Tarea Derecho OMPI
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del Convenio de Berna que trata de la protección de las obras y los derechos de sus autores en el
entorno digital. Además de los derechos reconocidos en el Convenio de Berna, se conceden
determinados derechos económicos.
El Convenio de Berna, que fue adoptado en 1886, trata de la protección de las obras y los derechos
de los autores. Ofrece a los creadores como los autores, músicos, poetas, pintores, etc., los medios
para controlar quién usa sus obras, cómo y en qué condiciones. Se fundamenta en tres principios
básicos y contiene una serie de disposiciones que determinan la protección mínima que ha de
conferirse, así como las disposiciones especiales para los países en desarrollo que quieran valerse
de ellas.
B. Considerando que el artículo 167 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) establece
que la Unión Europea fomentará el florecimiento y diversidad de las culturas de los Estados
Miembros especialmente a través de la creación artística y literaria;
D. Considerando que la Directiva 2001/29/CE responde asimismo a una serie de obligaciones de la Unión
en virtud del Derecho internacional, incluidas las disposiciones del Convenio de Berna para la
protección de las obras literarias y artísticas, el Tratado de la OMPI sobre derechos de autor y el
Tratado de la OMPI sobre interpretación o ejecución y fonogramas;
E. Considerando que la Comisión y los Estados miembros están realizando importantes inversiones en la
digitalización y la accesibilidad en línea de las valiosas colecciones de las instituciones que se ocupan
del patrimonio cultural europeo, a fin de que los ciudadanos puedan tener acceso desde cualquier lugar
en cualquier dispositivo;
F. Considerando que las industrias culturales y creativas europeas son motor de crecimiento económico y
creación de empleo en la UE y contribuyen de forma importante a la economía de la UE, ya que
emplean a más de 7 millones de personas con un impacto superior al 4,2 % del PIB, según las últimas
estimaciones, y que las industrias culturales continuaron creando puestos de trabajo durante la crisis
económica de los años 2008-2012;
G. Considerando que el estudio conjunto de la OEP y la OAMI de septiembre de 2013 muestra que un 39 %
de la actividad económica global de la Unión (cuyo valor asciende a unos 4,7 billones de euros
anuales) procede de sectores intensivos en DPI, que generan además de forma directa el 26 % de
todos los empleos de la UE (es decir, 56 millones) y, de forma indirecta, el 9 %;
I. Considerando que cualquier iniciativa política relativa al mercado único digital debe ser conforme a la
Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, y en particular a sus artículos 11, 13, 14, 16, 17 y 22;
J. Considerando que la diversidad cultural y lingüística traspasa las fronteras nacionales, dado que algunas
lenguas europeas se hablan en varios países;
K. Considerando que la Carta de los Derechos Fundamentales protege la libertad de expresión, la libertad
de información y la libertad de las artes y de la ciencia, y garantiza la protección de los datos
personales y de la diversidad cultural y lingüística, el derecho a la propiedad y la protección de la
propiedad intelectual, ,el derecho a la educación y la libertad de empresa;
L. Considerando que en la era digital los autores deben seguir gozando del derecho a la protección de sus
obras de creación;
M. que es preciso tener en cuenta medidas que contribuyan al desarrollo del intercambio cultural y mejoren
la seguridad jurídica en el sector; que la aplicación de la Directiva 2001/29/CE ha hecho posible el
desarrollo de numerosos servicios creativos en línea, y que antes los consumidores jamás habían
tenido acceso a una gama tan amplia de obras creativas y culturales; Considerando que los usuarios
necesitan acceder a una variedad amplia y diversa de contenidos de gran calidad;
O. Considerando que las obras creativas son una de las principales fuentes de ingresos de la economía
digital y de los agentes del sector de las tecnologías de la información, como los motores de búsqueda,
