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Cartilla Discapacidad

Gloria María Borrero Restrepo


Ministra de Justicia y del Derecho
Juanita López Patrón
Viceministra de Promoción de la Justicia
Esteban Jaramillo Aramburo
Director de Justicia Formal
Tatiana Romero Acevedo
Coordinadora Grupo de Fortalecimiento
a la Justicia con Enfoque de Género

Autores:

Tatiana Romero Acevedo (Ministerio de Justicia y del Derecho, Dirección de Justicia Formal)
Katherine Forero Sanabria (Ministerio de Justicia y del Derecho, Dirección de Justicia Formal)

Unión Temporal Partners Colombia - Avance Organizacional:

Germán Montes Ríos


Álvaro Velasco Álvarez
Damián Montes Piedrahita
Óscar Gaitán Sánchez
Mónica Hernández Ríos
María Angélica Serrato Aya

Diagramación - ON Publicidad y Eventos SAS


Cartilla Discapacidad
Cartilla Discapacidad

Tabla de Contenido

MÓDULO I
LOS MODELOS DE CONCEPTUALIZACIÓN DE LA DISCAPACIDAD

1. Los modelos de la discapacidad 10


2. El modelo de la prescindencia 11
3. El modelo médico-rehabilitador 15
4. El modelo social de la discapacidad 17
5. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad 20
6. Vinculatoriedad de la CDPD en Colombia 22

MÓDULO 2
ACCESIBILIDAD EN LA JUSTICIA.

1. Ajustes Razonables 32
2. Diseño Universal 33
3. Accesibilidad y acceso a la justicia 34
4. Recursos para garantizar al acceso a la justicia 35

MÓDULO 3
CAPACIDAD LEGAL Y TOMA DE DECISIONES CON APOYO

1. Independientes pero no solos, el derecho a decidir. 42


2. El derecho a la Capacidad Legal. 42
3. Consideraciones para el sistema de toma de decisiones con apoyo. 46
4. El Sistema de Capacidad Legal en Colombia 59
5. La materialización del artículo 12 en Colombia: el proyecto de ley. 60
6. Materialización del derecho a la capacidad jurídica en otros países. 62
Cartilla Discapacidad

PRESENTACIÓN
El marco jurídico relativo a la discapacidad ha venido evolucionando a un paso ace-
lerado en los últimos años, tanto a nivel internacional como a nivel interno, y ha
traído consigo un cambio de paradigma tanto en la forma en que se concibe la dis-
capacidad como en cómo se materializan los derechos de esta población bajo un
nuevo concepto de discapacidad. La Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad, ratificada por Colombia, inició en el país un nuevo movimiento
por los derechos civiles de una población que ha sido históricamente discriminada,
que ha sido ignorada, aislada, infantilizada e inutilizada. La Convención trae consigo
un reconocimiento de igualdad, de autonomía y dignidad que debe ser implemen-
tado en el país.

Esto acarrea la imperiosa necesidad de extender el reconocimiento del nuevo para-


digma de la discapacidad y de los derechos de estas personas a toda la población y,
particularmente, a los operadores de justicia en cuyos hombros recae la función de
garantizar los mismos.
Cartilla Discapacidad

JUSTIFICACIÓN.

El día 10 de mayo de 2011 fue un día histórico para Colombia. En esta fecha, Colom-
bia se integró a la lista de países que ratificaron la Convención de Naciones Unidas
sobre los derechos de las personas con discapacidad (en adelante CDPD). La CDPD
consagra toda una serie de derechos, cuyo carácter es de obligatorio cumplimiento
para Colombia, que debe garantizarlos a través de la legislación y los funcionarios y
funcionarias encargadas de velar por el efectivo cumplimiento de la normativa.

A partir de la ratificación de la Convención, Colombia comenzó a intentar armonizar


su normativa interna con los mandatos del derecho internacional de los derechos
humanos. Ello ha sido particularmente relevante, en materia de discapacidad, con la
Ley Estatutaria 1618 de 2013 y el enfoque diferencial en materia de reparación a víc-
timas del conflicto armado con la Ley 1448 de 2011. A pesar de estos avances norma-
tivos, la garantía efectiva de los derechos de las personas con discapacidad es aún
bastante limitada, especialmente por el desconocimiento general de los derechos
del colectivo.

Es por ello que resulta de especial importancia conocer los modelos de la discapa-
cidad porque de acuerdo con el numeral 2 del artículo 21 de la Ley 1618 del 2013, las
Facultades de Derecho que cuenten con consultorios jurídicos y centros de conci-
liación tienen la obligación de promover los derechos de las personas con discapaci-
dad adoptando medidas pedagógicas para dar a conocer y garantizar los derechos
de esta población.
MÓDULO 1

LOS MODELOS DE
CONCEPTUALIZACIÓN
DE LA DISCAPACIDAD
8 Cartilla Discapacidad

INTRODUCCIÓN

El módulo se encuentra dividido en tres partes principales. La primera parte se re-


fiere a los modos de entender la discapacidad. La discapacidad ha existido a lo largo
de la historia y en todas las culturas humanas, sin embargo, ésta ha sido entendida
de diversas maneras en el tiempo y espacio. Diversos autores han estudiado y esta-
blecido tendencias históricas en la forma en cómo se ha abordado la discapacidad,
no obstante, hay tres modelos que son comunes: el modelo de prescindencia, el
médico-rehabilitador, y finalmente, el social.
Es importante señalar que la marcada existencia de percepciones discriminatorias
en un punto particular de la historia, no significa que el o los modelos hayan sido su-
perados. El abordaje a la forma de entender la discapacidad no es único y continuo,
sino que se encuentran interactuando constantemente entre sí1.
Esta sección del módulo es de vital importancia, puesto que la forma de compren-
der la discapacidad por parte de una sociedad tiene gran influencia en el diseño
de la legislación, la política pública y las decisiones judiciales que afectan de forma
directa e indirecta a esta población. Comprender las diversas formas de concebir la
discapacidad es la base para realizar un análisis informado de una situación o caso
dentro y fuera del sistema judicial.
La segunda parte del módulo se centra en la accesibilidad y los ajustes razonables.
Como lo menciona el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad
de las Naciones Unidas, la eliminación de barreras en el acceso a los servicios, la in-
formación, el entorno físico, el transporte, entre otros es una condición previa para
que estas personas puedan participar plenamente en la sociedad en igualdad de
condiciones. Por esto es esencial hacer un acercamiento a los conceptos básicos
incluidos dentro de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapa-
cidad que permitirán entender la importancia de la accesibilidad y lo métodos que
pueden ser utilizados para implementarla dentro del sistema judicial y fuera de él.
En la tercera unidad el módulo se centrará en el derecho a la capacidad legal de las
personas con discapacidad y el concepto de toma de decisiones con apoyo que se
deriva del artículo 12 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Dis-
capacidad.

1 PALACIOS, Agustina. El modelo social de la discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la


Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad. Madrid; Grupo editorial CINCA,
2008.P.26.
Cartilla Discapacidad 9
10 Cartilla Discapacidad

1. Los modelos de la discapacidad

Objetivo general
Estudiar y analizar los conceptos del estado del arte legal en relación con al dere-
cho a la capacidad legal de las personas con discapacidad.
Objetivos específicos:
Identificar los principales modelos frente a la discapacidad y cómo las distintas for-
mas de concebir la discapacidad afectan la construcción de soluciones a problemas
jurídicos.
Adquirir herramientas que permitan identificar las modificaciones necesarias para
prestar servicios accesibles que permitan a las personas con discapacidad acceder
a la justicia en igualdad de condiciones con las demás.
Asumir el derecho al reconocimiento pleno de la capacidad legal de las personas
con discapacidad y adquirir herramientas que permitan solicitar la implementación
y aceptación de modelos de toma de decisiones con apoyo.
Actualmente parece ser evidente que la discapacidad es un asunto de dere-
chos humanos; sin embargo, la tradición histórica y por lo tanto la normati-
vidad, han tenido aproximaciones que se han basado en el paternalismo, la
caridad, la medicalización y la presidencia, prejuicios que han resultado en la
segregación y discriminación de esta población. Al igual que con otras comu-
nidades históricamente discriminadas, el contexto cultural y las ideas erróneas
han permeado la normatividad afectando de forma directa los derechos de
esta población. Es por esto que para comprender y analizar de forma objetiva
la situación actual de las personas con discapacidad y la normatividad que las
rodea es esencial entender las bases históricas de la legislación y el camino
recorrido por la sociedad que ha resultado en la exclusión de las personas con
discapacidad de muchos ámbitos de la vida diaria y jurídica.

Así, como bien lo reconoce la Corte Constitucional en su jurisprudencia42, a lo


largo de la historia han existido diferentes aproximaciones a la conceptualiza-
ción de discapacidad que han determinado y aún determinan el contenido de
las políticas públicas que adopta un Estado frente a la discapacidad.

Se pueden identificar principalmente tres modelos predominantes que han


orientado el tratamiento dado a la población con discapacidad: el modelo de
la prescindencia, el modelo médico-rehabilitador y, finalmente, el modelo so-
cial que es el modelo que acoge la Convención sobre los Derechos de las Per-
sonas con Discapacidad. Estos modelos son formas de comprender la disca-
pacidad y responden a la percepción social que se tiene de la misma. En este
sentido no puede afirmarse que haya modelos superados, pues estas formas
de ver la discapacidad son complejas, se mezclan e interactúan entre sí dando
respuestas que no son unívocas o lineales3.
2 4 Ver, entre otras, sentencias T-139 de 2013 (M.P. Luis Ernesto Vargas), T-109 de 2012 (M.P. María Victoria Calle), C-804
de 2009 y T-340 de 2010 (M.P. Juan Carlos Henao).
3 5 Op cit PALACIOS
Cartilla Discapacidad 11
2. El modelo de la prescindencia

El primer modelo, de la prescindencia, es el más antiguo y responde principal-


mente a visiones religiosas o místicas sobre la discapacidad. De esta manera,
si una persona tiene una discapacidad, se considera que esto es consecuen-
cia de un castigo divino por errores cometidos por la persona, su familia o sus
antepasados4. Conforme a este modelo la discapacidad es vista “como un cas-
tigo de los dioses, el producto de brujería o de una maldición”5; desconoce la
dignidad humana de la persona con discapacidad, y considera legítimo pres-
cindir de ella o relegarla al ostracismo. Son personas consideradas anormales
e inútiles, lo que genera que la sociedad las rechace y las aísle de la vida en
comunidad.

Bajo esta concepción entonces se plantean dos aproximaciones: la eugenesia y la


marginación. Para la primera, la vida de una persona considerada defectuosa no
merece ser vivida. El infanticidio y la denegación de oportunidades para mantener
una vida digna son las soluciones implementadas.
Esto se veía claramente reflejado en la noción de ser humano existente en
los que Foustel de Coulanges llama la Ciudad Antigua6. El individuo existía
dentro del Estado siempre y cuando pudiera cumplir una función, era deber
de la ciudad y sus gobernantes asegurar la utilidad de sus habitantes y por lo
tanto evitar la deformidad a la hora de nacer7. Con el objetivo de preservar la
raza pura, prácticas como el abandono de niños o niñas que mostraran sig-
nos de debilidad o deformidad era común8. Incluso la Ley de la Doce Tablas
llegó a obligar a los padres de familia a matar a los bebés que no parecieran
ser físicamente perfectos9. Y claro está, las personas con discapacidad que
sobrevivieran a este primer filtro serían tratadas con altos niveles de crueldad
y persecución10.

Otros ejemplos de esta forma de entender la discapacidad y las respuestas a la mis-


ma se pueden ver en otros momentos históricos. Tal vez el más notorio se encuentra
en el año 1940 con el Holocausto Nazi. Al igual que civilizaciones que habían habi-
tado el territorio europeo cientos de años antes, en la Alemania Nazi se consideraba
que la deformidad física o mental era el resultado de tendencias criminales y demo-
niacas, las personas con discapacidad eran seres inferiores sin capacidad de tener
sentimientos11. Al igual que la Ley de la Doce Tablas, en Alemania se promulgó la Ley
para la Prevención de Descendencia Genéticamente Defectuosa; las esterilizacio-
4 Algunas mujeres al enterarse de que tuvieron un hijo o una hija con discapacidad se culpan o culpan a su familia al ver la disca-
pacidad como un castigo:“[S]ome Vietnamese women consider the baby’s abnormality to be the result of family member’s immoral beha-
viour ...” En: Lafarge, Caroline; Mitchell, Kathryn; Fox, Pauline. 2014 “Termination of pregnancy for fetal abnormality: a meta-ethnography of
women’s experiences”. Reproductive Health Matters 22, No. 44. P. 195
5 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-139 de 2013. M. P.: Luis Ernesto Vargas Silva.
6 FUSTEL DE COULANGES, N.D., La ciudad antigua, Traducción de Carlos Martín, Diamante, Colección Obras Maestras, Barce-
lona, 1971, p. 268. En: Op Cit. Palacios
7 Vid VERNANT, J. P. y otros, El hombre griego, Alianza Editorial, Madrid, 1995, p. 11.. En: Idem
8 SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental. En: Op Cit Palacios.
9 Ley de las XII Tablas, Estudio preliminar, traducción y observaciones de César Rascón García y José María García González,
Tecnos, Madrid, 1993, Tabla IV, 1, p. 9. En Ibíd.

10 GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 39. Citado en Op. Cit. PALACIOS. Pg. 53
11 EVANS Suzanne. Forgotten Crimes. The Holocoust and People with Disabilities. Universidad de Michigan. 11 Junio de 2008.
12 Cartilla Discapacidad

nes a personas no aptas y mecanismos de exterminio como envenenamiento por


monóxido de carbono fueron prácticas eugenésicas que tuvieron como resultado la
muerte de aproximadamente un millón de personas con discapacidad12.
Estas formas eugenésicas no sólo han afectado a las personas con discapacidad y
no sólo han ocurrido en momentos históricos críticos o hace cientos de años. En
Estados Unidos la esterilización, institucionalización y segregación fueron permiti-
das legalmente para las personas con deficiencia mental. Esto, bajo argumentos
peligrosistas, racistas, moralistas y sexistas13 predominantes durante el Siglo XX. La
eugenesia era usada como una forma de mejorar la población, disminuyendo el
número de personas con rasgos hereditarios no deseados14. Era necesario entonces
determinar quién era apto para reproducirse y esto se solucionó a través de exáme-
nes mentales, estadísticas y clasificación por inteligencia y capacidad15.
Además de la capacidad mental, controlar los principios morales era esencial den-
tro de la legislación reproductiva. La moral reproductiva era algo esencial para que
una mujer pudiera tener hijos, los defectos morales y la promiscuidad eran criterios
para medir la inteligencia y la capacidad mental de las mujeres16. No sólo las mu-
jeres, debido a las tensiones raciales y de clase que se deban en el momento, se
afirmaba que determinadas razas, nacionalidades y clases tenía predisposiciones
biológicas y genéticas frente a enfermedades mentales. Esto resultaba en la degra-
dación social17. Se creía que invirtiendo en métodos eugenésicos, como educación
que promovía la reproducción a las personas normales, la esterilización forzada o la
institucionalización, se iban a reducir los costos en prevención del crimen y salud.
Las cirugías de prevención de la reproducción no consentidas fueron una de las for-
mas de eugenesia más comunes18.
Durante la segunda guerra mundial, el movimiento eugenésico se vio forzado a
cambiar su argumentación. Las esterilizaciones ya no se hacían por motivos de raza,
clase o etnia, se hacían en búsqueda de la restricción de la maternidad, como una
forma de control de natalidad19.
En Canadá sucedió algo similar durante el Siglo XX, aunque en menor escala y sólo
con medidas dirigidas a los inmigrantes20. Al igual que Estado Unidos, el movimien-
to eugenésico se basaba en la genética y tenía un carácter hereditario21. Curiosa-
mente las organizaciones de mujeres, en búsqueda de la protección de la niñez y
la prevención de enfermedades estuvieron fuertemente ligadas a este movimiento.
La llegada al país de dementes, trabajadoras sexuales, criminales y personas defec-
tuosas preocupaba a las organizaciones que decidieron promover la aprobación de
la esterilización como medida legal22. Estas nuevas poblaciones eran consideradas
como deficientes mentales y por lo tanto no eran aptos para la reproducción23.

12 Ibíd.
13 Reilly, Citado en: ACEVEDO Natalia. The medical discourse and the sterilization of people with disabilities in the United States,
Canada and Colombia: From eugenics to present. Facultad de Derechos. Univerisdad de McGill, Montreal. Agosto de 2015. Pg 55
14 Hansen & King Citado en: Ibíd Pg. 56
15 Ibíd
16 Wendy Kline, “A New Deal for the Child: Ann Cooper Hewitt and Sterilization in the 1930´s” in Susan Currel and Christina Cogdell
(edit), Popular Eugenics. National Efficiency and American Mass Culture in the 1930s (Ohio: Ohio University Press, 2006) 17 at 39. Citado
en: Ibíd
17 Michael Billinger, “Degeneracy”, Eugenics Archives, University of Alberta, (2010), Disponible en: http://eugenicsarchive.ca. Citado
en: Ibíd
18 Kline Citado en: Op. Cit., ACEVEDO
19 Op. Cit ACEVEDO
20 Hansen & King, Citado en: Op. Cit. ACEVEDO Pg. 95.
21 McLaren, Citado en: Op. Cit. ACEVEDO
22 Ibíd.
23 Ibíd
Cartilla Discapacidad 13
Las revisiones médicas a las personas que inmigraban a Canadá, se institucionaliza-
ron como forma de prevenir que las personas defectuosas entraran al país a través
de la Ley de Inmigración de 191024. Incluso, se promulgó la Ley de Inmigración de
China para imponer barreras de entrada a esta población y específicamente a las
personas con discapacidad mental25. Esto, como se verá más adelante es el resulta-
do de preconcepciones eugenésicas y médicas, la consecuencia de la intersección
de dos formas de ver la discapacidad, de los dos primeros modelos.
Ahora, la segunda respuesta al miedo y el menosprecio a esta población que ha
sido utilizada es la marginación. Al carecer de utilidad para la sociedad, bajo esta
noción las personas con discapacidad son excluidas y la posibilidad de subsistencia
se reduce a la mendicidad, la caridad y ser objetos de diversión. Con la llegada del
cristianismo la vida humana cobró valor y el infanticidio dejó de ser una práctica
común. La discapacidad, que todavía no nacía como concepto, pasó a ser parte del
mundo medieval de los pobres y mendigos. Estos eran parte del orden social en el
que las personas acomodadas eran recordadas de su obligación de ayudar a pobres
y desvalidos, sin alterar la pirámide.
La Iglesia cobró un papel central, encargándose de las personas que no eran de-
seadas por la sociedad. Con el abandono de niños y niñas a manos de las organiza-
ciones religiosas se fueron creando los asilos y orfanatos en donde abundaban las
personas con discapacidad26. La mendicidad fue otra forma de supervivencia, utili-
zando la deformidad para generar pesar y compasión.
Posteriormente con la llegada de las plagas características de la Edad Media las
personas que hacían parte de esta clase social se convirtieron en una amenaza; las
acusaciones demoniacas y de brujería hicieron que la compasión fuera reemplaza-
da por la Inquisición27.
Ahora, a pesar de que estas creencias demoniacas ya no predominan en las socieda-
des actuales, las consecuencias de las mismas siguen estando presentes e incluso
siguen permeando las leyes y políticas públicas. El derecho mantiene una visión
asistencialista frente a las personas con discapacidad llegando a considerar que de-
ben permanecer institucionalizadas y alejadas de la comunidad28. Los efectos de la
implementación de un modelo de prescindencia pueden verse hoy en día en los
casos de institucionalización involuntaria de personas con discapacidad psicosocial,
que se encuentran completamente aisladas de sus comunidades y en condiciones
infrahumanas.

Un claro ejemplo se presenta en el video introducido como testimonio ante la


Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la organización Disabili-
ty Rights International el 23 de marzo de 2012, acerca de la institucionalización
de personas con discapacidad en México29.

Un esquema similar de aislamiento psiquiátrico subsiste en instituciones en


Colombia como el Centro Masculino Especial “La Colonia” y el Centro Especial
24 The Immigration Act of 1910, C, 1910. Disponible en: http://www.pier21.ca/research/immigrationhistory/ immigration-act-1910.
25 Luke Kersten. “Canada passes “Chinese Immigration Act”, Eugenics Archives, University of Alberta, (2010), online: < http://euge-
nicsarchive.ca >. Citado en. Op. Cit. ACEVEDO
26 SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental. En Op Cit. PALACIOS. Pg. 59
27 AGUADO DÍAZ, A., Historia de las deficiencias, En: PALACIOS.
28 Op.Cit. PALACIOS.
29 Disponible en: http://www.disabilityrightsintl.org/media-gallery/
14 Cartilla Discapacidad

Femenino “José Joaquín Vargas”, ubicados en el municipio de Sibaté, Cun-


dinamarca. Además de mantener aisladas a las personas en los centros de
Sibaté durante años se reportaron casos graves de vulneraciones a derechos
humanos. Médicos que han trabajado en el lugar, investigaciones periodís-
ticas dan fe de que las personas que entraba en los centros nunca volvían a
salir. La recuperación de los pacientes era nula, incluso los directores del lugar
lo clasificaban como “depósitos humanos”. Estructuras deterioradas, falta de
agua potable, hacinamiento, escases de medicamentos y personal médicos,
cremaciones sin autorización, tumbas violentadas, muertes por desnutrición
crónica, mal manejo de donaciones30, hacen de este lugar una fuente de vul-
neraciones a derechos humanos.
Otro ejemplo claro de la segregación que actualmente viven las personas con disca-
pacidad se encuentra en el ámbito educativo. La falta de información tanto de fami-
lias como de los colegios, las falsas creencias y prejuicios hacen que las personas con
discapacidad se queden en casa, sin poder acceder a la educación y segregadas de
la sociedad. También conlleva a que los padres y madres deban recurrir a la llamada
Educación Especial, una forma de educación segregacionista en donde los alumnos
y alumnas considerados “anormales” deben estudiar en colegios separados de las
personas “normales”. Ya no son los orfanatos de la Edad Media, son lugares con ba-
jos niveles de educación que, en el caso colombiano, ni siquiera son reconocidos por
el Ministerio de Educación.
La segregación, baja calidad de educación y denegación de oportunidades labora-
les después de terminar los estudios especiales resultan en una baja calidad de vida,
en discriminación y en una clara vulneración a los derechos humanos de esta po-
blación. Ya no se cree que la persona con discapacidad es productos de un castigo
divino, pero la falsa creencia de su inutilidad y debilidad siguen siendo similares a las
descritas previamente y siguen teniendo las mismas consecuencias.

