Resumenes de Politica Internacional Contemporánea

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1. Introducción
1.1. El Sistema Internacional y sus actores.
1.2. Introducción a una estratificación de los Estados en el
sistema internacional. Distintas perspectivas de análisis en las
estratificaciones.
Formaciones de estatalidad - Rodriguez

Violencia parainstitucional a partir de cuatro características. Primero, que esta violencia tiene
por objeto mantener el statu-quo a través de la represión y el disciplinamiento por la vía del
terror. Segundo, que discurre de manera simultánea a la violencia estatal, pero a través de
organizaciones o grupos con dinámicas de funcionamiento propias. Tercero, que sirve de
complemento y/o suplemento a las fuerzas estatales. Cuarto, que reviste un status
organizacional que se define a la vez como legal e ilegal.

Un concepto más complejo de estatalidad deba comprender -además de la política legal-


formal que establece el estado de derecho, los deberes y libertades ciudadanas etc.- aquella
estructura informal y a veces ilegal que asegura los intereses de clase del Estado y garantiza su
mantenimiento en el tiempo.

Ernst Fraenkel (1941 postuló la noción de “estado dual” para referirse a aquel tipo de
organización política en la que el estado de excepción y el estado de normalidad coexisten en
un espacio y un tiempo dado.

Matias Dewey (2012), propuso el término “estatalidad híbrida” para describir cómo las
capacidades del Estado incluyen tanto aquellas legales y normadas por el derecho, como otras
de tipo ilegal e informal-

El caso colombiano: análisis de los ciclos de violencia parainstitucional

5 ciclos o etapas:

El primer ciclo se produce entre 1946 y 1958 en el marco de la exacerbación de los conflictos
entre los partidos liberal y conservador. La violencia parainstitucional estuvo agenciada por
grupos parapoliciales como los “Pajáros”, los “Contrachusmeros” y los “Aplanchadores”,
creados por terratenientes, comerciantes y políticos de filiación conservadora que asumieron
la tarea de disciplinar por la vía del terror a los militantes liberales y las poblaciones
consideradas “disidentes”. Esta época estuvo marcada también por la creación de “La
Chulavita”, una policía compuesta en su totalidad por efectivos afines al partido conservador
que ejercían su “fuerza de ley” sobre aquellos que no compartían el mismo sistema de valores.

El segundo ciclo se extiende entre 1958 y 1978. La violencia extrema entre los partidos
tradicionales cedió el paso a un acuerdo de élites que mantuvo en la periferia a las terceras
fuerzas. El pacto de 1957, conocido como Frente Nacional, prescribió la alternancia del poder
entre los dos partidos por un periodo de 16 años así como la división milimétrica de la
burocracia estatal. Marcaron el surgimiento de grupos guerrilleros como las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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En este contexto se produjo la consolidación de la Doctrina de Seguridad Nacional


promocionada por los Estados Unidos en su lucha anticomunista través de la formación de
fuerzas militares de todo el continente. La confrontación, otrora fundada en la afiliación
partidista, se convirtió ahora en una confrontación de clase, que relocalizó la mira de
“amenazas” para el Estado en las movilizaciones sociales, campesinas, estudiantiles y
gremiales consideradas peligrosas para el orden y la seguridad de la nación. El periodo
combinó la proclamación recurrente del Estado de sitio con la persecución armada y el
encarcelamiento de las fuerzas de oposición.

El tercer ciclo empieza en el año 1978 y se extiende hasta 1991. Se caracteriza por el
involucramiento de los grupos narcotraficantes en la formación de una nueva generación de
grupos de violencia parainstitucional. Los grupos paramilitares surgen como un modo de
enfrentar a las guerrillas y defender intereses sectoriales a partir de la asociación entre fuerzas
del Estado y grupos de narcotraficantes. Creados con la misión de liberar los territorios que
estaban bajo la influencia de las guerrillas, operaron una contrarreforma del poder político y
económico en los territorios. La estrategia que hasta entonces se mantuvo al margen de la ley
empezó a ser convalidada a partir del año 1991, cuando el Estado colombiano legalizó la
creación de las Cooperativas de Seguridad y Vigilancia con el nombre de CONVIVIR. Se trató de
grupos de civiles habilitados para tener armamento y funciones de vigilancia, seguridad y
control sobre el territorio. La situación colombiana encuentra su análoga en Perú que, en los
años 1991 y 1992 asistió a la legalización de los Comités de Autodefensa (CAD), encargados del
combate a Sendero Luminoso.

