Veronese Máquinas Poéticas
Veronese Máquinas Poéticas
Veronese Máquinas Poéticas
(Open House es producto del trabajo de diez alumnos del último año de la carrera
de actuación de la Escuela Nacional de Arte Dramático, bajo mi dirección. Este
trabajo se conformó como parte del plan de las residencias. Este mail fue enviado
por mi a esos diez actores, durante los ensayos de Open House, luego de una
tarde agitada del 15/5/01. D.V.)
Dice Karl Kraus respecto de la lógica: “La lógica es enemiga del arte. Pero el
arte no debe ser enemigo de la lógica. La lógica debe haber sido saboreada
alguna vez por el arte y enteramente digerida por él. Para afirmar que dos
por dos son cinco hay que saber que dos por dos son cuatro. Sin duda quien
sabe solo esto último dirá que aquello es falso”.
Estuve pensando algo a partir de esto. Creo que se trata de crear una máquina
poética. Una máquina de elaborar sentidos, máquinas de crear sentimientos
alejados de la lógica. Una máquina del 2 x 2 = 5
En cada uno de nosotros debe elaborarse una máquina propia. El espectáculo
podrá ser la máquina total, la sumatoria. Siempre me gustó definir a los
espectáculos como máquinas de producir sentidos. No pensar solo en frialdad
cuando pensamos en máquinas, por favor.
¿Cómo es una máquina?
Podríamos verla como una concentración de funciones (o disfunciones) que
producen acciones teatrales. Acción es todo lo que me permite un cambio según
lo probable (no confundir ”lo probable” con “lo posible”) y según lo necesario. Lo
que no es necesario para un determinado fin dejarlo fuera por más bello que sea.
La acción debe producir desequilibrio en las fuerzas. Acción como una cualidad
que da color, impacto a lo percibido por el espectador. Es bueno tener siempre en
cuenta lo que percibe el espectador. Ponerse en su lugar. Él todo lo tomará como
algo del personaje (aunque no estemos más que actuando nuestro propio
momento incierto, desconcertado e improvisado). Bullicio o movimiento físico no
es siempre desarrollo o crecimiento dramático. Este cambio debe producir algo. Si
nada se hace, si no se acciona el equilibrio permanecería estático. Y nos
aburrimos, así de fácil.
O.K. Todo este corolario es para plantear mi humilde y obvio pedido: Traten
entonces de crear una máquina poética. Pienso que si una máquina funciona,
luego podría fusionarse con otra y así sucesivamente. Estoy pensando, también,
en que algunos no van a entender. No importa, no es una ciencia exacta el teatro.
Nunca lo fue. Se puede no entender y ser sublime al mismo tiempo y además, si
queda resto, trascender a la idea más acabada. Tradúzcanlo a su experiencia.
Creo que no hay nada importante que entender que no hayan entendido fuera de
estas palabras.
¿Pero... y cómo se hace todo esto? Para eso sí que no hay receta. Las recetas
dicen que la multiplicación da 4, no 5. Tómenlo como una soga que tiro. Agárrense
de dónde puedan. ¿No es inquietante pensarse como una máquina de sentidos
profundos, bellos, extraños? Hay que empezar por tratar de imaginárselo como lo
hago yo. Sé que hasta ahora solo está en la imaginación. Sabremos si la máquina
finalmente se pone en movimiento en el trabajo del escenario. No podemos
verificar nada afuera. Si no, lo haría cualquiera. Y sería mucho más fácil la vida del
artista.
Daniel Veronese.