Sobre Los Orígenes Humanos (Bloom, John A)
Sobre Los Orígenes Humanos (Bloom, John A)
Sobre Los Orígenes Humanos (Bloom, John A)
UNA INSPECCIÓN
Hasta hace unos 150 años, el tema de los orígenes humanos era casi
exclusivamente del dominio de la religión. La revelación de los dioses pasada
a través de la tradición cultural informaba al hombre acerca de cómo llegó a
existir y sobre su lugar en el Universo. Desde los tiempos de Darwin, sin
embargo, se ha descubierto material del propio mundo natural que ha
permitiendo a las ciencias abordar el tema también. En los últimos cuarenta
años, el trabajo de campo intensivo en África, así como sorprendentes avances
en la bioquímica ha propiciado una explosión virtual de nuevos datos que
ahora deben ser incorporados en nuestros modelos sobre los orígenes
humanos.
La integración de una base de datos multidisciplinaria en un modelo
coherente y unificado es una difícil tarea. Esto se vuelve especialmente difícil
cuando el problema implica nuestro propio origen, ya que aquí no podemos
ser observadores neutrales. El significado y el valor que asignamos a la vida
están relacionados con el modelo de los orígenes que abracemos. Dado que
nuestra importancia depende de nuestro pedigrí, aquellos que desean que no
exista ninguna autoridad suprema sobre sus vidas favorecerán un modelo de
orígenes diferente a aquellos que tratan de glorificar a su divino Creador con
sus vidas.
Por desgracia, la mayor parte del contacto que las personas tienen con
los orígenes humanos viene a través de los medios de comunicación, donde un
sesgo humanista secular parece impregnar el contenido científico. 2 Para la
1 Werner Heisenberg, Physics and Beyond, trans. Arnold J. Pomerans (New York: Harper y
Row, 1971), 69.
2 Tenga en cuenta la serie de videos Ape Man, dirigida por Rod Caird y narrado por Walter
Cronkite (A&E Home Video, 1994), y la serie Evolution PBS, producido por WGBH y Clear Blue
persona que busca integrar estos datos con la teología cristiana conservadora,
es difícil juzgar de estas fuentes cuáles nuevos descubrimientos son
importantes y necesiten incorporarse en la síntesis, y cuáles son sino los
artefactos de una propuesta de concesión excesivamente entusiasta o agenda
personal oculta.
Dado que como personas esto nos concierne emocionalmente, la
controversia en torno al debate creación/evolución se vuelve más ruidosa
cuando se aborda la cuestión de los orígenes humanos. Ciertamente, si la
macro-evolución 3 sólo se ocupó de las bacterias, peces y roedores, su debate
se llevaría a cabo en las notas de revistas de biología; pero ya que se aventura
a ofrecer un dictamen científico sobre lo que somos y lo que estaba
involucrado en el proceso por el cual llegamos aquí, llama la atención de la
sociedad en general.
Esto ocurre debido a que el significado y el valor que le asignamos a la
vida están vinculados a nuestros modelos de su origen: por ejemplo, algunos
argumentan que evolucionamos por una colisión aleatoria de moléculas y que
no tenemos más importancia que los insectos que eclosionan, comen, copulan
y mueren; mientras que otros sostienen que somos una creación especial única
formada para glorificar a Dios. Porque conectamos nuestra significación con
nuestro pedigrí, la siguiente revisión de los datos físicos de los orígenes
humanos incluirá alguna consideración de sus consecuencias metafísicas.
El objetivo de este artículo es proporcionar una visión neutral de
algunos de los datos actuales y cuestiones en el debate de los orígenes
humanos. Sin quedar sepultado por los detalles, trataremos de dar al no
especialista algún sentimiento por los antecedentes de hallazgos científicos
Sky Productions, 2001. La revista Time ejecuta fuertemente periódicamente artículos de carácter
evolutivo: Michael D. Lemonick y León Jaroff, "¿Cómo Comenzó El Hombre" 14 de marzo 1994,
80-87; J. Madeleine Nash, "¿Cómo Comenzó La Vida?" 11 de octubre 1993, 68-74, Michael D.
Lemonick y Andrea Dorfman, "A Partir De Los Simios", 23 de agosto de 1999, 50-58; Michael D.
Lemonick y Andrea Dorfman, "Un Paso Gigante Para La Humanidad" 23 de Julio 2001, 54-61. El
autor ha observado una correlación sorprendente entre el abordaje de las historias de Time que
aseguran al público sobre el hecho de la evolución y noticias dignas de eventos creacionistas (es
decir, el fallo de la junta escolar de Kansas sobre la evolución en 1991).
3 El descuido en el uso del término "evolución" por todos los lados del debate no tiene
resultado fructífero. Aquí vamos a distinguir la micro-evolución, los pequeños cambios observados
con el tiempo en la coloración, el tamaño del pico, resistencia a los medicamentos y otra variación
genética menor, de la macro-evolución, los grandes cambios necesarios para salvar las principales
diferencias funcionales entre los animales (bacterias a hongos, pescado a mamíferos, algas a
árboles de roble, etc.) Los naturalistas afirman que la macro-evolución es una extrapolación simple
y lógica del cambio micro-evolutivo, mientras que los creacionistas ven a Dios introduciendo la
diversidad de alguna de manera directa, aunque señalan que las causas "naturales" también están
bajo la soberanía del control de Dios.
clave que tienen que ver con una lectura conservadora cristiana del Génesis.
Después de proporcionar ciertos antecedentes históricos y delineando las
evidencias fósiles y artefactos pertinentes, consideraremos algunas críticas a
estos datos. A continuación, revisaremos la investigación bioquímica reciente
y sus contribuciones a este asunto. Dado que el espacio no nos permite
construir un modelo integrado totalmente bíblico-científico de los datos,
vamos a centrar la discusión en sólo un aparente enfrentamiento entre los
modelos bíblicos y científicos, con respecto a la creación especial del primer
hombre. Nuestra propuesta de resolución servirá como un ejemplo de la
tensión de integración y los desafíos que se presentan en este campo
actualmente.
I. Perspectiva Histórica
Los primeros tratados importantes para argumentar por los orígenes del
hombre a partir de una única perspectiva naturalista fueron Man's Place in
Nature (El Lugar del Hombre en la Naturaleza, 1863) de T.H. Huxley y The
Descent of Man (El Origen del Hombre, 1871) de Charles Darwin. Aunque
fósiles neandertales 4 fueron recuperados en Europa a partir de 1856, fueron
considerados como irrelevantes para la discusión porque en ese tiempo sus
características únicas se consideraban variación racial, no como diferencias
no- o pre-humanas de importancia evolutiva. 5 Así Huxley y los argumentos de
Darwin dependían de la homología anatómica del hombre con los simios
modernos y los primates inferiores, no en algún registro fósil.
La búsqueda de la evidencia fósil de un ancestro común entre los simios
y el hombre (popularmente conocido como el "eslabón perdido") fue tomada
por Eugène Dubois, un anatomista francés que se inspiró en la obra de Ernst
Haeckel. Haeckel, un zoólogo alemán líder en la década de 1880 y un fuerte
defensor de la macro-evolución, propuso que los restos de "Ape-like Men" (a
los que se le asigna el nombre de Pithecanthropus) pueden encontrarse en el
continente de Lemuria [una antigua masa de tierra propuesta por los geólogos
del siglo XIX que se cree que ha caído bajo el Océano Índico]. Dubois tomó
una posición médica con el Ejército Holandés del Este de India destinado en
4 Esta ortografía de "Neanderthal" hace mejor la "h" en silencio en la vieja palabra alemana
"thal" (valle) y refleja un intento formal por los antropólogos para corregir la mala pronunciación
común de esta palabra.
