Unidad I Psicologia
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CLASE Nº 1 - RESUMEN
EN BUSQUEDA DE UNA UNIDAD DE ANÁLISIS DEL APRENDIZAJE ESCOLAR
(Baquero / Terigi)
El proyecto escolar no es un proyecto de los niños sino, en verdad, un proyecto atribuido a los
niños pero impuesto sobre ellos por la cultura adulta.
El dispositivo escolar propone una cierta economía: una cierta organización de espacio,
tiempos, recursos y roles, que sienta condiciones para el aprendizaje que son peculiares del
contexto escolar. La escuela define uno o varios colectivos: se propone una serie de logros
sobre los sujetos , sobre el rendimiento que es relativamente homogéneo en una población
escolar heterogénea.
Las actividades escolares, por otra parte, definen obviamente de manera sistemática los
contenidos y tareas que regularán el trabajo. El uso regulado de tiempos y espacios definen
coordenadas sustanciales del régimen de trabajo al que están sujetos alumno y docente.
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Es algo arbitraria la calificación de "artefacto" a todos los productos escolares, ya que
inevitablemente éstos deben representar una cierta ruptura con los presentes en otras
prácticas.
En segundo termino se reconoce que las practicas escolares producen un quiebre en la
cotidianeidad de los sujetos, un quiebre con los contextos de crianza . La escolarización implica
la sujeción a un cierto régimen de trabajo especifico que pretende una ruptura clara con
formas de cognición: habla, comportamiento de los sujetos, etc.
Con frecuencia se señala con preocupación el carácter disruptivo que las prácticas escolares
guardan con respecto a los procesos de desarrollo infantil; esta preocupación supone que el
desarrollo espontáneo del niño debería llevarlo a la construcción de conocimientos de tipo
escolar o científico.
Se trata, por tanto, de encontrar una unidad de análisis que recupere la mirada sobre los
determinantes duros del dispositivo escolar, que resitúe este dispositivo en el proyecto político
más general establecido por los adultos para los niños, y que contribuya a algo más que
"ponerle el marco" al aprendizaje, mostrando fenómenos capilares de la vida cotidiana y el
aprendizaje que tiene lugar en las escuelas.
La categoría de "actividad" como unidad de análisis pertinente para el ámbito educativo es una
tarea que apenas hemos esbozado, parece ser útil, además de lo que hasta el momento
hemos podido reinstalar, para comprender que los motivos o sistemas de motivación que
regulan la actividad escolar en su conjunto (los que definen el sentido de asistir a la escuela) y
las tareas específicas, son también objeto de apropiación por parte de los sujetos.
Recapitulación:
El análisis de las condiciones del trabajo escolar nos llevó a contemplar aspectos tales como el
carácter obligatorio de la escolaridad básica, las reglas que definen la organización de las
actividades escolares en tanto regulan usos de espacios, tiempos y recursos, etc. Analizamos
en particular cuestiones cruciales como el carácter artificial de las prácticas escolares, y el
efecto descontextualizador que producen sobre el desarrollo psicológico de los sujetos.
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La vida en las aulas
(PHILIP W. JACKSON)
Este autor se refiere a tres hechos vitales de la vida en las aulas: masa, elogio y poder.
CAPÍTULO PRIMERO
Como los padres, los profesores rara vez reflexionan sobre el significado de los millares de
acontecimientos fugaces que se combinan para formar la rutina del aula.
El propio alumno no se muestra menos selectivo. La cantidad de tiempo que los niños
pasan en la escuela puede ser señalada con una precisión considerable, aunque el
significado psicológico de los números en cuestión sea materia enteramente distinta. Si ha
asistido a la escuela infantil y también lo ha hecho regularmente durante la enseñanza
primaria, totalizará poco más de 7.000 horas de clase cuando ingrese en la escuela
secundaria.
En sus esfuerzos por hacer más hogareñas las aulas, los profesores de primaria dedican un
tiempo considerable a su decoración. Todas estas imágenes y olores se hacen tan
familiares a alumnos y profesores que para ellos apenas existen en su consciencia. Tras las
mismas mesas se sientan los mismos alumnos, frente a la pizarra familiar junto a la que se
halla el no menos familiar profesor. Esta especie de “decorado universal” y de olores se da
en todos los periodos históricos y permanece como estable. La escuela es un entorno físico
estable y proporcionan un contexto social bastante constante
Los profesores son, desde luego, más poderosos que los alumnos en el sentido de poseer
una mayor responsabilidad en la conformación de los acontecimientos del aula y esta clara
diferencia en autoridad es otro rasgo de la vida escolar que deben aprender a considerar los
estudiantes. Por ejemplo, en un estudio sobre las aulas de primaria hemos descubierto que
el profesor llega a tener hasta mil interacciones personales diarias.
