El Corporativismo
El Corporativismo
El Corporativismo
Resumen: Hemos realizado una descripción del concepto y realización del corporativismo y de su
recorrido histórico, normalmente a través de la experiencia del fascismo. El corporativismo se trata
de una alternativa propuesta al individualismo (liberal) y al estatismo (socialista) que surgió tras la
Primera Guerra Mundial, surge en un contexto de gran conflictividad obrera, se basa en la creación
de estructuras intermedias formadas por grupos sociales de origen natural (como la familia o el
municipio), se trata de un modelo tradicionalista que pretende recuperar algunas de las formas de
organización del antiguo régimen (el gremio, el concejo…). Hemos llevado a cabo un análisis y una
comparativa del modelo de corporativismo propuesto por Perpiñá: el corporativismo administrativo,
a través de la estructura del organismo autónomo. Con carácter público, técnico y sin competencias
políticas. Frente a otros modelos propuestos de tipo más político y autoritario o de corte más liberal.
Este corporativismo lo estudiaremos principalmente en el ámbito de laboral (aunque pueda darse en
otras estructuras) puede tener distintas manifestaciones: en el sindicato, la propia empresa, la
administración pública.
Abstract: We have made a description of the concept and realization of corporatism and its
historical development, usually through the experience of fascism. Corporavism is a proposed
alternative to individualism(liberal) and statism (socialist) that emerged after the First World War,
arises in the context of big workers conflictivity, is based on the creation of intermediate structures
formed by natural social groups (such as the family or the commune), it is a traditionalist model that
seeks to recover some forms of the union (the unions and communes). We have carried out an
analysis and a comparison of the model of corporatism proposed by Perpiñá: administrative
corporatism, through the structure of the autonomous organization. Public, technical and without
political powers. Faced with other models proposed of a more political and authoritarian or more
liberal kind. This corporatism we study mainly in the field of labor (although it may occur in other
structures) can have different manifestations: in the union, the company itself, the public
administration.
Antonio Perpiñá nació en Madrid en 1910 en el contexto del Regeneracionismo español y dos años
después de la fundación del INP. En 1932 se licenció en Derecho con premio extraordinario en la
Universidad Central de Madrid. En 1936 se doctoró con la tesis Estudios sobre la concepción
materialista de la historia. Influido por Severino Aznar Embid, tuvo una mayor propensión por la
sociología frente al juridicismo, es decir, no se limitó al análisis legal sino que trató de entender las
lógicas subyacentes, una tarea sociológica. Además de ejercer como profesor e investigador en la
sociología.
Tras la guerra civil española trabajó como ayudante de la cátedra de derecho político de la
Universidad de Madrid. En 1942 se presenta por primera vez a la cátedra de Derecho Político pero
aún no la consigue y son frustradas sus primeras intenciones académicas ( lo que recordará citando
a Ortega “Yo soy yo y mis circustancias”, sin embargo, se queda como profesor ayudante, cuyo
sueldo era insuficiente para el sostenimiento familiar y, por ello, pasa a trabajar en el INP hasta el
año 1947.En 1943 trabajó para el Instituto Balmes de Sociología del CSIC, del que será nombrado
secretario en 1960 y director en 1972.
En 1949 fue uno de los fundadores de la Asociación Española de Sociología con algunos autores de
renombre como: Carmelo Viñas y Mey, Antonio Truyol y Serra, Enrique Gómez Arboleya,
Francisco Javier Conde, Manuel Fraga Iribarne.
OBRAS DESTACADAS:
Teoría de la realidad social. Los problemas del hombre y de la vida humana, Instituto Balmes de
Sociología del CSIC, Madrid, 1949 y 1950.
Para tratar de llevar a cabo una síntesis estudiaremos las cuestiones tratadas en la obra englobadas
por temáticas comunes, aunque manteniendo cierto orden del libro, pues este establece ya una
buena progresión en el desarrollo de los conceptos, que merece ser parcialmente mantenido, aun
tratando de agrupar las ideas repetidas a lo largo del texto.
En primer lugar, la cuestión principal presentada en el libro: la época de lo social. La clara victoria
de los postulados de la necesidad de políticas para solucionar los problemas sociales, frente a
aquellos que defendían la no intervención estatal. En el libro se expone cómo las ideas propuestas
por el liberalismo han fracasado en favor de las ideas socialistas, cristianas y la “fraternidad
democrática”, estas han sido los pilares de un modelo de organización dominante, el de la seguridad
social.