CASOS
· En el año 2015, en un Municipio del Departamento de Antioquía la Policía Na-
cional rescato un joven de 25 años con discapacidad cognitiva, que desde los 3
años de edad su madre lo aisló encerrándolo en un corral amarrado, desnudo
como un animal. La Comisaria de Familia que llego ese año, al darse cuenta
de la existencia de este joven y las condiciones inhumanas en las que vivía,
emprendió su rescate, sin embargo las autoridades Municipales se opusieron
a las pretensiones de la funcionaria, lo que la obligo amenazarlos con llamar
a los medios de comunicación sino la dejaban rescatarlo. Esta amenaza fue la
única forma que la dejaron actuar por lo que acudió a la policía para su resca-
te, en el momento que la policía llega al lugar el joven se encontraba desnu-
do y amarrado con un lazo. La Comisaría lo remitió a Bienestar familiar, ins-
titución encargada de las personas mayores con discapacidad en estado de
abandono. Tanto las autoridades como los habitantes del municipio conocían
de la existencia de esta persona y su condición y nadie hizo nada por ayudarlo.
Este es un ejemplo del modelo de la prescindencia y la marginación, en la que la
persona era segregada e inútil para la sociedad.
30 Ver entre otros: RINCÓN Martha. Drama de 1600 enfermos mentales (sic). El Tiempo. Archivo. 21 de junio de 1999 disponible
en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-941834; MALAVER Ivon. Manejo de locos (sic) en el hospital de Sibaté. El Tiempo.
Archivo. 30 de septiembre de 1994. Disponible en: http://www.eltiempo. com/archivo/documento/MAM-217710; SILVA Javier. Escándalo en
psiquiátrico de Sibaté El Tiempo. Archivo. 3 de febrero de 2005. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1680618
Cartilla Discapacidad 15
· En un Consultorio Jurídico se conoció el siguiente caso: una mamá de una
niña con discapacidad cognitiva acudió al consultorio jurídico solicitando ayu-
da porque su hija de nueve años que cursaba cuarto de primaria fue expulsada
a través de Resolución Rectoral entre otras razones porque la niña “represen-
taba un peligro para sus compañeros”, a madre la había ingresado al colegio
porque parte de su misión y filosofía es la inclusión de niños con dificultades
en el aprendizaje. El consultorio presento la tutela y el Juez ordeno el reintegro
de la estudiante pero no se pronunció frente a los derechos fundamentales
que se le vulneraron a la niña, ni se pronunció frente al lenguaje discriminato-
rio que el Rector utilizo para expulsar a la estudiante. Esto es un claro ejemplo
de la discriminación y la falta de oportunidades de las personas con discapaci-
dad, además de la concepción que se tiene de las personas con discapacidad
tildándolas de “peligrosas”. Finalmente la madre decidió ingresar a la niña en
un colegio en el cual fue bien recibida.

3. El modelo médico-rehabilitador

Ahora bien, el modelo médico-rehabilitador entiende que la causa de la discapa-


cidad es principalmente un diagnóstico médico, la discapacidad se equipara a la
enfermedad. Bajo este modelo se deja de lado la concepción religiosa sobre la dis-
capacidad del modelo de la prescindencia y se cambia esta visión por el concepto
médico. Esto conlleva a creer que las personas con discapacidad son enfermas y su
vida debe centrarse en un diagnóstico para ser rehabilitadas o normalizadas. El fin
último para la persona con discapacidad es la normalización y, en la medida en que
lo logra, puede dejar de ser considerada inútil para la comunidad.
Esta concepción considera que existen cuerpos y conductas anormales que deben
ser modificadas conforme al criterio médico y lo que se establece socialmente como
lo normal. Con este propósito se considera que las personas con discapacidad de-
ben someterse a todo tipo de tratamientos psíquicos y físicos aunque estos puedan
resultar dañosos o violentos e impongan graves cargas sobre ellas31.
La voz autorizada por el modelo médico es de los profesionales de la salud, a quie-
nes el Derecho les da la última palabra. No en vano las instituciones jurídicas rela-
cionadas con la discapacidad por lo general exigen certificaciones médicas para ob-
tener beneficios o acceder a algunos derechos. Adicionalmente, bajo este modelo
se crearon figuras jurídicas como la interdicción que niega la capacidad jurídica de
las personas con discapacidad principalmente con base en un diagnóstico médico
con el interés de proteger a estas personas hasta el momento en que sean curadas
o rehabilitadas.
Este modelo nace en el Siglo XX, con la llegada al llamado Mundo Moderno y la
Primera Guerra Mundial32. Los hombres que resultaban heridos eran denominados
como mutilados de guerra, personas a las que les faltaba algo. La terminología de
daño, prejuicio y sufrimiento se introdujo como parte de la discapacidad. Con la
llegada de la Segunda Guerra Mundial llegó también el movimiento médico y de
psicología de la rehabilitación los profesionales, las medidas de terapéuticas y las
medidas legales aumentaron. La discapacidad era ahora un tema de Estado33.
31 Íbidem.
32 Op Cit PALACIOS. Pg. 68
33 STIKER, H. J., A History of Disability. En: Ibíd
16 Cartilla Discapacidad

Un ejemplo de esto es la Ley de Integración social de los Minusválidos en España, en


donde la discapacidad es vista como:
“A los efectos de la presente Ley se entenderá por minusválido toda persona
cuyas posibilidades de integración educativa, laboral o social se hallen dismi-
nuidas como consecuencia de una deficiencia, previsiblemente permanente,
de carácter congénito o no, en sus capacidades físicas, psíquicas o sensoria-
les.”34
Como se puede ver en la anterior cita, el problema se basa en la persona, en su defi-
ciencia, en su falta de normalidad. El contexto social es completamente ignorado, el
problema está en el individuo. Este último no tiene posibilidad de decidir si quiere o
no rehabilitarse, si se siente cómodo como es. Para ser útil debe curarse, así su diag-
nóstico sea incurable. Las personas con discapacidad siguen siendo vistas como
seres inferiores y poco útiles.
Y, a pesar de que este modelo trajo consigo grandes avances en materia de salud y
subsistencia de personas con discapacidad, usa entonces una respuesta similar al
primer modelo, la exclusión: la educación especial, más centrada en rehabilitar que
en enseñar, y la institucionalización; ahora ya no con una motivación basada en el
miedo, pero con el objetivo de curar.
La vida de los niños y niñas, por ejemplo, ya no va a estar centrada en aprender y ju-
gar, sino en asistir a un gran número de terapias que los terminarán aislando de sus
compañeros y compañeras. UNICEF, en el documento One in ten. A publication of
Rehabilitation International/UNICEF collaboration on childhood disabilitie describe
las condiciones en las que se encuentran niños y niñas con discapacidad que han
sido institucionalizados con la finalidad de rehabilitarles35.
Es una concepción que sigue siendo paternalista y subestima la capacidad de las
personas para vivir, estudiar y trabajar incluso sin ser curadas. En muchas ocasiones
las personas con discapacidad pierden el control de sus propias vidas y la oportuni-
dad de participar en espacios públicos. La voz que importa es la de médico o médica,
no en vano, la cabeza de la política pública actualmente en Colombia es el Ministerio
de Salud, mientras que para otras poblaciones históricamente discriminadas el ente
encargado de su política pública es el Ministerio del Interior. No obstante a partir del
decreto 2107 del 2016 el organismo rector del Sistema Nacional de Discapacidad es
el Ministerio del Interior.
Y, a pesar de que el derecho a la salud de las personas con discapacidad es
importante, no es el único que tienen. Sumado, la concepción médica lo que
pretende hacer es eliminar la discapacidad, eliminar la diferencia que esta
representa, similar a lo que se ha intentado con comunidades como la judía,
poblaciones indígenas o afrodescendientes, todas con la creencia de una su-
perioridad racial y genética de las personas consideradas normales.

34 Artículo 7.1, Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración Social de los Minusválidos. B.O.E. núm. 103, 30 de abril de 1982. En:
Ibíd.
35 “One in ten. A publication of Rehabilitation International/UNICEF collaboration on childhood disabilities”, disponible en: www.
rehab-international. org/publications/10_24.htm-80k Citado en: PALACIOS.
Cartilla Discapacidad 17
4. El modelo social de la discapacidad

Finalmente, el modelo social considera que las causas de la discapacidad es-


tán en las barreras sociales que les impiden a las personas con discapacidad
gozar de las mismas oportunidades que los demás. Bajo este modelo la dis-
capacidad es el resultado de la interacción de dos componentes: las barreras
del medio con una característica diversa de la persona. Sin uno de los dos
componentes la discapacidad no existe, la discapacidad desaparece. Si una
cuidad estuviese diseñada para que una persona en silla de ruedas pudiera
transitarla fácilmente, con rampas, ascensores, puertas suficientemente an-
chas, baños accesibles, escritorios de atención al público bajos, esa persona
no tendría discapacidad, sería autónoma. Si el empleador ajustara los horarios
y el nivel de estrés en determinado trabajo, una persona con, por ejemplo un
diagnóstico de trastorno bipolar, no tendría discapacidad psicosocial a la hora
de trabajar.
Así, este modelo reconoce la autonomía de las personas con discapacidad en todos
los ámbitos de su vida, de manera que puedan tomar sus propias decisiones y ma-
terializar sus proyectos de vida. Con este fin, se busca eliminar todo tipo de barreras
físicas, sociales, actitudinales y jurídicas que se han ido construyendo históricamen-
te y que vulneran los derechos de esta población.
Este modelo, a diferencia del médico-rehabilitador, no considera que las personas
con discapacidad estén enfermas ni se centra en considerar que son un problema
para la sociedad; por el contrario, muestra que es la sociedad la que no está adapta-
da para garantizar a las personas con discapacidad la totalidad de sus derechos y en
esta medida es una sociedad excluyente.
La discapacidad se diferencia entonces de la deficiencia o diversidad funcio-
nal. Lo último se concentra en la característica o características de una per-
sona que la hace diferente de la mayoría: tener síndrome de down, tener vi-
sibilidad reducida, entre otras; la discapacidad resulta de las barreras que se
le imponen a la persona por tener esa característica y que le impiden ejercer
sus derechos, falta de flexibilidad en los currículos escolares, documentos que
no usan alto contraste. El problema no está en la persona, el problema es es-
tructural y por lo tanto depende del contexto; es diferente la discapacidad de
una persona que habita en una gran cuidad a alguien que vive en el campo.
De igual forma la discapacidad no es igual a como lo era hace 20 años en un
mismo lugar, es un concepto en constante evolución.

Así, esta forma de concebir la discapacidad surge como una respuesta a los dos
modelos descritos anteriormente. Es un reclamo de cientos de personas con dis-
capacidad alrededor del mundo que durante los años sesenta iniciaron una serie
de campañas, principalmente en Europa y Estados Unidos36, dirigidas a buscar un
cambio de política pública, una transformación en donde ya no fueran considerados
ciudadanos de segunda clase, minusválidos o enfermos. Buscaban principalmente
cambiar el foco de atención de su diversidad funcional a las múltiples barreras so-
ciales y ambientales37. Barreras físicas como escaleras y puertas angostas, barreras
36 Vid. BARNES, C. y MERCER, G., Disability, op. cit., capítulo 1, ABBERLEY, P. , “The concept of oppression and the development
of a social theory of disability”, Disability, Handicap. En: PALACIOS. Pg. 106.
37 Ibíd.
18 Cartilla Discapacidad

comunicaciones como la falta de Braille o intérpretes de lengua de señas en un


juzgado, barreras actitudinales como el rechazo de estudiantes con discapacidad
intelectual a colegios. Barreras que son las que discapacitaban y discapacitan a las
personas.
Buscaban hacer parte de la vida cotidiana, jurídica y política, siendo ellos y ellas los
que diseñaran las normas que los iban a afectar, no la Iglesia, no los médicos. Así
surgió el lema “nada sobre nosotros sin nosotros”. De esta forma la campaña “mo-
vimiento de vida independiente” se unió a las múltiples luchas de derechos civiles y
políticos existentes en Estados Unidos buscando la inclusión, la desmedicalización y
la desintitucionalización38. La salud y rehabilitación seguían y siguen siendo impor-
tantes, pero dentro de las elecciones de vida de cada persona.
Este movimiento tuvo repercusiones en todo el mundo, tomas de edificios públicos
exigiendo cambios normativos empezaron a ser comunes y cubiertos por la prensa.
La imagen de debilidad y caridad empezó a ser reemplazada por una lucha por la
igualdad, por los derechos humanos. Esto, en Estados Unidos resultó en la Ley de
Americanos con discapacidad (American with Disability Act) de 199039.
Por su parte, en el Reino Unido la Unión de Personas con discapacidad Física con-
tra la Segregación (Union of Physically Impaired Against Segregation) adoptó los
“Principios Fundamentales de la Discapacidad” en 1976. Esto sería la base para crear
el Modelo Social de la Discapacidad. Los principios se basan en el análisis de la dis-
capacidad de una forma holística, no basta con identificar que la persona tiene es-
casos recursos o no tiene empleo, hay que hacer un análisis completo en donde se
priorizara lo que la persona con discapacidad desea y qué le impide alcanzarlo40.
De esta forma, se creó un movimiento base que fue impulsando una serie de princi-
pios relacionados con los derechos humanos ya existentes para plasmarlo después
en un nuevo instrumento internacional. Como menciona Palacios, la discapacidad
había sido abordada hasta el momento bajo la legislación de servicios asistenciales,
de salud y curatela; con este nuevo enfoque la discapacidad pasaba a ser un tema
de derechos humanos. La temática ya no se enfocaba en el cuidado, se enfoca en la
participación política, la educación inclusiva, la igualdad, la dignidad, la autonomía
y la participación en la comunidad41.
Se crea entonces un movimiento de derechos humanos: Principalmente, la digni-
dad humana porque el ser humano deja de ser importante por su utilidad para la
sociedad y empieza a ser importante por el hecho de existir, se entiende que sus
decisiones y libre desarrollo de la personalidad, son esenciales.
La autonomía como la libertad de tomar decisiones sobre su propia vida buscando
el máximo posible de independencia, replanteando este mismo concepto. Se em-
pieza a reconocer que ninguna persona es independiente del todo; todos los seres
humanos necesitan apoyo en ciertas áreas para poder ejercer su autonomía42. En el
proceso de tomar decisiones para la vida, especialmente las que van a tener cierto
impacto, se recurre usualmente a personas cercanas, familiares o expertos que pue-
den apoyar en todo o parte del proceso, sin tomar la decisión por la persona.
Las personas con discapacidad no son diferentes, por lo tanto, la necesidad de apo-
38 Ibíd.
39 Para mayor información: http://www.dol.gov/esa/regs/statutes/ofccp/ada.htm.
40 HASLER, F., “Vida independiente: visión filosófica”, en la obra El movimiento de vida independiente. Experiencias internacionales,
op. cit., p. 57. En: Op Cit. PALACIOS Pg. 120.
41 Op Cit. PALACIOS Pg. 142.
42 Ibíd
Cartilla Discapacidad 19
yo y dependencia de esta población es compartida en mayor o menor medida por
las personas sin discapacidad. Sin embargo, profesionales de la salud le han otorga-
do un concepto y carga equivocada a la palabra dependencia, enfocándola en las
actividades de la vida diaria como vestirse, bañarse o comer de forma independien-
te. Por el contrario las personas con discapacidad lo definen como la capacidad de
tomar decisiones con los apoyos necesarios. La autonomía se convierte entonces en
un punto de llegada y no en el punto de partida43.
También es esencial mencionar el derecho a la igualdad, una igualdad material y
efectiva en donde se reconozca la diferencia de forma positiva y eliminando los pre-
juicios existentes. Una igualdad en donde se apliquen medidas tendientes a com-
pensar la desigualdad en la distribución de oportunidades y recursos; en donde se
garantice una educación gratuita, de calidad y flexible, donde se garantice la plena
participación política y se eliminen las barreras para vivir en comunidad.
En este sentido, bajo este modelo se introduce el concepto de ajustes razonables
que son considerados como modificaciones que la sociedad debe implementar
para mitigar estas barreras que la sociedad genera frente a las personas con disca-
pacidad.
Se introduce también el concepto de diseño universal, en donde se diseñan ser-
vicios, edificios, comunicaciones, entorno, entre otros, teniendo en cuentas las ca-
racterísticas y necesidades de la mayor cantidad de personas, así habrá un mundo
pensado en la diversidad y la inclusión. Dice la CDPD en su artículo 2:
“Por “diseño universal” se entenderá el diseño de productos, entornos, progra-
mas y servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida
posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado. El “diseño uni-
versal” no excluirá las ayudas técnicas para grupos particulares de personas
con discapacidad, cuando se necesiten”.
Estos dos conceptos serán profundizados más adelante.
Ya habiendo presentado las diversas formas de comprender la discapacidad y las
injerencias que esto ha tenido en el derecho, es esencial analizar cómo la nueva
concepción de la discapacidad, el modelo social, se plasma en la normatividad in-
ternacional.

Modelos de la discapacidad
Prescindencia Médico Social
La respuesta social es eliminar- La discapacidad como una enferme- La discapacidad como una manifes-
la de la vida en comunidad. dad, como algo que debe “curarse”, tación de la diversidad humana.
“arreglarse”, “prevenirse” Resulta de la interacción entre las
Las PCD son “inválidas” e inúti- diferencias funcionales y las barreras
les para la sociedad. La respuesta social es la “norma- en el entorno.
lización” desde el punto de vista
La respuesta legal es la nega- médico-funcional. La respuesta social es identificar
ción de la ciudadanía (inter- las barreras y garantizar la vida en
dicción), la institucionalización La respuesta legal es otorgar voz comunidad.
forzada y el asistencialismo “experta” a la ciencia médica o al de-
(objetos de la caridad) recho, se niega la capacidad jurídica La respuesta legal es reconocimien-
para “protegerles” (interdicción). to pleno de la ciudadanía, promo-
ción de la autonomía y toma de
decisiones con apoyo.
43 AÑON ROIG, M. J., Necesidades y derechos. Un ensayo de fundamentación, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,
1994, p. 267. En: PALACIOS Pg 166.
20 Cartilla Discapacidad

5. La Convención sobre los Derechos de las Personas con


Discapacidad

Las tendencias conceptuales de la discapacidad descritas anteriormente, empeza-


ron a tener gran importancia durante la última década del Siglo XX. A pesar de que
ya varios instrumentos de derechos internacional contenían bases sobre los dere-
chos de personas con discapacidad, entre estos el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-
rales y algunos documentos no vinculantes, no fue sino hasta el 2006 que se aprobó
el primer tratado de derechos humanos enfocado específicamente en los derechos
de las personas con discapacidad.
En este proceso participaron Estados, organizaciones de la ONU, institu-
ciones de derechos humanos, pero tal vez la participación más impor-
tante fue la de personas con discapacidad. Representantes de perso-
nas con discapacidad física, intelectual, sensorial y psicosocial estuvieron
presentes durante las negociaciones, participando en la elaboración del texto de la
Convención y finalmente cumpliendo el lema “Nada sobre nosotros sin nosotros”
.
Así, se firmó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Dis-
capacidad (en adelante CDPD), que materializa el modelo social
. En primer lugar, la Convención materializa este enfoque porque tiene como direc-
triz el reconocimiento de la autonomía, la igualdad, la dignidad humana y el respeto
a la diferencia, rescatando principios como el principio de vida independiente, de ac-
cesibilidad universal y la no discriminación. Además, impone a los Estados el deber
de identificar y eliminar las barreras que se han ido construyendo históricamente y
que han mantenido a las personas con discapacidad lejos de la vida en comunidad.
La CDPD no entiende la discapacidad como un problema, defecto o condición mé-
dica sino que reconoce que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que re-
sulta de la interacción entre las características funcionales de una persona y las ba-
rreras arquitectónicas, actitudinales y comunicacionales que existen en el entorno,
las cuales impiden que una persona ejerza plenamente sus derechos y libertades
. La CDPD, entre sus principios generales, reconoce el respe-
to a la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la liber-
tad para tomar las propias decisiones y la independencia de las perso-
nas, la no discriminación, la igualdad de oportunidades y la accesibilidad
.
Igualmente, la Convención explícitamente garantiza el derecho a vivir de forma inde-
pendiente y a ser incluido en la comunidad, con opciones iguales a las de las demás per-
sonas; exige que los Estados adopten medidas efectivas y pertinentes para garantizar
la plena inclusión y participación de las personas con discapacidad en la comunidad
. Todo lo cual trae implícito el reconocimiento y la garantía del respeto jurídico de las
decisiones relevantes para el proyecto de vida personal, es decir, el reconocimiento
y respeto de la capacidad de ejercicio del derecho a la personalidad jurídica.
Este modelo, además, entiende que la discapacidad es un concepto que evolucio-
na. Este punto que la CDPD integra a nuestro ordenamiento, en el literal e) de su
Cartilla Discapacidad 21
preámbulo es de particular importancia puesto que la CDPD al tiempo que recono-
ce el modelo social de la discapacidad, acepta el carácter mutable de este concepto
cuando dicta:
e) Reconociendo que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resul-
ta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la
actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en
igualdad de condiciones con las demás.
Se hace evidente de la lectura del literal e) recién citado, que la noción de la discapa-
cidad como concepto que evoluciona, es inescindible del modelo social de la disca-
pacidad. Esto es claro al observar que no puede pensarse desde el modelo social de
la discapacidad sino únicamente entendiendo la discapacidad como algo que varía
en relación con las barreras sociales.
En esa sentencia también se afirma que el modelo social es el parámetro que debe
usar la Rama Judicial para leer la CDPD: La jurisprudencia constitucional, a partir de
estas premisas, ha concluido que el modelo social es el marco de referencia de las
previsiones del bloque de constitucionalidad contenidas en el CDPD.
En el mismo sentido, la Convención de la ONU desarro-
lla una amplia gama de ajustes que pretenden garantizar el de-
sarrollo y pleno goce de los derechos de este grupo poblacional
. Entre otras, los países deben eliminar las leyes, actos administrativos y las polí-
ticas públicas que generen discriminación en su artículo 4°; deben promo-
ver políticas que tiendan a combatir los estereotipos y prejuicios, así como pro-
mover la conciencia sobre las habilidades de las personas con discapacidad
. Se plasma en al artículo 23 que los niños y niñas con discapacidad tendrán una igual-
dad de derechos, entre ellos, el no ser separados de sus familias debido a la discapaci-
dad; los Estados tienen el deber de asegurar la igualdad en cuanto al reconocimiento
de la capacidad jurídica y asegurar el acceso a la justicia en condiciones de igualdad
.
En referencia a la accesibilidad, los países deberán eliminar las barreras que la limi-
ten para facilitar la movilidad y el acceso al transporte, instalaciones, servicios pú-
blicos, entre otros (art. 9). Esto facilitará la independencia (art. 20) e inclusión en
la sociedad (art. 19). Además, tener una vivienda accesible permitirá que las perso-
nas puedan desarrollarse con el mayor nivel de independencia y autonomía posi-
ble (Preámbulo, art. 3, art. 16, art. 25). Esto implica ver a la persona como un sujeto
capaz de tomar sus propias decisiones, como una persona igualmente digna, que
posee el mismo valor y por lo tanto los mismos derechos que otras personas de
formar su vida. Hay que tener en cuenta que se deben prever todas las condicio-
nes sociales necesarias para ello. Sin embargo no se debe perder de vista que to-
das las personas son interdependientes y que se necesita del apoyo de otros, en
algunas ocasiones más, sin que esto perjudique la libertad de tomar decisiones
.
Ahora, la igualdad no estará completa sin una participación activa en la vida pública
de la sociedad, en la política, la economía, cultural y administrativa de la Nación, así
lo consagran, tanto la Constitución Colombiana (art. 2), como la Convención de la
ONU (art. 28) y la Convención Americana (art. 5, numeral 1).
Un concepto esencial que incluye la CDPD es el de discriminación. El artículo 2 de
la Convención afirma que:
22 Cartilla Discapacidad