las redes sociales y las plataformas de contenido generado por los usuarios, pero que la práctica
totalidad del valor generado por las obras creativas se transfiere a esos intermediarios digitales, que se
niegan a remunerar a los autores o negocian remuneraciones extremadamente bajas;
S. Considerando que, en la definición del marco jurídico en materia de derechos de autor y derechos afines,
es preciso tener en cuenta la necesidad de incentivar modelos industriales y comerciales innovadores,
aprovechando las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías para hacer más competitivas las
empresas de la UE;
T. Considerando que la creación de crecimiento y empleo en Europa es prioritaria para la Comisión y ocupa
un lugar central en su programa político para 2014-2019;
1. Señala que los derechos de autor constituyen el medio concreto de garantizar la remuneración de los
creadores y la financiación de la creación;
2. Acoge con satisfacción la iniciativa de la Comisión de celebrar una consulta sobre los derechos de autor,
que suscitó un gran interés entre una amplia gama de partes interesadas, incluidos el sector cultural y
la sociedad civil(17);
3. Celebra el compromiso de la Comisión por seguir desarrollando la agenda digital de la UE, incluidas las
cuestiones relativas a los derechos de autor, a lo largo del mandato de la nueva Comisión; acoge con
satisfacción el programa de trabajo de la Comisión para 2015, pues promete presentar un paquete
relativo al mercado único digital que incluye una propuesta legislativa con el objetivo de modernizar las
normas relativas a los derechos de autor para adaptarlas a la era digital;
4. Recuerda que los derechos de autor y derechos afines a los derechos de autor protegen y estimulan
tanto el desarrollo y la comercialización de nuevos productos y servicios como la creación y explotación
de su contenido creativo, con lo que contribuyen a mejorar la competitividad, el empleo y la innovación
en distintos sectores industriales de la UE;
5. Hace hincapié en que los derechos de autor son igual de efectivos que las medidas de ejecución
impuestas para protegerlos y que, para garantizar un sector creativo próspero e innovador, debe existir
un respeto firme de los derechos de autor;
6. Recuerda que la territorialidad es inherente a la existencia de los derechos de autor y derechos afines;
destaca que no hay contradicción entre este principio y las medidas destinadas a garantizar la
portabilidad de los contenidos;
7. Destaca que toda revisión de la Directiva 2001/29/CE debería contribuir a garantizar el principio de
remuneración equitativa de los titulares de derechos; pide que se reafirme el principio de territorialidad,
que permite a cada Estado miembro garantizar el principio de remuneración equitativa en el marco de
su política cultural;
8. Señala que la oferta de obras a las que los usuarios tienen acceso legalmente ha aumentado desde la
aplicación de la Directiva 2001/29/CE; señala además que el acceso transfronterizo a la diversidad de
usos que el desarrollo tecnológico ofrece a los consumidores podría requerir mejoras del actual marco
jurídico basadas en pruebas para alcanzar un mayor desarrollo de la oferta legal de contenido cultural
y creativo diversificado en línea que permita el acceso a la diversidad cultural europea;
9. Recuerda que, con demasiada frecuencia, se deniega a los consumidores el acceso a servicios de
determinado contenido por motivos geográficos, lo que se opone al objetivo de la Directiva 2001/29/CE
de aplicar las cuatro libertades del mercado interior; insta a la Comisión, por consiguiente, a que
proponga soluciones adecuadas para ofrecer a los consumidores una mejor accesibilidad
transfronteriza a los servicios y los contenidos protegidos por los derechos de autor;
10. Considera que el enfoque adoptado en la Directiva 2014/26/UE sobre gestión colectiva de derechos
permite extraer lecciones para otros tipos de contenidos, pero que los problemas relacionados con la
portabilidad y el bloqueo geográfico pueden no resolverse mediante una solución global, sino que
pueden necesitar varias intervenciones diferentes, tanto reguladoras como impulsadas por el mercado;
