La Accion Benefico-Asistencial Y La Filantropia, Como Formas Precursoras de La Asistencia Social

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Capitulo 3

LA ACCION BENEFICO-ASISTENCIAL
Y LA FILANTROPIA,
COMO FORMAS PRECURSORAS DE LA
ASISTENCIA SOCIAL

Algunos datos para el encuadre general:


La sociedad capitalista desde su gestacion hasta
fines del siglo XX
* Las transformaciones econ6micas: del mercantilismo
a la fisiocracia V a la economia clasica.
* La revoluci6n cientifico-tecnol6gica V el
desarrollo del capitalismo.
* Las transformaciones politicas: del absolutismo
al despotismo ilustrado V al Estado liberal-burgues.
* EI liberalismo, ideologia de la burguesia.
* EI «ethos» burgues 0 el nuevo modo de ser
en el mundo.
* EI individualismo.
* La revoluci6n burguesa.
* Problemas sociales: la situaci6n del
proletariado.
* Aparici6n del movimiento sindicalista.
* Surgimiento de las opciones socialistas
V anarquistas.
Vicente de Paul: precursor de la organizacion V
promocion de la avuda a los necesitados
La accion benetico-asistencial como prefiguracion
de la asistencia social:
* La acci6n benMico-asistencial como
modalidad de avuda social en las sociedades individualistas
del siglo XIX.
* Algunas caracteristicas comunes de la forma de avuda
al necesitado:
- motivaciones fundamentalmente religiosas
- comienzo de organizaci6n de la acci6n asistencial
- esbozo de una cierta tecnica operativa
Las primeras legislaciones de tipo social como precursoras
de los servicios sociales:
* EI «Poor Law» (Lev de Pobres de 1601)
* «Poor Law Reform » (Reforma de la Lev de Pobres, 1834).
EI surgimiento de la politica social como reguladora de
las relaciones de c1ase V antidoto revolucionario
La creacion de la «Charity Organization Society» V de las
primeras Escuelas de Asistencia Social:
• La COS como origen de la Asistencia Social organ izada
* La creaci6n de las primeras Escuelas de Asistencia Social
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Asr, pues, las circunstancias hist6ricas que de-
bilitaron el poder de los antiguos senores feudales
V de la iglesia medieval, redistribuveron la riqueza V
el poder V generaron una nueva sociedad industrial,
originaron tam bien una redistribuci6n de la respon-
sabilidad en la esfera de la caridad, va que las con -
vulsiones V desajustes causados por cambios tan
trascendentales crearon una situaci6n cuvas di-
mensiones rebasaban las posibilidades de la iglesia
V de los fieles".
Esta, que en otros tiempos habra tenido practi -
camente el monopolio de la caridad, no podra se-
guir haciendo frente a la situaci6n; para IIenar ese
vado empezaron a surgir instituciones beneficas de
caracter secular V privado.
Aileen D. Ross

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ESBOZO GENERAL DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA
DESDE SU GESTACION
HASTA FINES DEL SIGLO XIX
Tambiem aqui abarcamos un periodo demasiado amplio;
la dificultad para hacer una caracterizacion del mismo (difi-
cultad que existia, asimismo en los dos capitulos preceden-
tes), se hace mas aguda en esta etapa porque los cambios
son mas amplios, rapidos, variados y profundos. AI objeto de
salvar esta dificultad y el consiguiente riesgo de hacer gene-
ralizac iones, hemos optado por 10 siguiente: primero hare-
mos una descripcion general de las trasnformaciones econo-
m icas y politicas que se producen durante este periodo. Pos-
teriormente abordaremos algunos problemas puntuales que,
si bien forman parte 0 estan entrelazados con los cambios
politicos y economicos constituyen una serie de cuestiones
que tienen entidad propia: la revolucion cientifica y tecnolo-
gica, el liberalismo como ideologia del capitalismo, el indivi-
dualismo y el modo de ser del burgues, la revolucion france-
sa, los nuevos problemas sociales, la organizacion del movi-
miento sindical y la aparicion de propuestas alternativas ta-
les como el socialismo y el anarquismo.

Las transformaciones econ6micas


Desde el siglo XI hasta el siglo XV, Europa mantuvo su
estructura feudal; nobleza y clero siguieron siendo las clases
privilegiadas. Una .sociedad fundamentalmente agricola (mas
del 80% de la poblacion vivia en el campo) y una organiza-
cion artesanal, caracterizaron el modo de produccion feudal.
Va entrado el siglo XIII se produce la lIamada «crisis de
agotamiento»: malas cosechas, hambre, aumento de la mor-

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talidad, desvalorizaci6n de la moneda ... En el siglo siguiente
la peste negra que asola a Europa origina la despoblaci6n del
mundo rural y algunas tierras quedan abandonadas. Se dan
las primeras revuel tas campesinas en Francia (1358) y en In-
glaterra (1381 ). Estos hechos, unidos a otros facto res, hacen
tambalear por su base la organizaci6n feudal. La nobleza
poco a poco es dominada por las monarquias absolutas que
liqu idaron progresivamente el feudalismo politico, aunque de
hecho el modo de producci6n feudal (explotaci6n de feudos
y relaci6n de vasallaje) subsistira hasta la revoluc i6n france-
sa.
A 10 largo del siglo XV, mientras se tecnifica la agricultu-
ra - el arado, las palas y las azadas de madera son sust ituidas
por las de hierro- y los artesanos comienzan a trabajar para
otros, se van produciendo ciertas transformac iones econ6-
mico-sociales que perfilan el denominado capitalismo ini-
cial. En este sig lo encontramos -con un modo de producci6n
mercantil simple- en forma germinal, 10 que sera luego el sis-
tema capitalista . Este no aparece como un cuerpo te6rico,
sino como un conjunto de practicas concretas y modos indi-
viduales de abrirse al mundo.
En el siglo XVI aparece 10 que se ha denominado el capi-
talismo comercial y financiero, con Holanda e Inglaterra a
la cabeza; es un capitalismo de gran escala con un mercado
especulativo de capitales. La economia se articula de acuer-
do a nuevos criterios: el mercantilismo (*) es el sistema eco-
n6mico que impera en casi todos los paises de Europa.
Aparece tambien la manufactura (trabajadores que un
empresario reune en un local) y los artesanos se van convir-
t iendo en obreros. EI trabajo manual va siendo remplazado
por la maquina y cada vez mayor numero de personas traba-
jan en maquinas que no son suyas. Se produce tambien en
este periodo, un gran exodo de campesinos hacia las ciuda-
des; aunque la tecnificaci6n agricola fuese todavia incipiente,
los requerimientos de mana de obra rural son mucho meno-
res. Todavia permanecen vivos muchos resabios del antiguo
regimen, pero los burgueses enriquecidos -aquellos habitan -
tes de los burgos que aparecieron como una nueva clase, no
(-) La palabra mercantilismo fue utilizada por pri mera vez en el sigle siguien t e por Adam Smi th para
desig nar la doctrina econ6mica predom inan te en Europa a partir del sig le XV, segun la cua l la ri·
queza de los Estados se basa e," la posesi6 n de met ales preciosos.

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.. 1-: 1 rambis ta y s u mujerlt. Retrato d.' M. R("ynU'J"Swa ("le (siglo XV).
\1("rcaderes y banq ueros son los ffiaximos n> pn>Sf>nls n tf>S d(" la burguesia e merge nte.

privilegiada pero tampoco sujeta al senor feudal- van adqui-


riendo una importancia cada vez mayor, tanto en la vida eco-
nomica como en la vida politi ca.
Estas transformaciones economicas tuvieron fuertes re-
percusiones sociales. Cuando se inicia el perfodo de intensa
acumulacion de capital destinado a la construccion defabri-
cas y maquinas, este conI/eva una reduccion drastica del
consumo, mediante una mayor explotacion de los trabajado-
res, incluso de los nin~s .

De fa fisiocracia a fa economfa cfasica


Si para el mercantilismo 10 importante de todo sistema
economico era la posesion de metales preciosos ('oro y pla-
ta), con la aparicion de la concepcion fisiocratica de la eco-
nomfa, se abandona este punto de vista.
Gracias a los impulsos de apriorismos naturalistas que

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surgen en esta epoca, aparecen doctrinas que pretenden ex-
plicar los fenomenos sociales por una especie de atraccion
ffsica que Dios habrfa puesto como reguladora del «sistema
humano-social». EI libro de George Berkeley (1685-1753),
Moral Atracci6n, es el mejor exponente de esta concepcion.
Apoyado en este apriorismo de la existencia de un «or-
den natural» que rige el sistema social, entronca la concep-
cion de los fisiocratas. Con ellos, a mediados del siglo XVIII,
aparece la economfa como «ciencia del orden natura I. .. capaz
de descubrir las leyes naturales constitutivas del orden evi-
dentemente mas ventajoso para los hombres reunidos en so-
ciedad». EI medico y biologo Quesnay (a quien pertenece la
frase que acabamos de citar), es el mas representativo de la
Escuela. En su obra mas importante, el« Tableau economique
(1758) se explica el sistema circulatorio de las riquezas entre
las distintas clases de la sociedad».
Quesnay, juntamente con Mirabeau, Dupont de Nemours,
Merciere de la Riviere y otros constituyeron la lIamada «secta
de los filosofos economistas». Ahora bien, 10 esencial de esta
doctrina fisiocratica, puede resumirse en 10 siguiente: los fe-
nomenos economicos obedecen a un «orden natural y esen-
cial de las sociedades polfticas». Existen, segun los fisiocra-
tas, «Ieyes derivadas de la naturaleza de las cosas», es decir,
un orden establecido por Dios como «Ia legislacion unica,
eterna, invariable, universal, la cual es evidentemente, esen -
cial y divina». EI galicismo ampliamente util izado en la cien-
cia economica «Iaisser faire-Iaisser passer» (dejad hacer, de-
jad pasar), resume el pensamiento de los fisiocratas, en cuan-
to que consideran que las cosas estan regidas por un estado
de armonfa natural.
Ademas de todo 10 mencionado anteriormente, conviene
serialar que el pensamiento de los f isiocratas -que consti-
tuyo el segundo sistema economico formulado en el orden
del tiempo- sirvio de base a la lIamada Escuela de Manches-
ter, cuyos principales representantes fueron Adam Smitd,
David Ricardo y Thomas Malthus. Denominados posterior-
mente los «economistas clasicos» y a sus formulaciones la
«economfa clasica». Esta Escuela constituyo el fundamento
teorico de la economfa capitalista.
Ellos definieron ~I modelo de economfa que, de una for-

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ma esquemiltica, podrfamos presentar bajo los siguientes
postulados:
• cuando uno trabaja para sf mismo sirve a la sociedad
con mas eficacia que si trabaja para el interes social,
• el interes personal 0 afan de lucro es el movil unico de
la actividad economica; este interes de los sujetos eco-
nomicos se equilibra entre sf V consigue los precios
mas bajos V los costos mas adecuados,
• la libre competencia entre los que buscan beneficios es
un principio fecundo de prosperi dad V civilizacion,
• las leves del mercado basadas en el juego de la oferta V
la demanda, son la mana invisible que rige el mundo
economico V a la larga producen infaliblemente la pros-
peri dad social V las condiciones mas ventajosas para el
interes general,
• el mercado se autorregula por la lev de la oferta V la
demanda; todo intervencionismo del Estado entorpece
la actividad economica; en definitiva, el papel del Esta -
do se ha de reducir a defender la actividad economica
autonoma.
Asf, de la fisiocracia a la escuela clasica, se conform a el
modo de pensar V obrar economico, cuvos principios: indivi-
dualismo, utilitarismo, libertad economica V libre competen-
cia, favorecen la acumulacion de capital, el proceso indus-
trial, la creacion de mercados mundiales V echan los cimien-
tos del orden capitalista aun vigente -aunque en version dife-
rente- en casi todos los pafses occidentales.

La revoluci6n cientffico-tecnol6gica y el
desarrollo capitalista
Si bien la revolucion cientffico-tecnologica constituve
hovel factor mas importante de la aceleracion del cambio
historico, en sus inicios no fue un proceso espectacular, por
el contra rio, se desarrollo de forma lenta V compleja . Pero
cuando los adelantos cientfficos V tecnologicos tienen una
creciente aplicacion al proceso productivo, es el momenta en
que se produce la revolucion industrial V se inicia el proceso
de aceleracion de los cambios. De 1450 a 1540 transcurre 10
que algunos autores lIaman la primera fase de la revolucion

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cientffica, pero la revolucion industrial es mucho mas recien-
te, apenas tiene dos siglos.
Todavfa en el siglo XVlllla industria es de bienes de con-
sumo, pero en cuanto a la organizacion del trabajo, esta va
pasando del domestic system -el capitalista compra la pro-
duccion artesanal- al factory system, que constituye una
tecnologfa de operacion combinada es un espacio unificado
(la fabrica) en la que intervienen un conjunto disciplinado de
muchas clases de trabajadores, que atienden una serie de
maquinas productoras que exigen coordinacion y disciplina
en el trabajo.
Con esta nueva forma de organizacion del sistema pro-
ductivo, la familia deja de ser un idad de produccion y de con-
sumo y los artesanos no pueden competir con herramientas
poco evolucionadas. De este modo, no solo los artesanos,
sino tambien los campesinos, se ven obligadm. a alquilar su
fuerza de trabajo.
Uno de los aspectos mas importantes que conviene des-
tacar respecto a la revolucion industrial que abarca mUltiples
y diversos fenomenos, es que tuvo una influencia decisiva en
la configuracion del capitalismo todavfa en forma larva ria y
germinal. La plasmacion de la sociedad capitalista y las fases
principales de su desarrollo posterior vienen condicionadas
fundamentalmente por los adelantos cientfficos y las innova-
ciones tecnologicas, en combinacion con los cambios econo-
micos, sociales, polfticos, ideologicos y mentales que tuvie-
ron lugar, despues del Renacimiento, pero que culm inan en el
Siglo de las Luces.
Un mayor y mas rentable aprovecham iento de la energ fa
-los molinos de agua y de aire son reemplazados por la ma-
quina de vapor-, y las invenciones efectuadas en la industria
textil (Ia lanzadera volante, la maquina de hilar, la hiladora
mecanica y el telar hidraulico) introducen importantes cam-
bios en el proceso productivo.
Pero eso no es todo, a las innovaciones en el campo de
la industria textil se suceden los inventos en la industria del
hierro y del acero. En c(Jalquier caso, hay que seiialar que 10
que propiamente impulso a la revolucion industrial (* ), fue la
1*) Decimos que,dio «impulso » y no c? mienzo, porque como 10 hace notar Lewis Munford, es el reloj
y no la m ti quma de va por, la m~qUlna-c l ave de la moderna edad industria l. EI reloj ha side la ma-

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invencion de la maquina de vapor de Newcomen (1712), per-
feccionada por James Watt (1748) V posteriormente aplica-
da a la industria (1785) V al ferrocarril (1829). Este ultimo
simboliza de algun modo la mavorfa de edad del capitalis-
mo ... Ya estamos en la era del maquinismo que hace posible
la sustitucion de la fuerza del trabajo por las maquinas.
Con la siderurgia se sientan las bases de la industria mo-
derna, V con la construccion de las redes ferroviarias aparece
la primera tendencia a la con centra cion de capitales: la em -
presa familiar no puede atender a inversiones tan elevadas V
se da paso a las sociedades anonimas V a las grandes entida-
des bancarias.
Por todos estos cambios -V los provenientes de los des-
cubrimientos geograticos de los ultimos siglos- el comercio
adquiere un impulso V volumen insospechados. La industria,
el comercio, la navegaci6n V los ferrocarriles, son elementos
que en el transcurso de una generacion dinamizan V transfor-
man profundamente buena parte de los paises europeos con
sus repercusiones en los parses coloniales 0 dependientes...
La segunda mitad del siglo XIX constituve el apogeo del ca-
pitalismo.
Si durante siglos los cambios en la vida economica se
habian producido lentamente, a partir de la aplicacion de la
tecnica al proceso productivo, la tecnologia se transforma en
el principal motor de la economia moderna. Las transforma-
ciones tecnicas que se operan inciden directamente en los
principales factores economicos: trabajo, produccion V las
relaciones entre los medios de trabajo V la fuerza de trabajo.
Todo estos cambios tecnico-cientrficos va mencionados,
influven en el trabajo favoreciendo su racionalizacion, con 10
cual se logra economra de tiempo, simplificacion de opera-
ciones, menor tiempo de aprendizaje, posibilidades de reali-
zar tareas simultaneas, division del trabajo V especializacion
(concentracion del esfuerzo sobre un limitado campo de acti-
vidades).

quina princi pal de la tecnica modern a... sirvi6 de m odele para otras muchas especies de m eca nis-
mos ... BS un m edia para la sincronizaci6n de las aceiones de los ho m bres ... da a la empresa hu ma-
na el latide y el ri t m o regulares co lecti vos de la m ~qui n a ... traja nueva regularidad a la vida del tra-
bajadar y del comerciante ... la nueva burguesia tUB la primera en descubrir que, como Franklin d ijo
mas ta rde, «el t iempo es oro». Se r ta n reg ular «co m o un reloj» fUB el ideal burgues ... EI reloj ... ayuda
a crear la creencia en un mundo independient e de secuencias m atem aticam en te mensurables: el
mundo especial de la ciencia Tecnica y civilizaci6n.

