Analisis Neumatica

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UNIVERSIDAD DEL VALLE

INSTITUTO DE EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA

BRAVO MALES NATALIA - 1525676

Análisis de la historia de la ciencia y de la técnica en el capítulo IV


“pneumática y la cuantificación experimental de la naturaleza”

Para analizar este capítulo del libro escrito por Carlos Solís Santos se debe tratar
un poco los antecedentes históricos del campo de la pneumática y el contexto
histórico en el cual se desarrolló. Pero antes de iniciar ¿qué es la pneumática? El
término pneumática procede del griego pneuma que significa soplo, aliento o alma
y es conocida como la tecnología que emplea el aire comprimido como modo de
transmisión de la energía necesaria para mover y hacer funcionar mecanismos. El
aire es un material elástico y, por tanto, al aplicarle una fuerza se comprime,
mantiene esta compresión y devuelve la energía acumulada cuando se le permite
expandirse, según dicta la ley de los gases ideales.

En el siglo xvll este campo obtuvo relevancia por la unión de descubrimientos


teóricos e instrumentales innovadores, uno de estos descubrimientos fue gracias a
Blaise Pascal que dentro del programa de Galileo dio nacimiento a un campo a fin
a la hidrostática matemática de raíz arquimediana. También se dio pie al
desarrollo de instrumentos de laboratorio y de campo, como el tubo de Torricelli,
un baroscopio, y la bomba de vacío. Ello provocó el incremento inmediato de
experimentos tanto de tipo mecánico-geométrico, como de exploración baconiana
sobre respiración, combustión y con respecto a todo lo divino y humano.
Igualmente surgió una rama más baconiana que matemática, que consistió en
utilizar estos instrumentos con el fin de explorar la naturaleza, de esto se encargo
Boyle que tenía conocimiento tanto matemático como baconiano de la pneumatica
y esto le favoreció para darle origen a la ley funcional, llamada la ley de Boyle.
Finalmente, el intento de explicar esta ley sobre los fenómenos pneumaticos y de
extenderla a otras áreas de la naturaleza que produjo un desarrollo de esquemas
mecánicos corpusculares, intencionalmente de carácter más matemático que
filosófico.

Como anteriormente se puede percibir, gracias a diversos campos que; aunque


tuvieron objetivos o intereses particulares ayudaron a que se pudiera desarrollar la
pneumatica como se conoce actualmente. A mediados del siglo lll a.C. El liceo de
Aristóteles que fue dirigido primero por Teofrasto y luego por Estraton, de
Lampsaco, defendía el corpuscularismo y el vacio interatómico como única
manera de explicar los cambios de densidad, difíciles de abordar en un mundo de
limites fijos como el de Aristóteles. Influido por él, Filón de Bizancio compuso una
Pneumatica en la que aceptaba incluso la posibilidad de un vacio macroscópico,
ya en el siglo l de nuestra era, Herón compuso otra pneumatica que llego a Silia
en el siglo XII, ejerciendo su influencia sobre muchos filósofos, especialmente
sobre el corpuscularismo de Galileo.

El noble patricio florentino académico del linceo de galileo tomó nota de la


experiencia de los poceros según la cual las bombas de succión no pueden
succionar agua cuando estas se encuentran a más de diez metros y medio de
profundidad. Suponía que la cohesión de las partículas de agua se debía a la
resistencia de la naturaleza a crear un vacio al separarlas. Ahora bien, esa
resistencia no era un horror absoluto, como entre los aristotélicos, sino que tenía
un límite dado justamente por el peso de una Columba de agua de 10,5 m. en
1630, su discípulo G,B. Baliani le había sugerido que lo que sostenía la columna
de agua era el empuje exterior del peso de la atmosfera, pero Galileo no hizo caso
y publico sus ideas en las consideraciones de 1638. Un poco más tarde, en 1642,
otro galileano, G. Berti, realizo en roma un experimento consistente en llenar de
agua un sifón de más de 10 m, cuya parte superior era de vidrio y en cuyo interior
se observaba el descenso del agua al abrir una espita inferior, dejando arriba un
espacio al parecer vacio, si bien un segundo experimento habría mostrado que
transmitía el sonido.