Otra tarea que consume tiempo del profesor, al menos en la escuela primaria, es la de servir
como proveedor. El espacio y los recursos materiales del aula son limitados y debe
distribuirlos juiciosamente. Por eso la actividad frenética del profesor, cuando pasa de uno a
otro alumno, distribuye materiales, otorga privilegios e inicia o concluye actividades, tiene
interés en el presente contexto sólo en cuanto esa conducta nos dice algo de cómo es la
escuela para los que se encuentran en el extremo receptor de la acción del profesor.
Después de que un alumno haya intervenido en una clase regida de un modo menos formal,
resulta improbable que el profesor vuelva a llamarlo, al menos durante un breve período de
tiempo. Las variaciones infrecuentes de este procedimiento serían consideradas injustas
tanto por los alumnos como por los profesores.
Cuando el profesor trabaja de manera aislada con un estudiante (lo que es frecuente en las
aulas de primaria) pequeñas interrupciones, muchas veces en forma de otros alumnos que
acuden en demanda de orientación, son la regla más que la excepción. Si los profesores
aguardasen siempre a que hubieran terminado los alumnos una actividad antes de empezar
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otra, la jornada escolar resultaría interminable. Otro aspecto de la vida escolar relacionado
con los fenómenos generales de distracciones e interrupciones es la repetida demanda de
que el alumno ignore a los que tiene alrededor. Pero existen dos grandes diferencias entre
las aulas y la mayoría de esos otros ambientes. En primer lugar, a excepción de los
escasos días iniciales de la escuela, un aula no es un conjunto de extraños en un momento
puntual. En segundo lugar, la asistencia al aula no es voluntaria, como sucede en muchas
otras situaciones sociales. Existen aquí cuatro rasgos de la vida escolar que no se
mencionan: demora, rechazo, interrupción y distracción social. En la mayoría de las aulas
operan poderosas sanciones sociales para obligar al estudiante a mantener una actitud de
paciencia.
La evaluación constituye, pues, otro hecho importante de la vida en el aula de primaria. Los
exámenes son tan característicos del ambiente escolar como los libros de texto o los trozos
de tiza.
En la escuela primaria sobre todo, los alumnos son a menudo elogiados o censurados en
presencia de sus compañeros. Antes de que haya transcurrido gran parte del año escolar
se conoce públicamente en la mayoría de las aulas, la identidad de los alumnos «buenos» y
«malos». Cuando el profesor se reúne a solas con el estudiante para hablar de su trabajo se
produce una forma menos pública de evaluación.
Como cada escolar sabe, los profesores pueden enfadarse mucho en algunas ocasiones. Lo
que realmente les molesta son las violaciones de las expectativas institucionales.
La mayoría de los alumnos aprenden pronto que los premios se otorgan a los que son
buenos. Y en las escuela ser bueno consiste principalmente en hacer lo que manda el
profesor. Se trata de la distinción entre motivación «extrínseca» (realizar el trabajo escolar
por las gratificaciones que aportará en forma de buenas notas y aprobación del profesor) y
la motivación «intrínseca» (realizar el trabajo escolar por el placer que surge de la propia
tarea).
Como indica el título de este capítulo, la multitud, el elogio y el poder que se combinan para
dar un sabor específico a la vida en el aula forman colectivamente un currículum oculto que
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cada alumno (y cada profesor) debe dominar para desenvolverse satisfactoriamente en la
escuela. Consideremos, por ejemplo, la práctica docente habitual de atribuir mérito a un
alumno por intentarlo. Del mismo modo podría concebirse a algunos alumnos como
«expertos en la escuela» o «expertos en el profesor» cuando han descubierto cómo
responder con un mínimo esfuerzo e incomodidad a las demandas tanto oficiales como no
oficiales de la vida en el aula. Pero no todos los estudiantes son igualmente hábiles con
estas reglas escolares como con los tests.
Cuando aprende a vivir en la escuela, nuestro alumno aprende a someter sus propios
deseos a la voluntad del profesor y a supeditar sus propias acciones al bien común.
Las características de la vida escolar comprenden tres hechos vitales: masa, elogio y
poder .Aprender a vivir en el aula es aprender a vivir en el seno de una masa, La escuela es
básicamente un recinto evaluativo y es un lugar donde la división entre el débil y el
poderoso esta claramente trazada.
Para enseñar, el maestro convierte el plan de estudios en lecciones, ejercicios, actividades, situaciones
de aprendizaje. La evaluación formal invita, pues, al alumno a rehacer, con ligeros retoques, lo qué
ya ha hecho muchas veces en el marco de su trabajo escolar regular. Así, prueba su dominio del
currículum.