11. Destaca que la producción creativa de la UE es uno de sus recursos más ricos, y que quienes quieren
disfrutar de ella deberían poder pagar para hacerlo, incluso cuando solo se venda en otro Estado
miembro;
12. Señala la posibilidad de utilizar licencias multiterritoriales, tal como prevé en particular la Directiva
2014/26/UE relativa a la gestión colectiva de los derechos de autor, en caso de que los difusores
deseen cubrir todo el territorio europeo;
15. Apoya las iniciativas destinadas a mejorar la portabilidad, dentro de la UE, de servicios en línea de
contenidos adquiridos y puestos a disposición legalmente, respetando plenamente los derechos cine
de autor y los intereses de los titulares de derechos;
16. Recuerda que los mercados culturales europeos son heterogéneos por naturaleza debido a la diversidad
cultural y lingüística europea; señala que esta diversidad debe considerarse una ventaja para el
mercado único más que un obstáculo;
17. Toma nota de la importancia de las licencias territoriales en la UE, en particular en relación con la
producción audiovisual y cinematográfica que se basa sobre todo en sistemas de precompra o
prefinanciación de organismos de radiodifusión;
19. Destaca que cualquier reforma del marco de los derechos de autor debe basarse en un elevado nivel de
protección, dado que los derechos son cruciales para la creación intelectual y ofrecen un fundamento
jurídico estable, claro y flexible que fomenta la inversión y el crecimiento en el sector creativo y cultural,
al tiempo que elimina las incertidumbres e incoherencias jurídicas que repercuten negativamente en el
funcionamiento del mercado interior;
20. Destaca que, junto al importante desarrollo de unas estructuras eficaces para el mercado único digital,
también se ha de seguir garantizando el funcionamiento del mercado único analógico;
21. Recuerda que los sectores intensivos en derechos de autor emplean a más de siete millones de
personas en la UE; pide, por tanto, a la Comisión que vele por que cualquier iniciativa legislativa de
modernización de los derechos de autor vaya precedida de una evaluación de impacto ex ante y
exhaustiva de sus efectos en el crecimiento y el empleo, así como de los costes y ventajas
potencialmente generados por dicha iniciativa, de conformidad con los principios para una mejor
reglamentación;
22. Destaca que cualquier revisión futura de los derechos de autor europeos debe centrarse en objetivos
específicos y descansar en datos fehacientes, a fin de garantizar la prosecución del desarrollo de los
sectores creativos en Europa;
23. Reconoce que las actividades que violan los derechos de autor suponen una grave amenaza para el
funcionamiento del mercado único digital y para el desarrollo de la oferta legal de contenido cultural y
creativo diversificado en línea;
Derechos exclusivos
25. Reconoce la necesidad de dotar a los autores e intérpretes de protección jurídica para su trabajo
creativo y artístico; reconoce el interés público en la divulgación de la cultura y el conocimiento;
reconoce la función de los productores y editores en la comercialización de las obras, así como la
necesidad de retribuir justa y adecuadamente a todas las categorías de titulares de derechos; pide que
se mejore la posición contractual de autores e intérpretes en relación con otros titulares de derechos e
intermediarios, considerando en particular el establecimiento de un plazo de duración razonable para
el uso de los derechos transferidos por los autores a terceros, tras el cual estos derechos vencerán, ya
que los intercambios contractuales pueden verse afectados por un desequilibrio de poder; subraya, a
este respecto, la importancia de la libertad contractual;
26. Observa que una protección proporcionada de las obras y demás prestaciones protegidas por derechos
de autor también son de gran relevancia desde el punto de vista cultural y que el artículo 167 del TFUE
exige que la Unión tome en consideración los aspectos culturales en su actuación;
27. Subraya que los autores e intérpretes deben obtener una retribución adecuada en el entorno digital tanto
como en el mundo analógico;
