Sentencia TC Caso Emergia PDF
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N.O2689-2004-AAfTC
LIMA
EMERGIA S.A.
En Lima, a los 20 días del mes de enero de 2006, el Pleno Jurisdiccional del Tribunal
Constitucional integrado por los señores Magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen,
onzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente
se tencia, con los fundamentos de voto concurrentes de los Magistrados Vergara Gotelli y
L da Arroyo.
U.ANTECEDENTES
1. Demanda
) Con fecha 05 de marzo de 2002, la recurrente interpone acción de amparo contra el Ministerio
de Economía y Finanzas (en adelante MEF) y contra la Superintendencia Nacional de
Aduanas (en adelante SUNAD), a fin de que se declare inaplicable la Resolución N.o 118-
01212-2000-002539, Resolución N.O 118-01212-2001-000068, Resolución N.o 118-0131-
2001-000266, Resolución N.o 118-0112001-000346, Resolución N.o 8615-A-2001, así como
el Oficio N.o 135-2001-ADUANAS-MAR-01212 y el Memorando N.o 01-2001, por vulnerar
el derecho a las libertades de comunicación internacional, el derecho a la supremacía de la
Constitución sobre toda norma legal (sic) y el derecho al respeto del principio de legalidad en
materia tribut 'a, consagrados por los artículos 51 0 , 54 0 Y 74 0 de la Constitución. En
consecuenc' , solicita reponer las cosas al estado anterior a la vulneración de los derechos
i vocad y se le restituya la suma de SI. 76 269 012,00 (setenta y seis millones doscientos
esen y nueve mil doce y 00/100 nuevos soles) equivalente a U.S.$ 22 151 906,00 (veintidós
mi ones ciento cincuenta y un mil novecientos seis y 00/1 00 dólares norteamericanos), más
. tereses, que la ADUANA obligó a pagar a la recurrente.
La demanda se funda en los siguientes hechos:
En el año 2000, el Grupo Telefónica, a través de Telefónica Internacional dio inicio al
proyecto para la ejecución del South American Cable, denominado, primero, como
Proyecto SAM y, luego, como EMERGIA, el cual tenía por objeto instalar un anillo de
comunicaciones internacionales que uniera las principales ciudades de Centroamérica y
Sudamérica con presencia en los Estados Unidos, usando la tecnología del cable
submarino.
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oponían a que la importación se limitara al cable en las 12 millas. Para superar esto,
EMERGIA tomó contacto con la SUNAD para informarle que consideraba que el pago de
derechos sobre las 12 millas era el único trámite y pago que debía hacer y que no
correspondía el pago de derechos e impuestos a la importación, sobre el cable a tenderse
entre las 12 y 200 millas.
Los representantes de EMERGIA sostuvieron una reunión de lato nivel con ADUANAS.
Como consecuencia de esa reunión y teniendo en consideración la falta de antecedentes
sobre la materia, se propuso que EMERGIA presentara un pedido de pronunciamiento que
confirme su posición.
El 14 de diciembre de 2000, estando pendiente el pronunciamiento de ADUANAS, éste
cursó a EMERGIA la notificación N.o 118-01212-2000-002539, mediante la cual se
atribuye jurisdicción sobre las 200 millas y ordena nacionalizar el cable. Indicando que
ello se debía realizar antes del vencimiento de los 30 días de la descarga; lo cual fue
impugnado mediante recurso de reclamación.
EllO de enero de 2001, ADUANAS cursó la notificación N.O 118-01212-2001-000068
EMERGIA para informarle que el cable había caído en abandono por no habérsele dado
destino dentro del plazo de ley, otorgando un plazo de dos días para darle destino, bajo
apercibimiento de ejercer las acciones legales a que hubiere lugar previstas en la Ley de
Delitos Aduaneros.
Contra esta notificación EMERGIA presentó un recurso de reconsideración. alegando que
aun cuando se aplicara la legislación aduanera, no se había producido el abandono por
cuanto que la reclamación suspende el plazo del mismo. Sin embargo, sin absolver dicho
recurso, el 31 de enero de 2001, ADUANAS cursó la notificación N.O 118-0131-2001-
0000266, otorgando cinco días para que se proceda a pedir la nacionalización del cable,
indicando que, de no ser así, el Estado se lo adjudicaría por estado de abandono.
Nuevamente, EMERGIA impugnó esta notificación.
