Practica Investigativa
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DOCENTE:
JOSE JULIAN ÑAÑEZ RODRIGUEZ
Se puede entender lesión enorme como una figura jurídica en la que se solicita la rescisión del
contrato de compraventa, dicha figura se puede aplicar en los casos es los que el valor atribuido
a la cosa duplica el valor real o bien la compra se realiza por la mitad del valor de la cosa; por
tanto la lesión enorme se puede dar desde el punto de vista del vendedor cuando se le paga menos
de la mitad del precio o bien desde el comprador que paga más. Resulta conveniente aclarar que
en la normatividad colombiana la lesión enorme aplica solo para bienes patrimoniales.
Siendo más especifica si el vendedor X tiene una propiedad valorada por en 8´000.000 y recibe
por la venta de esta 3`900.000 se puede aplicar la lesión enorme, debido a que recibió menos de
la mitad del valor del inmueble, en este caso se aplica la rescisión de los bienes en favor de la
parte afectada; ahora bien, si el mismo vendedor X decide vender su propiedad en 16´500.500, se
aplica la lesión enorme en favor del comprador.
El código civil colombiano regula la lesión enorme en el artículo 1949, que no se establecerá
acción rescisoria por lesión enorme en los casos de subastas. Por su parte en el artículo 1951en
razón de la perdida de la cosa comprada en manos del comprador, ninguna de las partes tendrá
derecho a rescindir el contrato. En los casos en los que el vendedor haya vendido la cosa
comprada, no tendrá derecho a que se rescindan el contrato, salvo en los casos en que haya
vendido por más de lo que había pagado por ella, le corresponde al primer vendedor el exceso en
elación al justo valor. (Ley 57, 1887; art 1949)
Doctrina del precio justo: fue desarrollada por los escolásticos de Aristóteles, se entendía
como precio justo un precio ecuánime, que estaba solventado másen aspectos morales
que en aspectos jurídicos. Se concebía como un pacto implícito entre el vendedor y el
comprador para la realización de una negociación justa. Esta teoría es el principio de
múltiples debates a lo largo de la historia pero sin duda es el punto de partida para lo que
hoy conocemos como lesión enorme, conviene que esta teoría se aplicaba tanto a bienes
muebles como inmuebles, era una teoría general que abarcaba toda la dinámica
económica.
Remedio pretoriano: se dio hasta el siglo III después de Cristo, ella estipulaba que se
dejaba sin efecto un contrato por petición de la parte afectada, volviendo los bines su
dueño inicial; este acto estaba solventado en el principio de equidad.
Código de derecho canónico: conviene aclarar que el derecho canónico parte de la iglesia
católica, son un conjunto de normas que le indican al hombre como comportarse en su
individualidad y en su relación con los demás; es la regulación jurídica de la iglesia
católica. Uno de los grandes pensadores fue Santo Tomas de Aquino quien se vio
influenciado por las ideas aristotélicas, en su texto “Summa Theologiae,” realiza una
definición de justicia como una hábito por el cual el hombre le da a cada uno lo que le
es propio mediante una voluntad, considera esta como una de las cuatro virtudes
cardinales. En tanto lesión enorme se aplica el anterior concepto de justicia, en la que en
los contratos deben establecerse beneficios recíprocos o ecuánimes, asume también la
concepción del justo precio.
Laisser faire, laisser passer: este principio “dejar decir, dejar pasar” promulgada por la
escuela del liberalismo económico, defendía la acción individual libre, sin intervención
del Estado, para conseguir el bienestar de la comunidad. Bajo esta perspectiva durante
el siglo XIX muchos códigos civiles suprimieron la lesión enorme, pues en los negocios
de compraventa se expresaba la voluntad de las partes y por ello de debían existir fuerzas
externas que mediaran este acto. Luego con Doctrinas socialistas de siglo XX, hay un
resurgimiento de la figura de lesión enorme, con el ánimo de proteger a los débiles y las
negociaciones injustas.
Código civil de Andrés Bello: la figura de lesión enorme, se establece por inspiración de
código romano, pero se excluyen los bienes muebles y el vendedor como el comprador
pueden entablar acción por lesión enorme, si las circunstancias así lo sugieren.
2. TEORÍAS DOCTRINARIAS
Existen dos doctrinas que fundamentan o justifican la lesión enorme: la teoría objetiva y la
subjetiva.
