La Personalidad y Ministerio Del Espíritu Santo (Bosquejo)

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La personalidad y ministerio del Espíritu Santo


(bosquejo)
ANGEL MARRERO says:

9-11 minutos

En estos días cuando hay tantas denominaciones con


diferentes creencias, hay una gran confusión y errores en
relación a la personalidad, operaciones y manifestaciones del
Espíritu Santo. En este mensaje vamos a tener una vista
escritural que es vital para la fe de todo cristiano.

Dios es sólo Uno en naturaleza, pero esta persona se


manifiesta en tres personas eternas: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Cada una de estas personas posee y
manifiesta todos los atributos de la naturaleza de Dios y cada
una es única en sí en su obra particular en cuanto a la
eternidad, creación y redención del hombre. Las tres personas
de la trinidad son uno, lo mismo en sustancia, iguales en
poder y gloria.

Dios envió al Espíritu Santo al mundo para convencer al


mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8) y para
regenerar, santificar y consolar a todo aquel que cree en
Jesucristo. Nos bautiza en Su Espíritu al mismo instante que
nacemos otra vez por recibir a Cristo en nuestro corazón. Nos
llena de su poder por la Palabra de Dios, nos guía y dirige por
este mundo cuando accedemos a su dirección. Hace posible
que entendamos las eternas verdades espirituales de Dios,
intercede por nosotros y nos enseña a cómo pedir.

La Personalidad del Espíritu Santo

Mediante la personalidad del Espíritu Santo se quiere expresar


que El posee en sí mismo los elementos de existencia
personal. Es difícil definir la personalidad cuando se habla
acerca del Ser divino. Dios no puede ser medido por patrones
humanos. Dios no fue hecho a la imagen del hombre, sino el
hombre a la imagen de Dios. Se puede decir que existe
personalidad cuando se reúnen inteligencia, emoción y
voluntad o conciencia del yo y autodeterminación en un
individuo en particular.

1. Prueba de la personalidad del Espíritu Santo

En Juan 15:26, «el consolador» es el Espíritu. También


encontramos las frases «él dará» y «el cual»; éstos son
pronombres personales masculinos aplicados al Espíritu
Santo.

Hay una secta falsa que enseña que el Espíritu Santo es una
fuerza y nada más. El Señor Jesucristo muestra más allá de
toda duda, que Él reconocía al Espíritu Santo como personal
en naturaleza. En Juan 16:8, 13, 14 Jesucristo usó el
pronombre «él».

Jesús fue un consolador para sus discípulos y les ofrece


consuelo cuando está a punto de partir al prometerles otro
consolador, una persona que viene para tomar el lugar de una
persona.

2. Pruebas de las características personales atribuidas al


Espíritu Santo

En características no queremos decir manos, pies, ojos, sino


cualidades tales como conocimientos, sentimientos y
voluntad los cuales denotan personalidad.

a. Inteligencia (I Cor. 2:10-11). El Espíritu Santo no es


solamente un poder o influencia iluminadora, sino que es una
persona que posee intelecto, que conoce las cosas profundas
de Dios y nos las revela.
b. Voluntad (I Cor. 12:11) Pablo enfatiza que hay diferentes
dones pero un solo Espíritu y Él los reparte a su voluntad para
la gloria de Dios.
c. Amor (Rom. 15:30) Se puede decir que debemos nuestra
salvación al amor del Espíritu, tanto como la debemos al amor
del Padre y al amor del Hijo.
d. Tristeza (Efe. 4:30) Uno no puede entristecer la ley de la
gravedad ni hacer que se lamente el viento del Este. Por lo
tanto, a menos que el Espíritu Santo sea una persona, el
mandamiento de Pablo aquí sería sin sentido. Las Escrituras
demuestran que el Espíritu Santo es una persona mediante el
uso de pronombres personales, posesión de características
personales y acciones personales.

La Obra del Ministerio del Espíritu Santo

Vamos a identificar algunas áreas y personas en las cuales Él


lleva su obra.

1. Pruebas de su obra

a. Convence a los incrédulos de pecado (Juan 16:8) El Espíritu


es el que convence al pecador y testifica con la Palabra.
b. Regenera (Tito 3:5) Nos da una dirección nueva y un
propósito nuevo.
c. Bautizar (I Cor. 12:13) Nos identificamos en el cuerpo de
Cristo.
d. Sellar (Efe. 1:13) Antes los reyes sellaban sus leyes y
después que el rey sellaba no había quien revocara ese sello.
Nadie puede romper el sello de nuestra redención.