Mediante Oficio N.O 135-2001-ADUANAS-MAR-01212, el Intendente comunica a
EMERGIA que ADUANAS había adoptado una posición institucional, apoyado en la
opinión del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el sentido de asumir la facultad para
exigir el pago de tributos al cable submarino ubicado dentro de las 200 millas. EMERGIA
advierte que esta facultad no aparece explicitada en la opinión del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
Como consecuencia de esto, la intendencia de ADUANAS requirió a EMERGIA para que,
en el plazo de cinco días, proceda a numerar las declaraciones de aduana por el cable
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la Constitución sino el Derecho internacional.
La administración aduanera ha creído encontrar en el artículo 10 Ley General de Aduanas
sustento para desconocer la limitación impuesta por la Constitución, por lo que la
Resolución de la Intendencia de Aduanas N.O 118-01/2001-000346 así como la
Resolución del Tribunal Fiscal N. O8615-A-2001 , y los demás actos administrativos que le
sirvieron de base, vulneran el principio de supremacía de la Constitución, reconocido en
su artículo 51.
El artículo 74 de la Constitución sujeta a expresa reserva legal la creación de tributos, por
lo que la inconstitucional interpretación de la administración aduanera no puede suplir la
falta de ley expresa y crear, por vía de interpretación, una obligación tributaria,
imponiendo el pago de tributos aduaneros, en un supuesto no previsto expresamente en
ninguna ley.
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2. Contestación de la demanda
on cha 11 de abril de 2002, el Procurador a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio
de Ec nomía y Finanzas contesta la demanda, deduciendo excepción de incompetencia y
excep ión de caducidad, solicita se declare infundada y/o improcedente la demanda
opo namente.
Se ba a en los siguientes fundamentos de hecho:
L Administración Aduanera y el Tribunal Fiscal han actuado con arreglo al declarar la
i procedencia de las reclamaciones administrativas de la actora que versó sobre la
liquidación de tributos, al solicitársele la nacionalización de los cables internacionales de
fibra óptica de su propiedad que se encontraban dentro de las doscientas millas del mar
territorial sobre el cual el Estado peruano ejerce soberanía lo que pretende desconocer la
demandante.
El ejercicio de soberanía y jurisdicción que el Estado Peruano ha venido practicando
sobre el mar adyacente hasta las doscientas millas, no constituye una expansión territorial,
sino que dicha zona marítima declarada por el Perú tiene fines económicos, para la
preservación, protección, conservación y utilización de recursos naturales, los cuales,
según la actora, no constituyen mar territorial y, por lo tanto, no forman parte del territorio
nacional.
os fundamentos de derecho son los siguientes:
No existe vulneración del derecho a la libertad de comunicación internacional por parte
del Estado, pues éste, en observancia a lo estipulado en el artículo 54 de la Constitución,
no puede restringir ni impedir tales libertades. Lo que no implica, en modo alguno, la
inafectación o exoneración de los tributos aplicables a la importación de la mercancías que
hace posible dicha comunicación, ni mucho menos que dejen de observarse las
d·sposiciones aduaneras respectivas.
ampoco existe vulneración del principio de supremacía de la Constitución, desde el
omento que la interpretación que realiza la demandante es contraria al texto expreso de
la Constitución, en tanto propugna la división del dominio marítimo, en mar territorial y
zona económica exclusiva, así corno la renuncia a la soberania y jurisdicción a esta última.
En tanto no exista una ratificación de la Convención del Mar por parte del Estado peruano,
el ejercicio de la soberania del Estado implica el pleno ejercicio de sus facultades y
atribuciones, siendo en materia tributaria una de ellas, la de velar por el cumplimiento de
las obligaciones tributarias emanadas como consecuencia del tráfico internacional de
mercanCÍas dentro del territorio del Estado y comprende el suelo, el subsuelo, el dominio
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Con fecha 07 de junio de 2002, el Procurador Público encargado de los asuntos judiciales de
la Su erintendencia Nacional de Aduanas contesta la demanda, deduciendo excepción de
re ese ación defectuosa de la demandante, poniendo de relieve que la demandante ha
ecurrid a la vía judicial ordinaria y contradiciéndola en todos sus extremos.
Los arg mento s de hecho son como sigue:
No xiste ninguna acción u omisión de actos de cumplimiento obligatorio por parte de
AD ANAS que viole o amenace derecho constitucional alguno en relación a la aplicación
de 1 Constitución, de la legislación aduanera, de los derechos de aduana establecidos en
el Afancel Nacional y demás impuestos aplicables a la importación.