5 Debido a que el Neandertal tiene una capacidad craneal media más grande que el hombre
moderno, Darwin no lo pudo citar como un ejemplo del desarrollo del cerebro evolutivo. En su
lugar, lo mencionó como un salvaje de la "gran antigüedad" que demostró que la degradación del
cerebro se había producido en el hombre moderno porque la civilización tolera a los débiles y los
enfermos en su acervo genético. Origen del Hombre, 437.
Java (entonces una colonia de Holanda) con el fin de estar lo más cercano
posible a la patria hipotética del eslabón perdido y procedió a excavar en los
yacimientos de fósiles.
Después de varios años de trabajo, Dubois recupera un casquillo de
cráneo primitivo, diente, fémur (hueso del muslo), y varios otros fragmentos
de hueso. El tamaño pequeño del cerebro evidenciado por el casquillo del
cráneo junto con el aspecto moderno del fémur le llevó a la conclusión de que
había encontrado a un hombre con aspecto de simio en transición que podría
caminar erguido; por lo tanto en 1893 nombró a su hallazgo Pithecanthropus
erectus. 6 Debido a que la evidencia era fragmentaria y no estaba seguro de que
todos los huesos provenían de un solo individuo, la conclusión de Dubois no
fue bien recibida por la mayoría de la comunidad científica durante muchos
años. 7
Desafortunadamente, el descubrimiento de Charles Dawson del Hombre
de Piltdown, en 1913 no fue recibido con el mismo escepticismo, porque la
combinación del hallazgo de gran tamaño del cerebro y la simiesca mandíbula
encaja mejor con los prejuicios de la época. 8 Mientras tanto, el interés en Asia
hizo que otros investigadores encontraran fósiles de homínidos y herramientas
en Zhoukoudian, China, y se propuso un eslabón perdido en la forma del
"Hombre de Pekín". 9
En 1925 la búsqueda de los primeros hombres se dirigió en África (la
patria postulada por Darwin porque era el hábitat de los simios modernos y los
chimpancés), cuando Raymond Dart desde Sudáfrica informó sobre el
descubrimiento de un cráneo fosilizado de un muy primitivo homínido joven,
10 Raymond A. Dart ", Australopithecus africanus: The Man-Ape of Sudáfrica" Nature 115
(1925): 195-199.
11 A. Keith, New Discoveries Relating to the Antiquity of Man (New York: Norton, 1931).
12 Robert Broom, Finding the Missing Link (London: Watts, 1950). Broom encuentra al
menos dos variedades de australopitecos, pequeñas mandíbulas africanus y mandíbulas mucho
más pesadas de robustus.
13 Este fósil es ahora clasificado como Australopithecus boisei y es reconocido como otro
espécimen robusto más en términos de su estructura dental y de la mandíbula, que de la familia
Australopithecus robustus (In the Age of Mankind, 83). Nombres de muestras reflejan la creatividad
del descubridor y, a veces son poco sistemáticos y confusos: "Zinj" se deriva de una palabra árabe
para el este de África, mientras que boisei honra Charles Boise, uno de los primeros defensores
financieros de la obra de Leakey (Johanson, Lucy, 93).
14 L. Leakey, P. Tobias, and J. Napier, “A new species of the genus Homo from Olduvai
Gorge,” Nature 202 (1964): 5-7.
15 Poirier, Understanding Human Evolution, 258.
16 Lubenow, Bones of Contention, 32.
El ejemplo más famoso de la especie Australopithecus afarensis
("Mono del Sur de Afar") se llama "Lucy", descubierto en 1974 por Donald
Johanson en la formación Hadar en Etiopía. 17 Aunque se encontraron
especímenes similares más adelante en otros sitios al este de África, 18 Lucy es
única porque se recuperó el 40% de su esqueleto. Encontrar una gran fracción
de tales huesos de un solo individuo es sorprendente, dada la avanzada edad
de los fósiles (que datan de hace unos 3,2 millones de años). 19 20 Teniendo
entre 3,5 a 5 pies de altura, el A. afarensis contaba con huesos gruesos, con
piernas proporcionalmente más cortas y brazos más largos que los humanos
modernos. De los restos óseos se postuló que esta especie era totalmente
bípeda, y el posterior descubrimiento en Laetoli de unos 3,7 millones de años
de edad, una extensa pista de las huellas de homínidos realizados por tres
individuos bípedos 21 parece corroborar esta hipótesis de forma espectacular. A
pesar de su pelvis avanzada y el modo de caminar, el cráneo de Lucy es muy
17 Johanson, Lucy.
18 D. Johanson, “Ethiopia yields first ‘family’ of early man,” National Geographic 150
(1976): 790-811.
19 Una discusión detallada de la tecnología de datación nos llevaría demasiado lejos. Para
efectos del presente artículo, se presume que las fechas publicadas en la literatura son
razonablemente exactas. Los avances recientes en la física nuclear y la geología proporcionan
antropólogos con estimaciones de fecha más precisas que antes. Algunos métodos permiten
evaluaciones directas de la edad del hueso fósil mismo [K. Oakley, "Analytical methods for dating
bones", en Science in Archaeology, ed. D. Brothwell y E. Higgs (Nueva York: Praeger Publishers,
1970)], mientras que otros deducen las fechas de las rocas o artefactos asociados con el hallazgo.
De estos, la datación del potasio-argón se considera uno de los más precisos, mientras que
inversiones del campo magnético de la tierra y restos de especies animales extintas ofrecen medios
independientes para colaborar fechas radiométricas. Un capítulo en Lucy de Johanson, 187-207,
ofrece una excelente introducción no técnica a la datación radiométrica y toca algunas de las
dificultades que implica el método. La enciclopedia de Cambridge de la Evolución Humana
(capítulo 5.3, 179-186) proporciona un resumen legible de estos métodos de datación.
20 La fecha más fiable para Lucy ahora parece ser de 3.180.000 años, que es un poco más
reciente de lo que se pensaba. Ver Robert C. Walter, "Age of Lucy and the first family: Single-
crystal (40) Ar/(39)Ar dating of the Denen Dora and lower Kada Hadar members of the Hadar
Formation, Ethiopia," Geology 22 (1994): 6-10.
21 Mary Leakey, "Footprints frozen in time," National Geographic 155 (1979): 446 - 458.
T. White, y G. Suwa, "Hominid footprints at Laetoli: Facts and interpretations," American Journal
of Physical Anthropology 72 (1987): 485-514. Neville Agnew y Martha Demas, "Preserving the
Laetoli Footprints," Scientific American, septiembre de 1998. Sin embargo, es posible que otro
homínido contemporáneo sea responsable de estas impresiones: el descubrimiento de Meave
Leakey de una nueva especie de homínido (Kenyanthropus platyops) a partir de este período
muestra que otros homínidos coexistieron con afarensis. Ver National Geographic 200 (Octubre de
2001): 84-89.
similar a un chimpancé, con un cerebro pequeño (400 cc en promedio), y los
dientes grandes. 22
Homo Habilis
Homo habilis es el nombre dado a un grupo de fósiles africanos que se
cree que han utilizado las primeras herramientas primitivas de piedra, estos
pertenecen a la llamada tradición Oldowan 25 que abarcan un rango de tiempo
22 William H. Kimbel, Donald C. Johanson, y Yoel Rak, "The first skull and Other new
discoveries of Australopithecus afarensis at Hadar, Ethiopia" Nature 368 (1994): 449-451. Véase
también Donald C. Johanson, "The Dawn of Humans: Face-to-Face with Lucy’s Family" National
Geographic 189 (1996): 96-117.