Mientras en Perú, la acción contrainsurgente de los CAD permitió la derrota de Sendero


Luminoso, en Colombia el efecto espejo entre insurgencia y contrainsurgencia escaló el
conflicto de manera geométrica sin lograr la rendición militar de ninguno de los bandos.

Rodríguez describió la estrategia de expansión de los grupos paramilitares. En un comienzo, se


trató de grupos que operaban localmente y estaban desarticulados entre sí. Sin embargo a
comienzos de los 2000 iniciaron un proceso de articulación nacional con el que buscaron
presentarse ante la opinión pública como una organización centralizada y jerárquica que exigía
al Estado colombiano un “proceso de paz”. A partir del año 2003, se inició un cuestionado
proceso de desarme y amnistía de los grupos paramilitares bajo la ley de “Justicia y Paz”, con
resultados desalentadores tanto por la impunidad en la que quedaron sus crímenes como por
la persistencia de sus estructuras políticas y militares a lo largo del territorio nacional.

El último ciclo empieza a partir de esta época y persiste hasta hoy en una coyuntura de
fragmentación, dispersión y rearme de los antiguos grupos de autodefensa. Puede decirse que
los esfuerzos del Estado colombiano por desmovilizar a los grupos paramilitares han fracasado.
Los residuos del paramilitarismo han configurado el fenómeno conocido como Bandas
Criminales Emergentes (BACRIM), que mantienen a la población en vilo no sólo por su
participación en actividades como la extorsión y los mercados ilícitos, sino por su abierta
intervención en la configuración de los poderes políticos regionales y nacionales.

En 2012 se inició el proceso de paz con las FARC. Tras lo logrado en La Habana, si bien se
observa una baja en las muertes producto del conflicto armado, causa perplejidad el inusitado
aumento de homicidios en el marco de enfrentamientos entre bandas de crimen organizado
por el control de las economías y territorios otrora controlados por las FARC. Así, desde el año
2016 han sido asesinados más de 200 líderes sociales, campesinos e indígenas.

¿Una soberanía estatal a través de la desmonopolización de la violencia?


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Para Rodríguez, la delegación de la violencia en grupos paraestatales, más que una crisis del
Estado puede constituir un modo de estatalidad ad hoc. A fin de mantener su soberanía, los
Estados desmonopolizan eventualmente el uso de la fuerza en grupos de civiles. La estrategia
encuentra sus límites cuando dichos grupos adquieren una autonomía que hace imposible su
control por parte del Estado.

El Estado colombiano ha permitido y oficiado el uso privatizado de la violencia como una


estrategia para construir y mantener el statu quo.

La guerra en Colombia no es tanto el producto de un Estado ausente o de un Estado víctima


que ha sido incapaz de contener la formación de grupos de violencia paraestatal, sino de uno
que quiso hacerlos funcionar (por acción u omisión) para sus propios fines, con resultados
inesperados.

Discusión – debate

La Nación peruana que aparece como fraccionada mientras ciertos miembros del gobierno
afirman que existe una nación unida.

Rodríguez afirmó que Colombia es un país muy fragmentado regionalmente y culturalmente y


esto se sumó al hecho de que había también una débil infraestructura pública de rutas y
caminos para conectar las diversas regiones del país. Por otro lado, hay un centralismo político
y administrativo que recién se va a modificar a partir del año 1986 a través una ley que
dictaminó la elección popular de alcaldes y la descentralización presupuestal.