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Tambien se operan cambios fundamentales en la pro-
duccion : la capacidad de produccion y de acumulacion se au-
menta considerablemente. Se utilizan fuerzas naturales mas
intensas y regula res, y menos costosas que la energia huma-
na; la productividad y el rendimiento del trabajo se elevan
considerablemente, se permite una mayor economia en el
uso de materias primas y una mas efectiva explotacion de los
recursos naturales. Para decirlo en pocas palabras: se inicia
la etapa de gran produccion y de la acumulacion intensiva de
capital.
Sin embargo, es en las relaciones entre los que poseen
los bienes de produccion y los que aportan la fuerza de tra-
bajo, donde se producen los fenomenos que mas interesan
desde la perspectiva de las ciencias sociales y el trabajo so-
cial. A partir de la revolucion industrial se produce una clara
division entre ambos factores y esto da lugar a la aparicion
de dos clases sociales, una poseedora de los bienes de pro-
duccion y «gozando casi todas las ventajas que los inventos
modern os proporcionan tan abundantemente; la otra, en
cambio, compuesta de indigente muchedumbre de obreros
reducidos a angustiosa miseria». Advierto que esta breve y
dramatica descripcion de la situacion de los trabajadores en
el siglo XIX, no pertenece a nadie sospechoso de izquierdis-
mo; se trata de un pasaje de la Enciclica Rerum Novarum de
Leon XIII.
Pero no debemos confundirnos, ante todo hay que tener
presente que la clave de esta nueva situacion no esta dada
por el hecho de la revolucion industrial en si misma, sino en
las consecuencias de la separacion entre «productor» y «me-
dios de produccion», que lIeva a la «acumulacion» y «concen-
tracion» de capital. Propietarios de bienes de produccion por
una parte, y obreros por la otra, configuran una separacion
cada vez mayor entre los obreros y los medios de produc-
cion, y tambien entre el obrero y el productor. Y asi como la
propiedad esclavista fue suplantada por la propiedad feudal,
esta es reemplazada por la propiedad burguesa .
Por ello podemos afirmar que si bien la maquina pudo
ser instrumento de liberacion del trabajo (con frecuencia bru -
tal), que debia realizar el hombre, por otra via 10 fue conde-
nando a una explotacion y esclavitud en cierto modo mayor.
Esto se produjo no como consecuencia de la industrializa-

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cion misma, sino como resultado del tipo de relaciones esta-
blecidas entre los hombres. En esta forma aparecio el prole-
tariado y la posesion de bienes se concentro en unas pocas
manos, constituyendo el principal medio de explotacion del
hombre por el hombre ... Frente a esta explotacion y miseria,
lque hacer? Dentro del contexto de esta problematica se va ·
gestando la asistencia social. Ya veremos en este mismo ca-
pftulo que tipo de respuesta fue la misma.

Las transformaciones polfticas: del absolutismo al


despotismo ilustrado y al Estado liberal-burgues
Durante este perfodo que estamos analizando, las trans-
formaciones que se van produciendo, no solo son economi-
cas y sociales, cientfficas y tecnologicas, sino tambien polfti-
cas.
Con el feudal ismo, Europa no solo perdio el ideal del Im-
perio (forjado y en algun modo concretado por Carlomagno),
sino que se dio lugar al surgimiento paulatino de la idea de
«nacionalidades». Pero hasta los siglos XV, XVI y XVII no se
van constituyendo los estados nacionales.
Como reacc ion contra el feudalismo y con el objeto de
imponerse a las dinastfas senoriales, las monarqufas emer-
gentes apoyaran el gobierno autonomo de las ciudades, en
donde ha estado surgiendo esa nueva clase que es la burgue-
sfa. Las monarqufas encuentran en ella una forma de conse-
guir fondos, y en la gente de pueblo, soldados para sus mili-
cias, que les permite reemplazar a los guerreros feudales.
Esto consolida las monarqufas absolutas que marchan
de la mana del mercantilismo que, mas que una teorfa, es un
conjunto de principios practicos que -aplicados a la polfti-
ca-pueden resumirse en 10 siguiente: la riqueza de las nacio-
nes depende de la cantidad de metales preciosos que posea
y la actividad mas efectiva para el enriquecimiento de las na-
ciones es el comercio. Para que no salga moneda hay que
comprar poco, y para atraerla de otras naciones hay que ven-
der mucho. De esta manera la riqueza se incrementa y el Es-
tado se hace mas fuerte. Esto supone -desde el punto de vis-
ta polftico- ademas de un claro nacionalismo, la autarqufa de
los Estados y las rivalidades poifticas entre los pafses.
En el siglo XVI las monarqufas han triunfado sobre las

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estructuras feudales V en el siglo XVII se instauran como mo-
narqufas absolutas de derecho divino. Tratadistas polfticos
como el italiano Tomas Campanella V el ingles Tomas Hob-
bes en su obra Leviathan (1651), sostienen que el sistema
ideal es el absolutismo V la divinizacion del Estado. Parecidas
son las tesis que en Francia sostiene Bossuet apovado en
abundantes citas bfblicas. Bossuet sostiene que el poder vie-
ne al mona rca directamente de Dios, por 10 que el Rev no es
responsable ante nadie de sus actos; todo Reves imagen V
lugarteniente de la divinidad. En Holanda, Baruch Spinoza,
sin sacralizar al Rev como Bossuet, sostiene que solo el Esta-
do puede proporcionar al hombre paz V seguridad.
Sin embargo, algunas brechas se iran abriendo de modo
que poco a poco van a minar el absolutismo monarquico.
Mientras en Holanda se establece la primera republica euro-
pea, en 1642 estalla la guerra en Inglaterra V el Rev Carlos I
es ejecutado. Asume el gobierno Oliverio Cromwell que toma
el tftulo de Lord Protector. En esta epoca tanto en Holanda
como en Inglaterra, ademas de la idea de soberanfa nacional
que comparten con otros pafses, adquiere much a fuerza la
concepcion V practica de la representatividad parlamentaria,
aunque reducida a la aristocracia V la burguesfa.
Durante este perfodo se despliegan las nacionalidades
europeas V se lucha por la hegemonfa. Mientras tanto en los
siglos XVI V XVII aparece la ciencia en el sentido moderno
del termino. Esto supone el rechazo de los argumentos de
autoridad V un nuevo modo de abrirse al conocimiento V a la
realidad; es el momento del auge de la experimentacion.
Ahora bien, dentro de ese contexto de una sociedad to-
davfa dividida en ordenes (nobleza, clero, burguesfa, campe-
sinos) V en clases economicas por su participacion en la ri-
queza V especial mente por su lugar en la produccion, se pro-
ducen una serie de cambios cientfficos V filosoficos que con-
fluven en la lIustracion. Esta da al traste con las ideas del An-
tiguo Regimen, proporcionando a la burguesfa la conciencia
de su poder V de sus posibilidades de participar en el gobier-
no.
EI gatopardismo de la monarqufa -hacer que cambie
algo, para que no cambie nada- en algunos pafses se reviste
de una nueva forma : el despotismo ilustrado que en el fonda
no es mas que una continua cion del absolutismo. Sus notas

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mas destacables son las de adoptar los principios de la ilus-
tracion, tomar interes por los derechos civiles de los ciuda -
danos V preocuparse por el bienestar social de los mismos.
Su lema todo para el pueblo, aunque ariadiendo, pero sin el
pueblo, revela la concepcion paternalista (para decir 10 me-
jor) con que se trataban los problemas de la gente.
A mediados del siglo XVIII se publica una gran obra, La
Enciclopedia 0 Diccionario razonado de las ciencias, artes
y oficios. Real izada por mas de cien pensadores franceses
bajo la direccion de Diderot V D'Alambert, se recoge por or-
den alfabetico todo el saber humano de la epoca.
De una manera subita e incontenible, el fermento revolu-
cionario que contenfan las ideas del siglo XVIII, estallan con
la revolucion francesa. Si bien esta revolucion tiene sus pre-
cedentes en la revolucion inglesa (1 688) V la de Estados Uni-
dos (1776), la revolucion francesa (1789) sera el modelo de
las revoluciones burguesas a todo 10 largo del siglo XIX,
puesto que con ella se consolida jurfdicamente una situacion
de hecho: la burguesfa es dueria de la economfa V del poder
polftico.
Aparece asf, el Estado liberal-burgues con sus institucio-
nes juridicas, politicas, culturales V sociales. La demanda de
la neutralidad del Estado, sera el requerimiento mas apre-
miante del nuevo orden politico. Como 10 expresaba D'Ar-
genson, «no hay que gobernar demasiado»; la funcion del Es-
tado se limita a la formulacion Manchesteriana del «Iaisser
faire», «Iaisser passer». Y esto no podfa ser de otra manera,
porque hay un orden natural. V «Ie monde va lui meme)).
De esta forma, la intervencion del Estado queda reducida
a su mfnima expresion, con el objeto de no restringir las li-
bertades individuales V para no interferir el funcionamiento
de las leves naturales que por sf sola's regularan las relacio-
nes entre los hombres V daran dinamismo, sirviendo de estf-
mulo al funcionamiento de la sociedad en su conjunto. Su
mision fundamental V principal sera la de «preservar el orden,
protegiendo la propiedad, vida e integridad ffsica V moral de
los ciudadanos».
Estas ideas constituiran los pilares del Estado liberal-
burgues, reducido a la mera funcion de policfa. Lo que no
siempre se ha destacado suficientemente -como situacion

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de hecho, no como principio del liberalismo- es que el poder
econom ico se transforma en poder polftico, conforme a una
constante historica anterior al mismo Estado liberal: la clase
economica dominante, es la clase polftica que detenta el po-
der.
Veremos mas adelante que significa y que consecuen -
cias tiene para las grandes masas, la no intervencion del Es-
tado y a que queda reducida la libertad, igualdad y fraterni -
dad proclamada por la Revolucion Francesa.

Elliberalismo, ideologfa de la burguesfa


EI nuevo modo de abrirse a la realidad expresado en la
cultura del Renacimiento y el estilo de vida que se va perfi -
lando en los habitantes de los burgos, es la «originacion »
mas cercana del movimiento cultural y filosofico de la Ilustra-
cion . Esta creara el «caldo de cultivo» intelectual que permiti-
ra configurar al liberalismo como ideologfa de la burguesfa .
En un momento historico posterior, la influencia de pen-
sadores como Locke, Montesquieu, Bodin y Rousseau y los
economistas clasicos, sentara las bases teoricas de 10 que en
el siglo XVIII sera la ideologfa de la burguesfa, principal mo-
tor de las transformaciones que se producen a 10 largo del si-
glo XIX.
Como expresion de los intereses y del pensamiento de la
burguesfa, el liberal ismo sustento la lucha contra los restos
del feudalismo y el absolutismo monarquico, propugnando el
libre desarrollo y actividad de los ciudadanos, la limitacion y
division de los poderes en la estructuracion del Estado, el re-
gimen constitucional, la proclamacion de la igualdad de to-
dos los ciudadanos ante la ley, el respeto a la propiedad pri-
vada, la toleranc ia religiosa, la etica del trabajo, etc.
Durante el siglo XIX las ideas liberales se difundieron en
gran parte de los pafses de Europa y America, y sus princi-
pios sirvieron de base a las constituciones de los Estados.
Sin embargo, cuando hablamos de liberalismo como
ideologfa de la burguesfa, es conveniente distinguir siempre
entre el liberalismo polftico, el liberalismo economico y el li-
beralismo intelectual. No solo hay que hacerlo porque ello re-
fleja 0 expresa la realidad de esta ideologfa, sino porque nos

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permitira una mas clara comprension de las formas de ac-
cion social: a 10 largo de mas de un siglo, cuando los intere-
ses de la burguesia se sentian amenanazados, se ha combi-
nado el liberalismo economico con el absolutismo politico.
Tambien debemos separar cuidadosamente el liberalismo en
su dimension cultural-intelectual, del liberalismo como modo
de organizacion economica . Que duda cabe que la reaccion
critica ante los abusos y privilegios de la sociedad medieval y
la prociamacion de la libertad del hombre, la tolerancia y la
igualdad de todos ante la ley, es una de las grandes conquis-
tas de la humanidad. Ahora bien, tampoco cabe ninguna
duda de que la organizacion economica de la sociedad de
acuerdo a los postulados del liberalismo ha permitido la ex-
plotacion de los hombres y de las naciones; en este punto el
balance es en muchos aspectos bastante desfavorable.
Estas afirmaciones sobre la diferente significacion que
tiene el liberalismo, ya sea que 10 consideremos en su aspec-
to politico, economico 0 intelectual, requiere un comentario 0
referencia a cad a una de estas dimensiones.
EI liberalismo politico fue expresado en sus inicios, fun-
damentalmente por los intelectuales de los siglos XVII y
XVIII (Locke, Rousseau, Montesquieu, Bodin) que no solo po-
nen en tela de juicio la validez de la monarquia de derecho
divino absolutista, sino que desarrollan la teoria pactista 0
teo ria de l contrato social. Conforme a est a teo ria el poder
politico y el Estado solo pueden ser resultado de un contrato
fijado por la sociedad.
Con esto se desmorona la teo ria del poder real de origen
divino. Ya no se considera el Rey investido de un poder pro-
veniente de Dios; por el contrario se sostiene que el poder re-
side en el pueblo y se ejerce a traves de representantes elegi-
dos.
Aplicado el liberalismo politico a la organizacion del Es-
tado, el gobierno es considerado una funcion y un derecho
de la sociedad. EI contrato social se expresa en una ley fun-
damental -Ia Constitucion- a la que todos deben sujetarse, y
en una limitacion, division e independencia y separacion de
poderes -ejecutivo, legislativo y judicial- que aparece como
freno de todo absolutismo del poder politico, cuyo fin supre-
mo -como escribia Montesquieu en 1 748- es la libertad y el
bienestar de sus subditos.
93
Por su lado, el liberalismo econ6mico se apoya en los
principios basicos de la economia clasica cuyos postulados
expusimos en el paragrafo anterio~. EI liberalismo economico
es la justificacion del derecho a la propiedad privada, el libre
juego de la oferta y la demanda, del beneficia 0 lucro como
meta, objetivo y fundamentacion basica de la actividad eco-
nomica.
Conforme a los principios de libertad de trabajo y respe-
to a la propiedad privada, proscribe toda intervencion del Es-
tado en el proceso economico. Su fun cion queda reducida a
vigilar que la armonia del mercado no sea perturbada a fin de
que la iniciativa privada pueda actuar libremente. Por tanto,
si los obreros deben trabajar dieciseis horas diarias 0 en con-
diciones inadecuadas, esta no es cuestion que concierne al
Estado; este no puede imponer medidas de higiene y de se-
guridad en el lugar de trabajo, ni reglamentar el trabajo de las
mujeres y de los nirios, ni tampoco organizar un sistema de
seguridad social.
En su dimension cultural-intelectual el liberalismo fue la
reaccion contra la intolerancia e intransigencia del Antiguo
Regimen. Postulo la libertad de conciencia y el respeto de las
ideas, con 10 que contribuyo de manera decisiva en la con-
quista y defensa de las libertades individuales.
Sostuvo la necesidad de la educacion como forma de
cambiar la sociedad y revelo un optimismo y confianza res-
pecto de las razones y las potencialidades de la ciencia para
traer la felicidad a los hombres.
En cualquier caso, los grandes aportes historicos del li -
beralismo han sido: la eliminacion del absolutismo en todos
sus aspectos (politico, juridico y economicol; la conquista y
defensa de las libertades individuales, el reconocimiento de
los derechos y libertades politic<:ls del ciudadano y el regimen
parlamentario.
Si tuviesemos que resumir las dos grandes ideas del
pensamiento y la practica liberal que fueron su gran aporte al
proceso de liberacion del hombre, podrfamos resumirlo en 10
siguiente: conquista de las libertades individuales y rechazo
de toda autoridad arbitraria, y su reemplazo por otras formas
de ejercerla.

94
EI «ethos» burgues 0 el nuevo modo de ser
en el mundo
EI modo de ser en el mundo del hombre que surge des-
pues del Renacimiento y que se va configurando principal-
mente en Europa, es «el modo burgues de ser en el mundo».
Cuando hablamos de «modo burgues -y expresamente en
este contexto- no nos referimos a una determinada clase so-
cial, ni siquiera al status de burgues, sino a una actitud frente
a la vida.
Durante el medioevo predominara un ethos (*) trascen-
dentalista; vale decir, que la totalidad de las actitudes natura-
les del hombre frente a la vida se definfan como una proyec-
cion hacia el unico fin del hombre que estaba en su salvacion
eterna. Por esto mismo, todo el pensamiento explfcito de los
medievales, como tambien su estilo de vida, su arte, su conti-
dianeidad, etc., estaran tenidos de est a misma actitud inicial.
A partir del Renacimiento se inicia un cambio radical en
el modo de abrirse a la realidad . Mientras el teocentrismo y
trascendentalismo medieval se disocian, la nueva cosmovi-
sion adquiere un fuerte caracter antropocentrico e inmanen-
te, anticipando la corriente filosofica humanista de Occiden-
te, «cuya esencia misma es la preocupacion por el hombre y
la realizacion de sus potencialidades». La libertad de espfritu
y una vision crftica de la sociedad caracterizaran a la burgue-
sfa en ascenso; un burgues que ya no sera subdito sino ciu-
dadano.
En cuanto a la «originacion» de este nuevo modo de ser
en el mundo, esta tuvo lugar entre aquellos que los senores
feudales denominaban, despreciativamente, «habitantes del
burgo», es decir, burgueses. Junto al castillo, al palacio epis-
copal y la catedral -sfmbolos de la sociedad feudal- se levan-
tan los mercados, ayuntamientos y casas comerciales, que
preanuncian y simbolizan el poder burgues que va adquirien-
do una influencia cad a vez mas decisiva.
Asf lentamente, entre los siglos XI y XIV, aparece el bur-

(") La palabra g riega «ethos» significa a la vez «m ansi6m) y «costumb~e ». Se puede detinir co mo el
con junto de ideas y co nceptos que conciernen al hombre y al mundo, que se reflejan y encarnan
en formas de vida personal y co lectiva con la consiguiente determinacion de hflbitos, actitudes.
costu mbres, dinamismos e inhibiciones. Se trata, com o deda Scheler, del «sistema de prefe ren -
cias de un grupo sociah), AI tomar de Heidegger la expresi6n «ser en el mundo)), 10 hacemos par-
que nos parece que es la m as adecuada pa ra designar la totalidad de los sentidos en que la perso-
na se encuentra en el mundo .

95
gues, un hombre nuevo, dlstinto del nuevo hombre que en su
momento habfa dado el Medioevo cuvos arquetipos fueron el
caballero V el monje cristiano. EI burgues es «una nueva vo-
luntad por dominar la naturaleza»; su espfritu es el «espfritu
empresarial» como 10 lIamo Max Scheller. Un espfritu empre-
sarial expresado en la valoracion positiva del trabajo, la ini-
ciativa, la produccion V la organizacion con senti do de efica-
cia V utilidad, que se combina con el espfritu de lucro V la
convicc ion de que la ganancia justifica todos los medios em-
pleados para conseguirla.

