Transformación Del Concepto de Espacio Texto 2.0 PDF
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Mesa, A.
El espacio puede entenderse de dos maneras, una, como concepto: desarrollo de una idea como creación
histórica; y otra, como realidad objetiva que se expresa total o parcial en las formas arquitectónicas o artís-
ticas. Este concepto puede verificarse, a su vez, de dos maneras, parcialmente, en cada una de las formas
arquitectónicas o, Ampliamente, en el conjunto de los edificios, en sus relaciones: en el desarrollo urbanís-
tico en general.
La idea de Naturaleza
La idea de Individuo
La idea de Sociedad
Esta relación de la naturaleza con el individuo y la sociedad humana (que constituyen el aspecto naturalis-
ta) es la que revela la transformación de la concepción “Renacentista” del Espacio a la concepción “Barro-
ca” de espacio. (Dos concepciones que conviven dialécticamente)
Este problema se evidencia en la inversión de la “mímesis” renacentista que plantea la dialéctica entre la
Naturaleza como tema puro y la Antigüedad como Historia.
- En la Pintura – Escultura: Lo Clásico se imita de manera incidental, pues deben representarse con-
tenidos “Modernos” (casi siempre religiosos).
- Ejemplo de Mímesis indirecta- La Escuela de Atenas – Rafael Sanzio
Admitiendo, como proposición teórica lógica, que imitando la verdad de la naturaleza a través de las fuen-
tes históricas se reconoce la Autoridad del Arte Clásico. Para esto se reconoce:
La Verdad revelada por Dios no hay que buscarla en la Naturaleza. La Naturaleza no es la única fuente de
Verdad: si los antiguos sin Dios encuentran la verdad en la naturaleza – van de la cosa creada al Creador –
las obras de los antiguos revelan la Naturaleza en su sustancia y no solamente en su apariencia, esta verdad
puede encontrarse tanto en la Poesía como en el Arte Figurativo.
5.1. Postulados: la naturaleza es más compleja de lo que podemos conocer por la experiencia entonces la
naturaleza no puede ser representada en apariencia porque esta cambia constantemente. La Naturaleza
debe ser representada a través de sus formas fundamentales y sus elementos estructurales que son sus
leyes (Giro a una concepción Platónica). Estas leyes se encuentran en el Arte Clásico.
5.2. La idea de Espacio está respaldada, para el Renacimiento, en el factor de Experiencia de la Naturaleza
que equivale al de Experiencia de la Historia
El Arte Clásico es el representado en los monumentos y las obras del arte antiguo. ¿Cuál es el significado
de sus formas? La historia.
Desde este punto de vista, la Arquitectura no “inventa” sus formas fundamentales: las formas de la an-
tigüedad; su problema es el espacio. Para construir este espacio, se eligen los elementos de la arquitectura
clásica considerados más importantes:
- Columnas
- Arcos
- Cúpulas
- Arquitrabes
- Pilastras
Elementos tomados de la antigüedad en su aspecto tipológico, que luego serán transformados por los arqui-
tectos renacentistas. El motivo de la elección de estos elementos en particular, está en que poseen en sí
mismos la capacidad de manifestar, representar y construir Espacio.
6.1. ¿De dónde se toman estos elementos? De los Monumentos antiguos de Roma y de los Tratados de ar-
quitectura.
Problema: los datos, las medidas, no corresponden prácticamente, casi nunca, a las medidas tomadas de los
edificios antiguos (las ruinas).
En el 500´s Serlio se pregunta ¿Quién tiene la razón, los constructores de los monumentos o Vitrubio?,
Bramante contesta en una carta a León X: “Vitrubio sirve para reconstruir el Arte Antiguo, pero no es sufi-
ciente”.
Se reconoce en este momento un dilema, la teoría versus la experiencia, que muestra la contradicción
entre las dos fuentes. Se hace evidente que este Arte Clásico, base de la morfología y tipología del Renaci-
miento, y luego del Barroco, se presenta como:
- Variado: en tanto tiene diferentes procedencias y cada versión tiene sus particularidades.