José Miguel Munive señaló un paralelismo entre la historia de Perú en el siglo XIX y lo que
sucedió en la guerra contra Sendero Luminoso a finales del siglo XX. En ambas coyunturas, el
Estado peruano, con el fin de legitimarse, delegó o negoció el ejercicio de la violencia con la
población civil, especialmente con la población campesina. Actualmente estas manifestaciones
pueden ser observables en la zona acerca de Ayacucho y cerca de la zona del VRAEM con
grupos herederos de los comités de autodefensa.

1.2.1. Estados Fallidos.


La falacia del "Estado fallido" –CALL

Los ataques del 11 de septiembre centraron la atención en el fracaso del estado afgano para
evitar la operación de al-Qaeda en su territorio.

La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de 2002 marcó este cambio de los
campos de batalla de Europa: "Estados Unidos está ahora menos amenazado por la conquista
de estados que por el fracaso".

El término 'estado fallido' crecido hasta abarcar estados tan diversos como Colombia, Timor
Oriental, Indonesia, Corea del Norte, Costa de Marfil, Haití, Iraq y el Sudán.

El concepto de "Estado fallido" es en gran medida inútil y debe abandonarse, excepto en lo


que se refiere a los estados completamente colapsados, donde ninguna autoridad es
reconocible internamente para los habitantes de un país o externamente para la comunidad
internacional. A fines del siglo XX, esta situación prevaleció durante un período sostenido en
un solo país, Somalia, desde 1991 hasta aproximadamente 2004.
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El concepto de fracaso estatal llegó a ser prominente a principios de la década de 1990.

Dos trabajos, el artículo de 1993 "Los Estados fallidos" de Helman y Ratner en Foreign Policy y
los Estados colapsados de Zartman en 1995, abordaron las crisis más importantes de principios
de los años noventa. Helman y Ratner se refirieron a estados que son "simplemente incapaces
de funcionar como entidades independientes" e incluyó a Haití, Yugoslavia, la URSS, Sudán,
Liberia y Camboya. Los estados colapsados de Zartman, donde "ya no se realizan las funciones
básicas del estado", incluyen el Congo de la década de 1960; Chad, Ghana y Uganda de
principios de los años ochenta; y Somalia, Liberia y Etiopía de principios de la década de 1990

La CIA financió un proyecto de investigación multidisciplinario de varios años que comenzó en


1994 llamado "El Grupo de Trabajo de Fracaso del Estado". Con sede en la Universidad de
Maryland, el proyecto buscó identificar las causas subyacentes de la falla estatal.

Los ataques del 11 de septiembre llevaron a los "estados fallidos" al primer nivel de los
intereses de seguridad de Estados Unidos. La aparente incapacidad de Afganistán para
controlar su territorio y para localizar y combatir a Al Qaeda prestó nueva atención al
concepto.

El fracaso del estado se hizo prominente en el discurso de la política exterior (especialmente


en los Estados Unidos) porque los estados fallidos eran vistos como puertos para terroristas y
plataformas de lanzamiento para sus operaciones.

Con el fin de la Guerra Fría, cuestiones como los gastos militares, la corrupción, la
transparencia y la rendición de cuentas en el uso de los fondos de desarrollo se convirtieron en
parte del discurso del desarrollo y la programación de la ayuda.

En 2006, los estados en quiebra o frágiles dieron forma significativa a la forma en que las
agencias de desarrollo, diplomáticas y de defensa veían la naturaleza de sus empresas y, de
hecho, cómo veían el mundo. Entre los especialistas en desarrollo, las viejas ideas de que el
desarrollo consistía principalmente en transferir recursos (ayuda), estimular el comercio o
reformar políticas (por ejemplo, políticas de ajuste estructural) estaban siendo suplantadas por
la idea de que el desarrollo consiste en construir instituciones que puedan generar y
administrar políticas y procesos económicos.