Pero el montaje era inmanejable, por lo que E. Torricelli atendió a las sugerencias
de usar líquidos más densos que precisasen tubos menores, y con ayuda de V.
Viviani procedió a usar mercurio, catorce veces más denso que el agua y por ende
capaz de presentar un vacio con una altura catorce veces menor. Tomo un tubo
de 120 cm abiertos por un extremo, lo lleno de mercurio, lo invirtió en una cubeta
de mercurio tapándolo con el dedo y luego lo destapo. El mercurio descendió
hasta una altura de 76 cm, catorce veces menor que la del agua de 10,5 m. en la
parte superior apareció un espacio desocupado que considero que debería estar
vacio. Puesto que el vacio no parecía a una causa mecánica trivial, cual es que el
peso de la atmosfera gravita sobre la superficie del mercurio de la cubierta con un
peso al de 76 cm de mercurio o 10,5 m de agua, sosteniendo así una columna de
ese mismo peso como si se tratase de una balanza equilibrada. Torriselli sugirió
además que las variaciones espontaneas observadas en la altura del mercurio
pudieran deberse a la variación de la densidad del aire atmosférico, dado así pie al
desarrollo del barómetro y a un largo programa de investigación meteorológicas.
Lo sorprendente de este nuevo fenómeno hizo que el experimento de difundiera
con rapidez. En 1646 se repitió en Francia en presencia B.Pascal. Este
beneficiándose de los excelentes vidrieros de Rouen, montó demostraciones
públicas espectaculares con tubos de varias formas y tamaños, llenos de agua,
tinto y otros líquidos de diversa densidad. Descartes le sugirió realizar el
experimento variando no los líquidos del tubo que equilibra el peso de la
atmosfera, sino el peso de esta misma, midiendo las variaciones de su peso con
columna de mercurio, la manera de hacerlo era ascender hacia la superficie de
este mar de aire en que estamos inmersos. En manos de Pascal, el problema del
peso del aire recibió un tratamiento similar al del equilibrio de fluidos, a la manera
arquimediana.

Mientras que en Francia el problema que era de importancia era el del vacío, a los
ingleses, más acostumbrados al atomismo, les preocupaba más el problema de la
elasticidad del aire, este concepto posee un origen ligado a la bomba de vacío,
esta maquina pneumatica, inicialmente nada más que un cilindro dotado de un
pistón y un par de válvulas, fue usada por Otto von Guericke para contrastar la
idea cartesiana de que la materia no es sino extensión, por lo que la eliminación
del aire de un recipiente lo haría implosionar Pero lo más importante es que
descubrió, que no toda extensión es materia, que para extraer el aire no era
necesario aplicar la bomba a una válvula situada en la parte inferior del recipiente,
sino que el aire se difundía inmediatamente por todo el espacio, rarificándose
gracias a una propiedad suya, el resorte. En 1600, R.Boyle publicó sus nuevos
experimentos físico-mecánicos sobre la elasticidad del aire, en algunos de los
cuales había utilizado una nueva bomba notablemente perfeccionada por su joven
ayudante Hooke. Por más que la bomba fuese perfeccionada no era precisa y
arruinara los experimentos, representó una gran ventaja al permitir controlar y
variar a voluntad la presión dejando a un lado el peso del aire. Ya que lo que
equilibra el baroscopio introducido en la campana de la bomba no es el peso de la
atmosfera, sino esa nueva propiedad del aire, la elasticidad.

R. Towneley y H. Power llevaba tiempo ensayando la hipótesis de que la


elasticidad del aire era recíprocamente como el volumen, pero su demostración no
fue muy convincente, parece que Hooke fue el que realizo el diseño experimental
y las pruebas que llevaron a su confirmación, si bien Boyle organizo y publico los
resultados con extremada claridad. La demostración usaba un experimento para el
aire condensado y otro, para el rarificado.

