accidente que
ocasionó la muerte de Robinson Rafael Vizcaíno Horta(testimonios de Álvaro Efrén González y
Gustavo Trujillo Santiago). Se transcribe lo relevante de tales testimonios:
 
Álvaro Efrén González: “El día del accidente ocurrido en la 22 con 18 por familiares tuve
conocimiento del nombre del señor Robinson (…) Estando sentado en la puerta de la casa de
mi mamá, en la calle 22 No. 18-32 segundo piso, la motocicleta en que se transportaba el
señor Robinson con otro acompañante se estrelló contra un montículo de escombros que había
dejado el personal de Metroagua  a consecuencia de la apertura de una zanja para la
instalación o reparación de redes hidráulicas o sanitarias, no se exactamente, no dejaron el
letrero correspondiente de aviso de peligro o algo similar que previniera a los transeúntes o
conductores que transitaban por esta arteria (…) la hora mas o menos fue de tipo once y treinta
de la noche, estaba en el balcón de la casa de mi mamá y cuando se sintió el ruido bajamos a
ver y ya había sucedido, la visibilidad era normal, el alumbrado público de la avenida Santa
Rita o calle 22. Cuando el señor transitaba por la calle 22 por falta de algo luminoso o aviso
que se le sirviera a él para percatarse de los obstáculos que existían se estrelló contra éste
cayendo él en el pavimento. Nosotros sentimos el estropicio, y bajamos   a ver (…) Se
encontraba una persona que sufrió lesiones, que no recuerdo específicamente, golpes y
raspones, algo de fractura, según los comentarios que hubo días posteriores, el nombre de la
persona que iba acompañándolo no lo se Preguntado: Sabía usted de la existencia de los
escombros que habían allí en la calle 22 en el sitio de los trabajos de  Metroagua. Contestó: me
percataba de ello porque era una vía usual para llegar hasta la casa de mi mamá y veía con
asombro que no había ningún aviso como debe ser (…) Lo que más recuerdo es que después
de ocurrido el accidente procedieron a recoger los escombros pero no recuerdo exactamente si
fue al día siguiente o a los dos o tres días” (fl. 267-268).
 
 
Gustavo Trujillo Santiago: “Bueno, yo venía de donde mi hija mayor que vive en la Calle 24 N°
18ª-57, cuando pasamos por la calle 22 con 18 o 18 A, en ese preciso instante que me iba
encontrando con Robinson se presentó el accidente, salieron la moto por un lado y pasajeros
por el otro; yo no conozco la persona que iba con Robinson. El accidente se presentó por un
montículo de tierra que había dejado unos operarios de Metroagua, en la mitad de la calle, ese
montículo de tierra demoró como un mes allí; yo pasaba todos los días por ahí y había
pronosticado ese accidente, pues el montículo de tierra no tenía señalización; es más, el día
siguiente hubo otro accidente ahí por el mismo motivo, no se si hubo muerto o herido porque
cuando yo pase ya se habían llevado a las personas (…) Iba conduciendo el otro señor, no
Robinson, y el estado era normal, porque yo me encontré con ellos en el día y no iban
bebiendo ni nada, al contrario estaba era como de turista, con unos binóculos (…) la hora era
entre las once y las doce de la noche y la visibilidad era regular (…) Bueno, yo digo que no, yo
sabía que estaba por ahí porque pasada por ahí de día y de noche y sin embargo a veces se
me olvidaba y me sentía cogido por el montículo, que no era muy grande y que no tenía ningún
tipo de señalización (…) No, no había ninguna clase de señalización. Después que ocurrió un
segundo accidente al día siguiente, los vecinos pusieron un mechón” (fl. 264-265 cdno. 1).
 
12.4 El 24 de mayo de 1993 Robinson Rafael Vizcaíno murió a causa de un ‘politraumatismo
en accidente de tránsito’ (copia auténtica del registro civil de defunción, fl. 29 cdno. 1; copia
auténtica del protocolo de necropsia n.° 183/93 proferido por el Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses- Seccional Magdalena, fl. 31-33 cdno. 1).
 