EI individualismo
Como concrecion historica del «ethos» burgues, el indi-
vidualismo sera la expresion culta de un modo de ser en el
mundo. En cuanto elemento de una ideologfa, sera la esencia
de las concepciones poifticas V economicas en la epoca de
gestacion, desarrollo V consolidacion del capitalismo.
Historicamente el individualismo aparece como reaccion
contra el absolutismo de los reves, la nobleza V la Iglesia. Es
tambien una idea que rompe los encasillados sociales de la
Edad Media que mantienen al pueblo sometido, con un pues-
to va asignado dentro de una estructura piramidal V auto rita-
ria en la cual hay muv escasas posibi!idades de movilidad so-
cial vertical.
Durante el perfodo de las monarqufas absolutas, tanto en
Inglaterra como en Francia (pafses que estan a la cabeza del
proceso de afirmacion individual), hay dos clases influventes:
la nobleza V la burguesfa. La primera en decadencia, abando-
na sus tierras para vivir en la Corte V obtener favores del Rev;
la burguesfa, en cambio, en pleno ascenso se va haciendo
dueria del comercio V de la naciente industria. Frente a estas
clases V estamentos el absolutismo monarquico se acentua .
En ese clima, el afan de liberar al individuo de toda opresion
de la autoridad, el nuevo derecho V todo aquello que consti-
tufa los signos de la epoca, conducen a la afirmacion de los
valores individuales.
De ahf que, en esa covuntura V en esta etapa del proceso
de evolucion, parece evidente V claro de que el individual is-
mo era un paso adelante en el proceso de «hominizacion», en
cuanto que el hombre se hace mas hombre afirmando su li-
bertad.
96
Su gestacion en el orden de las ideas la encontramos en
la exaltacion del individuo, en la ·perspectiva antropocemtrica
y en el nuevo clima intelectual a partir del Renacimiento. EI
individualismo que se perfila en el humanismo renacentista,
tiene sus efectos en la esfera religiosa con la Reforma pro-
testante y luego en las doctrinas economicas (Escuela clasi-
cal y pollticas, especial mente en Locke y Rousseau que en
cierto modo expresan el espiritu de la revolucion inglesa y
francesa respectivamente. Emmanuel Kant es la culminacion
de esta concepcion filosofica, al concebir 'al sujeto como fun-
damento y principio del orden especulativo y practico, del or-
den social y politico,

«5i cad a uno hace individualmente su deber


y actua con honestidad y valentia en la esfera ex-
clusiva de su ocupacion, es indudable que el bien
del conjunto quedara asegurado, En mi profesion
de escritor, jamas pregunte que desea la masa y
como podrfa hacerme util al conjunto de los
hombres. Por el contrario, siempre me he esfor-
zado por ser yo mismo mas racional y mejor, por
profundizar en mi personalidad, por no decir ja-
mas otra cosa que aquello que yo mismo hubiera
reconocido como bueno 0 verdadero»,
Este pensamiento escrito por Goethe en
1830, expresa muy claramente el espiritu
del individualismo,

Ahora bien, este individualismo que olvido la dimension


social. hizo del hombre un todo autonomo, pero solo frente al
Estado, como si todos los cuerpos intermedios en donde se
desarrolia la vida de la persona fuesen inexistentes u obs-
taculos para la libertad individual. Producida la quiebra del
principio de solidaridad, cada persona quedaba librada al go-
bierno anonimo e impersonal de las leyes economicas -esta
era la formulac ion teorica-; en la practica quedaba al arbitrio
de quienes detentaban la propiedad privada de los bienes de
produccion. «EI ser humano viviente, con sus deseos y sus
dolores, va dejando cada vez mas de ocupar el centro del sis-
tema y ese lugar 10 van ocupando los negocios y la produc-
cion. EI hombre deja de ser la medida de todas las cosas en
la esfera economica» (1).
Va para finalizar, digamos que el individualismo -con pa-

97
labras de Mounier- due la ideologia V la estructura dominan-
te en la sociedad burguesa occidental entre los siglos XVIII V
XIX. Un hombre abstracto, sin pertenencia ni comunidades
naturales, dios soberano en el corazon de una libertad sin di-
reccion ni medida, mirando al otro con desconfianza, calculo
V reclamacion: unas instituciones reducidas a asegurarle in-
munidad para estos egoismos, 0 su mejor rendimiento por la
ecuacion reducida al provecho; tal es el regimen de civiliza-
cion que organiza bajo nuestros ojos, uno de los sistemas
mas pobres que la historia hava conocido» (2).

La revoluci6n burguesa
Tres grandes momentos revolucionarios (Inglaterra,
1688; Estados Unidos, 1776 V Francia, 1789) expresan el
ascenso V triunfo politico de la burguesia. En el caso de Euro-
pa es la liberacion del vasallaje politico-jurfdico de la Edad
Media V del absolutismo monarquico. En Estados Unidos no
fue la lucha contra el Antiguo Regimen, sino una revolucion a
la vez burguesa V anti-colonialista, pero sobre todo una revo-
lucion contra el pais dominante. Sin lugar a dudas, todas es-
tas oleadas revolucionarias constituveron un paso hacia ade-
lante en la historia de la humanidad. La burguesia fue la clave
revolucionaria que impulso todos estos cambios en el trans-
curso del siglo XIX, en el que se consolidara tambien como
clase hegemonica.
Ahora bien, creemos que para una mejor comprension
del significado de la revolucion burguesa, es neceJ)ario tener
en cuenta en este punto V a modo de sfntesis los pilares que
configuraban el Antiguo Regimen:
• despotismo ilustrado .. . apovado en la creencia del de-
recho divino de los reyes.
• economia mercantilista. que sostiene V practica el mo-
nopolio estatal de la economia.
• monolitismo religioso .. que lIeva a la intransigencia, las
construcciones dogmaticas V el
sometimiento de las concien-
cias a la autoridad religiosa.
Todos estos pilares se sostienen mutua mente: el mer-
cantilismo como «sangre del poden> es el sosten economico
del despotismo ilustrado, mientras que la Iglesia 10 sacraliza

98
como 10 querido por Dios. Por su parte esta saca provechos
del apovo del poder polftico V el mercantilismo sostenido por
el despotismo ilustrado inicia su expansion colonial, a traves
de las lIamadas Comparifas de Indias (una Oriental V otra Oc-
cidental), con 10 cual el comercio internacional no esta muv
claramente diferenciado de la piraterfa, como Inglaterra V Ho-
landa 10 demostraron de manera muv clara desde el siglo
XVII.
Ahora bien, las nuevas condiciones de la economfa V la
evolucion de las ideas, hieren de muerte al Antiguo Regimen:
• frente al absolutismo polf-
tico ................... el liberalismo politico con sus
ideas de pacto 0 contrato so-
cial.
• frente al mercantilismo . el liberalismo economico, que
propugna la libertad individual
frente al monopolio estatal.
• frente a la iglesia la filosoffa de la lIustracion que
quiere reemplazar la intransi-
gencia V oscurantismo religio-
so, por la raz6n natural V la
ciencia.
De todo 10 men cion ado hasta ahora, podemos deducir
las implicaciones mas importantes de la revolucion burguesa
que, ante todo, supone un cambio sustancial en la travectoria
de Europa Occidental, con incidencias posteriores en todo
Occidente V el resto del mundo. En el siglo XVIII, dueria de la
economfa V de la cultura, la burguesfa se con$ tituve como
una clase poderosa V dinamica: ella lIevara a cabo la Revolu-
cion Francesa V todas las revoluciones burguesas del siglo
XVIII V XIX. Un siglo despues que la burguesfa reemplaza a la
nobleza, dos autores que no pueden ser sospechosos de pro-
capitalistas, evaluando 10 realizado por esta nueva clase so-
cial, en 1848 escribfan: «La burguesfa ha desemperiado en el
transcurso de la historia un papel verdaderamente revolucio-
nario ... Hasta que ella no 10 revelo no supimos cufmto es ca-
paz la actividad humana. Ha realizado maravillas superiores a
las piramides de Egipto, los acueductos romanos 0 las cate-
drales goticas. Hace apenas cien arios que se ha constituido
como clase soberana V va ha creado fuerzas productivas

99
cuyo numero prodigioso y colosal potencia supera cuanto
han sabido hacer todas las generaciones anteriores » (3).

EI humanismo racional de la Revolucion


Francesa sera la cul mi nacion de esta larga evolu-
cion, al abolir el regim en feuda l, al dejar la reli-
gion de dirigir la politi ca y al suprimi rse las tra-
bas de la expansion economica y tec nica del m a-
quinismo ...
Roger Garaudy

Problemas sociales: la situaci6n del proletariado


Todo 10 mencionado anteriormente, en el plano de los
hechos y de las ideas, converge en plasmar una nueva socie-
dad donde los adelantos cientificos y tecnol6gicos se aplican
de manera creciente a la industria, a la agricultura y a los
t ran sportes. Libres de sus antiguas ataduras, las artes, la in -
dustria y el comercio, producen un notable progreso econ6-
mico.
La maquina hizo imposible la vida del artesano y el pe-
queflO taller fue sustituido por la fabrica en la que trabajan
cientos y m iles de operarios. Paralelamente con la manufa c-
tu ra comienza la primera explotaci6n de tipo capitalista, en
cuanto que implica ya una disociaci6n entre los medios de
producci6n y el productor, y un desplazamiento de la econo -
mia familiar, en la que el trabajador generalmente era propie-
tario de los instrumentos de producci6n .
Todo ello se origin6 cuando el artesano domestico ya no
pudo vender su producto, en esas circunstancias apareci6 el
«mercader manufacturero» que compraba el articulo acabado
pagandole un precio. Como con cierta frecuenci a Ie proveia
tambien de materias primas y en algunos casos de utensilios
de trabajo, la subordinaci6n se hizo cada vez mayor, hasta
que el artesano acab6, de hecho, siendo trabajador asalaria-
do.
Ademas, y como es sabido, los regimenes politicos sur-
gidos despues de la revoluci6n francesa, e inspirados en la
misma, poco a poco fueron terminando con las Corporacio-
nes y los Gremios, c'onforme a 10 que establecfa, para el caso

10 0
de Francia, la Ley Chapellier: «no se debe permltlr que los
ciudadanos de ciertas profesiones se agrupen en pro de su-
puestos intereses comunes; solo existe el interes particular
de cada individuo y el interes general».
Ahora bien, en el tema que nos ocupa, importa destacar
que con el florecimiento del industrialismo, nace la produc-
cion propiamente capitalista, y se lIega a la etapa final del
proceso que da lugar a la aparicion y desarrollo de una nueva
clase social: el proletariado. En su origen el proletariado estu-
vo constituido por campesinos arrojados del campo y por ar-
tesanos empobrecidos. Mas tarde a la clase obrera, la engro-
sarian los hijos de los mismos proletarios ...
La ideologia liberal, que coincide con la aparicion de la
gran industria, al mismo tiempo que favorece el desarrollo
del capitalismo y un crecimiento economico sin precedentes,
contribuye a que el proletariado quede sometido a durisimas
condiciones de trabajo. «Un yugo que poco difiere del de los
esclavos», decia Leon XIII en la Rerum Novarum.
Para expl icar este «yugo» que durante el siglo XIX sufrio
el proletariado, existe una literatura muy copiosa y numero-
sas descripciones, cuya lectura todavia hoy indignan . Siendo
que esta situacion tiene una significacion mucho mas directa
en la aparicion de la asistencia social, Ie dedicaremos un es-
pacio relativamente mayor, a traves de una seleccion de tes-
timonios.
Varias decadas despues de que el capitalismo salvaje del
siglo XIX habia puesto de manifiesto su verdadero rostro con '
las miserias sociales que afligieron a los trabajadores, Enri -
que Hernker escribia en 1910: «En Baden, todavia hoy la
gente de la region industrial llama presidios a las fabricas». Y
el mismo autor, tomando una informacion resultante de una
inspeccion practicada en las minas inglesas, refiere el caso
de ninos que empezaron a trabajar en las minas a los cuatro
anos, siendo la edad habitual de los ocho a los nueve anos.
De ordinario les correspondia vigilar los extremos de las ga-
lerias, de suerte que debian estar en la mina al empezar el
trabajo y no podian salir de ella hasta el descanso de la no-
che. Estando estos ninos solos y a oscuras, solo amenizaba
su soledad el paso de las vagonetas. A partir de los seis anos
se complicaba el trabajo obligandoles a empujar 0 arrastrar

101
vagonetas cargadas. En algunas comarcas se sacaba el car-
bon cargado sobre las espaldas; las galerfas subterrimeas
eran tan bajas que aun los nirios mas pequerios no podfan
andar por elias sino arrastrandose sobre manos y rodillas, y
en esta posicion debfan empujar las vagonetas. Ariadase a
todo esto la conducta, con frecuencia dura y cruel, de los _ml
neros adultos para· e.o~ 10s~ompa.;;erOs de tr·abajo mas j6ve
nes.

En una inspeccion hecha en Belgica a med iados del siglo


pasado, se constata que nirios desde la edad de cinco 0 seis
arios trabajan en la industria entre 12 y 14 horas; y los nirios
de mas de diez arios trabajan entre 1 5 y 16 horas entre el
sofocante polvo de la lana . En las fabricas de v idrio, se die ron
casos en que nirios de catorce arios lIegaron a trabajar hasta
24 horas seguidas. En las filaturas de algodon a los nirios se
les deforman y tuercen las p'iernas, porque tienen que mante-
nerse de pie durante una larga jornada . Y otros nirios, em-
pleados en fabricas de ladrillos, que tienen por tarea condu-
cirlos al sitio en que se apilan, recorren hasta 40 kilometros
por dfa.
Por otra parte, y a modo de ejemplo, en las fabricas de
vidrios franceses, trabajan muchos nirios italianos desde la
edad de siete arios, de los cuales morfa la mitad como conse-
cuencia de las condiciones de trabajo. En Francia, en algunas
industrias de Normandfa, el vergajo destinado a los pequerios
obreros, figuraba entre los instrumentos de trabajo.
Asf no es extrario que en Inglaterra, Francia, Belgica y

102
Suiza principalmente, pero tambi€m en los otros paises que
se estaban industrializando, en ciertas ocasiones se amarra-
ban los ninos a las sillas y a las maquinas para que no huye-
ran.
En relacion al horario de trabajo, las jornadas eran 12
horas diarias como minimo, pero a comienzos del siglo XIX
con la generalizacion del alumbrado artificial la jornada labo-
ral tendio a alargarse aun mas. En este segundo periodo de la
revolucion industrial, las condiciones de trabajo revistieron
mayor dureza. En algunas fabricas se trabajaba en turnos
continuos y las mismas camas servian para diferentes gru-
pos de trabajo; segun una conocida expresion de un contem-
poraneo, eran «camas que nunca se enfriaban».
Cuando en el Parlamento britanico se discutia en 1848
la ley que fijaba la duracion de la jornada de trabajo en 10
horas, ciertos fabricantes hicieron firmar a los padres peticio-
nes en las que se decfa que «una hora de asueto adicional no
tendra mas efecto que el de desmoralizar a sus hijos, porque
el ocio es la madre de todos los vicios». Marx nos recuerda
los argumentos del Dr. Ure para que la jornada de trabajo no
se disminuya en una hora: «si en lugar de extenuar a los ni-
nos y a los adolescentes de menos de dieciocho anos en la
atmosfera abrasadora, pero moral de la fabrica, se los devol-
viese una hora antes al mundo exterior, tan frio como frivolo,
el ocio y el vicio les harian perder la salvacion de sus almas».

