El Patriarcado Productor de Mercancías Libro PDF
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Roswitha Scholz * 3
EL PATRIARCADO
PRODUCTOR DE MERCANCÍAS
Y OTROS TEXTOS
ROSWITHA SCHOLZ
COEDICIÓN
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EL PATRIARCADO
PRODUCTOR DE MERCANCÍAS Y OTROS TEXTOS
Roswitha Scholz
Coedición
Quimera Ediciones y Editorial Pensamiento & Batalla
1ª Edición, invierno 2019.
Tiraje, 150 copias.
Santiago, Chile.
Se conservan las notas de la autora, salvo que se indique lo contrario.
Edición y correcciones: N. C. y M. S.
Contacto: [email protected]
Antidiagramación–Antidiseño
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EL PATRIARCADO
PRODUCTOR DE MERCANCÍAS
Y OTROS TEXTOS
ROSWITHA SCHOLZ
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ÍNDICE
PRESENTACIÓN 9
PRÓLOGO 13
PRESENTACIÓN
PRÓLOGO
“Así de acuerdo con esto, la escisión del Valor remite a que las
actividades reproductivas identificadas sustancialmente como
femeninas, así como los sentimientos, los atributos y actitudes
asociadas con ellas (emocionalidad, sensualidad, cuidado, etc.),
están escindidos precisamente del valor/trabajo abstracto. Así
pues, el contexto de vida femenino, las actividades reproducti-
vas femeninas tienen en el capitalismo un carácter diferente al
del trabajo abstracto”12
Es por eso que se habla de una escisión del valor, donde todo lo
que queda fuera de él es invisibilizado y no considerado como
parte fundamental de la producción/reproducción de la vida
misma. Considerando estos elementos, se asume que el capita-
lismo en su faceta neoliberal ha reforzado como necesidad fun-
dante la dominación masculina, reestructurando y refundando
los elementos simbólicos del patriarcado productor de mercan-
cías, para poder generar plusvalía de actividades humanas que
antaño no pertenecían directamente a la esfera del mercado,
a la esfera del valor: todas las actividades de cuidados que co-
mienzan a mercantilizarse a un menor valor.
13 –Con esto, aclaro, no estoy haciendo una apología al Estado, solo se trata de
un análisis histórico que permite comprender el juego y el movimiento de piezas
del neoliberalismo. Por lo tanto, no se plantea este análisis desde la lógica de la
“nostalgia estatal” [N. de la A.].
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Emelina Valdés
EL PATRIARCADO
PRODUCTOR DE MERCANCÍAS
Tesis sobre capitalismo y relaciones de género15
En los años 90, tras el colapso del bloque soviético, las corrien-
tes culturalistas y diferencialistas alcanzaron gran notoriedad
en los estudios feministas, que terminarían mutando en estu-
dios de género. Las concepciones marxo–feministas, que ha-
bían sido determinantes en la discusión hasta finales de los
80, quedaron en un segundo plano. Entretanto, a causa de la
creciente deslegitimación del Neoliberalismo en una crisis cada
vez más aguda (precariado, desclasamiento, Hartz IV en la Re-
pública Federal Alemana, etc. — ¡las españolas y los españoles
podrían decir mucho respecto a todo esto!), los diferentes mar-
xismos vuelven a cobrar fuerza.
16 – Cf. sobre esto, Scholz, Roswitha (2000) Das Geschlecht des Kapitalismus. Fe-
ministische Theorien und die post–moderne Metamorphose des Patriarchats. Bad
Honnef: Horlemann; Scholz, Roswitha: “Die Theorie der geschlechtlichen Abspal-
tung und die Kritische Theorie Adornos”, en Kurz, R. / Scholz, R./ Ulrich, J. (2005)
Der Alptraum der Freiheit, Perspektiven radikaler Gesellschaftskritik. Ulm/Blau-
beuren: Ulmer Manuskripte.
17 – Cf. Kurz, Robert (1991) Der Kollaps der Modernisierung. Vom Zusammen-
bruch des Kasernensozialismus zur Krise der Weltokonomie. Frankfurt a. M.: Eich-
born; Kurz, Robert (1999) Schwarzbuch Kapitalismus. Ein Abgesang auf die Mar-
ktwirtschaft. Frankfurt a. M.: Eichborn; Postone, Moishe “National–sozialismus
und Antisemitismus. Ein theoretischer Versuch”, en Diner, D. (ed.) (1988) Zivilisa-
tionsbruch. Denken nach Auschwitz. Frankfurt a. M.: Suhrkamp; Postone, Moishe
(2006) Tiempo, trabajo y dominación social. Madrid: Marcial Pons.
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Por tanto, la escisión del valor puede ser concebida como una
lógica superior, que va más allá de las categorías propias de la
forma de la mercancía. En este sentido ha de alcanzarse una
comprensión de la socialización (fetichista), y justamente no
sólo a través del “valor”.
22 – Herman, Eva (2006) Das Eva-Prinzip. Für eine neue Weiblichkeit. München:
Pendo.
23 – Cf. Gildemeister, Regine/Wetterer, Angelika: “Wie Geschlechter gemacht wer-
den. Die soziale Konstruktion von Zweigeschlechtlichkeit und ihre Reifizierung in
der Frauenforschung”, en Gildemeister, R./Wetterer, A. (eds.) (1992) Traditionen
Brüche. Entwicklungen feministischer Theorie. Freiburg i. Br.: Kore. P. 214 y si-
guientes.
24 – Cf. Haug, Frigga: Frauen–Politiken, op. cit., P. 127 y siguientes.
