Ensayo

Nombre: Gilda Illyana Ríos Hinojosa Matrícula: L01459370

Nombre del curso: Nombre del profesor:
Certificado en fundamentos de la Monique de la Garza Belmonte
psicología positiva
Tema: Evidencia final. Gratitud. Actividad: Buzón del agradecimiento.

Fecha: 12/10/2016
Bibliografía:
Caycho Rodríguez, T; Alarcón, R; (2015). Relaciones entre gratitud y felicidad en estudiantes
universitarios de Lima metropolitana. Psychologia. Avances de la disciplina, 9() 59-69.
Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=297233780004

Emmons R. y Mishra A. (2010). Why Gratitude Enhances Well-Being: What We Know, What
We Need to Know.

Moyano, N. (2006). Gratitud en la Psicología Positiva. Psicodebate 10: Psicología, Cultura y

Sociedad. Recuperado de: http://www.palermo.edu/cienciassociales

Lyubomirsky, S. (s. f.). How to Practice Gratitude. From The How of Happiness. Recuperado
de: http://www.gratefulness.org/readings/practice_gratitude.htm

Gratitud: un ejercicio de agradecimiento a través de la escritura de cartas aplicado a la

comunidad de profesores y alumnos del TecMilenio Campus Querétaro

1.- Selección y explicación del tema.

1.1.- Gratitud: Definición y antecedentes.

Agradecer es una acción que parece común y muy simple, casi cotidiana. En nuestra cultura

mexicana se dice que “gracias” es una “palabra mágica”; sin embargo, el sentido que tiene el

agradecimiento es mucho más profundo de lo que a simple vista pudiera parecer.

Es por eso que para la realización de este trabajo, que se presenta como evidencia final del

Certificado en fundamentos de la psicología positiva, el tema elegido fue la gratitud, aplicada a

través de un ejercicio de escritura de cartas de agradecimiento.

Emmons define la gratitud como una habilidad cognitiva o perceptual, como la capacidad que

tiene una persona de hacer consciencia sobre un acto benélovo recibido de parte de otro. Para
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este autor, la gratitud “(…) is an acknowledgment that we have received something of value

from others. It arises from a posture of openness to others, where we are able to gladly

recognize their benevolence” (Emmons y Mishra, 2010).

El propio Emmons señala que tener esta capacidad de comprender la experiencia de ser

beneficiario de un acto valioso o bondadoso de otra persona, es considerado una virtud y como

tal debería ser cultivada. También destaca la importancia de que esta virtud sea enseñada,

ejercida con regularidad hasta ser convertida en un “hábito de carácter”; puesto que las

personas agradecidas son más propensas a reaccionar de forma receptiva y recíproca a la

bondad de otros (Emmons y Mishra, 2010).

Según la literatura revisada, existen tres condiciones para poder decir que una persona está

experimentando gratitud. Natalia Moyano lo resume de la siguiente forma:

“La primera condición es que la persona perciba aquello con que ha sido beneficiado

como algo con valor: mientras más importante sea para mí mismo lo que he recibido,

más agradecido me sentiré. La segunda condición, es que la persona pueda reconocer

al agente que lo ha beneficiado. Emmons agrega que detrás de la experimentación de

agradecimiento hay una idea de “mérito inmerecido”, es decir, que la persona

agradecida supone que no tiene derecho a exigir aquello que le fue otorgado en

función de no haber realizado ninguna acción que implicara la expectativa social de

recibirlo, por lo que el beneficio solo puede ser atribuido a las buenas intenciones de un

agente externo. Mientras más se valore a la persona o ente beneficiante, mayor será el

grado de gratitud experimentado.

Por último, y probablemente la más relevante de las condiciones enumeradas por

Emmons, para poder sentirme agradecido, es importante que perciba al beneficio como

un regalo: la cognición de que podría no haber recibido este beneficio y que, por lo

tanto, he sido beneficiado de un modo gratuito, transforma el reconocimiento de una

posesión cualquiera en una vivencia de gratitud.” (Moyano, 2006)

En un contexto como el que vivimos actualmente –en nuestro país y en el mundo-, ser capaces

de esta apertura y de ser recíprocos se vuelve fundamental para la generación de emociones

positivas. Es por eso que la gratitud es un tema de relevancia en el momento presente, y que
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su enseñanza, práctica y apropiación como un hábito es importante en cualquier entorno, ya

sea familiar, escolar, laboral o personal.