2. Pruebas de su obra en el creyente

Estando en el cuerpo de Cristo tenemos:

a. Justificación (I Cor. 1:30)


b. Redención
c. Santificación (II Tes. 2:13)

La Necesidad del Poder del Espíritu Santo


1. Prueba del poder del Espíritu Santo (Hechos 1:6-8)

Aquí se menciona la última ocasión que Jesucristo estuvo con


sus discípulos y todavía el Espíritu Santo no moraba en ellos.
Aunque el Señor ya había resucitado, todavía estos hombres
no tenían una comprensión completa de la misión de Cristo en
este mundo. En el v. 6 preguntaban, «¿Restaurarás el reino a
Israel?» Estos hombres todavía estaban pensando en lo
material. No habían hecho ningún progreso. Sí, amaban a
Cristo y sabían que el Cristo resucitado estaba con ellos, pero
les faltaba algo – el poder del Espíritu Santo. En el v. 8 Cristo
les dice, «pero recibiréis poder». Los discípulos le pedían que
restaurara lo viejo y Él les dijo que cuando recibieran poder
habría un nuevo comienzo. Para llevar la gran comisión,
necesitaban la fuerza y el poder; necesitaban sabiduría de
Dios y el Espíritu Santo era esa fuente.

Necesitaban el poder porque este mundo estaba en contra de


ellos.

2. Prueba del poder del Espíritu Santo para una vida santa

En Hech. 1:8 dice, «Pero recibiréis poder». El mensaje que iban


a llevar de la cruz, necesitaba ser revelado no sólo en palabras
sino también en sus vidas. Por eso cuando una persona dice
que ha nacido otra vez y no hay cambio, dudamos que es una
nueva criatura. Necesitamos el poder del Espíritu Santo. En
Marcos 14:50 dice, «entonces todos los discípulos, dejándole,
huyeron». ¿Por qué le dejaron? Porque estaban en el poder de
sus personalidades. Ellos no podían atraer al mundo si ellos
no eran atraídos primero. En Hechos 1:8 dice, «y me seréis
testigos». Entonces podrán ganar almas para Cristo, pero no
con ideas humanas sino con sabiduría divina. No podemos
hacer el trabajo de Dios sin el Espíritu Santo. El Espíritu Santo
también a) nos ilumina, b) nos instruye, c) nos da poder, d)
hace posible todas las formas de comunión con Dios y
muchas otras cosas.

La Confusión de Algunos en Cuanto al Espíritu Santo


1. Prueba de su obra primaria

En Juan 16:14 Jesús dijo, «Él me glorificará». La obra principal


del Espíritu Santo es la de glorificar a Cristo. ¿Cómo?
Atrayendo a los hombres hacia la fe en Cristo y reproduciendo
el carácter de Jesús en el creyente. Gál. 5:22, 23 dice, «mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley». Si el Espíritu Santo mora en nosotros, entonces le
daremos la gloria a Cristo y no como algunos grupos que
idolatran al éxito y confían en los testimonios personales. Hay
iglesias que tienen un éxito falso, porque no glorifican a Dios,
sino que se glorifican a sí mismas.

2. Prueba de la diferencia del bautismo y la llenura del Espíritu


Santo

a. El bautismo

Los 120 que estaban en el aposento alto fueron bautizados y


llenos del Espíritu Santo. Después que Pedro predicó lleno del
Espíritu Santo (Hechos 2:37-38), las personas que oyeron le
preguntaron, ¿qué haremos?, y Pedro dijo «arrepentíos, y
bautícese». Pedro también dijo, «y todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo» (Hechos 2:21). Es una promesa
que todo aquel que cree, recibe el mismo regalo que recibieron
los 120 en el aposento alto en cuanto a la morada. El bautismo
del Espíritu Santo hace miembro a uno del cuerpo de Cristo.

b. La llenura

Esta llenura se puede perder y ser restaurada (Hechos 4:31).


Este versículo ha sido enseñado erróneamente diciendo que
esto es el segundo pentecostés. Aquí estos hombres
necesitaban la ayuda de Dios para predicar la Palabra y no era
que ellos estaban buscando la segunda bendición, como
enseñan algunos. Tampoco estos hombres no perdieron el
Espíritu. Ellos habían sido sellados para la redención. Pero por
su miedo o falta de fe, o al no haber sido fiel al Señor, las
bendiciones y la llenura había sido perdida. Cuando
regresamos al Señor es cuando somos llenos otra vez. El
Espíritu Santo es una persona necesaria. ¿Mora el Espíritu
Santo en su vida? ¿Ha aceptado a Jesucristo como su único y
suficiente Salvador? Si no lo ha hecho, le invito a que reciba a
Cristo en su vida, así recibirá al Espíritu Santo y morará en
usted.

Si ha aceptado a Cristo, Pablo dice en Efe. 5:18 «No os


embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien
sed llenos del Espíritu». Y esto no es un consejo, Pablo lo pone
en el presente imperativo. Si no hay llenura, no hay poder. Efe.
4:30 dice «y no contristéis al Espíritu Santo de Dios». No
resista, no contriste, no apague al Espíritu Santo. Así como
hay privilegios para el creyente, también hay
responsabilidades. Por lo tanto podemos ver que el Espíritu
Santo es una persona necesaria para el creyente.

Julio / Agosto 1998 El Escudo de la Fe

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