Hubo casos -como nos 10 dice G. Weill- en que los ninos


eran lIevados por sus padres a verdaderos mercados de es-
clavos y vendidos a los representantes de las fabricas, que
necesitaban mana de obra barata. En Londres, los lunes y
martes por la manana, en mercado publico se ofrecfan los ni-
nos para ser alquilados a las manufacturas sederas. Los hos-
picios y parroquias alquilaban ninos para cubrir sus gastos
de sostenimiento. Ciertos administradores de Ayuntamiento
empleaban a los menesterosos que se encontraban en los
workhouse,' y algunas parroquias del centro y sur de Inglate-
rra, transferian a distritos industrializados los ninos cuya ali-
menta cion les incumbia.
Muchos ninos morian a causa del abandono de sus ma-
dres que trabajaban fuera del hogar, otros a causa de los ma-
los tratos 0 a consecuencia de los narcoticos que se utiliza-

103
ban para acallarlos. Dickens ha descrito en algunas de sus
novelas, la «vida» de esta infancia sin juegos.
Las mujeres no corrfan mejor suerte; la libertad industrial
10 permitfa todo, desde el abuso de los obreros hasta los ca-
pataces y patranes. En Inglaterra -dice Hekner en su libro so-
hre la Cuesti6n obrera- las mujeres trabajaban en las fabri-
cas de dfa y de noche, dilatandose la jornada hasta una dura-
cion insoportable, acumulandose peligros para la sa Iud ffsica
y moral. Aun para trabajos subterraneos se contrataban mu-
jeres, que realizan el mismo trabajo que los hombres durante
el mismo tiempo.
«La mina, escuela de inmoralidad», decfa una encuesta
belga de 1886. La pramiscuidad de los sexos y de las eda-
des, acarreaba la depravacion de las costumbres; jovencitas
de catorce a veinte arlOs estaban en permanente contacto
con muchachos y adultos, en un clima mas 0 menos exacer-
bado.
Algo parecido ocurrfa en las fabricas. Se dice en un in-
"II'
" forme que los trabajadores de las fabricas que estaban junto
a los saltos del Wupper, cerca de Lennep, no querfan regre-
I~I sar por las noches a sus casas a traves de nieves y lIuvias y a
.,,,.
lIil l •
unas distancias que en algunos casos les lIevaban horas re-
correrla. Dormfan apretujados con residuos y despojos de la
fabrica; allf se encontraban mejor y sufriendo menos frfos
que en sus viviendas. Cuando lIegaba la noche, en esas salas
lIenas de polvo y olor empezaban las orgfas.
Si el trabajo era duro y alienado, la vida fuera de la fabri-
ca era miserable. Viviendas insalubres, humedas, mal ilumi-
nadas. Algunos trabajadores vivfan en sotanos humedos, es"
casamente aireados. A ello habfa que ariadir los horrores del
hambre en las epocas de para forzoso, los sufrimientos en
los casos de accidentes de trabajo 0 de invalidez, la desorga-
nizacion familiar y el desampara en la vejez. EI resultado de
estas duras condiciones de trabajo y de vida era doble: por
una parte la enfermedad (tuberculosis, raquitismo, etc.), por
otra la degradacion moral (alcoholismo, prostitucion, delin-
cuencia, mendicidad).
Este es el cuadro de las tristes consecuencias de la liber-
tad economica y de la civilizacion industrial. Como 10 seriala
Marx, «los trabajos forzados al servicio del capitalista vinie-

104
ron a invadir V usurpar, no solo el lugar reservado a los jue-
gos infantiles, sino tambien el puesto de trabajo libre dentro
de la esfera domestica V, romper con las barreras morales, la
orbita reservada incluso al mismo hogar» (4).
Despues de estos espeluznantes relatos, que podrfan
prolongarse casi indefinidamente, no sorprendera que al-
guien pudiera decir que el monumento de nuestra vida eco-
nomica ha de ser una gran piramide levantada con craneos
de mujeres V nirios.
Como reverso de este tenebroso cuadro, la riqueza en
manos de unos pocos crecio sin cesar, acumulandose en ma-
nos de los propietarios. No en vano alguien dijo, «parecfa el
mundo sometido a una especie de capilaridad economica
que iba haciendo ascender las riquezas a las capas superio-
res de la sociedad, dejando en la miseria a las inferiores» ... La
proclamada igualdad quedaba reducida al ambito de los prin-
cipios teoricos.
Sin embargo, el cuadro esta muv lejos de ser completo,
pues solo hemos considerado la situacion d.el proletariado en
los pafses industrializados (mejor dicho, los que en el siglo
XIX marchaban a la cabeza del proceso de industrializacion).
Los pafses perifericos (colonias V semi-colonias) sufrfan tam-
bien los efectos de capilaridad economica antes mencionada:
unos pafses se desarrollaban gracias al pillaje que hacfan de
otros pafses. Pero va se trate de pafses del centro 0 de la pe-
riferia, la explotacion salvaje fue la caracterfstica mas sobre-
saliente del capitalismo del siglo XIX.
En esta situacion social, con las concepciones poifticas V
economicas vigentes, bajo los efectos adormecedores de
una religion de la resignacion al servicio del trono, se inicia
un nuevo modo de avuda al necesitado. Es el que hemos lIa-
mado como accion benetico-asistencial. Pero tam bien apa-
recen las primeras legislaciones de tipo social.

Aparicion del movimiento sindicalista


La situacion de la clase trabajadora que, en algunas de
sus formas mas brutales de explotacion hemos descrito en el
paragrafo anterior, dio lugar al surgimiento de los movimien-
tos obreros. En un primer momenta estos se expresan en
asociaciones de caracter mutualista V bien pronto se trans-

105
forman en asociaciones de resistencia para mejorar las con-
diciones de trabajo, conseguir aumento de los salarios y ob-
tener el reconocimiento al derecho de asociacion.
Frente a la irrupcion del movimiento obrero, los Estados
reaccionan con dureza; los dirigentes y militantes del nacien-
te sindicalismo son perseguidos, encarcelados y hasta ejecu-
tad os. La politica liberal, frente a las reclamaciones de la cla-
se trabajadora que irrumpe en la vida politica y social. adopta
con frecuencia rasgos autoritarios.
Inglaterra, el pais pionero de la revolucion industrial, es
la cuna del movimiento obrero. Primero protestan destruyen-
do maquinas, pero luego siguen otros caminos, asociandose
en sindicatos locales por oficio (trade-unions). La presion y la
lucha de los obreros organizados, obliga a que el gobierno
los reconozca legalmente; esto ocurre en Inglaterra en 1825.
Y en 1871, por primera vez en una Constitucion -Ia belga- se
reconoce el derecho de asociarse a los trabajadores.
A medida que la clase trabajadora se organiza en sindi-
catos, la presion del Estado se hace cada vez mayor; 10 que
se pretende es que intervenga a fin de asegurar ciertos dere-
chos minimos. Por otra parte, las clases dominantes se co-
mienzan a preocupar por la fuerza y la combatividad que va
adquiriendo la clase trabajadora y, en especial, las conse-
cuencias de las huelgas y de la rebelion obrera, en cuanto po-
dian afectar la produccion, las ganancias y la propiedad de
los bienes de produccion.
De este modo, tambien para la clase burguesa se hizo
necesario que el Estado interviniese, no solo reconociendo a
los sindicatos, sino metie.ndolos en el juego del sistema, a fin
de encauzar su accion dentro de ciertos limites. EI «establis-
hement» se hacia mas «plastico» para asegurar su autocon -
servacion.
En definitiva, la clase obrera crece en combatividad y en
nivel de conciencia. Las formas de lucha y los planteamien-
tos van evolucionando. De un modo esquematico podriamos
serialar las siguientes fases principales:
• sindicatos . . . . . . . . . . . . . . peticiones laborales
• cartismo . . . . . . . . . . . . . .. peticiones polfticas .. .... . Owen y
(sufragio universal) O'Connor

106
• asoclaclon internacional
de trabajadores ..... . .. . propositos revolucionarios . . . Marx
(abo Ii cion de la propiedad privada)
• anarquismo ... . .. .. . . . . propositos revolucionarios . .... Ba-
kunin (abolicion del Estado)
Obviamente, cad a una de estas posturas tiene un conte-
nido mucho mas rico, amplio y variado que el que se puede
presentar en un esquema. Pero esas son las Ifneas generales.
Dejamos estas considerac iones acerca del movimiento
sindical, para pasar a aquello que se transforma en el objeti-
vo est rategico de una parte del movimiento obrero: la revolu-
cion socialista .

Surgimiento de las opciones socialistas y anarquistas


Las miserias sociales del capitalismo y de la revolucion
industrial, no solo motivaron la aparicion de los movimientos
obreros, sino tambien la formulacion de teorfas y doctrinas
sociales que aparecieron como alternativas de superacion
del capitalismo, ya que permitieron ampliar la vision que te-
nfan estos movimientos.
Con sentido heroico, «venciendo tremendas penurias y
merced al sacrificio de verdaderos marti res, como 10 explica
Carlos Rama, se inicia el movimiento social contemporaneO».
Sin embargo, este movimiento adquirio un nuevo significado
con el surgimiento de las nuevas opciones.
Francia pafs menos industrializado que Inglaterra, pero
con una intelectualidad mas sensible a los nuevos problemas
sociales y a la situacion de la clase trabajadora, proporciona
las primeras formulaciones teoricas que constituyen alterna-
tivas al capitalismo.
Con Saint Simon aparece una crftica al liberalismo al
mismo tiempo que se propone una sociedad dirigida por las
clases productoras. Fourier propone la creacion de falanste-
rios, pequerias poblaciones de 16.000 habitantes entre los
que se distribuyen todas las funciones alternativamente.
Subsisten la propiedad privada y el derecho de herencia,
pero los instrumentos de trabajo son comunes. Cabet descri-
be un modelo utopico de sociedad (Viaje en /caria, 1842),
con ideas tomadas de Platon y de Tomas Moro. Louis Blanc

107
propugna los talleres sociales que fueron una efimera reali-
dad en la revolucion de 1848. Proud hom, por su parte, se
presento como partida rio de la pequeria propiedad, asociada
primero en mutualidades y luego en federaciones que susti-
tuyen al Estado.
Tambien en Inglaterra aparecen doctrinas de redencion
social: Owen, un empresario que aplico en sus fabricas refor-
mas sociales muy avanzadas, fue uno de los Ifderes mas des-
tacados del movimiento politico lIamado cartismo y propug-
no el asociacionismo y el cooperativismo como medios idea-
les para suprimir el beneficia capitalista .
Todas estas propuestas alternativas -llamadas por En-
gels «socialismo utopico»- criticaban duramente las injusti-
cias y desigualdades sociales, pero consideraban que estas
eran fundamentalmente una cuestion de egoismo 0 de igno-
rancia. Nunca consideraron que la situacion se derivase de
las propias estructuras de la sociedad. Frente a ellos aparece
II una alternativa radical -Marx y Engels son sus precursores-.
Partiendo de un analisis del sistema capitalista, lIegan a una
concepcion de la historia como una lucha de clases que ter-
minara con el triunfo del proletariado y la desaparicion de la
n'!'
illl' sociedad clasista.
1I'Ii
~I ."
Conviene tener presente a esta altura de nuestro planteo
general que las diferencias fundamentales entre la formula-
cion del socialismo marxista (autodenominado «cientifico»), y
el que fuera denominado «utopico», visto desde el plantea-
miento marxista vienen dadas por las siguientes cuestiones:
a) haber fundamentado cientfficamente al socialismo,
mediante una denuncia (Ia crftica de la economia poli-
tical y el anuncio (que el socialismo solo puede reali-
zarse mediante la transformacion de las relaciones
socio-economicas);
b) haber comprendido la conexion que existe entre la
construccion del socialismo y la clase obrera, cues-
tion que ni siquiera habia side mencionada por los so-
cialistas utopicos;
c) propugnar la accion del proletariado y la realizacion
del socialismo por la via de la lucha de clases.
Sin abundar mas sobre esta breve referencia acerca de

108
la aparicion de las ideas marxistas, hemos de sefialar, puesto
que esto hace directamente a los objetivos de este libro, que
hasta mediados del siglo XIX el problema de la pobreza fue
considerado como una cuestion fundamentalmente indivi-
dual. Su causa para unos era el pecado, para otros un acci-
dente 0 un hecho inevitable en el funcionamiento de la soc ie-
dad. Lo nuevo que introduce Marx en este punto, es el consi-
derar a la pobreza como una manifestacion de las formas de
explotacion existentes en la sociedad; como constitutiva de
una relacion social determinada. Hay, pues, para decirlo en
breve, una explicacion a partir de determinadas estructuras
de un sistema que la produce. Sin embargo, como se explica
en otra parte de este libro, esta perspectiva teorica que da
una explicacion diferente de las causas de la pobreza, no va a
influir sobre la asistencia social como profesion en gestacion.
Y, si a veces 10 hace, es como revulsivo de un «fantasma que
recorre Europa».
Tambien debemos mencionar la opcion anarquista que
irrumpe en el siglo XIX como respuesta a los problemas de la
clase trabajadora y como una de las mas importantes co-
rrientes ideologicas en la historia de las revoluc iones socia-
les.
Como doctrina y practica politico-social, el anarquismo
preconiza la libertad absoluta del hombre y la supresion de
toda autoridad, cualesquiera sean las modalidades de su ejer-
cicio. Para el anarquismo la sociedad debe estar organizada
sobre la base del pacto 0 libre acuerdo de hombres entre sf.
En la sociedad anarquista no deben existir ciases sociales, ni
intereses privados, ni organizaciones de tipo coactivo, ni
leyes coercitivas de ninguna especie. Su objetivo ultimo es la
completa desaparicion del Estado y del Gobierno y la maxi-
ma exaltacion de la libertad del individuo: «Solo soy verdade-
ramente libre, decia Bakun in, cuando todos los seres huma-
nos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente li-
bres».
Entre los ideo logos del anarquismo debemos mencionar
a William Godwin (ingles), Max Stirner (aleman), Proudhon
(frances), pero el de mayor influjo fue el aristocrata ruso Mi-
jail Bakunin, mas sofiador que politico y que, como todos los
anarquistas, queria hacer la utopia va, ahora y aquf. EI proble-
ma fue el rechazo en bloque del proceso de industrializacion,

109
y la urbanizacion consecuente, que puso al anarquismo de
espaldas al proceso de transformacion real de la sociedad.
Por otra parte, su affm de destruir el Estado (no de transfor-
mario). el negarse a todo tipo de intervencion politica, a
constituir un partido 0 a intervenir en elecciones, limitaron
las posibilidades de accion y de transformacion real de la so-
ciedad del movimiento anarquista.
Sin embargo, la actitud vital de denuncia y revuelta con-
tra todo tipo de autoridad 0 jerarquia impuesta al individuo 0
al grupo, ya sea por instituciones 0 por la sociedad, ha hecho
de los anarquistas una fuerza de relanzamiento de la utopia .

VICENTE DE PAUL; PRECURSOR DE LA


11 ,1, ORGANIZACION Y PROMOCION
DE LA AYUDA A LOS NECESITADOS.

En el case rio de Ranquines,


cerca de Dax en el sur-oeste de
Francia nacio Vicente de Paul el
24 de abril de 1581 . Hoy, des-
pues de mas de 400 arios su
nombre sigue siendo menciona-
do -al margen de su significacion
religiosa- como uno de los pre-
cursores de la ayuda social orga-
nizada . Supo conciliar las moti-
. Vicente de Paul
vaciones relig iosas de la accion
con la eficacia organizativa .
Vivio entre fines del siglo XVI y mas de la mitad del siglo
XVI I cuando toda la vida economica esta marcada por el afan
de lucro y potenciada por los cambios tecnicos que se van
produciendo en todo ese periodo. Es la epoca del nacim iento
y consolidacion del capitalismo comercial y financiero, y de
los grandes movimientos de poblacion desde el campo hacia
las ciudades. La industria comienza a desarroliarse, hay
mayor riqueza, pero la mayo ria de la poblacion vive en condi -
ciones miserables. En ~ ~rancia, la guerra de los Treinta arios,

110
fue una constante devastaci6n que aument6 la ingente masa
de pobres y desamparados, especial mente entre los campe-
sin os.
Enfrentando la maldita trilogfa de «Ia peste, la guerra y el
hambre», se inicia y se alza la obra de Vicente de Paul. Tard6
muchos arios en lIegar hasta el el clamor de los pobres, pero
cuando 10 hizo comprendi6 claramente aquello que luego ex-
presara en uno de sus Ie mas: «pasar del amor afectivo al
amor efectivo».
Ordenado sacerdote a los 19 arios, pasa unos quince
arios de su vida sacerdotal en la mediocridad de muchos cle-
rigos de su epoca que s610 buscaban un «honorable benefi-
cio». Los pobres estaban ahf, pero no Ie preocupaban, no se
interesaba por ellos; si son pobres, pensaba en esos arios, es
porque no saben defenderse en la vida. Ahora bien, entre
1613 y 1617 tiene bastantes inquietudes e interrogantes:
siente la interpelaci6n de los oprimidos.
Un domingo del ario 1617, cuando Vicente de Paul ha-
bfa adquirido ya una nueva sensibilidad frente al problema de
los pobres, en forma circunstancial nace la primera organiza-
ci6n de alivio a los pobres, como se decfa en esa epoca . Ha-
lIabase de parroco en Chatill6n, cuando al salir de misa se Ie
acerc6 una seriora suplicandole que exhortase a los feligre -
ses a ir en auxilio de una familia necesitada. Asf 10 hizo y una
gran cantidad de personas acudi6 a auxiliar a los necesita-
dos. Ese mismo dfa Vicente de Paul visita a esta familia y
hace la siguiente reflexi6n: «Estos pobres enfermos han reci-
bido hoy de golpe provisiones de sobra . Parte de elias se les
estropearan y mariana se encontraran en su primitivo estado.
Esta caridad no esta bien ordenada». De esto surgi6 la idea
de organizar la caridad con el fin de prestar una ayuda mas
amplia y eficaz a todos aquellos que estuviesen en necesi-
dad . Convoc6, pues, una Junta de serioras y les propuso que
cada dfa una se encargase, no s610 de atender a esa familia
necesitada que di6 lugar al pedido, sino tambien a todos los
que tuviesen necesidad de ayuda dentro del ambito de la pa-
rroquia ... Esta experiencia luego se extendi6 a diferentes lu-
gares de Francia y se tra dujo en una gran variedad de obras
de caridad. De ahf surgie ron las Asociaciones 0 Cofradfas
de la Caridad.
Es interesante recoger 10 que podrfamos lIamar hoy la