La decisión de hacer un ejercicio de gratitud viene precisamente de este convencimiento

acerca del valor que aporta a las personas y a las comunidades de todo tipo el hacer

consciencia sobre la necesidad de dar gracias de una forma profunda y con pleno

reconocimiento de lo que se está haciendo.

Otra de las razones para elegir este tema deriva de los beneficios que se presentan para las

personas que practican el agradecimiento de manera consciente. Diversos autores como

Robert Emmons, Sonja Lyubomirsky o Martin Seligman, entre otros, han dedicado algunos de

sus trabajos a evaluar o medir los efectos positivos que el acto de agradecer conlleva para

quienes lo ejercitan.

En un estudio realizado a universitarios peruanos por Reynaldo Alarcón y Tomás Cacho, ellos

demostraron que el hacer cartas de agradecimiento incrementó los niveles de bienestar y

felicidad de los participantes. En su trabajo, Caycho y Alarcón citan a “Emmons y McCullough

(2003) (quienes) reportan una relación causal entre gratitud y la felicidad. Existe evidencia que

señala que la gratitud predice el bienestar subjetivo por encima de los dominios y facetas del

modelo de personalidad de los cinco grandes factores (Wood, et al., 2008)“. (Caycho y Alarcón,

2015)

En su trabajo Why Gratitude Enhances Well-Being: What We Know, What We Need to Know,

Robert Emmons y Anjali Mishra citan múltiples beneficios que la demostración de gratitud

genera en las personas. Entre ellos, enumeran diferentes impactos positivos en áreas como el

bienestar en general, la fortaleza psicológica, la solidez de las relaciones interpersonales,

psicológico, la reducción de emociones y estados negativos, la conformación de lazos afectivos

e incluso indican los beneficios que el agradecimiento genera en el cuerpo humano (Emmons y

Mishra, 2010).

Sobre los beneficios sociales, los autores antes mencionados señalan que las personas

agradecidas muestran una manera particular de afrontar la viuda, en la que echan mano de un

reencuadre positivo, tienden a buscar más apoyo de su red social, un enfoque en la solución de

problemas, además de que presentan lazos sociales más fuertes, motivación al altruismo y que

también son más adaptables (Emmons y Mishra, 2010).

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En su investigación, Emmons y Mishra citan algunos estudios donde se demostró que la gente

habitualmente agradecida, es menos propensa a sentir emociones negativas como la envidia,

ya que no se comparan negativamente con otros, se enfocan en la contribución positiva que

reciben de los demás, están más dispuestos a compartir, son más generosos, no asocian la

idea de poseer con el éxito y tampoco comulgan con la idea de que la riqueza material conlleva

felicidad (Emmons y Mishra, 2010).

1.2.- Justificación.

Queda claro, pues, que las personas agradecidas observan un incremento en la satisfacción en

diversas áreas de su vida, como ya se mencionó, y resulta valioso rescatar el hecho de que se

trata de una virtud que puede aprenderse, enseñarse, practicarse y perfeccionarse. “Pensado

desde este punto de vista, la gratitud representa una habilidad primordial para desarrollar y

mantener niveles adecuados de bienestar emocional, satisfacción y calidad de vida” (Moyano,

2006).

Es por eso que se decidió que el objetivo de este trabajo sería el motivar a los participantes a

manifestar su agradecimiento echando mano de una herramienta que es utilizada con

frecuencia en los estudios enfocados en la gratitud: la escritura de cartas donde le dan las

gracias a las personas de quienes consideran han recibido algún gesto significativo.

En el capítulo How to Practice Gratitude, de su libro The How of Happiness: A New Approach to

Getting the Life You Want, la investigadora Sonja Lyubomirsky narra cómo en su laboratorio de

pruebas ha utilizado la escritura de cartas como uno de los mecanismos para practicar –y

medir- el agradecimiento.

Sobre sus métodos y hallazgos, Lyubomirsky reporta: “These findings reveal just how powerful

it is to express your gratitude directly to an important person in your life.   It’s an activity that you

can assign yourself to do on a regular basis, perhaps mixing the writing of gratitude letters

(directed at the same or different individuals) with keeping a weekly gratitude journal.”

(Lyubomirsky, s.f.)

