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398 RESENAS
y Ia objetividad con que el profesor Penalver reline y presenta
las ideas y los juicios de tantos estudiosos de Ia filologfa liispa- nica. Causan excelente impresion el rigor y Ia pertinencia con que un tan joven investigador como supongo que es Manuel Penalver reline, analiza y ordena tematicamente el abundantf- simo caudal de noticias, opiniones y comentarios que ha inun- dado provechosamente Ia historiograffa lingufstica espanola. Algunos autores reciben particular atencion por parte del profesor Penalver, como es el caso -no solo de Menendez Pidal, fundador de Ia escuela espanola de filologfa moderna-, sino tambien del licenciado Cristobal de Villalon, por quien aquel siente especial interes, o de Vicente Salva, renovador de Ia teorfa gramatical espanola. Pero en el libro dedicado a Menendez Pidal y a su obra, no se ocupa Penalver Castillo lini- camente de este fundamental tema, sino que atiende tambien a las contribuciones de los discfpulos y continuadores de don Ramon, y reline una mas amplia bibliograffa de Ia lingufstica espanola, que va de Ia Edad Media a nuestros dfas. No creo que ninglin catalogo bibliografico pueda llegar a ser perfecto y exhaustivo; ni me parece posible que, por muy objetivos y sensatos que sean los juicios de valor de su au tor, lleguen a satisfacer plenamente las ideas y posiciones de todos los crfticos. Pero considero que estos libros del profesor Pe- nalver estan muy cerca de esos propositos ideales, por Ia hon- radez con que su autor ha trabajado. Quien quiera conocer lo hecho ultimamente en torno a Ia historia de Ia lingufstica es- panola hallara en los libros de Manuel Peiialver una excelente introduccion y una gufa segura y provechosa.
JuAN M. LoPE BLANCH
Josf MARTiNEZ DE SousA, Diccionario de ortog;rafia de la lengua espa-
nola. Madrid, Paraninfo, 1996; 376 pp.
Hay obras que se distinguen por su utilidad; por ser esencial-
mente practicas. Esta es una de elias. Obra, pues, de consulta, uti! especialmente para quienes sean vfctimas de alguna duda en el momenta de poner por escrito determinados pensa- RESENAS 399 mientos o conceptos. Uti! y aun aconsejable en casas editoria- les para conseguir precision en Ia redaccion de textos o Ia co- rreccion de pruebas. El autor muestra un respeto a las normas de Ia Real Acade- mia Espanola, sin que por esto deje de discrepar de ella en algunas ocasiones particulares. Por ejemplo a! distinguir entre abreviatura y abreviamiento, voz esta Ultima que no figura en el Diccionario academico; o, tambien, en algUn pormenor, como el de senalar que Ia Academia "escribe virg. sin Ia tilde que corresponde a esta grafia": virgs. (p. 22a). Pero obedece Martinez de Sousa a Ia Academia en Ia inclusion del fonema palatal africado sordo -grafia ch- dentro del apartado co- rrespondiente a Ia C (pp. 109-110), y no con capitulo indepen- diente propio, como se habia venido hacienda hasta unos anos atras. Y lo mismo se hace en el caso de Ia palatal lateral sonora -grafia ll- incluida dentro de Ia L (pp. 205-206). Aunque personalmente no me parece acertado el cambia esta- blecido a este respecto por Ia Real Academia Espanola 1, lie- van do a Ia pnictica, en 1994, propuestas hechas por Menendez Pidal -nada menos- hace varias decadas, creo que todos de- bemos acatarlo en beneficia de Ia homogeneidad de nuestros trabajos lingiiisticos. La utilidad practica del libra es evidente en multiples oca- siones, como aquellos en que se resuelven dudas o se corrigen errores frecuentes, se establecen sin6nimos o variantes escritu- rarias equivalentes o igualmente valid as ( altorrelieve 1 alto relie- ve, anteayer I antes de ayer), se distinguen. y explican variantes de un concepto generico ·(como comillas: sencilla, inglesa, lati- nas, italian as y alemanas 2 ), o se reg-istra~ las denominaciones -a veces diversas: undtcimo, oncen~ de los nt.imeros ordina-
1 B<l.sicamente por, el hecho evidente de que CH y LL represenran
fonemas tan aut6nom,t's como pueden serlo C o Y. En cuanto tetras -signos
gnHicos- no cabe dJda de que LL es una duplicaci6n de la letra L, y CH es una secuencia de C y H, de manera que buscar en el diccionario rita a continuaci6n de revil puede quizi resulrar mas f<icil que buscarlo despues de cuzo, en especial para hablantes de otras muchas lenguas -como el frances, por ejemplo- pero no cabe duda de que, asi, se est<in reuniendo -confundiendo- en un mismo capitulo dos fonemas diferentes. 2 Por cierto que Ia clase que en el libra se califica como latina -es decir
« » - en Mexico se llama4 Jranasa. A este respecto, cabria preguntarse si el
auror no deberia haber tratado de conocer mis de cerca Ia nomenclatura