23 Joshua Fischman, “Putting our oldest ancestors in their proper place,” Science 265
(1994): 2011-2012. Angela M. H. Schuster, “Earliest known ancestor,” Archaeology 48 (1995): 13.
24 Los australopitecos posteriores son generalmente considerados como callejones
evolutivos “sin salida” o como antepasados a los simios modernos. Ver John Gribbin y Jeremy
Cherfas, The Monkey Puzzle: Reshaping the Evolutionary Tree (New York: Pantheon, 1982).
25 J. Harris y otros, "Late Pliocene hominid occupation en Central Africa: The setting,
context and character of the Senga 5A site, Zaire" Journal of Human Evolution 21 (1991): 439-449.
Tenga en cuenta que estas herramientas primitivas de piedra no se han encontrado en asociación
directa con restos de homínidos, por lo que la especie exacta que los hicieron aún está abierto a
cuestión. La discusión de las herramientas de piedra puede dar la falsa impresión de que los
implementos de piedra eran el único material utilizado por los homínidos y los primeros hombres.
Este sesgo es debido a la preservación: Sólo los artefactos de piedra, y en un grado menor el vidrio
y objetos de barro cocido, suelen sobrevivir a los estragos del tiempo. La dificultad que los
arqueólogos tienen en la evaluación de la cultura es que cualquier material orgánico (paño, pelo,
de 2,3 a 1,5 millones de años. El H. habilis era claramente bípedo, de huesos
delgados, y tenía un mayor tamaño del cerebro (670 cc) que A. afarensis. Una
de las mejores muestras de H. habilis es el cráneo casi completo (KNM-ER-
1470) encontrado por Richard Leakey. 26 Sin embargo, los recientes hallazgos
por Johanson (OH 62) sugieren que H. habilis no fue significativamente más
alto que A. afarensis y tenía una estructura similar de brazo corto/pierna
larga. 27 Esta aparente mezcla de cambios y estabilidad en el H. habilis (un
cráneo más parecido a los humanos con un cerebro más grande y dientes más
pequeños que el afarensis pero combinada con una estructura de extremidades
más afín a los simios) hace que sea difícil de utilizar en los esquemas
evolutivos graduales como una especie de transición entre A. afarensis y H.
erectus. Para remediar este problema, algunos sugieren que esta especie no
debe ser considerada como un ancestro humano (es decir, un miembro del
género Homo), sino más bien como una rama evolutiva distinta. 28 Porque
existe una considerable diversidad en características entre las muestras
inicialmente incluidas en el taxón H. habilis, la tendencia actual es reasignar
los especímenes en otros grupos más conocidos o dividirlos en taxones más
finamente especificados 29 Así la muestra KNM-ER-1470 de Leakey es
reclasificada como Homo rudolfensis.
H. habilis es el presunto ocupante de la superficie habitable más
antigua conocido (fechado en 1,8 millones de años). Este sitio de 2.400 metros
cuadrados, descubierto por Mary Leakey en Olduvai Bed I contenía más de
4.000 artefactos y fósiles. Esto proporciona evidencia directa de sencillos
rompe-vientos o refugios y sugiere que los primeros homínidos tenían un
estilo de vida nómada de cazadores-recolectores. 30
cuero, madera) se descomponen en una escala de tiempo muy corto, dejando al descubierto las
condiciones inusuales para su conservación.
26 Richard Leakey, "Skull 1470 – new clue to earliest man?" National Geographic 143
(1973): 819-829. Las iniciales KNM-ER son la identificación del museo, Kenya Nacional Museo –
Expedición East Rudolf.
27 Donald C. Johanson y otros, “New partial skeleton of Homo habilis from Olduvai
Gorge, Tanzania,” Nature 327 (1987): 205-209. Las iniciales OH significan “Olduvai Hominid.”
28 S. Hartwig-Scherer y R. Hartwig-Scherer y R. Martin, “Was ‘Lucy’ more human than
her ‘child’? Observations on early hominid postcranial skeletons,” Journal of Human Evolution 21
(1991): 439-449.
29 Richard G. Klein, The Human Career: Human Biological and Cultural Origins
(Chicago: University of Chicago Press, 1989), 155-158. Ian Tattersall y Jeffery Schwartz, Extinct
Humans.
30 M. Leakey, Olduvai Gorge, Vol. 3, Excavations in Beds I and II, 1960-1963
(Cambridge: Cambridge University Press, 1971).
Homo Erectus
Los restos del Homo erectus cubren un período de 1,8 millones a
300,000 años y es probable que sean los primeros homínidos en tener una
distribución global (Mundo Antiguo). El H. erectus más llamativo encontrado
hasta ahora es, sin duda, el “Niño de Turkana” de Richard Leakey, apodo dado
a la mayor parte del esqueleto de un gran adolescente que data de unos 1,6
millones de años (KNM-WT-15000). 31 Al igual que con el habilus, la
tendencia actual con las muestras del erectus es la de dividirlas en lugar de
agruparlas en un solo taxón, por lo que el Niño de Turkana ahora aparece
como un “h. erectus africano temprano” o un h. ergaster. Los H. erectus
fabricaron las herramientas de piedra astillada más avanzadas de la tradición
achelense, estuvieron involucrados en la caza mayor, y hacían uso controlado
del fuego. En muchos rasgos esqueléticos aparecen esencialmente modernos.32
Las mayores diferencias se producen en el cráneo, que es notablemente más
plano y huesos más gruesos que los humanos modernos. Por otra parte, el arco
superciliar sobre los ojos está muy marcado, a la mandíbula le falta un mentón
sobresaliente, y los dientes son más grandes que los modernos. El tamaño del
cerebro del H. erectus parece aumentar con el tiempo desde 750 a 1,200cc.
Debido a que una capacidad craneal de más de aproximadamente 800cc a la
luz de los huesos homínidos coloca a esta especie dentro de la gama del
tamaño del cerebro del hombre moderno, algunos argumentan que el H.
erectus es el primer hombre moderno verdadero. 33 Otros se atreven a agrupar
al H. erectus con el hombre moderno exclusivamente en este criterio,
indicando que el kit de herramientas Achelense es relativamente simple y se
mantuvo estable durante más de un millón de años, y por lo tanto no refleja la
innovación y la creatividad que caracteriza a los artefactos de los humanos
modernos. 34
31 F. Brown, J. Harris, R. Leakey, y A. Walker, “Early Homo erectus skeleton from west
Lake Turkana, Kenya,” Nature 316 (1985): 788-792. [El WT en la identificación del museo
significa West Turkana.]
32 La principal diferencia post-craneal es que el H. erectus tiene una columna vertebral
más pequeña que la del hombre moderno. La importancia de esto no está clara; ver Ancestors, 196-
202.
33 El tamaño del cerebro es proporcional al peso total del cuerpo así como a la inteligencia
y las capacidades craneales humanas más modernas van desde el 700 al 2200 cc. Ver Stephen
Molnar, Races, Types, and Ethnic Groups (Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 1975), 57. Un
umbral mínimo es difícil de establecer debido a la rara aparición de los humanos modernos de
apariencia normal con cerebros muy pequeños; ver “Is Your Brain Really Necessary?” Science 210
(1980): 1232.
