Prefacio Los 100 Errores de La Experiencia de Cliente
Prefacio Los 100 Errores de La Experiencia de Cliente
Prefacio Los 100 Errores de La Experiencia de Cliente
Prefacio
a la experiencia
de cliente
Juan Carlos Alcaide y Pedro Pérez
E n el día a día de una empresa de servicios se cometen, (somos imperfectos)
un sinfín de errores. Muchos de ellos son inclasificables, lo sabemos.
En este libro hemos intentado acuñar los que más veces se repiten, los que
nos hemos encontrado en nuestra experiencia profesional en el mundo del ser-
vicio al cliente y la experiencia del cliente en los últimos veinticinco años. Hemos
caído en tópicos, somos conscientes de ello, pero nuestra intención ha sido
hacer un libro con los errores que de manera más frecuente se repiten, y aludir
a los “lugares comunes”, aunque esto suele ser a veces pedagógico y aleccio-
nador.
La finalidad de este prefacio, de esta introducción, es llevar al lector de la
calidad a la experiencia y que comience la lectura de los «100 errores» con su
foco puesto en la segunda, puesto que van de la mano.
Sin calidad de servicio (sin conocer las necesidades y expectativas del clien-
te y acomodar los procesos internos de la compañía a satisfacerlos), no hay
experiencia de cliente (o la hay negativa). La experiencia, la interacción, el ser-
vicio con calidad es básico, es necesario, aunque no suficiente, para lograr la
fidelización y vinculación con los clientes.
En el mundo del management hay modas y modismos. La expresión de
moda es Customer Experience: en los últimos años, sin solución de conti-
nuidad, hemos pasado del CRM (Customer Relationship Management) como
«dios monoteísta» de la gestión comercial y de marketing, a la actual suplan-
tación-evolución del CEM (Customer Experience Management) sin apenas so-
lución de continuidad.
Poco o muy poco se ha construido en España sobre cultura de servicio al
cliente, ni se ha definido una ciencia del servicio o de los servicios, ni conceptos
similares; para un país que tiene en el servicio una de sus mejores oportunida-
des competitivas.
Hemos pasado, dando un salto en el vacío, de la informática (poco com-
prendida en general por los directivos) a la gestión de la experiencia (entendida
a veces como algo esotérico y poético, banal y sin contenido. Este libro intenta
llenar ese hueco, facilitar el tránsito de la calidad de servicio del siglo XX (no
20 · LOS 100 DE LA EXPERIENCIA DE CLIENTE
Pero no es ciencia difusa. Hay que gestionar, prever y conducir los errores
organizativos y humanos que dan al traste con la relación con los clientes, per-
sonas a la postre, con sentimientos, cuyo dinero aporta ingresos a la empresa,
y con el que pagan los salarios de sus empleados.
Vamos a tratar de hacer una breve síntesis, quizá superficial, pero que ha
de explicar en pocas líneas la relación entre calidad de servicio y experiencia de
cliente.
1. Fiabilidad.
2. Capacidad de respuesta.
3. Profesionalidad.
4. Cortesía.
5. Credibilidad.
6. Seguridad.
7. Accesibilidad.
8. Comunicación.
9. Comprensión del cliente.
10. Elementos tangibles.
llegar! «Yo pago y ellos deben cumplir con mis expectativas», parece pensar el
cliente promedio.
La calidad y la excelencia en la gestión, afortunadamente, se han convertido
en commodities, por más que los expertos veamos lagunas allá donde mire-
mos. Los clientes, las personas, dan por descontadas las ventajas funcionales
y la calidad de los productos y las empresas.
Así, la actual gestión excelente orientada a la fidelidad debe incluir los si-
guientes pilares:
1. Gestión de la calidad: ¡Hasta ahí podríamos llegar! Cero defectos y me-
jora continua.
2. Incentivos, privilegios, ofertas promocionales a los clientes actuales. Es-
pecialmente en los hogares.
3. Comunicación (de valor) intensa y relación personal, cálida, cercana, emo-
cional y basada en preferencias, comodidades, facilidades y, en definitiva,
orientada a mejorar la vida cotidiana de empresas y personas.
4. Fidelización vía la formación, información y, en general, contenidos funcio-
nales que aporten valor añadido.
5. Gestión de la marca, una marca amable, cálida, cercana, que promete
(cumple y supera las promesas) placer, disfrute y experiencias positivas.
Cuando hay muy poco o ningún contacto personal entre el cliente y la em-
presa, la marca es lo más importante en cuestión de elección del consumi-
dor. No obstante, la ventaja competitiva puede asegurarse mejor cuando el
compromiso emocional del cliente con una marca se ve reforzado por un
compromiso emocional con las personas que venden y entregan el pro-
ducto de esa marca, esa relación con el cliente genera identidad. Esa es la
esencia del valor emocional añadido, la identificación de las personas con
la marca. Como dice Joan Manuel Serrat en su canción «La gente va muy
bien»:
Es necesario que la marca trabaje los insights (como se dice ahora) de los
clientes, los integre y trabaje la pertenencia con las personas: tu marca te perte-
nece. Soy de los tuyos. Eres de los míos.
