Páginas Del Arcoiris
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Páginas Del Arcoiris
ARCO IRIS
MORS, Alfredo
VALLE, Miguel
Páginas del ARCO IRIS.– 1ª ed.- Córdoba, 2009.
224 p. ; 21x13 cm
ISBN ...................................................
Edición independiente.........?
Páginas del ARCO IRIS
ÍNDIGO
RELOJ DE ARENA
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ÍNDIGO
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Alfredo Mors
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ÍNDIGO
CALEIDOSCOPIO
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ÍNDIGO
Alfredo Mors
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EL MUNDO Y YO
Miguel Valle
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ÍNDIGO
COMEDIA
La alegre careta,
que todo lo oculta,
tapó con disculpa
de bella opereta
La noche en el día:
recuerdos, colores,
de antiguos amores
y melancolía.
Alfredo Mors
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TRES PALABRAS
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ÍNDIGO
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ÍNDIGO
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“ESCRIBE TU HISTORIA”
Alfredo Mors
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ÍNDIGO
EL JOVEN Y EL LIBRO
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ÍNDIGO
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28
ÍNDIGO
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Alfredo Mors
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ÍNDIGO
OMEGA
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32
ÍNDIGO
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Páginas del ARCO IRIS
34
ÍNDIGO
35
Páginas del ARCO IRIS
36
ÍNDIGO
Alfredo Mors
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VIOLETA
DAMA DE NOCHE
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VIOLETA
Alfredo Mors
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MATICES
Alfredo Mors
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VIOLETA
FLOR MARCHITA
Alfredo Mors
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TUS COLORES
Miguel Valle
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VIOLETA
APRISIONADA
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VIOLETA
49
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VIOLETA
Alfredo Mors
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PRINCESA
Miguel Valle
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VIOLETA
EL ÚLTIMO REZO
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Vi a la angustia en su pañuelo,
guardar llantos y vertientes,
de gemidos tan hirientes,
que rompían mis anhelos.
Miguel Valle
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VERDE
LA HERIDA DE LA VIDA
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Miguel Valle
58
VERDE
LA FIEL
Miguel Valle
59
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LÁGRIMAS DE LA ESPERANZA
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VERDE
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CARICIAS EN EL ALMA
Alfredo Mors
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VERDE
MI NIÑO
Mi niño se ha dormido
en el cuenco de tu mano.
¿Qué poder sobrehumano
te llevó, hijo querido?
Mi niño se ha dormido
y he quedado desolado.
¡Cuánto sueño desvelado
en vacío lecho de nido!
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Ya mi tiempo he consumido,
volverás en tenue brisa.
¿Por qué con tanta prisa
mi niño, te has dormido?
Alfredo Mors
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VERDE
DANZA DE COLORES
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VERDE
Alfredo Mors
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A mis nietos
EL JARDÍN
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VERDE
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VERDE
Alfredo Mors
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Páginas del ARCO IRIS
LA BELLA
Miguel Valle
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AZUL
PREGUNTA
Si estás tú respondiendo,
que sí, en un segundo,
entonces vas sintiendo:
la paz en lo profundo.
Miguel Valle
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DICTADO
Verano de mi infancia,
tu cielo tan celeste
cubría mi alborada
y al este y al oeste,
tu sol me iluminaba.
Verano de mi infancia,
recuerdo de inocencia,
tus noches estrelladas
ponían a mi testa
la luna ilusionada.
Verano de mi infancia,
tu lluvia generosa
bañaba mi esperanza
de ver las mariposas
volver por la mañana.
Verano de mi infancia,
ahora que te has ido,
te escribo con nostalgia
palabras que me han sido
dictadas por el alma.
Miguel Valle
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AZUL
COMPLICIDAD DE ÁRBOL
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Alfredo Mors
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AZUL
TÍTERES
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Alfredo Mors
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AZUL
BROTA TUCUMÁN
Alfredo Mors
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ÚNETE
Miguel Valle
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AMARILLO
CARBONCILLO
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Alfredo Mors
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AMARILLO
LA FIESTA DE LA FAUNA
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Miguel Valle
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AMARILLO
CINCO HERMANITOS
Cinco hermanitos
se van a jugar
y meñiquito
no quiere faltar,
aunque el de al lado
lo quiere anular,
porque es chiquito
y puede llorar.
Siempre en el medio
el hermano mayor
cuida de todos
en la formación.
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De la manito
felices se van,
y el más gordito
se llama pulgar.
Miguel Valle
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AMARILLO
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Miguel Valle
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AMARILLO
TITICO EL PERIQUITO
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Miguel Valle
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AMARILLO
LA PRUEBA
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Miguel Valle
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AMARILLO
MI NEGRA
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98
AMARILLO
Alfredo Mors
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ANARANJADO
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ANARANJADO
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Miguel Valle
104
ANARANJADO
ANIMALANDIA
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Miguel Valle
106
ANARANJADO
AMIGA
Alfredo Mors
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INICIALES GRABADAS
Alfredo Mors
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ANARANJADO
PERLA ESCONDIDA
Alfredo Mors
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EL RÍO
Alfredo Mors
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ANARANJADO
QUIMERA
Alfredo Mors
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ROJO
EL INTERMEDIARIO
Miguel Valle
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EL PRONOMBRE ACOSADO
Miguel Valle
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ROJO
ROMANCE DE HAMACAS
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ROJO
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Alfredo Mors
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ROJO
LLAMADAS EN LA LLUVIA
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Atendió el llamado:
—Hola, ¿quién habla?
Del otro lado, sólo se escuchaba algo como una respiración
y un raro silencio.
Vuelve a preguntar:
—¿Quién habla?
De nuevo, silencio, y un cortarse de la comunicación.
