Introducción

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EL SIDA

ÍNDICE

1. Introducción

2. Origen del Sida

3. Qué es el Sida?

4. Virus VIH

5. Cómo actúa el virus VIH en el organismo?

6. Cómo se transmite el virus VIH?

7. Síntomas del Sida

8. Tratamiento del Sida

INTRODUCCIÓN
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El sida consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer frente a las infecciones y
otros procesos patológicos, y se desarrolla cuando el nivel de Linfocitos T CD4 desciende por
debajo de 200 células por mililitro de sangre.

Normalmente, los glóbulos blancos y anticuerpos atacan y destruyen a cualquier organismo


extraño que entra al cuerpo humano. Esta respuesta es coordinada por un tipo de células
llamados linfocitos CD4. Desafortunadamente, el VIH ataca específicamente a las células que
expresan el receptor CD4, una de las más importantes son los linfocitos T CD4+ y entra en ellos.
Una vez dentro, el virus transforma su material genético de cadena simple (ARN) a uno de cadena
doble (ADN) para incorporarlo al material genético propio del huésped (persona infectada) y lo
utiliza para replicarse o hacer copias de sí mismo. Cuando las nuevas copias del virus salen de las
células a la sangre, buscan a otras células para atacar. Mientras, las células de donde salieron
mueren. Este ciclo se repite una y otra vez.

Para defenderse de esta producción de virus, el sistema inmune de una persona produce muchas
células CD4 diariamente. Paulatinamente el número de células CD4 disminuye, por lo que la
persona sufre de inmunodeficiencia, lo cual significa que la persona no puede defenderse de
otros virus, bacterias, hongos y parásitos que causan enfermedades, lo que deja a la persona
susceptible de sufrir enfermedades que una persona sana sería capaz de enfrentar, como la
neumonía atípica y la meningitis atípica. Estas enfermedades son principalmente infecciones
oportunistas. Dado que el organismo posee mecanismos de control de crecimiento celular
dependiente de células CD4, la destrucción progresiva de estas células ocasionará que estos
mecanismos no sean adecuadamente regulados, lo que origina en consecuencia la presencia de
algunas neoplasias (cáncer) que no ocurrirían en personas «sanas». El VIH, además, es capaz de
infectar células cerebrales, causando algunas afecciones neurológicas.

Como en los demás retrovirus, la información genética del virus está en forma de ARN, que
contiene las «instrucciones» para la síntesis de proteínas estructurales, las cuales al unirse
conformarán al nuevo virus (virión); es decir sus características hereditarias, que le son
necesarias para replicarse. Habitualmente, en la naturaleza el ADN o ácido desoxirribonucleico es
una fuente de material genético desde la que se producirá una copia simple de ARN, pero en el
caso del VIH, éste logra invertir el sentido de la información, produciendo ADN a partir de su
simple copia de ARN, operación que se denomina transcripción inversa, característica de los
retrovirus. El virus inserta su información genética en el mecanismo de reproducción de la célula
(núcleo celular), gracias a la acción de la transcriptasa reversa.

1.- Origen del sida


Algo muy extraño estaba ocurriendo en 1981: el Centro para el Control de Enfermedades de los
EE.UU. estaba recibiendo un número inusualmente alto de reportes referidos al Sarcoma de
Kaposi (una forma rara de un cáncer relativamente benigno que afecta principalmente a
personas mayores), como así también numerosos casos de la neumonía Pneumocystis carini. Los
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pacientes eran hombres jóvenes, sin antecedentes de terapia inmunosupresora y homosexuales.
Pocos meses después la conclusión fue inevitable: el mundo estaba enfrentando una nueva
epidemia cuya causa no estaba claramente identificada y que fue denominada “Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida” (SIDA o AIDS en el idioma inglés).

El SIDA es una enfermedad producida por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Existe
el VIH-1, virus responsable de la epidemia, cuya mayor frecuencia se verifica en las personas que
habitan las regiones central y oriental de África. La comunidad científica concuerda en que
proviene de un agente viral que infecta a varios primates africanos, particularmente a monos
verdes y mandriles. Este agente viral se denomina SIV (Simian Immunodeficiency Virus, virus de la
inmunodeficiencia de los simios) y afecta pero no mata a los primates.

También existe el VIH-2, confinado a las zonas costeras del oeste de África, menos virulento que
el anterior y que proviene del SIVsm, otro virus de inmunodeficiencia de los simios que está
ampliamente difundido entre los monos mangabey.