IV. Problema jurídico
 
13. En primer lugar debe la Sala constatar la existencia de un daño en los demandantes y
posteriormente determinar si las entidades demandadas fueron responsables en la
configuración del mismo por una falla en el servicio.
 
V. Análisis de la Sala
 
14. Comprueba la Sala que Robinson Rafael Vizcaíno Horta murió el 24 de mayo de 1993
a causa de un ‘politraumatismo en un accidente de tránsito’ y que por este hecho se le causó
un daño a sus parientes, hoy demandantes, esto es, a sus padres, hermanos, hijas y esposa,
como quiera que la vulneración total del derecho a la vida, representada en la muerte, genera
un profundo dolor a las personas cercanas al fallecido y produce, en algunos casos, un déficit
para la satisfacción de sus necesidades básicas, por cuanto antes eran provistas por el occiso.
 
14.1 La Sala considera que carece de competencia para pronunciarse acerca del daño sufrido
por César Augusto Ortha Gutiérrez, por cuanto el Tribunal decidió no reconocer los perjuicios
alegados a su favor y éste no apeló la decisión adoptada, por lo que conforme con el artículo
357 del C.P.C., al no haber sido este argumento parte del fundamento del recurso presentado
por la parte demandada no se puede emitir una reforma a la sentencia en su perjuicio.
 
15. Esta Sala considera que la empresa Metroagua S.A. es responsable del daño irrogado por
la muerte de Robinson Rafael Vizcaíno, por cuanto el accidente de tránsito del que se derivó su
muerte fue ocasionado en razón del montículo de tierra dejado en la vía pública, el que los
demandantes califican de escombros, pero el cual, según los testimonios obrantes en el
expediente, hacía las veces de un ‘policía acostado’  y el que se encontraba sin señalización.
 
15.1 Así, es pertinente resaltar que la empresa demandada una vez concluyó el trabajo
ordenado y luego de haber dejado el montículo de tierra, no dejó aviso alguno acerca de dicho
obstáculo en la vía pública, esto es, no señalizó los cambios efectuados cuando era su deber
hacerlo. Al respecto recuerda la Sala la jurisprudencia que ha emitido esta Corporación, de la
cual se infiere de manera diáfana que el deber de la administración de eliminar los obstáculos o
de advertir con la debida señalización a los transeúntes su presencia, es necesario para evitar
la ocurrencia de hechos dañosos[2], esto es, que la obligación de poner señales preventivas[3] le
permite a los usuarios de las vías estar en capacidad de evitar los obstáculos, más aún cuando
se trata de resaltos en la vía, por cuanto la falta de demarcación y de señales preventivas que
alerten a los conductores sobre su existencia representa un inminente peligro para su
seguridad, al no poder oportunamente disminuir la velocidad[4].
 
15.2 Además, considera la Sala que las personas implicadas en el accidente se transportaban
confiadas en la vía pública, por cuanto, conforme con las reglas de la experiencia, si una vía ha
sido de libre tránsito y no existe señalización de algún cambio en la misma, es dable suponer
que sus condiciones continúan estables, de allí que éstas se transportaran con el cuidado
ordinario que exige la conducción de un vehículo automotor, más no con la diligencia excesiva
de verificar que la carretera estuviere libre de obstáculos.
 
16. Conforme con lo expuesto, esta Sala confirmará la sentencia impugnada y procederá a
actualizar la condena impuesta contra la entidad demandada, no sin antes pronunciarse acerca
de la autenticidad de las fotografías aportadas (16.1).
 