Este modelo tiene su origen tanto en el Kulturkampf alemán, como en el mundo católico, la Rerum
novarum promulgada por León XIII, y en la victoria de las revueltas socialistas y movimientos
obreros que dejaron latente la necesidad de una intervención por parte del estado, aunque sea, para
protegerse de las masas. En este cauce, establece Perpiñá que primero urgió la necesidad de
proteger a los proletarios, que eran más conflictivos dado que como establece el autor: “los
modestos agricultores autónomos podían pasar hambre, pero no eran un peligro”. Esta política
social tendrá como objetivo paliar las desigualdades entre las clases sociales pero sin tener que
hacer una reforma total en la estructura de la sociedad.
El autor estudia el proceso mediante el cual, las relaciones entre patrones y obreros, que hasta el
momento eran reguladas mediante el Derecho privado y gestionadas a través de cuotas de obreras y
patronales, pasan a dejar de ser únicamente de interés privado y comienza a ser un asunto de estado,
eliminando este tipo de cuotas en favor de los impuestos estatales.
Por otro lado, esta protección de tipo laboral y exclusivamente obrera pasa a ser cada vez más
extendida al conjunto de la población, llegando a cubrir hasta: pensiones, enfermedad, desempleo,
accidentes laborales y subsidios familiares.
Este modelo de estado social se extiende rápidamente entre los países y sirve como marca del
desarrollo de estos. En muchos países no socialistas se llega a cuestionar la existencia de una
propiedad privada “libre” ya que hay un control estatal de la propiedad privada superior al 50%, así
como por el aumento de las regulaciones sobre la misma.
Finalmente, estos esfuerzos estatales tienen como objetivo la consecución de la “felicidad” de todos
los ciudadanos, lo que el autor compara con la utopía (o distopía) descrita por Aldous Huxley en Un
Mundo Feliz, de grandes aspiraciones hedonistas.
Los valores que comprendían el antiguo concepto de democracia, entendida únicamente como la
posibilidad de votar cambian, y comienza la evolución hacia una verdadera democracia, para pasar
de ser una simple “democracia burguesa” a una “democracia social” debe existir “igualdad” y
“justicia redistributiva”, este es el punto que interesa a Perpiñá, pues, para ello, usan las políticas
sociales de protección.
Otra de las cuestiones que Perpiñá trata es el capitalismo, para definirlo tiene en cuenta los
postulados marxistas según los cuáles el capitalismo no es solo un modo de producción o una forma
económica (que se correspondería con la “estructura” en el marxismo) sino también una estructura
social y de pensamiento, que se refleja en la ideología social e incluso, señala, en el derecho. Esto se
correspondería con la superestructura.
Continuando con el análisis marxista, el autor contrapone la idea de Marx de que los cambios
económicos son previos a los cambios ideológicos, según la experiencia histórica las ideologías se
han expandido dando lugar a industrializaciones de un modo no capitalista, sino también socialista
o mixto, como fue el caso de Rusia (un país agrario en 1917). También describe una serie de
procesos que sufren las sociedades industriales, donde señalaremos tan solo algunos, como son la
creación de una élite financiera en los países capitalistas o mixtos, la creación de una élite política
en los países de tipo socialista y también aumento de las masas obreras con la industrialización. En
la fase neotécnica de la industrialización, el proletariado comienza a especializarse y posteriormente
hay una “desproletarización” en la cual ya no podemos hablar del mismo modo de trabajo repetitivo
y alienado descrito por el marxismo.
También se darían cambios en la estructuras de las empresas desde el gigantismo inicial de la gran
empresa capitalista, que pese a la concentración capitalista no consigue ahogar a la mediana y
pequeña empresa, al absentismo industrial en el cual el propietario deja de dirigir personalmente la
empresa y una posterior policracia (copropiedad entre muchos accionistas) y gestión gerencial, la
delegación de la gestión en directivos también asalariados, y ,finalmente, una nomocracia, en la que
la empresa pasa a funcionar por los dictámenes el mercado, la ley y las necesidades técnicas,
perdiendo totalmente el poder de decisión antes ostentado por la figura del burgués. Estos procesos
de la empresa se darían de un modo similar en un modelo de producción socialista, aunque con
características propias.