“Por “discriminación por motivos de discapacidad” se entenderá cualquier


distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tenga el
propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce
o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y li-
bertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social, cultural,
civil o de otro tipo. Incluye todas las formas de discriminación, entre ellas, la
denegación de ajustes razonables”. (Negrilla fuera del texto).
Es importante detenerse a analizar esta definición pues la discriminación en contra
de las personas con discapacidad se diferencia en ciertos aspectos de la discrimina-
ción en contra de, por ejemplo, la población con orientación sexual o identidad de
género diversa. Con el segundo tipo de población la discriminación tiende a ser do-
losa, los crímenes de odio y violencia en contra de personas trans género u hombres
gays es común.
Sin embargo con las personas con discapacidad sucede algo diferente. Como se
señaló anteriormente en los modelos de la discapacidad, en muchas ocasiones las
acciones frente a las personas con discapacidad están dirigidas a protegerlas, cu-
rarlas, evitar que se enfrenten a situaciones peligrosas. En muchas ocasiones en la
práctica de PAIIS las familias preguntan por una institución en donde enviar a su
hijo o hija de manera definitiva para que le rehabiliten; los colegios niegan el cupo a
un estudiante con discapacidad intelectual porque no piensa que puede enseñarle
y temen hacerle daño. En ninguna de estas situaciones las familias o colegios tie-
nen una intención negativa ni querían hacerle daño a la persona, pero terminaron
restringiendo uno o varios derechos. Es por esto que la Convención aclara que sin
importar la intención detrás de una acción, si ésta resulta en una limitación o viola-
ción de derechos se constituye discriminación.
Por ello, la discriminación en contra de las personas con discapacidad no se basa
en hechos aislados de individuos, ésta tiene un carácter estructural y generalmente
proviene de instituciones públicas y privadas que muchas veces responden a actos
involuntarios con consecuencias negativas.

6. Vinculatoriedad de la CDPD en Colombia

Colombia incorporó a su ordenamiento jurídico la CDPD median-


te la Ley 1346 de 2009, y ratificó esta Convención el 10 de mayo de 2011
. Con dicha ratificación el Estado colombiano no solo integró al ordenamien-
to jurídico interno las normas que la Convención prevé, sino que en virtud del
artículo 93 de la Constitución Política, aquella entró al “conjunto de normas que
se utilizan como parámetro para analizar la validez constitucional de las leyes”
. Es decir, es parte integrante del bloque de constitucionalidad estricto sen-
su, “el cual obedece a aquellos principios y normas que han sido norma-
tivamente integrados a la Constitución por diversas vías y por manda-
to expreso de la Carta, por lo que éstas adquieren rango constitucional”
.
De esta manera, el Estado adquirió una serie de obligaciones encaminadas a cam-
biar la concepción del modelo médico-rehabilitador y asistencialista de discapaci-
dad y de adoptar el modelo social. Obligaciones que tienen jerarquía constitucio-
nal y priman sobre las demás normas del ordenamiento interno, y en todo caso,
Cartilla Discapacidad 23
deben ser consideradas a la hora de interpretar las normas de inferior jerarquía
, que encuentran su validez sometida a la posibilidad de armonizarse con ellas
. Esto permite una retroalimentación constante frente a los derechos fundamenta-
les consagrados en la Constitución, permitiendo a las autoridades nacionales, inclu-
yendo a la Rama Judicial, aplicar de forma directa y preferente los tratados interna-
cionales de derechos humanos.
Con esto en mente, la normatividad en Colombia debe estar dirigida a eliminar las
barreras existentes en la sociedad y a cambiar de paradigma para incluir el reco-
nocimiento de las personas con discapacidad como sujetos de derecho. La Corte
hace alusión a esto mismo en la Sentencia de Constitucionalidad 066 del año 2013
.
Esta cita:
“Las normas actuales sobre los derechos humanos de las personas en situa-
ción de discapacidad, en especial las contenidas en la CDPD, modifican el pa-
radigma expuesto y adoptan el que se ha denominado como modelo social
de la discapacidad. Esta concepción se basa en admitir que la discapacidad
no es un asunto que se derive exclusivamente de las particularidades físicas
o mentales del individuo, sino que también tiene un importante concurso en
la misma las barreras que impone el entorno, de diferente índole, las cuales
impiden que la persona con discapacidad pueda ejercer adecuadamente sus
derechos y posiciones jurídicas.

En contrario, la mayoría de las obligaciones del Estado frente a las personas
con discapacidad se concentran en la remoción de barreras que impidan su
plena inclusión social, ámbito donde cobran especial relevancia deberes de
promoción del diseño universal y de ajustes razonables, explicados en el fun-
damento jurídico 8 de esta sentencia. Entonces, el modelo social se basa en
que la discapacidad no debe comprenderse como una condición anormal
que debe superarse para el acceso a los derechos y bienes sociales, sino como
una particularidad del individuo, intensamente mediada por las barreras físi-
cas, sociológicas y jurídicas que impone el entorno, generalmente construido
sin considerar las exigencias de la población con discapacidad.
De allí que la protección de estos derechos dependa de la remoción de esas
barreras, a través de diversos instrumentos, siendo el primero de ellos la toma
de conciencia sobre la discapacidad, que sustituye la marginalización por el
reconocimiento como sujetos de derecho.
En este orden de ideas, acerca de las ventajas que presenta el modelo social
de la discapacidad, en especial respecto de la eficacia de los derechos consti-
tucionales de las personas con discapacidad a la dignidad humana, la igual-
dad y la autonomía, la Corte ha señalado que “…la protección de los derechos
humanos de las personas que se encuentran en alguna circunstancia de dis-
capacidad se aborda en la actualidad desde el modelo social, esto es, la dis-
capacidad entendida como una realidad, no como una enfermedad que re-
quiere ser superada a toda costa, en otras palabras, se asume desde el punto
de vista de la diversidad, de aceptar la diferencia. Este modelo tiene una visión
amplia, pues (i) supera un primer modelo centrado en la caridad y el asisten-
cialismo y, (ii) además, parte de que no sólo debe abordarse la discapacidad
desde el punto de vista médico o de rehabilitación sino que se centra en el
24 Cartilla Discapacidad

aprovechamiento de todas las potencialidades que tienen los seres humanos,


independientemente del tipo de discapacidades que tengan. …
Bajo este modelo, la discapacidad es principalmente un problema de discrimi-
nación y estigmatización. Además, las dificultades que enfrentan las personas
con discapacidad surgen de un ambiente no adaptado a sus condiciones. (…)
Por tanto, no puede desconocerse que el ambiente (físico, cultural, etc.) pue-
de tener un impacto positivo o negativo en la manera de asumir y entender la
discapacidad, pues “los efectos de la discapacidad sobre una persona depen-
den de manera fundamental del entorno social, es decir, que la discapacidad
no es únicamente un problema individual. Esto significa que un medio social
negativo y poco auspiciador puede convertir la discapacidad en invalidez, y
que, por el contrario, un ambiente social positivo e integrador puede contri-
buir de manera decisiva a facilitar y aliviar la vida de las personas afectadas
con una discapacidad”. (Negrilla fuera del texto original).
La Corte Constitucional no ha sido la única en reconocer la importancia y obligato-
riedad de la CDPD. Dos años después de la ratificación del tratado se expidió la Ley
Estatutaria 1618 de 2013 con el objeto de “garantizar y asegurar el ejercicio efectivo
de los derechos de las personas con discapacidad, mediante la adopción de medi-
das de inclusión, acción afirmativa y de ajustes razonables y eliminando toda forma
de discriminación por razón de discapacidad, en concordancia con la Ley 1346 de
2009”.
Así, esta norma está dirigida a implementar el contenido de la Convención en la
Política Pública del Estado, reconociendo derechos tan importantes en el ejercicio
de la profesión judicial como el derecho al acceso a la justicia de forma igualita-
ria. Estipula que: “Ministerio de Justicia y del Derecho, en alianza con el Ministerio
Público, los organismos de control y la rama judicial, deberán garantizar el acceso
de las personas con discapacidad en todos los programas de acceso a la Justicia”
. Esto, según la Ley se hará a través de medidas como la expedi-
ción de un nuevo régimen de capacidad legal para las personas con
discapacidad que esté acorde con los mandatos de la Convención
. Esta norma se convierte entonces en una de las bases más importantes para el re-
conocimiento de este derecho y el inicio de un cambio legislativo importante en el
país. Esto se profundizará más adelante.
Es pertinente resaltar que esta ley tiene carácter estatutario, esto significa que la
Constitución le ha otorgado una categoría superior a las demás clases de leyes por
contener derechos fundamentales de los ciudadanos, en este caso de las personas
con discapacidad.
Con este mandato es esencial que el Gobierno, en conjunto con las organizaciones
de la sociedad civil y demás entidades competentes, empiece a diseñar un sistema
que prohíba la sustracción plena de la capacidad legal de la ciudadanía, que reco-
nozca y cree mecanismos de apoyo para que las personas que lo requieran puedan
hacer uso de los mismos para tomar decisiones.
1.8 La importancia del lenguaje
Como se estableció previamente, la población con discapacidad ha sido histórica-
mente discriminada y el movimiento por la igualdad y la inclusión en Colombia es
relativamente reciente. Es por esto que todavía hay una deuda pendiente en varios
aspectos jurídicos y cotidianos, uno de ellos es el uso del lenguaje. Esta discusión
podrá parecer menor, y el uso de las palabras “inocente”, pero en realidad la forma
Cartilla Discapacidad 25
en que la sociedad se expresa es el resultado de los prejuicios y de una historia de
discriminación y exclusión.
El lenguaje, como forma de comunicación, permite la transmisión de los deseos,
información, crecimiento y avance continúo de la sociedad y por lo tanto debe
respetar las diferencias que existen en una comunidad. De lo contrario, el len-
guaje sería el cómplice de la agresión psicológica que la sociedad materializó a
lo largo de la historia sobre ciertas minorías. Así, la Corte Constitucional ha reco-
nocido que el uso inadecuad o del lenguaje puede llegar a vulnerar derechos y
valores fundamentales; ha reconocido que hay palabras que pueden ser tan de-
nigrantes y ofensivas que llegan a despojar a los seres humanos de su dignidad
.
Para el caso específico de las personas con discapacidad es esencial empezar por
reconocer algo que parece obvio, pero que muchas veces no lo es: son antes que
todo PERSONAS. Antes que su discapacidad son seres humanos que estudian, tra-
bajan, tienen sueños y deseos; toda palabra que las reduzca a una enfermedad o
diagnóstico que traen consigo mensajes de menosprecio, irrespeto, anormalidad,
lástima y caridad es una forma de reforzar estereotipos existentes, prejuicios que
vienen de siglos y que sólo sirven para diferenciar de forma negativa a las personas
con discapacidad de las personas sin discapacidad. No es lo mismo decir igual a
decir especial. No es lo mismo decirle mujer u hombre a niño o niña a una persona
que ya es mayor de edad.
El lenguaje es en sí una barrera pues su uso tiene un efecto directo en la forma en
que las personas se conciben a sí mismas, le enseña a un individuo a creer que de-
terminada característica es la más importante en su vida. El uso de palabras nega-
tivas al referirse a una persona que tiene una diversidad funcional genera que esa
persona se vea a sí misma como defectuosa y olvide que esa característica no es lo
único que la identifica, como sucede con la palabra discapacitado. Estas formas de
expresión afectan de diversas maneras a las personas con discapacidad y mantie-
nen la segregación de la cual han sido víctimas durante siglos.
Por ende, si Colombia busca armonizar las leyes internas con las obligaciones inter-
nacionales adquiridas como Estado Parte de la CDPD es igual de importante que
promueva el uso de un lenguaje que sí responda a estos cambios para que la nueva
visión sea transmitida a todas las generaciones en su diario vivir. De esta manera
iniciará, verdaderamente, el proceso de inclusión de personas con discapacidad en
la sociedad, una sociedad diversa e inclusiva.
Es esencial que el lenguaje también sea modificado dentro de la normatividad
y la jurisprudencia. Esto lo ratifica la Corte Constitucional afirmando que el len-
guaje jurídico tiene unas funciones que si no se cumplen pueden vulnerar valo-
res y derechos constitucionales, especialmente la igualdad y la dignidad humana
. Específicamente, esta Corporación ha determinado que el lenguaje normativo tiene
tres funciones específicas. La primera de naturaleza descriptiva, en la que se expresan
hechos y sus consecuencias jurídicas. La segunda, de tipo valorativo, en la que las nor-
mas categorizan y definen situaciones específicas. Y la tercera, llamada de validación,
que se refiere al rol que cumple el derecho (particularmente las normas jurídicas) en
la creación de realidades. Así, las normas tienen la función de crear estándares para
la conducta fijando los comportamientos prohibidos. Entonces, las expresiones usa-
das en las normas validan como parámetro jurídico (y coactivo) lo que ellas expresen
. Si una ley o la jurisprudencia usa expresiones discriminatorias, las está validando y
perpetuando la discriminación.
26 Cartilla Discapacidad

PÍLDORAS INFORMATIVAS

· La Corte Constitucional mediante la sentencia de Constitucionalidad C – 458


del año 2015, con ponencia de la Magistrada Gloria Stella Ortiz Delgado
En esta sentencia la Corte considera que ciertas expresiones utilizadas por el legisla-
dor para referirse a las personas en situación de discapacidad contienen alta carga
discriminatoria.
Mediante esta sentencia la Corte ordenó que términos como minusválido, pobla-
ción minusválida, discapacitados, personas limitadas o limitados, que se encuen-
tran en varias disposiciones de la legislación colombiana, se reemplacen por expre-
siones como personas con discapacidad, anteponiendo la persona a la deficiencia
por ejemplo: Personas con discapacidad física, psíquica o mental o persona con dis-
capacidad auditiva.
Mediante el decreto 2107 del año 2006, se establece que el Ministerio del Interior
será el organismo rector del Sistema Nacional de Discapacidad organizado por el
artículo 5 de la Ley 1145 de 2007, con todas las competencias y funciones que allí se
establecen.
De tal forma que las funciones asignadas al Ministerio de Salud y Protección Social,
en calidad de instancia rectora del Sistema Nacional de Discapacidad en normas
diferentes a la Ley 1145 de 2007, estarán a cargo del Ministerio del Interior.
Cartilla Discapacidad 27
Jurisprudencia

CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C–582 de 1999. M. P. Alejandro


Martínez Caballero
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C-067 de 2003 M.P. Marco Ge-
rardo Monroy Cabra
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C-804 de 2009. MP. María Vic-
toria Calle
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-340 de 2010 M.P. Juan Carlos
Henao
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-109 de 2012 M.P. María Victo-
ria Calle
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-139 de 2013. M. P. Luis Ernesto
Vargas Silva.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C-066 de 2013 M.P. Luis Ernesto
Vargas.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C – 458 de 2015. M.P Gloria Ste-
lla Ortiz Delgado.

Bibliografía seleccionada

Materiales Audiovisuales: https://www.youtube.com/watch?v=wzRQOfVvVh4


Normativa: Ley Estatutaria 1618 de 2013.
ORGANIZACIONES DE NACIONES UNIDAS. Convención sobres los Derechos de las
Personas con Discapacidad. Disponible en: http://www.un.org/esa/ socdev/enable/
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ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS. (s.f).Treaty Collection. Chapter iv: Human
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tps://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_ no=IV-15&chap-
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28 Cartilla Discapacidad

Libros
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ROSALES, Pablo Oscar. LA NUEVA CONVENCIÓN INTERNACIONAL SOBRE LOS
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JA 2007-II- 817/ Lexis Nº 0003/013151. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
U.B.A. Argentina 2007
MÓDULO 2

ACCESIBILIDAD EN LA
JUSTICIA.
Cartilla Discapacidad

Objetivo general:

Comprender los conceptos de ajuste razonable y accesibilidad, su vincularidad jurí-


dica en el ordenamiento legal colombiano y estar en capacidad de implementarlos.

Objetivos específicos:

Entender los conceptos de ajustes razonables y accesibilidad.

Conocer algunos recursos de accesibilidad disponibles en Colombia.

Entender la obligación legal de realizar ajustes razonables.

Implementar ajustes razonables en el ejercicio de sus funciones.


Cartilla Discapacidad

INTRODUCCIÓN

Vivir independientemente supone la posibilidad que tiene una persona de elegir su


sistema de vida propio, es decir, su forma de vida, lo que implica la oportunidad de
elegir su lugar de residencia, cómo quiere vivir, con quién quiere vivir, entre otras
decisiones. Hace parte también de esta independencia la movilidad personal de
cada individuo. Para ello, se debe garantizar no sólo el derecho de las personas con
discapacidad a vivir en la comunidad, con opciones iguales a las de las demás, sino
adoptar todas las medidas efectivas, pertinentes y necesarias para facilitar la movili-
dad, el acceso a la información y la inclusión plena que permita la participación y la
autodeterminación. Como afirma el Comité sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, en adelante el Comité.

Sin acceso al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones,


incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicacio-
nes, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, las
personas con discapacidad no tendrían iguales oportunidades de participar
en sus respectivas sociedades44.

Por lo anterior, y reconociendo la diversidad humana, la Convención consagra el


derecho de las personas con discapacidad a vivir de manera independiente, a ser in-
cluidas en la comunidad y a la movilidad personal; y cualquier obstáculo que impida
el goce de los mismos constituye una barrera o una deficiencia que impide la inte-
racción de las personas con el entorno en igualdad de condiciones que las demás,
evitando su participación plena y efectiva en la sociedad.
En Colombia, incluso antes de la ratificación de la CDPD, la legislación ya había dado
algunos primeros pasos para la garantía de la inclusión de las personas con disca-
pacidad a través de la accesibilidad. De esta forma, la ley 361 de 1997 “por la cual se
establecen mecanismos de integración social de las personas con limitación y se
dictan otras disposiciones”, establece en el artículo 49 que los proyectos de vivienda
o de cualquier clase que se construya o promuevan por entidades oficiales o priva-
das, especialmente los proyectos elaborados por el Gobierno para la construcción
de vivienda de interés social “se programarán con las características constructivas
necesarias para facilitar el acceso de los destinatarios de la presente ley, así como el
desenvolvimiento normal de sus actividades motrices y su integración en el núcleo
en que habiten”.
Varios tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Colombia ya
habían reconocido previamente la importancia de la accesibilidad. Principalmente
la Convención Interamericana para la Eliminación de toda las Formas de Discrimi-
nación contra las Personas con Discapacidad, creada en 199945. Ésta, siendo más
44 Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Observación General N° 2. Artículo 9: Accesibilidad. 11º perío-
do de sesiones 31 de marzo a 11 de abril de 2014. Disponible en: https://documents-dds-ny.un.org/ doc/UNDOC/GEN/G14/033/16/PDF/
G1403316.pdf?OpenElement
45 Colombia firmó la Convención el 6 de agosto de 1999 y la ratificó el 12 de abril de 2003. Departamento de Derecho Internacional
32 Cartilla Discapacidad

corta y general, concentra parte su atención en la accesibilidad y la inclusión. Dispo-


ne que los Estados parte deben tomar todas las medidas necesarias para eliminar
los obstáculos arquitectónicos, de transporte y de comunicaciones que existan.
La CDPD va un paso más allá. Así, en su artículo 9 de la CDPD estipula que es obli-
gación por parte de los Estado hacer un análisis de los obstáculos a la accesibilidad
en todos los lugares abiertos al público, desde vías públicas, transporte, escuelas, vi-
viendas hasta prisiones; también impone un análisis de los servicios públicos, como
la Justicia, de comunicaciones, medios de emergencia, entre otros. Estas obligacio-
nes deben convertirse en preceptos normativos, deben ser insertadas dentro del
entrenamiento a profesionales relacionados con los problemas de accesibilidad y
promovidas con el resto de la comunidad. Afirma el Comité, reconociendo la difi-
cultad de implementar estos mandatos que “esta obligación debe cumplirse gra-
dualmente, [y] los Estados partes deben fijar plazos y asignar recursos adecuados
para la eliminación de las barreras existentes”46. La finalidad debe ser un entorno sin
barreras, un entorno plenamente accesible.
Con este objetivo la CDPD introduce una serie de conceptos que son esenciales a la
hora de lograr una accesibilidad plena. Se presentan a continuación.