Pero cualesquiera que sean las relaciones exactas entre la evaluación formal y el trabajo escolar,
aquélla se fundamenta en éste y no puede comprenderse en absoluto la fabricación de la excelencia
escolar sin analizar el currículum real.
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formal no solo esta regida por las concepciones didácticas del maestro y su imagen de la cultura.
Depende también de los alumnos y de la dinámica de los grupos de la clase.
Las resistencias de los alumnos y los avatares de la práctica pedagógica y de la vida cotidiana en clase
hacen que las actividades nunca se desarrollen exactamente como estaba previsto. El maestro sabe de
antemano que deberá adaptarse al ritmo de trabajo de sus alumnos y sacar partido de lo que
propongan. El maestro puede limitar la parte de imprevistos dando menos ocasión a las intervenciones
de los alumnos.
Cada maestro sabe que debe habérselas con la potencia del trabajo de sus alumnos y su buena voluntad
del momento, de manera que el volumen de trabajo realizado en el transcurso de una jornada, semana
o curso escolar es independiente, en parte, de la voluntad del maestro.
Por supuesto, no podemos hacer como si todas las prácticas observables en una clase, aunque se
encontraran bajo el control del maestro, estuvieran orientadas exclusivamente hacia aprendizajes
relativos al currículum formal. Otras tienen un efecto perverso, produciendo aprendizajes ajenos al
proyecto didáctico del maestro. Con frecuencia se alude a un currículum oculto (se muestra como el
campo de lo “no dicho”). La noción de curriculum oculto , en sentido estricto, se refiere a las
condiciones y rutina de la vida escolar que originan regularmente aprendizajes ignotos, ajenos a los
que la escuela conoce y declara querer favorecer.
La escolarización no es una condición necesaria de la formación del sentido común, aunque está
inscrito también en las prácticas escolares, en las formas de trabajo y de evaluación, en las relaciones
de poder, en la disposición del espacio, el empleo del tiempo, en las formas de relación y de
comunicación que prevalecen en la escuela. El aprendizaje del sentido común, es quizá, el
componente mejor escondido del currículum oculto. Este aprendizaje forma parte del aprendizaje del
oficio de alumno. En la escuela se aprende el oficio de alumno y aprendiendo este oficio se aprende
también el de ciudadano, actor social o asalariado.
El conjunto de componentes del currículum formal cuya asimilación carece de importancia crucial
para la organización escolar, porque no son objeto de ninguna evaluación formal, ya que la ausencia
de aprendizajes al respecto no obstaculiza el trabajo escolar. Por otra parte, los elementos de cultura
que, con independencia de su funcionalidad para la organización, carecen de equivalente alguno en
el currículum formal.
Por eso, la excelencia escolar, definida en abstracto como la apropiación del currículum formal, se
identifica muchas veces, en la práctica, con el ejercicio cualificado del oficio de alumno.
BAQUERO RICARDO
EXISTE LA INFANCIA?
1- ¿ Es posible comprender la constitución de la infancia moderna al margen de los procesos de
escolarización? ¿qué relación se establece entre ambos?
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La infancia representa el punto de partida y el punto de llegada de la pedagogía, es la conditio
sine qua non del discurso pedagógico. Ella representa la justificación de la pedagogía en tanto
disciplina humana pero también constituye el campo de lo real que al discurso pedagógico le pertenece
y en el que debe actuar educando, disciplinando, instruyendo, desarrollando. La infancia genera un
campo de conocimientos que la pedagogía construye pero, a la vez, es un cuerpo -el cuerpo infantil-
depositario del accionar específico de la pedagogía. La infancia es la clave de 1a existencia de la
pedagogía en tanto discurso, pero también es imposible comprender el proceso de construcción de una
infancia moderna si no se tiene en cuenta al discurso pedagógico proponiendo una analítica capaz de
dotar de ciertos sentidos los enunciados sobre la infancia.
Es preciso aclarar que la pedagogía no es el único discurso encargado de la infancia. Existe
una oferta basada en la psicología y 1a pediatría que produce sentidos acerca de 1a infancia, pero de la
infancia en general. A esto se contrapone otra oferta que se aboca al estudio de la infancia en
situación específicamente escolar, en tanto niñez escolarizada, oferta expresada por la pedagogía y la
psicología educacional. Más allá de las múltiples y complejas relaciones que de hecho se establecen
entre una y otra clase de disciplinas, existe una diferenciación básica en el nivel del objeto de
conocimiento: la psicología y la pediatría estudian al niño-en-general; la pedagogía y la psicología
educacional estudian al niño en su condición de alumno.
2- En el texto se firma “...ambos son, infante y escuela, dicho rústicamente, fabricaciones, productos
artificiales de nuestra cultura” . analice la frase precisando el carácter histórico de la infancia y de
la escuela, y su incidencia en la constitución de la psicología educacional.