Estas serían las líneas generales dibujadas por el autor en el libro en relación con la cuestión del
industrialismo, que él separa del concepto de capitalismo, pues, como señalamos, también se da en
modelos socialistas. La tesis defendida por el autor es que se está dando una combinación de ambos
modelos, los países socialistas se ven obligados a establecer algunas características del libre
mercado y pequeña propiedad privada y en los países capitalistas se da una “socialización fría”, sin
una necesidad de grandes revoluciones, la propiedad privada pasa a manos del estado o ve limitada,
por regulación legal, en mucho sus atribuciones de forma que no se puede hablar de “libre
propiedad”.
4-. El corporativismo.
Otra de las grandes cuestiones tratadas en el libro es el corporativismo, un modelo que tuvo su auge
en el periodo en entreguerras dado el fracaso del capitalismo y del socialismo par solucal intentar
solucionar determinados problemas.
El autor critica el modelo corporativista pues considera que queda desfasado, es un modelo
tradicionalista, irrealizable por el gigantismo de las empresas y en el que se da un egoísmo colectivo
de la corporación. Sin embargo, establece que sí es necesaria la reconstrucción ciertas
corporaciones a través de las “organizaciones autónomas”.
Finalmente, el autor también hace referencia en sus últimas líneas a la necesidad de una reforma
moral de la sociedad, antes de la legal y formal, una “revolución cultural” que permita el
funcionamiento de la sociedad y el Estado Social
COMPARATIVA
En este artículo se expone la experiencia Mexicana corporativista propuesta por los radicales
liberales tras la Revolución Mexicana. Este modelo está basado en un pacto nacional de base
corporativa, se tratan de armonizar los intereses de los distintos grupos sociales. Para la autora, esta
opinión parte de la acertada base de que economía y política son inseparables, y, por tanto, se
requiere una intervención mediante organismos intermedios (la corporación) de dichos agentes
económicos en la propia política. También es señalado que el objetivo de esta propuesta es la
anulación de lucha de clases.
El corporativismo del que se habla en el artículo se define como un sistema económico y de toma de
decisiones propio de Europa. Para conseguir los objetivos económicos se remite a valores como la
solidaridad y la disciplina, en detrimento de la competitividad. El Neocorporativismo surge en la
década de los 70, aunque no hay consenso, el neocorporativismo se puede definir como un sistema
económico, una forma de Estado, un modo de producción o un sistema de mediación, contrario al
liberalismo político. El Neocorporativismo aspira a ser un sistema total en el que el Estado debe
absorber a los sindicatos y las asociaciones de empresarios. Por el contrario, el corporativismo del
que habla Perpiñá es un sistema de organización y que no tiene aspiraciones de ser global ya que
cree que el Estado debe seguir siendo la máxima autoridad.
“Corporativismo sindical.”
En este fragmento se exponen algunas de las características de corporativismo impuesto por Primo
de Rivera durante la dictadura y el papel de la Organización Corporativa Nacional. Aunque los
aspectos históricos descritos en este texto no atañen a objetivo de este trabajo, cabe señalar la
propuesta hecha por Eduardo Aunós.
Mientras que para Primo de Rivera se trata un corporativismo establecido con el fin de crear paz
social y evitar los conflictos de clase para Aunós la corporación debe de tener la finalidad de llevar
a cabo una verdadera revolución democrática.
Aunós pone en duda el principio de la solidaridad entre clases que regía la idea del corporativismo
(así como en la tesis durkheimiana). Para Aunós la única forma de garantizar el cumplimiento de
los objetivos de la corporación es dándole a esta poder coercitivo. Para esto se requiere un Estado
fuerte, que imponga sus orientaciones y leyes.
Aunque ambos coinciden en un replanteamiento del corporativismo, las tesis de Perpiñá y las del
neocorporativismo se oponen radicalmente . Mientras el neocorporativismo aspira a ser un sistema
total, Perpiñá establece delgados márgenes para la actuación de estos, pues les atribuye grandes
limitaciones, entre ellas, limita su capacidad de acción política.