16.1 De las pruebas recogidas en este proceso judicial, no se logró probar que las fotografías
aportadas fueran auténticas. Así, se tiene que los únicos testimonios que se refieren al
momento en que fueron tomadas las fotos que se allegaron a este proceso señalan:
 
Euro Atencio Medina: “Preguntado: Con la venía del magistrado ponente le pongo de presente
esta foto para que las analice y nos diga si corresponden al lugar donde ocurrió el accidente el
día 23 de mayo de 1.993. En este momento se le ponen de presente las fotos mencionadas,
que obran en el expediente. Contestó: Sí, esas fotos corresponden a ese sitio (…) el testigo
señaló en dos de las tres fotos que aparecen a folio 49 los lugares donde quedaron el muerto
indicado con una cruz, y la motocicleta con un círculo, ambas en tinta azul” (fl. 142-144).
 
Julio Manuel Bernal Aponte: “Preguntado: Usted las tomó? Contestó: Si (…) preguntado: me
permito ponerle de presente las fotos que aparecen en el proceso a folio 49 para que el testigo
manifieste si fueron tomadas por el (…) Contestó: Sí, estas son. Preguntado: Sírvase
manifestar a este Tribunal la fecha y hora exacta en que ud.  tomó las fotografías a que se ha
referido la apoderada demandante en su anterior pregunta. Contestó: lo que yo recuerdo es
que fue un día después de haber inaugurado Radio K, o sea porque yo tome ese evento y fue
un día después que mi amigo me buscó para que le hiciera la toma, yo hice esa toma como a
las nueve y media de la mañana” (fl. 146-147).
 
Carlos Arturo López: “Preguntado: A que horas del día siguiente del accidente usted presenció
la mancha de sangre dejada por la víctima en el sitio de los hechos. Contestó: la sangre que la
víctima dejó en el sitio de los hechos la presencié a eso de las ocho de la mañana”.
 
16.1.1 Con base en estos tres testimonios y de la observación de las fotografías objeto de
análisis se tiene que no es posible concluir que éstas se hubieran tomado con posterioridad al
accidente alegado. Así, se resalta que a) no hay certeza de la fecha en que éstas fueron
tomadas, pues la referencia de que se hizo al otro día de la inauguración de la emisora radio K,
constituye dentro del expediente un hecho que a pesar de ser determinable, no fue probado por
la parte llamada a ello, impidiendo de esta forma cotejar las fotografías con la fecha en que
murió Robinson Rafael Vizcaíno; b) en las fotografías no aparece la mancha de sangre que uno
de los testigos refiere que vio a las ocho de la mañana del otro día del accidente, día en el que
según el fotógrafo tomó la imagen a las nueve y media de la mañana; c) el fotógrafo declaró
que tomó las fotos el día siguiente de haber inaugurado radio K, más no el día posterior del
accidente y d) en las fotografías se ve en un recuadro May/93 que tampoco ofrece seguridad
en torno al día en que fueron tomadas. La certeza en la fecha exacta en que fueron tomadas
las fotografías y su relación con la del accidente, constituye una prueba fundamental para
concretar los hechos base de esta acción legal, por cuanto los escombros presentes en la
fotografías eran susceptibles de fácil movilidad y por tanto no se sabe si éstos estaban en el
momento en que sucedieron los hechos, partiendo del supuesto de que el accidente sí sucedió
en este lugar. De este modo al no existir certeza respecto del instante en que fueron tomadas
las fotos, éstas no constituyen un elemento de prueba conducente para probar los hechos que
alega la parte demandante en este proceso judicial.
 
16.2 Para efectos de actualizar la condena impuesta a la entidad demandada, la Sala considera
pertinente reiterar que la condena por los perjuicios morales sufridos ha de hacerse en salarios
mínimos legales mensuales vigentes (s.m.l.m.v) y no en gramos oro como anteriormente
sucedía[5]. La asunción de este cambio de patrón se dio porque se constató que la variación del
valor oro era independiente de la del índice de precios al consumidor, siendo aquella muy
inferior a la de la pérdida del poder adquisitivo de la moneda y porque el patrón oro en el
mercado nacional e internacional es un bien más que depende de las fuerzas de dichos
mercados. Lo anterior aunado a la sujeción del juez administrativo a los principios de
reparación integral y de equidad[6] y al deber de liquidar las condenas mediante sumas líquidas
de moneda de curso legal en Colombia[7].
 
