Sentencia SC4420 2020 Responsabilidad Objetiva
Sentencia SC4420 2020 Responsabilidad Objetiva
Sentencia SC4420 2020 Responsabilidad Objetiva
Magistrado Ponente
SC4420-2020
Radicación: 68001-31-03-010-2011-00093-01
Aprobado en Sala virtual de tres de septiembre de dos mil veinte
1. ANTECEDENTES
2
cierto, en el croquis del accidente el impacto se habría
graficado en la calzada de la motocicleta y señalado en la
parte frontal de la buseta. Por lo mismo, aquella incrustada
en la carrocería de ésta, o a lo sumo rebotado en alguno de
los lados sin tener mayor distancia de desplazamiento.
3. LA DEMANDA DE
CASACIÓN CARGO
ÚNICO
4. CONSIDERACIONES
6 Vide:
EUROPEAN GROUP ON TORT LAW. Principles of European Tort Law. Text
and Commentary. SpringerWienNewyork. Viena. 2005. Pág. 64.
7 EUROPEAN GROUP ON TORT LAW. Ob. cit. Pág. 67.
Los riesgos para trabajadores, consumidores y
terceros, por tanto, compelía buscar criterios de justicia
material en favor de las víctimas, en consideración a la
peligrosidad de la actividad, precisamente, al no estar
obligados, en línea de principio, a soportarla, y no en
función de la conducta reprobable de la persona.
8Traducción propia del italiano. En: GALGANO, Francesco. Ob. cit. Pág. 112.
9VAN DAM, Cees. Ob. cit. Pág. 297; EDWARDS, Linda L. y otros. Ob. cit. Pág. 316;
KEETON, W. Page/DOOBS, Dan/KEETON, Robert E./OWEN, David G. Ob. cit. Pág.
134.
El concepto de “presunción de responsabilidad” en el
ejercicio de actividades peligrosas, como las derivadas del
transporte terrestre, ha sido acuñado por la Corte10. En
estricto sentido, se trata de una “presunción de causalidad”,
ante el imposible lógico de la “presunción de culpa».
“(…).
15 G.J. T. XLVI, pág. 211 a 217. Se recuerda, se trata de la sentencia del joven
Arnulfo Echeverry Botero, hijo de Rosendo Echeverry y Lucrecia Botero, quien “(…)
iba a la izquierda de u compañero, en sendas bicicletas, en la tarde del domingo 29
de septiembre de 1929 por la carretera de Nacederos hacia la ciudad de Pereira,
cuando en la misma dirección apareció detrás de ellos un automóvil conducido por
el señor Pablo Villegas. (…) el joven Arnulfo (…) comenzó a zigzaguear cambiando de
línea transversalmente, y cuando ya casi estaba contra el automóvil, en momentos
en que Villegas lo desviaba para evitar el choque, Arnulfo impensadamente cayó al
suelo y la rueda derecha del auto le pasó por encima, de resultas de lo cual esa
noche murió”.
de inocencia, en cuanto aparezca crearse la de negligencia
o malicia, sino que simplemente teniendo en cuenta la
diferencia esencial de casos, la Corte reconoce que en las
actividades caracterizadas por su peligrosidad, de que es
ejemplo el uso y manejo de un automóvil, el hecho
dañoso lleva en sí aquellos elementos, a tiempo que la
manera general de producirse los daños de esta fuente o
índole impide dar por provisto al damnificado de los
necesarios elementos de prueba.
“(…)
de culpa, es decir, cuando se ejerce una actividad riesgosa. Dicha teoría afirmaba
que las presunciones se aniquilaban, para dar paso a la culpa probada (CSJ SC 5
de mayo de 1999, rad. 4978). Durante su implementación, un sector de la doctrina
se oponía a la misma, por “(…) carecer de fundamento normativo, toda vez que el
hecho de haberse causado el daño por la intervención encontrada de dos cosas
riesgosas no puede provocar una mutación normativa, es decir, pasar del riesgo
como factor de imputación, a la culpa probada (…)” (PIZARRO, Ramón Daniel,
“Responsabilidad por riesgo creado y de empresa. Contractual y extracontractual”,
t.
II. Buenos Aires. La Ley, 2006, pp. 274-277).
19 En este evento, las presunciones de culpa por quienes desarrollan labores
24 Ídem.
Requieren para su estructuración que sean evidentes,
manifiestos, perceptibles a los sentidos. Además,
trascendentes, en el entendido que hayan determinado la
decisión final en una relación necesaria de causa a efecto.
24
contenido objetivo, los estudiará como corresponde
y conforme a su orden lógico.