3- ¿ Que papel juega el proceso de escolarización, no solo definido en sus prácticas sino también a
través del discurso configurado por la pedagogía, en el proceso de infantilización?
5- ¿podemos afirmar, desde una perspectiva histórica, que los conocimientos provenientes de la
psicología del desarrollo del niño son insuficientes para comprender la constitución dl alumno?
¿ por que?
En este sentido es posible afirmar la historicidad del concepto de infancia, ya no una
historicidad que afirme simplemente el carácter relativo de los atributos dados a la infancia, sino un
carácter histórico en tanto la infancia fue minuciosa y puntualmente construida en esa sutil trama de
dispositivos discursivos e institucionales.
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6- ¿ Es la institución escolar un marco natural para el desarrollo de una niñez “naturalizada” o, por
el contrario, en su carácter de dispositivo constituye un contexto formante del mismo?
1. ¿ El autor se pregunta: ¿por qué fracasan tan poco los niños? Luego de leer el texto,
explique por qué Riviére opina que los niños podrían fracasar mucho más de lo que lo hacen.
Éste es un texto que Nos habla de situaciones y tareas escolares que nos resultan familiares, y
nos provoca invitándonos a pensarlas desde la perspectiva de las demandas que estas cuestiones tan
familiares realizan a los alumnos, de los recursos que ellos tienen que poner en juego para entender y
responder a los requerimientos de la escuela.
Detrás de esta aparente simplicidad, el texto es, sin embargo, muy complejo, porque cada
“demanda cognitiva” que se describe está definida y es evaluada desde conceptos muy poderosos
generados por la Psicología Cognitiva. Estos conceptos desde los que se analiza no están en el texto,
se dan por supuestos, se supone que el lector los conoce, y justamente por eso el lector que no tiene
lecturas previas en Psicología Cognitiva puede quedarse en un nivel superficial de análisis sin darse
cuenta de ello.
La Psicología Cognitiva es una corriente surgida a mediados de este siglo en respuesta a lo que
se evaluaba como “reduccionismo” de los estudios conductistas sobre el comportamiento humano y el
aprendizaje. En la perspectiva de uno de sus pioneros:
“La ciencia cognitiva es una disciplina creada a partir de una convergencia de intereses
entre los que persiguen el estudio de la cognición desde diferentes puntos de vista. El
aspecto crítico de la ciencia cognitiva es la búsqueda de la comprensión de la cognición,
sea ésta real o abstracta, humana o mecánica”.
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2. El autor formula una serie de mandamientos cognitivos que la escuela impone
implícitamente a los niños. Lea cada uno y anote en forma de lista una breve síntesis que le
resulte comprensible.
Cuando, por ejemplo, el autor habla de “memoria a corto plazo” en el octavo mandamiento,
podemos recubrir esta expresión con un significado habitual ligado al recuerdo inmediato. Si Uds.
tienen oportunidad de profundizar en lecturas de Psicología Cognitiva, verán que la categoría
“memoria a corto plazo” ha sido generada en relación con otras (como la de “memoria a largo plazo”)
y bajo una forma de pensar la mente humana en la que el modelo de comparación es la computadora
(o el ordenador, como la encontrarán nombrada en diversos textos) y que las discusiones implican
inclusive hasta qué punto es genuina la “metáfora del ordenador” para comprender la mente humana.
Cuando se analiza el sexto mandamiento y el autor define, en lo que llama “un análisis muy
somero”, lo que la lectura implica, los extraños términos que utiliza (transducción sensorial,
integración y asociación intermodal, representaciones supramodales, etc.) nos hacen sospechar que
allí hay una fuerte carga teórica de los conceptos, que no podemos entender cabalmente
justamente por desconocimiento de las teorías en cuyo marco se han generado.
El fracaso escolar es una cuestión de percepción interpersonal y es muy conocido el dato de que las
expectativas y percepciones de los educadores pueden determinar decisivamente las posibilidades de
éxito o de fracaso de los alumnos.
Riviere se refiere, como vimos a los diez mandamientos cognitivos que la escuela impone
implícitamente al niño pero los dos mandamientos con que podrían resumirse todos los demas son el
primero y el décimo que suena de este modo: “ desvincularas gran parte de tu pensamiento de los
propósitos e intenciones humanas y , para colmo, deberás parecer un niño interesado y competente”
Las prescripciones que establece la escuela como “ mandamientos escolares” para impedir o prevenir
el fracaso escolar son 10 . Estos mandamientos cognitivos prescribe idealmente al educador.
Riviere agrega que la mejor prevención del fracaso escolar es una escuela viva, activa, con una
multiplicidad de valores, no centrados exclusivamente en un pensamiento desvinculado y es que el
fracaso escolar es ,en gran parte, el fracaso del rígido sistema de valores de la escuela.