El ciclo de conflicto de establecimiento de la paz, mantenimiento de la paz y construcción de la


paz establecida en la Agenda para la Paz de 1992 había sido suplantado como un marco para el
análisis de conflictos por la agenda de construcción del estado.

El concepto de Estado fallido ha actuado como correctivo de los enfoques prevalentes para
promover la paz, el desarrollo o la asistencia humanitaria.

Seis deficiencias principales se detallan a continuación.

Agregación excesiva de estados diversos: El problema más grave con el concepto de estados
fallidos es el problema de la definición, y más específicamente de la superagregación de tipos
muy diversos de estados y sus problemas. La lista de Rotberg de indicadores de un estado
fallido proporciona el ejemplo más claro de la aglomeración de condiciones institucionales y
sociales extremadamente diversas. La lista incluye:
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 guerras civiles caracterizadas por una violencia duradera;


 desarmonía entre comunidades;
 pérdida de control sobre regiones periféricas a grupos externos;
 aumento de la violencia criminal, incluidas las pandillas, y el tráfico de armas y armas
de fuego;
 cese de legislaturas y poderes judiciales en funcionamiento;
 privatización informal de la educación, la salud y otros servicios sociales;
 corrupción;
 pérdida de legitimidad;
 disminución del PIB per cápita, con el aumento del contrabando y el suplantamiento
de la moneda nacional con dinero externo.

Considere los "estados fallidos" de Rotberg en 2003: Colombia, Costa de Marfil, Irak, Corea del
Norte e Indonesia.

Las instituciones estatales colombianas han proporcionado bienes y servicios en un nivel


cualitativamente diferente de los proporcionados por el estado nepalés o marfileño. La
naturaleza de los conflictos armados difiere enormemente

El Índice Anual de Estados Fallidos (FSI) producido por la revista Fund for Peace in Foreign
Policy por primera vez en 2005. Ese índice incluía 41 subindicadores de fracaso estatal
(agrupados en 12 categorías) tan diversos como:

 presiones derivadas de la alta densidad de población;


 historia de grupos comunales agraviados basados en injusticias recientes o pasadas;
 'fuga de cerebros';
 exclusión política institucionalizada;
 una caída en el PNB; . la aparición de milicias privadas o guerrillas;
 aumento de la corrupción;
 tasas de pobreza más altas para algunos grupos étnicos;
 violaciones de derechos humanos;
 fragmentación de las élites gobernantes basadas en líneas grupales, etc.

El concepto de estado fallido ha llevado a la comunidad política occidental a aplicar un


instrumento contundente a estados con tres millones de personas (por ejemplo, Liberia) o 200
millones (Indonesia), a estados fuertes con áreas limitadas fuera de control (Colombia) tanto
como a débiles y Estados legítimos con baja capacidad pero alta legitimidad (Timor Oriental) o
estados depredadores que saquean deliberadamente el estado para fines personales o
corruptos (Liberia).

Recetas para cortar galletas para "estados más fuertes"

Los encargados de la formulación de políticas también deben prestar más atención a la


creación de instituciones estatales, particularmente las "cinco centrales": militares, policiales,
del servicio civil, el sistema de justicia y el liderazgo.

Tres de estos "cinco núcleos", a saber, el ejército, la policía y el sistema de justicia, reflejan
directamente una preocupación por el orden y la estabilidad.
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No está claro cómo una mayor capacidad militar o policial (o cualquiera de las cinco funciones
centrales) garantizará un aumento del PNB, menos corrupción, más equidad entre los grupos
étnicos, menos subordinación a las élites gobernantes o un mejor desempeño de los derechos
humanos.
Los aspectos deficientes del desempeño estatal y las instituciones estatales representan
problemas genuinos que se han pasado por alto.

El desafío central para la construcción del estado —cómo fortalecer la legitimidad y la


efectividad del estado cuando el estado es depredador, corrupto, autoritario o de otra manera
“malo” - es barrido por el discurso de los estados fallidos y la construcción del estado.

Esquivando la democracia y la democratización

El enfoque en los estados fallidos y los estados en desarrollo oscurece otra cuestión
importante: los regímenes y su naturaleza.