Los fundamentos de derecho son los siguientes:
Según la interpretación literal y sistemática realizada por la ADUANA y por el Tribunal
Fiscal del artículo 54 de la Constitución y del artículo 10 de la Ley General de Aduanas, se
tiene que el territorio aduanero es coincidente con el territorio nacional y que éste
comprende el mar adyacente a sus costas, así como su lecho y subsuelo hasta la distancia
de doscientas millas marinas medidas desde las líneas de base que establece la ley,
interpretación que no viola en modo alguno el principio de supremacía de la Constitución
sobre otras normas.
No ha existido ni existe impedimento alguno para la transmisión de las comunicaciones
internacionales a través de los cables submarinos tendidos dentro de las doscientas millas
de dominio marítimo del Estado peruano, siendo más bien que las actividades de la
demandante se han realizado con normalidad, por lo que no se ha vulnerado su derecho a
la libertad de las comunicaciones internacionales.
De la Constitución no se desprende que la zona marítima declarada por el Perú, única y
exclusivamente, tenga fines económicos para la preservación, protección, conservación y
utilización de los recursos naturales, ni tampoco que dicha zona marítima no forme parte
Con fecha 13 de diciembre de 2002, el Vigésimo Octavo Juzgado Civil de Lima, declara
infundada la demanda de amparo, por los siguientes fundamentos:
La libertad de comunicación no es un derecho fundamental de las personas jurídicas, sino
un derecho de los Estados cuya naturaleza pertenece al Derecho internacional mas no al
Derecho constitucional, por lo que la accionante no podría invocarlo, ni podría invocarse
su protección en procesos constitucionales como el amparo.
La Constitución de mil novecientos setenta y nueva y la de mil novecientos noventa y tres,
incorporan el principio de la libertad de comunicación, cuya formulación es esencialmente
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nativa, para limitar la soberanía absoluta del Estado peruano en su dominio marítimo,
pu s comporta consecuencias positivas para terceros Estados: de dicho principio se deriva
la ibertad de navegación, de sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías submarinas.
Con echa 18 de noviembre de 2003, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lim revoca la apelada y, reformándola, la declara improcedente, por los siguientes
fund entos:
a actora no está legitimada para reclamar por actos administrativos que no han sido
ictados contra ella, máxime si los mismos son materia de un proceso contencioso-
~dministrativo iniciado por la empresa EMERGIA PERÚ S.A.
El desembolso realizado por la demandante resulta ser una transferencia entre empresas
vinculadas que no puede habilitar a la principal para reclamar en forma independiente,
cuando ella misma ha iniciado una vía paralela.
11. FUNDAMENTOS
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"El artículo 54 de la Constitución no sólo defme el territorio (... ) sino que además
consagra, a favor de quienes ejercemos las actividades de comunicación internacional,
un régimen especial aplicable exclusivamente dentro del dominio marítimo y el
espacio aéreo. Con arreglo a este régimen, las actividades de comunicación
internacional quedan excluidas de los alcances de la soberanía y jurisdicción plenas
del Estado'" .
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o obstante, el Estado ribereño tiene el derecho de dictar las leyes y los reglamentos que
regulen el paso inocente, los que deben ser respetados obligatoriamente por otros Estados.
En ese sentido, la doctrina contemporánea del Derecho internacional público admite que
"[no] puede calificarse de inocente el paso del buque que infringe las leyes
aduaneras, fiscales, sanitarias o de inmigración del ribereño. En defmitiva, no
puede considerarse inocente el paso de un buque que, además de navegar, realiza
_ actividades contrarias a las leyes del ribereño o que requieren de autorización"5.
h (resaltado nuestro).
INTERNATIONAL COURT OF JUSTlCE.Corfu Channel Case (United Kingdom v Albania), April 9th , 1949.
BROTONS , Remiro. Derecho internacional. Madrid: McGraw-HiII, 1997. p. 601.
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De ahí que los Estados tienen la potestad de reglamentar las actividades que se realizan
sobre sus espacios marítimos. Es el caso, por ejemplo, de Venezuela, Estado que ha
dictado una Ley Orgánica de los Espacios Acuáticos, mediante la cual se regula, entre
otras, la potestad de dictar leyes y reglamentos pertinentes. Así, el artículo 28 de la Ley
mencionada, prevé que
"La República podrá dictar leyes y reglamentos relativos al paso inocente sobre todas
o algunas de las materias siguientes:
(oo.)