La autora explica que escribir cartas tiene un efecto poderoso y que una forma de cerrar el

proceso implica la lectura en voz alta de la misiva a su destinatario, para que el mensaje llegue

de forma directa, con el cúmulo de emociones positivas que este acto puede generar.
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Sin embargo, Lyubomirsky señala que también tiene beneficios el escribir la carta, pese a que

no sea entregada directamente o que no sea siquiera enviada, pues en otros estudios hechos

en su laboratorio se demostró que el simple hecho de escribir una carta de agradecimiento, sin

entregarla, genera un incremento substancial en la felicidad, esto según una observación hecha

en un grupo de personas que invirtió quince minutos una vez a la semana durante ocho

semanas para realizar dicho ejercicio y quienes se sintieron más felices durante y al término del

estudio (Lyubomirsky, s.f.).

Es gracias a estos estudios que la gratitud dejó de ser, como menciona Natalia Moyano, un

concepto exclusivo de la filosofía y la teología, para así convertirse en uno de los elementos

estudiados por la psicología positiva por su aportación al desarrollo del ser humano y por

contarse dentro de sus fortalezas psicológicas (Moyano, 2006).

2.- Diseño de la actividad.

La actividad diseñada para la realización de este trabajo fue nombrada “El buzón del

agradecimiento”.

En ella, se colocó un “buzón” en la sala de maestros de preparatoria de la Universidad

TecMilenio Campus Querétaro (ver imagen en el anexo 1). En dicho buzón se colocaron

paquetes conformados por dos sobres: uno en donde se especificaban las instrucciones,

mismas que debían ser devueltas con una retroalimentación; y otro, en donde venía una hoja

en blanco para que los participantes escribieran la carta de agradecimiento dirigida a la

persona que ellos quisiera, siempre y cuando se tratara de alguien a quien se le pudiera

entregar la carta en el campus.

Junto al buzón se puso una invitación informal escrita en el pizarrón donde se ponen los avisos

para el profesorado, donde se les solicitaba su participación y se les indicaba que había

instrucciones más detalladas en dentro de los sobres.

El objetivo de la actividad era propiciar que los participantes experimentaran la gratitud y la

expresaran a través de una carta. Además, se buscó registrar qué sentimientos provocaba en

ellos el haber manifestado su agradecimiento con la solicitud expresa de retroalimentación

posterior al ejercicio.
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Como ya se mencionó, el ejercicio se realizó, primordialmente con profesores de preparatoria,

aunque también se sumaron estudiantes de tres grupos de primer semestre, a quienes se les

explicó la actividad para que participaran quienes desearan hacerlo.

Para realizar la actividad se requirió de 60 sobres para así conformar 30 juegos de dos sobres:

uno de instrucciones y retroalimentación, y uno para la carta. Además, se dispuso de una caja

que sirvió como buzón para que las personas tomaran los sobres y ahí mismo depositaran las

cartas ya hechas. El tiempo que se dispuso para la actividad fue de cinco días, de lunes a

viernes, periodo en el que tanto el buzón como las instrucciones estuvieron disponibles.

Las instrucciones específicas que los participantes encontraban en los sobres, son las

siguientes:

Instrucciones:
Gracias por participar en esta actividad, el que lo hayas hecho servirá para elevar las
emociones positivas en nuestra comunidad educativa.
El objetivo es manifestar gratitud y expresarla directamente a una persona con quien estamos
agradecidos a través de una carta. Está demostrado que este ejercicio genera múltiples
emociones positivas tanto en el remitente como en el destinatario.
Tienes en tus manos dos sobres: uno con la leyenda “¡Gracias!”. Usa la hoja en su interior para
escribir una carta a alguna persona del campus a quien quieras manifestarle agradecimiento;
puede ser un alumno, un profesor, un líder de generación, la directora, un guardia, alguien de
los proveedores de servicios como la cafetería o la limpieza... cualquier persona dentro del
campus a quien quieras agradecerle por alguna actitud, un gesto, una ayuda, lo que sea. Debe
ser una carta sincera, en la que expreses tus emociones positivas hacia esa persona.
Al terminar, pon la carta en el sobre diseñado para su envío, en donde pondrás a quién va
dirigida (nombre y apellido), de qué área o semestre es (profesor, prepa, profesional, si es de
una cafetería de cuál de ellas...) ofreciendo la mayor cantidad de datos posibles para ubicarlx.
Nosotros nos encargaremos de hacerle llegar tu carta al destinatario.
En el otro sobre está esta hoja de instrucciones, misma en la que te pedimos anotar tus
reflexiones sobre cómo te sentiste al redactar la carta.
¿Cómo te hace sentir expresarle esto a esa persona?
¿Es frecuente que muestres agradecimiento de esta o de otras maneras?
¿Fue sencillo o te atoraste en algún momento? Etc.
De nuevo, muchas gracias por tu participación. Nos encantará conocer tus aportaciones.