111
L",
'"

Facsimile de la conclusion del Reglamento de la Cofradia d e la Ca ridad de Chflri llon-les-Oombes ( .\. )


esc rito en teramente de mano de San Vice nte de Paul. . , III •

112
«metodologia» de trabajo. A este respecto San Vicente de
Paul hizo algunas recomendaciones muy precisas; elias refle-
jan tambien el «espiritu de la epoca» y las motivaciones mas
profundas de la ayuda al necesitado.
«La que este de turno ... preparara la com ida,
la lIevara a los enfermos, y, al acercarse a ellos,
los saludara alegre y caritativamente; colocara la
mesita sobre la cama, pondra encima una servi-
lIeta, un taz6n, una cuchara y un pedazo de pan;
hara lavarse las manos a los enfermos y dira la
bendici6n; servira el potaje en una escudilla, aco-
modandolo todo sobre la dicha mesita; despues
convidara caritativamente al enfermo a comer
por el amor de Jesus y de su Madre; todo con
amor, como si 10 hiciera a su propio hijo 0, mas
bien, a Dios, que cuenta como hecho a sf mismo
el bien que se hace a los pobres». Si es necesa-
rio, <des cortara la carne y les echara de beber en
un vaso». Mientras realiza todas estas cosas,
<des dira algunas palabritas de nuestro Senor,
tratando de alegrar a los que esten mas descon-
solados».
Es preciso subrayar que Vicente de Paul habia tenido ya
una profunda conversion: se siente guardian de sus herma-
nos y poco a poco emprende una creciente actividad en fa-
vor de los necesitados. «Los pobres que se multiplican todos
los dias, que no saben adonde ir ni que hacer, constituyen mi
peso y mi dolor».
Movido por esta pr,eocupacion por los pobres, Vicente
de Paul hizo una gran variedad de creaciones con las que or-
ganizaba la ayuda a los necesitados. Trabajo con los conde-
nados a las galeras -«yo he visto a esas pobres gentes trata-
das como bestias»-, recordaba much as veces; en 1 61 9 fue
nombrado Capellan General de galeras. En 1625 funda la
Congregacion de la Mision (Padres Paules) con la que preten-
de prolongar su accion, especial mente con los campesinos
pobres.
Con Luisa de Marsillac organizo en 1633 a las «pobres
aldeanas servidoras de los pobres» que fueron las Hijas de la
Caridad. <Nuestro monasterio, decfa dirigiendose a elias, es
la casa de los enfermos, vuestra celda es vuestro cuarto de
alquiler, teneis como capilla la iglesia parroquial, vuestro
claustro son las calles de la ciudad ...» Son las Hijas de la Cari-
dad con las que extiende y prolonga la accion de ayuda a los
necesitados.
113
Para ernprender la reforma del Hospital (Hotel Dieu) de
Paris, hace una nueva fundaci6n: las Damas de la Caridad.
Con elias -que eran senoras de la nobleza- emprendi6 tam-
bien la Obra de los Ninos Expositos. Hasta ese entonces los
ninos pobres eran recogidos por la policia y lIevados a una
casa-cuna, donde unos eran vendidos y algunos ahogados
para que no molestasen con sus lIoros. Y buena parte de los
que no eran vendidos ni ahogados, morian a poco de estar
alii. A partir de esa realidad, dolorosa y trc~gica, inicia su ayu-
da a los ninos abandonados.
Cabe destacar que en esta obra y en otras, San Vicente
de Paul se vali6 siempre de 10 que Moliere lIamaba «las pre-
ciosas ridiculas», es decir, de las senoras de la sociedad, ape-
lando a sus sentimientos, atemorizandolas con los cambios
violentos que se podrian producir si no actuaban y, como era
estilo de la epoca, con el temor de Dios.
Con todo ello, las actividades y las obras de Vicente de
Paul se agrandan y multiplican. Su contacto con la historia
sufriente de los hombres 10 lIeva a emprender nuevas tareas.
II "",
r.,'I' «Hay que acudir a las necesidades de los pobres con la mis-
ma rapidez con que se corre a apagar el fuego ... porque no
socorrer es matar».
Tambien los ancianos que no tienen quien los acoja, en-
tran en el horizonte de sus preocupaciones. La asistencia a
los viejos la inicia como consecuencia de un hecho muy cir-
cunstancial. En 1653 se present6 a Vicente de Paul un des-
conocido que Ie entreg6 una elevada suma de dinero
-100.000 libras- para la obra de caridad que estimase mas
agradable aDios. Compr6 dos casas contiguas del arrabal de
San Lorenzo y un gran terreno colindante; las arregl6 y orga-
niz6 en elias un asilo para ancianos.
Anos despues, en un Paris con muchos mendigos, orga-
niz6 un Hospicio general para recoger a todos los pobres de
la ciudad. Puesto en funcionamiento este Hospicio, se prohi-
bi6 la mendicidad en Paris y todos los mendigos estaban
obligados a retirarse al Hospicio.
Tambien organiz6 hospitales para los galeotes, para los
peregrinos, para los huerfanos de artesanos pobres (cada vez
eran mas en esa situaci6n por el proceso de industrializaci6n)
y para j6venes abandonados ... Las obras de ayuda al necesi-

114
tado emprendidas por Vicente de Paul fueron muy amplias y
variadas. Sin lugar a dudas, como 10 reconoce Friedlander,
fue el «reformador mas importante de las obras de caridad
de la Iglesia Catolica». Aunque habria que advertir en relacion
a esta afirmacion, que la Iglesia de esa epoca, inmediatamen-
te posterior al Concilio de Trento (1545), con una Teologia
de la Contrarreforma, no alentaba -a veces era indiferente y
otras en oposicion- ninguna accion de transformacion de las
situaciones de injusticia social.
No tenemos que hacer demasiado esfuerzo para recono-
cer que Vicente de Paul habia IIegado al corazon de la pobre-
za, habia servido a los pobres, los sencillos 10 amaban. Segun
dicen las cronicas de la epoca, cuando el 27 de septiembre
de 1660 se difundio por Paris la noticia de su muerte, los
mendigos, los andrajosos, los mas pobres de la ciudad acu-
dieron en multitud para despedir a quien habia tomado parte
junto a ellos. AI que se habia entregado plenamente, al punto
de decir: «tendriamos que vendernos a nosotros mismos
para sacar a nuestros hermanos de la miseria ... », 10 dijo y 10
testimonio con su vida.
Para una historia del Trabajo Social, el estudio detenido
de la obra de Vicente de Paul seria muy revelador. AI margen
de la magnitud de las tareas emprendidas, elias revelan muy
bien el «estilo de ayuda» propia de una epoca. No hemos de
juzgarlo fuera de contexto. Vicente de Paul de muy variadas
maneras y con las formas propias de su epoca -y yen do mas
alia de 10 que se hacia- esboza las primeras formas de ayuda
a los necesitados.

LA ACCION BENEFICO-ASISTENCIAL COMO PREFIGU-


RACION DE LA ASISTENCIA SOCIAL

Durante toda la Edad Media -como se explico en el capi-


tulo anterior- el cuidado de los pobres en Europa estuvo fun-
damentalmente a cargo de la Iglesia, pero cuando las «cir-
cunstancias historicas debilitaron el poder de los antiguos
senores feudales y de la Iglesia medieval, redistribuyeron la

115
riqueza y el poder y generaron una nueva sociedad industrial,
originaron tambi€!n una redistribuci6n de la responsabilidad
en la esfera de la caridad ...» (5).
No solo declina el sistema de ayuda a los pobres que ha-
bian prestado los monasterios y la ayuda de «puerta de la
iglesia» (los pobres pidiendo limosna a la puerta de las igle-
sias), sino que las formas de ayuda mutua y asistencia social
prestadas por los gremios tam bien entran en decadencia a
partir del siglo xv. En los paises en los que se da la Reforma
protestante, los conventos y hospicios pertenecientes a la
Iglesia son confiscados. Y en los mismos paises cat6licos,
los metodos de caridad practicados por los monasterios,
hospitales y hospicios entran en decadencia ... Todo esto fue
haciendo necesario nuevas formas de ayuda y asistencia so-
cial.
En este periodo de cuatro siglos que vamos a analizar en
el presente capitulo, desde el inicio del capitalismo hasta la
organizaci6n de una economia internacional en el siglo XIX,
, ,11 1,1 el sistema ados tipos de respuesta al problema de la pobre-
L",
',,1'"
~
za:
• la acci6n benetico-asistencia, como modalidad de la
asistencia social, y
• la promulgaci6n de las primeras legislaciones de tipo
social.
EI primer modo de respuesta da lugar a 10 que en el siglo
XX se denominara «asistencia social», «servicio social» 0
«trabajo social» (expresiones que a veces se usan indistinta-
mente, 0 segun los paises). La otra forma a traves de deter-
minadas leyes, crea un sistema para el socorro de los pobres
que es precursor de los servicios sociales (* ). La primera mo-
dalidad es la que se vincula mas directamente a 10 que sera
luego la profesi6n de «asistente social» 0 «trabajador social»;
la segunda forma incluira mas bien todo 10 referente a la se-
guridad social. .

(*) Me parece impo rtante distingu ir entre Servicio Social y Servicios Saciales: en el primer casa se
hace referencia a formas de accion social tecnificada, 10 que de alguna manera se ha ido dando
con la apari c ion de un cuerpo profesional denominado «asist en tes saciales» 0 «trabajadores 50-
ciales», mientras que los Servicios Saciales, como su nombre indica. design a lOdos los bienes y
servicios que se prestan con fines de socorro, ayuda, asistencia, reh abilitacion, prevencion y pro-
moci6n social.

116
En cualquier caso, una V otra forma de avuda tienen una
finalidad comun : atenuar las aristas mas agudas de la pobre-
za.
* * * * *

La acci6n benefico-asistencial como modalidad de ayuda


social en las sociedades individualistas del siglo XIX.
Para una mejor comprension de esta concepcion, con-
viene que nos remontemos historicamente en el problema
(ver capftulos 1 V 2) V que hagamos algunas precisiones
acerca del significado de la caridad. De 10 contrario, el asunto
se puede tratar con mucha ligereza V superficialidad, como
ocurre con bastante frecuencia en algunos manuales 0 en-
savos sobre Servicio Social al referirse al problema de la ca-
ridad.
Como tesis general puede afirmarse -V asi 10 hacemos
nosotros- que las acciones benetico-asistenciales son una
forma degradante de la caridad. Ahora bien lcomo la practi -
ca de la caridad degenero en 10 benetico-asistencial? Esto es
10 que intentaremos explicar a continuacion.
En la antiguedad no se exaltaba la caridad como virtud,
ni se tenfa conciencia de su papel en las relaciones sociales
(es bastante diffcil encontrar en esa epoca ejemplos de aVuda
al projimo). Fue el cristianismo el que introdujo un cambio
decisivo al hacer de la caridad -el amor- la principal virtud
del cristiano V su distintivo esencial (que no es la cruz como
dicen muchos catecismos mas inspirados en el Derecho Ca-
nonico que en el Evangelio).
Entre los primeros cristianos, donde las cosas se ponfan
en comun, la caridad se expresaba en algo mas que en las re-
laciones interindividuales, pues la socializacion de los bienes
aparecfa como exigencia del amor. Los Hechos de los Aposto-
tes consignan esta situacion: «Ninguno decfa que sus cosas
eran suvas sola mente, sino que todas las cosas eran de to-
dos ... No habia entre ellos ningun necesitado, porque todos
los que tenian terrenos 0 casas los vendian V los entregaban
a los apostoles V se repartian cada uno segun sus necesida-
des».
Desde el siglo III, despues de Constantino cuando la Igle-

117
sia queda aliada al sistema establecido, la caridad se fue ex-
presando como una forma de ayuda social a los necesitados.
No era tanto la ayuda del hermano a otro hermano, sino de la
«institucion» que ayuda al desvalido.
Durante la Edad Media, la Iglesia y sus organizaciones
(monasterios, ordenes relig iosas, etc.), organizaron la caridad
entendida como socorro a las viudas, huerfanos, pobres, en -
fermos y extranjeros. Importa senalar que la caridad fue con -
siderada como los debe res que van mas alia de la estricta
justicia . Ciertamente fue un tanto restrictiva en su aplicacion,
pero esto se comprende considerando el problema en su
contexto historico. Tambien la idea de la justicia era bastante
limitada y limitativa. Hoy sa be mas que el niv,el de conciencia
de la mayorfa de la gente, no puede ir mas a'ila de sus condi -
ciones de existencia.

En la Edad Moderna can la progresiva secularizacion de


la sociedad y el auge del individualismo, la organizacion de
las obras de caridad (entendida en esta epoca como ayuda al
necesitado), dejo de ser privativa de la Ig lesia, comenzando
una intervencion cada vez mayor de la iniciativa privada,
acorde tambien can el papel de policfa a tutelaje que se atri -
bufa al Estado. Para los cristianos, las acciones de ayuda al
projimo fueron siendo -en el clima intelectual y espiritual de
valores burgueses que reemplazan al feudalismo decadente-
una preocupacion escatologica (hay que ayudar a los otros
para salvar la propia alma y para hacer meritos para el cielo),
a can finalidades moralistas en perfodo mas decadente (ayu-
dar a convertir al otro que esta espiritualmente perdido). Las
referencias que acabamos de hacer no expresan la totalidad
de las formas y maneras de practicar la caridad en la Edad
Moderna, pero 10 que resulta evidente, es que la lIamada «ca-
ridad» se transformaba en un intercambio de mercancfas es-
pirituales: day para recibir.
Cuando se inicia la revolucion industrial y el liberalismo
triunfa en 10 economico y en 10 politico, las ideas religiosas
ya no impregnan el conjunto de la sociedad del mismo modo
que en el medioevo. La limosna, correctora de los males deri-
vadas de la pobreza, ya no podra tomarse «tan en serio»
como necesidad absoluta para la salvacion del alma.
EI hombre de la sociedad capitalista, ensenoreado par el

118
«ethos» econ6mico que reemplaza al que otrora tuviera vi-
gencia, no puede hacer limosna, a par 10 menos, no puede
hacerla en una medida que perjudique el ritmo de inversiones
necesarios para el progreso econ6mico. EI temor del castigo
eterno Ie preocupa muy poco a nada; sf en cambia, Ie intere-
sa la marcha de sus negocios y la rentabilidad de la empresa.
Fieles a los principios liberales, los burgueses consideran
que la pobreza y la miseria de los trabajadores es una fatali- .
dad fruto de los necesarios reajustes del sistema, como con-
secuencia del funcionamiento de las leyes naturales que 10 ri-
gen. Otros en cambia son pobres, simplemente porque son
perezosos y no quieren entrar en el ritmo productivo de los
nuevas tiempos.
No obstante, la pobreza manifiesta no es agradable y
tanto el Estado como grupos particulares realizan esfuerzos
para atenuarla . Ya en el siglo XIX, como mas ampliamente in-
dicamos can anterioridad, junto a la prosperi dad indudable
que se va dando en los pafses industrializados, se produce al
mismo tiempo una acumulaci6n creciente de riquezas en ma-
nos de la clase poseedora, y una vida miserable en la clase
desposefda can manifestaciones ostensibles y extendidas de
pobreza y de miseria .
Frente a esta situaci6n, las inquietudes para resolverlas
tienen multiples formas y alcances: investigaciones sabre la
situaci6n de los trabajadores, especialmente los nirios y mu-
jeres, aparici6n de las mutualidades y del movimiento coope-
rat iva; luchas sindicales y alternativas de cambia global de la
sociedad (socialistas y anarquistas).
Hubo, pues, muchas respuestas a esta situaci6n; sin em-
bargo aquf nos vamos a limitar a considerar aquellas que se
relacionan mas a menos directamente can la asistencia so-
cial, aunque teniendo en cuenta que esta es una respuesta
parcial dentro de una gama mas a menos amplia de respues-
tas, casi todas elias destinadas a paliar la situaci6n existente.
En el siglo XIX, como ya 10 indicamos, aparecen alterna-
tivas de transformaci6n radical de la situaci6n que explican
de manera diferente la naturaleza de la pobreza: no simple-
mente como un problema individual, sino como una situaci6n
que se deriva de estructuras socio-econ6micas concretas.
Sin embargo, todo el desarrollo de la asistencia social, can la

119
sensibilidad y preocupaci6n real de muchos de los miembros
de este cuerpo profesional, se dio como respuesta al proble-
ma de la pobreza considerada esta como un sub-producto in -
deseable del sistema capitalista, y no como algo producido
por la misma 16gica del sistema.
Durante todo este periodo se da una evoluci6n que va,
desde la acci6n benefica-asistencial con motivaciones mas 0
menos moralistas-relig iosas, hasta la filantropia que es una
versi6n laicizada y racionalizada de la caridad cristiana.

". ~ ,
.01.',

«Los 1>obres son nuestros hennanos y maestros» , (Me ndigos del tiempo de San Vi-
c(" nt t>, sCgU n grabados de Ja cq ues Callot, siglo XV II ).

La preocupaci6n por prestar asistencia social a los po-


bres y desvalidos, durante la epoca de expansi6n capitalista,
surge principalmente en los ambientes cristianos (cat6licos y
protestantes). Esto supone que la asistencia social que se or-
ganiza durante la prlmera parte del siglo XIX y que se prolon-

120
ga hasta las Sociedades de Organizacion de la Caridad a fi-
nes de siglo, esta emparentada, en 10 que a motivaciones se
refiere, con la actividad tal como se desarrollaba en la Edad
Media.
Y esto es asf en dos aspectos principales: por una parte
la preocupacion por la ayuda al riecesitado esta motivada por
razones trascendentes, en el sentido de que estan mas alia
de la vida y de la muerte. Por otro lado, la modalidad operati-
va sigue siendo individualista, es decir, preocupacion por
personas, pero sin plantearse problema alguno en relacion a
la sociedad global. «Sea bueno y trabajador Ud., sea bueno y
trabajador yo; seamos buenos y trabajadores la mayorfa y se
habra resuelto el problema de la pobreza». He aquf el «modo»
de resolver los problemas sociales. La reforma de la sociedad
se concibe principalmente como reforma de las costumbres
o reforma a nivel individual (* ). Las ideas socialistas y anar-
quistas no influiran de manera decisiva en el desarrollo de las
formas de ayuda a los necesitados a traves de la asistencia
social; tendran una influencia mayor en la legislacion social y
en el desarrollo del movimiento cooperativo que tambien
aparecen como alternativas.
Se estigmatizaba y condenaba la explotacion del prole-
tariado industrial. pero al mismo tiempo se pensaba que la si -
tuacion de los menesterosos se podfa mejorar, «ensenando-
les a los ricos sus debe res para con los pobres». Un autor de
esa epoca sinceramente preocupado por la clase obrera, re-
comendaba a los patron os que tengan «corazon y entranas
de padre», y otro, el economista Charles Perin, conocido por
su accion a favor de los desposefdos, recuerda a los obreros
que el «espfritu de negacion y renuncia esta fnsito en el
Evangelio».