Todo es mucho más complejo, y hace muy poco de ello, que la «calidad
suficiente era suficiente».
Todos ellos son casos en los que se necesita un cierto grado de seguridad,
en que la prestación futura será como se espera, lo que implica «confiar» en la
empresa que presta el servicio o proporciona el producto.
Estamos de acuerdo con Castelfranchi y Falcone cuando hacen la siguiente
afirmación:
«Para nosotros, la confianza puede ser racional y puede apoyar decisiones
racionales. La confianza como actitud es racional cuando está basada en la
razón; cuando se basa en evidencias bien motivadas y en buenas inferencias;
Confianza Credibilidad
Fiabilidad: cumplir siempre lo que se promete, mantener un trato y una calidad sin
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picos ni valles (los clientes pueden confiar en la palabra de la empresa).
Predictibilidad: los clientes pueden predecir con certeza las reacciones y los comporta-
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mientos de la empresa (no hay «sorpresas» de última hora).
Inclusión, aceptación: los clientes deben ser aceptados como son; no hay que preten-
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der cambiarlos.
Accesibilidad: tanto la empresa (físicamente) como sus niveles directivos deben ser fá-
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cilmente accesibles para los clientes.
17 Lealtad: «Si usted pretende tener clientes leales, debe ser leal a ellos».
28 · LOS 100 DE LA EXPERIENCIA DE CLIENTE
Establecer expectativas claras y cumplirlas: los clientes deben saber siempre lo que
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pueden esperar de la empresa, sus productos y sus servicios.
Humildad
Comportamientos Cumplir y superar lo prometido
Escucha activa
que construyen la
Informar e implicar CONFIANZA Disponibilidad del personal.
capacidad de respuesta
Pensar en términos de
«nuestros problemas» Integridad. Dar solución
a los problemas
Preservar la privacidad
de los clientes FIABILIDAD Predictibilidad
1 Concentrarse en el cliente
La rutina, los enfoques de gestión tradicionales o la propia cultura empresarial
llevan, sin remedio, en ocasiones, a ver la empresa de puertas hacia dentro;
fueran están los clientes a los que hay que atender cada día (aunque a veces
la actitud de los empleados es la de «afrontarlos»). Los clientes entran y salen,
vienen y van, pero lo importante son las instalaciones, el surtido, los procedi-
mientos, los sistemas (informáticos o no) y, muy especialmente, los productos.
JUAN CARLOS ALCAIDE · 31
5 Formar al personal
El personal de cualquier empresa constituye uno de los proveedores de expe-
riencias o ProvEx (en terminología de Schmitt) más eficaces. Las personas, por
sus propias características, son capaces de transmitir y potenciar las experien-
cias de otros. Pero para que sean ProvEx de utilidad es necesaria una formación
de los miembros del personal con el fin de cumplir plenamente con ese rol tan
delicado y crítico para el futuro de la empresa. Se podría resumir con la fórmula
nemotécnica:
CALIDAD + CALIDEZ = 10
A este respecto, el error que muchos responsables de empresas cometen
es creer que todo el mundo nace sabiendo cómo se trata correctamente a un
cliente. Y esto, sencillamente, no es cierto. En este sentido, sirve como ejemplo
el especial cuidado que ponen los parques Disney en la formación de su perso-
nal (hasta tienen la Universidad Disney).
Esta formación es aún más importante cuando su resultado forma parte de
las experiencias que se pretende generar en los clientes. No se trata tan solo
del trato correcto, formal o educado, sino que, al mismo tiempo, tiene que estar
cargado de calidez, empatía, humanidad y una actitud amigable. Es una perfor-
mance, una puesta en escena, una improvisación preparada e interactiva con
cada invitado y realizada por cada anfitrión o empleado de la empresa. Desde
Starbucks afirman: «Nuestra gente le atiende rápido, le sonríe, no le acosa; son
una bocanada de aire fresco». Pero esa forma de actuar del personal es el fruto
de un proceso previo de formación, de entrenamiento, de alineamiento organi-
zativo.
UÊComunicaciones
UÊEntornos espaciales
UÊIdentidad visual
UÊSitios web y otros medios electrónicos
UÊPresencia del producto
UÊPersonal de la empresa
UÊCogestión de la marca
DISFRUTE
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Adaptada de B. Schmitt
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había otras que no podía mostrar avances importantes y ningún logro relevante.
Al estudiar más a fondo este segundo grupo (los «fracasos»), identificaron cinco
razones principales, aunque todas pueden resumirse en un único concepto:
falta de una implantación suficientemente disciplinada de los nuevos enfoques.
En detalle, las cinco razones identificadas para el fracaso en el desarrollo de
experiencias memorables fueron:
1. Falta de una clara visión de futuro.
2. Imprevisión al no contemplar la gran cantidad y variedad de asuntos que
se deben afrontar.
3. Deficiente planificación, lo que condujo a que no se establecieran las prio-
ridades correctas.
4. Incapacidad para crear internamente el entorno adecuado.
5. Imposibilidad para crear una sólida estructura operativa orientada a la
experiencias del cliente.
Marketing de servicios customer experience y nueva economía (Ahora sí, 15 años después)