34 Gowlett, Ascent to Civilization, 80. Lewin, In the Age of Mankind, 122.
Los patrones globales de variación y de migración de la familia del H.
erectus han sido el objeto de estudio en los últimos años. Las distinciones
entre el erectus asiático (antiguos nombres populares que son el hombre
“Pekín” y “Java”) y el erectus africano, combinadas con la fecha muy
temprana de algunos de los fósiles asiáticos, 35 dieron lugar a las
especulaciones de que estos grupos regionales pudieron haber surgido a partir
de una migración mucho antes de lo considerado previamente (es decir, una
migración H. habilus en lugar de una H. erectus), o que el H. erectus en
realidad se desarrolló en Asia y emigró a África, una inversión de la
dominante teoría “fuera de África”. Sin embargo, un nuevo hallazgo del H.
erectus en África es de fecha comparable a los fósiles asiáticos y muestra una
marcada similitud con ellos, fortaleciendo la teoría de una sola especie. 36
35 Un análisis reciente de los especímenes del H. erectus por Java muestra que son mucho
más antiguos de lo esperado, empujando la fecha de la migración, aun presumiblemente desde
África, hasta alrededor de 1.6-1.8 millones de años. Ver Brian M. Fagan, “Elusive Homo erectus,”
Archaeology 47 (1994): 14-15.
36 Berhane Asfar and others, “Remains of Homo erectus from Bouri, Middle Awash,
Ethiopia,” Nature 416, 317-320 (2002).
37 H. de Lumley y A. Sonakia, “Pre-Neanderthal human remains from Arago cave in
southeastern France,” Yearbook of Physical Anthropology 17 (1973): 162-168. La técnica de
fabricación de herramientas Levallois se asocia a menudo con los primeros H. sapiens, pero para
muchos es muy similar a los métodos Acheulianos anteriores y forma un puente hacia los tipos de
herramientas musterienses posteriores.
Los sitios de los Homo sapiens arcaicos dan fe a un estilo de vida
de migración estacional. Un sitio en la orilla en Terra Amata en Francia data
de hace unos 300,000 años produjo grandes chozas ovales con una chimenea
en el centro, un gran número de herramientas de piedra, y la posible evidencia
de decoración del cuerpo. 38 Sin embargo, la fecha y la significancia de este
sitio han sido discutidas. 39
Neandertales
Los Neandertales son observados por separado de los Homo sapiens
arcaicos debido a su fama histórica y al debate en curso sobre su clasificación.
Sus cuerpos, dientes y mandíbulas son muy robustos para los estándares
modernos, y comparten muchas de las características craneales encontradas en
el H. erectus (anteriormente).
Todos los restos de neandertales que han sido recuperados hasta la
fecha se limitan geográficamente a Europa Occidental y al Medio Oriente. Sus
herramientas (llamadas la cultura Musteriense) son más sofisticadas que las
del H. erectus, aunque la evidencia de que enterraban a sus muertos se limita a
dos ejemplos y aún permanece controversial. 40 También se encontró evidencia
de la captura de los animales como una alternativa a la caza o a la recolección
de residuos. Sus primeros restos datan de hace 80,000 años, y parece que
fueron reemplazados rápidamente por los humanos modernos en Europa hace
alrededor de 30,000 años, o que murieron antes que los modernos emigraran
hacia Europa.
El debate en torno a los neandertales tiene que ver con su relación con
el hombre moderno, ya que los datos son ambiguos incluso para las mentes
seculares: ¿Es su cultura lo suficientemente sofisticada y su anatomía lo
suficientemente compatible para que deban ser considerados como un paso
intermedio entre el Homo erectus y el hombre moderno?, o ¿forman una rama
independiente que no tiene ninguna relación ancestral reciente? ¿Los
neandertales y los humanos modernos ocuparon las mismas áreas geográficas
al mismo tiempo o se cruzaron? La respuesta que los eruditos seculares dan a
41 J. D. Clark, “African origins of man the toolmaker,” en Human Origins, eds. G. Isaac
and E. McCown (Menlo Park, CA: W. A. Benjamin, 1976). Es importante señalar que no parece
haber una relación entre la aparición de formas anatómicas modernas y la cultura avanzada. Por
supuesto, tenemos que tener cuidado con los criterios de la “cultura avanzada”, ya que algunas
personas en el mundo de hoy en día viven en culturas de la edad de piedra muy similares al nivel
arcaico del H. sapiens.
42 National Science Foundation Press Release PR0202, January, 2002, disponible en:
http://www.nsf.gov/od/lpa/news/02/pr0202.htm.
43 Leakey, Origins Reconsidered, 269. Algunas fotos exclusivas de arte rupestre
recientemente descubiertas cerca de Avignon, Francia aparecen en Robert Hughes, “Scenes from
the Stone Age,” Time, February 13, 1995, 52-62. Estas pinturas al principio se consideraron ser de
20,000 años de edad, pero fueron fechadas por el carbono a 40.000 años. Tenga en cuenta el
artículo compañero por Michael D. Lemonick, “Ancient Odysseys,” ibid., 64-67, el cual da algunos
antecedentes sobre las migraciones humanas y sobre artefactos tempranos.
chamánicas explican las formas geométricas inusuales vistas en las pinturas
murales que se remontan al 27,000 AC. 44
El origen del lenguaje, sin duda una característica esencial del hombre
moderno, es frustrante de evaluar puesto que el lenguaje no deja huella clara
en el registro arqueológico sino hasta el advenimiento de la escritura
(alrededor del 3000 AC). Buscando pistas secundarias, los investigadores han
estudiado la fisiología de cráneos fósiles para intentar encontrar evidencia del
desarrollo de las llamadas áreas de Broca 45 y Wernicke (los dos centros
principales del habla en el cerebro) y asimismo buscar evidencia de la
estructura de la laringe humana moderna que permite la vocalización de una
variedad completa de sonidos. No se ha alcanzado consenso en estos estudios;
algunos argumentan que el H. habilis tenía el área de Broca y podía hablar, y
otros argumentan que incluso el último Neandertal no tenía nuestra laringe
moderna y por lo tanto tenía un repertorio vocal menos eficiente. 46 Sin
embargo, otros estudiosos señalan que no sólo porque un antiguo homínido
tenía la capacidad física del habla se prueba que cualquier lenguaje sofisticado
fue utilizado en realidad. Trabajando desde la otra dirección, los lingüistas han
tratado de evaluar la velocidad a la que las lenguas modernas se desarrollan y
se separan en el tiempo para que se pueda hacer alguna estimación a una sola
lengua original. Dependiendo de los supuestos hechos, el tiempo de evolución
de nuestra actual diversidad lingüística parece estar entre los 50,000 y 100,000
años, una edad que parece vinculada a los humanos anatómicamente
modernos. 47
44 Roger Lewin, The Origin of Modern Humans (New York: Scientific American Library,
1993), 150-156. Hugh Ross llama la atención sobre el hecho de que cuando el hombre moderno
aparece, debemos esperar discernir un interés religioso en sus artefactos. Un mero entierro de los
muertos no indica una creencia en un ser supremo o en el más allá. Ver Hugh Ross, The Fingerprint
of God, 2d ed. (Orange, CA: Promise Publishing, 1991), 160.