16.2.1 El juez administrativo tiene la facultad discrecional de determinar el monto a reconocer
cuando se trata de perjuicios morales. Discrecionalidad que está regida: a) bajo el entendido de
que la indemnización del perjuicio se hace a título de compensación, -pues “la suma
establecida no se ajustará nunca al monto exacto del perjuicio, pero buscará, de alguna
manera, restablecer el equilibrio roto con su ocurrencia”[8]-, más no de restitución, ni de
reparación; b) por la aplicación del principio de equidad previsto en el artículo 16 de la Ley 446
de 1998 ; c) por el deber de estar sustentada en los medios probatorios que obran en el
proceso respecto del perjuicio y su intensidad y por el d) deber de estar fundamentada, cuando
sea del caso, en otras providencias para efectos de garantizar el principio de igualdad[9].
 
16.2.2 El monto a indemnizar por un perjuicio moral depende de la intensidad del daño. Cuando
el perjuicio moral es de un mayor grado, se ha considerado como máximo a indemnizar la
suma de 100 s.m.l.m.v a la fecha de la sentencia[10], lo que “no significa que no pueda ser
superior cuando se pide una mayor indemnización y se alega y demuestra una mayor
intensidad en el padecimiento del daño moral”[11].
 
16.2.3 En el caso concreto, considera la Sala que la condena a favor de los padres, esposa e
hijas de Robinson Rafael Vizcaíno Horta que fue impuesta en 1 000 gramos oro por el juez de
primera instancia y la de 500 gramos oro a favor de los hermanos del mismo, se ha de
modificar para ser decretada en términos de salarios mínimos legales mensuales vigentes,
quedando de este modo a favor de los primeros la suma de 100 s.m.l.m.v y de los segundos la
suma de 50 s.m.l.m.v.
 
16.3 En lo que respecta a la condena por perjuicios materiales decretados a favor de Rocío del
Rosario de la Hoz Esquea, Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz
y Yoelis Yohana Vizcaíno Arzuza, la Sala procederá a actualizarla, teniendo como referencia
para el índice inicial, el vigente a la fecha de la sentencia de primera instancia y el final el que
corresponde a la fecha de esta sentencia mediante la aplicación de la siguiente fórmula:

 
Rocío del Rosario de la Hoz Esquea
Ra = Renta actualizada a establecer.
Rh = Renta actualizada $ 23 658 089, 17 decretada a favor de quien era esposa de
Robinson Rafael Vizcaino Horta.
Ipc (f) = Es el índice de precios al consumidor final, es decir, 108.55 que es el
correspondiente a octubre de 2011.
Ipc (i) = Es el índice de precios al consumidor inicial, es decir, 64.77 que es el que
correspondió a la fecha de la sentencia de primera instancia 22-03-2001.
 

 
Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz
Ra = Renta actualizada a establecer.
Rh = Renta actualizada $ 10 730 230.24 decretada a favor de quien era hija de
Robinson RafaelVizcaino Horta.
Ipc (f) = Es el índice de precios al consumidor final, es decir, 108.55 que es el
correspondiente a octubre de 2011.
Ipc (i) = Es el índice de precios al consumidor inicial, es decir, 64.77 que es el que
correspondió a la fecha de la sentencia de primera instancia 22-03-2001.
 

 
Yoelis Yohana Vizcaíno Arzuza
Ra = Renta actualizada a establecer.
Rh = Renta actualizada $ 8 887 014.39 decretada a favor de quien era hija de Robinson
RafaelVizcaino Horta.
Ipc (f) = Es el índice de precios al consumidor final, es decir, 108.55 que es el
correspondiente a octubre de 2011.
Ipc (i) = Es el índice de precios al consumidor inicial, es decir, 64.77 que es el que
correspondió a la fecha de la sentencia de primera instancia 22-03-2001.
 