Teoría de la lesión subjetiva: esta supone que para que se pueda alegar lesión enorme
debe comprobarse que se actuó por engaño, mala fe o engaño, para vender a un menor
precio o bien comprar. Si no se puede comprobar lo anterior no se puede recurrir a la
lesión aun si la cantidad pagada o recibida el mas de la mitad o menos de la mitad del
precio justo. Siendo más explícita, si un propietario de una finca es forzado con violencia
para que celebre un contrato en el que vende su propiedad por menos de la mitad del
precio justo puede aplicar la acción de lesión enorme.
Teoría de la lesión objetiva: considera para que se valide la lesión enorme solo se
necesita probar que el precio pagado por el bien excede en más de la mitad del precio
justo o que se ha vendido en menos de la mitad del precio justo. Esta es la que se aplica
en el caso colombiano frente a esto también conviene aclarar que si la compraventa se da
por consentimiento de las partes, ellas pueden recurrir a deshacer un contrato si lo han
hecho por falta de conocimiento del precio del bien donde operaria la mala fe del
comprador.
Teoría mixta: es una combinación de las dos teorías anteriores, se debe demostrar
además de desproporción en el precio de la venta del bien inmueble, que existió presión,
mala fe o aprovechamiento de circunstancias tales como la inexperiencia en negocios,
Desconocimiento del tema, entre otras, de la parte afectada
Titulo
¿Cuáles son las características de aplicación de la Lesión Enorme en la jurisdicción civil del
circuito del departamento del Tolima?
Planteamiento del Problema
En el tráfico jurídico y en los asuntos comerciales se perfeccionan acuerdos en donde las partes
obtienen beneficios económicos; en cada etapa no se tienen en cuenta ciertas obligaciones que se
deben cumplir en los actos jurídicos que regularían cuantitativamente las contraprestaciones
pactadas, como limitaciones del legislador a los comerciantes, esto, en razón a un presunto
desconocimiento por su profesión u oficio, por ignorancia del valor real y justo, por estado de
necesidad, por abuso de circunstancias de inferioridad, entre otras; rompiendo de esta manera el
equilibrio contractual y el principio de la buena fé, en las relaciones comerciales.
Objetivo General
Determinar cuáles son las características generales que se aplican a los casos en los que apelan la
figura jurídica de lesión enorme, sus consecuencias jurídicas y seguidamente centrar el estudio en
la prueba para obtener sentencia favorable al demandante, para cada caso.
Objetivos Específicos
Adquiere importancia adicionalmente por cuanto establece cuales los criterios que ya se han
fijado para el desarrollo de la materia por estudiosos de la misma quienes algunos han esbozados
sus tesis en tratados y compendios.
Igualmente se quiere resaltar la importancia del trabajo, en el hecho de hacer una exhaustiva
consulta investigativa para conocer la manera como los jueces interpretan los hechos y producen
sus fallos, se trata de conocer, interpretar y explicar la razón de estos fallos y si obedecen a las
líneas trazadas por el legislador o existe libre y total independencia de los jueces para juzgar.
Antecedentes
La lesión enorme, fue introducida, sin lugar a dudas, por el Derecho Romano. Es así como
aparece reconocida como existente en una constitución de los emperadores Dioclecianus y
Maximianus, que la considera como causa de recisión del contrato de venta que el comprador
podía atajar , pagan el suplemento del justo precio y en cuanto a la partición de bienes, el mismo
emperador Dioclecianus, en unas de sus constituciones encomendadas a la prudencia del juez la
evaluación de la lesión enorme; y por lo que hace a los demás contratos, salvo el préstamo con
interés que fue sometido a sanciones particulares y severas, no se encuentra una ley expresa; pero
era reconocido que el juez obraba en dichos contratos, en que se producía una lesió enorme,
como lo consentía la acción propia y especial de ellos. “Puede decirse que la recisión por Lesión
Enorme llegó a ser aceptada de un modo general, aplicando los principios de equidad natural”. En
cambio el código napoleónico, así como también aquellos que se inspiraron en él, como el
nuestro, no aceptaron la lesión como una causal general de recisión de los actos jurídicos, sino
que la establecieron para hipótesis particulares. (CLARO SOLAR, pp. 241-242)
“La lesión acogida por la doctrina clásica o tradicional ha recibido, desde los tiempos de
Diocleciano, el nombre de lesión enorme, cuando se refiere a los actos jurídicos bilaterales, y de
lesión grave en los actos unilaterales” e importa en términos generales, un perjuicio patrimonial
que sufre el autor o una de las partes como consecuencia de la celebración de un acto jurídico y,
en sentido restringido, consiste en el perjuicio pecuniario que sufre una de las partes al momento
de celebrar un contrato oneroso conmutativo, no teniendo aplicación en consecuencia, desde este
punto de vista, tratándose de contratos gratuitos, onerosos aleatorios y de actos jurídicos
unilaterales.( SAAVEDRA GALLEGUILLOS, FRANCISCO, pp. 239)
De acuerdo con la Sentencia C-222 de 1994, el contrato de compraventa en nuestro derecho civil
está sometido, como en general todo el sistema de contratación, al principio de la libertad o
autonomía contractual, según el cual, las partes pueden obligarse libre y válidamente mientras no
se desborden los límites establecidos por la ley (C.C. arts. 15, 16 y 1602).
