Responsabilidad Extracontractual
Responsabilidad Extracontractual
Responsabilidad Extracontractual
2004
1. Introducción
Una persona es responsable cuando está sujeta a la obligación de repara
el daño sufrido por otra. En derecho civil esta obligación se cumple mediante
la indemnización de perjuicios. Alessandri lo define como la obligación que
pesa sobre una persona de indemnizar el daño sufrido por otra.
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que persigue la reparación pecuniaria de los daños sufridos por el hecho de
un tercero.
b) Daño.
c) Vı́nculo causal.
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Desde el punto de vista del autor del daño, la responsabilidad tiene su
condición más elemental en que éste sea atribuible causalmente a su con-
ducta.
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2.1.2. Incapacidad del menor
Son incapaces de responsabilidad extracontractual los menores de 7 años,
y los mayores de 7 y menores de 16 que hayan actuado sin discernimiento.
Existen dos alternativas para juzgar el discernimiento:
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autor del daño.
2.3. Culpa
La doctrina tradicional tendió a enfocar la responsabilidad preferente-
mente desde el punto de vista del sujeto que causaba el daño, considerando
que la función de la indemnización era análoga a la pena. EL juicio de cul-
pabilidad importaba establecer si el autor del hecho merecı́a o no la sanción.
El CC. no contiene entre las normas sobre delito y cuasidelito civil una
definición especial de la culpa, siendo aplicable a este respecto la definición
legal del art. 44.
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La culpa es un concepto normativo, referido a la conducta debida, y no
a un criterio estadı́stico de comportamiento. Pero este modelo normativo de
conducta tiene una base real dada por las expectativas que las personas tie-
nen acerca del comportamiento ajeno, expectativas que varı́an en el tiempo
y en el espacio. Una de las ventajas del patrón abstracto del hombre razo-
nable es precisamente su flexibilidad para adaptarse a situaciones concretas
muy diversas.
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razón especial para ello, y esta razón está constituida por la ilicitud de su
acto.
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Construcción judicial de deberes de conducta: modelo del hombre
prudente A falta de reglas establecidas por usos normativos generalmente
aceptados, la determinación de los deberes de conducta según el modelo del
hombre prudente es el resultado de una tarea argumentativa. Lo relevante es
entonces definir los criterios con los que se construyen argumentativamente
esos deberes.
a) Intensidad del daño: magnitud del daño que supone una acción. La ame-
naza de un daño muy intenso llevará normalmente a exigir que se adopten
mayores precauciones para evitarlos.
No es común encontrar casos en que se acuda exclusivamente a la inten-
sidad del daño como criterio para determinar la culpa.
c) Valor social de la acción que provoca el daño: beneficio social que reporta
la acción que ocasiona el daño.
Ası́, el cuidado exigible para ejecutar una acción socialmente neutra
será usualmente mayor al que se demanda tratándose de una acción de
valor socialmente elevado.
El objeto de esta valoración está constituido, por una parte, por los
intereses jurı́dicos que se ven afectados por la acción que causa el daño,
y por la otra, por el interés social en que la acción se desarrolle.
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2.3.4. Culpa por omisión
El principio en esta materia es que por regla general no existe una obli-
gación genérica de actuar para evitar daños a terceros.
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vı́ctima, ya sea en la forma de autorizaciones para ralizar un determi-
nado acto, o de convenciones sobre responsabilidad, por medio de los
cuales se acepta un cierto nivel de riesgo, se modifican consiciones de
responsabilidad, etc.
Lı́mites:
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2.3.6. Prueba de la culpa
Principio general: la culpa debe ser probada por quien la alega (art.
1698), toda vez que el hecho culpable es uno de los supuestos de la obligación
de indemnizar. Para acreditar la culpa es necesario probar:
a) el hecho voluntario
Pueden emplearse todos los medios de prueba previstos por las reglas
generales.