 
16.3.1 La suma a reconocer por concepto de perjuicios materiales a favor de Rocío de la
Hoz Esquea es de treinta y nueve millones seiscientos cuarenta y nueve mil trescientos seis
pesos con cuarenta y seis centavos ($ 39 649 306, 46), a Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz la
suma de diecisiete millones novecientos ochenta y tres mil ciento diecisiete pesos con siete
centavos ($17 983 117,07) y a Yoelis Yohana Vizcaíno Arzuza la suma de catorce millones
ochocientos noventa y cuatro mil quince pesos con noventa y tres centavos ($ 14 894 015,93).
 
17. Finalmente, respecto de los argumentos expuestos por la parte demandada en su recurso
de apelación, la Sala considera que: a) la afirmación relacionada con que la trayectoria de la
calle 22 es de oeste a este y no de norte a sur como lo sostuvo la parte demandante es
impertinente, por cuanto, ambas partes coinciden en afirmar, respectivamente, que sobre la
calle 22, -la cual debe tener una sola trayectoria, es decir, no puede ir de norte a sur y de este a
oeste a la vez- fue el lugar donde se instaló el montículo de tierra y ocurrió el accidente; b) si
bien los testigos no precisan el día en que tuvo ocurrencia el hecho causante del daño, sí existe
prueba de que el daño ocurrió por dicho montículo, que Rafael Vizcaíno Horta tuvo un
accidente de tránsito en dicho lugar y que murió el 24 de mayo de 1993 [12], y c) es irrelevante la
afirmación de que la víctima infringía normas de tránsito al estar movilizándose por el costado
izquierdo de la calle, por cuanto, como quedó probado el accidente lo ocasionó un montículo de
tierra que atravesaba toda la vía, de allí que de todas formas si la víctima se hubiere
transportado por el lado derecho, a igual consecuencia trágica se hubiere llegado por la falta de
señalización.
 
VI. Costas
 
18. En atención a que para el momento en el cual se dicta este fallo la Ley 446 de 1998, en su
artículo 55, indica que sólo hay lugar a la imposición de costas cuando alguna de las partes
hubiere actuado temerariamente y como en el sub liteninguna de aquellas actuó de esa forma,
no habrá lugar a su imposición.
 
19. En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera, Subsección B, administrando justicia en nombre de la República de Colombia
y por autoridad de la ley,
 
RESUELVE
 
PRIMERO: Confirmar, por las razones aquí expuestas, la sentencia proferida el 22 de mayo de
2001 por el Tribunal Contencioso Administrativo de Descongestión de Barranquilla, y
modificarla en lo que atañe con la actualización de la condena de la siguiente manera:
 
4° Como consecuencia del anterior pronunciamiento condénese a la parte demandada a pagar
a Rocío del Rosario de la Hoz  Esquea por concepto de perjuicios materiales la suma de treinta
y nueve millones seiscientos cuarenta y nueve mil trescientos seis pesos con cuarenta y seis
centavos ($ 39 649 306, 46), a Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz la suma de diecisiete
millones novecientos ochenta y tres mil ciento diecisiete pesos con siete centavos ($17 983
117,07) y a YoelisYohana  Vizcaíno  Arzuza la suma de catorce millones ochocientos noventa y
cuatro mil quince pesos con noventa y tres centavos ($ 14 894 015,93).
 