1. Ajustes Razonables

El primero es el de ajustes razonables, que son las modificaciones necesarias y ade-


cuadas para que una persona determinada pueda disfrutar sus derechos y libertades
en igualdad de condiciones47. Lo anterior, supone que el Estado debe emprender las
modificaciones y adaptaciones necesarias que no impongan una carga despropor-
cionada o indebida, cuando se requieran en un caso particular, para garantizar a las
personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las
demás, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales48. Es decir, debe
adoptar los ajustes razonables que se requieran.
La Corte implementa este concepto en varias de sus sentencias y reconoce que el
Estado tiene una obligación de ir más allá de las mediadas afirmativas, éstas deben
responder a las necesidades particulares de la población49.
No adoptar los ajustes razonables se entiende como una forma de discriminación
por motivos de discapacidad, pues constituye la materialización o persistencia de
una distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tiene el pro-
pósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce o ejer-
cicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y libertades fun-
damentales en los ámbitos político, económico, social, cultural, civil o de otro tipo50.
Así, los ajustes razonables son modificaciones al mundo ya construido, ajustar los
exámenes escritos incluyendo pictogramas para un niño o niña con discapacidad
intelectual, instalar un ascensor para silla de ruedas en donde hay escaleras, modi-
ficar un equipo de trabajo, enviar una sentencia de forma digital en formato Word
para una persona con discapacidad visual que usa lector de pantalla. La mejor for-
de la OEA. Información General del Tratado. Disponible en: http://www.oas.org/juridico/ spanish/firmas/a-65.html
46 Ibíd. Par. 24
47 Convención de los Derecho de las personas con Discapacidad.
48 Artículo 2. Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
49 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-933 de 2013. MP: Jorge Ignacio Pretelt
50 Artículo 2. Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Cartilla Discapacidad 33
ma de identificar qué ajuste se necesita en determinado caso es hablando con la
persona con discapacidad, ésta ya tiene una experiencia previa sorteando las barre-
ras existentes y es muy probable que tenga formas creativas y de bajo costo para
sortearlas.
Es importante aclarar que la accesibilidad se relaciona con grupos de personas am-
plios, mientras que los ajustes razonables se diseñan de forma individual, según las
necesidades de un determinado individuo. Así, según la CDPD y el Comité, los Esta-
dos deben garantizar unos niveles determinados de accesibilidad y posteriormente
responder a las solicitudes de determinados individuos a través de los ajustes razo-
nables51.
Un ejemplo de ajustes razonables se encuentra en la jurisprudencia de la Corte
Constitucional. En la Sentencia T-097 de 2016 se analiza el caso de un estudiante
con discapacidad psicosocial que debido a un proceso de salud mental que vivía
desde el 2004 agravado por la presión y circunstancias de presión que existentes
en la Universidad había vivido una serie de crisis que le impedían estudiar y aprobar
los exámenes. El estudiante en múltiples ocasiones había solicitado a la Universidad
una serie de modificaciones sencillas en el proceso de evaluación; la institución edu-
cativa sin razón aparente había ignorado sus solicitudes.
La Corte reconoce que la Universidad, al negar estas solicitudes de modificación,
estaba vulnerando el derecho del estudiante y ordena a dicha institución evaluar a
esta persona “a través de un método que tome en cuenta sus dificultades a nivel de
memoria, concentración, atención y lenguaje, y le permita de manera real y efectiva
exteriorizar lo aprendido”52.

2. Diseño Universal

Siguiendo lo anterior, la Convención hace una apuesta para que los Estados más
que implementar ajustes razonables en casos concretos, adopten una política de
diseño universal. El punto de partida del concepto de diseño universal es que la
especie humana es bastante diversa, y es errado pensar que el mundo debe estar
diseñado y ser adaptado para solo unos, o para un supuesto “tipo promedio” de
personas. En efecto dicho grupo “promedio” no existe, pues cada persona es única.
En este sentido, el entorno debe responder a las necesidades del grupo altamente
variado de personas. Para las personas que quedan excluidas de este grupo variado,
deben implementarse ajustes razonables.
Bajo el Diseño Universal es posible diseñar un producto y un entorno que se adapte
al más amplio rango de usuarios incluyendo niños, adultos mayores, personas con
discapacidad, personas de diferentes tamaños y formas, personas enfermas o lesio-
nadas y personas con ciertas inconvenientes dados por distintas circunstancias53. Es
así como el diseño universal se entiende como el “Diseño de productos, comunica-
ciones y entornos para ser usados por la más grande extensión posible de personas,
independientemente de su edad, género, ocupación o capacidad, sin instalaciones
especiales y a muy bajo costo o costo cero”54.
51 Op. Cit. Observación General 2. Par. 25.
52 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T 097 de 2016. MP: Luis Ernesto Vargas Silva.
53 BECERRA, Ricardo. (18 de Julio de 2013). Sumario Conferencia “Diseño Universal en la Transformación de Sociedades Inclu-
yentes”. Secretaría Técnica Distrital para la Discapacidad. Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.
54 CDPD. Art. 4.
34 Cartilla Discapacidad

De esta manera, este concepto tiene en cuenta la diversidad humana y busca la


inclusión de todas las personas en todos los entornos, espacios, y actividades de la
vida. Ahora bien, no se debe pensar el diseño universal como una práctica o acción
ya dada, o un estilo adquirido; éste debe considerarse como un proceso. Lo anterior,
por cuanto es poco probable que todas las cosas del entorno puedan siempre ser
usadas por todas las personas en todo tipo circunstancia. Así, lograr un diseño uni-
versal es una meta en constante formación y construcción enfocada en el ser huma-
no y su actividad, que implica una acción transversal, sistémica e integral.

3. Accesibilidad y acceso a la justicia

Como se mencionó, la accesibilidad es la condición previa para la materialización de


los demás derechos, y el derecho al acceso a la justicia no es la excepción. Afirma el
Comité:
“No puede haber un acceso efectivo a la justicia si los edificios en que están ubica-
dos los organismos encargados de hacer cumplir la ley y de administrar la justicia
no son físicamente accesibles para las personas con discapacidad, o si no son acce-
sibles los servicios, la información y la comunicación que proporcionan (art. 13). Para
ofrecer una protección efectiva y significativa frente a la violencia, el abuso y la ex-
plotación que pueden sufrir las personas con discapacidad, en especial las mujeres
y los niños, los centros de acogida, los servicios de apoyo y los procedimientos deben
ser accesibles (art. 16). La accesibilidad del entorno, el transporte, la información y la
comunicación, y los servicios es una condición previa para la inclusión de las perso-
nas con discapacidad en sus respectivas comunidades locales y para que puedan
vivir en forma independiente (art. 19)55.
Siguiendo la misa línea, la Ley 1618 de 2013 afirma que como base para lograr el de-
recho a la igualdad y para fomentar una vida autónoma todas las entidades públi-
cas deberán garantizar el acceso al entorno físico, al transporte, a la información, al
espacio público, entre otros.
La Ley dedica un artículo para profundizar en la accesibilidad relacionada con el
acceso a la justicia. El mismo deja planteadas una serie de tareas a mediano y largo
plazo, enfocándose gran parte en el deber del Ministerio de Justicia y del Derecho y
de la Rama Judicial de implementar programas de formación y gestión. Esto deberá
incluir a jueces y juezas, auxiliares de justicia, casas de justicia, centros de concilia-
ción, comisarías de familia y otros operadores de justicia.
Con lo anterior se puede llegar a dos conclusiones, la primera, garantizar la accesi-
bilidad a través del diseño universal y de los ajustes razonables es una obligación
que deben cumplir las entidades públicas, y privadas cuando se trata de derechos
fundamentales como la educación. El rol como jueces y juezas es hacer cumplir este
derecho en caso de que sea vulnerado y reclamado. Tal es el caso de la sentencia de
la Corte Constitucional en donde se pronunció en contra de la Universidad Manuela
Beltrán.
La segunda conclusión a la que se llega, basándose principalmente en la Ley Es-
tatutaria 1618 de 2013 y la CDPD, es que los jueces y juezas, independientemente
del proceso judicial que atiendan, deben implementar los principios y herramien-
55 Op.Cit. Observación General N° 2. Par. 37
Cartilla Discapacidad 35
tas de accesibilidad. De igual forma determina que las Facultades de Derecho que
cuenten con consultorios jurídicos deben atender y promocionar los derechos de
las personas con discapacidad. Esto, con el fin de garantizar que todas las personas,
incluyendo aquellas que tienen discapacidad, puedan participar plenamente en los
procesos de justicia; que puedan ser parte, entender el contenido y defender su po-
sición.
Con este objetivo se han venido desarrollando diversos cursos e implementando es-
trategias para fortalecer el servicio prestado por los consultorios jurídicos y centros
de conciliación. A continuación se presentan algunos.

4. Recursos para garantizar al acceso a la justicia

La Guía de Estudio del Curso Acceso a la Justicia para las personas con discapacidad:
Retos y obligaciones bajo el nuevo marco legal colombiano. Elaborado por: el Minis-
terio de Justicia y del Derecho y la Universidad de los Andes.
Disponible en: https://www.minjusticia.gov.co/RedDiscapacidad/BibliotecaVirtual/
Publicaciones.aspx
La Guía para Entidades Públicas “Servicio y Atención Incluyente” del Programa Na-
cional de Servicio al Ciudadano. En la página del Departamento Nacional de Planea-
ción.
La Guía de atención a las personas con discapacidad en el acceso a la Justicia del
Gobierno Nacional. Disponible en: https://www.minjusticia.gov.co/RedDiscapaci-
dad/BibliotecaVirtual/Publicaciones.aspx
Las Reglas Brasilia sobre el Acceso a la Justicia de las Personas en Condición (sic) de
vulnerabilidad. Disponibles en:
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/fileadmin/Documentos/
BDL/2009/7037
El Centro de Relevo, herramienta del MinTIC que facilita la comunicación con perso-
nas con discapacidad auditiva. Consulte: Centro de Relevo - USOS DEL SIEL Centro
de Relevo https://www.youtube.com/watch?v=pDSwbu8P-Hw y Hablando con Ju-
lis”, un software para romper barreras de comunicación Colombia.Inn - Hablando
con Julis https://www.youtube.com/watch?v=hrnIEuVF-T8.
Cartilla Discapacidad

Jurisprudencia
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-933 de 2013. MP: Jorge Igna-
cio Pretelt.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-850 de 2014. MP: Martha
Victoria Sáchica
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T 097 de 2016. MP: Luis Ernes-
to Vargas Silva.

Bibliografía Seleccionada
Materiales Audiovisuales:
https://www.youtube.com/watch?v=WLC-9c1VViE https://vimeo.com/34250339

Libros
Departamento de Derecho Internacional de la OEA. Información General del Trata-
do. Disponible en: http://www.oas.org/juridico/ spanish/firmas/a-65.html
MARTINEZ Paloma, MORENO Lourdes. Evitando las barreras de accesibilidad en
la Sociedad de la Información. Grupo Ladba. Universidad Carlos III de Madrid. Es-
paña. Disponible en: https://www.ncsu.edu/www/ncsu/design/sod5/cud/ about_ud/
udprinciples.htm
BECERRA, Ricardo. (18 de Julio de 2013). Sumario Conferencia “Diseño Universal en
la Transformación de Sociedades Incluyentes”. Secretaría Técnica Distrital para la
Discapacidad. Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.
PROGRAMA NACIONAL DE SERVICIO AL CUIDADANO. Guía para Entidades Públi
Bogotá, Colombia. Disponible en: http://portalterritorial.gov.co/apc- aa- ‐files/7515a-
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Normatividad:
Normatividad: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, disponible en: http://www.un.org/esa/
socdev/enable/documents/tccconvs.pdf
COMITÉ SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. Observa-
ción General No. 2, disponible en: http://daccess- ‐dds- ‐ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/
G14/033/16/PDF/ G1403316.pdf?OpenElement.
Cartilla Discapacidad
MÓDULO 3

CAPACIDAD LEGAL Y
TOMA DE DECISIONES
CON APOYO
Objetivo general:
Comprender el ejercicio del derecho a la capacidad legal a través de la toma de de-
cisiones con apoyo y su vincularidad en Colombia.
Objetivos específicos
Reconocer el derecho a la capacidad legal de las personas con discapacidad en Co-
lombia. 
Conocer el concepto de toma de decisiones con apoyo y su vincularidad en el orde-
namiento jurídico colombiano.
40 Cartilla Discapacidad

INTRODUCCIÓN.
La capacidad jurídica es un atributo de la personalidad que les permite a las per-
sonas jurídicas ser titular de derechos, adquirirlos y contraer obligaciones56. Es un
derecho que ha sido reconocido múltiples veces por el derecho internacional, como
por ejemplo en la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 3, y
por el derecho nacional, principalmente la Constitución Política en el artículo 14 de
la misma57. También la Corte Constitucional se pronunció sobre el tema afirmando
que:
“…no se reduce únicamente a la capacidad de la persona humana de ingresar
al tráfico jurídico y ser titular de derechos y obligaciones sino que comprende,
además, la posibilidad de que todo ser humano posea, por el simple hecho de
existir e independientemente de su condición, determinados atributos que
constituyen la esencia de su personalidad jurídica e individualidad como su-
jeto de derecho”58.
De esta forma, en Colombia tradicionalmente la capacidad jurídica ha tenido dos
atribuciones: la primera es la capacidad de goce de derechos, de ser titular de los
mismos. La segunda es la capacidad de ejercicio que le permite a los sujetos hacer
uso de esos derechos y contraer obligaciones59, conocido como la capacidad legal.
Al igual que en la mayoría de países de América Latina, la visión adoptada por la
legislación colombiana ha sido clásica y civilista, en donde a las personas que a pri-
mera vista no tienen capacidad de tomar decisiones de forma independiente se
les restringe el derecho a la capacidad legal, sustituyéndola por la de una tercera
persona. De esta forma, a través de la historia la capacidad de tomar decisiones ha
sido limitada a diversos grupos poblacionales asegurando que los mismos no tenían
suficientes capacidades mentales para ejercer sus derechos y vivir su vida de forma
responsable. Como lo reconoce el Comité de la CDPD las personas con discapacidad
no han sido las únicas que han visto limitada su capacidad de ejercicio; mujeres,
personas afrodescendientes, comunidades indígenas tuvieron que depender du-
rante décadas de terceros60.
Al igual que a las personas con discapacidad el Derecho Romano supeditaba la vida
de la mujer a la del padre de familia, negando su capacidad jurídica y creando la
figura de tutela perpetua. La prohibición de participar en cargos de elección públi-
cos, solicitar préstamos, poder heredar, entre otros era expresa. Si el padre o mari-
do moría, la tutela de la mujer quedaba en manos de parientes, siempre “hombres

56 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C- 983 de 2002. MP: Jaime Córdoba Triviño.
57 MINISTERIO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO, UNIDAD PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS y
el PROGRAMA DE ACCIÓN POR LA IGUALDAD Y LA INCLUSIÓN SOCIAL-PAIIS. El derecho a la capacidad jurídica de las personas con
discapacidad. Elaborado por el Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social (PAIIS) de la Facultad de Derecho de la Universi-
dad de los Andes, en el marco del Contrato PSPJ. Bogotá 2015 2014 de 2014 VISP-007.
58 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C-109 de 1995. MP: Alejandro Martínez Caballero.
59 Art. 1502 Código Civil Colombiano. En: Ángel Cabo Natalia, Parra Fonseca Andrea y otros. Cartilla sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad. (Sin publicar) Proyecto de Acción para la Igualdad y la Inclusión Social, PAIIS; Fundación Saldarriaga-Concha.
Colombia, 2013
60 COMITÉ SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD. Observación General No. 1 Artículo 12: Igual
Reconocimiento ante la ley. CRPD/C/CG/1 19 may 2014. http://tbinternet.ohchr.org/_layouts/ treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=-
CRPD/C/GC/1&Lang=en
Cartilla Discapacidad 41
capaces”61. Para el Derecho, las mujeres eran ligeras de juicio, su razonamiento era
débil, eran ignorantes de la vida pública y podían ser engañadas fácilmente62. Todos,
prejuicios similares a los que se usan actualmente para sustraer la capacidad jurídi-
ca de las personas con discapacidad en Colombia y otras legislaciones civilistas.
De forma similar, en la época Napoleónica se afirmó que las mujeres eran esclavas
de sus maridos, que eran seres humanos inferiores y por lo tanto debían obediencia
a su cónyuge. Ésta idea se mantuvo después de la Revolución Francesa, afirmando
que las mujeres eran incapaces para todos los actos jurídicos; convirtiéndose en per-
sonas dependientes63. Sucede lo mismo con las personas con discapacidad bajo in-
terdicción, al ser consideradas incapaces su tutor legal debe tomar todas las decisio-
nes, sin consultar la voluntad de la persona, e incluso si va en contra de su bienestar.
Sólo hasta el siglo XX, después de las dos guerras mundiales, el movimiento feminis-
ta logra grandes avances. En Alemania en 1957 se proclama la Ley Fundamental de
Bonn en donde se reconoce la igualdad entre hombres y mujeres. Sucede algo simi-
lar en 1947 en Italia, en Bélgica se da hasta 1958, en Portugal, con varias restricciones,
sucede en 196664. En Colombia sucedió en 1932 a través de la Ley 28 que reconoció la
capacidad legal de las mujeres dentro del matrimonio65.
Y, al igual que lo hizo la CDPD casi tres décadas después, la Convención para La
Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer conocida en sus
siglas en inglés como la CEDAW, reconoce que todos los Estados parte, incluyendo
Colombia, deben reconocer la capacidad jurídica a las mujeres en igualdad de con-
diciones a los hombres.
Se puede ver entonces que lo que actualmente parece absurdo, considerar que una
mujer es incapaz y que su razonamiento no es adecuando para tomas decisiones,
es casi lo mismo a lo que sucede con personas con discapacidad, específicamente
personas con discapacidad intelectual y psicosocial. Actualmente a esta población
es a la única que se le niega la capacidad jurídica basándose en prejuicios y desco-
nocimiento.
Sin embargo, varios países y sistemas internacionales han comenzado un cambio
de paradigma, tomando pasos importantes hacia el pleno reconocimiento de la ca-
pacidad legal de las personas con discapacidad.
A continuación, se presentará un análisis de estos avances que se ha dado en diver-
sos sistemas internacionales de derechos humanos que afectan a Colombia. Tam-
bién se incluirá una breve narración sobre los cambios legislativos en países que,
teniendo un sistema similar al colombiano, han iniciado el camino hacia el pleno
reconocimiento de la capacidad legal.

61 CANOVAS ESPÍN Diego. Capacidad Jurídica de la Mujer Casada. Universidad de Salamanca. España 1969.
62 Ibíd. Pg. 6
63 THIBDEAU. Memoires sur le Consulat. P. 426. EN: Ibíd.
64 Ibídem. Pg. 15.
65 GAVIRIA María Virgina, ALZATE Daniela, ESPINAL Camilo y otros. La incapacidad civil de la mujer casada en Colombia. Universi-
dad Eafit. Colombia, 2013. Disponible en: file:///C:/Users/DISE%C3%91O%20MFL/ Downloads/20036-71553-1-PB.pdf.
42 Cartilla Discapacidad

1. Independientes pero no solos, el derecho a decidir.

Tener el derecho a decidir supone poder tomar decisiones en todos los aspectos
de nuestra vida: decisiones sobre la salud, decisiones sobre asuntos económicos y
bienes, y decisiones sobre la vida personal y la comunidad. Se identificó el derecho
a decidir como el corazón de la CDPD de la ONU, ya que, según nos manifestaron,
es importante tener el derecho a decidir para garantizar todos los demás derechos.
Para que se escuche a las personas con discapacidad intelectual en los ámbitos
donde se toman decisiones de políticas, sus voces deben escucharse y reconocerse
en la vida diaria66.

Se identificaron varios problemas y desafíos a la hora de implementar el derecho a


decidir: conocimiento, accesibilidad y comprensión del artículo 12, la capacidad de
actuar, que consiste en la facultad legal para llevar las decisiones a la práctica; salva-
guardias adecuadas, comunicación, toma de decisiones con apoyo en situaciones
difíciles, apoyos en la comunidad y la efectividad progresiva, es decir, pasar de las
prácticas actuales de sustitución en la toma de decisiones en las que otra persona
decide por la persona con discapacidad intelectual a la toma de decisiones con apo-
yo67.