3. La protección de cables y tuberías submarinos.
(oo.)
7. La prevención de las infracciones en materia fiscal, aduanas, inmigración y
sanitaria".
Por lo señalado, este Colegiado precisa que las libertades de comunicación internacional
constituyen, por mandato de la Constitución (artículo 54), límites al ejercicio de la
soberanía y jurisdicción del Estado peruano, las que, sin embargo, pueden ser objeto de
regulación por parte del Estado peruano.
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e acuerdo con nuestra Constitución (artículo 74), la potestad tributaria es la facultad del
stado para crear, modificar o derogar tributos, así como para otorgar beneficios
tributarios. Esta potestad se manifiesta a través de los distintos niveles de Gobierno u
órganos del Estado -central, regional y local-o Sin embargo, es del caso señalar que esta
potestad no es irrestricta o ilimitada, por lo que su ejercicio no puede realizarse al margen
de los principios y límites que la propia Constitución y las leyes de la materia establecen.
12. La imposición de determinados límites que prevé la Constitución permite, por un lado,
que el ejercicio de la potestad tributaria por parte del Estado sea constitucionalmente
legítimo; de otro lado, garantiza que dicha potestad no sea ejercida arbitrariamente y en
detrimento de los derechos fundamentales de las personas. Por ello, se puede decir que los
~ principios constitucionales tributarios son límites al ejercicio de la potestad tributaria, pero
JYj t ién son garantías de las personas frente a esa potestad; de ahí que dicho ejercicio será
1 ítimo y justo en la medida que su ejercicio se realice en observancia de los principios
constitucionales que están previstos en el artículo 74 de la Constitución, tales como el de
legalidad, reserva de ley, igualdad, respeto de los derechos fundamentales de las personas
y el principio de interdicción de la confiscatoriedad.
13. Se debe señalar que cuando la Constitución establece dichos principios como límites
informadores del ejercicio de la potestad tributaria ha querido proteger a las personas
frente a la arbitrariedad en la que puede incurrir el Estado cuando el poder tributario se
realiza fuera del marco constitucional establecido. Por eso mismo, el último párrafo del
artículo 74° de la Ley Fundamental establece que
"no surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el
presente artículo".
14. De ahí que la potestad tributaria del Estado, a juicio de este Colegiado, debe ejercerse
principalmente de acuerdo con la Constitución -principio de constitucionalidad- y no
sólo de conformidad con la ley -principio de legalidad-o Ello es así en la medida que
nuestra Constitución incorpora el principio de supremacía constitucional y el principio de
fuerza normativa de la Constitución (artículo 51). Según el principio de supremacía de la
Constitución todos los poderes constituidos están por debajo de ella; de ahí que se pueda
señalar que es lex superior y, por tanto, obliga por igual tanto a gobernantes como
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gob mados, incluida la administración pública tal como lo ha señalado este Tribunal
Co stitucional en Sentencia anterior (Exp. N.o OSO-2004-AI/TC, OSl-2004-AIlTC, 004-
20 S-PI/TC, 007-200S-PI/TC 009-200S-PIITC, 0042-2004-AIITC).
15. E segundo lugar, se debe señalar que la Constitución no es un mero documento político,
s' o también norma jurídica, lo cual implica que el ordenamiento jurídico nace y se
/ ndamenta en la Constitución y no en la ley. En ese sentido, el principio de fuerza
normativa de la Constitución quiere decir que los operadores del Derecho y, en general,
todos los llamados a aplicar el Derecho -incluso la administración púb1ica-, deben
considerar a la Constitución como premisa y fundamento de sus decisiones, lo cual
implica que:
"a) dado que la Constitución es norma superior habrán de examinar con ella todas las
leyes y cualesquiera normas para comprobar si son o no conformes con la norma
constitucional; b) habrán de aplicar la norma constitucional para extraer de ella la
solución del litigio o, en general, para configurar de un modo u otro una situación
jurídica; c) habrán de interpretar todo el ordenamiento conforme a la Constitución. En
otras palabras, si la Constitución tiene eficacia directa no será sólo norma sobre
normas, sino norma aplicable, no será sólo fuente sobre la producción, sino también
fuente del derecho sin más"6.