Una creciente preocupación por los estados coincidió con un período de desilusión a fines de
la década de 1990 con la capacidad de la ONU, las instituciones financieras, las ONG
internacionales, para inculcar la democracia en países devastados por la guerra . Los casos de
democratización de la posguerra en Haití, Bosnia, Kosovo, Camboya y Liberia debilitaron el
optimismo de los intervencionistas liberales sobre la capacidad de la democracia de enraizarse
en operaciones fuertemente internacionalizadas después de la guerra. De hecho, el enfoque
en los estados y las instituciones estatales en la mayoría de los casos proporcionó un
correctivo refrescante y necesario a los conceptos, políticas y programas que no cumplieron la
promesa de la democracia.

En sociedades donde la fortaleza del estado no es tanto un problema como el grado en que el
estado sirve a todo el territorio por igual, o donde solo ciertos grupos sociales tienen acceso a
servicios estatales efectivos, es probable que las cuestiones de régimen sean más importantes
que las cuestiones sobre el estado. En países como Croacia, Macedonia, Colombia e Indonesia,
por ejemplo, la fuerza de las instituciones estatales es mucho menos importante que la forma
en que las instituciones estatales reflejan y responden a las aspiraciones, necesidades e
identidad populares. Y en sociedades donde los grupos étnicos existen en tensión o tienen un
poder económico y político desproporcionado, o donde las élites han explotado a la población
durante mucho tiempo sin ninguna responsabilidad, el fortalecimiento de las instituciones
estatales sin prestar atención a cómo la sociedad se relacionará con el estado es peligroso. En
tales estados (por ejemplo, Liberia, Afganistán, Burundi), la construcción del estado
inevitablemente debe tener en cuenta no solo la naturaleza del estado (federal, autónomo,
etc.) sino también las reglas de gobierno del régimen.

Combinación de la paz y la condición de Estado

Un aspecto de la creciente atención al fracaso del estado es la nueva atención a los estados y
las instituciones estatales entre los interesados en la construcción y el mantenimiento de la
paz. Aunque la construcción del estado no es un término utilizado a menudo por las Naciones
Unidas, estas organizaciones han llegado a ver cada vez más el fomento de instituciones
estatales sostenibles como la tarea central de la construcción de la paz. Los estados se
consideran necesarios para la paz, y la construcción exitosa de la paz se convierte
prácticamente en sinónimo de construcción del estado.
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Paternalismo: suposición teleológica y sesgo occidental

La deficiencia más evidente del concepto de falla estatal es la noción basada en el valor de lo
que es un estado. Naturalmente, todas las categorizaciones descansan en valores. De hecho,
comparto muchos de los valores liberales que lamentan las deficiencias de los estados que no
brindan servicios básicos que sustenten la vida de sus poblaciones. Al mismo tiempo, el
concepto de estado fallido repite los mismos supuestos que hizo la teoría de la modernización
en su apogeo, supuestos que resultaron ser tan problemáticos.

Ofuscación del papel de Occidente en el "fracaso"

Esta calificación de un estado frágil omite la larga historia del colonialismo y la explotación en
el empobrecimiento y la mala gobernanza de muchas sociedades actualmente consideradas
frágiles o en quiebra. Estados europeos (y más tarde países de América del Norte) crearon el
sistema de estados-nación, extrayendo recursos, fomentando instituciones coloniales con
legados poderosos, apuntalando a los líderes poscoloniales, proporcionándoles armas y
socavando el surgimiento de sociedades plurales y civiles que podrían haber disminuido la
pobreza, la guerra y la debilidad instituciones.

Descartar "estados fallidos": algunas alternativas obvias

¿Los conceptos alternativos, como los estados "problemáticos", "estados en riesgo", "estados
frágiles", son mejor adoptados por donantes internacionales u ONG? En la mayoría de los
casos, no. A menos que los conceptos identifiquen una variable o un continuo específicos a lo
largo de los cuales estos estados están "preocupados", nuestra comprensión de la variada
condición de varios estados estará mal informada y mal abordada.