Para poder rastrear el origen de la epidemia, se analizaron numerosas muestras de sangre que
estaban almacenadas en diferentes lugares del planeta. La más antigua correspondió a un
hombre que murió en 1959 en la República Democrática del Congo (ex Congo Belga).
Lamentablemente se han conservado muy pocas muestras anteriores a esa fecha, por lo cual no
puede establecerse con precisión la fecha de los primeros fallecidos debido al SIDA. Puesto que el
intervalo típico entre la infección y la muerte es de 10 años, el denominado “paciente cero”,
aquel que inició la epidemia, debía ser un africano contagiado alrededor de 1949.

Surgieron las inevitables “teorías conspirativas”: la CIA había creado el virus para eliminar a los
negros y homosexuales; el Pentágono lo había creado como un arma biológica para ganar la
Guerra Fría; era el “castigo divino” para aquellos que exhibían una conducta sexual promiscua o
“desviada”. No existen pruebas o evidencias que sustenten tales hipótesis, a pesar de lo cual hay
numerosos páginas en Internet que las muestran como verdaderas.

Se plantearon otras tres hipótesis relativas al origen de la enfermedad, aunque todas ellas están
sujetas a importantes objeciones.

1.- El surgimiento del SIDA fue por azar. Tal vez la transmisión del mono al ser humano es un
proceso relativamente ineficiente y de baja probabilidad. Tal vez la mutación de los SIV a los VIH
también son sucesos inusuales, de muy baja probabilidad. A pesar de ello y simplemente por
azar, la transmisión entre las especies (o la mutación) ocurrió por primera vez en el siglo XX. Hay
antecedentes de enfermedades virales que aparecen súbitamente, infectan a miles de personas y
luego desaparecen tan súbitamente como habían aparecido. ¿Acaso el SIDA no podría ser una de
ellas?. Sin embargo, resulta muy poco factible que por azar dos virus del tipo SIV muten en forma
independiente a los del tipo VIH en tan corto lapso de tiempo, cuando desde hace miles de años
los africanos han estado expuestos al contagio con sangre de primates.

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2.- Siempre existió la transmisión del mono al hombre, pero no estaban dadas las condiciones
para que la epidemia se extienda. En el África rural, la mayoría de sus habitantes vivían en
pequeñas aldeas desarrollando una vida sedentaria. Por lo tanto, aquellos contagiados por el
mono sólo transmitían la enfermedad a unos pocos familiares o vecinos y las sucesivas muertes
no llamaban la atención en un “microcosmos” donde las expectativas de una larga vida eran muy
bajas. Cuando comenzó el proceso de urbanización y la gente migró a las ciudades, aparecen la
prostitución en gran escala, las enfermedades venéreas y el uso repetido de jeringas
hipodérmicas. En resumen, se dan las condiciones apropiadas para la transmisión de la
enfermedad.

Es una hipótesis plausible pero tiene sus defectos porque la historia del continente africano está
colmada de acontecimientos que pudieron dispersar la enfermedad durante los últimos 10
siglos: el movimiento de miles de soldados durante la Primera Guerra Mundial en las regiones
más afectadas; el surgimiento del imperio Zulú (Siglo XIX) que se tradujo en la migración de
millones de personas desde Tanzania hasta Sudáfrica; el transporte de millones de esclavos. con
destino final las plantaciones del sur norteamericano, por parte de los traficantes árabes durante
los siglos XVIII y XIX; más atrás en el tiempo, los bantú y otras tribus libraron tremendas batallas
con sangre en abundancia e inevitables violaciones a las mujeres de los derrotados. Por lo tanto,
si el VIH existe desde hace mucho tiempo atrás, ¿por qué no se extendió la epidemia?.

3.- Si no fue por azar y tampoco por la mejora en las “condiciones


logísticas”, sólo resta suponer que se debió a una mejora en las
condiciones de transmisión desde el mono al ser humano. Se sabe que las
vías más eficientes de transmisión del SIDA son la transfusión de sangre y la
inoculación de tejido infectado. Ambas técnicas sólo se utilizaron en forma
masiva a partir del siglo XX y sólo había que rastrear programas científicos
que incluyeran estas técnicas y la presencia de monos y humanos. Las
principales sospechas recayeron sobre los siguientes tres programas:

En 1922 se realizó un experimento con transfusión de sangre de


chimpancés, monos mangabey y otros primates en seres humanos con el
objetivo de obtener una cura para la malaria. Pudo ser el origen del SIDA
pero se lo desestimó al comprobar que la mayoría de los receptores vivía en Europa o Estados
Unidos.