Mientras que el resto de modelos propuestos abren el uso de la corporación a tanto empresas como
sindicatos, Periñá tan solo da cabida a dicha estructura la administración pública, y lo convierte en
un órgano técnico más que regido por democracia interna. Esta limitación deja a dicho modelo muy
alejado de los modelos propuestos por el resto de autores.
Muchos de los modelos propuestos por el resto de autores incurren en situaciones ya previstas por
Perpiñá. En su obra se citan algunos de estos errores que se dan en el corporativismo y, a pesar de
ser obras posteriores a la de Perpiñá parece adelantarse en ciertos aspectos: como es el caso de
Matilde Luna, Perpiñá ya tiene en cuenta que dar el poder económico a una corporación implicaría
entregar consigo el poder político, Matile hace una distinción entre estos dos poderes que para
Perpiñá es nula o está altamente ligada : “no se puede separar lo político de lo social”. También
prevé Perpiñá que el modelo propuesto por Aunós podría convertirse en un modelo incluso más
represivo y asfixiante que el propio Estado. Tampoco se establece, en ninguno de los autores
comparados, la necesidad de establecer competencias muy específicas, principio que Perpiñá
establece como necesario para el funcionamiento de un corporativismo.
CONCLUSIONES
2. Aunque no hay consenso sobre cómo hacerlo, existen distintas propuestas de corporativismo
entre los autores, pues ven necesaria una redefinición de esta forma de organización. Matilde Luna
defiende que las empresas deben tener poder de decisión sobre el Estado mientras que Perpiñá
defiende las corporaciones como organismos autónomos pero dependientes del Estado.
3. Podría ser interesante en nuestra sociedad el rescate de algunos órganos corporativistas ya que
son grupos que fomentan la interacción social y protegen a la gente. Estos posibles organismos
deberán tener cierto poder de decisión, estar coordinados con otros y estar supeditados al Estado.
4. Uno de los problemas encontrados es que la mayor parte de los estudios que se han realizado
sobre el corporativismo se limitan a analizar los procesos e intentos de aplicación existentes en
otros países, analizando estos desde distintos contextos e ideologías pero no a reformularlo. Desde
la década de los 80 en la que se formula el Neocorporativismo no hay propuestas teóricas
novedosas.
5. La gran dificultad que hemos hallado es la falta de implantación del corporativismo en alguna
nación, teniendo como únicas referencias pequeños “experimentos” realizados en México e Italia.
Además, nunca se han puesto en práctica de forma plena las teorías del corporativismo ni se han
reimplantado aquellas estructuras que se consideraban naturales, lo único que se ha mantenido han
sido los órganos autónomos que defendía Antonio Perpiñá, lo que nos hace ver que el modelo que el
plantea puede llegar a ser superior frente al corporativismo tradicional o al Neocorporativismo.
6. Quizá el tiempo podría haberle dado una victoria, a menos parcial, a la propuesta de Perpiñá del
corporativismo administrativo, en organismos autónomos, un modelo parcialmente aplicado, al
contrario que el otro modelo de corporativismo con atribuciones más políticas.
CONCLUSIÓN FINAL DE JAVIER MARCO MARCO
Mediante la lectura, comprensión y análisis del libro de Perpiñá y los artículos “Corporativismo
sindical” y “La alternativa corporativista” he podido llegar a esta conclusión.
Cuando hablamos de corporativismo la mayoría de gente que sabe lo que es no le suele gustar
debido a la historia dictatorial que le prevalece, un gran ejemplo sería la dictadura italiana de
Mussolini o la española con Francisco Franco. ¿Qué tienen en común dichas dictaduras? En su
llegada al poder ambos se dedicaron a defender sus intereses y derechos, ¿algo que parece que está
bien no? Si la frase acabase ahí sí, pero ellos defendieron su colectivo, sus derechos y sus intereses
por encima de la justicia, de los derechos y libertades de los demás, causando daños irreparables a
terceros.
La historia del corporativismo habla más que el corporativismo en sí, y como a todas las cosas hay
que mirarles el lado bueno y la parte positiva, en el caso de México encontramos lo contrario, en
lugar de un corporativismo radical o dictatorial, vemos durante gran parte del siglo XX un
corporativismo sindical o social, donde los interés que se perseguían eran los del pueblo, haciendo
crecer tanto social como económicamente a México.