De esta manera, aunque muchos otros habían inferido la hipótesis de Towneley,


solo Boyle fue capaz de recabar la imprescindible ayuda de Hooke para plantear
unos experimentos, extraer las consecuencias y publicar por vez primera una ley
funcional, mostrando los fenómenos naturales ha de apoyarse en el minucioso
trabajo colectivo en el laboratorio predicado por el baconianismo de la Sociedad
Real.. Ahora bien, aunque la pneumatica nació y se desarrollo como un capitulo
del estudio matemático de la naturaleza, dio pie a desarrollos baconianos. El
barómetro fue desde entonces una de las piezas fundamentales de la
investigación meteorológica, mientras que la bomba de vacio produjo un
desenfreno baconiano. Nunca había existido en la naturaleza vacio macroscópico
observable y se desconocía que ocurría en el. Por tanto, los naturalistas realizaron
en el vacio las operaciones más triviales para ver el comportamiento. Se hizo
explotar polvora, se realizaron reacciones químicas, etc.

Pero a medida que se lee este capítulo surgen algunas preguntas como ¿por qué
estos hombres de la antigüedad hacían esta clase de experimentos, por qué estos
eran ya de carácter más matemático que filosófico, por qué la invención de estos
instrumentos de medida? Como se observa anteriormente se mencionó algunos
experimentos y la construcción de instrumentos los cuales eran realizados con el
objetivo de explicar algún fenómeno de la naturaleza. Desde la época de
arquimedes y ptolomeo, las ciencias matemáticas habían demostrado su
capacidad para resolver con precisión problemas que aquejaban en sus tiempos.
Pero no se debe desconocer que estas personas vivían en un contexto real y que
estos influían y eran influenciados por el mismo. Por esto, surge una nueva
cuestión ¿con que motivo estos sujetos querían darle explicación a esta clase de
fenómenos?

Para darle respuesta a lo anterior se tendrá que volver al periodo helenístico que
fue donde surgieron los estudios del campo de la pneumatica, teniendo en cuenta
que las primeras aplicaciones de pneumática se remontan al año 2.500 a.C.
mediante la utilización de muelles de soplado, para avivar el fuego de fundiciones
o para airear minas de extracción de minerales. Posterior a esto, un griego,
Tesibios, construyó un cañón o catapulta neumática que, rearmado manualmente
comprimía aire en los cilindros. Al efectuar el disparo, la expansión restituía la
energía almacenada, aumentando de esta forma el alcance del mismo. Teniendo
en cuenta que Tesibios estaba en este periodo helenístico el cual pasaba por
sucesivas guerras, como las de los Pérdicas, Ptolomeo, Casandro,
Lisímaco, Antígono, etc. por ende, esta constricción sirvió como proyectil en estas
batallas, así, atendió una necesidad que tenía su sociedad en esos momentos.

A partir del siglo XVII, se comienza el estudio sistemático de los gases, y con ello,
comienza el desarrollo tecnológico de las diferentes aplicaciones del aire
comprimido. Por lo tanto, si las necesidades de la sociedad impulsaron a estos
hombres a buscar la manera de darle una solución. Se deberá retomar y
replantear la pregunta anterior ¿Cuál fue la necesidad que tuvieron estos
hombres; como Galileo, Torricelli, etc. Que los empujó a empezar a hacer sus
descubrimientos y sus diseños instrumentales? Para darle respuesta a esta
pregunta se deberá revisar lo que sería el contexto histórico de estos personajes.
Evangelista Torricelli se consideraba uno de los pioneros de los experimentos
barométricos efectuados en Italia y en Francia entre 1639 aproximadamente; El
gran Torricelli fue inspirado por la obra de Galileo (dialogo de la nueva ciencia en
1630) más tarde fue pupilo de Galileo el cual en ese momento había planteado un
problema artesanal el cual dice que la bomba de agua no funcionaba por encima
de los 10,5 m.