(- ) No ig noramo s Que los hom bres qu e en ese m o m ento daban la toni ca intel ec tu al en Fran cIa (R p
min, Brune t lere, M enrras, CornI e. entre o lros), pe nsaba n qu e la «refo rma de la socie dad d epend. ,
d e una ref o rma de la Int ellgen c la l) y n o planteab an ningun a reform a socIal. Ningun o de ello s l u\. ' J
Influenc la alguna en e l naC im ient o d e la aS lsten Cla soc ial

r<: r
Por su parte, San Juan Bos-
co que tanto hizo por los ninos
de la ciudad de Turin que se iba
industrializando a mediados del
pasado siglo, para mover a los ri-
cos a que ayudasen a los necesi-
tados, utilizaba este tipo de argu-
mentaci6n : «Los pobres corren el
peligro de ser arrastrados por la
revoluci6n, porque la miseria es
inaguantable. Esa situaci6n es in -
digna de un pueblo cristiano. Los
ricos han de poner sus riquezas
al servicio de los pobres. Si no 10
hacen asf, no son cristianos. Los
Juan Bosco, p recu rsor de la a cci6 n so- pobres impelidos por la miseria
cial dentro de la Iglesia, inicio mu chas
y variadas ob ras pa ra la ayuda de los pretenderan dividir la riqueza
po b res. «poniendo la punta del cuchillo
en el gaznate ». Desencadenaran la «revoluci6n» que acarrea-
ra el desorden y la violencia igual que el «terror» jacobi no.
Todo eso sera provDcado por la insensibilidad de los ricos
que no han querido ayudarles a salir de la miseria».
Es evidente tambiiln que en este tipo de consideraci6n
de los problemas no hay ninguna referencia ni preocupaci6n
por la sociedad que producfa tal tipo de problemas: la armo-
nia de clases, la pacificaci6n entre capital y trabajo, eran su-
puestos fundamentales de toda acci6n social. A nadie se Ie
planteaba como problema la posibilidad de cuestionar el or-
denamiento econ6mico-social existente; los mas progresis-
tas hablaban de transformaci6n . EI amor, la caridad, se redu -
cfa a las relaciones interindividuales, pues no habia concien-
cia de que las personas estan implicadas en relaciones es-
tructurales mucho mas amplias.
Se ha discutido -y se discute aun- si la asistencia socia l
nace para corregir disfuncionalidades del capitalismo, 0 si
tuvo en su aparici6n un caracter reformista . Nos inclinamos,
en general, por esto ultimo, si es que consideramos a la asis-
ten cia social, dentro de la mentalidad en que aparece. Se dira
que las «curas» que hacfa y los «parches» que ponia, prolon-
gaba la enfermedad, y eso es cierto. Pero no naci6 para eso;
no se queria prolongar la explotaci6n, por el contra rio, se te-
nia el prop6sito por aliviar los males sociales, aunque no se

122
plantease el cuest ionamiento de la sociedad que producia ta-
les males. Igualmente, es verdad que se realizaban actuacio-
nes 0 se prestaba ayuda, para evitar los cambios: asi por
ejemplo, Don Bosco «asustaba» a los ricos con la revolucion
(el se referia a la revolucion tal y como se habia producido en
Francia). Ya veremos en otro capitulo con que revolucion se
les asusta en el siglo xx.

Algunas caracteristicas comunes de las formas de ayuda


al necesitado
Volviendo al periodo que estamos anal izando, diremos
que durante esta epoca, los problemas sociales eran conside-
rados males sociales que habia que eliminar, pero nunca se
planteaba como si ellos fueran una expresion epifenomenica
de una situacion estructural. Mas adelante veremos hasta
que punto, el trabajo corrector de «efectos» sera la modali-
dad operativa del Servicio Social a todo 10 largo del siglo XX.
Ciriendonos al siglo XIX, si consideramos brevemente la
concepcion y las actividades emprendidas por los principales
pioneros de la asistencia social organizada durante el siglo
XIX: Thomas Chalmers, W illiam Booth, Octavia Hill, los
Webb, Toynbee y Dawson en Inglaterra; Federico Ozanam en
Francia y Daniel von der Heydt en Aleman ia, en mayor 0 me-
nor medida, podemos encontrar tres elementos comunes:
• motivaciones fundamentalmente religiosas.
• comienzo de organizacion de la acci 6n asistencial.
• esbozo de una cierta tecnica operativa.

a. Motivaciones fundamentalmente religiosas.


Todos ellos -quizas con excepcion de von der Heydt-
estaban impulsados por razones religiosas de inspiraclon
cristiana. Era una accion caritativa, tambien escatolog ica,
pero menos «Iimosnerista» y mas «asistencial» que en la
epoca anterior. Pero, en definitiva, la accion de ayuda al otro
o a otros, tiene por objeto primordial aDios y secundaria-
mente a las personas. Cualquier otra motivacion distinta a la
de «hacer las cosas por Dios», no es considerada caridad,
sino filantropia, amor natural, en fin , «moneda falsa» que no
sirve para el cielo. La autentica caridad consiste en amar al
projimo en Dios, por Dios y para Dios. De esta concepcion de
123
la caridad, se desprendera la modalidad operativa de ayuda a
los pobres y de asistencia social.
Buen ejemplo de ello podemos encontrarlo en Italia,
cuando en la primera mitad del siglo XIX con unas decadas
de retraso comienza a industrializarse. Frente a la situacion
de pobreza hay tres sacerdotes que se destacan por su ac-
cion de ayuda a los mas desamparados: en Brescia el P. Lu -
dovico Pavoni, acogiendo a jovenes trabajadores en su cen-
tro parroquial, creando escuelas para aprendizaje de oficios y
finalmente fundando la Congregacion Religiosa del Instituto
de Beneficencia. EI otro es Jose Benito Cottolengo que crea
en 1827 la «Piccola Casa » para recoger pobres y enfermos.
Y el tercero es San Juan Bosco que en Turfn realizo una obra
muy sign ificativa con muchachos provenientes de los secto -
res populares, algunos delincuentes 0 predelincuentes. Como
decfa el m ismo Don Bosco, los muchachos necesitan una es-
cuela y un trabajo para abrirse un porvenir seguro, y necesi-
''', I' tan, por ser muchachos, soltar sus ganas de correr y de salta r
I~ "i

por espacios verdes: 10 primero 10 hace con las Escuelas pro -


fesionales, 10 segundo a traves de los oratorios festivos. Con
esto naturalmente, no agotamos todas las experiencias que
se han dado; en Italia existfan otras formas de ayuda al nece-
sitado, pero si mencionamos estas tres experiencias, es po r-
que las consideramos como representativas de la motivacion
religiosa que impulsaba e inspiraba la ayuda social, y porque
las t res se prolongan hasta nuestros dfas a traves de ot ra s
tantas congregaciones religiosas.
A William Booth que inicialmente funda la Mision Cris-
tiana de Caridad y posteriormente el Ejercito de Salvacion
(1878), Ie preocupa ayudar a los menesterosos, pero desea
que est a ayuda materia l sea un med io para la conversion reli-
giosa . Amar en Dios y para Dios. No es diffcil caer en la cuen -
ta de que el afan proselitista es coherente y conse cuente con
el modo de concebir la caridad.
En relacion al pastor Thomas Chalmers, fundador de la
Iglesia Lib re Presbiteriana de Escocia, podemos afirmar que
es, en esencia, un hombre con preocupaciones apostolicas y
rel igiosas, y en funcion de eso realiza determinadas acciones
de tipo asistencial, pero con un modo de concebir la caridad,
mucho mas amplio que 10 que 5e estilaba en esa epoca.

124
Federico Ozanam, por su parte, fue 10 que hoy se llama
un «cat6lico militante». Apenas tenfa 20 arios cuando fund6
las «Conferencias de San Vicente de Paul», como respuesta
al desaffo que se Ie hiciera en las discusiones religiosas que
se tenfan en la Sorbona, para que demostrara la existencia y
la efectividad de la caridad cristiana.
Y si consideramos a Florencia Nightingale, mas conocida
porque ella organiz6 la primera escuela de enfermeras visita-
doras, se constata que toda su labor tuvo una clara motiva-
ci6n religiosa, como 10 testimonia cuanto se ha escrito sobre
ella.
Este hecho -Ia motivaci6n religiosa de la mayorfa de los
precursores del Servicio Social- ha sido considerado en algu-
nos analisis de la historia del Servicio Social, con bastante
superficialidad y con cierto tono despectivo. Se ha criticado
a un cristianismo s610 preocupado por el «mas alia» como
alienante de la persona -cuesti6n que muy pocos ponen hoy
en duda-, pero al mismo tiempo se menosprecia todo 10 que
esos cristianos hicieron por el «mas aca» . Estos hombres y
mujeres pertenecen a un momento del proceso hist6rico que
los condicionaba (reiteramos una vez mas esta idea); se si-
tuaban en una epoca como nostros nos situamos en la nues-
tra, que tambien nos condiciona. Ellos hicieron y pensaron
con limitaciones y condicionamientos; nosotros hoy hace-
mos y pensamos tambien condicionados y limitados.

b. Comienzo de organizaci6n de la acci6n asistencial.


Hasta el momenta 0 perfodo hist6rico que estamos ana-
lizando, salvo las iniciativas y la obra de Vives, las formas de
ayuda social 0 beneficencia estaban libradas a las acciones
individuales. Se trataba de un asunto personal en el que el
donante socorrfa a la persona necesitada segun 10 estimaba
oportuno, en cuanto a la forma de realizarlo y a la magnitud
de la ayuda. Aun la asitencia social que prestaba la Iglesia, a
pesar de que se trataba de una instituci6n organizada, tenfa
esas caracterfsticas.
Las grandes transformaciones producidas con la deca-
den cia del feudalismo y la aparici6n y desarrollo del capital is-
mo, produce sus consecuencias en la economfa y practica de
la ayuda al necesitado. Algunas de las perturbaciones antes
mencionadas, la crisis de agotamiento, el exodo rural, la pes-

125
te negra y las guerras agravaron, especialmente en las ciuda-
des, los problemas de pobreza y mendicidad. Esta se hizo tan
patente y visible que por primera vez comienza «Ia preocupa-
cion colect iva por la pobreza». AI constatar la insuficiencia
de las respuestas personales, este nuevo enfoque produce
las primeras formas de organizacion de la accion asistencial.
«Pasaron dos siglos y medio -dice Friedlander- para que
los metodos esbozados en el plan de Vives fueran Ilevados a
la practica. Esto fue realizado en Hamburgo, en donde una re-
forma legal al socorro de los pobres introdujo un sistema de
investigacion y distribucion de ayuda a los indigentes indivi-
duales, por medio de un sistema de distritos que funcionaba
a traves de comites voluntarios nombrados por el Sen ado. La
ciudad fue dividida en sesenta barrios, de acuerdo a un plan
sugerido por el Prof. Busch, senador de la ciudad y comisio-
nado de asistencia publica. Cada barrio tenia aproximada-
mente el mismo numero de familias pobres. Cada comision
consistia en tres ciudadanos respetables, que prestaban sus
servicios gratuitamente. Las investigaciones eran realizadas
de acuerdo con reglamentos establecidos por una junta cen-
tral compuesta de cinco senadores y diez ciudadanos parti-
culares. Las sesenta comisiones actuaban al mismo tiempo
como agentes de la «casa central de los pobres», entrevista-
ban a los indigentes, investigaban acerca de la salud, 10 que
ganaban, sus costumbres y morales, y determinaban enton -
ces las necesidades individuales de cada fam ilia. Los nirios y
adolescentes eran preparados en escuelas elementales y en
una escuela industrial adscrita al orfelinato central» (6).
Esta forma de organizar la asistencia social se lIamo el
Sistema Elberfeld. Si bien la primera experiencia se realizo
en Hamburgo y otra similar -que enseguida explicaremos- en
Munich, se conocio con ese nombre porque fue en la ciudad
de Elberfeld en donde en 1853 se lIevo a cabo un programa
de ayuda a los necesitados, asumido por el gobierno de la
ciudad. Este programa tenia las siguientes caracteristicas:
• era sotenido por medio de impuestos y donativos.
• se realizaba un estudio permanente de la situacion de
los pobres, mediante 10 que hoy se denominaria «tec-
nica de observacion participante».
• habia personqs responsables de realizar el trabajo so-

126
cia I (no se Ie Ilamaba asi); se trataba de voluntarios que
vivfan en el distrito con los pobres, se informaban
acerca de sus condiciones de vida y al mismo tiempo
los vigilaban.
Despues de las experiencias realizadas en Hamburgo,
que fue un modo de acci6n 0 ayuda social no privado y no
eclesiastico, otra realizaci6n importante en la organizaci6n
de la ·asistencia social durante el siglo XVIII, fue la que Benja-
min Thompson -mas tarde Conde Rumford- Ilevara a cabo
en Munich.
Thompson habfa observado que los pobres y mendigos
eran encerrados en la carcel con mucha facilidad. Pens6 que
antes de hacerlo habfa que proporcionarles una oportunidad.
Para ello fund6 una instituci6n que, con la ayuda de comisio-
nes distritales, recibfa a los pobres y mendigos, los acogfa
amistosamente, y les ofrecfa trabajo, procurando inculcarles
habitos de trabajo. Esta instituci6n consistfa fundamental-
mente en un taller en el que se fabricaba el vestuario para el
ejercito. A cada uno de los necesitados se les proporcionaba
un salario en especies, una comida al medio dfa y una bonifi-
caci6n especial por trabajo complementario. AI igual que las
experiencias de Hamburgo y luego la de Elberfeld, el sistema
de ayuda al necesitado de Munich era financiado a traves de
impuestos y donativos.
Por ultimo, cabe senalar que desde la decada de los 50
del siglo pasado el lIamado Sistema Elberfeld de asistencia
social, se extendi6 a numerosas ciudades europeas.
Otro importante precursor de la organizaci6n de la .asis-
tencia social, fue el Pastor Thomas Chalmers (1780-1847).
Comenz6 sus experiencias en un pequeno pueblo de Escocia
lIamado Kilmany; ahi organiz6 el trabajo de asistencia a los
pobres mediante la ayuda vecinal y la acci6n personal que el
mismo realizaba para adquirir un adecuado conocimiento de
la realidad en que actuaba. Su trabajo fue conocido mas alia
del ambito de su parroquia, y en 1841 fue lIamado a Glas-
gow. Trabaj6 primero en la parroquia de Tron y posterior-
mente en la de San Juan que estaba situada en uno de los
barrios mas pobres de la ciudad. Allf realiz6 una experiencia
considerada precursora de la asistencia social organizada.
Chalmers consider6 que las formas vi gentes de ayuda al

127
necesitado eran costosas, producian despilfarro y la gente no
salia de su situaci6n. A partir de esa constataci6n, formul6
uno de los principios basicos que inspir6 su acci6n y que,
desde entonces, forma parte del acervo comun del trabajo
social: «todo ser humano /leva en su interior las posibilidades
de ayudarse a si mismo». Conforme a este principio, Chal-
mers estableci6 10 que hoy podriamos IIamar un metodo de
trabajo social (10 explicamos en el punto c.)
En cuanto a la organizaci6n de la asistencia a los necesi-
tados dividi6 la parroquia en 25 «vecindarios»; cad a uno de
ellos comprendia entre 70 y 100 familias. A su vez cad a ve-
cindario estaba bajo el cuidado de un responsable, siendo
este «responsable de vecindario» una prefiguraci6n de 10 que
despues serra el asistente 0 trabajador social. No s610 distri-
buia la ayuda material, tambien realizaba una labor educativa,
actuando como maestro de los ninos, consejero de los mayo-
res y otras tareas de parecida indole.
Sin embargo, seriamos injustos si no mencionamos otro
de los facto res que influyeron poderosamente en los cam-
bios de enfoque en el tratamiento del problema de los nece-
sitados; nos referimos a las investigaciones realizadas sobre
la pobreza, especialmente los estudios que Charles Booth
emprendi6 en 1 886 y que se publicaron en su libro Life and
Labour of the People in London. Este estudio no constituy6
tanto un aporte directo sobre la forma de organizaci6n de la
asistencia social, mas bien puede considerarse un factor muy
importante sobre la necesidad de emprender la ayuda social
de una manera organizada, capaz de trascender las acciones
puramente individuales. Booth estudi6 a la gente en los dis-
tritos y en los gremios. Investig6 las condiciones de trabajo y
el tipo de viviendas que ocupaban. Tambien analiz6 los hora-
rios de trabajo y los salarios, la extensi6n del paro y del em-
pleo temporal. La conclusi6n del libro era que un tercio de la
gente vivia en torno a la linea de pobreza 0 por debajo de
ella. Estas investigaciones de Booth ayudaron tambien a
cambiar la idea que se tenia sobre la naturaleza de la pobre-
za, considerada por muchos hasta entonces, como un pro-
blema fundamentalmente individual.
Por su parte William Booth (el fundador del Ejercito de
Salvaci6n), public6 en 1890 un libro que, mas que un diag-
n6stico de situaci6n, constituia LIn conjunto de propuestas

128
para la acci6n. En La oscura /ng/aterra y como sa/ir de ella, se
esboza uno de los primeros intentos de formulaci6n de tra-
bajo social organizado. EI libro presenta un plan para ayudar
a los sumergidos que Booth estima en un 10% de la pobla-
ci6n.
Este proyecto organizativo comportaba tres grandes
areas de actuaci6n:
• colonias dentro de la ciudad 0 «puertos refugios», para
brindar ayuda a todos los que habian naufragado en la
vida,
• colonias granjas establecidas en provincias para que
los colonos pudiesen encontrar empleo y ayuda finan-
ciera, y
• colonias en el extranjero (este ultimo proyecto nunca
se concret6).
Otra experiencia de organizaci6n que debemos mencio-
nar es la de Ozanam . Este organiz6 la asistencia a los pobres
en un sector de Paris, estableciendo un sistema que poste-
riormente se extendi6 a toda la ciudad dando lugar por ulti-
mo al nacimiento de las Conferencias Vicentinas 0 Conferen-
cias de San Vicente de Paul que el mismo Ozanam fundara y
que se extendieron a todos los confines del mundo cat6lico.
Ozanam pensaba que no era con limosna y con paternalismo
como se lograba el progreso social, sino teniendo la libertad
como medio y la caridad como fin. «No tenemos dos vidas
-solia decir Ozanam- una para buscar la verdad y otra para
practicarla ... Hay que unir las obras con las palabras».
EI trabajo inicial de las Conferencias se organiz6 en tor-
no a las visitas y la ayuda a domicilio, pero con el tiempo la
!abor se concret6 con multiples y diversas obras: guarderfas,
escuelas de reeducaci6n de delincuentes, atenci6n a los refu-
giados e inmigrantes. En suma y para 10 que aqui interesa se-
nalar, la obra de Ozanam -y de las Conferencias Vicentinas-
constituye un nuevo aporte en la organizaci6n de la asisten-
cia social. No se quiere seguir haciendo las cosas solo con
buena voluntad; se pretende introducir un minima de organi-
zaci6n y racionalidad a la acci6n.
No podemos finalizar este breve anal isis hist6rico de los
precursores de la asistencia social organizada, sin mencionar
129
al que, con posteriori dad a Chalmers, Booth y Ozanam,
apoyado en las experiencias organizativas que durante 13
arios funcionaron en Hamburgo, estableci6 en Elberfeld (Ale-
mania) un sistema asistencial, al que ya hicimos referencia y
que fue el modelo de los que funcionaron en las ciudades eu-
ropeas: Daniel van der Heydt. Este sistema asistencial com -
prendfa to do el ambito de la ciudad. Lo que Chalmers hizo en
su parroquia, von der Heydt 10 realiz6 como acci6n guberna-
mental en todo el ambito de la ciudad. La dividi6 en 564 sec-
tores, teniendo cada uno de ellos alrededor de 300 personas,
poblaci6n que se est imaba posible atender por un «Iimosne-
ro-visitador». Este era un trabajo voluntario que se realizaba
sin recibi r ninguna remuneraci6n por un perfodo de tres
arios; se trataba de una funci6n que daba bastante prestigio
en aquel entonces. EI «Iimosnero-visitador» es otra prefigura -
ci6n de 10 que serfa luego el asistente 0 trabajador socia l. EI
caracter «ad honorem» del trabajo, pone de manifiesto de
I'" que era una tarea que podfan realizar personas que tenfan su-
~: ficiente cantidad de bienes, 10 que les permitfa aportar pa rte
de su tiempo para aliviar a los desposefdos.