45 Dean Falk, “The petrified brain,” Natural History, September 1984, 36-39.
46 J. Laitman, J. Reidenberg, P. Gannon, y B. Johansson, “The Kebara hyoid: What it tells
us about the evolution of the hominid vocal tract,” American Journal of Physical Anthropology 81
(1990): 254. Philip Lieberman, Uniquely Human: the evolution of speech, thought, and selfless
behavior (Cambridge, MS: Harvard University Press, 1991), 53ff.
47 Bruce Bower, “Talking Back in Time: Prehistoric origins of language attract new data
and debate,” Science News 145 (1994): 376-377. Ver también el enfoque integrador de L. L.
Cavalli-Sforza y otros, “Reconstruction of human evolution: Bringing together genetic,
archaeological, and linguistic data,” Proceedings of the National Academy of Science USA 85
(1988): 6002ff.
Si uno considera los datos fósiles y artefactos anteriormente
mencionados (la capacidad craneal, la complejidad de las herramientas, la
fecha encontrada en el registro fósil, etc.) para formar una serie de puntos en
un gráfico, el modelo de los orígenes humanos que se propugna afectará cómo
se dibuja la línea que conecta los puntos. Alguien que cree que Dios intervino
en la creación especial del hombre colocará al menos una discontinuidad en
algún lugar de la gráfica, mientras que alguien que asume que el hombre
comparte un ancestro común con los simios se encargará de que los datos
conecten los puntos con el fin de mostrar una transición suave desde las
formas primitivas tempranas a las formas modernas. El siguiente esquema es
el enfoque de los naturalistas seculares y se muestra en la siguiente figura.
Por último, como los ataques a las conclusiones del ADN mitocondrial
primitivo han demostrado, los programas informáticos utilizados para deducir
la similitud genética entre secuencias variantes no son tan imparciales como se
pensaba anteriormente. Están afectados por el orden en que los datos se
introducen y, a menudo no convergen a una única solución. 63 Sin embargo, a
medida que estas herramientas son refinadas, están revelando algunos
resultados sorprendentes: Ann Gauger re-analizó el gen MHC-DRB1 humano-
chimpancé del que hace uso en gran medida la obra de Ayala, y encontró que
es muy posible que los humanos modernos hayan venido de tan sólo dos
padres. 64
Así como el ADN mitocondrial en el óvulo de la mujer se transmite a
todos su descendientes y no se mezcla con el material genético del hombre, el
cromosoma masculino-Y se transmite a todos los descendientes varones y no
se mezcla con ninguna información genética de la mujer. En consecuencia,
existe un gran interés en el estudio del cromosoma-Y 65 para ver si se muestra
la misma variación muy baja que en el ADN mitocondrial. Los primeros
71 http://www.sciencedaily.com/releases/2012/08/120813155521.htm
72 Jennifer F. Hughes, et al., “Chimpanzee and human Y chromosomes are remarkably
divergent in structure and gene content,” Nature 463.7280 (2010): 536-539.
73 Nat. Rev. Genet. 9(10): 749–763, Octubre 2008, doi: 10.1038/nrg2428, Box 3.
DISCUSIÓN
Hasta aquí sólo hemos revisado los datos de las ciencias naturales que
pueden influir en el origen del hombre. Muchos cristianos, por supuesto,
reconocemos que la revelación especial es otra fuente de conocimiento que
tiene algo que decir sobre este tema. Ahora vamos a dirigir nuestra atención
brevemente al material bíblico y poner en relieve la tensión que se produce a
veces cuando los datos científicos y la revelación responden a la misma
pregunta.
Dentro de la comunidad cristiana conservadora hay una amplia gama de
opiniones sobre cómo interpretar el material bíblico que se refiere a la
Creación. Algunos tratan a la narrativa de la Creación como si se hubiera
detenido después de Génesis 1:1 y se distancian de la gran cantidad de otros
detalles proporcionados en los dos capítulos siguientes. Este grupo considera
que el orden de la creación, la creación especial de Adán, Jardín del Edén, y la
caída como intentos alegóricos de Dios para explicarle a los antiguos hebreos
primitivos su lugar en el universo y el origen del pecado. 74 Otros proponen
una interpretación literal, tomando una simple lectura del texto Inglés [o
Castellano] como histórica y científicamente exacta. 75
Para el autor, parece que la verdad se encuentra en algún lugar entre
estas posiciones. Uno pisa terreno peligroso si ignora las dificultades
lingüísticas y culturales al tratar de descifrar un texto antiguo, o si uno
descarta cualquier intento de comprender el pasaje como histórico por inferir
que Dios estaba tan obligado por su audiencia primitiva que no podía
transmitir nada en el Génesis de la futura relevancia para el hombre moderno.
Parece más sabio proponer que esta sencilla pero sofisticada narrativa contiene
un gran resumen abreviado del origen de la Tierra y la humanidad. 76 Al igual
que otros pasajes, el primitivo Génesis no aborda una serie de temas de interés
para los especialistas contemporáneos en un campo en particular: La Biblia se
74 Howard J. Van Till, The Fourth Day (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans, 1986),
capítulo 5. James L. Crenshaw, Old Testament Story and Faith: A Literary and Theological
Introduction (Peabody, MS: Hendrickson, 1986). John H. Walton, The Lost World of Genesis One:
Ancient Cosmology and the Origins Debate. (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2009).
75 Henry M. Morris, Scientific Creationism (San Diego, CA: Creation-Life Publishers,
1974).
76 John L. Wiester, The Genesis Connection (Nashville, TN: Thomas Nelson, 1983).
Reimpreso y disponible por Interdisciplinary Biblical Research Institute [IBRI], P.O. Box 423,
Hatfield, PA 19440. Dos obras que muestran el valor positivo de la apologética utilizando este
enfoque son: Robert C. Newman and Herman J. Eckelmann, Genesis One and The Origin of the
Earth (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1977), también reimpreso IBRI y Hugh Ross, The
Creator and the Cosmos: How the Greatest Scientific Discovery of the Century Reveals the
Existence of God (Colorado Springs, CO: NavPress, 1993).
centra en la historia de la salvación y sólo se llena en la vida cultural y los
detalles de fondo, ya que son relevantes para el contexto inmediato, no para la
curiosidad de lectores de después de miles de años. 77 Sin embargo, los
acontecimientos que se describen deben entenderse como real e históricos,
especialmente a la luz de sus consecuencias para la humanidad. Por ejemplo,
la institución del matrimonio monógamo, el origen del pecado y de la
resultante corrupción y mortalidad de la humanidad, están todos enraizados
en la interacción de Dios con una sola pareja de seres humanos hombre-mujer,
de los que descienden toda la humanidad. Si la antropología nos obliga a
reemplazar a Adán y Eva con una población homo erectus mundial que
colectivamente ha evolucionado hasta convertirse en el hombre moderno,
entonces el fundamento teológico de la familia nuclear, el pecado y la muerte
parece ser erosionado. 78 La credibilidad de la Biblia cuando habla sobre estos
temas parece estar dañada: Si no explica correctamente el origen de un
problema, ¿por qué debe uno confiar en sus soluciones? 79
Como ejemplo de esta tensión integradora, centrémonos en una
pregunta específica, ¿Fue Adán creado directamente a partir de materia no
viviente o él tiene padres homínidos? Génesis 2:7 dice: “Entonces Jehová
Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de
vida; y fue el hombre un ser viviente”. [NVI] En contraste con los actos
creativos anteriores donde Dios dijo: "Que la tierra produzca...", la imagen
aquí es que Dios está activamente involucrado en dar vida a una sustancia que
no fue previamente viviente. 80
77 Debemos recordar que los textos bíblicos fueron copiados a mano hasta los últimos
tiempos, y que los CD-ROM y la tecnología de DVD, los motores de búsqueda, y técnicas de bases
de datos similar no estaban disponibles para el manejo de grandes cantidades de información de
forma barata y fácilmente.