2. El derecho a la Capacidad Legal.

Uno de los avances más importantes en el pleno reconocimiento de la capacidad


jurídica lo trajo la CDPD incluyéndola en su artículo 12 y por lo tanto imponiendo
una obligación de reconocer este derecho e implementar medidas para asegurar la
materialización. El artículo cita:
“Igual reconocimiento como personas ante la Ley
1. Los Estados Partes reafirman que las personas con discapacidad tienen de-
recho en todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica.
2. Los Estados Partes reconocerán que las personas con discapacidad tienen
capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos los
aspectos de la vida. -12-
3. Los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para proporcionar
acceso a las personas con discapacidad al apoyo que puedan necesitar en el
ejercicio de su capacidad jurídica.
4. Los Estados Partes asegurarán que en todas las medidas relativas al ejerci-
cio de la capacidad jurídica se proporcionen salvaguardias adecuadas y efec-
66 Independiente pero no sólo. Informe Mundial sobre el Derecho a Decidir. Inclusión Internacional. Librería y archivos de Canadá
(LAC). 2014.p. 17.
67 Ibídem. P.22.
Cartilla Discapacidad 43
tivas para impedir los abusos de conformidad con el derecho internacional en
materia de derechos humanos. Esas salvaguardias asegurarán que las me-
didas relativas al ejercicio de la capacidad jurídica respeten los derechos, la
voluntad y las preferencias de la persona, que no haya conflicto de intereses ni
influencia indebida, que sean proporcionales y adaptadas a las circunstancias
de la persona, que se apliquen en el plazo más corto posible y que estén su-
jetas a exámenes periódicos por parte de una autoridad o un órgano judicial
competente, independiente e imparcial. Las salvaguardias serán proporciona-
les al grado en que dichas medidas afecten a los derechos e intereses de las
personas.
5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo, los Estados Partes to-
marán todas las medidas que sean pertinentes y efectivas para garantizar el
derecho de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con
las demás, a ser propietarias y heredar bienes, controlar sus propios asuntos
económicos y tener acceso en igualdad de condiciones a préstamos banca-
rios, hipotecas y otras modalidades de crédito financiero, y velarán por que las
personas con discapacidad no sean privadas de sus bienes de manera arbitra-
ria. Art. 12 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad68”.
Así, la Convención reafirma la igualdad de todas las personas ante la ley, recono-
ciendo la capacidad jurídica plena de las personas con discapacidad. Esto significa
que todas las personas tienen no sólo la capacidad de tener derechos sino la capa-
cidad de ejercerlos69; implica tener la posibilidad y el poder para crear, modificar o
extinguir relaciones jurídicas que van desde decisiones frente a la atención médica,
situaciones financieras, hasta decisiones de la vida personal como casarse o el lugar
de vivienda70.
La Corte Constitucional ha adaptado este concepto en más de un pronunciamiento,
afirmando que “el Estado tiene la obligación de disponer de todos los medios para
que estas personas puedan gozar de estos derechos y eliminar todas las barreras
para garantizarlos. En este sentido, tiene un deber especifico de establecer todos los
apoyos necesarios para que puedan recibir la información necesaria y ajustada a sus
necesidades para comprender las implicaciones de las decisiones…71”.
Este derecho es tal vez uno de los más importantes contenidos dentro de la CDPD
y es por esto que el Comité de este tratado dedicó su primera Observación General
a analizarlo72 y dar pautas para su aplicación. Comienza este órgano reconociendo
que el derecho a la igualdad ante la ley es un principio básico de derechos huma-
nos y que tradicionalmente se la ha negado a las personas con discapacidad. Es por
esto que el artículo 12 en vez de reconocer derechos nuevos describe los elementos
específicos que deben implementar los Estados para garantizar esa igualdad; ele-
mentos básicos que se centran en los aspectos legales y cotidianos en donde se han
concentrado las barreras.
Por esta razón el Comité afirma que los Estados parte deben analizar de forma ho-
lística su normatividad para asegurarse que de ninguna forma se limite el derecho
a la capacidad jurídica; por ejemplo, normas que sustituyan la toma de decisiones
de una persona y leyes que permitan tratamientos forzosos deben ser abolidas. De
68 Art. 12 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
69 DINERSTEIN, Robert (2012). Implementing Legal Capacity under article 12 of the UN Convention on the rights of Persons with
Disabilities: The Difficult Road from Guardianship to Supported Decision- Making. American University Washington College of Law, p.3.
70 BACH Michael. Protección del Derecho a la Capacidad Jurídica, la Vida Independiente y la Inclusión en la Comunidad. Lima,
octubre de 2014.
71 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C 182 de 2016. MP: Gloria Stella Ortiz.
72 Op. Cit. Observación General No. 1 Artículo 12: Igual Reconocimiento ante la ley. CRPD/C/CG/1 19 mayo 2014.
44 Cartilla Discapacidad

lo contrario, se estaría vulnerando uno de los atributos inherentes a la condición de


ser humano, se estarían negando derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales. Tener una diversidad funcional no debe ser nunca una razón para limitar
tal derecho.
Estas limitaciones se dan por algo que no ha sido del todo aplicado en la tradición
civilista: la diferencia entre la capacidad jurídica y la capacidad mental. Bajo los prin-
cipios de la CDPD ser titular de derechos y poder ejercerlos es distinto a la capacidad
de una persona de comprender un acto o situación; esto último varía de persona a
persona y depende del contexto, nivel de educación, estabilidad económica y otro
conjunto de factores económicos y sociales73.
Confundir la capacidad mental con la capacidad jurídica implica que si en determi-
nado momento se considera que una persona no puede tomar decisiones que los
demás consideren correctas se limitará su capacidad jurídica. El Comité definió tres
causales por las que usualmente se niega este derecho:
a) Criterio basado en la “condición”: la forma de determinar que la persona no
tiene la posibilidad de tomar la decisión se basa en un diagnóstico dictami-
nado por un profesional de la salud. Claro está, esto es un rezago del modelo
médico rehabilitador.
b) El criterio basado en los resultados: cuando se considera que la persona
está tomando una decisión que traerá malas consecuencias.
c) El criterio funcional: cuando se piensa que la persona no tiene la capacidad
mental para tomar una decisión.
Estos criterios son erróneos por numerosas razones: la primera, porque se aplican
sólo cuando la persona tiene discapacidad, constituyendo una discriminación. Se-
gundo, porque asumen que todas las personas al tomar decisiones siguen un proce-
so lógico, una evaluación razonada de cada situación, por ejemplo, contraponiendo
argumentos a favor y en contra para luego tomar una decisión. Se presupone que el
funcionamiento humano puede ser evaluado con exactitud. Que siempre se toman
decisiones pensando en los resultados y que estos serán beneficiosos74.
Sin embargo, la mayor cantidad de las decisiones que las personas sin discapacidad
toman en su vida diaria no siguen un proceso lógico y razonado, por el contrario
usualmente están basadas en gustos y sentimientos. Cotidianamente las personas
sin discapacidad toman decisiones que probablemente tendrán malos resultados,
comer en exceso, consumir bebidas alcohólicas, realizar actividades de alto riesgo,
sin embargo al no tener un diagnóstico, al no ser vistos como personas con discapa-
cidad, no se les juzga de la misma manera a como se juzga una persona con disca-
pacidad, no se les sustrae la capacidad de tomar futuras decisiones.
A pesar de esto, el estándar que se aplica a las personas con discapacidad es mucho
más alto, incluso teniendo en cuenta que probablemente nunca se les ha enseñado
y apoyado para tomar decisiones. Si una persona sin discapacidad al saber que tiene
cáncer decide que no quiere someterse a un tortuoso tratamiento que puede ser su
única forma de sobrevivir, se le respeta. Sin embargo si una persona con síndrome
de down toma la misma decisión se dirá que el resultado no es el esperado, que la
persona es incapaz de tomar esa decisión y probablemente se le someta a un pro-
ceso de sustitución de su voluntad. Constituye un doble estándar.
73 Ibíd.
74 Op. Cit. Observación General N° 1.
Cartilla Discapacidad 45
Es por esto que se desarrolló el concepto de la Dignidad del Riesgo75. Éste, leído a la
luz de la CDPD implica que al reconocer la autonomía y dignidad de la persona se
debe reconocer que ésta puede tomar riesgos y decisiones erróneas como el resto
de seres humanos, que debe vivir en un mundo peligroso y que como ciudadano
debe enfrentarse a una serie de problemas para aprender a sortearlos. Perske afir-
ma que cuando las personas con discapacidad toman riesgos su sentido de digni-
dad y su desarrollo mejoran considerablemente76.
Afirma también el autor que la sobreprotección a la que se somete usualmente a las
personas con discapacidad pone en peligro la dignidad humana, le impide a la per-
sona aprender de sus errores, le imposibilita aprender a enfrentarse a situaciones
peligrosas, le impide vivir en la comunidad como el resto de ciudadanos77.
“Hasta que acepte el riesgo no voy a saber si tomé o no la decisión correcta” 78.
Esto también implica que saber tomar decisiones es un proceso en donde se apren-
de a asumir la responsabilidad por las decisiones propias y a saber qué decisión va
acorde con la voluntad. Uno de los principios básicos del artículo 12 de la CDPD es
que las personas no son inherentemente incompetentes o incapacitadas; todos los
individuos tienen el potencial para desarrollar sus capacidades pero deben ser edu-
cados y preparados para hacerlo. Como menciona Inclusión Internacional, “todos
aprenden a través de un proceso de prueba y error, y suelen hacerlo tanto de los
errores como de los éxitos…toda oportunidad de crecimiento conlleva la posibilidad
de fracasar”79.
Claro, esto no significa poner a la persona en una situación de inseguridad o im-
pulsarla a la imprudencia. En cambio se debe promover que la persona de mane-
ra informada asuma un riesgo en común con sus apoyos, para sacar provecho de
las múltiples fuentes de enseñanza, aprender de los propios límites y posibilidades
como cualquier ser humano80.

Un ejemplo de que todas las personas, con o sin discapacidad, necesitan un


proceso educativo para aprender a tomar decisiones se dio en la Unión Sovié-
tica en los conocidos orfanatos donde se alojaban unos 170.000 niños y niñas.
Gracias al Proyecto de Intervención Temprana en Bucarest, se pudo ver que la
falta de contacto con adultos y una educación adecuada hacía que: las habili-
dades intelectuales de los niños se vieran gravemente disminuidas, menores
índices de apego y menos actividad cerebral. (Nelson, C.A., Zeanah, C.H., Fox,
N.A., Marshall, P.J., Smyke, A.T., Guthrie, D. (2007). Cognitive Recovery in Socia-
lly Deprived Young Children: The Bucharest Early Intervention Project. Scien-
ce 318(5858): 1937-1940.)
El aislamiento la falta de educación, cariño y apoyos hacen que cualquier per-
sona pierda la oportunidad de aprender a tomar decisiones, sin importar si
tiene o no discapacidad y por lo tanto carecerá de la capacidad de hacerlo.

75 INCLUSIÓN INTERNACIONAL. Independiente pero no sólo: Informe Mundial sobre el Derecho a Decidir. University of East
London. Inglaterra, 2014. Disponible en: http://inclusion-international.org/wp-content/ uploads/2014/07/INDEPENDIENTE-PERO-NO-SO-
LO-web.pdf
76 PERSKE Robert. La dignidad del riesgo y el retardo mental (sic). MENTAL RETARDATION, Vol. 10, No. 1, February, 1972. Se
aclara que este texto contiene lenguaje y conceptos que ya han sido revaluados.
77 Ibíd.
78 Testimonio de una persona con discapacidad, activista y autogestora. Tomado de: Op. Cit. Inclusión Internacional. Pg. 69.
79 Ibíd. Pg 70
80 Ibíd.
46 Cartilla Discapacidad

3. Consideraciones para el sistema de toma de decisiones con


apoyo.

La implementación de la toma de decisiones con apoyo.


Con estas bases, doctrinantes como Bach81, han hecho una serie de propuestas para
la implementación de estos artículos en las legislaciones nacionales. Principalmen-
te se habla de un proceso de toma de decisiones con apoyo: se presume que todas
las personas pueden tomar decisiones y que algunas necesitarán más o menos apo-
yos para hacerlo. Este concepto surge como una forma de eliminar las barreras que
impone la sociedad a las personas con discapacidad y depende de cada situación
en concreto y por esta razón no hay una fórmula o un modelo genérico de apoyos
que sea aplicable para todas las personas, sino que dependerá de las necesidades
de cada quien, y de los aspectos de su vida en los que se requieran apoyos.
El apoyo no consiste en tomar decisiones por la otra persona. Consiste en acompa-
ñar y en explicar un tema de una manera distinta para que la persona con disca-
pacidad pueda entender el concepto. Eso se puede realizar por medio de dibujos,
juegos y otro tipo de actividades que dependerán del caso en concreto. Asimismo,
pueden presentarse casos en los que dar una explicación sea más demandante,
pero de nuevo, en ningún caso se trata de sustituir la voluntad de la persona con
discapacidad.
Todas las personas con o sin discapacidad utilizan diversos tipos de apoyos. Por
ejemplo, para construir una casa se pide apoyo a un arquitecto, para saber qué de-
cisiones se toman en el área de la salud se consulta a un médico, para saber cómo
utilizar el dinero en algunos casos se pide apoyo de asesores financieros, para casar-
se o tener hijos se pide apoyos de padres y amigos; así, gracias a la ayuda y experticia
de todas esta personas es que se logra llegar a opiniones informadas sobre un tema
para poder tomar una decisión.
Así, este proceso usa serie de apoyos que buscan que una persona pueda compren-
der la situación, expresar sus deseos, su voluntad, su plan de vida y sus esperanzas82.
Estas medidas deben estar basadas en principios de diseño universal, accesibilidad,
ajustes razonables y medidas afirmativas83.

81 Michael Bach es doctor en estudios sociológicos y de equidad del Instituto de Estudios en Educación de la Universidad de Toron-
to, donde actualmente es profesor. Es el Vicepresidente ejecutivo de la Asociación Canadiense parra la Vida en Comunidad, fue el Director
del Instituto de Roeher. Tuvo un papel crucial en la elaboración de la legislación canadiense en materia de capacidad legal y discapacidad.
82 BACH, Michael (2007). Supported Decision Making under article 12 of the UN Convention on the Rights of Persons with Disabili-
ties: questions and challenges. (Notes for presentation to Conference of legal capacity and supported decision making Parents Committee of
Inclusion Ireland).
83 Op. Cit. BACH 2014.
Cartilla Discapacidad 47

Las habilidades que tradicionalmente se asocian con la capacidad jurídica son las de
comprender la información relevante para una situación, apreciar las consecuencias
previsibles y comunicar la decisión.
La persona puede necesitar apoyo en cualquiera de estos tres pasos. Por ejemplo se
puede recurrir a un apoyo de pares para comprender la situación creando una red
de apoyo conformada por individuos designados por la persona con discapacidad,
personas que sean de su confianza. Este grupo de personas permitirá desarrollar y
comunicar la voluntad y preferencias de la persona y transformar la acción intencio-
nal en las decisiones consecuentes84.
Puede hacer uso de aparatos o dispositivos para comunicar su decisión, como lo
hace Stephen Hawking85, y acudir a un banco o institución financiera para un apoyo
en la ejecución de la decisión. Algunas personas con discapacidad requieren mayo-
res o menores apoyos en su vida diaria. Algunas necesitarán apoyos exclusivamente
en temas de comunicación, así como otros pueden llegar a necesitar apoyos en el
manejo de su dinero, tomando decisiones médicas o en otros ámbitos. Sin embar-
go, lo que debe ser la directriz en todo momento de los apoyos a pesar de que estos
sean diversos, es que deben impulsar, proteger y salvaguardar la autonomía y la
voluntad de la persona con discapacidad. Es así, como los apoyos deben pensarse
para respetar en todo momento las preferencias de la persona en lugar de intentar
decidir “por” ella, sin tener en cuenta sus intereses.
Las adaptaciones se refieren a modificaciones dentro del proceso usual que invo-
lucra la toma de decisiones. Por ejemplo, en una decisión médica o dentro de un
proceso judicial la persona necesitará más tiempo para comprender y comunicar la
decisión, reconocimiento de las personas que funcionan como apoyo y el uso de un
lenguaje claro, incluso de pictogramas86.
84 Para saber más sobre Stephen Hawking puede consultar: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hawking.htm
85 Op. Cit. BACH 2014.
86 Testimonio de una persona con discapacidad autogestora de Malaui. Tomado de: Op. Cit. Handicap International. Pg. 67
48 Cartilla Discapacidad

“Me prometieron que me iban a dar más tiempo, que iba a tener mi propia
guía y documentos con letra grande; pero cuando llegó el día ninguna de esas
promesas se cumplió y por eso no pude hacer las cosas lo mejor posible”87.

Tipos y niveles de apoyo.

¿Qué tipo de barreras se han encontrado las personas además de la sobreprotección?


Inclusión Internacional en su informe mundial: Independiente pero no sólo88, en
donde se recolectó información y experiencias de personas con discapacidad alre-
dedor del mundo, presenta las más frecuentes:
Barreras para tomar decisiones de forma Apoyos para tomar decisiones
independiente
HERRAMIENTAS HERRAMIENTAS
No saber qué opciones se tiene. Información clara, sencilla, sin palabras técnicas. Información
en formato de video o audio.
No tener información clara: información en
formatos no accesibles o con un lenguaje Listas de opciones posibles.
confuso.
Sesiones de prueba para practicar la toma de decisiones.
Tiempo adicional para comprender, expresar y tomar decisio-
nes.
HABILIDADES HABILIDADES
Falta de conocimiento sobre cómo comuni- Confianza
car las elecciones.
Información sobre quién puede proveer consejos.
Miedo
Aprender a hablar con las personas de apoyo.
Falta de confianza
RELACIONES RELACIONES
Otras personas impiden tomar decisiones: Construir buenas relaciones de confianza donde se puedan
sobreprotección. discutir varios temas sin presión.
“Las personas me siguen considerando Acompañamiento en procedimientos bancarios, contratos de
como un niño y me tratan como tal...piensan arrendamiento, etc.
que no voy a entender”. (Testimonio de per-
sona con discapacidad) Que el personal hable directamente con la persona con disca-
pacidad y no con el acompañante.

OPORTUNIDAD OPORTUNIDAD
Experiencias pasadas negativas Que se dé la oportunidad de probar cosas nuevas para que la
persona pueda decidir sobre sus gustos e intereses.
“Otras personas no quieren que cometa
errores” (Testimonio de persona con disca-
pacidad).
Exclusión del proceso de toma de decisio-
nes grupales o familiares.
89

87 Testimonio de una persona con discapacidad autogestora de Malaui. Tomado de: Op. Cit. Handicap International. Pg. 67

88 Ibíd. Pg 69
89 Op. Cit. Handicap International. 2014
Cartilla Discapacidad 49
Como se puede evidenciar muchos de los apoyos que mencionaron las personas
con discapacidad en el citado informe pueden proveerse de manera sencilla. Cam-
biar la forma de expresarse, tomarse un poco más de tiempo al explicar algo, ser
creativo o creativa a la hora de comunicarse. Son herramientas que se pueden usar
en el hogar, en un banco e incluso en un proceso judicial.
En el trabajo diario de PAIIS se conoció una historia de una mujer con Síndro-
me de Down que fue diagnosticada con cáncer. El médico le comentó que
la quimioterapia sería su única alternativa y de forma rápida le explicó cómo
funcionaría la misma.
Después de salir de la oficina del médico, esta mujer le dijo a su hermana, en-
fermera de ese mismo hospital, que no quería hacerse la quimioterapia pues
tenía temor de los efectos de la misma, especialmente la caída del pelo. La
hermana, en vez de someterla a un proceso de interdicción y obligarla, recu-
rrió a una amiga suya, oncóloga y sobreviviente de cáncer. Durante dos meses
la mujer con discapacidad acompañó a la oncóloga en su día a día con otros
pacientes con cáncer, conoció de formas de prevenir las náuseas, de cómo
manejas la calvicie con gorros y pelucas. Finalmente, después de recibir infor-
mación de forma amigable y accesible decidió hacerse el tratamiento.
Este es un ejemplo de toma de decisiones con apoyo, siendo los apoyos su
hermana, la médica oncóloga y la forma de presentar la información de una
forma más concreta: viendo el proceso.
Como se puede ver no existe una única forma de apoyos que pueda ser aplicada
fácilmente a todos los casos, ya que los apoyos dependen de cada individuo; por
esto la CDPD da cierta libertad para que cada país regule o implemente su propio
sistema de apoyos estableciendo unos principios básicos.
a) En primer lugar, los apoyos deben ser individuales y deben centrarse en las nece-
sidades de la persona con discapacidad, teniendo en cuenta las diferentes situacio-
nes personales o sociales.
b) Un requisito esencial de los apoyos es que deben cubrir todo el proceso de toma
de decisiones. Esto implica que:
• Deben cubrir en primer lugar, el momento en que se identifica la necesidad que
tiene la persona.
• En segundo lugar, deben indagar por las razones o justificaciones para tomar una
decisión para de esta manera poder determinar si la decisión es legítima o auténti-
ca.
• Además, en cada paso de la decisión se debe prestar asistencia para la traducción,
comprensión y/o evaluación de la información relevante, explicando la valoración de
las diferentes opciones y sus consecuencias.
c) Es esencial que los apoyos respeten la identidad y el proyecto de vida de la per-
sona con discapacidad. En este sentido, es relevante que la persona o personas que
sirvan como apoyo de la persona con discapacidad conozcan la historia de vida de
esta persona y sepa sobre su personalidad y preferencias. Asimismo, que realice ac-
tividades de fomento de la confianza porque es muy importante que la persona con
discapacidad se sienta en completa comodidad y confianza con sus apoyos, en el
caso de apoyos de pares o de apoyos brindados por personas. Sin embargo, hay que
tener cuidado en este punto ya que si bien es importante que exista un conocimien-
50 Cartilla Discapacidad

to personal esto no debe crear un posible conflicto de intereses90.


d) En cuarto lugar, el sistema de apoyo debe ser complejo. Este puede llegar a ser
el elemento más difícil de los apoyos, ya que el sistema de toma de decisiones con
apoyos no debe entenderse simplemente como cambiar la figura de la interdicción
por otra similar sino que le exige a los Estados la tarea de crear y/o promover la crea-
ción de diversas figuras de apoyo y dotarlas de un estatus legal. Los países deben
establecer normas que determinen qué cosas pueden y no pueden hacer las perso-
nas que prestan los apoyos. Asimismo estas normas deben establecer las responsa-
bilidades de estas personas. Además, de esto, el Estado debe encargarse de otorgar
recursos materiales, humanos y financieros así como todos los mecanismos que se
requieran para la implementación de la figura de toma de decisiones con apoyo.
e) Finalmente, el sistema de apoyo debe orientarse a favorecer y potenciar al máxi-
mo el ejercicio de los derechos por parte de las personas a las que se asiste. Debe ser
una medida encaminada realmente a maximizar la autonomía de las personas con
discapacidad91. En este sentido, podría considerarse que los apoyos deben propen-
der por la autogestión de las personas con discapacidad.
Es entonces importante analizar qué tipos de apoyos existen para las diversas for-
mas de tomar decisiones, pues como se ha visto previamente cada persona puede
necesitar un nivel de apoyos distinto a la otra. Algunos tomarán decisiones sin, por
ejemplo, designar formalmente a su red de apoyo y otras necesitarán la asistencia
de redes de representación para tomar sus decisiones92. Es importante aclarar que
es la persona, con ayuda de su red, que decidirá sobre los apoyos. No se debe impo-
ner un apoyo porque profesionales de la salud o el derecho lo considere, estos últi-
mos sólo podrán sugerir y explicar su posición de forma accesible y amigable.
Con los dos ejemplos puestos, se puede ver que existen dos tipos generales de apo-
yos, los formales y los informales. La diferencia se deriva del aspecto legal de los apo-
yos. Lo que esto significa es que si los apoyos no deben ser reconocidos mediante
acto jurídico, no serán apoyos formales sino informales. Algunos ejemplos de los
apoyos informales son la asesoría que hace una persona cercana que conozca del
tema o ayudas cotidianas como comprar ropa, tomar el transporte público, cocinar,
entre otras. Los apoyos formales se usan para acciones que tengan consecuencias
jurídicas importantes, vender una casa, tratamientos médicos, participación en un
proceso judicial; así serán reconocidos a través de medios como contratos, manda-
tos, escrituras, entre otros.
De esta forma, la ley debe permitir y reconocer como legítimos los apoyos formales,
regularlos y asegurarse de que sean respetados por terceros, como personal médico
o instituciones financieras. Se debe crear una autoridad competente para desarro-
llar y vigilar el sistema de toma de decisiones con apoyo93.
El siguiente cuadro, tomado del Informe Mundial sobre el Derecho a Decidir: Inde-
pendiente pero no sólo94 es una ejemplificación de los apoyos formales e informales
90 SOTO, J. Capacidad jurídica y discapacidad a la luz de la convención de naciones unidas de derechos de las personas con
discapacidad. Disponible en: http://www.era-comm.eu/UNCRPD/kiosk/speakers_contributions/111DV70/SOTO_pres_ES.pdf
91 CUENCA GOMEZ, P. El sistema de apoyo en la toma de decisiones desde la convención internacional sobre los derechos de las
personas con discapacidad: principios generales, aspectos centrales e implementación en la legislación española. Diciembre 2012, págs.
61-94. Disponible en: http://www.unirioja.es/dptos/dd/redur/numero10/cuenca.pdf
92 BACH Michael. El derecho a la capacidad jurídica en la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapa-
cidad: conceptos fundamentales y lineamientos para una reforma legislativa. Traducción al castellano a cargo de Francisco J. Bariffi y María
Laura Serra, investigadores del Centro de Investigación y Docencia en Derechos Humanos, Facultad de Derecho, Universidad Nacional de
Mar del Plata. Pg. 91
93 Op Cit. Cuenca Gomez Pg. 11
94 Op. Cit. Inclusión Internacional. 2014. Pg. 18
Cartilla Discapacidad 51
que requiere una persona:

Esferas de la vida Informales Formales o jurídicas


Decisiones sobre Actividad física, dieta, higie- Procedimientos médicos, esteriliza-
la salud ne, control de la natalidad, ción, consentimiento para recibir tra-
etc. tamientos.
Decisiones sobre Gasto de dinero, preparación Cuentas bancarias, testamentos, su-
asuntos económi- de presupuestos cesiones, crédito
cos y bienes
Decisiones sobre Dónde vivir, relaciones inter- Vivienda, contratos de trabajo, matri-
la vida personal personales, trabajo, educa- monio
ción, participación ciudada-
na
95

Un ejemplo de un apoyo formal en el contexto colombiano se encuentra en la Auto


173 de 2014 de la Corte Constitucional, parte del seguimiento a la Sentencia T - 025
de 2004. En éste se reconoce que dentro de la Ruta Integral de la Unidad de Aten-
ción y Reparación Integral a Víctimas del conflicto armado era necesario incluir un
apoyo formal que reconociera plenamente la capacidad jurídica de las personas con
discapacidad. Así ordena a la
“Unidad para las Víctimas, el diseño e implementación de los mecanismos idóneos
y acordes con los estándares internacionales en la materia que promueven la capa-
cidad jurídica y el igual reconocimiento de las víctimas con discapacidad ante la ley
con el objetivo de mitigar la especial situación de desprotección de esta población
y de brindar recursos efectivos para el goce de sus derechos en igualdad de condi-
ciones”.
Esta orden fue llevada a cabo a través de la creación de un protocolo de atención en
donde se determinan qué apoyos específicos dentro de la Ruta necesita la persona
con discapacidad intelectual o psicosocial y, a través del reconocimiento de los mis-
mos en un acto jurídico, son brindados por las entidades públicas competentes.
De esta forma, a través de los mecanismos formales se busca cumplir con uno de los
mandatos del artículo 12 de la CDPD: las salvaguardas. Éstas están dirigidas a preve-
nir el abuso de los apoyos que se hayan establecido formalizando las redes y relacio-
nes de soporte. Por ejemplo, teniendo un registro de las partes de una red de apoyo
y registrando en las transacciones legales los mecanismos que fueron usados y las
personas que participaron como apoyo en el proceso. Así, se deben proveer recursos
que sean de fácil acceso en contra del abuso como parte del derecho al acceso a la
justicia; dichos recursos también deben contemplar formas de resolver conflictos de
intereses entre la persona y sus apoyos. Otra forma de implementar salvaguardas
es creando una red de apoyo que contenga a varias personas, en vez de una sola96.
Sanciones civiles y penales deben imponerse en caso de que no se cumplan con los
estándares y esto conlleve a abuso o explotación; estos estándares deben basarse en
el parágrafo 4 del artículo 12 en donde se establecen medidas de proporcionalidad y
95 Ibíd.
96 MINKOWITZ Tina. Submission to the Committee on the Rights of Persons with Disabilities Day of General Discussion on CRPD
Article 12. Centro por los derechos humanos de sobrevivientes y usuarios de la psiquiatría. Red Mundial de sobrevivientes y usuarios de la
psiquiatría. Disponible en: http://www.chrusp.org/home/resources
52 Cartilla Discapacidad

necesidad. Es recomendable que haya salvaguardas y formas periódicas de revisión


que se activen automáticamente, a menos que la persona con discapacidad no lo
desee en el caso específico97.
Ya habiendo establecido la diferencia inicial entre los múltiples tipos de apoyos es
esencial adentrarse en la forma de aplicarlos y por lo tanto de ejercer la capacidad
jurídica. Bach98ha establecido cuatro categorías:
a) La primera es de forma independiente o autónoma: en donde una persona puede
tomar y comunicar su decisión de forma comprensible a terceros. Posiblemente la
persona podrá necesitar algunos apoyos simples Sistemas Alternativos y Aumenta-
tivos de Comunicación, lenguaje sencillo o asesores informales. En esta modalidad
sólo se usan apoyos informales.
b) La segunda es la toma de decisiones con apoyos básica al igual que en el estado
autónomo, se respeta la voluntad de la persona pero el individuo solicita a terceros
de confianza para que lo asistan en la toma y ejecución de la decisión. “Las redes de
apoyo […] están basadas en una relación fiduciaria de confianza”99 con una persona.
Es esencial que las relaciones no sólo sean de confianza sino que sean relaciones lar-
gas y basadas en el conocimiento del individuo; que entiendan sus gustos, formas
de comunicación, actividades de la vida diaria, amistades, habilidades, entre otras100.
Algunas de estas redes pueden ser informales, otras requerirán de figuras jurídicas
que las reconozcan, diferenciar cuál de las dos es mejor en determinada situación
es complejo, pero siempre hay que tener claro que no todas las decisiones necesitan
una formalidad legal101.
c) La tercera categoría Bach la denomina Estado de Codecisión: esta forma de ejer-
cer la capacidad legal se puede aplicar a las personas o situaciones en las que un in-
dividuo requiere de una asistencia significativa por parte de terceros pero no cuenta
con relaciones de confianza con otras personas. Esto sucede con mucha frecuencia,
especialmente para las personas con discapacidad intelectual que han estado insti-
tucionalizadas y aisladas por mucho tiempo.
Para estas, a largo plazo la CDPD dispone que se deba iniciar un proceso de inclu-
sión en la comunidad, en donde la persona recupere y cree relaciones de confianza
y se impulse su potencial. Pero como esto puede tardar años se ha propuesto la fi-
gura de un equipo de codecisores que serán nombrados por un tribunal. Este sería
un equipo que pueda iniciar un proceso de conocer a la persona, su historia, cultura,
deseos, sueños y voluntades, con esto, podría apoyarla en tomar la decisión y a co-
municarla por ejemplo a un médico, abogado o institución bancaria.
La función de los jueces y operadores jurídicos no sería la de homogeneizar y dictar
órdenes iguales para todos, pues es esencial reconocer que cada persona es distinta
y por lo tanto necesita apoyos diferentes. Por esto, las órdenes deben basarse en la
forma en que la persona vive, se apoya, se comunica, lo que quiere para su vida, sus
preferencias y sus gustos. Se debe tener en cuenta, no sólo la opinión del profesional
de la medicina, sino la de familiares, amigos y en general todo el medio en el que se

97 Op. Cit MINKOWITZ


98 Op. Cit. BACH Pg. 91
99 Ibíd.
100 Ibíd. Pg. 92
101 Ibíd.
Cartilla Discapacidad 53
desarrolla la persona102.
d) Por último se encuentra la toma de decisiones facilitada: esta se aplica general-
mente para las personas con discapacidad intelectual que por aislamiento, falta de
educación, falta de redes, ente otras, experimenten muchas más barreras a la hora
de comprender y expresar ideas y decisiones; por lo tanto son personas que nece-
sitarán un nivel de apoyo mucho más alto. Así, al igual que el grupo anterior están
aisladas y carecen de redes de apoyo, pero sería demasiado difícil para un equipo
codecisor ser guiado por la persona por las barreras principalmente en la comuni-
cación.
En este caso, el mismo equipo de asistencia pueda conocer la historia, cultura, gus-
tos y hacer un esfuerzo por entender la voluntad de la persona y crear oportunida-
des en donde la intención pueda ser revelada o adaptada. Este puede ser un proce-
so más largo y se debe mostrar la debida diligencia. Después de realizar esos pasos,
el quipo o persona facilitadora deberá interpretar la voluntad de la persona.
Lo ideal es que se busque la maximización del ejercicio de la toma de decisiones de
manera autónoma de las personas. De esta forma, a través de procesos educación,
una rehabilitación integral, identificación de puntos de apoyo, la persona pasará de
tomar decisiones de una forma facilitada a tener una capacidad para guiar a un
equipo o eventualmente y si es posible poder hacerlo de la forma más autónoma
posible103. Es por esto que el Estado tiene el deber de intervenir en estas relaciones
personales, para fortalecerlas, capacitar a las familias y a las comunidades en las di-
versas formas de apoyo para potenciar las habilidades de muchas personas que en
este momento están en un aislamiento total o parcial.
En una conferencia realizada en Colombia en el 2012 Michael Bach contó la
historia de una mujer con discapacidad física y parálisis cerebral. Parte de las
características de su situación eran los constantes dolores, y su movimiento se
centraba en el cuello. Ella necesitaba grandes apoyos en la toma de decisio-
nes que fueran más allá de la vida diaria. Le encantaba compartir con sus ami-
gos de la Iglesia y pintar con una linterna ubicada en la cabeza. Así, mientras
ella movía la cabeza iba indicando con la luz en el lienzo las figuras y colores
que deseaba.
Un día su familia recibió la llamada de un médico, les contó que había un pro-
cedimiento para eliminar los dolores pero que había un gran riesgo de que
perdiera la movilidad en el cuello. La familia habló con la mujer, sin embargo,
después de un proceso largo, fue difícil que comprendiera a cabalidad la si-
tuación. Por esto su familia recurrió a una forma de tomas decisiones facilita-
da. Con sus amigos más cercanos y los familiares que ella había designado se
analizó la situación y decidieron que, siendo la pintura una de sus actividades
favoritas, la mujer preferiría evitar el riesgo de perder la movilidad en su cuello.
No se realizó el procedimiento y se buscaron formas alternativas de tratar los
dolores.
Este es un ejemplo de una forma de ejercer la capacidad legal facilitada. La familia y
amigos conocían a la mujer perfectamente e interpretaron su voluntad sólo en este
caso específico, sin limitar sus decisiones en otros aspectos de la vida. Y, aunque la
decisión parecería no ser la mejor a nivel médico, era la decisión que más se ajusta-
ba a sus gustos y su voluntad. Esto está íntimamente relacionado con la dignidad
102 136 Op. Cit. BACH Pg. 100
103 Op. Cit. BACH Pg. 100
54 Cartilla Discapacidad

del riesgo antes explicada.


Como se puede evidenciar no hay sólo una forma de implementar el artículo 12 y
este proceso es bastante complejo pues requiere un cambio grande de mentalidad
y de normatividad. Es por esto que se han creado una serie de herramientas flexibles
para implementar dichos apoyos. Y, aunque como se verá más adelante, la forma de
incluir el artículo 12 en la legislación de cada país varía, estas herramientas son una
guía cuyo funcionamiento ya ha sido probado. A continuación se presentarán las
más importantes.
1.5. 3 Algunas herramientas para la toma de decisiones con apoyo.
Directivas anticipadas: Las directivas anticipadas son un concepto que se ha aplica-
do tradicionalmente en el área de la medicina y la salud. Éste hace referencia a los
documentos legales que permiten verificar la voluntad de una persona frente a de-
terminado tratamiento médico y que deben ser tenidas en cuenta en el momento
en que la persona no tiene la capacidad mental de tomar una decisión. Principal-
mente ha sido utilizado en casos de eutanasia, pero es la postura generalizada en
materia de discapacidad psicosocial que esta figura se puede usar también cuando
una persona entra en una crisis. La directiva incluirá entonces aspectos que van más
allá de lo médico como por ejemplo el manejo del patrimonio.
En primer lugar vale la pena ver cómo funcionan las directivas anticipadas dentro
del campo médico para luego expandirlas hacia otros ámbitos.
Así, dentro de los ordenamientos jurídicos actuales se encuentran como pilares fun-
damentales el derecho a la dignidad, a la autonomía personal y a la libertad. Estos
pilares deben estar presentes en todas las relaciones de la sociedad incluyendo la
relación médico-paciente. “…todo paciente tiene derecho a elegir si se somete o no
ha determinado tratamiento y a decidir la suerte de su propio cuerpo, considerando
la voluntad del paciente un elemento indispensable a tener en cuenta por parte del
médico tratante” 104.
Es decir que en principio las personas siempre tienen la capacidad de elegir si, por
ejemplo, deciden o no iniciar un tratamiento o si quieren o no que les hagan un
procedimiento quirúrgico. A esta voluntad de aceptar un tratamiento médico se le
llama consentimiento informado. Por ejemplo, la Corte Constitucional ha definido
que la posibilidad que tiene una persona de tomar decisiones frente a su salud tiene
un carácter fundamental y se basa en el principio constitucional del pluralismo, la
dignidad humana, el libre desarrollo de la personalidad, la integridad personal y la
salud105.
Así, el consentimiento implica que la persona libremente lo acepta y acepta tam-
bién sus consecuencias. No debe haber engaños ni coacciones, como por ejemplo
la exageración de los riesgos o dolencias de la enfermedad o una minimización de
los riesgos del tratamiento106. Además, debe ser informado, que quiere decir que la
persona que se va a someter o que va a rechazar el tratamiento sabe las consecuen-
cias, riesgos y afecciones que puede sufrir tanto si acepta o no el procedimiento.

104 TOBAR, Y. Las directivas anticipadas, la planificación anticipada de la atención y los derechos a la dignidad y autonomía del
paciente. Estado de la cuestión a nivel internacional y su posibilidad de ejercicio en el derecho colombiano Universidad El Bosque. Revista
Colombiana de Bioética. Vol. 7 No 1 - Junio de 2012. P, 155. Disponible en: http://www.bioeticaunbosque.edu.co/publicaciones/Revista/rev71/
arti8_Jenneralonso.pdf
105 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T 425 de 2010. MP: Humberto Sierra Porto.
106 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA Sentencia SU337 de 1999. MP: MP. Alejandro Martínez Caballero y Sentencia
T-1021 de 2003, Citado en: Ibíd.
Cartilla Discapacidad 55
Luego, la regla que generalmente se aplica es buscar el consentimiento informado,
es decir que la persona sobre la que recae el tratamiento debe decidir si lo acepta o
no. El problema es que en determinadas ocasiones es posible que la persona no esté
en condiciones de dar su consentimiento de manera libre porque por ejemplo está
inconsciente o entró en una crisis de salud mental. Entonces ¿qué se debe hacer en
esos casos?
La respuesta tradicional ha sido que si la persona no puede tomar una decisión libre
o no se puede conocer su voluntad por diferentes casusas, algunas relacionadas con
la misma enfermedad o situación, la voluntad del paciente se sustituye con la vo-
luntad de una persona cercana que asume su voluntad. Esta figura de la sustitución
de la voluntad piensa en los casos en los que los familiares buscan lo mejor para la
persona; sin embargo parece problemático sustituir completamente la voluntad de
una persona justamente cuando se va a someter a tratamientos que pueden violar
su dignidad, autonomía o privacidad107.
La Corte Constitucional ha entendido este problema como un debate entre el prin-
cipio de beneficencia y el principio de autonomía. El principio de beneficencia im-
plica que los médicos deben buscar el bienestar del paciente o por lo menos no
causarle daños mientras que el de la autonomía busca que se respete la voluntad
del paciente ante cualquier tratamiento. Este debate se ha puesto en consideración
de distintos ejemplos para saber cuál debe primar.
Para verlo en un caso cotidiano, cuando una persona llega inconsciente a urgencias
se ha privilegiado el principio de beneficencia y se permite a los médicos buscar el
bienestar del paciente aun cuando no ha habido consentimiento porque es razo-
nable presumir que la mayor parte de las personas desean salvaguardar su vida y
salud108. Sin embargo parece criticable que se presuma la voluntad de una persona
teniendo en el concepto de consentimiento informado y la importancia de la volun-
tad del paciente antes de recibir un tratamiento.
Sabiendo que no siempre se puede conocer la voluntad de un paciente y que pedir
que su voluntad sea sustituida no siempre es lo más conveniente, se puede pensar
en otra alternativa como las directivas anticipadas. Esta figura puede zanjar el de-
bate entre beneficencia y autonomía pues si existe un documento con la voluntad
expresa de la persona frente al tratamiento, nunca se debe presumir la voluntad de
las personas.
Diferentes autores se han referido al tema y muchos coinciden en que las directivas
anticipadas son:
“La previsión de una posible incapacidad jurídica (…) para decidir acerca del
tipo de cuidado o tratamiento médico deseado para enfrentar un eventual
estado patológico, ha sido la causa de la aparición de una serie de actos de
voluntades anticipadas, conocidos como testamentos vitales o biológicos, di-
rectivas médicas anticipadas o previas, planificación anticipada, cartas o man-
datos de autodeterminación y manifestaciones de voluntad sobre el final de la
propia vida. Pese a los múltiples cuestionamientos que aún persisten respecto
a su implementación, con los actos de voluntad anticipada esencialmente se
pretende la no aplicación al enfermo de cuidados médicos exagerados, de
tratamientos extraordinarios, desproporcionados o fútiles, en fin, evitar el lla-
mado encarnizamiento terapéutico, por lo que representan “un paso más en
107 Op. Cit. Pg. 155.
108 Op. Cit. Sentencia SU-337 de 1997
56 Cartilla Discapacidad

la profundización del proceso de consentimiento informado del paciente” 109.


(Negrilla fuera del texto)
Para otros autores, la definición es más bien:
“es un tipo de “documento de autoprotección…consigna determinadas pautas o in-
dicaciones referentes a cómo deberá procederse a su respecto en materia de la aten-
ción médica que se le prestará en un futuro estado patológico, en caso de incompe-
tencia sobreviniente.” Actualmente las directivas médicas anticipadas se presentan
bajo tres modalidades: el testamento vital, la designación de un representante legal
y el llamado mandato de autodeterminación médica” 110.
De estas dos definiciones se puede concluir que las directivas anticipadas son docu-
mentos en los que una persona define cómo quiere que se interprete su voluntad
frente a un procedimiento médico cuando esa persona no esté en capacidad de
decidir. El contenido de este documento puede ser muy variado pues puede ir des-
de rechazar todo tipo de tratamiento hasta cómo se le debe aplicar el tratamiento
que se le asigna. Son, como el nombre lo indica, unas guías que deja una persona
para anticiparse a una situación donde no va a poder expresar su voluntad. Algunos
autores recomiendan además que se asigne a una persona como guardián de esa
voluntad y que sea quien haga exigible esa voluntad. Sin embargo el objetivo nunca
puede ser sustituir la voluntad del paciente sino interpretarla del documento111.
Es importante saber cómo se va a concretar esta voluntad y hacer que sea efectiva
a ojos de los médicos para que se cumplan por ellos, en principio, y posteriormente
por otras personas respecto a otros asuntos diferentes al tratamiento médico. Para
esto es importante ver cómo se ha regulado en otros países.
Las directivas anticipadas en Colombia:
Las directivas anticipadas como se mostró anteriormente, van encaminadas a maxi-
mizar la voluntad de la persona, para que aún en aquellas situaciones en las cuales
no pueda dar su consentimiento informado sobre un tema, prevalezca su autono-
mía y decisión previa. La Corte Constitucional ha reconocido que la autonomía y la
autodeterminación, es un aspecto fundamental de la dignidad humana112 y ha ma-
nifestado que:
“…el referente concreto de la dignidad humana está vinculado con tres ám-
bitos exclusivos de la persona natural: la autonomía individual (materializada
en la posibilidad de elegir un proyecto de vida y de determinarse según esa
elección), unas condiciones de vida cualificadas (referidas a las circunstancias
materiales necesarias para desarrollar el proyecto de vida) y la intangibilidad
del cuerpo y del espíritu (entendida como integridad física y espiritual, presu-
puesto para la realización del proyecto de vida). Estos tres ámbitos de protec-
ción integran, entendidos en su conjunto, el objeto protegido por las normas
constitucionales desarrolladas a partir de los enunciados normativos sobre
“dignidad” 113” (Negrilla fuera del texto).
109 Martínez, J. (2011) La negativa al tratamiento y los actos de voluntad anticipada. Posibilidades para su regulación en el orde-
namiento jurídico cubano. Revista de Bioética p. 9-17. Citado en: investigación realiza para concepto a cliente. PAIIS. Universidad de los
Andes.
110 Ibíd.
111 TOBAR, Y. Las directivas anticipadas, la planificación anticipada de la atención y los derechos a la dignidad y autonomía del
paciente. Estado de la cuestión a nivel internacional y su posibilidad de ejercicio en el derecho colombiano Universidad El Bosque. Revista
Colombiana de Bioética. Vol. 7 No 1 - Junio de 2012. P, 155. Disponible en: http://www.bioeticaunbosque.edu.co/publicaciones/Revista/
rev71/arti8_Jenneralonso.pdf
112 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C- 239 de 1997 MP: Carlos Gaviria Díaz
113 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-881 del 2002. MP: Eduardo Montealegre Lynett.
Cartilla Discapacidad 57
En este sentido, se entiende que el derecho a la autodeterminación es elemento
esencial de la dignidad humana para nuestro ordenamiento jurídico que es lo que
buscan proteger las directivas anticipadas.
Teniendo en cuenta la importancia de autonomía como eje fundamental de la dig-
nidad humana, en nuestro país ya se han comenzado a dar avances en el tema de
las directivas o voluntades anticipadas para proteger la voluntad del paciente. Aun-
que hasta el momento esto se limita al ámbito médico, esto no impide que puedan
pensarse en otras maneras de dar validez a este documento para que pueda apli-
carse en otros ámbitos. Actualmente, la Ley 1733 del 08 de septiembre de 2014 es-
tablece en su artículo 5º que todo paciente con enfermedades terminales, crónicas,
degenerativas e irreversibles de alto impacto en la calidad de vida tiene derecho a
suscribir el documento de voluntad anticipada:
“Toda persona capaz, sana o en estado de enfermedad, en pleno uso de sus fa-
cultades legales y mentales, con total conocimiento de las implicaciones que
acarrea el presente derecho, podrá suscribir el documento de Voluntad Anti-
cipada. En éste, quien lo suscriba indicará sus decisiones, en el caso de estar
atravesando una enfermedad terminal, crónica, degenerativa e irreversible de
alto impacto en la calidad de vida, de no someterse a tratamientos médicos
innecesarios que eviten prolongar una vida digna en el paciente”.
El artículo 15 de la Resolución 1216 del 2015 del Ministerio de Salud y Protección Social
establece el deber en cabeza de los médicos de respetar las voluntades anticipadas
como documentos jurídicos válidos y además permite la posibilidad de otorgar un
consentimiento sustituto cuando así lo haya designado el paciente previamente114.
Sin embargo existe un vacío normativo sobre cómo deben conocer los médicos so-
bre la existencia de una voluntad anticipada. Actualmente no es claro si la voluntad
anticipada de una persona debe estar inscrita en su historia clínica; o si se es prefe-
rible establecer una base de datos para que los hospitales las conozcan.
Por ahora, como lineamientos generales pueden ser útiles los siguientes mecanis-
mos de la fundación Pro-derecho a morir dignamente. Se propone en primer lugar
informarle al médico tratante sobre la existencia del documento de voluntades an-
ticipadas y que acepte las condiciones del mismo. Segundo, verificar la posibilidad
con el médico de hacer constar este documento en la historia clínica o dar a conocer
este documento a familiares y amigos que puedan servir como redes de apoyo para
casos en los cuales el médico tratante corra el riesgo de ir en contra de la voluntad
del paciente. Así estos pueden intervenir y hacer valer la voluntad del paciente plas-
mada en un documento previo115.
Si bien en Colombia se está comenzando a regular la materia exclusivamente en
temas relativos a la eutanasia, esto permite explorar los usos de este tipo de docu-
mentos en otros aspectos de la vida diaria. Esto, ya que como afirman varios auto-
res, si bien no existe una regulación exhaustiva en torno al funcionamiento de las
voluntades anticipadas, no hay razón aparente por la cual estas deban ser aplicables
únicamente al ámbito médico. Es esta figura plenamente aplicable en Colombia en
razón a los amplios e importantes precedentes jurisprudenciales que existen alrede-

