Historia de Los Impuestos-Resumen Realizado

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Historia de los impuestos

El escrito más antiguo que se conserva, que hace alusión a los


impuestos es del sabio indio, Manu. Y aunque tiene treinta siglos
de antigüedad, parece que se escribiera ayer. Este documento
dice: «Para que la dura obligación de pagar impuestos, no sea
injustamente sentida, los tributos deben contemplar el total de los
ingresos, porque no es justo que el ciudadano que gana 100
rupias, pague el 10%, y que pague también ese porcentaje quien
gana 1.000 e incluso diez veces mil.»

Se sabe, que lo primero en gravarse con impuestos fue la tierra


como fuente única de riqueza, o la más importante. Después se
gravó el comercio, la actividad liberal como el arte y la medicina
y por último el trabajo manual.

En contra de lo que se piensa, los primeros tributos en la historia


de los que se tiene constancia no fueron impuestos abusivos.
Nada más lejos de la realidad. Es más bien un hecho tardío que
los gobiernos se sirvieran exclusivamente del impuesto para
mantener en pleno funcionamiento toda la maquinaria del Estado.

Los reinos poseían antaño recursos suficientes para su acción de


gobierno. Cuando necesitaban ingresos extraordinarios ponían
impuestos a las minas, a los países conquistados o más débiles.
Del mismo modo, se obligaba a los ciudadanos ricos a “hacer
regalos al Estado” que podían ser en forma de dinero o en bienes.

Si no era suficiente, se gravaba con impuestos las mercancías


entrantes o salientes. O también los productos que se compraban,
en cuyo caso pobres y ricos pagaban lo mismo. Todo era cuestión
de hacer bien los números.

Roma creó el impuesto de capitación, cuya recaudación se vendía


o subastaba entre los ricos banqueros que adelantaban el total de
la cantidad y procuraban luego que no escapase nadie: pobres,
campesinos, vasallos, colonos, gente sometida por derecho de
conquista. Así pasó en Grecia y en Roma, y así sucedió en Egipto
y Babilonia.

El emperador de Austria José II, muerto en 1790, gravó el uso de


colorete para las mejillas al comprobar que cada dama gastaba
cien florines al año en “estucarse el rostro”. También puso
impuestos a los polvos para el cabello y una tasa elevada para el
uso del lápiz de labios.

Según la Hacienda real aquella fuente de ingresos de la Corona


era un pozo sin fondo. Jonathan Swift, hablando con una dama
que le aseguraba que el aire de Irlanda era una delicia, le dijo:
“Señora, bajad la voz, que si os oye el virrey pondrá un impuesto
por respirarlo”.

¿Había algo por lo que no se pagara? Es difícil imaginarlo. Este


estado de cosas duró muchísimo, desde la Edad Media hasta el
XVIII, las cosas fueron más o menos así. Por lo tanto, no nos
quejemos de la situación actual, aunque muchos de los impuestos
extraños o injustos que se pagaban hace mil años, los seguimos
pagando bajo otro nombre.

A nosotros, en la actualidad, algunos de aquellos tributos de la


antigüedad puede que nos hagan reír. Pero realmente amargaron
la vida a la mayoría de nuestros antepasados.

En Egipto, los faraones crearon un sistema de recaudación que se


apoyaba en una burocracia especializada y eficiente. Los
recaudadores de impuestos eran conocidos como escribas.
En la antigua Grecia existía un impuesto llamado eisphorá que se
imponía a los muy ricos. Los impuestos indirectos eran
significativos. Los primeros impuestos en Roma fueron derechos
de aduana de importación y exportación llamados portoria.
César Augusto fue considerado por muchos como el más brillante
estratega fiscal del Imperio Romano. Cuando Tomas Jefferson
repartió su Biblia al asumir el poder, comienza aludiendo a Jesús
de Nazaret y a un decreto de César Augusto, que dice que todo el
mundo tiene que ser gravado. Nadie, creo, nos va a quitar o
disminuir los impuestos.
Un impuesto es una contribución que hacen los ciudadanos y las
ciudadanas al Estado, para cubrir los gastos públicos y así
satisfacer las necesidades de la sociedad en general. Los
impuestos son establecidos por ley y su pago es obligatorio.
La historia de los impuestos inicia en las sociedades humanas más
antiguas conocidas, desde ahí los impuestos fueron la base
fundamental de sustentación de antiguos pueblos, como
Babilonia, Antigua Grecia y el Imperio Romano. Continuaron
presentes en la Edad Media, Moderna y Contemporánea, hasta
nuestros días.
Los registros legales son más antiguos de pago de impuestos o
tributos los encontramos en el Código de Hammurabi en
Babilonia.
El pago de impuestos en la Antigua Grecia, era considerado por
los ciudadanos y ciudadanas, no como una obligación, sin o como
un exilio al Estado para el bien público.
Roma estableció un tributo especial a las tierras conquistadas, el
“tributum o estipendium”, que gravaba la tierra y otro que recaía
sobre las personas, “tributum capitis” que generalmente se exigía
a todos por igual.
En la Edad Media, los vasallos debían pagar impuestos a los
señores feudales y al rey, los cuales eran percibidos a través de la
explotación de minas, hornos, bosques, por la caza y la pesca.
Durante el período colonial español, se estableció una serie de
impuestos a las actividades en sus colonias del Continente
Americano. Entre estas imposiciones se encontraban la Alcabala,
el Almojarifazgo, el Quinto y las Derramas.
En el año 1802, durante la ocupación francesa de la parte Este de
la isla de Santo Domingo, Napoleón Bonaparte ordenó mediante
decreto continuar vigencia de los impuestos establecidos por la
corona española.
En febrero de 1822, con la unión de Haití y la actual República
Dominicana se creó el Registro de Actos Judiciales y Extra
judiciales y los dos tipos de gravámenes, el proporcional y el fijo.
Durante la primera ocupación militar norteamericana del 1916 al
1924, se abolió una serie de impuestos vigentes, por considerar
los arcaicos y cobrados en forma deficiente, por lo que al
Gobernador Knapp se le otorgó potestad para modernizar y
centralizar los impuestos aduanales. Durante la denominada Era
de Trujillo, año1935, fue promulgada la Ley Orgánica de Rentas
Internas y en el 1949 se creó la Dirección General de Impuesto
Sobre la Renta.
En el año 1963, se creó la primera Dirección General de
Impuestos Internos. En el 1983 se introdujo en nuestro país el
Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y
Servicios (ITBIS) y en el 1992 fue creado el Código Tributario
Dominicano, el cual regula los impuestos que pagamos en la
actualidad.

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