Fisica 1
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Fisica 1
Figura 1. Trayectoria de una piedra.
Física
Figura 2. Trayectoria de una piedra vista desde dos sistemas de referencia.
Hasta ahora hemos insistido en que el movimiento del barco (o cualquier
sistema de referencia) debe ser sin cambios de velocidad y en línea recta.
Sin embargo, sabemos por experiencia que la marcha de un vehículo se nota
cuando su velocidad varía; en un automó vil que toma una curva hacia la
derecha, los pasajeros son empujados hacia la izquierda, al enfrenarse son
arrojados hacia adelante y al acelerarse hacia atrá s.
Este tipo de fuerzas se debe a la inercia de los cuerpos masivos; todo objeto
tiende a moverse en línea recta, con la misma velocidad, y opone resistencia
a cualquier cambio de velocidad o trayectoria.
Los pasajeros de un autobú s que frena bruscamente son arrojados hacia el
frente del vehículo porque intentan mantener la velocidad que poseían
antes del enfrenó n: en otras palabras, es el autobú s el que se ha detenido
mientras que sus ocupantes prosiguen su viaje.
Las fuerzas que surgen en un sistema de referencia ú nicamente por el
cambio de velocidad o de trayectoria, y no por factores externos, se deben a
la inercia de los cuerpos masivos; por esta razó n, se les llama fuerzas
inerciales.
Un sistema de referencia inercial es aquel que se mueve en línea recta sin
variar su velocidad; evidentemente en tal sistema de referencia no surgen
fuerzas inerciales.
De acuerdo con el principio de relatividad de Galileo, las leyes de la física son
las mismas en cualquier sistema de referencia inercial.
En particular, no se puede distinguir un sistema de referencia inercial de
otro por medio de experimentos físicos; cualquier sistema es vá lido y só lo
es una cuestió n de conveniencia escoger el má s apropiado para describir un
fenó meno físico. Mientras un autobú s se mueve en línea recta y sin variar
su velocidad, la ú nica manera que tienen sus ocupantes de saber si avanzan
o no es asomarse por la ventana.
(El caso de los sistemas de referencia no inerciales es má s complicado;
volveremos a ellos en el capítulo VII.)
La relatividad de los sistemas inerciales choca en un principio con el
sentido comú n.
Si no hay manera de determinar el movimiento, los ocupantes de un
autobú s pueden postular que ellos está n parados y que es la Tierra la que
se mueve.
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