Con estas lectura he podido comprender el corporativismo de una forma distinta, más social y
menos radical .
Conclusión de Diego Sánchez Santiago.
Concluyendo mi análisis y comparación del libro de Antonio Perpiñá Rodríguez con el artículo de
Juan Martínez Alier, redacto las siguientes líneas finalizando con mi conclusión personal.
El texto de Perpiña en ocasiones consigue una cierta frustración al tener un complejo lenguaje que
conlleva la repetición de la lectura de determinados párrafos al menos en mi caso, tras esto se
consigue vislumbras las ideas que se conciben en el texto, Perpiña concibe nuestro tema
( corporativismo) como una supuesta mejora de las condiciones si su aplicación es justa, si su
aplicación es llevada al contrario se observan métodos de corporativismo poco beneficiosos o nada
para los componentes de este, como bien relata Juan Martínez Alier en su artículo de viejas
ideologías y nuevas realidades corporativistas la existencia de un mal método de uso en el
corporativismo como se dio en la etapa franquista de España conlleva a la existencia de sindicatos
muertos es decir que no representan nada sino que son simples marionetas, pero con el paso del
tiempo esto deriva a nuevas ideologías con el fin de mejorar esto tras el fin de las dictaduras en la
esfera europea. Perpiña defiende el corporativismo pero no entiende como corporativismo lo
sucedido en España asi que enumera en su libro ciertos ejemplos de los fallos principales que
sucedieron en dicho corporativismo durante la etapa franquista.
Conclusión Irene Vera Páez.
Tras la lectura de la obra de Perpiñá son numerosas las cuestiones que el autor plantea y que me han
resultado curiosas o me han hecho replantear ciertas ideas. La primera y con la que quizás haya
surgido más debate en clase es si seguimos siendo clase obrera, es decir, que si pese a la evolución
y cambio de los empleos podemos seguir considerándonos parte del movimiento obrero como
trabajadores. En mi opinión no nos consideramos clase obrera en el sentido en el que la describe
Marx u otros autores ya que la mayor parte de los trabajos no se centran en labores mecánicas y
automáticas ya que estas son, en la actualidad, realizadas por máquinas. Si nos seguimos queriendo
adscribir al término de clase obrera será por los valores y las implicaciones que esta conlleva,
porque nos sintamos arropados bajo los ideales y la lucha contra la opresión, característicos de esta
lucha. Es quizás el pretender recrear la clase obrera, un intento de protección de los asalariados o
los trabajadores por cuenta propia frente a los grandes empresarios que dominan nuestras
sociedades ya que estos son los poseedores de los medios de producción y de una manera menos
literal, de las vidas de los trabajadores. Esta reivindicación de la desfasada clase obrera es el nexo
de unión de los trabajadores y ciudadanos frente a los grandes oligarcas.
Otro punto interesante de nuestro trabajo sobre el corporativismo y que hemos expuesto
brevemente en las conclusiones es la inexistencia de nuevos modelos teóricos. Desde los años 80 no
se plantean nuevas ideas sobre el corporativismo lo que me lleva a preguntarme ¿Está el
corporativismo definitivamente desfasado? y ¿Por qué ya no se habla de corporativismo?. A la
primera pregunta tengo fácil respuesta, ya que mis ideas son similares a las que defiende Perpiñá en
su obra, el corporativismo necesita una redefinición lo que no quiere decir que su aplicación ya no
pueda darse. La idea que defiende el autor sobre que las corporaciones no deben tener carácter
político se ha visto reforzada tras la lectura de los artículos, sobre todo los relativos al
corporativismo sindical ya que en los ejemplos propuestos estos tienen una función política y dichos
modelos han acabado fracasando. Creo que el debate sobre el corporativismo ha sido abandonado
por la mala fama que este adquirió tras sus intentos de aplicación ya que estos fueron llevados a
cabo principalmente por la Italia fascista de Mussolini. Esto continua con la tendencia que tenemos
en Europa de desechar ideas o proyectos que fueron aplicadas por regímenes políticos que no son
bien vistos en la actualidad, (ya sea la Italia fascista, la Alemania nazi o la Rusia socialista) aunque
las ideas puedan seguir siendo perfectamente válidas en la actualidad e incluso pudieran dar
solución a ciertos problemas que tenemos hoy en día, estamos dejando atrás posibles soluciones por
las implicaciones políticas que arrastran.