I:.. C. Esbozo de una cierta ttknica operativa


III,H"'
'i;:::: Du rante siglos la ayuda al necesitado, luego la caridad y
la fi ~ antropfa , se hicieron conforme al buen entender de cada
uno. A partir de las experiencias mencionadas en el paragra -
fo anterior, las formas de ayuda se encuadran en una organi -
zaci6n y adquieren una cierta tecnificaci6n, especial mente
despues de las experiencias de Chalmers. En 131 ya existe un
esbozo de metodologfa de la acci6n asistencial, que pode-
mos resum ir en los siguientes pasos principales:
• conocimiento de las verdaderas necesidades de cad a
pobre 0 famil ia menesterosa; estudiar las causas del
desamparo y las posibilidades que tiene para sostener-
se a sf mismo,
• ayuda mutua entre los pobres para resolver sus proble-
mas (<<fondo invisible de la caridad», Ie lIamaba); si el
indigente no puede valerse por sf mismo, alentar a la
famil ia, vec inos y amigos, para que tomen a su cargo
los huerfanos, ancianos enfermos e incapacitados,
• si las necesidades no pueden satisface rse de ese
modo, proceder al uso econ6mico de las limosnas,
130
• solo en el caso de que ninguna de estas medidas sean
posibles, el diacono del distrito solicitara ayuda a la
Congregacion.
Tambien en Ozanam y los vicentinos encontramos un
cierto esbozo metodologico que comporta tres aspectos
principales:
• visita a los domicilios de los necesitados
• estudio de las solicitudes de ayuda
• crear relaciones de amistad con los necesitados; no se
puede ayudar a una persona necesitada, si no se logra
establecer una buena relacion con ella.
Dentro de este breve examen de los primeros «esbozos
metodologicos», merece particular referencia el funciona-
miento de la asistencia a los necesitados en la ciudad de El-
berfeld. Como ya se dijo, esta experiencia sirvio de modelo
para otras ciudades europeas. Los lineamientos generales del
metoda de Elberfeld comprendia cinco fases 0 momentos
principales:
• estudio de las necesidades del sector
• estudio de las necesidades de los pobres del sector
• prevencion de problemas derivados de la pobreza,
consiguiendo trabajo a los desocupados
• rehabilitacion de los indigentes
• supervision del trabajo: un Comite de 9 personas era
responsable de la labor de todo el ambito de la ciudad;
habia 40 «supervigilantes» que realizan una tarea que
hoy denominariamos de supervision de la labor realiza-
da por los 564 «Iimosneros-visitadores.
Como puede apreciarse de las consideraciones prece-
dentes sobre el «modo de hacer» 0 «esbozo de una cierta
tecnica operativa», existen algunos aspectos en comun. Des-
tacaria en primer lugar la coincidencia acerca de la necesidad
de realizar un estudio previo; esto significa, entre otras cosas,
que existe conciencia de que no se puede seguir ayudando
«Iimosnerilmente», es decir, respondiendo a una demanda,
sin saber si la necesidad existe realmente. Otros dos aspec-
tos a destacar son: el de las «relaciones» interpersonales con
los «ayudados», el de la prevencion y rehabilitacion y la su-

131
pervision del trabajo, aunque en ese momenta fuese mas de
control V vigilancia.
Todo esto es 10 que nos IIeva a decir, que este es el mo-
mento en que se esbozan las primeras tecnicas operativas.

LAS PRIMERAS LEGISLACIONES DE TIPO SOCIAL


COMO PRECURSORAS
DE LOS SERVICIOS SOCIALES
Liquidado el feudalismo V las estructuras sociales del
medioevo, V destruidas las formas tradicionales de caridad, a
mediados del siglo XIX en Inglaterra, en medio de las crisis
economicas, la pobreza se hace cada vez mas ostensible, es-
pecialmente dentro de las ciudades. La avuda al necesitado
que de algun modo parece haber existido desde epocas muv
remotas, toma las formas de beneficencia V caridad. Pero es-
tas han side de caracter privado. En el siglo XIX aparece la
beneficencia publica.
Dentro de los valores de la sociedad occidental entre los
siglos XV V XIX V, sobre todo, de la interpretacion que se ha-
cia del por que de la existencia de los pobres V de la causa de
la pobreza, la beneficencia publica fue -V es todavia hoV- la
institucionalizaci6n del ocultamiento de la pobreza.
Sin embargo, la beneficencia publica es el resultado de
un largo proceso que culmina en el siglo XIX. Vamos a ras-
trear este proceso tomando el caso de Inglaterra, por ser el
pais en el que se dio el mayor desarrollo capitalista e indus-
trial en la primera parte de este proceso V porque es tambien
el pais precursor en cuanto a legislacion social. Para ello nos
vamos a remontar al siglo XVI.
1531 . Lev promulgada por Enrique VIII por la cual se or-
dena a los alcaldes V jueces de paz, que estudien
las solicitudes de ancianos e indigentes incapaci-
tados para trabajar V que son atendidos por las
parroquias. Por esta lev se hizo, asimismo, un re-
gistro de pobres V se estableci6 la necesidad de
disponer de licencia para pedir limosna.

132
1536. Se promulga un Statute (Lev), por el que se esta-
blece el primer plan de beneficencia publica bajo
el patrocinio del gobierno. Se dispone el registro
de mendigos dentro de cada parroquia; un mendi-
go para ser registrado necesitaba haber vivido
durante tres anos consecutivos en la misma re-
gion. De acuerdo a esta Lev cad a parroquia debia
sostener a sus pobres e incapacitados con las
contribuciones voluntarias de los feligreses. Por
otra parte, se obligaba a trabajar a los mendigos
que estaban en condiciones fisicas de hacerlo,
mientras que a los ninos ociosos de 5 a 14 anos
se les separaba de los padres V se les internaba.
1562. Se promulga el Statute of Artificiers que regulaba
salarios V horas de trabajo V se propone la capa-
citacion de los artesanos. A los vagos V mend i-
gos se les obligaba a trabajar; si no encontraban
trabajo se les podia ocupar como sirvientes siem -
pre que tuviesen entre doce V sesenta anos.
1563. La pobreza seguia creciendo V el Parlamento
adopta medidas obligatorias para financiar el so-
corro de los pobres.
1572. EI Statute firmado este ana por la Reina Isabel es-
tablece un impuesto general con el fin de obtener
fondos para el socorro de los pobres. Se crea,
ademas, un «cuerpo de inspectores» encargados
de administrar la nueva lev. Algunos autores des-
tacan la significacion del Statute de 1572 como
el reconocimiento pleno por parte del gobierno
de que tiene la obligacion de atender a los po-
bres.
1576. Durante este ana se crean «casas de correccion»
u hospicios (otros 10 Ilaman «reformatorios»), en
los que se obliga a trabajar a los pobres sin impe-
dimentos fisicos, especial mente a los jovenes.
1597. Se crean asilos para pobres, ancianos, ciegos, co-
jos V todos aquellos impedidos para trabajar. Se
autoriza a los jueces de paz para nombrar a los
guardianes de las iglesias como inspectores de
pobres.

133
Todos estos antecedentes conducen como corolario a la
promulgaci6n de la Ley isabelina de los pobres, a la que nos
vamos a referir a continuaci6n de manera mas particular.

La «Poor Law» (Ley de Pobres) de 1601


Ante to do debemos serialar que esta ley marca un hito
en el reconocimiento de las obligaciones sociales de caracter
secular y con fuerza legal, que tiene el gobierno respecto a
los necesitados. Refleja, asimismo, las ideas vigentes ace rca
de la naturaleza de la pobreza y del papel del Estado en rela-
ci6n a este problema. La Poor Law fue en realidad una codifi-
caci6n de las leyes anteriores sobre el socorro de los pobres.
Su finalidad era la de «crear, controlar y proteger los fondos
asignados 0 donados para caridades».
Por medio de esta ley se impone a las comunidades lo-
cales la responsabilidad del cuidado de los pobres. Esta res-
ponsabilidad de la comunidad local -que era la parroquia-
s610 alcanzaba a quienes habian nacido en ella 0 que lIeva-
.", . ban tres arios viviendo en la misma. Para que alguien fuese
considerado como «persona necesitada de caridad» debia
estar registrada como tal. Sin embargo, la misma ley estable-
cfa que un pobre no podia recibir asistencia publica, si algun
pariente podia sostenerlo; esto fue conocido como el princi-
pio de «responsabilidad de los parientes» 0 «responsabilidad
familiar».
Otro aspecto a destacar en esta ley, 10 constituye la dis-
tinci6n que se hacfa entre tres clases de pobres:
• EI pobre corpora/mente capacitado, lIamados tam bien
«mendigos fuertes» 0 «pobres validos». A ellos se les obliga-
ba a trabajar en los hospicios. Estaba prohibido darles limos-
nas y si se negaban a trabajar en el correccional 0 reformato-
rio, eran encarcelados 0 puestos en el cepo.
• EI pobre incapacitado: en esta categoria entraban los
enfermos los viejos, los ciegos, los sordomudos, los cojos,
los dementes y las madr!'ls de hijos pequerios. Para estas per-
sonas habia dos alternativas: colocarlas en un asilo 0 recibir
«socorros a domicilio» (out door relief), generalmente en es-
pecie (comida, ropa, carb6n, leria).
• Los nif/Os dependientes: eran los huerfanos, los exp6-

134
sitos Y los nirios abandonados por sus padres, 0 pertenecien-
tes a familias tan pobres que no podian mantenerlos. Para
estos nirios se buscaba alguien que se hiciera cargo de ellos
-«casa de gratis» se denomino esta forma de ayuda-; si esto
no se conseguia 10 entregaban a la familia que cobrara me-
nos por su mantenimiento. Generalmente la suerte de estos
nirios era realizar trabajos domesticos 0 las tareas propias de
las ocupaciones de quien se hacia cargo de eI. Las jovenes
tenian que trabajar hasta los 21 arios 0 hasta cuando se ca-
saran, y los jovenes tenian que permanecer hasta los 24
arios en la casa de quienes 10 habian recogido.
Los agentes responsables de aplicar la ley eran los lIa-
mados «inspectores de pobres», designados por el juez de
paz 0 magistrados. Estos inspectores trabajaban desde la pa -
rroquia que era la unidad administrativa y operativa para la
aplicacion de la ley. Debian hacer cumplir la ley de asistencia
y repartir entre la gente necesitada las contribuciones de po-
bres (poor rates).

«Poor law Reform» (Reforma de la ley de Pobres), 1834.


Entre la primera Ley de Pobres (1601) y la Reforma de
1834 (llamada en Inglaterra como la Nueva Ley de Pobres),
se dieron algunos pasos y evoluciones importantes en la or-
ganizacion de la beneficencia: la Ley de Residencia (Law of
Settlement an Renoval, 1 662), la Ley de Hospicios (Work-
house Act of 1696) y la Ley de Speenhamlan de 1795. Des-
de nuestra perspectiva actual, podriamos denominarlos, ha-
ciendo una lectura critica de los mismos, como tanteos para
mejor institucionalizar el ocultamiento de la pobreza.
Sin embargo, es la Reforma de 1834 la que marca el hito
mas importante en 10 que a legislacion social para ayuda a
los necesitados se refiere.
Esta Ley parte de nuevas ideas relacionadas a la natura-
leza de la pobreza y el propio papel del Estado en 10 que hace
a la labor benetico-asistencial. Los aspectos mas destacables
de la misma, podriamos resumirlos en los siguientes:
• Establece el principio de «lees eligibility» (menor elegi-
bilidad), como criterio basi co de toda accion benetica; de
acuerdo a este principio, toda ayuda que se Ie proporcione a
una persona necesitada, apenas debe alcanzarle para un ni-
135
vel de vida que sea inferior a la de los trabajadores que ten-
gan los mas bajos ingresos (<<that the condition of the poor
should be made «less eligible» than that of the labourer») .
• La avuda a los pobres solo debe darse en los hospi-
cios (work-house), con 10 cual queda abolido el «auxilio par-
cial». Este era el eje de todo el sistema de asistencia. Cabe
recordar que el experimento de los Hospicios despues de su
creacion en 1696 fue duramente criticado, tanto por los re-
formadores sociales, pastores, funcionarios publicos V, tam-
bien, de los que eran sus «beneficiarios». La mavorra de los
pobres preferran vivir miserablemente V no ser internados en
un hospicio, en donde quedaban separados de sus familias.
Pues bien, a ello se retornaba, en nueva version, con esta re-
forma a la Lev de Pobres.
Se decia, fundamentando la reforma de la vieja Lev de
Pobres, que la avuda habra hecho mendigos, V no habra con-
tribuido a la desaparicion de los pobres. Ahora se combinan
el principio de menor elegibilidad V la obligacion de estar in-
::'. ternado en un hospicio para recibir ayuda. Todo ello 5e enca-
minaba a conseguir una disminucion significativa del numero
de los pobres, obligandolos a buscar trabajo. Ir al hospicio,
iii". era separarlos como familia V recibir un trato que no se dife-
~:~:::1" renciaba mucho del que recibfan los presidiarios.
Esta lev expresaba en el modo operativo de la beneficen-
cia, la concepcion que se tenra de la naturaleza de la pobreza:
esta es una falta individual. la causa principal es la pereza, V
constituve una amenaza para el funcionamiento del sistema
economico V la supervivencia de la Nacion.
En cuanto a la organizacion de la avuda, como Va se dijo,
el eje del sistema eran los work houses. EI plan de asistencia
se organizo de la siguiente forma: el trabajo se realizaba des-
de distritos (en grandes poblaciones) V desde agrupaciones
(para pequerias poblaciones 0 parroquias rurales). Cada pa-
rroquia 0 distrito nombra uno 0 varios representantes (guar-
dians), por el Consejo de la Union (Union Board). Los comisa-
rios de pobres (relieving officiers) reciben las demandas de
avuda que estos presentan en las reuniones del Consejo,
siendo este el que decide acerca de la avuda, que puede ser
de dos tipos:
• avudas domicifiarias (out door relief).
136
• avudas al interior de los work houses (in door relief)
Desde 1867, la Administracion de la asistencia publica
es supervisada e inspeccionada por la Comision de la Lev de
Pobres. La asistencia legal en Inglaterra tuvo muchas modifi-
caciones. Aqur nos ha interesado hacer referencia al naci-
miento de la asistencia legal a los pobres mediante leves es-
pecificas a tal fin .
A partir de entonces dos hechos principales IIevaron a
un nuevo enfoque en el problema de la pobreza: por una par-
te, la accion de Edwin Chadwick que fue Comisionado Gene-
ral de los Pobres V que superviso los estudios para una refor-
ma social, por otra parte, las investigaciones sobre la pobre-
za revelaron que esta no tenra una causa tan individual como
se habra crerdo. En esto cabe mencionar los estudios de
Charles Booth, Life and Labour of the People in London, 1889
V los estudios posteriores de Seebohm Rowntree, Poverty: A
Study of Town Life (1901).
Desde mediados del siglo XIX hay un clima de reforma
social V se presentan las primeras alternativas de revolucion
social. Todo ello influira en las formas de avuda social V de
socorro a los pobres.

EL SURGIMIENTO DE LA POLITICA SOCIAL COMO


REGULADORA DE LAS RELACIONES
DE CLASE Y ANTIDOTO CONTRARREVOLUCIONARIO

La vigorizacion del movlmlento obrero, la apanclon de


las organizaciones sindicales V el surgimiento de las opcio-
nes socialistas V anarquistas en la mitad del siglo XIX,
provectan la sombra de la revolucion sobre los parses mas
industrializados. lComo contrarrestar el auge de las luchas
revolucionarias? .. EI panorama se ensombrece para la clase
dominante: ni el «orden natural» IIeva a la contencion de la
revuelta obrera, ni la represion policial basta. lQue hacer? ..
En ese contexto de convulsiones sociaies, la accion del
canciller Bismarck entre 1880 V 1890 nos parece paradig-

137
matica. De ahf en mas el sistema capitalista frente a las re-
clamaciones obreras no utilizara en exclusiva (en los pafses
industrializados) la poiftica del «garrote»; est a sera alternada
con la polftica del «caramelo», es decir, con la implementa-
cion de una polftica social a favor de la clase trabajadora. EI
tandem Guillermo I-Bismarck son los primeros en realizarla.
EI mensaje del Emperador (27 de noviembre de 1881) ante el
Reichstag 10 dice muy claramente: «Ia curacion de los males
sociales no debe buscarse de modo exclusivo por los sen de-
ros de la represion de los desmanes cometidos por los so-
cial-democratas, sino, de modo regular, mediante el positivo
estfmulo del bienestar obrero». (Digamos para comprender
este texto, que en esa epoca toda forma de protesta era atri-
buida a los social-democratas; hoy los «culpables» son
otros).