Alrededor de los años 30, un científico propuso una exótica teoría: se podía detener el
envejecimiento mediante el injerto de los testículos de un hombre joven en un congénere de
mayor edad. Era lógico que no se encontraran voluntarios para tal experimento, motivo por el
cual se recurrió a testículos de monos o chimpancés. Pocos años después se detuvo el
experimento ante el absoluto fracaso del mismo; se lo intentó ligar al origen del SIDA pero
nuevamente se comprobó que la mayoría de los receptores no vivían en el continente africano.

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El tercer programa científico masivo sospechado de ser el origen de la epidemia se desarrolló
entre 1957 y 1958, con el objetivo de encontrar una nueva vacuna contra la poliomielitis,
alternativa a la desarrollada por Jonas Salk. Parecía factible porque se usaron riñones de mono
durante el experimento; sin embargo, como la primera muerte está claramente fechada en 1959
y hay aproximadamente 10 años entre la infección y la muerte, no resulta probable que este
programa tampoco haya sido el responsable.

2.- El Sida

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ataca directamente a las defensas del cuerpo,
debilitando el sistema inmunitario hasta convertirlo en vulnerable a gran número de infecciones.

En cambio, el SIDA es la manifestación de la última etapa del VIH, que se convierte en síndrome
de inmunodeficiencia adquirida y este diagnóstico puede tardar más de 10 años en producirse
Toda esta información general sobre el virus junto con la evolución e historia del SIDA nos hace
poner especial esfuerzo en erradicar el desarrollo del SIDA en África, uno de los escenarios
principales donde tienen lugar las mayores tasas de mortalidad.
Por otro lado, a través de arduos estudios llevados a cabo tras estas devastadoras estadísticas de
mortalidad que deja el VIH en nuestra sociedad, se han ido desentrañando los principales
síntomas básicos de este peligroso virus, logrando establecer con precisión cuáles son los medios
de contagio más comunes y combatirlos con medios de prevención cada día más contundentes y
numerosos.
Una más que positiva noticia gira en torno a los esfuerzos en cuanto a investigaciones que
avancen hacia una cura, potenciando el actual tratamiento general del SIDA y haciendo hincapié
en ampliar las diferentes pruebas que determinan el diagnóstico del VIH y conseguir una de las
grandes quimeras para vencer este mal: aumentar el número de vacunas probadas contra el
SIDA.

3.- Virus VIH


El VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Humana es un micro organismo que ataca al sistema
inmunológico de las personas, debilitándolo y haciéndoles vulnerables ante a una serie de
infecciones, algunas de las cuáles ponen en peligro la vida. El virus del VIH/SIDA parasita los
glóbulos blancos del cuerpo humano, destruyéndolos o evitando que puedan cumplir su función
correctamente. Es por ello que al cabo de los años, la acción del virus sobre el sistema
inmunitario hace que éste pierda su eficacia y deje de protegernos contra las infecciones y
enfermedades a las que estamos permanentemente expuestos. Es entonces cuando aparecen en
el cuerpo humano una serie de síntomas de enfermedades que se denomina Síndrome de la
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

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El virus ataca con mayor virulencia en los países pobres, donde la información sobre el virus es
escasa. Un alto índice de pobreza va estrictamente relacionado con un elevado número de
personas infectadas. Millones de personas contraen la enfermedad por no saber que existe o
cómo inmunizarse frente a ella. A esto se le debe unir los terribles casos de violaciones o la
abundancia de supersticiones sobre la enfermedad y las prácticas sexuales.

No obstante, cabe indicar que la infección por VIH está clasificada en distintas categorías en
función del grado de avance de los síntomas:

- Categoría A: recoge a los afectados por la fase primaria de la enfermedad

- Categoría B: los que presentan o presentaron síntomas relacionados con la infección de VIH
pero excluidos de la Categoría C. Síntomas como por ejemplo: fiebre menor a 38,5  °C o diarrea
(de más de un mes de duración) y herpes zóster (más de un episodio, o un episodio con afección
de más de un dermatoma).

- Categoría C: en esta categoría se pueden incluir complicaciones como:

 Infecciones oportunistas, como bacterianas (por ejemplo, tuberculosis) o víricas (herpes,


bronquitis, esofagitis, etc.)
 Procesos Crónicos, como bronquitis o neumonía.
 Procesos asociados a VIH
 Procesos Tumorales, como sarcoma de Kaposi, linfoma de Burkitt o linfoma no-Hogdkin.

 Una vez superada la primera fase de infección, el organismo sufre una reducción drástica de
linfocitos, que provoca que las defensas se debiliten en gran medida. De esta forma, se
desarrollan infecciones bacterianas, víricas y de otros tipos,  y los microorganismos
responsables de proteger el organismo han sido destruidos por el  VIH.