;
/ 6. Por ello, se debe afirmar que la potestad tributaria del Estado, antes que someterse al
principio de legalidad, está vinculado por el principio constitucionalidad; de ahí que su
ejercicio no pueda hacerse al margen del principio de supremacía constitucional y del
principio de fuerza normativa de la Constitución. Sólo así el ejercicio de la potestad
tributaria por parte del Estado tendrá legitimidad y validez constitucionales.
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20. Ahora bien, conforme hemos señalado supra, los principios constitucionales tributarios
previstos en el artículo 74° de la Constitución no son sólo límites sino también garantías.
En tal sentido, el principio de reserva de leyes también, ante todo, una cláusula de
alvaguarda frente a la posible arbitrariedad del Poder Ejecutivo en la imposición de
tributos.
21. Asimismo, en cuanto a la creación del tributo, la reserva de ley puede admitir,
excepcionalmente, derivaciones al reglamento, siempre y cuando, los parámetros estén
claramente establecidos en la propia Ley o norma con rango de Ley. Para ello, se debe
DE CABO MARTIN, Cartos. Sobre el concepto de Ley. Madrid : Trotta, 2000. p. 69.
SOTELO CASTAÑEDA, Eduardo y Luis VARGAS LEÓN. "En torno a la definición de tributo: un vistazo a sus
elementos esenciales". En lus et veritas, N.O 17, Lima, 1998. p. 297.
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tomar en cuenta que el grado de concreción de sus elementos esenciales será máximo
cuando regule los sujetos, el hecho imponible y la alícuota; será menor cuando se trate de
o s elementos. En ningún caso, sin embargo, podrá aceptarse la entrega en blanco de
fac ltades al Ejecutivo para regular la materia.
De este modo, la regulación del hecho imponible en abstracto -que requiere la máxima
o ervancia del principio de reserva de ley-, debe comprender la alícuota, la descripción
d 1 hecho gravado (aspecto material), el sujeto acreedor y deudor del tributo (aspecto
~ rsonal), el momento del nacimiento de la obligación tributaria (aspecto temporal), yel
lugar de su acaecimiento (aspecto espacial), según ha señalado este Tribunal (Expediente
N.O 2762-2002-AAlTC y N.O 3303-2003-AAlTC).
En ese sentido, se puede señalar, sobre esto último, que el Constituyente ha previsto -de
acuerdo con el principio de legalidad- que el decreto supremo es la norma que regula los
aranceles -también denominados derechos arancelarios, derechos de aduana o derechos de
importación-, entendidos como aquellos impuestos establecidos en el Arancel de Aduanas
a las mercancías que ingresen o que sean importados al territorio aduanero. Tal previsión
constitucional está relacionada también con el artículo 118, inciso 20 de la Constitución,
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. De otro lado, tal como se aprecia en las Declaraciones Únicas de Aduanas, la demandante
ha determinado el adeudo tributario en función de las Partidas Arancelarias establecidas
primero en el Decreto Supremo N.O 119-97-EF y, después, en el Decreto Supremo N.O
239-2001-EF, que establece las partidas arancelarias respectivas. Por lo que en este
extremo, no se aprecia tampoco la vulneración de los principios constitucionales
tributarios de legalidad y de reserva de ley.
26. Este Colegiado, además, estima pertinente precisar, como ya lo ha hecho en enterior
oportunidad (STC 042-2004-AVTC), que el principio de legalidad y el principio de
reserva de ley han de ser observados también cuando se trate de establecer exoneraciones
tributarias, de conformidad con el artículo 74 de la Constitución. En tal sentido, y
En efecto, ante un proyecto similar como el que ahora da origen a la demanda de amparo
que se resuelve, la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, dictó la Ley N.O
7832, Ley de Autorización para el paso de cables submarinos por el mar territorial y
para el anclaje en el territorio nacional, cuyo artículo 7 expresamente estableció:
"La internación, en el país, de los cables y los equipos necesarios para el
funcionamiento del sistema y de la conexión con la red nacional de
telecomunicaciones, estará exenta de todo tipo de impuestos".
Sin embargo, en el presente caso dicha exoneración no está prevista en nuestro ordenamiento
constitucional, por lo que su otorgamiento por parte de la administración aduanera significaría
una vulneración de los principios constitucionales tributarios de legalidad y reserva de ley que
la propia Constitución expresamente prevé.