Saludos.

3.- Aplicación y resultados.

3.1.- Detalles de la aplicación de la actividad.

Una vez terminado el periodo previsto para la realización del ejercicio, en total participaron 23

maestros y 7 estudiantes, aunque al final solo se recibió retroalimentación de 15 de ellos. La

actividad se llevó a cabo del lunes 10 de octubre al viernes 14 de octubre y, como ya se ha

mencionado, se llevó a cabo en la Universidad TecMilenio Campus Querétaro, entre profesores

de preparatoria y algunos alumnos voluntarios de primer semestre.

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La actividad se llevó a cabo conforme a lo planeado: Se escribió una invitación informal en el

área de café de la sala de profesores. A algunos de ellos se les dio la explicación de forma

verbal, cada que se podía durante la semana. Se colocó el buzón desde el día uno con 30

juegos de sobres con instrucciones y hojas para la carta, se les pidió volver a depositarla en el

buzón, cosa que no todos hicieron, al menos no en el tiempo límite que se les ofreció, o aunque

algunos participantes sí depositaron su carta, dejaron vacío el espacio designado para la

retroalimentación.

A los estudiantes de tres grupos de primer semestre de preparatoria se les hizo la invitación a

que participaran voluntariamente y se les explicó el objetivo de la actividad al final de una clase.

3.1.- Resultados.

El resultado global fue el que se esperaba: se generaron emociones positivas en quienes

participaron del ejercicio y demostraron su gratitud.

Esto se concluye tras la lectura de la retroalimentación dada por los participantes y como

muestra algunos fragmentos de los comentarios recibidos se enlistan a continuación:

“(…) me llena de sentimientos bonitos”.

“(…) agradecida y feliz”.

“Agradecida por la oportunidad.”

“La verdad es que hace tiempo que no agradecía a una persona que me otorga servicios, no

recordaba lo bien que se sentía demostrarle que estoy agradecida a las personas”.

“Me hace feliz el agradecerle”.

“(…me siento) feliz por expresarle mi sentir”.

“Me sentí muy bien porque pude expresar lo que no le había dicho”.

“Es gratificante expresar algo positivo hacia alguien más, en este caso yo le agradecía a mis

alumnas, es lindo reconocer el buen trabajo que hacen, o lo bueno que te aportan pues al

enterarlos de que estás reconociendo su labor te conectas con las personas de manera positiva

y trabajan con la misma visión”.

“Me gustó, me sentí bien porque el supiera en todo lo que me ayuda” (sic).

“Me sentí muy bien agradeciendo, siempre es bueno agradecer a las personas por lo que

hacen por ti, y es una buena acción”.

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“Muy bien, contenta”.

Como parte de la retroalimentación, se les hacía también la pregunta: ¿Es frecuente que

muestres agradecimiento de esta o de otras maneras? Siete personas señalaron que sí

demuestran agradecimiento, en incluso algunos especificaron que lo hacen con frecuencia, ya

sea por escrito o verbalmente. Dos personas señalaron que son a veces agradecidos o no con

la frecuencia que quisieran, como una persona que señaló: “Sí tengo en mis hábitos agradecer,

pero seré sincera que no se lo demuestro a todas las personas”.

Solo una persona respondió “No” a la pregunta ¿Es frecuente que muestres agradecimiento de

esta o de otras maneras? Y en seguida dio una breve explicación: “me cuesta trabajo”. Esta

misma persona respondió “me da pena” a la pregunta ¿Fue sencillo o te atoraste en algún

momento?

Cinco personas pusieron en el buzón su carta para ser enviada, pero no ofrecieron

retroalimentación. Quince personas más tomaron sobres, pero no los devolvieron al tiempo del

cierre de la actividad para la realización del presente trabajo.

4. Conclusiones.

4.1 Gratitud y bienestar.

Para diseñar la actividad primero pensé en uno de los elementos vistos durante el certificado

en el que yo sintiera que tenía menos habilidades, esto para poder ejercitarlas junto con los

participantes. De ahí que la selección del tema se enfocara en la gratitud, que es algo que

considero que me hace falta fortalecer en mi vida.

Luego, al tener seleccionado el tema, revisé nuevamente los contenidos, además de otras

fuentes, y noté que el ejercicio de las cartas es una sugerencia recurrente como hábito para

fortalecer esta virtud. A la vez, me pareció simple en su aplicación, muy fácil para los

participantes y a la vez muy gratificante.