78 Ver C. John Collins, Did Adam and Eve Really Exist?: Who They Were and Why You
Should Care (Wheaton, IL: Crossway, 2011).
79 Las soluciones sociológicas derivadas de presuposiciones evolucionistas han tenido poco
beneficio para la civilización: por ejemplo, se utilizó el tema de la "supervivencia del más apto"
para justificar el comunismo y el nazismo. Ver Richard Weikart, From Darwin to Hitler:
EvolutionaryEthics, Eugenics, and Racism in Germany (New York: Palgrave MacMillian, 2004). El
modelo evolutivo de la conducta sexual es abrazado por algunos por su valor liberador: Ver Aldous
Huxley Ends and Means: An Inquiry into the Nature of Ideals and into theMethods Employed for
their Realization (New York: Harper & Brothers, 1937), 316. Incluso permite la construcción de
modelos sociobiológicos que justifican la infidelidad (Robert Wright, “Devotion and Betrayal,
Marriage and Divorce: How Evolution Shaped Human Love,” Time, August 15, 1994, 44-52).
80 Algunas traducciones formulan "( נפש חיהser vivo") como "alma viviente", pero no hay
nada en este pasaje que distinga explícitamente la naturaleza eterna del hombre de la de los
animales. En Génesis 1:30 los animales terrestres que respiran son colectivamente llamados "seres
vivos".
Llama la atención que la mayoría de las características específicas de
este versículo chocan con los modelos antropológicos y bioquímicos que
hemos revisado. Teorías científicas modernas proponen que el hombre y los
simios comparten un ancestro común en el pasado, que la transición hacia el
hombre moderno tuvo lugar gradualmente a lo largo de miles de años, y que
los pequeños grupos o clanes de homínidos (no una o dos individuos)
estuvieron involucrados en el proceso. Algunos afirman que un aumento
repentino de la no-vida al hombre moderno, o incluso de un antepasado
primitivo a un hombre moderno, está absolutamente descartado por la
diversidad vista en los datos bioquímicos y fósiles.
Algunos eruditos cristianos descartan o excusan estas aparentemente
erróneas declaraciones afirmando que la Biblia aquí está limitada por su
entorno cultural primitivo: Los antiguos escritores y lectores del Génesis
fueron restringidos por la antigua cosmología del cercano Oriente en la forma
en que se veían a sí mismos y al mundo. Esta mentalidad impregna pasajes
bíblicos como estos de tal forma que no hay conclusiones científicas modernas
que puedan ser o deban ser extraídas de ellos. Sin embargo, los eruditos
conservadores se apresuran a añadir que estas limitaciones no obstaculizan
nuestra capacidad para deducir verdades teológicas del texto.
Este argumento pasa por alto el hecho de que las cosmologías antiguas
muestran una considerable variedad. De hecho, algunas historias de la
creación de culturas vecinas son mucho más compatibles con el enfoque
científico moderno porque carecen de las características "vergonzosas" de que
un solo hombre fue creado y que se formó puramente a partir de materia no
viviente. La épica Atrahasis describe dioses que hacen a los hombres a partir
de la carne y la sangre de un dios mezclado con arcilla; 81 por lo tanto el
hombre en este esquema está parcialmente hecho de material ya viviente.
Además, el texto señala que siete parejas de hombres/mujeres fueron creados
al mismo tiempo, en lugar de un solo hombre. 82
Tampoco podemos asumir que los monos o primates similares eran
desconocidos para los hebreos primitivos. Una estatua de alabastro de un
mono que se encuentra en Susa [Persia] se remonta al periodo proto-urbano
(3300 A.C). 83 Los simios (o posiblemente los monos) se mencionan como
84 Hay otros puntos de demarcación posibles más allá de los dos mencionados en el texto
que son favorecidos por este autor: Algunos creacionistas de la tierra joven sienten que todas las
clases de Homo son completamente humanos y consideran la serie Australopithecine como
ancestral a los simios modernos y los chimpancés (Lubenow, Bones of Contention). Esta visión
descarta fechas antiguas e intentos de fósiles de secuenciación como engañosos porque la tierra es
de unos pocos mil años de antigüedad. Algunos creacionistas de la tierra-vieja o creacionistas
progresivos también asocian la creación especial del hombre con el primer Homo porque esto
proporciona la mayor ruptura en la anatomía. Sin embargo, la fecha de dos millones de años para
los primeros Homo implica que existió durante un periodo de tiempo extremadamente largo sin
ningún tipo de cultura significativa (especialmente el trabajo de los metales, talentos musicales, la
agricultura y el pastoreo se señala en la población antediluviana) o el cambio cultural (como lo
demuestra el kit de herramientas de la piedra estable). Una tercera opción coloca a Adán en el
antiguo cercano oriente durante el último período prehistórico (alrededor de 5000 A.C.). Ver Dick
Fischer, “In Search of the Historical Adam: Part 1,” Perspectives on Science and Christian Faith
(formerly Journal of the American Scientific Affiliation) 45 (1993): 241-251. Parte 2 en vol. 46
(1994): 47-57. Mientras que la creación especial es todavía una posibilidad en el modelo de Fischer,
claramente el mundo ya ha sido poblado por otros seres humanos algún tiempo. En su esquema
transiciones parece ser lo suficientemente fuerte para que podamos proponer
que la creación especial del hombre ocurrió en alguna de estas brechas y que
no fue puenteado por medios puramente naturales.
Uno de los retos que plantean los datos científicos para un modelo de
creación especial reciente es la clara evidencia de que una variedad de
homínidos bastante avanzada existía en la tierra, ya sea inmediatamente antes
de, o contemporáneo con el hombre moderno. La Biblia no menciona ningún
homínido en la población animal, por lo que si ponemos a Adán en una brecha
tardía en el registro de los homínidos (como lo hemos hecho, ya sea con fecha
anterior) entonces debemos suponer que Adán tenía contemporáneos no
humanos que hicieron herramientas de piedra y utilizaron el fuego. Sin
embargo, como ya se ha señalado anteriormente, el ADN y los estudios de
ADN mitocondrial implican fuertemente que estos homínidos pre-adánicos
fueron reemplazados por las poblaciones humanas modernas y que ningún (o
raro) mestizaje tuvo lugar. 86 Podríamos especular que esta población homínida
pre-adánica formó una "red de seguridad" cultural para Adán y Eva, de modo
que después de que fueron expulsados del Jardín podían sobrevivir en la
naturaleza mediante la adaptación de las habilidades de los homínidos
alrededor de ellos. Estos homínidos podrían ser la razón del miedo de Caín
que "cualquiera que me encuentre me matará" cuando es maldecido por Dios
después de matar a Abel (Génesis 4:14).
La consideración anterior de la creación especial del hombre es a
menudo ridiculizada como una apelación especial ad hoc "Dios de los huecos"
Adán y Eva son los antepasados de la raza Semita y por lo tanto sirven a Dios como los
representantes del pacto de la redención, pero no los padres genéticos, de toda la humanidad. En
general, cualquier modelo de la tierra antigua que mantiene que Adán y Eva son los ancestros de
toda la humanidad deberán poner su existencia antes de alrededor de 40.000 antes de Cristo, que es
la fecha en que los humanos anatómicamente modernos emigraron a Australia.