5° Condénese a pagar por concepto de perjuicios morales a su esposa Rocío del Rosario de la
Hoz Esquea  y a sus hijas Shakira Beatriz Vizcaíno de la Hoz
y Yoelis Yohana Vizcaíno Arzuza, la suma de 100 salarios mínimos legales mensuales
vigentes para cada una de ellas. A María Lorenza Horta Gutiérrez, en su calidad de madre y a
su padre José Rosario Vizcaíno Gutiérrez, la suma de 100 salarios mínimos legales mensuales
vigentes para cada uno. A cada uno de los hermanos paternos: Jhon Jairo, Ana
Sofía, Federman Gregorio, Cecilia Inés y Adolfo Rosario
Vizcaíno  Monsalvo y  Ediltudiz Vizcaíno Camargo la suma de 50 salarios mínimos legales
mensuales vigentes.
 
SEGUNDO: Sin condena en costas.
 
TERCERO: En firme este fallo devuélvanse los expedientes al Tribunal de origen.
 
 
CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
 
 
 
STELLA CONTO DÍAZ DEL CASTILLO
Presidenta de la Sala
 
RUTH STELLA CORREA PALACIO
 
DANILO ROJAS BETANCOURTH
 
 
 
 

[1]
 En la demanda presentada el 22 de mayo de 1995, se estima la cuantía de la mayor pretensión,
por concepto de perjuicios morales en 1000 gramos oro, suma que equivale a $ 11 310
000 pesos. Por estar vigente al momento de la interposición del recurso de apelación que motiva
esta instancia, se aplica en este punto el artículo 2° del Decreto 597 de 1988 “por el cual se suprime
el recurso extraordinario de anulación, se amplía el de apelación y se dictan otras disposiciones”, que
modifica el numeral 10° del artículo 132 del Código Contencioso Administrativo, y que
disponía que la cuantía necesaria para que un proceso fuera de doble instancia, debía ser
superior a $ 9 610 000.
[2]
 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 28
de julio de 2001, C.P. Danilo Rojas Betancourth, radicación n.° 20501; del 6 de septiembre
de 2001, C.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez, radicación n.° 13232-15646.
[3]
 Según el Decreto 1344 de 1970, por el cual se expide el Código Nacional de Tránsito
Terrestre,  las señales de prevención o preventivas, son las “que tienen por objeto advertir al
usuario de la vía la existencia de un peligro y la naturaleza de éste. Debe tener forma cuadrada y se
colocarán con una diagonal en sentido vertical. Los colores que deben usarse son, fondo amarillo y
símbolo y orla negros”.
[4]
 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, sentencia del 11
de octubre de 2006, C.P. Camilo Arciniegas Andrade, radicación n.°  2003-00682-01 (AP).
[5]
 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 6 de
septiembre de 2001, C.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez, radicación n.° 13232-15646;
reiterada en sentencia del 12 de febrero de 2004, C.P. Ricardo Hoyos Duque, radicación n.°
14955; del 10 de agosto de 2005, C.P. María Elena Giraldo Gómez, radicación n.° 16205; del 8 de
marzo de 2007, C.P. Mauricio Fajardo Gómez, radicación                    n.° 15459.
[6]
 El artículo 16 de la ley 446 de 1998 dispone que:”Dentro de cualquier proceso que se surta ante la
Administración de Justicia, la valoración de daños irrogados a las personas y a las cosas, atenderá los
principios de reparación integral y equidad y observará los criterios técnicos actuariales”.
[7]
 Artículo 178 del C.C:A.
[8]
 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 6 de
septiembre de 2001, C.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez, radicación n.° 13232.
[9]
 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 8 de
marzo de 2007, C.P. Mauricio Fajardo Gómez, radicación n.° 15459.
[10]
 Ibídem. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia
del 10 de agosto de 2005, C.P. María Elena Giraldo Gómez; radicación n.° 16205.
 Ibídem.
[11]

 Con respecto a la fecha del accidente de Robinson Rafael es pertinente referirnos al


[12]

testimonio de Ulfan Andres García Ríos, quien aseguró que “me dieron la noticia de la fatal


muerte, recuerdo que la muerte fue un lunes festivo en las horas de la noche, a los alrededores del mes de
mayo (…) el era mecánico de moto (…)”.

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