114 Art 15. El consentimiento puede ser previo a la enfermedad terminal cuando el paciente haya manifestado, antes de la misma, su
voluntad en tal sentido. Los documentos de voluntades anticipadas o testamento vital, para el caso en particular, se considerarán manifes-
taciones válidas de consentimiento y deberán ser respetadas como tales. En caso de que la persona mayor de edad se encuentre en inca-
pacidad legal o bajo la existencia de circunstancias que le impidan manifestar su voluntad, dicha solicitud podrá ser formulada por quienes
estén legitimados para dar el consentimiento sustituto, requiriéndose que se deje constancia escrita de tal voluntad.
115 FUNDACION PRO DERECHO A MORIR DIGNAMENTE (DMD). Información general para el manejo del documento “Esta es mi
voluntad“. Disponible en: http://www.dmd.org.co/pdf/duno.pdf
58 Cartilla Discapacidad

dor de la dignidad humana y la autonomía de la persona116.


Planeación centrada en la persona:
La planeación centrada en la persona es una forma de facilitar la construcción de
apoyos adecuados a las necesidades de cada individuo que fue creado principal-
mente para las personas con discapacidad intelectual117.
Este es una herramienta diseñada para identificar la voluntad de una persona, los
apoyos que necesita para cumplirla y la implementación de los mismos. Bajo este
proceso la persona siempre es el centro, los y las profesionales encargadas deben
escuchar a la persona con discapacidad dejando de lado sus conocimientos para
aprender de la misma sin el poder que ostentan como profesionales. Ya no serán
los expertos y expertas que decidan qué es mejor para un individuo, sino que será el
individuo el que imponga el camino para que los y las demás deban seguirlo.
Como parte de la vida de la persona y las barreras que encuentra se centran en su
contexto, es muy importante involucrar a la familia como participantes directos, al
igual que la comunidad: vecinos y vecinas, activistas, grupos de pares, pequeños
empresarios y empresarias del sector, la oferta de servicios públicos, entre otros118.
El rol como funcionarios y funcionaras de los consultorios jurídicos está encamina-
do a maximizar la capacidad jurídica de las personas y recurrir a esta herramienta
dentro de un proceso judicial puede ser una buena estrategia para proteger los de-
rechos del individuo y su familia. Y, como se verá más adelante en el capítulo sobre
los avances en materia de capacidad legal en Colombia, el papel que cumplirán los
jueces y juezas en la designación de apoyos formales es crucial.
Apoyo entre pares:
Esta es una forma de prestar apoyo que se ha empezado a implementar princi-
palmente en Europa. Así, teniendo en cuenta que muchos adultos con discapaci-
dad nunca tuvieron una educación formal, el proyecto Oportunidades de formación
para los compañeros de apoyo con discapacidad intelectual en Europa, TOPSIDE119
por sus siglas en inglés, creó un programa de apoyo entre pares y capacitación para
adultos con discapacidad.
Este busca que personas en diversos países, como Rumania, Holanda, Escocia y Re-
pública Checa, provean apoyo y eduquen a sus compañeros y compañeras. Las per-
sonas que participan reciben una capacitación y luego trabajan como empleados o
voluntarios en distintos lugares como ONGs, organizaciones de familias, servicios de
asesoramiento, organizaciones comunitarias, entre otras120.
Esto hace que las personas con discapacidad puedan acudir a pares que proba-
blemente han tenido experiencias similares y han podido implementar estrategias
para que su entorno se adapta a ellos y ellas. Además hace que las personas que ini-
cian su trabajo como capacitadores puedan hacer parte del mundo laboral y tener
un mayor crecimiento personal.

116 TOBAR, Y. Las directivas anticipadas, la planificación anticipada de la atención y los derechos a la dignidad y autonomía del
paciente. Estado de la cuestión a nivel internacional y su posibilidad de ejercicio en el derecho colombiano Universidad El Bosque. Revista
Colombiana de Bioética. Vol. 7 No 1 - Junio de 2012. P, 155. Disponible en: http://www.bioeticaunbosque.edu.co/publicaciones/Revista/
rev71/arti8_Jenneralonso.pdf
117 PALLISERA María. La planificación centrada en la persona (PCP): una vía para la construcción de proyectos personalizados con
personas con discapacidad intelectual. Departamento de Pedagogía, Universidad de Girona. España
118 Ibíd.
119 Citado en: Op Cit. Inclusión Internacional.
120 Idem. Pg. 73
Cartilla Discapacidad 59
4. El Sistema de Capacidad Legal en Colombia
Es preciso aclarar que la obligación de implementar la toma de decisiones con apoyo
es relativamente nueva en el ámbito del derecho internacional y nacional. La CDPD
nació en el 2006, sólo fue ratificada por Colombia hasta el 2011 y reglamentada por
la Ley 1618 de 2013. Esto implica que se está en un punto coyuntural frente al sistema
de capacidad legal en el país. Las acciones de los consultorios jurídicos y de todas
las personas que pertenecen a los mismos son más que importantes para el avance
del enfoque diferencial de discapacidad. Es esencial analizar entonces en qué punto
se encuentra el sistema en el país y cuál es el foco en el que hay que concentrarse.
La tradición jurídica que rige en Colombia ha entendido que las personas que tienen
capacidad jurídica son aquellas aptas para entender, conocer, decidir y negociar en
el mercado; aquellas que pueden comunicar su decisión a otros y que entienden las
consecuencias de dichas decisiones. Las personas que no cumplan con todos estos
requisitos de normalidad son entendidas como “incapaces absolutos” respecto a
todas las decisiones relacionadas con su vida.
Bajo este concepto el Código Civil, modificado por la Ley 1306 de 2009, creó la figu-
ra de la interdicción121 como medio para sustraer la capacidad legal de las personas
que fueron llamadas “personas con discapacidad mental absoluta”. Se da por sen-
tado que las personas con discapacidad, no pueden comprender el mundo que las
rodea, dimensionar las consecuencias de sus actos y tomar decisiones respecto a su
vida. Así, un tercero denominado tutor o curador ejercerá la capacidad sustraída en
nombre de la persona “incapaz”.
Con esta medida, las personas declaradas interdictas necesitan autorización o re-
presentación de su tutor para celebrar cualquier acto jurídico; los que sean celebra-
dos directamente por las personas con “discapacidad mental absoluta” serán invá-
lidos. El tutor o curador es el que tendrá la función de administrar el patrimonio, de
consentir a tratamientos médicos, firmar contratos laborales, casarse, entre otros,
en nombre de la persona interdicta. Tal vez uno de los elementos más preocupantes
de esta ficción jurídica es que dentro del proceso en que se define si una persona
puede ser o no interdicta, no se le garantiza el derecho a la defensa pues no es con-
siderada como parte del proceso.
Ahora, esta Ley creó una categoría adicional para las “personas con discapacidad
mental relativa”: la inhabilidad. Esta figura se aplicará a los individuos con “deficien-
cias de comportamiento, prodigalidad o inmadurez negocial” 122; su capacidad jurídi-
ca se ve limitada y la persona no podrá realizar actos jurídicos sobre los cuales recae
esa inhabilitación, para esto necesitará la asistencia de un consejero.
PAIIS ha conocido situaciones en las que familiares de una persona con discapacidad
inician un proceso de interdicción en su contra para poder obtener el patrimonio de
dicha persona. También, esta figura se utiliza para institucionalizar a personas con
discapacidad psicosocial en contra de su voluntad y para someterlas a tratamientos
médicos sin su consentimiento previo e informado.
Tal vez uno de los usos más frecuentes de la interdicción es la esterilización forza-
da en personas con discapacidad cognitiva. Dicho procedimiento en Colombia está
regulado por la Ley 1412 de 2010 que estipula en su artículo 6 que cuando el proce-
dimiento se vaya a realizar en personas con discapacidad cognitiva, la solicitud y
el consentimiento serán suscritos por el respectivo representante legal, con previa
121 Ley 1306 de 2009. Art. 17-31
122 Ley 1306 de 2009. Art. 32-39
60 Cartilla Discapacidad

autorización judicial. De nuevo, la opinión de la persona que será sometida a dicha


operación irreversible no es tenida en cuenta.
A pesar de la regulación que pretende limitar estos procesos, realizada principal-
mente por la Corte Constitucional123, estos procedimientos constituyen una clara
violación a la Convención. Los derechos sexuales y reproductivos, el derecho a la au-
tonomía y, claro está, a la capacidad jurídica de los sujetos en situación de discapa-
cidad y dicho tratado, en varias ocasiones, obliga a los Estados Parte a reconocerlos
plenamente.
También, el Ministerio de Justicia y del Derecho, el Ministerio de Salud, la Defensoría
del Pueblo y otras instituciones públicas han realizado grandes avances en el cum-
plimiento de estas obligaciones, estos están consignados, entre otros en la Guía de
Atención a las personas con discapacidad en el acceso a la Justicia124.
Con lo dicho, queda claro que respecto al derecho a la capacidad legal, el sistema
normativo colombiano todavía contiene disposiciones que constituyen una viola-
ción a la Convención. Sin embargo, se han empezado a hacer pequeños avances,
principalmente con la Ley Estatutaria 1618 de 2013. Ésta está dirigida a implementar
el contenido de la Convención en la Política Pública del Estado y una de las dispo-
siciones más importantes en materia de capacidad legal es la orden que le da el
Congreso al Ministerio de Justicia y del Derecho de expedir un nuevo régimen de
capacidad legal para las personas con discapacidad que esté acorde con los manda-
tos de la Convención. Es pertinente resaltar que esta ley tiene carácter estatutario,
esto significa que la Constitución le ha otorgado una categoría superior a las demás
clases de leyes por contener derechos fundamentales de los ciudadanos, en este
caso de las personas con discapacidad.
Con este mandato es esencial que el Gobierno, en conjunto con las organizaciones
de la sociedad civil y demás entidades competentes, continúe con el diseño de un
sistema que prohíba la sustracción plena de la capacidad legal de los ciudadanos,
que reconozca y cree mecanismos de apoyo para que las personas que lo requieran
puedan hacer uso de los mismos para tomar decisiones.

5. La materialización del artículo 12 en Colombia: el proyecto de


ley.
Teniendo en cuenta el mandato previamente descrito el Gobierno, principalmente
a través del Ministerio de Justicia y el Derecho y la Unidad de Atención y Reparación
Integral para las víctimas, con el apoyo del Plan Presidencial para la Inclusión de las
Personas con Discapacidad, se inició un proceso de cambio, especialmente a través
de la adaptación de la normativa colombiana a los estándares internacionales de
derechos humanos, lo que implica principalmente hacer una reforma legislativa,
entre otras muchas acciones.
Es por ello que desde finales de 2015 se ha comenzado a trabajar en una propuesta
en materia de capacidad legal en Colombia. Ello permitirá modificar una serie de
normas anacrónicas y discriminatorias, que no corresponden a las normas constitu-

123 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencias: Op Cit. T-850 de 2002, T-248 de 2003 MP: Eduardo Montealegre,
T-492 de 2006 MP: Marco Gerardo Monroy Cabra, T-1019 de 2006 MP: Jaime Córdoba Triviño. En: Op Cit. Cartilla sobre los derechos de
las personas con discapacidad. Pg. 72-73
124 Guía de Atención a las personas con discapacidad en el acceso a la Justicia. Disponible en: https://www.minjusticia.gov.co/Por-
tals/0/Ministerio/Rundis/Publicaciones/versi%C3%B3n%20final%20diagramado.pdf
Cartilla Discapacidad 61
cionales ni a los cambios sociales.
Así, con esta iniciativa se busca, en primer lugar, que se reconozca y garantice, a ni-
vel normativo la capacidad legal de todas las personas con discapacidad. Segundo,
que se reemplacen las figuras jurídicas que permiten la sustitución de voluntad y
decisión, y que se comiencen a implementar sistemas de apoyo por medio de los
cuales la persona con discapacidad podrá ejercer, mediante facilitación, sus dere-
chos de manera autónoma e independiente.
Debido a que la cultura legal colombiana está profundamente imbuida en una con-
ceptualización de la discapacidad excluyente, y ello se ha irradiado a distintas es-
feras y campos normativos, el proyecto de ley busca reformar no únicamente las
normas sustanciales, sino también las procesales. Ello implica reformas en normas
civiles, penales, comerciales y notariales, así como en las respectivas normas proce-
sales relevantes.
De manera general, el proyecto establece los mecanismos para el ejercicio de la
capacidad legal de las personas con discapacidad, el acceso a las formas de apoyo
para la realización de actos jurídicos y las nuevas funciones de distintas entidades en
el marco de la prestación de estos servicios, sus requisitos y su vigilancia. En cuanto
a los mecanismos de apoyo para la realización de actos jurídicos, el proyecto con-
templa algunas vías: un acuerdo de apoyos para la celebración de actos jurídicos, la
adjudicación judicial de apoyos y por último, el uso de directivas anticipadas.
Para la primera vía, los acuerdos de apoyo, se ven involucrados varios actores tales
como las notarías, los consultorios jurídicos y centros de conciliación del país, entre
otros.
Debido al involucramiento directo de distintos actores en la validación de los meca-
nismos de apoyo o en su adjudicación, el proyecto final está circunscrito al trabajo
que se realiza desde una mesa técnica que reúne a distintas entidades estatales,
organizaciones de y para personas con discapacidad y academia. En la mesa es po-
sible encontrar a la Universidad de Los Andes, Universidad Externado, Ministerio de
Justicia y del Derecho, Ministerio de Salud y Protección Social, Defensoría del Pueblo,
Unión Colegiada del Notariado, Fiscalía General de la Nación, Unidad de Víctimas,
ICBF, Medicina Legal, Asdown Colombia y activistas con discapacidad, entre otros.
El proyecto de Ley fue radicado en abril del 2018 ante el Congreso de la República.

Así mismo, la creación del proyecto de ley ha estado acompañado de diversas activi-
dades transversales que permiten contar con soportes diversos y muestras de efec-
tividad en el transito del modelo sustitutivo a uno de apoyos. Entre estas actividades
se encuentran acciones de litigio estratégico, capacitación a los notarios y notarias
del país y a funcionarios y funcionarias judiciales, capacitación a consultorios jurídi-
cos. Así mismo, el proyecto se alimenta constantemente de las experiencias que han
surgido del proyecto piloto realizado con personas con discapacidad en el marco de
actividades de algunas organizaciones colombianas con apoyo internacional.
Estos pilotos resultan cruciales para el proyecto pues son la muestra de creación,
fomento y consolidación de sistemas y redes de apoyo para personas con disca-
pacidad, que a la luz del modelo normativo actual se catalogarían como personas
62 Cartilla Discapacidad

incapaces. Estos pilotos demuestran que con un apoyo adecuado, las personas con
discapacidad cuentan con todas las prerrogativas necesarias para ejercitar de ma-
nera autónoma e independiente sus derechos.
El proyecto de ley cuenta además con la validación y acompañamiento de parte
de la sociedad civil, específicamente de la Coalición Colombiana por la Implemen-
tación de la CDPD; un grupo compuesto por más de 47 organizaciones y activistas
que buscan la real y efectiva ejecución de los estándares internacionales en materia
de discapacidad. Todo ello es de especial valor teniendo en cuenta el apoyo de la
recién conformada Bancada In en el Congreso de la República; la unión de un gran
número de congresistas comprometidos y comprometidas con el respeto y garan-
tía de los derechos de las personas con discapacidad en Colombia. Lo anterior resul-
ta ser un panorama bastante alentador para lograr una efectiva reforma normativa
que permita garantizar el igual reconocimiento ante la ley de las personas con dis-
capacidad con las demás. Si bien falta un tiempo para lograr este objetivo, lo cierto
es que la implementación de la CDPD, y especialmente del artículo 12, no depende
estricta y únicamente de reformas legales. Es importante recordar que muchos de
los derechos y principios de la CDPD no tienen un carácter progresivo, y por lo tanto
son exigibles con un carácter inmediato, por lo que la implementación de ajustes
razonables y sistemas de apoyo son vitales.

6. Materialización del derecho a la capacidad jurídica


en otros países.