Al omitir deliberadamente los 'estados fallidos', USAID adoptó cinco categorías que reflejan si
un país estaba emergiendo de un conflicto armado, qué tan pobre era y si era
proestadounidense o antiestadounidense. Ambos conjuntos de categorías representaban una
elección deliberada para abandonar el ' estado de falla / falla 'terminología.

La Fuerza de Tarea de Inestabilidad Política utilizó cuatro categorías de eventos: 1) guerras


revolucionarias; 2) genocidio / politicida; 3) guerras étnicas; y 4) cambio adverso del régimen

Estados colapsados

El término tiene más significado. Se refiere a países cuyo aparato estatal deja de existir por un
período de varios meses. El concepto aquí no se refiere a la incapacidad de algunos ministerios
para proporcionar servicios, o a un estado sitiado en la guerra, ni a la ausencia del estado en
algunas regiones, sino al colapso completo de un estado nacional. Aquí los ciudadanos no
saben a dónde ir para obtener un pasaporte reconocido, y todos los servicios que
normalmente proporciona el estado son proporcionados por actores subestatales o no
estatales. A partir de 1990, solo Somalia (1990–2004), la República Federativa de Yugoslavia
(en 1991), la Unión Soviética (1991) y posiblemente Afganistán (1992–95) cumplen estos
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criterios. Durante el período comprendido entre 1995 y 2005, Somalia fue el único estado
colapsado sostenido en el mundo.

Capacidad institucional formal débil (también conocida como ‘estados débiles’

En muchos estados, las instituciones informales (tribus, redes de clientes y clientes, o redes de
base étnica) tienen tanto poder como las instituciones estatales formales. El término 'estados
débiles' es útil para los lugares donde estas redes informales son principales canales de
prestación de servicios y asignación de recursos públicos. Las instituciones informales pueden
proteger y servir a la población de estados débiles, pero este desempeño será inconsistente
entre los grupos sociales y el territorio. Dichos estados no necesariamente "fallan".

Estados devastados por la guerra Según Rotberg

Todos los estados fallidos están experimentando cierto grado de conflicto armado, a pesar de
que los "estados fallidos". Es donde la guerra civil es territorialmente extensa e involucra a la
mayoría de los grupos sociales.

Los estados de posguerra presentan sus propios desafíos. En países como El Salvador,
Camboya, Bosnia y Mozambique, los acuerdos de paz sentaron las bases para la construcción
del estado. Los posteriores acuerdos de paz en el siglo XXI se han diseñado aún más
conscientemente para ofrecer una hoja de ruta para reformar y reforzar los estados y sus
instituciones.

Estados / regímenes autoritarios

Algunos regímenes autoritarios muestran un notable poder de permanencia. Cuba de Castros,


la Libia de Gadafi, y Corea del Norte de Kim Jong Il. Tales regímenes a menudo llegan al poder
a través de la violencia, pero establecen un control coercitivo suficiente para que la oposición
se reduzca mediante la represión, lo que lleva a niveles sorprendentemente bajos de violencia
política o criminal.

¿Estados fallidos? O sobre la imposibilidad de constituir el estado nación moderno – Nievas y


Sampó

La existencia de Estados Fallidos genera inestabilidad en el Sistema Internacional. Facilita el


asentamiento de organizaciones criminales trasnacionales que se valen de sus territorios para
desarrollar y potenciar sus negocios. El Estado Nación moderno ha encontrado fuertes
dificultades para su consolidación en distintos lugares del planeta. ¿Son los Estados los que
fallan o es la construcción del Estado-nación la que nunca se concretó? ¿Cuál es el papel del
reconocimiento internacional del Estado en este tipo de conceptualizaciones?

