Melossi - Carcel y Fabrica - Apuntes

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Dario Melossi y Massimo Pavarini

CÁRCEL Y FABRICA
INTRODUCCION
pp. 17
Tema: Instituciones carcelarias en Italia.
Problemas generales:

Motivación: La investigación es suscitada por las crisis y los motines que dieron en el
sistema carcelario italiano en a finales de los años 70’, y los proyectos de reforma que
aparecieron en la arena publica ante el problema.
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Objetivos: Averiguar el origen histórico de estas instituciones.
Estudios precedentes: Rusche y Kirchheimer, Foucault.
Marco teórico: marxismo, materialismo histórico.
Hipótesis general: El origen de la institución carcelaria está atado al surgimiento del
modo de producción capitalista, y sus posibles transformaciones tambien.
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Justificación de marco temporal: solo se puede estudiar la cárcel a partir de la
modernidad capitalista, porque antes simplemente no existía. La pena de privación de
libertad no existía en la Edad Media, salvo por deudas o a modo preventivo mientras
ocurría el proceso de una persona. En la era feudal la pena se regía todavía por la ley
del talión, es decir, equilibrar los daños, y también por la moralidad cristiana, a modo
de expiación de pecados.
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En las cárceles modernas la pena se rige con otro criterio. Al surgir el trabajo
asalariado, se generaliza la idea de que todo puede graduarse en cantidades de valor-
tiempo (al igual que la fuerza de trabajo), esto incluye el castigo por un crimen. En la
modernidad el tiempo es un valor social, en la Edad Media no, los valores sociales eran
otros: vida, integridad física, objetos preciosos, estatus, y las penas se servían de ellos
para ser realizadas. Además, la pena en la modernidad se limita a satisfacer la
retribución del hecho puntual, concreto y singular.
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En la Edad Media, las penas no se detenían solo ahí, sino que además tenían un fin
socialmente pedagógico digamos, ejemplificador. Apuntaban a proteger valores
colectivos, por eso eran espectaculares y sangrientas. La simple privación de libertad
no cumplía este requisito.
La influencia de la religión fue notable también en el desarrollo del moderno sistema
penal, expresada en la vigencia del derecho canónico penal, que hacía de las penas
algo de orden público, expiatorio, reclusivo y terapéutico. Estaba inspirada en el orden
y la disciplina monástica.
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La reclusión, más que la expresión de una cantidad de tiempo equivalente al delito, era
un momento de reflexión y arrepentimiento, de encuentro con Dios. De esta manera,
las primeras formas de privación de libertad en la Edad Media tenían un sentido
eminentemente ideológico en principio.
pp. 23 a 25
El sistema carcelario surgido de la temprana modernidad capitalista entra en crisis con
las modificaciones que sufre el propio modo de producción. Con la llegada del
capitalismo industrial monopolista y el estado de bienestar en la primera mitad del
siglo XX, los instrumentos de control social toman otras formas (asistencia y protección
social, despliegue policial, telecomunicaciones) y se expanden sin necesidad de muros.
Es la tesis marxista básica: cambia la estructura económica, cambian las instituciones
superestructurales. En el sistema carcelario esto se expresó en la aparición y
generalización de la “probation”, para ir sacando a los criminales de las cárceles y
vigilarlos afuera. Esto a su vez se corresponde con la crisis del sistema fabril clásico, y
las luchas de la clase obrera organizada.
El capitalismo está buscando un nuevo equilibrio, con un nuevo sistema de vigilancia y
control social.
GENESIS DE LA INSTITUCION CARCELARIA EN ITALIA
Siglos XVI a XVII
Melossi usa como fuente principal los relatos de viaje del filántropo y reformista inglés,
John Howard, que viajo por toda Europa visitando y estudiando cárceles.
pp. 92 y 93
Dificultades en la reconstrucción histórica causadas por la fragmentación política de la
península itálica en la temprana modernidad. No había instituciones centralizadas, y
por lo tanto registro consistente de experiencias colectivas. Dispar desarrollo
económico también. A grosso modo, las ciudades estado del norte ya tenían una
organización económica capitalista, mientras el sur todavía era feudal. El poder de la
iglesia y la aristocracia bloqueaban cual desarrollo político autónomo de los grandes
comerciantes, los primeros burgueses italianos. No hay condiciones subjetivas para el
capitalismo todavía: las grandes fortunas son gastadas en obras suntuosas o vuelven a
la tierra, no hay mentalidad empresarial.
pp. 94 y 95
Los vaivenes de la incipiente industria manufacturera italiana digitan la oferta de mano
de obra disponible, y de criminales, que salen de la población desocupada. Hay
diferencias regionales en cómo tratarlos: la Italia meridional tiene la horca, el norte
empieza a implementar leyes antivagabundos, reclusión hospitalaria, y hasta asistencia
social.
Florencia – Predica en hospitales pregonando el valor del trabajo como obligación a los
pobres.
Venecia – Se hace trabajar a podres y vagabundos en los astilleros, por mitad de
salario.
pp. 96 y 97
Los hospitales son centros de racionalización de la pobreza. Desde el punto de vista de
la legislación vigente pobre, desempleado y criminal eran prácticamente lo mismo.
A mediados del siglo XVII se crea la primera cárcel moderna en Florencia. Una cárcel
para jóvenes, con penas laborales y celdas aisladas.
Siglo XVIII
pp. 98
Reinicio de proceso de acumulación originaria de capital en Italia, evidenciado por el
progresivo empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores populares, caída
del salario real, proletarización de campesinos y artesanos, y salto demográfico.
Se sancionan leyes que distribuyen latifundios entre empresarios burgueses y eliminan
las economías regionales de subsistencia.
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El control social se agudiza y especializa en separar en hábiles (aptos para trabajar) e
inhábiles (no aptos para trabajar), para discriminar la asistencia social, caridad
restrictiva. El problema de “malvivientes” se agrava porque la industria italiana no
tiene capacidad de adsorber tanta mano de obra. Esto presiona hacia abajo los
salarios, además.
La respuesta de las autoridades es de corte malthusiano: hambre y horca.
pp. 100
En las provincias del norte desarrollado se extiende el correccionalismo calvinista, el
trabajo como enderezador de criminales. En esas zonas hay un mayor equilibrio entre
oferta y demanda de mano de obra.
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La política correccional burguesa estaba orientada en principio a los jóvenes:

pp. 102
El norte italiano está muy influido por las políticas de la monarquía austriaca,
brindándoles una fuente inspiración legal y organizacional que tiende a la
centralización y un fuerte control social por parte del estado. Grupos de intelectuales
en Lombardía y Milán elaboran herramientas teóricas para abordar el problema de los
gremios feudales y la domesticación del proletariado mediante la imposición del
trabajo.
pp. 103
Estos son los que introducen en Italia la idea de medir las penas en términos
temporales, la lógica del “tiempo es dinero”.
pp. 104
En 1769 se erige la primera cárcel correccional en Milán, con celdas individuales y un
régimen de trabajo en salones comunes. El aislamiento no era continuo porque era
peligroso tener a los reclusos mucho tiempo encerrados, ya que era una experiencia
novedosa, experimental.
pp. 105

Era un lugar para infractores graves, que pagaban su pena con trabajos públicos,
además del aislamiento.
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Una fortaleza militar en Liorna es otro ejemplo:

Nápoles sería el contra ejemplo, con una estructura social todavía feudal, el control
poblacional sobre las masas campesinas proletarizadas y criminalizadas se hizo a la
vieja usanza: mediante la horca. La mayor parte de los delitos eran robos en el campo,
lo que demostraría esta hipótesis.
pp. 108
Las pocas cárceles napolitanas existentes estaban atestadas de prisioneros, hacinados,
expuestos a enfermedades.
Había una clara diferencia de estatus entre un criminal de carrera (homicidas) y los
delincuentes económicos - ex campesinos (ladrones).
pp. 111
El nivel de disponibilidad de factores productivos (su grado de desarrollo) influye en el
funcionamiento y finalidad de las instituciones para controlar pobres.

pp. 112 y 113


Roma – infestada de mendigos, pobres y bandidos. Gran ciudad en decadencia.
La ciudad ya contaba instituciones de encierro de ayuda para pobres, pero a fines del
siglo XVII el Hospicio de San Michelle, que contenía una casa de corrección en el
interior. Una arquitectura de celdas y un patio, con taller para trabajo común, donde
además se acompañaba la pena laboral con liturgia cristiana. Una característica
particular era que familias de aristócrata pagaban para que las ovejas descarriadas se
internaran allí.
Esta institución servirá de ejemplo para las cárceles para pobres del siglo XVIII, pero
con fines puramente disciplinarios y de adoctrinamiento ideológico antiproletario.
pp. 114
Desde el periodo napoleónico hasta antes de la unidad
La burguesía italiana aprovecha la expansión francesa para llevar adelante la batalla
final contra el régimen feudal, y la imposición de un nuevo orden social. Además del
avance de tropas, se intentó socavar el sistema feudal con nueva legislación que
encorsetaba el poder aristocrático y eclesiástico, y robustecía el aparato del estado con
un nuevo sistema impositivo y el servicio militar obligatorio.
Todo esto acelero la proletarización y acumulación de capital en el campo, así como el
aumento de la criminalidad en la forma de bandidaje.
pp. 115 y 116
pp. 117
En Romaña el bandidaje estaba especialmente dirigido contra objetivos burgueses, no
solo por motivos económicos, sino hasta ideológicos.
pp. 118
Solidaridad entre bandidos y campesinos, unidos por viejos lazos comunitarios.

pp. 119
La función principal de la ley y las autoridades en este desarrollo es proteger la
propiedad privada, especialmente la tierra.
El despliegue de la autoridad estatal encarnada en el Reino de Italia y la ocupación
francesa expanden por todo el territorio la pena de encarcelamiento como forma de
castigo privilegiada.

pp. 120
Promediando el siglo XIX Italia adopta el sistema penitenciario de aislamiento, pero
con trabajo productivo común.
pp. 124 y 125
Hacia el final del texto se destaca el rol de la cultura y la ideología del iluminismo en el
delineamiento de los principios penales.
pp. 130
En resumen, el sistema carcelario italiano tiene frecuentes crisis por lo disparejo de su
desarrollo, con zonas plenamente capitalistas al norte y fuertes resabios precapitalistas
al sur. Y no solo hay diferencias materiales, sino también ideológicas, con una tensión
entre espiritualismo cristiano y racionalismo laico. Más que un sistema de disciplina
miento o de explotación laboral, es un sistema de control e intimidación social,
especialmente en periodos de alta desocupación.

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