 Es por ello que un amplio conocimiento de la enfermedad, las formas de prevenirlo y las
precauciones básicas para evitar contagios, son fundamentales para seguir la constante
lucha para erradicar este mal.

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4.- ¿Cómo actúa el virus de inmunodeficiencia humana
(VIH)?
Como los virus no son capaces de reproducirse por sí mismos necesitan utilizar a otros seres vivos
para poder multiplicarse y sobrevivir. En muchos sentidos un virus es un parásito. En nuestro
organismo, el virus parasita las células de nuestro Sistema Inmunológico destruyéndolas o
haciendo que dejen de cumplir su función.

Por este motivo, al cabo de unos años, la acción del virus sobre nuestro sistema inmunológico
hace que éste pierda su eficacia y deje de protegernos contra las infecciones y enfermedades a
las que estamos permanentemente expuestos. En ese momento aparecen una serie de signos,
síntomas y enfermedades a las que, en conjunto, se les llama Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida o Sida.

El VIH está activo siempre, desde el primer instante en que logra entrar en nuestro cuerpo.
Aunque el virus parasita distintos tipos de células relacionadas con el Sistema Inmunológico, una
de ellas reviste una especial importancia. Esta célula es un tipo de glóbulo blanco que se llama
Linfocito T4 o CD4 y su función es la de coordinar la respuesta de las demás células especializadas
de nuestro Sistema Inmunológico frente a agentes exteriores tales como bacterias o virus que
podrían causarnos enfermedades.

Los linfocitos T4 se ven especialmente afectados por el VIH debido a que en su superficie hay
unas proteínas denominadas receptores CD4 por las cuales el VIH tiene una gran afinidad. El virus
las localiza y se "engancha" a ellas, y valiéndose de unas proteínas que él mismo lleva en su
interior, utiliza los receptores CD4 como puerta de entrada al interior de la célula. A este primer
paso del virus para entrar en la célula se le llama Fusión.

Una vez que el virus se ha fusionado con la célula, se dirige hacia el núcleo de la misma, donde
ésta guarda su ADN. El objetivo del virus es introducir su propia información genética en el ADN
de la célula, de manera que ésta deja de cumplir su función habitual y dedica buena parte de sus
recursos a fabricar nuevos virus: copias de aquél que ha conseguido infectarla.

Invariablemente, la célula infectada no sólo deja de cumplir su función, sino que acaba por agotar
sus reservas y muere. Este es uno de los motivos principales por los que, en el transcurso de la
infección por VIH, el número de linfocitos CD4 va disminuyendo progresivamente. Esto tiene
como consecuencia que el Sistema Inmunológico: deja de ser capaz de protegernos y da paso a la
aparición del Sida..

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5.- Cómo se transmite el VIH
Sólo cuatro fluidos, la sangre, el semen, las secreciones vaginales y, en menor medida, la leche
materna de las personas infectadas tienen una concentración suficiente de virus como para
transmitirlo.

Además, para que se produzca la infección es necesario que el VIH entre en el organismo, y esto
únicamente se produce cuando estos fluidos entran en contacto con la sangre o mucosas
(revestimiento del interior de la boca, vagina, pene y recto) de una persona.

La infección puede transmitirse por las siguientes prácticas:

1. Relaciones sexuales con penetración (anal, vaginal u oral) sin preservativo. Cuando una
persona presenta otras infecciones de transmisión sexual (como gonorrea, sífilis, herpes,
etc.) el riesgo de infección por VIH aumenta. Cuantas más parejas sexuales se tengan, mayor
es el riesgo de contagio por VIH u otras infecciones de transmisión sexual.

2. Uso compartido de jeringas, agujas, otro material de inyección o cualquier instrumento


cortante que haya estado en contacto con sangre infectada. Igualmente, el VIH se puede
transmitir al compartir los instrumentos que se usan para los tatuajes, la acupuntura, el
piercing, la perforación de orejas, etc.

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3. Por vía materno-infantil. Una madre infectada por el VIH puede transmitir el virus a su futuro
hijo/a, durante el embarazo, parto o lactancia. La probabilidad de que se infecte se reduce
de forma muy importante con un tratamiento adecuado.

El virus del sida no se transmite en ningún caso….