El concepto de Estado Fallido es una idea contemporánea que da cuenta básicamente de las
problemáticas, deficiencias e imposibilidad de ciertos Estados para responder a las diversas
demandas que hacen sus ciudadanos. “Estados fallidos” son unidades políticas con
reconocimiento internacional, incapaces de cumplir con las funciones básicas atribuidas al
Estado-nación moderno. Esta idea contiene tres supuestos discutibles: la noción de seguridad,
la de cómo se designa un Estado “fallido”, y la de qué es lo que falla en los mismos.
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Si por seguridad internacional se entiende la ausencia de conflictos bélicos interestatales,


cumplimiento de la normativa internacional y respeto por otros Estados en sus políticas
internas, no puede decirse que cualquiera de los clasificados como Estados fallidos sean los
que ponen en mayor medida en peligro la misma. Muy por el contrario, los Estados que en el
último medio siglo han participado de mayor cantidad de contiendas bélicas allende sus
fronteras son Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

Como sostiene Alda Mejias (2015) son los Estados débiles, no los fallidos, los que presentan
mejores condiciones para el desarrollo de la criminalidad organizada. Los Estados fallidos, en
cambio, se hallan inmersos en el caos interno no pudiendo garantizar la protección ni de los
ciudadanos ni del crimen organizado. Por el contrario, el desorden y la extrema debilidad
característica de este tipo de Estados puede poner en riesgo los negocios de las redes
criminales y la protección que precisan para sobrevivir y reproducirse.

La evidencia indica que la mayor actividad criminal se asienta en países con mayor capacidad
de consumo y bienestar.

Es razonable suponer que se trata más de un concepto político-operativo que de una categoría
académica.

Eso no elude la realidad de que hay Estados-nación que o bien han colapsado, o bien están en
problemas que los acercan al punto de colapso.

Atributos que debe alcanzar un Estado para ser considerado como tal: capacidad para
internalizar y externalizar su poder (ser reconocido como la única autoridad legítima dentro y
fuera de su territorio), capacidad de internalizar el control y diversificar su autoridad, y
capacidad para internalizar una identidad colectiva – Oszlak-. La incapacidad de los Estados de
alcanzar o sostener uno o algunos de los atributos mencionados hace que el mismo se
encuentre en proceso de falla.

Chester Crocker: el proceso de falla de los Estados es gradual y está intrínsecamente


relacionado con el desarrollo de conflictos internos y crisis humanitarias. Puede generar un
efecto desestabilizador sobre los Estados vecinos.

Es importante distinguir entre Estados Débiles, Anómicos y Fallidos.

Peter Waldmann: Un Estado débil, aparece como una entidad que: no ha podido imponerse en
los aspectos centrales de la soberanía –monopolio de la recaudación impositiva y de la fuerza.
Nunca ha conseguido refrenar ni disciplinar a sus propios miembros y órganos.

La debilidad institucional del Estado termina por generar una brecha entre las elites políticas y
la sociedad civil, que al no ver garantizadas sus necesidades básicas se niega a legitimar la
estructura. Dicha brecha, posibilita la existencia y legitimación de organizaciones no estatales
capaces de proveer los bienes comunes que el Estado no consigue garantizar. Es decir, que los
Estados débiles generan incentivos para el asentamiento de organizaciones criminales
transnacionales.

Estado anómico - cuatro características:

1. El Estado no ofrece a sus ciudadanos un marco de orden para su comportamiento en el


ámbito público.
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2. El Estado pretende regular ámbitos sociales y modos de comportamiento que ocupa de


forma ficticia y no está en condiciones de controlar o dominar efectivamente.

3. El propio personal del Estado no cumple con las leyes.

4. El Estado carece de la legitimación fundamental por parte de sus; no hay reconocimiento ni


de la estructura, ni de la autoridad estatal.

Los Estados anómicos cuentan, además, con porciones territoriales significativas que se
encuentran en manos de organizaciones paralelas –“zonas grises”– donde el Estado no tiene
capacidad para ejercer la soberanía interna.

En contraposición, los Estados fallidos carecen de la capacidad de ejercer ningún tipo de


control sobre la soberanía interna e interdependiente.