La ley no reprueba el hecho de que las partes contratantes obtengan cierta ventaja en la relación
negocial, lo cual encuentra su justificación formal en las previsiones del Código Civil, entre otras,
en las que autorizan a los contratantes para señalar el precio de la venta (C.C. arts. 1864 y 1865).
Si bien es cierto que la ley deja al arbitrio de las partes la definición del precio de la cosa objeto
de la compraventa, como se acaba de señalar, y hasta permite que se determine "por cualesquiera
medios o indicaciones que lo fijen", sanciona el abuso en que se puede incurrir so pretexto de la
autonomía contractual, lo cual se conjura apelando a la figura de la lesión enorme, instrumento
restaurador del equilibrio quebrantado en la compraventa (art. 1946), pues no se debe olvidar que
el precio, objeto de la obligación del comprador y causa de la del vendedor, es un elemento
esencial de dicho negocio jurídico, de suerte que lo que afecte su existencia (no consistir
esencialmente en dinero, ser indeterminado o no ser real y serio) influye necesariamente en la
existencia del contrato.
La lesión enorme no constituye una institución de aplicación generalizada en nuestro derecho
civil, y se ha consagrado como un instrumento adecuado de control y defensa del principio de
"equidad", que puede verse comprometido no sólo en la compraventa, sino también en otros actos
o convenios jurídicos como ocurre en la permuta de inmuebles (art. 1958), la aceptación de una
asignación por causa de muerte (art. 1291), la partición de una herencia (arts. 1401 a 1410), en las
obligaciones con cláusula penal (art. 1601), en el mutuo con intereses convencionales (art. 2231),
y en los contratos de hipoteca (art. 2455) y anticresis (art. 2466).
La rescisión de la venta por lesión enorme (laesio ultradimidium) tuvo su origen en el derecho
romano, y se consagró como una acción destinada a proteger al vendedor en la compraventa de
inmuebles, de modo que éste podía exigir la rescisión del negocio jurídico cuando el precio fijado
fuere menor de la mitad del justo precio al tiempo de la venta (ley 8a. del libro IV, título XLIV
del Código de Justiniano)
En el derecho francés se acogió la figura como un instrumento de defensa del vendedor en la
compraventa de inmuebles y como resultado de un vicio del consentimiento. Concebida asi, la
lesión carece de eficacia para provocar la nulidad relativa del contrato, cuando se establece que el
vendedor consintió en los términos de la operación con cierta intención de liberalidad.
En el Código Civil Italiano la lesión enorme no sólo debe implicar una desproporción, que
exceda de la mitad del valor de la prestación contra la parte damnificada, sino además, que la
parte beneficiada se haya aprovechado del estado de necesidad de la otra. Se consagró así un
criterio ecléctico, en cuanto condiciona la eficacia de la acción a la combinación de los elementos
objetivos y subjetivos.
Don Andrés Bello introdujo la figura en su proyecto de Código Civil de Chile, partiendo de un
diseño eminentemente objetivo, porque centró en la desproporción aritmética, el supuesto básico
que explica y determina la lesión enorme. Y al igual que en el derecho romano la medida sólo era
aplicable a la venta de inmuebles, pero se extendió, a diferencia de aquél, en favor del
comprador.
Los redactores de nuestro Código Civil, seducidos por la propuesta de Bello, la adoptaron (art.
1947), aunque haciendo extensivo su alcance a la compraventa de muebles. Sinembargo, con
relativa prontitud, se regresó a la concepción del proyecto de don Andrés Bello, en virtud de la
modificación que a dicha norma introdujo la ley 57 de 1887 (art. 32), que volvió a limitar su
aplicación exclusivamente a la compraventa de inmuebles.
Según los términos del artículo 32 de la ley 57 de 1887, que modificó el art.1947 del C.C., "el
vendedor sufre lesión enorme cuando el precio que recibe es inferior a la mitad del justo precio
de la cosa que vende; y el comprador a su vez sufre lesión enorme, cuando el justo precio de la
cosa que compra es inferior a la mitad del precio que paga por ella. El justo precio se refiere al
tiempo del contrato".