85 La urbanización y la domesticación sistemática de las poblaciones de plantas y animales
modernos (caballos, ovejas, trigo, cebada, etc.) está ampliamente observado en estratos
arqueológicos desde el cercano oriente alrededor del 10-8,000 A. C. Aunque interpretado
inicialmente como una rápida Revolución Neolítica [ver V. Gordon Childe, Man Makes Himself
(London: Watts & Co., 1936)], los eruditos contemporáneos reconocen que el proceso fue más
complicado y gradual, que tiene raíces que se remontan a la era paleolítica. Ver Hans J. Nissen, The
Early History of the Ancient Near East, 9000-2000 B.C., trans. Elizabeth Lutzeier, con Kenneth J.
Northcott (Chicago: University of Chicago Press, 1988), 15-38.
86 La notable similitud entre todo el ADN mitocondrial hembra moderno implica una
madre común reciente (o cuello de botella) de la población moderna. Esto se refuerza por los
últimos estudios del cromosoma-Y masculino, que a su vez implica un padre común reciente (o
cuello de botella) de la población moderna. Entrecruzamiento significativo entre poblaciones de
homínidos humanos anatómicamente modernos y nativos entrantes pondrían una variación mucho
mayor en estos genes de lo que se observa.
por los naturalistas seculares y algunos cristianos. 87 Sin embargo, todas las
partes están de acuerdo en que existen varias lagunas y transiciones
aparentemente rápidas en nuestro conocimiento actual de la prehistoria
humana. El problema es cómo tratar con ellas. El creacionista especial
presume que al menos una brecha es real -que corresponde a la intervención
directa de Dios en un mundo que normalmente controla providencialmente, a
través de lo que llamamos procesos naturales. El naturalista (ya sea teísta o
ateo) supone que todas las brechas son sólo aparentes porque no se han
encontrado los fósiles apropiados o no sobrevivieron. En consecuencia se
tiende un puente sobre las brechas con los procesos naturales y no ve ninguna
necesidad de Dios jugueteando con su creación (o él no ve ninguna necesidad
de Dios en absoluto). Este enfoque requiere de una fuerte fe en "el naturalismo
de huecos", pero el naturalista afirma que esto se justifica por la teoría de la
ascendencia común.
La teoría de la ascendencia común es la piedra angular de la teoría
evolutiva moderna. En su forma más simple, se limita a afirmar que todo lo
que vivía tenía padres. Una vez que la primera célula viva se formó, el resto
de la vida en la Tierra desciende de ella. Evidencia típicamente dada como
prueba para esta teoría es la uniformidad del código genético y el alto grado de
similitud en el ADN, composición bioquímica, la estructura y función de las
proteínas, células, órganos y animales superiores. Esta similitud se explica de
forma sencilla y elegante por el mecanismo puramente naturalista de la
ascendencia común. Todo parece similar ya que comparten los padres
comunes en algún momento en el pasado.
Muchos científicos consideran que la teoría de la ascendencia común es
tan obviamente verdadera ("el hecho de la evolución") que detalles sobre el
mecanismo exacto de la macroevolución (el cambio gradual, equilibrio
puntuado, o algún proceso aún desconocido) no los molestan. 88 Tal profunda
fe en este modelo exclusivamente naturalista ciega a muchos a cualquier otra
87 El argumento del "Dios de los huecos" invoca un milagro u otra intervención directa
para explicar algo que no entendemos (un rayo, por ejemplo). El problema con este método es que
cuando se encuentra un mecanismo natural para el proceso (es decir, el relámpago es un descarga de
electricidad estática), la necesidad de Dios parece evaporarse. Debido a que esta metodología se
aplicó a veces sin cuidado en la época medieval, cayó presa fácil de los avances en el conocimiento
de las leyes naturales durante la Ilustración. Sin embargo, algunos campos de la ciencia, como la
astrofísica, están descubriendo huecos reales en la continuidad natural del universo (por ejemplo, el
caso de la creación del Big Bang), por lo que la necesidad de un Dios que llene el vacío mediante la
intervención en la naturaleza está siendo revivido en algunos sectores.
88 Este es el punto de vista del prolífico Stephen Jay Gould, quien admite que hay brechas
importantes en el registro fósil, pero sostiene que la macroevolución es un hecho incontestable; y de
Steve Jones, editor principal de la Encyclopedia of Human Evolution (ver cita en la bibliografía).
posible explicación de esta similitud, como la teoría de un diseñador común o
ingeniero.
En la cuestión de los orígenes humanos, las teorías creacionistas (sean
Tierra Joven o Tierra Vieja) proponen que al menos una de las brechas
observadas en el fósil y/o registro cultural es real y no es un artefacto de
nuestro limitado conocimiento del pasado. En algún momento de la historia
natural Dios hizo al hombre por un medio directo. Por supuesto, todavía
podemos preguntar por qué Dios hizo al hombre tan parecido a los simios
modernos -o más importante- a los otros homínidos que eran contemporáneos
con el hombre primitivo.
Tal vez si nos reformulamos esta pregunta podemos ver mejor cómo
responder a ella. Debemos preguntar, "¿Tiene el hombre que ser diferente para
ser una prueba de que Dios lo hizo directamente?" (Por el bien del argumento
vamos a ignorar las claras diferencias en la capacidad lingüística y cultural
que hacen distinguir al hombre de los animales y otros homínidos, ya que un
escéptico los rechazaría como rasgos secundarios). La respuesta a esto es
simple: No. Nosotros sabemos que muchos de los milagros de Jesús
produjeron resultados que parecía que tuvieran una historia pero eran
completamente naturales (por ejemplo, el vino en las bodas de Caná, el pan
utilizado para la alimentación de los 5000), por lo que algunas de las acciones
milagrosas de Dios pueden ser difíciles de distinguir de los providenciales a
menos que estuviéremos allí en el momento en que el milagro tuvo lugar o
tener conocimiento adicional acerca de las circunstancias que lo rodearon. El
autor considera que la creación especial del hombre sea tal caso. La Biblia nos
dice algo acerca de la historia del hombre que no somos capaces de deducir de
la evidencia sobreviviente: El hombre fue una creación especial. ¿Por qué
Dios escogió no modificar un homínido existente, sino hacer algo muy
parecido a partir de cero? Tal vez para indicar la importancia relativa del
hombre delante de Dios o para significar que el hombre es la piedra angular de
su creación. Ciertamente, simplemente leyendo el Génesis no conseguimos la
sensación de que hay algo "malo" en lo que se ha creado al punto que Dios
tendría una aversión a usarlo como modelo para su trabajo final.
Una analogía burda podría ser una carta de negocios, dictada y escrita
por una secretaria, pero firmada personalmente por el presidente de la firma.
Todo el contenido de la carta viene del presidente, pero la firma implica su
propia acción personal y sirve como un sello de aprobación, de autenticación
de los contenidos. El hombre es la “firma” personal de Dios—su propia
obra—incrustado en el resto de la creación.