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40 – Extraído de: Scholz, Roswitha (2000) Das Geschlecht des Kapitalismus [El
sexo del capitalismo]. Feministiche Theorien und die postmoderne Metamorphose
des Patriarchats. Bad Honnef: Horlemann. Capítulo primero. Traducido del ale-
mán por Johannes Vogele. [N. del T.]
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49– Hafner, Kornelia citada por Kurz, “Geschlechtsfetichismus…”, loc. cit., P. 137.
50 – En el texto: ökonomischer Formzusammenhang. [N. del T.]
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Así, podemos ver con mayor claridad hacia dónde nos conduce
el desarrollo postmoderno del patriarcado mercantil: no sólo
asistimos a las transformaciones y a las excrecencias, a las re-
troacciones y a las inversiones antes mencionadas. Mucho más,
a medida que va agravándose la crisis estructural del sistema
capitalista, que se extiende ya a toda la superficie del planeta,
asistimos a una deriva global hacia la barbarie del patriarcado
productor de mercancías. Si, en las dramáticas sacudidas so-
ciales provocadas por la crisis mundial, las mujeres ya no son
únicamente responsables de la esfera de la reproducción –algo
que correspondía en otros tiempos a su imagen ideal y que se
mantuvo hasta la época fordista–, hoy son, contrariamente a
los hombres, responsables del trabajo doméstico y del trabajo
asalariado, pero siguen siendo infravaloradas, a pesar o quizás
a causa de ello. Quedan, pues, ridiculizadas todas las evalua-
ciones optimistas que, desde mediados de la década de los 80,
consideraban que la emancipación de la mujer era un hecho
prácticamente consumado, por no hablar de aquéllas que aún
siguen afirmándolo.
¡FUERA HOLGAZANAS!
Sobre la relación de género y trabajo en el feminismo56
67 – Schultz, Irmgard (1994) Der erregende Mythos von Geld. Frankfurt/M: Die
neue Verbindung von Zeit Geld und Geschlecht im Ökologiezeitalter; Wichte-
rich, Christa (1998) Die globalisierte Frau. Reinbek: Berichte aus der Zukunft der
Ungleicheit.
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68 – Si no hay otra indicación, todas las citas que siguen se refieren al libro
de Haug de 1996. [N. del T.]
69 – Haug, Frigga (1996) Frauen–Politiken. Berlin: Argument. P. 91.
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No ver eso o dejarlo del lado (en Haug hay que constatar, por
lo general, una metafísica del trabajo y de la producción) es una
falta muy grave que marca el concepto en su totalidad. Para
Haug el “trabajo” en general es una categoría ahistórica, un
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Como las mujeres tienen que hacerse cargo tanto de las activi-
dades privadas de reproducción como de un trabajo remune-
rado (según Haug, cada uno de los dos puede ser “seductor” a
su manera), hay que dotar los dos ámbitos con cierto atractivo,
sobre todo cuando muchas de las mujeres ni tienen la posibili-
dad de elegir entre ser sólo ama de casa o ser empleada a tiem-
po completo sin las cargas domésticas. Por tanto, las mujeres
están expuestas a una situación ambivalente y contradictoria,
como afirma Haug. Por un lado, actúan en el marco de un siste-
ma de legitimación capitalista del mercado, de beneficios, etc.,
que se presenta como universal y garantizado por las leyes y
los valores. Eso es válido para ellas en cuanto son seres huma-
nos (por ejemplo, en el sector del trabajo). Por otro lado, en
cambio, no es válido para ellas en cuanto actúan “como mu-
jeres”. Por eso se necesitan garantías especiales para que las
mujeres vean claramente el error de creer en los valores capi-
talistas dominantes como algo “universalmente reconocido”,
a pesar de que las mujeres experimenten en su propia carne
la contradicción de tales lógicas tan opuestas. Para eso, pues,
existen –aparte de la socialización típicamente femenina– di-
versas regulaciones jurídicas, como, por ejemplo, el derecho
de familia, el derecho matrimonial– precisamente para cubrir
72 – Véase: Haug, Frigga, op. cit. P. 139 y siguientes.
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¡Fuera holgazanas!
Pero tampoco hay que pensar que todas las investigadoras del
género, que se definen como feministas de izquierda, persi-
gan únicamente una perspectiva del trabajo y del celo, aunque
prácticamente todas quieran salvar de alguna manera al “tra-
bajo”. Ingrid Kurz–Scherf defiende, por ejemplo, a semejanza
de Frigga Haug, una reducción de la jornada laboral que debe-
ría incorporar al mismo tiempo el “derecho al trabajo”, pero
también –y aquí se distancia de Haug– “el derecho a no traba-
jar”. Una crítica radical de la sociedad del trabajo y de su inter-
nalización no tiene lugar en estos proyectos que no van más
allá de una perspectiva feminista–sindical. Y eso en un tiempo
en que la política sindical a favor de una reducción de la jor-
nada laboral prácticamente ha desaparecido del mapa. Kurz–
Scherf se entrega incluso a la paradoja de una [sic]92. En este
contexto, ella sueña con la mala utopía de una “unificación de
las posibilidades de trabajo y de vida de hombres y mujeres”, con
la “compatibilidad de formas elementales de vida” (y da como
único ejemplo: familia y trabajo), y con la ampliación y mejora
de las posibilidades de participación de la gente en la política,
cultura y otros ámbitos93. Queda por remarcar que Kurz-Scherf
extiende también el concepto del trabajo a las actividades fe-
meninas de reproducción.