Caries Dental
Caries Dental
Caries Dental
Las caries dentales son uno de los problemas de salud más frecuentes en el mundo.
Aparecen con especial frecuencia en los niños, adolescentes y adultos mayores. Sin
embargo, todas las personas que tienen dientes pueden tener caries, incluso los
bebés.
Tradicionalmente, la caries dental ha sido considerada una enfermedad infecciosa, con
especies bacterianas específicas, bajo el término “hipótesis específica de placa”. En
consecuencia, para “curarla” era necesario remover todas las bacterias causantes,
razón por la cual hubo períodos de gran desarrollo de las terapias antibacterianas,
incluyendo las vacunas.
Según Black, era necesaria “la remoción de todas las bacterias cariogénicas del tejido
dental infectado y la subsiguiente colocación de una restauración”. Sin embargo, hoy
nos damos cuenta de que ese principio no es compatible con la concepción vigente de
la caries dental: “enfermedad producto de un desequilibrio ecológico, causado por el
aumento de la ingesta de carbohidratos fermentables que lleva a un desbalance en la
composición y la actividad en el biofilm y la pérdida mineral causada por los ácidos
bacterianos (producto del metabolismo de los carbohidratos)”
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido la caries dental como un
proceso localizado de origen multifactorial que se inicia después de la erupción
dentaria, determinando el reblandecimiento del tejido duro del diente y que evoluciona
hasta la formación de una cavidad.
La caries dental es una enfermedad multifactorial, causada por la interacción entre la
superficie del diente, el biofilm bacteriano (placa dental) y la presencia de azúcares en
la dieta. Las bacterias del biofilm metabolizan los azucares produciendo ácidos los
cuales, con el tiempo, van a desmineralizar el esmalte.
Causas de la Caries
La caries se forma cuando los alimentos que contienen carbohidratos quedan
atrapados entre los dientes y no se eliminan completamente con el cepillado y el hilo
dental. La placa bacteriana produce ácidos que atacan el esmalte y crean pequeños
agujeros en los dientes llamados caries que, de no recibir tratamiento, pueden
agrandarse con el tiempo y destruir por completo el diente.
Las causas principales de la caries son los efectos de los alimentos azucarados y
pegajosos, al igual que las bebidas al ser degradados por las bacterias. A mayor
consumo de azúcar, mayor será la producción de ácidos que lleva a la formación de la
caries. El azúcar se mezcla con la placa y debilita el esmalte haciendo que el diente
sea vulnerable. Cada vez que consume golosinas, los dientes están propensos a sufrir
daños producto de los ácidos durante los próximos 20 minutos. Es importante
entender las causas para que se puedan utilizar los métodos apropiados para cuidar
los dientes y la salud.
Proceso de Caries
La caries normalmente empieza de manera oculta a la vista en las fisuras del diente o
en los espacios interdentarios. En su estadio inicial puede ser detenida e incluso
reversible, pero en su fase avanzada se forma una cavidad. En ese momento se hace
necesario un tratamiento para restaurar la función del diente, incluyendo la remoción
del tejido cariado y la realización de una obturación o corona. Si se deja sin
tratamiento, la caries puede conllevar a una extensa destrucción del diente, con dolor
e infección. Esto último puede originar la formación de un absceso o incluso una
septicemia. En esta fase ya es necesaria la realización de un tratamiento de
endodoncia o la extracción del diente.
La reducción del ataque ácido del esmalte dental puede llevarse a cabo a través de
una reducción de la ingesta total y la frecuencia de consumo de los azucares. La
protección de la superficie dental puede llevarse a cabo asegurando una adecuada
exposición a los fluoruros, por ejemplo, usando pasta fluorada o mediante la fluoración
de las aguas. Asimismo, pueden llevarse cabo acciones para reducir el efecto del
biofilm a través de una buena higiene oral.
Adicionalmente, una serie de factores tales como dónde y cómo vive la gente, puede
influir el desarrollo de la caries. Esto significa que, si bien el proceso de caries
comienza a nivel dentario, el problema no puede resolverse concentrándonos
solamente en el diente. Requiere también de acciones a nivel comunitario para
alcanzar los amplios determinantes que subyacen en esta enfermedad.
Actividad de la lesión
Se distinguen dos tipos: lesión de caries activa y lesión de caries detenida.
En el caso de la lesión de caries activa, en un período específico de tiempo hay
pérdida de la trama mineral, es decir, la lesión está progresando. Nyvad et al. 12 y
Ekstrand et al. sentaron las bases para la organización de los criterios actuales:
apariencia visual, sensación táctil y acumulación de placa.
En el estadio inicial, la superficie es amarillenta o blanquecina, opaca con pérdida del
lustre, y se siente áspera cuando un explorador de extremo redondo se desliza
suavemente sobre ella. La lesión se ubica en un sitio de estancamiento: entrada de
surcos y fisuras, cerca del margen gingival, apicalmente al punto de contacto. Esta
lesión puede estar cubierta de placa gruesa.
En el estadio avanzado, la dentina es blanda o coriácea a la presión de un
instrumento.
El concepto de “caries activa” debería ser reemplazado por el de “lesión de caries
activa”.
En la lesión de caries detenida, la pérdida de la trama mineral no avanza más. Es
decir, se trata de una “cicatriz” producida por la actividad pasada de la enfermedad. En
el estadio inicial, la superficie del esmalte es blancuzca, amarronada o negra, puede
estar brillosa, y se siente dura y lisa cuando el extremo de un explorador romo se
desliza sobre ella. En las caras libres, la lesión se localiza a una distancia del margen
gingival. En el estadio avanzado, la dentina es brillante, dura a la presión.