Al igual que en la mayoría de países de América Latina, la visión adoptada por la


legislación colombiana ha sido clásica y civilista, en donde a las personas que a pri-
mera vista no tienen capacidad de tomar decisiones de forma independiente se
les restringe el derecho a la capacidad legal, sustituyéndola por la de una tercera
persona. Sin embargo, algunas legislaciones alrededor del mundo han iniciado un
cambio de mentalidad frente a la capacidad jurídica y por lo tanto un cambio en sus
legislaciones. De esta forma, se revisarán algunos avances realizados por Argentina,
Perú, Bulgaria, Canadá, India, y Suecia125.
En Argentina el proceso oficial empezó en el 2011 y fue impulsado por la ratificación
de la CDPD126, instrumento que al igual que en la normativa colombiana tiene jerar-
quía constitucional por ser un tratado de derechos humanos127. El punto de llegada
fue la expedición de un nuevo Código Civil128.
Sin embargo, antes del inicio del movimiento oficial ya había un precedente del
pleno reconocimiento de la capacidad legal de las personas con discapacidad. Este
precedente se encontraba en las sentencias de la jueza del Tribunal de Familia N° 1
del departamento Judicial Mar del Plata: la abogada María Graciela Iglesias. Ella y su
equipo habían empezado una transformación en el reconocimiento de los derechos
de las personas con discapacidad y lo había incluido en sus sentencias incluso antes
de la ratificación de la CDPD por parte del Estado Argentino.
125 Op. Cit. PAIIS.
126 Argentina introdujo la CDPD en su marco jurídico con la Ley 26.378, promulgada el 6 de junio de 2008.
127 Centro de Investigación y Docencia en Derechos Humanos “Alicia Moreau”. Primer informe sobre la situación legal existente en
materia de capacidad jurídica de las personas con discapacidad en los estados miembros de la Red. Facultad de Derecho, Universidad
Nacional de Mar del Plata. Citado en: Ibíd
128 ARGENTINA. Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Disponible en: http://www.infojus.gob.ar/ docs-f/codigo-comen-
tado/CCyC_Comentado_Tomo_I%20(arts.%201%20a%20400).pdf Citado en: Ibíd
Cartilla Discapacidad 63
María Graciela Iglesias, a través del contacto directo con las personas con discapaci-
dad, que por varias razones terminaban siendo parte en algún proceso judicial, lo-
gró implementar sistemas de apoyos para hombres y mujeres que pudieron vivir en
la comunidad y tomar sus propias decisiones. Iglesias, en un texto titulado La vida
en el proceso y el proceso en la vida: construcción de apoyos, describe la historia de
una mujer con un diagnóstico psiquiátrico. Esta mujer, tenía una pequeña suma de
dinero suficiente para sobrevivir, pero por la sobreprotección de sus padres no había
adquirido suficientes herramientas para vivir de forma independiente. Los profesio-
nales de la medicina recomendaban la internación en un hospital psiquiátrico, los y
las operadoras jurídicas tenían una opinión diversa.
La jueza decidió iniciar un proceso para conocer a esta mujer y le abrió sus puertas
una vez al mes. Todo el personal del juzgado la trató con naturalidad, reconocien-
do sus derechos y su capacidad. Gracias a esto, entre todos y todas, incluyendo a la
mujer y con el acompañamiento de una trabajadora social y una terapeuta, se logró
construir un plan para que la mujer pudiera vivir de forma independiente y con los
apoyos necesarios.
Para esta jueza, que actualmente es la Secretaria Ejecutiva del Órgano de Revisión
de Salud Mental, el juez o jueza no debe tener sólo en cuenta el criterio médico, de
los peritos o auxiliares de justicia a la hora de tomar decisiones relacionadas con la
capacidad jurídica de las personas. Por el contrario, debe estudiar las redes sociales
(familia, amigos, profesores, profesionales de la salud, compañeros de estudios) sin
dejar al margen a la persona sobre la que se va a tomar la decisión. Afirma que lo
principal no es la protección del patrimonio sino la búsqueda de lo más altos niveles
de autonomía para una toma de decisiones libre e informada.
Finalmente invita a los jueces y juezas a entender la complejidad de cada caso en
concreto, de abrirse a las convenciones internacionales y hacer el “acomodo” para
salirse de la forma estricta y lograr la protección efectiva de los derechos de las per-
sonas con discapacidad.
Tiempo después, con la ratificación de la CDPD y los precedentes creados por Igle-
sias, en el año 2011 se inició el proceso oficial. Se creó una reforma con la sanción del
Decreto 191 que creó la Comisión para la Elaboración del Proyecto de Ley de Reforma,
Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación129. Este nue-
vo órgano, con el apoyo de expertos en diversas áreas de derecho, logró un avance
significativo en la materialización del artículo 12. Y, a pesar de que mantuvieron una
figura sustitutiva de la voluntad, ésta es residual, excepcional y restrictiva; el manda-
to general se centró en la definición de apoyos para la toma de decisiones. Siempre
se opera frente a la presunción de la capacidad jurídica de todas las personas y exige
un equipo interdisciplinario para que trabaje con la persona con discapacidad.
De esta forma, sólo se podrá sustituir la voluntad “frente a la absoluta imposibilidad
de la persona de interactuar con su entorno y expresar voluntad, al tiempo que el
sistema de apoyos previsto como inicial auxilio en favor del ejercicio de la capacidad
aparezca insuficiente (arts. 32, 43 y concs)” 130. La incapacitación no podrá extender-
se por más de tres años. Además, promueve la desinstitucionalización y prohíbe la
creación de nuevas instituciones psiquiátricas para avanzar de forma gradual hacia
la vida en comunidad de todas las personas131.
129 ARGENTINA. Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. P. IX. Disponible en: http://www.infojus.gob. ar/docs-f/codigo-co-
mentado/CCyC_Comentado_Tomo_I%20(arts.%201%20a%20400).pdf Citado en: Ibíd
130 Ibíd. P. 64.
131 Ibíd.
64 Cartilla Discapacidad

Como se puede ver, esta legislación dio un gran paso a favor de la materialización de
la CDPD, sin embargo, todavía tiene el reto de eliminar del todo la sustitución de la
voluntad para poder cumplir a cabalidad con las obligaciones del artículo 12.
En Perú, también se han dado algunos avances, aunque más reducidos. Este país
en el año 2012 aprobó la Ley 29.973: Ley General de las Personas con Discapacidad,
que adopta la mayoría de las obligaciones contenidas en la CDPD: la nueva forma
de concebir la discapacidad, la igualdad, e incluso el derecho a la capacidad jurídica.
Señala la Ley en su artículo 9:
9.1 La persona con discapacidad tiene capacidad jurídica en todos los aspectos
de la vida, en igualdad de condiciones que las demás. El Código Civil regula
los sistemas de apoyo y los ajustes razonables que requieran para la toma de
decisiones.
9.2 El Estado garantiza el derecho de la persona con discapacidad a la propie-
dad, a la herencia, a contratar libremente y a acceder en igualdad de condi-
ciones que las demás a seguros, préstamos bancarios, hipotecas y otras mo-
dalidades de crédito financiero. Asimismo, garantiza su derecho a contraer
matrimonio y a decidir libremente sobre el ejercicio de su sexualidad y su fer-
tilidad.
Ahora, a pesar de este importante avance el Decreto que reglamentó la Ley no creó
disposiciones para materializar el reconocimiento de este derecho y en el Código
Civil todavía se mantiene el régimen de la interdicción; se presenta entonces una si-
tuación similar a la colombiana. Y, como ha sucedido con muchos de los avances en
derechos humanos en el país, en Perú el avance más importante en la implementa-
ción del derecho a la capacidad jurídica se hizo por vía judicial.
La llamada Sentencia Bejar ha sido un hito en este tema, pues en la misma, a pesar
de la solicitud de una madre de interdictar a su hijo con discapacidad psicosocial
para obtener una pensión, el juez que conocía el caso se negó a quitarle la capaci-
dad jurídica a esa persona. En su lugar, ordenó la conformación de un sistema de
apoyos en la toma de decisiones pues; siguiendo la CDPD, el juez Bejar Rojas afirmó
que ninguna persona puede ser considerada absolutamente incapaz132. La sentencia
fue apelada, llegando a la Corte Superior de Justicia de Santa. En esta instancia se
decidió por unanimidad reconocer la capacidad jurídica de las personas con disca-
pacidad y confirmar el resuelve de la sentencia de Bejar. El Tribunal decidió realizar
un control sobre los artículos del Código Civil que hablaban de la capacidad jurídica
para incluir un sistema de apoyos y salvaguardas, saneando a su vez las demandas
de interdicción para que se conviertan en demandas de apoyo133.
Esta sentencia y el juez se han convertido en un modelo a seguir por parte de acti-
vistas, juezas y jueces alrededor del continente.
En Bulgaria el movimiento para implementar el artículo 12 inició en el año 2012 y,
a diferencia de varias legislaciones, comenzaron con proyectos piloto en donde las
personas con discapacidad y sus familias eran los actores más importantes134. El pro-
ceso de aprender a tomar decisiones y aprender a dar apoyos de muchas familias y
personas con discapacidad intelectual y psicosocial fue la base para un proyecto de
132 JUZGADO TERCERO DE FAMILIA DE CUSCO. Sentencia Resolución n° 32. (15/06/2015).
133 SOCIEDAD Y DISCAPACIDAD-SODIS. Comunicado oficial. Perú 2016.
134 BULGARIAN CENTER FOR NOT-FOR-PROFIT LAW. Advancing Article 12 – the Next Step in Bulgaria (2012-2014). Disponible en:
http://www.bcnl.org/en/projects/1109-advancing-art12-the-next-step-in-bulgaria-2012-2014.html
Cartilla Discapacidad 65
ley llamado “Natural Persons and Support Measures Act” 135 (Ley de Personas Natura-
les y Medidas de Apoyo).
Este texto es bastante completo y logra unificar los mandatos de la CDPD con las
objeciones y preocupaciones de familias y profesionales locales. Reconoce el dere-
cho a la capacidad jurídica y la opción de acudir a apoyos para ejercerla. Crea a su
vez un órgano encargado de prestar apoyos directos que es liderado por el alcalde
de cada ciudad. Su deber principal es el de hacer una base de datos de las personas
que han sido interdictas para comenzar un proceso de empoderamiento.
Aplicando los principios explicados antes por Bach y Monkowitz reconoce que los
apoyos pueden ser no formales o formales, en el segundo caso las relaciones pue-
den ser reconocidas por orden judicial o por medio de contrato.
Algunos de los apoyos comúnmente utilizados son:
a) Referir a la persona a la Dirección del Servicio de Asistencia Social designado por
la Corte para usar un servicio social basado en la comunidad que ayude a mejorar
las habilidades de las personas.
b) Identificar a un individuo que tenga una relación de confianza con la persona que
requiere apoyo y las acciones legales en las que se requiere apoyo.
c) Identificar a un individuo que tenga una relación de confianza con la persona que
requiere apoyo y que va a expresar el consentimiento en la toma de decisiones en
relación con las acciones legales establecidas en el juicio.
d) Imponer restricciones en la disposición de la propiedad por encima de cierto va-
lor bajo el pedido de la persona que requiere apoyos.136 [traducción libre del original
en inglés]
Es importante resaltar que el Estado, a pesar de que es el principal obligado, no es
el único. La Ley hace uso de organizaciones de la sociedad civil que hacen parte de
la comunidad, conocen los recursos públicos y privados y probablemente conocen
a la persona. Sin embargo el papel de jueces y juezas sigue siendo esencial pues son
éstas y estos los y las que en los casos en que los individuos no tienen una red de
apoyo o hay un conflicto de intereses tienen la potestad de verificar que se confor-
me una red de apoyo adecuada. Ahora, los jueces y juezas según la Ley deben tomar
las decisiones con el apoyo de un equipo conformado por:
La PcD, de ser posible y con los ajustes necesarios para la accesibilidad y com-
prensión.
a) Conocidos o familiares de la PcD.
b) Representantes de la Dirección de Servicio Social.
c) El médico tratante.
d) Quien le provea servicio de asistencia social.
e) Organizaciones sin ánimo de lucro.
f) Persona interesadas.
g) Este equipo se conforma para buscar, respetar y materializar la voluntad y auto-
135 El texto completo del proyecto de ley está en Ibíd.
136 Íbid. Citado en: Op Cit. PAIIS.
66 Cartilla Discapacidad

nomía de la persona.
Canadá137 fue uno de los primero países en hacer reformas para la implementación
de la capacidad jurídica, que para esta legislación está íntimamente relacionado
con el derecho a vivir en comunidad.
Así, dentro del país, específicamente en British Columbia se creó una estructura
legal138 con el objetivo de lograr la toma de decisiones con apoyo. Una de las princi-
pales figuras que se usó fue la de los curadores o administradores púbicos que, sin
eliminar la capacidad de decisión de la persona, la asisten para que pueda hacerlo
de manera autónoma; sólo en muy pocas ocasiones, con tiempo y potestades deli-
mitadas, podrá interpretar la voluntad de la persona. Incluso, permite a las personas
hacer una planificación de forma preventiva para el momento en que no pueda
tomar decisiones.
Estos acuerdos de representación entre la persona y el administrador podrán cubrir
cualquier aspecto de la vida de la persona, su familia, vivienda, salud, finanzas, entre
otros. Y se debe reconocer que hay diversas formas de comunicarse, la falta de en-
tendimiento en este ámbito no será motivo suficiente para decidir si la persona es
o no capaz139.
India es otro país que ha realizado avances importantes en el tema. Su reforma se
basó en la creación de un Ministerio de Justicia Social y Empoderamiento, al que se
le asignó la función de revisar los asuntos relativos a la educación de las personas
con discapacidad. Sumado, se creó el proyecto de ley sobre los derechos de las per-
sonas con discapacidad (Draft Rights of Persons With Disabilities Bill) en el 2012; este
reforma totalmente el sistema de sustitución de la capacidad de la persona, recono-
ciendo su plena capacidad jurídica140.
Aquí los apoyos se prestan a través de una figura llamada el Limited Guardianship
(tutela limitada) que opera bajo un principio de toma de decisiones conjuntas. La
persona con discapacidad siempre será la que toma la decisión pero lo hará acom-
pañada del tutor o tutora, que será una persona de confianza. Se dispone que en
el caso de que haya un conflicto de intereses el apoyo debe abstenerse de dar su
consejo; la persona con discapacidad incluso puede eliminar esta relación de tutoría
cuando lo desee141.
Ahora, Suecia inició una forma de garantizar los derechos de las personas con disca-
pacidad a tomar decisiones mucho antes de la entrada en vigor de la CDPD. Desde
1989 tenía la prohibición de hacer declaratorias de incapacidad pues se considera
que decir que una persona es totalmente incapaz es una forma de degradación.
Así, desde 1995 este país creó un sistema llamado PO-Skåne, servicio de apoyo pres-
tado por una organización sin ánimo de lucro. Esta figura se ha ido reformando para
ajustarse a las diversas necesidades de las personas, específicamente para incluir
137 PROGRAMA DE ACCIÓN POR LA IGUALDAD U LA INCLUSIÓN SOCIAL-PAIIS. CAPACIDAD JURÍDICA Y TOMA DE DECISIO-
NES CON APOYO. (20-21 de abril, 2010: Bogotá, Colombia). Toma de decisiones con apoyo: un modelo canadiense. Universidad de los
Andes, facultad de Derecho. Disponible en: https://youtu.be/ XVvwt24upg8.
138 La reforma consistió en 4 leyes: 1) la Ley de acuerdo de representación, 2) la Ley del cuidado de la salud (en relación con el con-
sentimiento informado) y la Ley para facilitar cuidado 3) La ley del Adulto Curador, y 4) La Ley del curador público y el Acto Administrativo.
Citado en: Ibíd.
139 ASDOWN COLOMBIA et al. Reconocimiento de la Capacidad Jurídica de las Personas con Discapacidad Intelectual y Psicosocial
en Colombia. 2010. Disponible en: https://docs.escr-net.org%2Fusr_doc%2FColombia-_informe__MIW_final_correcciones_nov_2.doc&us-
g=AFQjCNGVEMT5FQter7ep551EJKRH96Ei-Q&sig2=Z5mTeTF64SXK2fJ6k_DDaQ
140 Ibíd. Citado en: Op. Cit. PAIIS. Pg. 56
141 Ibíd. Pg. 57
Cartilla Discapacidad 67
dentro de sus servicios a personas con discapacidad psicosocial142.
Actualmente se basa en un servicio que presta una organización privada143 que pro-
porciona una persona denominada Ombuds Person, algo similar a un defensor del
pueblo pero de manera individual.
Algunas de sus características son144:
a) El PO trabaja sólo con su cliente, sin tener alianzas con psiquiatras, servicios socia-
les, autoridades públicas o familiares.
b) Sus acciones se guían por lo que el cliente desea y debe ayudarle en cualquier
aspecto de su vida. Los parientes o amigos no podrán decidir cuáles son las priori-
dades.
c) El PO debe establecer una relación a largo plazo con la persona para así poder
conocer su historia, deseos, sueños y cultura.

d) Los horarios de trabajo deben ser flexibles y deben acomodarse a las necesidades
del cliente. No se debe sobrepasar un máximo de 40 horas semanales. Tampoco tie-
ne un lugar fijo de trabajo, puede hacerlo desde su hogar o algún ligar neutral para
atender a los clientes.
e) El PO trabaja según un modelo de relación, es decir que el PO debe: 1) Establecer
contacto con el cliente; 2) Desarrollar una manera de comunicarse; 3) Establecer una
relación; 4) Comenzar un diálogo; 5) Recibir comisiones. Debe señalarse que antes
de recibir una comisión de su cliente, el PO debe establecer una relación y comen-
zar los diálogos.
f) El procedimiento para acceder a un Po debe ser sencillo y libre de burocracias.
g) El PO debe tener una capacitación y habilidades suficientes para defender a su
cliente incluso en procesos judiciales. Pueden ser abogados, trabajadores sociales,
psicólogos u otro tipo de entrenamiento personal.
h) El servicio de PO es confidencial y el cliente puede permanecer en anonimato si
así lo desea.
Ahora, para los casos en los que la persona necesita apoyos más intensos se nombra
un curador, sin eliminar la capacidad jurídica de la persona y podrá dar o no su con-
sentimiento. La función del curador será limitada para una decisión en particular.
Esta figura se llama el Godmanskap145.

PILDORA INFORMATIVA

142 Tomado de la página web del Po-Skane. PO-SKANE. Página Principal. Disponible en: http://www.po-skane.org/ Citado en: Ibíd.
Pg 62
143 Dentro de estas se encuentran: The Skåne District of the Swedish National Association for Social and Mental Health), y la organi-
zación familiar regional IFS-Skåne (The Skåne District of the Schizophrenia Fellowship).
144 INTERNATIONAL CONFERENCE ON GOOD POLICIES FOR PEOPLE WITH DISABILITIES. (23 de enero, 2012: Viena, Aus-
tria.) JESPERSON, Maths. Po-Skane a concrete example of supported decision-making. Ciyado en: Ibíd.
145 BARRERA, Mónica y BARRIOS, Katherine. Capacidad jurídica de las personas con discapacidad bajo la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad: Análisis comparado y alternativas a la interdicción en Colombia. Trabajo de grado para optar
por el título de Abogada. Bogotá, Colombia: Universidad de los Andes. 2012. P. 38. Citado en Op. Cit. PAIIS Pg.64.
68 Cartilla Discapacidad

“La CORTE CONSTITUCIONAL mediante la sentencia T- 185 del 2018, hace un lla-
mado de atención a Colpensiones en el siguiente sentido Teniendo en cuenta las
subreglas expuestas con anterioridad, la Corte enfatiza que resulta discriminatorio
considerar que las personas diagnosticadas con alguna afección mental deben ser
declaradas interdictas y someterse a la curaduría de un tercero, pues tal conclusión
sólo debería deducirse tras un proceso judicial que determine con claridad y sufi-
ciencia el grado de discapacidad del afectado y las consecuencias precisas de su
afección respecto a la administración de sus bienes.
 
Es por ello que Colpensiones no es la autoridad competente para determinar si
una persona tiene capacidades cognoscitivas para gestionar sus finanzas, menos
aún, puede exigirle a alguien que adelante un proceso de  interdicción  contra su
voluntad, toda vez que carece de la legitimidad necesaria para tal efecto.
 
Adicionalmente, se advierte que el requisito impuesto por la Administradora de
Pensiones a fin de condicionar el acceso de una persona con discapacidad a re-
cursos que resultan indispensables para garantizar su mínimo vital y subsistencia
en condiciones dignas, contradice las obligaciones constitucionales e internaciona-
les del Estado colombiano, ya que el efecto práctico de dicho condicionamiento es
agravar su estado de vulnerabilidad y debilidad manifiesta, además, constituye un
desconocimiento del principio de confianza legítima.
 
La pretensión de evitar que terceros se aprovechen de quien padece una discapa-
cidad, puede ser absuelta bajo formulas decisorias menos lesivas de sus derechos
fundamentales, así por ejemplo, puede informarse del reconocimiento de la pensión
a la Defensoría del Pueblo o al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, entidad
encargada de “prestar asistencia personal y jurídica a las personas con discapaci-
dad”[179], con el fin de que se realicen las labores de supervisión correspondientes”.
Cartilla Discapacidad 69
CONCLUSIÓN
Los estereotipos sociales y creencias culturales que vienen de siglos de historia han
hecho que la legislación y la cultura colombiana excluyan a las personas con disca-
pacidad de la vida diaria y jurídica. La educación especial, centros de reclusión psi-
quiátricos, la interdicción y muchas otras formas de discriminación han hecho que
esta población sea tratada como ciudadanos de segunda clase.
Sin embargo, con el CDPD, la Ley 1618 de 2013 y los demás avances normativos todos
los ciudadanos y ciudadanas colombianas tienen un deber de empezar un cambio
sustancial en la forma de concebir y reaccionar frente a la discapacidad. El Estado,
y para el caso específico los consultorios jurídicos y centros de conciliación, tienen
una función esencial en este cambio histórico. Al igual que lo han tenido en muchas
otras luchas históricas por los derechos civiles y políticos alrededor del mundo, los
consultorios jurídicos y centros de conciliación deben hacer un análisis de las barre-
ras y de las posibilidades de cambio.
Empezar a reconocer que las personas con discapacidad tienen habilidades diver-
sas, reconocer los prejuicios individuales, identificar qué ajustes razonables o apoyos
necesita la persona para poder acceder a un derecho en igualdad de condiciones;
aceptar que todos los individuos tienen una capacidad de tomar decisiones y de
aprender a hacerlo es esencial para garantizar un acceso a la Justicia y una vida en
comunidad.
El bloque de constitucionalidad, la Convención, la Ley 1618 de 2013 y la jurispruden-
cia de la Corte Constitucional han creado una obligación de reconocer y garantizar
uno de los derechos base para el ejercicio de los demás: la capacidad de tomar las
propias decisiones según los gustos y preferencias de cada individuo. Este es un
proceso largo que no sólo obliga al Gobierno, obliga a todos los funcionarios pú-
blicos y a toda la sociedad a ser creativos y utilizar las diversas herramientas que el
derecho nacional, el internacional y la práctica ofrecen.
Los consultorios jurídicos y centros de conciliación frente al acceso a la justicia tie-
nen el reto de hacer un cambio de mentalidad y empezar a utilizar todos los re-
cursos que garanticen la seguridad, movilidad, libertad, comprensión, privacidad y
comunicación de una persona con discapacidad a la hora de prestarle sus servicios.
Existe un reto de respetar, aceptar y aprovechar la diferencia dentro de los procesos
judiciales, aceptando que las personas sean testigos, que tengan intérpretes, apo-
yos, información sencilla y comprensible.
Reconocer la capacidad jurídica de las personas con discapacidad es abrir un abani-
co de posibilidades dentro de las competencias de los consultorios jurídicos y cen-
tros de conciliación. Ya no se está buscando una solución única para todos los indi-
viduos, se está dando una a los consultorios jurídicos y centros de conciliación para
que reconozca a la persona como un igual e identifique las herramientas jurídicas y
no jurídicas a su alcance para apoyar a un ciudadano o ciudadana.
70 Cartilla Discapacidad

Jurisprudencia
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C- 239 de 1997 MP: Carlos Ga-
viria Díaz
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia SU337 de 1999. MP: MP. Alejan-
dro Martínez Caballero
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C- 983 de 2002. MP: Jaime Cór-
doba Triviño
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-850 de 2002. MP: Rodrigo Es-
cobar Gil.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-881 del 2002. MP: Eduardo
Montealegre Lynett.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. T-248 de 2003 MP: Eduardo Montealegre
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T-1021 de 2003. MP: Gloria Stella
Ortiz.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. T-492 de 2006 MP: Marco Gerardo Mon-
roy Cabra
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. T-1019 de 2006 MP:
Jaime Córdoba Triviño.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia T 425 de 2010. MP: Humberto
Sierra Porto.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C 182 de 2016. MP: Gloria Stella
Ortiz
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Auto 173 de 2012. MP:
Luis Ernesto Vargas.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia C 021 de 2015. MP: Mauricio
González Cuervo.

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de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social (PAIIS)
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