2.o El que remueve las losas de una acequia o cañerı́a en calle o camino,
sin las precauciones necesarias para que no caigan los que por allı́ transitan
de dı́a o de noche;
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3.o El que, obligado a la construcción o reparación de un acueducto o
puente que atraviesa un camino lo tiene en estado de causar daño a los que
transitan por él.
a) Exegético:
i. ubicación
ii. enunciado (“por regla general”)
iii. si no, serı́a una repetición del art. 2314
b) Razones de texto:
i. Todo daño que pueda imputarse: se refiere a una conducta que por
si misma tiende naturalmente a ser negligente, aun antes de prueba
alguna. Obliga al autor a indemnizar cuando es razonable suponerlo,
dando a entender que mientras no se establezca lo contrario, pesa
sobre el autor del daño la obligación de indemnizar.
ii. Los ejemplos del art. 2329.
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el autor no sólo sha previsto y aceptado el daño, sino además a querido que
éste ocurra. La definición excluye las hipótesis de dolo eventual, donde el
autor de la conducta no pretende dañar, aunque se representa la posibilidad
del daño como una consecuencia de su acción.
2.4. El Daño
Es una condición de la responsabilidad civil extracontractual, sin daño
no hay responsabilidad. Por otra parte, el daño es una condición de la pre-
tensión indemnizatoria, de modo que ésta sólo nace una vez que el daño se
ha manifestado.
Tipos de daño:
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sentido jurı́dico. La lesión corporal da lugar a un daño material (emer-
gent/lucro cesante) y cosntituye daño material para la vı́ctima. Excep-
cionalmente levan aparejados daños a vı́ctimas indirectas.
Principio general: la indemnización comprende todo daño, es decir, debe
ser ı́ntegra, debiendo producirse una equivalencia entre el daño generado y
la indemnización pagada.
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b) Cuando el legislador quiso exceptuar de esta regla a ciertos daños morales
y establecer que no son indemnizables sino en determinadas circunstan-
cias, necesitó decirlo, como en el caso del art. 2331.
– art. 19 No 7 i) Constitución.
– DL 425 (Ley 16.643): consideraba la indemnización del daño meramen-
te moral que sufreire el ofendido, en los delito sde injuria o calumnia
cometidos a través de ciertos medios de comunicación.
– Código Penal: delito de usurpación de nombre (art. 215), 370.
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2.4.3. Principios que rigen la determinación del daño indemniza-
ble
I. La indemnización debe ser completa: igual al daño que se produjo, de
modo que permita a la vı́ctima reponer las cosas al estado en que se
encontraban a la fecha del acto ilı́cito.
Consecuencias:
II. La indemnización sólo comprende daños directos: aquellos que son una
consecuencia cierta y necesaria del hecho ilı́cito. Por oposición, el daño
es indirecto cuando entre éste y el hecho doloso o culpable han in-
tervenido causas extrañas, que impiden que pueda ser razonablemente
atribuido a este último.
tratándose de la responsabilidad extracontracutla, el requisito de que
el daño sea directo expresa más bien una exigencia de causalidad.
III. El daño debe ser cierto: el daño eventual o hipotético no concede ac-
ción indemnizatoria, pero en ciertos casos da origen a ciertas acciones
preventivas: acción posesoria de denuncia de obra ruinosa (arts. 932,
948), acción popular para evitar daños contingentes (art. 2333).
En verdad, la exigencia de certidumbre es caracterı́stica del daño emer-
gente. El lucro cesante, en cambio, se refiere por definición a una pro-
babilidad basada en el curso normal de los acontecimientos, que supone
una estimación razonable de la situación en que se habrı́a encontrado
la vı́ctima de no mediar el hecho ilı́cito. La determinación del lucro
cesante se efectúa en concreto, tomando en consideración la situación
particular de la vı́ctima, y estimando prudencialmente la probabilidad
del beneficio esperado.
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indemnización considera usualmente criterios punitivos, tales como la
gravedad de la culpa o la potencia económica del demandado.
2.5. Causalidad
Para que un hecho doloso o culpable genere responsabilidad, es necesario
que entre éste y el daño exista una relación o v´ñinculo de causalidad.