28. Pide a la Comisión que estudie medidas específicas y adecuadas para mejorar la seguridad jurídica, en
consonancia con el objetivo de la Comisión sobre la mejora de la legislación; pide a la Comisión que
estudie el impacto de un título único europeo de los derechos de autor sobre trabajos e innovación,
sobre los intereses de los autores, ejecutantes y otros titulares de derechos, y sobre el fomento del
acceso de los consumidores a la diversidad cultural regional;
29. Recuerda que los derechos exclusivos y la libertad contractual son elementos decisivos del frágil
ecosistema de la creación y de su financiación, ya que permiten repartir mejor los riesgos, posibilitan la
participación de distintos actores en proyectos comunes en favor de un público culturalmente
diversificado y estimulan la inversión en la producción de contenidos profesionales;
30. Recomienda que el legislador de la UE, con objeto de proteger el interés público a la vez que la
información personal, examine la manera de reducir aún más los obstáculos a la reutilización de la
información del sector público; señala que este ajuste de la legislación debe efectuarse teniendo
debidamente en cuenta la Directiva 2013/37/UE, los principios en que se basa el sistema de derechos
de autor y la jurisprudencia pertinente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea;
31. Insta a la Comisión a que proteja eficazmente las obras de dominio público, que, por definición, no están
sujetas a la protección de los derechos de autor; insta por ello a la Comisión a que aclare que, una vez
que una obra es de dominio público, toda digitalización de la obra que no constituya una obra nueva y
transformadora seguirá siendo de dominio público; insta asimismo a la Comisión a que estudie en qué
medida es posible reconocer la libertad de los titulares de derechos de uso de dedicar sus obras, en
totalidad o en parte, al dominio público;
32. Insta a la Comisión a que armonice en mayor medida la duración de la protección de los derechos de
autor, absteniéndose de ulteriores ampliaciones de los períodos de protección, de conformidad con las
normas internacionales establecidas en el Convenio de Berna; alienta a los Estados miembros a que
finalicen la transposición y la aplicación de las Directivas 2006/116/CE y 2011/77/UE de una manera
agilizada;
Alienta a la Comisión a que siga dialogando y colaborando con los Estados Unidos sobre los respectivos
marcos legislativos en materia de derechos de autor dentro de las negociaciones de la ATCI, a fin de eliminar
las posibles barreras de acceso al mercado y obstáculos comerciales;
La Convención Universal sobre Derecho de Autor (UCC), fue elaborada y aprobada bajo los
auspicios de la UNESCO en 1951. Fue el resultado principalmente de la iniciativa de los Estados
Unidos de América, que, debido a ciertas la características específicas de su legislación (como la
existencia de formalidades como condiciones de la protección y una compleja reglamentación del
plazo de protección por derecho de autor que no satisfacía los requisitos del Convenio de Berna),
no podía adherirse al Convenio de Berna. Varios países latinoamericanos participaron en esta
iniciativa dado que tampoco eran parte en el Convenio de Berna, y habían concertado convenios
entre ellos y con los Estados Unidos de América. Cuando se fijó el nivel de protección en el marco
de la UCC, se tuvo en cuenta el hecho de que el proceso de descolonización ya había comenzado y
parecía evidente que los nuevos países que acababan de acceder a la independencia- más tarde
llamados "países en desarrollo"- no aceptarían fácilmente adherirse a un tratado internacional que
requería de inmediato un sistema con un elevado nivel de protección. Los diversos criterios que
hubo que tener en cuenta dieron lugar a la aprobación de una convención que difería en muchos
aspectos importantes del Convenio de Berna. La UCC sólo contenía algunas obligaciones muy
generales relativas a los derechos conferidos, y permitía la aplicación de formalidades (aunque se
simplificaba su cumplimiento para los otros países parte en la UCC, estableciéndose que bastaba
una mención de reserva tipo del derecho de autor).