5. DECISIÓN
ACLARACIÓN DE VOTO
29
Corresponde también a un supuesto de responsabilidad por el hecho propio el
consagrado en el artículo 2346 del Código Civil: «Los menores de diez años y los
dementes (sic) no son capaces de cometer delito o culpa; pero de los daños por ellos
causados serán responsables las personas a cuyo cargo estén dichos menores o
dementes, si a tales personas pudieren imputárseles negligencia».
su respectiva calidad les confiere y prescribe, no hubieren podido
30
«Los ‘empleadores’ responderán del daño causado por sus ‘trabajadores’, con
ocasión de servicio prestado por éstos a aquéllos; pero no responderán si se probare
o apareciere que en tal ocasión los ‘trabajadores’ se han comportado de un modo
impropio, que los ‘empleadores’ no tenían medio de prever o impedir empleando el
cuidado ordinario y la autoridad competente; en este caso recaerá toda
responsabilidad del daño sobre dichos ‘trabajadores’»
fortuito, como avenida, rayo o terremoto» (artículo 2350, Código
31
En los Principios de derecho europeo de la responsabilidad civil, elaborados por el
European Group on Tort Law, se usa un criterio más estricto al definir una actividad
«anormalmente peligrosa» como aquella que «a) crea un riesgo previsible y
significativo de daño incluso aunque se emplee todo el cuidado debido en su
ejercicio y b) no es una actividad que sea objeto de uso común» (artículo
5:101). Ello se justifica en tanto, en esa propuesta doctrinal, la responsabilidad por
esas actividades es objetiva, de modo que hace necesario excluir las actividades
«objeto de uso común», como la conducción de automóviles.
Como se explicará posteriormente, en nuestro medio se usa un criterio menos severo
para calificar una actividad como peligrosa, pero se mantiene –tácitamente– el rigor
de un juicio de responsabilidad objetivo para quien, desarrollándola, causa daño a
otros.
32
Nótese que en la enunciación hay mención directa a un actuar imprudente, no
precavido o descuidado, lo que permite advertir la presencia de culpa en cimiento de
este tipo de responsabilidad.
A pesar de lo que se afirma en esta providencia, es
indiscutible que la jurisprudencia –salvo dos excepciones
puntuales33– reconoce la culpa (entendida como juicio de
reproche conductual) como un elemento estructurante de
la responsabilidad civil, inclusive cuando
ella deriva del ejercicio de
actividades que pueden considerarse peligrosas.
34
Pese a que, paradójicamente, la Corte se apartó de la teoría del riesgo, sobre la que
se edificó el citado fallo CSJ SC, 14 mar. 1938, G. J. t. XLVI, pág. 215. Así, por vía
de ejemplo, en sentencias de 10 de agosto de 1941 y 16 de marzo de 1945 se señaló,
en su orden, lo siguiente: «Esta Corte tampoco ha aceptado, ni podría aceptar la
teoría del riesgo porque no hay texto legal que la consagre ni jurisprudencialmente
podría llegarse a ella. Cuando la Corte ha hablado del riesgo en los fallos ya
mencionados no lo ha entendido en el concepto que este vocablo tiene en el sentido
decantándose por desterrar el debate de la responsabilidad
por actividades peligrosas del escenario de la culpabilidad,
para fijarlo en el de la causalidad.
Por citar solo un caso, en CSJ SC, 22 feb. 1995, rad.
4345, la Sala reconoció que
objetiva.
35
«Los hechos con relevancia jurídica pueden ser operativos o probatorios. Los
hechos operativos son los sucesos de la realidad que dan origen a las distintas
bien, la pregunta fundamental es si se trata de una presunción
que admite prueba en contrario (iuris tantum) o si no admite
prueba que la desvirtúe (iuris et de iure).
36
«Para distinguir las categorías jurídicas (modelos abstractos) se emplea el cálculo
matemático de las formas de Spencer Brown, quedando el nivel menos exigente en el
extremo más superficial (superior-derecha) del lado marcado» (referencia propia del
texto citado).
podrá eximirse de responsabilidad si prueba que no fue él quien
ocasionó el daño que pretende atribuírsele sino una tercera
persona, la víctima o un hecho de la naturaleza cuyas
consecuencias no tenía el deber jurídico de evitar, es decir, que
estaban más allá de su esfera de control o decisión (fuerza
mayor).37
37
«El caso fortuito, que en el derecho premoderno se identificaba con la irresistible voluntad de Dios
(según Heineccio) y en el derecho moderno se equiparó a los daños imprevisibles generados por la
conducta del agente, no cumple ninguna función en los eventos en que los deberes de prudencia son
irrelevantes. En los tipos de responsabilidad que se rigen por el deber absoluto de no causar daños
(objetiva), o de evitabilidad de los riesgos (actividades peligrosas), y prescinden del criterio de
previsibilidad de las consecuencias, el caso fortuito entendido como resultado imprevisible de la
creación de riesgos propios, no es ni puede ser una causa extraña eximente de responsabilidad civil»
(referencia propia del texto citado).