Otra analogía, esta vez proveniente el antiguo cercano oriente, consiste
en la construcción o restauración de un templo. Un elemento clave en esta
empresa de gran envergadura consistió en la toma de la primera piedra para la
nueva construcción. En una elaborada ceremonia, el rey mezcla personalmente
el agua y el barro y la moldea. 89 Una vez que se hizo este primer ladrillo, a
continuación, la fabricación del resto de los ladrillos por trabajadores
ordinarios puede comenzar. No se considera denigrante para el rey agacharse
para hacer él mismo un ladrillo, sino que era un gran honor. El ladrillo del rey
no tenía una composición diferente de los demás; dado que fue hecha por
primera vez por el rey personalmente, era claramente el más importante. De
manera similar, la creación del hombre de Dios es importante no por la
composición física única del hombre, sino debido a la intervención directa de
Dios en el proceso.
Si bien se supone la teoría de un diseñador común al estudiar obras de
arte para determinar el estilo que es característico de un pintor determinado,
con sistemas auto-replicantes puede ser difícil de distinguir de auto-
modificación de ajuste externo. En los casos en que se produce un aumento
sustancial en la complejidad, los ajustes externos pueden sólo ser descartados
si el mecanismo de auto-modificación se entiende bien y si suficientes formas
intermedias existieron para demostrar que no se produjeron discontinuidades.
De otra manera no es prudente suponer que un mecanismo natural es el único
medio posible para puentear la brecha.
Si el objetivo de la ciencia es determinar lo que realmente ocurrió en
lugar de construir la racionalización naturalista más plausible de lo que podría
haber sucedido, entonces debemos aplicar nuestras presunciones con cautela.
Como Einstein señaló en otro contexto (citado en nuestro prólogo), los
presupuestos en una teoría pueden enmascarar los datos para que la gente ya
no vea otras posibilidades. Si la "ciencia" se define de manera que las acciones
de un agente sobrenatural se consideran fuera de los límites o incluso
irracionales, no debemos sorprendernos si la ciencia no puede ver la obra de
Dios a través de su ceguera autoimpuesta.
¿Existe alguna forma objetiva de resolver el enfrentamiento entre
presuposiciones naturalistas e intervencionistas? 90 Más datos sin duda llenan
los vacíos existentes en nuestros conocimientos y nos ayudan a determinar qué
transición aparente es real y cual no. La investigación sobre varios frentes, sin
duda será útil: Más fósiles homínidos intermedios ayudarán a rastrear el
89 Este proceso es descrito en H. W. F. Saggs, The Greatness that was Babylon, 2nd ed.
(London: Sidgwick & Jackson, 1988), 313-319.
90 Los cristianos deben tener cuidado de afirmar que Dios también utiliza medios naturales
para llevar a cabo sus propósitos, por lo que estrictamente el choque aquí es entre el naturalismo
ateo y el intervencionismo teísta.
cambio gradual en donde las características del esqueleto ocurrieron o no;
estudios comparativos continuados entre el ADN humano y los primates nos
darán una más detallada imagen de nuestras similitudes y diferencias,
proporcionando más pistas sobre su significado; descubrimientos
arqueológicos en el área de estudios bíblicos pueden encontrar nuevo material
que nos ayude entender mejor el Génesis primitivo.
Por la presente el autor no siente la compulsión de cerrar todas las
brechas en evolución de los homínidos con el naturalismo en lugar del teísmo.
La clara ruptura de homínido a cultura humana, la alta similitud de ADN
humano moderno que implica incluso una reciente reducción de población a
científicos seculares, y la naturaleza fragmentaria general de nuestro
conocimiento actual, debe hacernos reacios a atribuir las obras de un
diseñador común a padres comunes. Lo que es alentador es que a medida que
la investigación en esta área ha progresado, la evidencia histórica extra-bíblica
a favor de un Adán y Eva histórica en realidad ha aumentado. Hace un siglo el
modelo de orígenes humanos dominante era el multi-regional, llamada una
solución de "muchos Adán[es]". Incluso hace cincuenta años no había
evidencia científica para la historicidad de Adán. Hoy, sin embargo, los datos
de diversidad genética sugieren una fundación tan pequeña como de una
población de 500-2000 individuos, una difusión a nivel mundial a partir de
una región pequeña. La Eva mitocondrial, el cromosoma-Y de Adán, e incluso
el gen DRB1 convergen en una sola pareja, que de alguna manera se salvó de
la infección por los virus comunes a muchos otros primates. Si bien no es
concluyente, por ningún medio -y es imposible ser concluyente dado que
estamos viendo hacia atrás en los acontecimientos de la historia profunda- hoy
en día hay en realidad varias líneas de evidencia científica que apoyan la idea
de un Adán y Eva históricos. Aquellos que nos dicen que debemos abandonar
este mito primitivo y adoptar un modelo darwinista de los orígenes humanos
pueden no estar conscientes de estas tendencias, ya que han sido influenciados
por sus colegas de pensamiento naturalista. 91
91 El ritmo al que la bioquímica está ayudando a comprender los sistemas vivos y sus
increíblemente complejas interrelaciones es rápida: A la vuelta del siglo 21 fue común argumentar
que la mayor parte del genoma humano fue "ADN basura", "Restos y desechos" evolutivos que
contenían pseudogenes y ofrecía evidencia de la ascendencia común. El descubrimiento del ARN
no codificante de la proteína y su gran importancia en la celda de regulación ha volcado gran parte
esta actitud, y hoy al menos el 80% del genoma humano está reconocida por tener la función
biológica.
http://www.nature.com/nature/journal/v489/n7414/full/nature11247.html
http://genome.ucsc.edu/ENCODE/
En conclusión, vale la pena señalar que tanto la ciencia como la teología
se benefician de la las tensiones que surgen cuando las interpretaciones de los
datos de cada campo entran en conflicto. Ni uno de los dos campos puede
pretender ser una guía absoluta a la verdad apartada de la otra: La teología
aprendió que de sus debates geocéntricos/heliocéntricos con las ciencias
naturales a ser cautelosa en sus interpretaciones, porque algo de lenguaje
bíblico es fenomenológico, al igual que lo son muchos modismos del lenguaje
ordinario. 92 Del mismo modo la ciencia aprendió a ser prudente en sus
presuposiciones metafísicas cuando quedó claro que el universo no es eterno,
sino parece ser creado, algo que los teólogos cristianos han argumentado a
favor por cientos de años. 93 En el caso de los orígenes del hombre, ninguna
resolución evidente de la tensión entre los modelos parece posible en la
actualidad, pero tampoco es posible descartar los modelos. Al buscar los
puntos en nuestras presuposiciones, verificando doblemente la validez de
nuestros datos y buscando más de lo mismo, tal vez podamos llegar a un
consenso que sea más caritativo para todos.
LECTURA RECOMENDADA
Fazale Rana con Hugh Ross, Who was Adam?: A Creation Model
Approach to the Origin of Man. (Colorado Springs, CO: NavPress, 2005).
Ann Gauger, Douglas Axe, y Casey Luskin, Science and Human
Origins. (Seattle, WA: Discover Institute Press, 2012).
C. John Collins, Did Adam and Eve Really Exist?: Who They
Were and Why You Should Care (Wheaton, IL: Crossway, 2011).
92 Las referencias en los Salmos a "los pilares de la tierra están firmes" (Salmo 75: 3, etc.)
aluden a la estabilidad de las montañas, y no implican un sistema solar geocéntrico (donde el sol
gira alrededor de la tierra). En los tiempos modernos nos referimos a "la subida del sol" porque este
es la forma en que aparece para el observador, y no están dando a entender con esto que el sol está
en realidad en movimiento.
93 Robert Jastrow, God and the Astronomers (New York: W. W. Norton & Co., 1978).