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IV.FALLO
Lo que certifico:
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lo FUNDAMENTOS DE FONDO
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implica, por un lado, la obligación del Estado de no permitir profanación o violación alguna
sobre su territorio y, en caso de suceder así, tiene el derecho de sancionar judicialmente a sus
infractores; de otro lado, también supone la obligación de los otros Estados de respetar su
integridad territorial. Además, la misma disposición constitucional reconoce que el territorio
del Estado está integrado por el suelo, subsuelo, el dominio marítimo y el espacio aéreo que
los cubre. Este extremo es relevante para la resolución del caso concreto, en la medida que el
artículo 54 no hace referencia expresa a un "mar territorial" como elemento integrante del
territorio del Estado, sino al "dominio marítimo", con 10 cual surge la duda sobre el sentido y
alcance de éste último.
5. En tomo a estas normas, se han postulado dos tesis. La tesis territorialista parte de reconocer
que el "dominio marítimo" incorpora al Estado peruano un mar territorial de doscientas millas
marítimas; equiparando, por tanto, el "dominio marítimo" con el "mar territorial". Mientras
que para la tesis no territorialista "el dominio marítimo" no incorpora al territorio del Estado
un mar de doscientas millas marítimas; en la medida que no existe asimilación entre ambos
términos.
Decreto Supremo N.· 781 (de fecha 01 de agosto de 1947), dictado por el ex Presidente de la República José Luis Bustamante
y Rivero, y refrendado por el Ministro de Relaciones Exteriores Enrique García Sayán
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"lo único que el derecho internacional prescribiría sería el que toda delimitación se lleve a cabo
conforme a criterios que sean equitativos, teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, para
con ello poder llegar a lograr un resultado equitativo',ó.
9. No obstante, no existe en nuestro ordenamiento constitucional una Ley que regule el ejercicio
de la soberanía y jurisdicción en el dominio marítimo y su relación con las libertades de
comunicación internacional. Más aún cuando el Estado peruano no se ha adherido a la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, por 10 que su aplicación en
nuestro ordenamiento interno no es vinculante y su manifestación no se realiza, por eso, sino
más que como soft law; es decir, no existe todavía una clara voluntad jurídica de otorgarle
carácter obligatori0 7 • Sin embargo, si bien en el ámbito del Derecho internacional público, la
costumbre internacional puede generar responsabilidad internacional 8 para aquellos Estados
que no actuaron como objetores persistentes de la misma, el artículo 55 de la Constitución -
que establece: "los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho
nacional"- no permite aplicar ahora, en el Derecho interno, la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar, mientras el Estado peruano no se haya adherido a ella.
GÓMEZ-ROBLEDO, Alonso. "Métodos de delimitación en Derecho del mar y el problema de las 'islas"'. En Boletín Mexicano de
Derecho Comparado, N.O 93, Año XXXI, Nueva Serie, setiembre-diciembre, México D.F., 1998. p. 648.
HERDEGEN, Matthias. Derecho internacional público. México D.F.: UNAM-Fundación Konrad Adenauer, 2005. p. 164.
8 Artículo 38 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados; Artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia.
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10. No es de recibo, por tanto, el argumento inicial de la demandante cuando afirma que al
referirse al término "libertades de comunicación", la Constitución incorpora, al Derecho
interno, una norma del Derecho internacional obligatoria para todos los Estados. En ese
sentido, y sobre la base de lo desarrollado precedentemente, cabe decir que es claro que las
libertades de comunicación, en nuestro ordenamiento constitucional, constituyen límites a la
soberanía y jurisdicción del Estado peruano sobre el dominio marítimo, por 10 que es
necesario regular su ejercicio.
11. CONCLUSIÓN
En nuestro ordenamiento constitucional no existe una Ley que regule el ejercicio de la soberanía
y jurisdicción en el dominio marítimo y su relación con las libertades de comunicación
internacional; más aún cuando el Estado peruano no ha suscrito la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar, por 10 que la aplicación de ésta, en nuestro ordenamiento, no es
vinculante. Motivo por cual su manifestación no se realiza sino más que como soft law; es decir,
no existe todavía una clara voluntad jurídica de otorgarle carácter vinculante9 . Por ello, carece de
sustento constitucional el argumento de la demandante cuando afirma que la Constitución al
incorporar el término "libertades de comunicación", 10 que hace es incorporar, al Derecho
interno, una norma del Derecho internacional obligatoria para todos los Estados.