- Múltiple: en tanto sus elementos no son homogéneos y varían de muchas maneras.
- Contradictorio: en tanto no hay identidad de casos y estos no se corresponden con las fuentes.
- Diverso: en tanto las diferentes interpretaciones que se hacen afectan características de distinta natu-
raleza, forma y número.
Problema: estas fuentes no pueden ser al mismo tiempo verdaderas y al mismo tiempo falsas (el dilema).
Problema: ¿Representación del espacio a través de formas arquitectónicas o concepción del espacio?
Lo primero que hay que comprender, es que este problema plantea una relación dialéctica entre dos posi-
ciones y no una contradicción entre opuestos.
8.1. En el Renacimiento, el 500´s hasta mediados del 600´s, la Arquitectura es pensada como representa-
ción, el espacio existe en sí mismo como realidad objetiva y es interpretado de maneras diversas y dis-
tintas. La función de la arquitectura es la de representar el espacio, esta consiste en representar un mo-
delo del orden divino que ha sido dado para su contemplación.
Desde esta perspectiva esta arquitectura puede definirse como Arquitectura de Composición, una
arquitectura que parte de la idea de un espacio constante con leyes bien definidas. La Forma se compo-
ne sistemáticamente. Una arquitectura que acepta “a priori” un Espacio Objetivo, es una arquitectura
que se plantea a sí misma como concepción del mundo. Su seguridad se funda sobre una concepción
objetiva del mundo y de la historia, de la Naturaleza y de lo Clásico.
Sin embargo, en la práctica, puede constatare que no repite siempre las mismas relaciones, que su
interpretación cambia de individuo a individuo y de un periodo histórico a otro; cambia como cambia la
interpretación en el ámbito de una realidad objetivada. (Búsqueda de la verdad en la unicidad de cada
obra)
8.2. En el Barroco, a partir de mediados del 600´s, la Arquitectura comienza a pensarse como determinación
del espacio, el espacio es una realidad que se va determinando a través de las formas arquitectónicas y
8.3. Estas dos maneras de ver el espacio arquitectónico señalan dos actitudes que definirán a los Artistas de
este momento. Una, la del arquitecto que utiliza elementos formales que tienen valor de determinación
preestablecido, donde el arquitecto compone estos elementos en sus edificios, y su originalidad consiste
en combinar de distintas maneras elementos formales ya dados.
Y otra, la del arquitecto que tendrá que inventar sucesivamente sus propias formas y pretende hacer
o determinar el espacio. Su trabajo no se fundamenta ya en aceptar el repertorio de formas dadas, sino
en determina sus propias formas.
En la vida social y política, el primero, reconoce la política como expresión de la autoridad pura:
Los Valores representados en la Iglesia o en el Imperio. El segundo, adiciona los valores de la vida del
individuo en la comunidad.
Esta diferencia marca un cambio importante en el Arte mismo, una transición de un arte objetivo
basado en verdades inmanentes, a un arte subjetivo que trata de estar en la realidad contingente.
Estos cambios coinciden con el cambio de concepción tanto del lugar del mundo como del mundo co-
mo lugar, el paso del Sistema Ptolemaico o geocéntrico al Sistema Copernicano o heliocéntrico: el pri-
mero, acepta la estructura del mundo como revelada por la suprema autoridad – La Iglesia – y acepta
que la Naturaleza Revelada, es el principio de autoridad de la creación. Descubre la Realidad-Verdad
en el desarrollo de la experiencia individual. La Arquitectura que se respalda en esta ideología, es una
arquitectura sistemática: admite la existencia de un sistema y su autoridad. Esta arquitectura correspon-
de, igualmente, con el sistema del cosmos: que es el sistema de la naturaleza. En síntesis, está constitui-
da por un sistema de las formas arquitectónicas que están expresadas en los monumentos y los tratados.
