Clase 03 - Espíritu Santo y Trinidad
Clase 03 - Espíritu Santo y Trinidad
Clase 03 - Espíritu Santo y Trinidad
Introducción:
Algunos definen al Espíritu Santo como la persona que sella la Trinidad divina. La Trinidad,
Dios en tres personas, ha sido un misterio que, como tal, cuando intentamos responder
completamente y de manera sistemática, siempre nos quedamos cortos o erramos. Padre,
Hijo y Espíritu Santo se dan gloria unos a otros, como una danza de armonía perfecta. El
Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, Dios en nosotros, será el tema de esta lección. Él es la
relación más profunda que jamás tendremos. Su interacción con nosotros es como la que
tenemos con el oxígeno, con el PNEUMA, está en nosotros, nos energiza, nos inspira, si Él
no hay vida.
La relación con el Espíritu Santo será la relación más profunda que jamás
tendremos.
La primera meción del Espíritu de Dios, es en el segundo versículo de la Biblia (Genesis 1:2),
¨Y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas¨. Tal vez no hay mejor manera de describir
cómo actúa el Espíritu Santo que con la palabra ¨Movimiento¨.
La palabra en el hebreo que se emplea en génesis 1:2 y luego en Génesis 6:17 para referirse
al Espíritu es RUACH, o soplo de vida. En Génesis 8:1, RUACH es la palabra que describe el
¨viento¨ que Dios envió para que las aguas retrocedieran. Esta palabra se encuentra casi
cuatrocientas veces en el Antiguo Testamento.
El verbo hebreo que se emplea para ¨Soplar¨ en Génesis 2:7 es NESHAMAH, palabra paralela
a RUACH: ¨Entonces Dios el Señor formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra y sopló
en su naríz el aliento de vida. Fue así como el hombre se convirtió en un ser humano a través
de su RUACH, Espíritu. Pero esa vida no es solamente la vida humana, sino también la vida
espiritual.
¨Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Los que nacen de padres humanos, son humanos; los que nacen del Espíritu, son espíritu. No
te sorprendas de que te dije que tienes que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere
y oyes el ruido que produce, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Eso mismo pasa
con todos los que nacen del Espíritu¨. (Juan 3:5-8)
El hecho de que Dios obra a través del Espíritu Santo, nos indicaría que son separados, y así
se identifican por separado en la Biblia. Sin embargo, volviendo a Génesis 1:2, la frase
completa ¨El Espíritu de Dios¨ en hebreo, es RUACH ELOHIM, y ¨Elohim¨ se refiere a Dios
en su forma plural, que en hebreo se conoce como ¨Plural de majestad¨. Por eso, Génesis
1:26 dice: ¨Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza¨.
Interacción de la Trinidad:
En la Biblia encontramos muchos ejemplos en los que podemos ver al Espíritu Santo junto
al Padre y el Hijo. En el bautismo de Jesús (Mateo 3:13-17), se escuchó la voz y se vio el
Espíritu Santo descender en forma de paloma.
Con relación a nuestra salvación (1 de Pedro 1:2), nos dice: ¨Dios el Padre los eligió de
acuerdo con su propósito y por medio del Espíritu los ha santificado, para que obedezcan a
Jesucristo y sean salvados por su sangre¨.
En su bendición a los Corintios, Pablo dice: ¨Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de
Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes¨. (2 Corintios 13:14).
En su enseñanza acerca de la segunda venida del Señor, Pablo les recuerda que su salvación
es: ¨…Mediante la acción del Espíritu Santo que los hace santos y la fe que ha depositado en
la verdad. Con tal objetivo, por nuestro medio les comunicó las buenas nuevas, para que
participen de la gloria de nuestro Señor Jesucristo¨. (2 Tesalonicenses 2:13b-14).
Pero no hay mayor evidencia de las tres personas en una sola que en las mismas palabras
del Señor en Mateo 28:18-19, cuando les da sus últimas instrucciones a los discípulos y
seguidores: ¨He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan
discípulos en todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo¨.
Según 1 Juan 4:8, Dios es amor. La Trinidad es un misterio que nos recuerda que sí somos
hechos a su imagen, la imagen de un Dios eterno que nunca ha estado solo, que es
comunidad, que no nos necesita para suplir ninguna necesidad, pero que aún así nos ha
creado para poder formar parte de esa danza y alegría eterna que se encuentra en el centro
de quién es Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Para el escéptico:
Multiplica ese ejemplo por infinito, y esa es la distancia (Más o menos) que nos separa de
la realidad ¨psicológica¨ de Dios. Pero que se tan complejo para nosotros, que solo podamos
afirmarlo como verdad, pero no explicarlo, no lo convierte en falso. Simplemente
demuestra que Dios es Dios, y que, si pudiéramos explicarlo todo, dejaría de serlo.