Del texto en cuestión y las demás disposiciones que regulan la figura, se deducen los elementos
que la viabilizan, señalan sus condicionamientos y la efectividad de su ejercicio; en tal virtud,
para que opere la lesión se requiere: a) que el actor haya sufrido un perjuicio en la proporción que
establece la ley (art. 32 L. 57/87); b) que se refiera a compraventas en que la ley autoriza la
acción (idem); c) que la acción se promueva dentro de los términos establecidos por la ley (art.
1954); d) que la cosa permanezca en poder del comprador (art. 1951), y, e) que no se haya
renunciado válidamente a su ejercicio (art. 1950).
Se habla en la doctrina de la lesión subjetiva por oposición a la lesión objetiva.
La subjetiva exige como fundamento de la desproporción, el hecho de que la parte perjudicada
con la celebración de negocio jurídico haya aceptado las condiciones desventajosas constreñidas
por razones de violencia moral, de un estado de necesidad o inducido dolosamente por la
contraparte que se beneficia.
En la lesión objetiva la rescisión es el resultado simplemente de la extrema desproporción entre el
valor de la cosa y el precio que se paga o recibe por ella. Sobre el punto Planiol y Ripert enseñan:
"es conveniente que en los contratos conmutativos el valor recibido corresponda sensiblemente al
valor entregado, de modo que se asegure cierto equilibrio necesario a la buena armonía de las
relaciones jurídicas. Asi concebida, la lesión no es ya una teoría excepcional , relegada al
dominio estricto en que el derecho interviene para asegurar la pretensión de las personas capaces,
sino, un principio general que domina el juego de los contratos y cuyas aplicaciones han de ser
múltiples.
En nuestro Código Civil la acción está construida sobre un presupuesto enteramente objetivo (la
desproporción enorme en el justo precio), sin que importe, para efectos de su reconocimiento, las
condiciones subjetivas o de motivación que pudieron mover la voluntad de la parte perjudicada
con la lesión de su patrimonio. En sentencia del 23 de febrero de 1983 la Corte Suprema de
Justicia se pronunció sobre este aspecto, en los términos siguientes:
no lo invoca como causa cuando pide al juez que el contrato se rescinda por lesión. Su aceptación
en estas circunstancias no implica de por sí una falsa noción del valor real de la cosa, ni una
fuerza física o moral que lo haya constreñido, ni un engaño del otro contratante, que fueran
suficientes para inclinar su voluntad. Simplemente el contrato es lesivo para él, por contener una
desproporción entre el valor de las prestaciones recíprocas que alcanza la cuantía determinada por
la ley, y por ello es rescindible". (CODIGO CIVIL COLOMBIANO, Artículo 1947)
Establecida judicialmente la lesión enorme se invalida el negocio jurídico, pero el efecto
inmediato de la medida no supone volver las cosas al estado en que se encontraban antes de
celebrarse el contrato, porque la ley consagra una obligación facultativa a cargo del demandado
que se resuelve en la necesidad de restablecer el equilibrio roto, pudiendo, si lo prefiere,
consentir en la rescisión o evitarla restableciendo efectivamente dicho equilibrio (art. 1948).
Por tratarse de sujetos extremos de la relación jurídica, la ley le otorga a cada una de las partes
dentro de la compraventa, un tratamiento puntual y diferenciado, de manera que no se pueden
confundir, ni sus derechos, ni las obligaciones que asumen, ni la causa que los anima a contratar
como tampoco las circunstancia jurídicas que median o deben mediar para que el vendedor o el
comprador, según el caso, puedan invocar válidamente la lesión.
Ese tratamiento particular y específico que la ley otorga a las partes en la compraventa no
obedece a un capricho del legislador, sino a las condiciones materiales y jurídicas en que se
coloca cada una, a partir de las cuales se definen sus individualidades y el rol que deben asumir
frente a las vicisitudes jurídicas que emergen de la dialéctica contractual.
Lo anterior permite entender, por qué los sujetos contractuales en el decurso de la historia, como
se ha visto, recibieron en punto a la lesión enorme, tratamientos diferentes, desde consagrarse la
acción únicamente a favor del vendedor; aceptarse después igualmente en beneficio del
comprador; fundamentarse unas veces bajo la connotación de un vicio del consentimiento o como
una noción simplemente objetiva sin que importen las consideraciones que movieron la voluntad
de los afectados, hasta admitirse como un instrumento de reparación del desequilibrio en el precio
de la compraventa de inmuebles como de bienes muebles.
Referencias