Por otro lado, a fin de otorgar mayor seguridad jurídica a las actividades que realiza el Estado
peruano en el dominio marítimo y dada la compatibilidad del artículo 54 de la Constitución con
la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el Congreso de la República, de
acuerdo con los artículos 55, 56 Y 102 inciso 3 de la Constitución, debería evaluar la adhesión del
Estado peruano a dicha Convención. Del mismo modo se hace necesario que el Congreso,
preservando el carácter inalienable e inviolable del territorio nacional, legisle el ejercicio de la
soberanía y jurisdicción del Estado peruano sobre el dominio marítimo en relación con las
libertades de comunicación internacional, de conformidad con el artículo 54 de la Constitución.
S.
LANDA ARROYO Lo que certifico:
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HERDEGEN, Matthias. Derecho internacional público. México D.F.: UNAM-Fundación Konrad Adenauer, 2005. p. 164.
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EXP. N.o 2689-2004-AAlTC
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EMERGIA S.A.
Emito este voto con el debido respeto por la opinión vertida por el ponente, por
los fundamentos siguientes:
7. De ahí que la potestad tributaria del Estado, debe ejercerse principalmente de acuerdo
con la Constitución -principio de constitucionalidad- y no sólo de confonnidad con
la ley -principio de legalidad-o Ello es así en la medida que nuestra Constitución
incorpora el principio de supremacía constitucional y el principio de fuerza
nonnativa de la Constitución (artículo 51). Según el principio de supremacía de la
Constitución todos los poderes constituidos están por debajo de ella; de ahí que se
pueda señalar que es lex superior y, por tanto, obliga por igual tanto a gobernantes
como gobernados, incluida la administración pública tal como lo ha señalado este
Tribunal Constitucional en Sentencia anterior (Exp. N.O 050-2004-AVTC, 051-2004-
Al/TC, 004-2005-Pl/TC, 007-2005-PI/TC 009-2005-PI/TC, 0042-2004-AIITC).
9. Por ello, se debe afirmar que la potestad tributaria del Estado, antes que someterse al
principio de legalidad, está vinculado por el principio constitucionalidad; de ahí que
su ejercicio no pueda hacerse al margen del principio de supremacía constitucional y
del principio de fuerza normativa de la Constitución. Sólo así el ejercicio de la
potestad tributaria por parte del Estado tendrá legitimidad y validez constitucionales.
que los tributos sean establecidos por los representantes de quienes van a contribuir.
14. Asimismo, en cuanto a la creación del tributo, la reserva de ley puede admitir,
excepcionalmente, derivaciones al reglamento, siempre y cuando, los parámetros
estén claramente establecidos en la propia Ley o norma con rango de Ley. Para ello,
se debe tomar en cuenta que el grado de concreción de sus elementos esenciales será
máximo cuando regule los sujetos, el hecho imponible y la alícuota; será menor
cuando se trate de otros elementos. En ningún caso, sin embargo, podrá aceptarse la
entrega en blanco de facultades al Ejecutivo para regular la materia.
En ese se tido, se puede señalar, sobre esto último, que el Constituyente ha previsto
-de acue o con el principio de legalidad- que el decreto supremo es la norma que
regula 10 aranceles -también denominados derechos arancelarios, derechos de
aduana derechos de importación-, entendidos como aquellos impuestos
establecidos en el Arancel de Aduanas a las mercancías que ingresen o que sean
importados al territorio aduanero. Tal previsión constitucional está relacionada
también con el artículo 118, inciso 20 de la Constitución, el cual atribuye al
Presidente de la República la potestad de regular las tarifas arancelarias, según ha
establecido este Colegiado en anterior oportunidad (STC 0012-2003-AI/TC). El
hecho que la Constitución haya previsto ello, tiene su fundamento constitucional
indudable, en primer lugar, en la complejidad y especialización de la materia
aduanera; en segundo lugar, en la fluidez con que, en ocasiones, deben regularse y
establecerse dichos aranceles.
18. De otro lado, tal como se aprecia en las Declaraciones Únicas de Aduanas, la
demandante ha determinado el adeudo tributario en función de las Partidas
Arancelarias establecidas primero en el Decreto Supremo N.O 119-97-EF y, después,
en el Decreto Supremo N.O 239-2001-EF, que establece las partidas arancelarias
respectivas. Por 10 que en este extremo, no se aprecia tampoco la vulneración de los
principios constitucionales tributarios de legalidad y de reserva de ley.
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Lo que certifico:
Se a os Llanos
SECRETARIO RELATOR(e)