es decir el acto. En la responsabilidad por actividades peligrosas
se atiende, además de la producción del daño, a la potencialidad
de creación del riesgo.38 Sólo entonces cobra significado la
diferencia entre la responsabilidad estricta (que no toma en
consideración las posibilidades de realización del riesgo según
las reglas de adjudicación) y la responsabilidad por actividades
peligrosas prevista en el artículo 2356 del Código Civil: «Por regla
general todo daño que pueda imputarse…». “Que pueda
imputarse” indica inequívocamente la potencialidad de
realización del riesgo, es decir que el daño sea imputable; o lo
que es lo mismo, que el riesgo que lo ocasiona esté dentro de las
posibilidades de decisión, evitación o control del autor.
38
«La historia de las ideas jurídicas evidencia que el proceso de atribución de
responsabilidad requiere hacer la distinción entre el suceso (acto) y el aspecto
generador de las acciones (potencia), lo que permite mantener separadas de modo
adecuado las cuestiones acerca de la realización del suceso y la imputabilidad. En:
Michael QUANTE. El concepto de acción en Hegel. Barcelona: Anthropos, 2010. p.
16» (referencia propia del texto citado).
culpabilidad, que además de la realización del daño, reclama
que el agente haya tenido la posibilidad de crear el riesgo
que lo produjo mediante la inobservancia del deber de su
evitación (imputatio facti) más la posibilidad de adecuar su
conducta a los deberes objetivos de prudencia (imputatio iuris).
En tal caso, el artículo 2341 del Código Civil permite
exonerarse de responsabilidad con la prueba de una fuerza
mayor, un caso fortuito, la autoría o participación de la víctima
en la creación del riesgo, o la debida diligencia y cuidado del
demandado.
39
«Por el teorema de varianza del cálculo matemático de las formas de Spencer
Brown» (referencia propia del texto citado).
40
LE TOURNEAU, Philippe. La responsabilidad civil Ed. Legis, Bogotá. 2004, p.
122.
como peligrosa sea probablemente la causa de un evento
perjudicial ocurrido dentro de su esfera de influjo causal,
sino también por la necesidad de aligerar la carga
demostrativa de la víctima, ajena, por regla general, al
conocimiento de la infracción del agente.
41
«Cuando la presunción se transforma en una regla de fondo del derecho, porque
no se acepta la prueba en contrario, la responsabilidad es independiente de la culpa
y está ligada al riesgo». MALAURIE, Philippe y AYNÈS, Laurent. Droit des
obligations. Ed. Cujas, Paris. 1998, p. 49.
42
Cfr. SHAVELL, Steven. Economic analysis of accident law. National Bureau of
Economic Research. Cambridge, 2003.
construcción o reparación de un acueducto o fuente, que atraviesa un
Fecha ut supra,
RADICACIÓN 68001-31-03-010-2011-00093-01
43
Sentencias de 14 de marzo y 31 de mayo de 1938; 18 de noviembre de 1940; 27 de
octubre
de 1947; 14 de febrero de 1955; 19 de septiembre de 1959; 14 de octubre de 1959; 4 de
septiembre de 1962; 1 de octubre de 1963; 3 de mayo de 1965; 30 de abril de 1976; 20 de
septiembre de 1978; 16 de julio de 1985; 23 de junio de 1988; 25 de agosto de 1988; 27 de
abril de 1990; 8 de octubre de 1992; 22 de febrero de 1995; 25 de octubre de 1999; 26 de
noviembre de 1999; 14 de marzo de 2000; 30 de septiembre de 2002; 19 de diciembre de
2006; 13 de mayo de 2010; 26 de agosto de 2010; 18 de diciembre de 2012, rad. 00094; 5 de
junio de 2014; 6 de octubre de 2015, rad 2005-00105; 26 de abril de 2016; y 12 de enero de
2018, entre muchas otras.
con su contenido, según el cual «[p]or regla general
todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia
de otra persona, debe ser reparado por ésta», de donde
se deduce que la idea del legislador no fue la de prescindir
de la culpa y, de ese modo, dejar de lado el aspecto
subjetivo de la responsabilidad, sino presumirlo
legalmente (iuris tantum) en los casos juzgados a la luz de
esa disposición.