Esta fue, considero, la mejor parte: tanto en los comentarios escritos, como los verbales que

recibí sobre la actividad, los participantes me comentaron lo mucho que les había gustado la
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actividad, me buscaban para que les resolviera sus dudas, una persona incluso hizo dos

cartas… es decir, desde mi perspectiva hubo una muy buena respuesta.

Los participantes, como ya se mencionó anteriormente, señalan que se sintieron bien y felices

de poder expresar su gratitud, por lo que creo que se cumplió con el doble objetivo de la

actividad: por un lado, que los participantes manifestaran su agradecimiento y, por el otro lado,

que por consecuencia se sintieran más contentos. Es por ello que considero que la actividad

fue exitosa e incluso obtuve un resultado adicional que fue la generación de emociones

positivas en los destinatarios de las cartas, quienes al recibirlas mostraron sorpresa, alegría y,

por supuesto, agradecimiento.

Lo que se pudo hacer mejor es, obviamente, realizar la actividad con más calma y tiempo, para

dar oportunidad a todos los participantes interesados de entregar sus cartas además de

aumentar el número de participantes. También creo que se podía incluir la hoja de

instrucciones dentro del mismo sobre que era para la carta, pues para algunos resultó confuso

que se tratara de dos sobres.

Especialmente sobre el Certificado en fundamentos de la psicología positiva, mi sentimiento es

precisamente de agradecimiento por la oportunidad de volver a vivirme como estudiante. Me

permitió experimentar una de mis fortalezas, que es el amor por el aprendizaje, así como las

acciones que me provocan estado de flow: la lectura, el análisis de textos, la investigación, la

escritura de documentos académicos y el diseño de actividades. Esta experiencia también me

enfrentó a uno de mis mayores retos: la organización del tiempo y creo que lo sobrepasé con

mediano éxito, a veces con prisas o con mucha presión, pero me hice el firme propósito de

cumplir al 100%, cosa que conseguí (lo cual tiene que ver con mis metas y logros).

Considero que la semilla de la psicología positiva se ha sembrado en mí y está germinando, sin

embargo, creo que todavía tengo mucho camino que recorrer, ya que me gustaría volverme su

practicante, por así decirlo, dando el siguiente paso que, para mí, sería poder integrar cada uno

de los temas a mi vida como hábitos de carácter, como leí por ahí. Creo que es un trabajo de

desarrollo personal muy arduo, pero que merece la pena vivir, ya que de esa forma puedo

convertirme en un agente de cambio para mi comunidad que es, en primera instancia, lo que

me ha motivado a involucrarme en estos temas. Estoy convencida que necesitamos un mundo

con más gratitud, con más flow, con más consciencia plena, con más sensación de logro y
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metas cumplidas. Necesitamos que más gente se enfoque en su bienestar físico e integral, que

más personas conozcan y potencien sus fortalezas de carácter, que fomentemos todos

relaciones positivas. Hace falta destacar nuestra resiliencia, para enfrentar las adversidades –

porque es algo inevitable en este proceso que es vivir- y para ello es vital que empecemos a

darle el valor que se merece el hecho de ser conscientes de nuestro propósito de vida: que

aprendamos a descubrirlo, a fomentarlo, a defenderlo, a cultivarlo y a volvernos constructores

de vidas con un profundo significado, solo así podremos generar un impacto verdadero tanto en

nuestras vidas como en las de otros.

Me queda claro que todos estos temas y conceptos son no solo útiles, sino necesarios para los

individuos y para las comunidades. Considero que su aplicación puede tener un efecto

transformador y que afortunadamente cada vez somos más los que nos damos cuenta de esta

necesidad, por lo que mi compromiso es en que el conocimiento no se quede aquí, sino que

pueda comenzar a aplicar lo aprendido –como ya lo hago- y continuar en el proceso de

involucramiento con la psicología positiva y sus propuestas, que tanto bienestar ofrecen a

quienes se deciden a abrazarlas.

Anexo 1.

Foto 1: Ejemplo de sobres de instrucciones, sobre de carta, retroalimentación y carta.

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Foto 2: Buzón y letrero con

invitación colocados en la sala de
maestros de preparatoria.

Foto 3: Buzón y juego de sobres

de instrucciones y para la carta.
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Fotos 3 y 4: Carta enviada por una alumna anónima a “Todos los trabajadores del Tecmilenio”.