Etica 2
Etica 2
Etica 2
Antiguamente,
los valores: bien, belleza, justicia, etc. fueron el tema central de las tesis de varios
filósofos, pero no fueron estudiados como valores en sí, pues el valor para ellos
estaba incluido en el ser, e incluso hay quien dice que los valores no son más que
los viejos modos del ser, postulados por Aristóteles. Ahora bien, un valor en sentido
axiológico no existe por sí mismo.
Los valores podríamos decir son “cualidades o propiedades” de los objetos, pero no
solo de objetos físicos, ya que este tipo de cualidades también se adhieren a las
formas y estados psicológicos. Es por ello que hablamos de un sentido del “valor”
como intrínsecos al ser humano, pues existen desde el momento de su nacimiento.
Así mismo no pueden existir por separado, necesitan de un ser ya existente para
adherirse o incorporarse a él. La flor puede existir sin ser bella, pero la belleza
necesita depositarse en algo para existir.
Es la civilización Griega la que primeramente hace mención a los valores, los cuales
eran de suma importancia, para ellos son cuatro los principales: la democracia, la
libertad, la belleza y la verdad. Existía dentro de su sociedad una búsqueda
profunda de la verdad, principalmente por los grupos de intelectuales o filósofos,
pero es durante la etapa del Imperio Romano cuando la legislación y el nacimiento
del derecho se hacen presentes, los romanos se encargan de “expandir la
cosmovisión Griega”, y eso es a lo que se denominó el mundo GRECORROMANO.
Valores y religión
Los valores: son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de
realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir
unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de
satisfacción y plenitud.
La crisis de valores que vivimos en la actualidad, se manifiesta en todos los aspectos de la vida
humana: en el modo de hablar, de relacionarse, de vestirse, en la forma en que se quiere acumular
todo, ya sean posesiones materiales, información o hasta gente, y también en el ambiente laboral. Sin
embargo, el ser humano entre más tiene, más vacío se siente, ya que el consumismo exagerado lo
aleja de los valores y principios morales que son la base de su existencia.
Cada vez es más notable la tendencia general de la sociedad hacia el consumismo, las personas valen
de acuerdo con lo que tienen sin importar cómo lo hayan conseguido. Es muy claro que vivimos en
una sociedad demasiado egoísta, que no se da cuenta o, más bien, no darse cuenta de la falta de
solidaridad y de justicia social entre los seres humanos. Esto a la vez fomenta el individualismo, y el
egoísmo, ya que cada persona se preocupa sólo por sí misma y por tener cada vez. Si ella está bien no
le importa si los demás lo están o no.
Un pasado idealizado
Cuando nos ponemos nostálgicos, recordamos un pasado idealizado “en una combinación
de muchos recuerdos diferentes, todos integrados, en cuyo proceso se han filtrado todas
las emociones negativas”, escribe el neurólogo y psiquiatra Alan R. Hirsch.