Las normas del CC. no hacen referencia expresa a este requisito, aunque
lo suponen (arts. 1439, 2314, 2329).
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necesaria pero no suficiente para atribuir el daño a esa conducta (entre el
hecho y el daño debe haber una razonable proximidad).
Las diversas teorı́as sobre la causalidad jurı́dica, más bien proponen tópi-
cos relevantes para discurrir los alcances y lı́mites de la imputación objetiva
de un daño a un hecho, cuáles de las consecuencias dañosas de un hecho
ilı́cito pueden ser objetivamente atribuidas a su comisión (criterios de atri-
bución objetiva de los daños que se expresa en el requisito de que el daño
sea directo).
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Criterios:
b) Cuando existen varios responsables por hechos distintos, todos los cuales
son antecedentes necesarios del daño.
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2.5.6. Culpa de la vı́ctima que contribuye a la ocurrencia del
daño
a) Contribuye a la ocurrencia del daño.
Elementos:
a) Irresistibilidad: se exige que se trate de un evento insuperable, que no
sea posible evitar sus consecuencias. Se mide en función del deber de
cuidado.
Efectos del caso fortuito Excluye la causalidad, aun cuando haya inter-
venido la culpa de la vı́ctima.
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– Establecida la relación de dependencia o cuidado de quien realiza un ac-
to susceptible de generar responsabilidad, se presume la culpabilidad de
quienes deben ejercer ese cuidado, de modo que sólo pueden exonerarse
de esa responsabilidad si logran probar que “con la autoridad y el cui-
dado que la rspectiva calidad les confiere y prescribe no hubieren podido
impedir el hecho” (arts. 2320 inc. 5, 2322 inc. 2).
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2320.
Ası́ los jefes de colegios y escuelas responden del hecho de los discı́pulos,
mientras están bajo su cuidado; y los artesanos y empresarios del hecho de
sus aprendices o dependientes, en el mismo caso.
El art. 2320 establece una presunción general, cada vez que alguna de
estas personas comete un delito o cuasidelito civil se presume la culpa del
gurdián. El fundamento de esta presunción es la existencia de un vı́nculo de
autoridad entre el guardián y el autor del daño.
a) Los padres por el hecho de los hijos menores que habitan en la misma
casa. Se refiere a los padres que ejercen el cuidado personal.
b) Los guardadores por el hecho de los pupilos que viven bajo su dependen-
cia y cuidado (personal).
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Requisitos:
3.2.1. Efectos
Establecida la responsabilidad por el hecho ajeno, la vı́ctima puede diri-
gir su acción indemnizatoria en contra del autor del daño o del tercero, pues
según el art. 2317, ambos son solidariamente responsables. Por su parte, el
tercero obligado a la reparación de los daños causados por el dependiente
dispondrán de acción en contra del autor para obtener el reembolso de lo
pagado, siempre que éste haya actuado sin orden de aquel.
Excusas:
a) Art. 2322: exige probar que los criados o sirvientes han ejercido sus fun-
ciones de un modo impropio “que los amos no tenı́an medio de prever o
impedir, empleando el cuidado ordinario, y la autoridad competente”.
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b) Art. 2320: la excusa está formulada de manera general, con clara alusión
a la relación entre el deber de cuidado y la posibilidad de impedir el
hecho.
Requisitos:
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4.1. Presunción de culpa por el hecho de los animales
Art. 2326. El dueño de un animal es responsable de los daños causados
por el mismo animal, aun después que se haya soltado o extraviado; salvo
que la soltura, extravı́o o daño no pueda imputarse a culpa del dueño o del
dependiente encargado de la guarda o servicio del animal.
Se presume la culpa por los daños causados por un animal, aún después
que se haya soltado o extraviado. El dueño podrá exculparse probando que
el daño, la soltura o el extravı́o del animal no se deben a su culpa ni a la del
dependiente encargado de guarda o cuidado. En este último caso se agrega
una presunción de culpabilidad por el hecho del dependiente.
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