El ancestro de la bomba de succión a pistón se debe a Ctesibus de Alejandría, del


siglo III a. de C. y es citado por Filo de Bizancio un siglo después. Se trataba de
una bomba de impulsión de agua sumergida. Como la bomba de Ctesibus era de
inmersión, tenía la limitación de su inutilidad si el nivel del agua para remover
descendía por debajo de ella. La solución para este inconveniente se estableció
en la aplicación del vacío mediante un pistón, en cuyo caso la máxima altura de
columna de agua que podía lograrse en teoría es de apenas algo más de 10
metros. En el siglo XVII Galileo fue consultado acerca de la limitación en cuanto a
la altura de elevación de la columna de agua impulsada por la bomba a pistón por
parte de los ingenieros de Cosimo II de Médicis, que pretendía una elevación de
15 metros. En ese entonces, se entendía que dicha elevación se debía a la idea
aristotélica de horror al vacío. Galileo encomendó estudiar el problema a su
asistente Evangelista Torricelli, quien hizo una mejora al instrumento y fue
llamado barómetro, el cual fue el primer ejemplo de vacío fabricado por el hombre
del que se tenga registro. Todos estos estudios se llevaron a cabo con un
propósito o más bien suplir una necesidad, la cual es que en esa época no
existían sistemas o mecanismos los cuales permitieran asistir con agua a las
poblaciones. Por ende, estas bombas de succión pretendían abastecer de agua a
los pobladores de esos tiempos.

Pero estos estudios también trajeron de nuevo el problema de la existencia del


vacío, los resultados obtenidos no permitieron suplir las antiguas oposiciones
contra la existencia del vacío, que durante el Medievo y el Renacimiento habían
incitado debates y polémicas. En el mundo de la técnica, como herramientas,
palancas, poleas, no causaron mayor problema. En cambio, otros desarrollos han
tenido que pasar por diversas dificultades y confusiones, la obtención del vacío es
uno de ellos. Aun antes de su creación material, el vacío tuvo un lugar relevante
en el pensamiento humano; ligado al cosmos, a nuestro origen y destino, el vacío
fue motivo de asimilación y temor.

El vacío se asociaba a la nada y al cero, al no ser y, en ese sentido, la filosofía, la


matemática y la física se unifica en una misma y única inquietud. Más aún, como
testimonio de atracción y curiosidad, el vacío se une con el maquinismo nacido de
la Revolución Industrial. Con relación al vacío hay dos rutas de análisis: la teórica
y la experimental. Respecto de la primera, dice que el vacío representa el cero
físico, el cero de espacio absoluto. La nada de la materia ¿Existe realmente el
vacío? La ciencia y la teología medieval lidiaron constantemente con la idea de
vacío. Aristóteles había previsto que el mundo de las cosas perfectas,
incorruptibles, estaba poblado de un quinto elemento, es decir para el no existía el
vacío.

En conclusión, este capítulo que presenta Carlos Solís es una recopilación de las
diferentes preocupaciones que tenían cierto individuos, como estos trabajaron en
conjunto; algunos con intenciones diferentes pero que sus aportes sirvieron
indirectamente para seguir explicando lo diversos fenómenos que se tenía en ese
momento y como gracias al avance de nuevos instrumentos se abrió paso a
descubrimientos y a una ley importante como lo es la ley de Boyle.

A lo que respecta a la manera como fue escrito el capítulo, deja mucho que
desear. Debido a que, si bien trata de hacer una línea de tiempo; lo cual es un
modo de escribir historia, muestra una ciencia lineal. Habla también de los
avances que cada uno de los personajes hizo y su importancia en la contribución
para la amplificación del conocimiento en diferentes campos de estudio. Pero en
ningún momento habló del contexto en el cual se encontraban cada uno de estos
sujetos, es un escrito más que desliga el científico y su entorno. No se ve reflejado
como las necesidades de una sociedad impulsaron a que se fuera avanzando en
el conocimiento, lo que si deja ver el autor es el cómo la construcción de
instrumentos innovadores contribuyó a ampliar este conocimiento que estaba en
pleno desarrollo.

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