No entendía que podía ser ese extraño llamado. Pensó,
quizás, en una broma de mal gusto, o en alguien que esperaba
una respuesta distinta. No podía imaginar quién, de los que
tenían su número telefónico, podía estar actuando así.
Volvió junto a la ventana. Continuaba cayendo una fina
llovizna. Miró hacia la calle, dos pisos más abajo. Muy pocas
personas se divisaban a esa hora desapacible.
Una silueta con impermeable y paraguas dejaba la cabina
de teléfono público ubicada en la vereda de enfrente, casi lle-
gando a la esquina.
Algo en su modo de caminar o en su porte le resultó va-
gamente familiar o, al menos, conocido... pero no podía ser.
Sabía que él se había radicado en la Capital hacía mucho tiem-
po, cuando comenzó a trabajar como ingeniero de planta en
aquella industria; y luego, supo que se había casado.
En eso, le pareció que la figura en cuestión se daba vuelta y
elevaba su mirada hacia su ventana. Fue un leve gesto velado a
la distancia por la bruma de la llovizna.
¿Sería posible? ¿Después de tanto tiempo? Volvió a pensar
en el llamado. ¿Sería él? Y entonces... ¿por qué no se dio a co-
nocer?
Los recuerdos volvían en torbellino sin ser llamados. Aquella
placita del barrio con juegos infantiles: el tobogán, los sube y
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ROJO
baja... pero por sobre todo, las hamacas. Aquellas en que había
experimentado, junto a Rodolfo, la sensación de volar.
¿Por qué justo hoy cuando acababa de cumplir los años
hacía menos de una semana?
Fijó la vista en los cristales de su ventana. Las pequeñas go-
tas se deslizaban formando dibujos desiguales, juntándose y
alejándose alternativamente, dejando finos trazos.
Así, como finos trazos de lluvia de lluvia en un cristal, se
mostraban sus recuerdos. Dos gotas de agua que un día se
juntaron e intentaron un viaje o vuelo de hamacas hasta que,
casi en un instante, comenzaron caminos divergentes.
¿Sería efectivamente él? ¿Por qué no se dio a conocer en el
llamado? ¿Qué ocultaría?
Rodolfo había vacilado. En el momento de escuchar nueva-
mente a Amalia, después de tanto tiempo, había vacilado. No
había encontrado palabras para darse a conocer y así, reesta-
blecer una comunicación interrumpida hacía mucho tiempo.
Al menos, eso sí, la había escuchado. Era la misma voz que,
aún, resonaba en sus oídos... Como un eco manifiesto de sus
propios recuerdos.
Había caminado varias cuadras desde aquella cabina tele-
fónica próxima al edificio dónde, hoy, había podido confirmar
que ella continuaba viviendo.
Decidió regresar. La lluvia continuaba mojando las calles,
veredas y árboles. Caminó cavilando y pensando cómo sería
restablecer una comunicación cortada hace tiempo.
Una gota de agua se deslizó por el borde de su paraguas.
Habían sido muchas las que, así, habían caído en esa particular
tarde. ¿Por qué fijarse hoy en esta?
Hace tiempo, otras gotas, otra lluvia. Un despedirse con un
suave beso y tantos besos que quedaron guardados y no com-
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partidos, bajo aquella lluvia que los vio alejarse como gotas de
agua que se deslizaran, separándose en trazos diferentes, sobre
los cristales de una ventana.
Llegó a la cabina telefónica. Marcó el número que, ahora sa-
bía, continuaba siendo el de ella. Esperó lo que le pareció una
eternidad. Uno, dos, tres, cuatro veces sonó el teléfono antes
de escucharse:
—Hola, ¿quién habla?
—¿Amalia? Soy Rodolfo.
—¿Dónde estás? ¿De dónde estás llamando? Hace tanto
tiempo que no sabía de vos...
—Estoy aquí, casi frente a tu casa. ¿Podré verte?
—Puede ser. No podía creer que fueras vos. Ya bajo.
—Te espero.
Amalia buscó su impermeable de un suave mostaza y su pa-
raguas al tono, y bajó. Él se encontraba parado, mirando cómo
ella iba a su encuentro, bajo su paraguas negro.
Continuaba cayendo la fina lluvia.
Ambos, caminaron lentamente, como contemplándose —
primero— desde lejos. Las gotas de agua caían lentamente de
sus paraguas. Se pararon muy cerca. Se miraron. ¡Hacía tanto
tiempo! Se encontraron. Dos paraguas empezaron a moverse
muy juntos, alejándose, mientras de ambos caían pequeñas
gotas de agua que iniciaban, ahora sí, un nuevo viaje.
Alfredo Mors
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REBELDIA
Miguel Valle
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TABACOS ENCENDIDOS
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Alfredo Mors
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ROJO
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Miguel Valle
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ÍNDICE
VIOLETA Dama de Noche Alfredo Mors 41
Matices Alfredo Mors 44
Flor marchita Alfredo Mors 45
Tus colores Miguel Valle 46
Aprisionada Alfredo Mors 47
Princesa Miguel Valle 52
El último rezo Alfredo Mors 53
134
AZUL La Bella Miguel Valle 74
Pregunta Miguel Valle 75
Dictado Miguel Valle 76
Complicidad de árbol Alfredo Mors 77
Títeres Alfredo Mors 79
Brota Tucumán Alfredo Mors 81
Únete Miguel Valle 83
AMARILLO Carboncillo Alfredo Mors 85
La fiesta de la fauna Miguel Valle 87
Cinco hermanitos Miguel Valle 89
La cadenita del amor Miguel Valle 91
Titico, el periquito Miguel Valle 93
La prueba Miguel Valle 95
Mi Negra Alfredo Mors 97
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