Bismarck tuvo no pocas difi-


cultades 'parlamentarias para ha-
cer aprobar su programa: los ma-
chesterianos se oponfan fuerte-
mente (el liberalismo economico
en estado puro segufa vigente).
Sin embargo, aunque parezca
una paradoja 0 contradiccion -en
10 mas profundo no 10 es- la se-
guridad social para los trabajado-
res aparece por primera vez en la
historia, promovida por un go-
bierno conservador. Solo en apa-
Con Bislllarck, en la decada del 80 del riencia es una contradiccion: 10
siglo pasado, surge la poHtica socia l d d . d
como una fonna de contrarrestar las lu· que de ver a Interesa con to as
chas revolucionarias. estas disposiciones no es que los
trabajadores tengan seguridad social, sino que las ideas so-
cialistas no avancen, que la agitacion obrera sea controlada y
que los obreros se vinculen al regimen imperial. .. la historia
se repetira hasta nuestros dfas.
De este modo en la decada del 80 del siglo XIX se pro-
mulga la primera legislacion de seguros sociales: en 1883 la
ley sobre seguros de enfermedad; en 1884, la de seguros de
accidentes de trabajo, y en 1889, la ley referente al segura
de invalidez y de vejez. Dentro de ese perfodo se promulgan
leyes especiales sobre seguros de enfermedad y accidentes

138
en la agricultura, en la selvicultura y en la industria de la
construccion, sobre la navegacion, etc.
A partir de 1890 bajo el reinado de Guillermo II y la ac-
cion del baron von Berlepesch se prosiguio con la profundi-
zacion de la polftica social y la voluntad reformadora. En
marzo de 1890 se celebro en Berlin una Conferencia Interna-
cional de proteccion del obrero. Si bien no hubo resultados
tangibles, quedo consagrada la necesidad de regular las
cuestiones politico-sociales con el fin de asegurar la paz en-
tre ol:ireros y patrones ...
No interesa para este trabajo resenar la evolucion histo-
rica de la politica social -existe abundante material escrito
sobre el asunto- 10 que importa es comprender la intenciona-
lidad con que nace. EI Servicio Social sera uno de los medios
de implementacion de esa polfticas. Por anadidura, tambi€m
nos ayuda a comprender las funciones asignadas a la profe-
sion.
Es cierto que en la decada del 80 todavfa no habfa naci-
do el Servicio Social profesional, pero todas estas disposicio-
nes legales -nacidas bajo la presion de la lucha de la c1ase
obrera- preparan el terreno para el nacimiento de una nueva
profesion . No hay relacion causal entre el desarrollo de la le-
gislacion social y la implementacion de las polfticas sociales
con la aparicion de la Asistencia Social profesional. Pero
como ya 10 indicamos, estas nuevas circunstancias abonan el
terreno para que en la sociedad exista una preocupacion ge-
neral por dar respuesta a los problemas sociales que el mis-
mo capitalismo habfa creado. Ya en el siglo XX algunos pro-
fesionales del Servicio Social seran agentes destinados a im-
plementar estas politicas.

139
LA CREACION DE LA «CHARITY ORGANIZATION
SOCIETY» Y DE LAS PRIMERAS
ESCUELAS DE ASISTENC!~ SOCIAL.

La «Charity Organization Society» como origen de la asis-


tencia social organizada.
A mediados del siglo XIX en Inglaterra las crisis econo-
micas se sucedran; la situacion socio-economica de los tra-
bajadores era cada vez mas grave. Los hospitales prestaban
un servicio lamentable; en los hospicios y asilos los pobres
eran tratados con crueldad. En este perfodo de pleno auge
del capitalismo salvaje, en el pars que marchaba a la cabeza
del proceso aparecen las soluciones «parches» para los pro-
blemas sociales que se multiplicaban V para la pobreza que
se hace ostensible, especial mente en las ciudades.
Las formas de avuda al necesitado eran muv variadas V
caoticas. Como va se explico, comenzaron a darse dos Ifneas
principales de accion: una legislacion de tipo social promovi-
da por el gobierno V actividades de asistencia social. Es de-
I"·· cir, por una parte se realizaban actividades sostenidas por el
Estado V por la otra se continuaban las formas de avuda pro-
venientes de la iglesia. Sola mente en Londres funcionaban
iiin",." en la decada del 60 del siglo pasado, mas de cien institucio-
1:;~;::: nes de caridad para atender a los pobres, sin contar la accion
desarrollada por cada una de las parroquias V la accion gu-
bernamental como consecuencia de la aplicacion de la «Poor
Law» V de su reforma de 1834.
Como va explicamos en el encuadre general, a mediados
del siglo XIX va habran aparecido propuestas que pretendran
soluciones globales a la lIamada «cuestion social»: el socia-
lismo V el anarquismo. EI fenomeno de la pobreza habra sido
registrado V criticado desde antiguo, pero a partir de Marx el
fenomeno es interpretado de manera distinta . Sin embargo,
estos enfoques que dan una explicacion diferente de la po-
breza, especialmente de sus causas, no van a influir sobre la
asistencia social como profesion en gestacion .
Pero volvamos a la Inglaterra de los arios 60. Existra en
el pars un clima muv desfavorable a la avuda gubernamental.
Estaban en plena vigen cia las ideas liberales V las de un dar-
winismo social al estilo de Spencer que por razones de selec-
cion, propone poco menos que dejar morir a los pobres.

140
En ese entonces las crfticas a las formas de ayuda al ne-
cesitado se centra ban en dos cuestiones fundamentales: se
estan creando pordioseros, ya que se acostumbra a determi-
nada gente a vivir de la limosna. Y la forma de prestar la ayu-
da constituye un verdadero despilfarro de dinero, ya que ello
se hace sin control.
Dentro de esa situacion, y preocupado principalmente
por las tareas de asistencia social, en 1868 el Pastor Henry
Solly recomendo crear un consejo de coordinacion de activi-
dades de accion benetica, tanto en el ambito de la accion pu-
blica como de la accion privada. Teniemdose en cuenta esta
recomendacion, al ario siguiente se creo la «Sociedad para la
organizacion del socorro caritativo y la represion de la men-
dicidad».
Existfa clara conciencia de que la magnitud de los pro-
blemas era tal, que ya no se podfa seguir funcionando de ma-
nera individual y solo con buena voluntad. Habfa que dar una
respuesta que fuese -como se decfa en esa epoca- una «fi-
lantropfa cientffica». La sociedad creada por Solly bien pron-
to cambio de nombre y se convirtio en la Charity Organiza-
tion Society, cuyas siglas C.O.S. se hicieron ampliamente co-
nocidas en el ambito de los pafses anglo-sajones.
La creacion de la COS fue un hito y uno de los pasos
mas importantes en la concepcion y organizacion de las
practicas asistenciales. En su concepcion y puesta en funcio-
namiento, juga ron un papel muy importante Octavia Hill, Ed-
ward Denison y Sir Charles Loch que fue su secretario gene-
ral durante 39 arios. En la COS convergen las experiencias
precedentes de Vives, Vicente de Paul, Ozanam y, sobre todo
de la de Thomas Chalmers y el «sistema Elberfeld». Si bien la
COS se adhirio a los principios de la «Poor Law Reform» del
ario 1834, se oponfa a las formas de ayuda publica que con-
sideraba como una forma dispendiosa de atender y ayudar a
los necesitados, a los que se mantenfa, por otra parte, en si-
tuacion de permanentes limosneros. En la COS privo mas
bien la divisa de Octavia Hill : not alms, but a friend (Iimosnas
no, un amigo). Este principio inspiro la creacion de muchos
COS que se constituyeron con posterioridad; era un aspecto
o dimension de un gran sentido humano. sin embargo, este
humanismo estaba amputado por una perspectiva muy estre-
cha acerca de 10 que se consideraba la causa de la pobreza.

141
En este punto las COS se apoyaron en la tesis de Chalmers,
quien sostenia que «el individuo es el causante de la pobre-
·za)}. Esta interpretacion va a sellar a la Asistencia Social y al
Servicio Social por much as decadas ... ya volveremos mas
adelante sobre el asunto.
En cuanto a las orientaciones basicas de las Sociedades
de Organizacion de la Caridad, estas establecieron ocho pun-
tos basicos para orientar la accion asistencial, que consti-
tuyen un hito fundamental en la historia de la profesionaliza-
cion del servicio social. Aunque conocidos y repetidos en
cada mencion que se hace de los antecedentes del servicio
social contemporaneo, conviene recordarlos:
1. Cada caso sera objeto de una en cuesta esc rita .
2. Esta en cuesta sera presentada a una comision que
decidira las medidas que deban tomarse.
3. No se daran socorros temporales, sino una ayuda me-
todica y prolongada hasta que el individuo 0 la familia
vuelvan a sus condiciones normales.
4. EI asistido sera el agente de su propia readi'lptacion,
como tambien sus parientes, vecinos y amigos.
5. Se solicitara ayuda a instituciones adecuadas en favor
del asistido.
6. Los agentes de estas obras recibiran instrucciones
generales escritas y se formaran por medio de lectu-
ras y estadas practicas.
7. Las instituciones de caridad enviaran la lista de sus
asistidos para formar un fichero central con el objeto
de evitar abusos y repeticiones de encuestas.
8. Se formara un repertorio de obras de beneficencia
que permita organizarlas convenientemente.
Con esta tecnificacion y organizacion de la ayuda social
que pretende estar fundamentada cientificamente, fue apare-
ciendo un agente que prefigura 10 que mas tarde seria el tra-
bajador social; se les lIamo «charity workes)} y «friendly visi-
tors)}.
Valentina Maidagan de Ugarte hablando de esta socie-
dad afirma que «no hay duda de que con los metodos pues-

142
tos en practica por la Organizacion de la Caridad de Londres,
se avanzo posit iva mente en las investigaciones de las causas
de la pobreza y de los males sociales, como tambien en el
desarrollo del «caso social individual» y otras tecnicas de ac-
cion social, derivadas de la labor metodica y cientifica que
lIevaron a efecto» (7). Yo no diria que se avanzo sobre las
causas de la pobreza y de los males sociales, pero no cabe
duda que se dio un paso muy grande desde la etapa intuitiva
y de accion sin conocer las causas de cada paso de pobreza
o de necesidad (que no es 10 mismo que causa de la pobre-
za), a una fase de trabajo fundamentado en un diagnostico y
en pautas operativas bastante precisas.
Sociedades similares a la de Londres se fundaron en pai-
ses protestantes, principalmente en los Estados Unidos en
donde tuvieron una gran acogida y desarrollo. «Es curiosa
comprobar que, en el terreno de la ayuda social, la politica
europea no se dejo influir sensiblemente por la COS, buscan-
do mas bien la solucion de los problemas existentes en la le-
gislacion social, y en los seguros sociales a favor de la masa
obrera» (8). No obstante, la Asistencia Social vendra a Euro-
pa anos mas tarde via «social work» norteamericano.
* * * * *
Como hemos podido comprobar, a medida que se ex-
pandfan estas instituciones, se fue viendo la necesidad de
contar con personal capacitado para este tipo de tareas.
Aparecio como algo insoslayable:
• la institucionalizacion de la asistencia social y,
• la creacion de institutos encargados de la formacion
de personal para realizar tareas de asistencia social.
De este modo la coordinacion y organizacion de la filan-
tropfa dejaron de lado las formas espontaneas e individuales
de ayuda, y comenzaron a perfilar la Asistencia Social como
profesion mediante la aparicion de unos practicantes que
crean organizaciones formales. «Un pequeno grupo de refor-
madores, con una vision mas profunda comenzo a advertir
que no eran evidentes por sf mismos los procedimientos que
habian de aplicarse para remediar las necesidades humanas.
No bastaba el dar 0 dejar de dar limosnas. Lo caracterfstico
de los iniciadores del servicio social tal como hoy se entien-
de -Vices, San Vicente de Paul, los continuadores del siste-

143
I I
I,
I.

ma de Elberfeld, el Conde de Runford, Thomas Chalmers, Oc-


tavia Hill, los Barnett, Charles Booth, Jana Adams, Mary
Richmond y otros- es que se esforzaron, aunque por diferen-
tes medios y movidos por ideas distintas, en ayudar al indivi-
duo mediante la comprension de su personalidad en su me-
dio social. No lucharon solamente por saber como aliviar la
pobreza material, sino tambiE!n como liberar 10 suficiente-
mente a los hombres del peso de su circunstancia, de modo
que pudieran aceptar una mayor responsabilidad para orien-
tar sus existencias individuales y contribuir al bienestar de la
comunidad en que vivian» (9).

La creaci6n de las primeras Escuelas de Asistencia Social


A fines del siglo XIX bajo la institucionalizacion crecien-
te de la asistencia social y la necesidad de contar con perso-
nal capacitado para el desemperio del «philantropic work»,
se crean las primeras Escuelas de Servicio Social.
Sin embargo, las que fueron actividades originarias, de
entrenamiento de personal en Servicio Social, datan de
1873 y se deben a la iniciativa de Octavia Hill. La formacion
consistia en «aprender a tratar la gente, a comprender las
condiciones en que esta vivia y los medios que podian em-
plearse para mejorarlas», ademas debian «estar familiariza-
das con los diversos organismos existentes dedicados a la
asistencia» (10). Durante toda la decada del 90 la capacita-
cion que se proporcionaba -hablamos para el caso de Ingla-
terra- consistia fundamentalmente en una serie de conferen -
cias que versaban sobre las tareas asistenciales.

En 1897, durante la Conferencia Nacional de Servicio


Social de Estados Unidos, Mary Richmond propuso la crea-
cion de una «Escuela de filantropfa aplicada»; ella fue la pri-
mera en proc/amar que las buenas intenciones y el sentido
comun no son suficientes para que la ayuda a los necesita-
dos sea eficaz.
AI ario siguiente de la propuesta de Richmond, la Charity
Organization Society de Nueva York, organizo un curso de
verano de seis semanas de duracion.
Sin embargo, a pesar de estos antecedentes, no fue en
los Estados Unido&. sino en Holanda en donde se creo la pri-

144
mera Escuela de Servicio Social del mundo. En Amsterdam,
en 1899 comenzo a funcionar una Escuela que tenfa como fi-
nalidad proporcionar «formacion metodica, teorica y pn3ctica
de quienes deseen dedicarse a ciertas labores importantes
en el campo del Servicio Social». Esta Escuela ofrecfa cursos
de dos anos, combinando estudios teoricos (especialmente
so ciologicos y de legislacion social) con un entrenamiento
practico supervisado.
En 1903 se crean Escuelas en Nueva York y Boston yen
1908 en Chicago y Berlfn .. . Una nueva profesion se ha insti-
tucionali zado.
Juntamente con la aparicion de los primeros institutos
de capa citacion, se va dando otro fenomeno : la seculariza-
cion de la asistencia social, manifestacion particular de un
fenom eno que, a partir de la revolucion cientffica, se va pro-
duciendo a escala universal. EI proceso de secularizacion
consiste en que el hombre deja de lado toda explicacion reli-
giosa, sob renatural, mftica y metaffsica del mundo, para ser
reemplazada por la explicacion a partir de las ciencias y de la
propia exi stenci a humana. Este hecho va dando su sello y
matiz al Servici o Social de fines del siglo XIX y en forma mas
definida en el siglo XX. Pero este mismo fenomeno, como
luego veremos, se da con varias decadas de retraso en los
pafses catoli cos: en A merica Latina muchas de las primeras
Escuelas nacen bajo el impulso de la Iglesia; en Espana toda-
vfa en la decada del 80 la mayorfa de las Escuelas son «Es-
cuela s de la Ig lesia » aunque este es un modo de decir, por-
que en su s contenidos ni se preocupan -Ia mayorfa de ellas-
por 10 que dice la Iglesia, ni la Iglesia manifiesta mucho inte-
res en elias.
Con esto cerramos el panorama de la ayuda al necesita-
do en el siglo XIX ... la asistencia social como profesion ya
ha nacido.
A modo de conclusion podemos afirmar con Henry
Meyer que la asistencia social «como organizacion formal de
los esfuerzos que un personal especializado realiza en favor
de ciertas personas, es concomitante con la industrializacion
de los siglos XIX y XX y con los problemas, asociados a ella,
del dislocamiento de una familia y un sistema comunitario
mas estabilizado. Las aspiraciones de la ciencia social positi-
145
vista y las ideas dominantes a fines del siglo XIX, contra-
puestas al darwinismo social, contribuyeron a la conviccion
de que se podian encontrar soluciones racionales y cientifi-
cas a los problemas aludidos, mediante la reforma social y la
orientacion individual. De la caridad a titulo personal y reli-
gioso se paso a la filantropia organizada y a la captacion pu-
blica de la responsabilidad por los programas de servicios
profesionales de este tipo» (11).

BIBLIOGRAFIA CITADA:

1. MOUNIER. Emmanuel EI personalismo. Eudeba. Buenos Aires. 1965.


2. Idem.
3. MARX. C. y ENGELS. F. EI manifiesto comunista.
4. MARX. Carlos EI Capital. F.C.E. Mexico.
5. ROSS. Aileen Filantropfa en Enciclopedia Internacional de
Ciencias Sociales. Ed. Aguilar. Madrid. 1970.
6. FRIEDLANDER. Walter Dinamica del Trabajo Social. Ed. Pax. Mexico.
1965.
7. MAIDAGAN DE UGARTE. Manual de Servicio Social. Instituto de Servi-
Valentina cio Social. Ministerio de Asitencia Social y Sa-
Iud Publica. Buenos Aires. 1960.
8. FRIEDLANDER. Walter op. cit.
9. NACIONES UNIDAS Formacien para el Servicio Social. III Estudio
Internacional. ONU. Nueva York. 1958.
10. BELL. Noberly Octavia Hill. Constable and Co. Londres.
1942.
11. MEYER. Henry Asistencia Social en Enciclopedia Internacio-
nal de Ciencias Sociales. Ed. Aguilar. Madrid.
1970.

146
III Parte

La institucionalizaci6n y
profesiona lizaci6n
del
Servicio Social

147

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