Como el principio de imitación, “mímesis”, siempre reconoce la autoridad del objeto que imita, esta ar-
quitectura afirma el principio de autoridad del Arte Clásico.
El segundo, el Sistema Copernicano, desea renunciar al principio de autoridad y reemplazarlo por
el principio de experiencia. Construye una realidad sobre la base de la experiencia social e individual.
La Arquitectura que se respalda en esta ideología no admite la autoridad del sistema, es metodológica:
los valores que reconoce residen en El Arte y su metodología: en el hacerse mismo del arte. Desde esta
perspectiva desconoce, o por lo menos desconfía de, la autoridad del arte clásico.
Podemos decir entonces que, al “Hombre del Sistema” el Mundo se le presenta como una estructu-
ra constante y que asume frente a este una posición contemplativa, pasiva. Igualmente, el Espacio se le
presenta como una realidad geométrica inmutable en sus leyes, el Espacio es un dato revelado y él con-
templa una imagen que le ha sido dada. Si el valor del Espacio es fijo, el edificio revela la verdad. Por
lo tanto la concepción sistemática es metafísica.
Para el “Hombre de la Vida Interior”, el mundo es el lugar donde se ve. Acepta y trata de aclarar
cómo se desarrolla la vida y como desarrolla su vida con los demás. Este hombre del hacer, o del méto-
do, tiene una posición activa. El espacio se le presenta de dos maneras: una, como un ámbito restringi-
do (lo íntimo o lo familiar) y otra, como un ámbito más amplio (la ciudad o el estado). Para él, el espa-
cio es experiencia, dirá: mi existir en la realidad podrá construir la determinación continua del espacio;
el espacio es el espacio que recorro, el espacio en que me muevo, el espacio que efectivamente veo,
En este contexto podemos analizar la posición de dos hombres del Barroco, Gian Lorenzo Bernini y •
Francesco Borromini
Bernini es un hombre que acepta el sistema. Su originalidad reside en “agruparlo”, magnificarlo, en
encontrar nuevas maneras para expresar en la forma el valor ideal o ideológico del sistema. En su traba-
jo representa un mundo sistemático: el orden fijo de la jerarquía de la sociedad. Para él la “invención”,
novedad, se superpone al mundo histórico, su obra es el vértice de la montaña de la experiencia.
Borromini evidencia el comienzo de una actitud “crítica”, y con ella, la eliminación gradual del sis-
tema. Su búsqueda se realiza insistentemente sobre la práctica y, su propósito es, la búsqueda de un mé-
todo de la experiencia. Su obra representa la vida interior, la de los sentimientos, la vida moral, senti-
mental y psicológica del individuo: la del individuo en el ámbito social. Para él la experiencia humana
se desarrolla en la crítica de las experiencias históricas anteriores, su obra ya no puede ampliar más la
concepción precedente.
En la concepción Clásica del espacio, que pude seguirse en el Renacimiento y el Barroco y, que corres-
ponde a la arquitectura que hemos llamado de “Composición”: en ella los elementos crean el Espacio,
son claros y distintos, y son independientes de la función específica del espacio. Podemos decir que los
elementos tienen Orden.
- Ejemplo: Basílica del Santo Spirito- Florencia. Filippo Brunelleschi
La nueva concepción del espacio que surge en el Barroco, corresponde a la arquitectura que hemos
llamado de “Determinación”: en ella los elementos que determinan un espacio están combinados y la
distribución está definida a través de segmentos (elementos) arquitectónicos. Podemos decir que los
elementos están ahí solamente para ser usados.
- Ejemplo: San Carlos de las cuatro fuentes- Roma. Francesco Borromini
Con respecto a la estructura, en la concepción clásica la estructura es clara y visible. El Espacio existe
como realidad objetiva perspéctica, una imagen para contemplar.