Conclusión individual Pablo Olmedo Castaño
En el libro, Perpiñá, lleva a cabo una exposición fiel de los hechos y el desarrollo de lo que
establece como la época de “lo social”. En mi opinión, sus juicios son muy acertados debido a que
parte de una base correcta, la concepción materialista de la historia, toma la doctrina marxista como
referencia, sin caer en dogmatismos y ciertas ingenuidades típicas de algunos marxistas, lo que
podríamos intuir, proviene de su experiencia personal en el campo de estudio de lo social. Pero
también sin caer en la visión burguesa estructuralista de la sociología, y asume el conflicto entre
clases. También resulta clave que tenga la noción básica del materialismo: la materia puede
modificar a la idea y viceversa.
Partiendo de este análisis ya correcto de Perpiñá cabría establecer una limitación del autor, su
ineludible muerte. Pero resultaría interesante conocer que nos diría, o al menos hacer un análisis
similar, acerca de la deriva de lo público y los servicios públicos en las últimas crisis del estado
social: tanto la de los 80 con la nueva oleada neoliberal, la caída del bloque comunista, como la
posterior liberalización de lo público tras la crisis de 2008. En la época de Perpiñá Europa aún se
mantenía como epicentro del mundo, e incluso el proceso de descolonización aún no se había
culminado completamente. El mundo ha cambiado mucho, de la época de Perpiñá, donde la
metrópoli Europea (y EEUU) era la zona industrializada y el resto del mundo (colonias) se
encontraba desindustrializado. A la actual situación, con una Europa desindustrializada frente a
África y Asia. Cabría preguntarse qué repercusión tiene esto en la cuestión social ¿se trata, como
algunos afirman, del suicidio de occidente? Por otro lado, ¿Seguimos viviendo en sociedades
industriales o postindustriales? ¿Qué consecuencias en la ideología social tiene esto? ¿Y la
cuestión del envejecimiento poblacional en los seguros sociales? Todo esto queda desactualizado en
la obra, y responderlo se encuentra, por ahora, lejos de mi alcance.
A modo de valoración personal, este escrito de Antonio Perpiñá puede resultar bastante enredado
para un alumno el cual no haya estudiado nunca ninguna cuestión relacionada con la Política Social.
Al margen de esto, “la Época de lo Social” contiene doce ensayos, a propósito de “prepararnos”
para un porvenir de la sociedad abordando una serie de cuestiones relacionadas con la Política
Social y la formación de las instituciones de derecho público. Cabe destacar el poco reconocimiento
de la sociedad hacia Perpiñá, quien con esta serie de artículos cumplió un papel importante en el
desarrollo de la sociología española. Los artículos de este libro son precedidos de una breve
biografía del autor y un estudio preliminar, el cual da paso al abordaje de cuestiones como el
“Derecho Social”, “Seguridad social”, “democracia”, “capitalismo”, “corporativismo”
“industrialismo”, etc. En el caso de nuestro grupo, el principal tema estudiado ha sido el
“corporativismo”, el cual consiste en un sistema de organización política y social intermedio entre
el individualismo extremo y el estatismo extremo.
Para finalizar, comentar que a pesar de las ciertas dificultades que puede conllevar la comprensión
de este libro y dando por hecho que muy poca gente ha profundizado en el estudio de la Política
Social, esta serie de ensayos son bastante útiles para cualquier estudiante de Trabajo Social, ya que
nos informa sobre una rama de la política sobre la que se sostiene nuestra futura profesión.
Lista de referencias
Martínez Alier, J. (1985). Viejas ideologías y nuevas realidades corporativistas. REIS, (31), 119–
142. Recuperado de https://www.jstor.org/stable/40183126?read-
now=1&seq=1#page_scan_tab_contents
Perpiñá Rodríguez, A. (2016). La época de lo social y otros escritos sobre política y seguridad
social. Murcia, España: Ediciones Isabor.
Zamora, G. (1995). Corporativismo sindical ¿Institución sin futuro? Política y cultura, 5, 43–53.
Recuperado de https://www.redalyc.org/html/267/26700504/