 Por lágrimas, sudor, tos, estornudos, alimentos, ropa, cubiertos, muebles, teléfonos o por
objetos de uso común en la vida escolar, laboral y social.
 Por darse la mano, abrazarse o besarse.
 Por compartir duchas, lavabos o W.C. en piscinas, instalaciones deportivas, lugares de
trabajo, colegios y establecimientos públicos.
 Por picaduras de animales domésticos, mosquitos o de otros insectos.
 Por donar sangre.

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6.- Síntomas del sida
El VIH o virus de la inmunodeficiencia humana afecta al sistema inmunitario, debilitándolo y
dañándolo progresivamente. Con esta definición, podemos entender la vulnerabilidad que
alcanzan las personas con esta deficiencia, ya que su débil sistema inmunitario se expone a todo
tipo de infecciones que pueden agravar su estado.

Una vez que una persona se infecta de VIH, es posible que no sea consciente de ello puesto que
los síntomas no tienen una manifestación clara tras contraer el virus. Lo que hay que subrayar es
que, tenga o no síntomas de infección, el gran riesgo de contagio que existe en el periodo inicial.
Por tanto, para saber si portamos el VIH, sólo es posible mediante pruebas específicas que
detecten los anticuerpos del VIH o el mismo VIH.

Los síntomas si empiezan a hacerse visibles una vez que existe un deterioro del sistema
inmunitario, traducido en otro tipo de infecciones “oportunistas” que se aprovechan de la
vulnerabilidad que comentábamos.

Vamos a describir las distintas fases por las que pasa el virus, en función de los síntomas que
presentan los pacientes:

 Infección primaria: en esta fase puede que no existan síntomas, o bien, presentar el
síndrome retroviral agudo, que provoca fiebres, erupciones, dolor articular, entre otros.
Desde este momento el virus se puede contagiar a otras personas, independientemente de
que se manifiesten o no los síntomas.
 Fase 1: asintomática o inflamación de nódulos linfáticos, comenzando a dañar el sistema
inmunitario.
 Fase 2: fiebre, sudoración, pérdidas de peso, manifestaciones cutáneas leves (como
dermatitis), cefaleas, e infecciones en vías respiratorias…
 Fase 3: diarrea crónica sin motivos aparentes, fiebre severa, infecciones bacterianas de
consideración, tuberculosis pulmonar, etc. En esta fase, algunas personas tienen SIDA.
 Fase 4: se trata de 22 infecciones oportunistas o tipos de cáncer relacionados con el VIH. En
este punto, todas las personas infectadas tienen SIDA

Conviene aclarar que el tiempo que suele tardar una persona en desarrollar SIDA una vez está
infectado de VIH, oscila entre 10 y 15 años, pero es en los primeros 5-10 años cuando corre el
riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con VIH si no recibe tratamiento. Cuanto más
tiempo haya permanecido el virus en el cuerpo sin haber recibido tratamiento, mayor cantidad y
gravedad alcanzarán los síntomas.

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7.- Tratamiento para el Sida
Hoy en día existen importantes avances científicos y médicos que nos hacen ser optimistas al
pensar en un tratamiento que elimine por completo el virus del VIH.

Lamentablemente en la actualidad, aún no contamos con fármacos o vacunas de esta eficacia,


no obstante, podemos describir los tratamientos generales que si bien lo destruyen por completo
el virus, si ayudan a disminuir la cantidad de VIH en el cuerpo y a bloquear la acción destructiva
del virus, con la consiguiente mejora en la calidad de vida del paciente.

Por tanto, el principal tratamiento consiste en la combinación de fármacos antiretrovirales que


buscan neutralizar el VIH en el cuerpo, focalizándose en anular su presencia lo máximo posible,
restaurando el sistema inmunológico del paciente. Este tipo de terapias son individualizadas y
han de ser prescritas, revisadas o alteradas por especialistas que sigan la evolución de dicho
paciente.

Con este tratamiento se consigue replicar el virus, propiciando que no se multiplique, que
disminuya la carga viral y en consecuencia, que se reduzcan los riesgos de transmisión y contagio.

Hay que subrayar que es imprescindible cumplir de forma exigente todas las indicaciones del
tratamiento (dosis, horarios, régimen de comidas, etc.), ya que lo contrario podría suponer una
menor concentración del fármaco en sangre y esto, provocaría que el virus se hiciera resistente a
los antirretrovirales, anulando toda su eficacia.

Para tomar la decisión de someterse a este tratamiento o terapia hay que conocer una
implicación muy importante que lleva consigo y es que hasta que no exista una vacuna o cura
total, este tratamiento es permanente, es decir, lo más probable es que los pacientes continúen
con esta terapia toda su vida.

TRATAMIENTOS CON PASTILLAS RETROVIRALES

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