''Los Estados Unidos propusieron que [ ... ] ese consentimiento fuera necesario en todos los casos
y no sólo en los tres casos indicados. Rechazada esa propuesta, la delegación de los Estados
Unidos[. .. J propuso que se añadiera un cuarto caso, cuyo efecto hubiera sido requerir el
consentimiento del productor del fonograma y también el del artista intérprete o ejecutante en el
caso de que un fonograma que contuviera su ejecución fuera copiado por una persona que no
dispusiera de la licencia correspondiente otorgada por el productor autorizado. La Conferencia no
aceptó esta propuesta. La mayoría estimó suficiente reconocer, en tales casos, el derecho de
reproducción al productor del fonograma, el cual, lógicamente haría valer su derecho cuando
alguien hiciera reproducciones no autorizadas. Se expresó el criterio de que los casos en que, por
una u otra razón, el productor no pudiera o no quisiera hacer valer su derecho eran
probablemente tan raros que no resultaba necesario incluirlos en la disposición sobre la
protección mínima de los artistas intérpretes o ejecutantes".150
En los párrafos 2)1) y 2)2) se remite a los Estados contratantes para regular ciertas cuestiones en
beneficio" de los organismos de radiodifusión, en los casos en que los artistas intérpretes o
ejecutantes hayan autorizado la radiodifusión de sus interpretaciones y ejecuciones, o en los que
los organismos de radiodifusión utilizan fijaciones hechas para las emisiones radiodifundidas. En la
Conferencia Diplomática, la Delegación de los Estados Unidos propuso eliminar esas disposiciones,
afirmando que las cuestiones relativas a la retransmisión, las fijaciones para las emisiones
radiodifundidas y la utilización de estas fijaciones deberían regularse mediante acuerdos
contractuales libremente negociados entre los 1531 artistas intérpretes o ejecutantes y los
organismos de radiodifusión. La propuesta no fue aceptada, pero el principio de la primacía de los
acuerdos contractuales libremente negociados se incluyó en las disposiciones del párrafo 2)3).151
Se convino durante los debates que el término "contrato" en este contexto incluiría los acuerdos
negociados colectivamente asf como las decisiones de un consejo arbitral cuando ese arbitraje sea
el procedimiento habitual para zanjar los conflictos entre artistas intérpretes o ejecutantes y
organismos de radiodifusión.152
FIRST
El más antiguo e importante tratado internacional sobre derecho de autor, el Convenio de Berna
para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, ha estado administrado, desde que se
aprobó en 1886, por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y las
organizaciones que la precedieron. En lo que respecta a los derechos conexos, la OMPI administra
la Convención de Roma sobre la protección de los artistas intérpretes o ejecutantes, los
productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión (conjuntamente con la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización
Internacional del Trabajo (01]), el Convenio de Bruselas sobre la distribución de señales portadoras
de programas transmitidas por satélite y el Convenio para la protección de los productores de
fonogramas contra la reproducción no autorizada de sus fonogramas. La Organización también
administra los últimos instrumentos internacionales en materia de derecho de autor y derechos
conexos, el Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor (WCD y el Tratado de la OMPI sobre
Interpretación o Ejecución y Fonogramas (WPP1), conocidos como ''Tratados Internet de la OMPI".
~ Las disposiciones sustantivas del Convenio de Berna fueron revisadas varias veces entre 1896 y
1971. Las conferencias diplomáticas que tuvieron lugar en París en 1896, en Berlín en 1908, en
Roma en 1928 y en Bruselas en 1948, abordaron, con especial atención, la cuestión de los avances
tecnológicos - como el advenimiento de la fonografía, o sea la producción de fonogramas o
grabaciones sonoras, la fotografía, la radio y la cinematografía -así como la evolución interna de la
normativa de derecho de autor (que dio lugar, por ejemplo, al reconocimiento de los derechos
morales, a la eliminación de las formalidades como condiciones para la protección y al
establecimiento de una duración mínima de la protección). Como resultado, el Acta de Bruselas de
1948 del Convenio de Berna ya contenía un reglamento muy detallado sobre todos los aspectos
importantes de la protección por derecho de autor.