La Identidad y Lo Mítico

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La identidad y lo mítico. Fernandez Moujan.

El papel de la familia en el desarrollo del adolescente.


La familia tiene gran importancia en el desarrollo de la crisis adolescente y que esta
importancia debe concretarse en el trabajo clínico. Dar importancia a la familia implica que
también debemos trabajar preventiva y terapéuticamente, este enfoque no solo acelera la
mejoría del paciente, sino que también previene cualquier otro desajuste que pudiera
producirse ante la emergencia de la adolescencia en la familia.
Decimos ‘’emergencia’’ de la adolescencia porque el hijo adolescente introduce en el seno
familiar una problemática de duelo que modifica a todo el grupo y especialmente a los
padres.
Cuando decimos duelo nos referimos específicamente al cambio de toda la estructura
familiar.
 Definir en primer lugar el cambio que se produce en la comunicación, es decir, el
pasaje de una interacción ‘’complementaria’’ padre-hijo, a otra interacción
‘’concordante’’. La interacción complementaria es la típica interacción que los
padres tienen con sus hijos antes de la adolescencia. La concordancia seria la
posibilidad de alcanzar un mayor grado de deliberación en las decisiones,
acompañada de una paulatina relegación de responsabilidades, de los padres en sus
hijos.
 Un segundo fenómeno de observación son los cambios de conducta: Las
adolescentes son mucho mas reservadas e incluso tratan de ocultar muchas de ellas
por pudor, por temor o por ‘’reacción’’. A conductas que demandad cuidado,
aprobación y mimo, siguen las que demandan preocupación, confrontación y apoyo.
Esta situación crea todo un cambio en los mensajes y replantea el código con que
eran entendidas hasta entonces.
 El tercer fenómeno de observación es el cambio debido al impacto sociocultural,
este impacto esta dado socialmente por la intenta intercomunicación social y la gran
aceleración que la técnica ha producido en los cambios, tal situación debe servirnos
para comprender que ahonda la natural ‘’brecha generacional’’ que es hoy un
problema familiar y social. Cuando esta brecha toma un carácter de enfrentamiento
y no de confrontación, genera una enorme ‘’ansiedad’’ individual y grupal a causa
de la enorme desorientación que provoca.
Margaret Mead distingue tres configuraciones culturales que marcan pautas de conducta.
1. Post figurativa
2. Configurativa
3. Los padres reemplazan a los padres en la transmisión de los modelos significativos
de conducta.
La autoridad estructural tiene 3 variantes: la del pasado, expresada por la figura del abuelo;
la del presente, manifestada por los padres, la del futuro encarnada por los hijos.
Esta búsqueda de identidad familiar implicaría: 1) Una transformación del tradicionalismo
(idealización del pasado) en una auténtica tradición que respete el pasado, logrando
continuidad a cambio de ‘’saltos en el vacío’’, 2) una modificación de las utopías que
invitan a lanzarse al futuro sin tener en cuenta la experiencia presente y menos aún la del
pasado, 3) la superación del sentido pasajero del presente, fruto de la idealización que
estimula la acumulación de experiencia donde se agota la anterior con el único sentido de
‘’consumir’’.
Esta familia del presente deberá ‘’actualizar’’ la tradición y las propuestas futuras.
4. El cuarto fenómeno observación de cambio es la ansiedad provocada por los
‘’peligros’’ a los que actualmente está expuesto el adolescente y por extensión su
familia. La diferente calidad de los peligros a que está sometido del adolescente
hoy día produce ansiedades intensas que demandan mayor estabilidad y flexibilidad
en la familia.
Estructura psicosocial
Durante el Edipo temprano se discrimina gradualmente la estructura edipica a partir de las
renuncias al objetivo erótico que van dejando en el YO diferentes identificaciones que
estructuran cuatro tendencias: odio y amor al padre, odio y amor a la madre. Estos edipos
‘’positivos’’ e ‘’invertidos’’ van cambiándose hasta discriminar las dos identificaciones
parentales en el Edipo tardío.
Estas identificaciones son las que desempeñan ‘’los roles’’ estructurantes del padre, madre
o hijo.
Estas identificaciones resultan identificaciones proyectivas, no solo del adolescente
‘’desilusionado’’ sino de toda la familia, en un objeto idealizado que tiene características de
transitoriedad en los momentos críticos.
La formación del ‘’Hijo ilusorio’’ por el rol psicológico que desempeña en el que equilibrio
familiar es la razón de que muchos padres tarden en tomar conciencia de los verdaderos
problemas de sus hijos, pero otras veces les ayuda a comprender y esperar recuperación.
El concepto de ‘’estabilidad’’ estaría dado por lo roles psicológicos y sociales, permitiendo
a través de los objetos ilusorios elaborar el pasaje de los roles asignados que ordena la
familia a los mismos roles, pero ya asumidos con las nuevas necesidades del grupo.
Los peligros de la crisis familiar son:
 La aglutinación (regresión a una estructura matriarcal)
 Uniformidad (regresión a una estructura paternalista)
Ambas son formas de frenar cualquier cambio, manteniendo una estabilidad que ahoga,
pero no contiene.
 Aislamiento intrafamiliar que niega la familia como unidad exponiéndola a la
‘’contaminación’’ ambiental, dado que no logra una sana delimitación.
El concepto de identidad persona supone en el individuo un centro autónomo que nadie
puede invadir con sus identificaciones y del que nadie puede desprenderse transfiriéndolos.
La identidad familiar y personal no se basa en las identificaciones sino, en los procesos
opuestos, los de desidentificación, que se alteran en el proceso de construcción de la
identidad.
No hay contradicción entre la identidad personal y la identidad familiar, pero, hay
contradicción entre la identidad del yo y la del grupo familiar.
La identidad familiar establece las bases de la continuidad y mismidad familiar, pero de una
manera implícita, que debe explicarse dando sentido a la experiencia y enriqueciendo las
representaciones psíquicas que orientan las interacciones participatorias.
La imagen como ‘’símbolo vivo’’ o ‘’escena mítica’’ es el código que se necesita para
transferir a las estructuras psicosociales el sentido profundo del ‘’ser familia’’, o sea la
‘’identidad familiar’’. La autonomía familiar se basa en su irreductible identidad que la
mantendrá unida en los momentos críticos.

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