- Ejemplo: Basílica del Santo Spirito – Florencia. F. Brunelleschi
Dado a la percepción, en este espacio tanto el plano como los demás elementos contribuyen a un
efecto visual que es explícito en su valor de verdad, el Espacio es verdadero y solamente se quiere ha-
cer creer que es mayor, la composición espacial responde al criterio distributivo de los elementos. El
espacio así compuesto es único e irrepetible pero de igual manera es limitado, es finito, está determina-
do en el boque.
- Ejemplo: San Andrés del Quirinal- Roma. Lorenzo Bernini
Con respecto al límite del espacio, en la concepción clásica el límite del espacio es organizativo. Su va-
lor formal es perspéctico.
- Ejemplo: San Pedro- Roma. Donato Bramante
La gran transformación, que es evidente en este nuevo espacio, consiste en que su límite esta mo-
delado por la pared. Su valor formal es fenoménico.
- Ejemplo: San Pedro- Roma. Miguel Angel Buonarroti
Con respecto a la función del espacio, en la concepción clásica, la forma concreta la función y la distin-
gue: la función es concreta y se atribuye a una forma. Por ejemplo el espacio centralizado tipo tiene una
función de culto simbólica (tipología de Templo circular); y el espacio longitudinal tipo, tiene la fun-
ción de reunión, congregación (Tipología de Basílica).
- Ejemplo: Templos de Vesta y Basílica Juliana
En el espacio fenoménico Barroco, la forma determina el espacio de la vida. La función fluye en el
espacio y se determina con la forma: el espacio potencializa el uso y la experiencia de la vida. Los tipos
sirven a la experiencia del espacio.
- Ejemplo: San Inés- Roma. F. Borromini
Con respecto al edificio, en la concepción clásica, este es un bloque con unidad plástica en sí mismo. El
edificio tiene valor monumental.
- Ejemplo: San Andrés del Quirinal- Roma. L. Bernini
Su fachada está determinada por el bloque, limitada por él, le pertenece. La fachada revela impasi-
ble la estructura interior.
- Ejemplo: Templete de San Pietro in Montorio- Roma. D. Bramante
En la transformación barroca, el edificio es una pared de la calle, un elemento del desarrollo urba-
nístico.
- Oratorio de San Felipe Neri- Roma. F.Borromini
Su fachada está determinada por la disposición del espacio exterior y puede ser prolongada infini-
tamente porque le pertenece a la ciudad o al conjunto. La fachada es un organismo sensible al espacio
exterior.
- San Ivo en La Sapienza- Roma. F. Borromini
Los signos del arte dejan de servir para interpretar la realidad dada (obra) y debe hacer la experiencia o
la humanidad con su mismo hacerse (proyecto), el Arte ya no representa la Naturaleza y ya no repre-
senta la Historia; pertenece a un ámbito donde la historia no se funda sobre juicios de valor, sino, don-
de la historia es planteadora de problemas. Los problemas del mundo de la vida en la sociedad.
El Artista Barroco se plantea el problema de expresar, manifestar, realizar en el arte sus experiencias de
vida. Necesariamente tiene que relacionar su obra con hechos concretos e inmanentes, sin olvidar que la
cultura preexistente constituye un dato objetivo de la realidad social. Su búsqueda se centra en tratar de
contestar a sus encargos con formas deducidas de alguna experiencia precedente.
Bibliografía:
Argan, G.C. (1984). El concepto de espacio arquitectónico desde el Barroco a nuestros días. Buenos Aires: Nueva Vi-
sión.
Argan, G. C. (1983). Historia de la Arquitectura como historia de la ciudad. Barcelona: Lai.
Argan, G. C. (1987). Renacimiento y Barroco I, de Giotto a Leonardo Da Vinci. Barcelona: Akal.
Argan, G. C. (1960). La arquitectura Barroca en Italia. Buenos Aires: Nueva Visión.