Enrique Mases
Enrique Mases
Enrique Mases
El autor entiende por cuestión indígena la relación del Estado con los indígenas y el
problema de las fronteras interiores que también formo parte de la cuestión social de nuestro
país.
La denominada “conquista del desierto” dejó como saldo en el plano estrictamente militar,
además de caídos en combate, un gran número de indígenas prisioneros. Las autoridades
nacionales debían decidir cuál sería el destino final de estos indígenas. Entre las opciones se
optó por el método de distribución: es decir, traslado, desmembramiento y posterior reparto
de las familias indígenas en diferentes destinos, lejos de la frontera.
Este trabajo va reflexionar sobre la actitud asumida por el Estado argentino en la denominada
cuestión indígena en el período de 1878 a 1910.
Hubo varias propuestas y surgió una controversia en torno a qué entendía cada grupo por la
incorporación de los indios, quién la debía llevar a cabo y cómo tendría que ser.
Por un lado se encuentra la posición de los hombres del gobierno nacional que concebían a
la incorporación del indígena como un proceso de integración a la sociedad blanca además
de civilizarlo. Llegaban a la conclusión de que el indígena era una raza inferior por su
constitución biológica y por razones de evolución, necesariamente deberán desaparecer en el
contacto con las razas superiores.
Por otro lado se encontraba la iglesia que proponía fomentar un trato pacífico y promover su
conversión al catolicismo los indígenas, a través de la escuela y el trabajo , podrían integrarse
social y económicamente. El mejor método para ellos era la creación de colonias mixtas
conformadas por inmigrantes e indígenas.
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Teoría VI. 5. Enrique Mases. Estado y Cuestión indígena: Argentina 1878-1885.
Así es que se produce un cambio desde esa visión del indígena como un bárbaro peligroso a
un indígena como un individuo común, que acepta la autoridad del estado y las leyes de que
el emanan y que puede integrarse a la civilización a través del trabajo.
Ahora los problemas que se iban a plantear eran el destino productivo de los territorios
indígenas recientemente incorporados y por otro la cuestión de la ciudadanía-nacionalidad
de los indígenas. Los debates se dieron en el ámbito legislativo a través de debates
parlamentarios.
A fines de los años ochenta, sobre el indígena se han construido nuevas imágenes distintas a
las anteriores y contradictorias entre sí. Por un lado se percibe al indígena como un habitante
más de la campaña, percibido por sectores de la sociedad como son los políticos, hombres de
ciencia y militares. Por el otro está la visión de los funcionarios judiciales, estancieros y aun
sectores de la iglesia, que lo consideran como la nueva fuerza de trabajo que necesitan las
estancias y los establecimientos rurales que surgen en el nuevo espacio productivo. Y aquellos
que no se aviene a ellos, los creen delincuentes, vagos y ladrones.
Conclusiones
Han transcurrido algo más de dos décadas, y la visión sobre el problema indígena y sus
posibles soluciones han variado de forma singular, no solo en el discurso de políticos e
intelectuales sino, incluso en el propio pensamiento militar, ya que aquellas primeras
definiciones acerca del carácter salvaje y bárbaro del indígena incapaz de civilizarse y por ende
a ser acreedor de la tierra que habita, expresadas por Vintter o Roca para justificar el método
empleado, les suceden ahora las expresiones, por ejemplo, del Coronel Enrique Rostagno
señala que, enseñarle a trabajar la tierra dada en propiedad al indígena es mejor solución.
La política llevada a cabo por avellaneda y Roca terminó con una parte de la cuestión indígena,
la que tenía que ver con la ocupación del espacio y con la desaparición de las fronteras
interiores, pero en lo referente al destino final de los indígenas, el mismo siguió subsistiendo a
los largo de todo el periodo estudiado, y la falta de una política global expresada en una ley
general que contemplara la situación del indígena sometido acentúo la gravedad del problema.