De acuerdo con Jean Marie Grose existen cinco tipos de Estados fallidos: aquellos en donde no
hay poder político centralizado; allí donde solo hay una autoridad limitada de Estado; Estados
con escasos recursos en guerra con grupos secesionistas; Estados que están manejados por
grupos étnicos; y, territorios donde no hay un poder único que posea el monopolio de la
fuerza.

Afganistán, Iraq y Somalia, entre otros, dejan de manifiesto la inexistencia misma de un Estado
nación moderno, o bien porque éste nunca se ha podido construir o bien porque el mismo ha
colapsado como consecuencia de conflictos de diverso origen o bien porque reconocen
organizaciones políticas alternativas.

Hobsbawm se preguntaba: ¿Qué es una nación? no es posible descubrir ningún criterio


satisfactorio que permita decidir cuál de las numerosas colectividades humanas debería
etiquetarse de esta manera.

Gellner propone dos criterios. Imprecisos e insuficientes: cierta unidad cultural y el


reconocimiento de sus miembros de la pertenencia a la misma (1991). ¿De dónde surge,
entonces, la necesidad de asociar un aparato político (el Estado) con algo tan vago como la
“nación”? El Estado-nación surge del último modelo estatal medieval, el Estado absolutista
corroído por la expansión de las relaciones mercantiles en las que se asentaba. Esta
contradicción se tornó irreversiblemente inviable cuando a las tensiones propias se le
sumaron las religiosas. La conjunción de todo ello dio lugar a un conjunto de conflictos
armados que se conocen en su totalidad como “guerra de los Treinta Años” (1618-1648), que
culminó con los tratados de paz de Osnabrück y Münster, en los que se sentaron los principios
sobre los que se edificó el sistema interestatal moderno, sistema que creó, conjuntamente, las
unidades que lo conforman. El Estado-nación es consecuencia de este ordenamiento fundado
en la soberanía estatal, por contraposición a la soberanía del monarca, y a la integridad
territorial, en oposición a la práctica (y concepción) hereditaria de pueblos y territorios cuya
contigüidad era contingente y su unidad, inexistente.

Estos Estados tienen un papel dual: una función externa, consistente en servir como unidad
básica para el sistema internacional y, una función interna, que consiste en proveer seguridad
y establecer el orden interno en beneficio de los ciudadanos. Dicho orden, en el Estado Nación
moderno, se encuentraíntimamente vinculado a la construcción de una identidad colectiva en
la que se expresa la nación. El problema, en realidad, radica en que muchos de los países que
se encuentran fuera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
son entidades políticas que se parecen muy poco al modelo occidental popularizado por el
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Estado Liberal. Esos Estados, nuevos en su mayoría (resultantes de los procesos de


descolonización que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XX), “carecían de raíces en el
seno de las sociedades sobre las cuales se pretendía construir, esencialmente en aquellos
casos donde no existió ningún tipo de gobierno unitario pre-colonial” (Boege, Brown, Clements
& Nolan, 2008, p.11). Pero más allá de la debilidad sobre la que se erigieron, es importante
tener en cuenta el impacto que la dinámica del sistema global ha tenido sobre la estatalidad.
En muchos casos, la influencia externa ha afectado negativamente la legitimidad (como por
ejemplo, la implementación de las medidas del llamado Consenso de Washington).

Este nuevo trazado dio lugar a un ordenamiento más estable, pero carente de la legitimidad
consuetudinaria y/o divina del orden feudal. Esta falta de legitimidad se expresa en la
publicación de Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, en
1651, un intento de justificación del Estado absoluto (no debe confundirse con absolutista)
basado en el contrato social, es decir, mudando la soberanía de lo divino a lo terrenal2. Lo
distintivo de Hobbes es que “enuncia la doctrina según la cual la persona jurídica que yace en
el corazón de la política no es ni la persona del pueblo ni la persona oficial del soberano, sino
más bien la persona artificial del estado” (Skinner, 2003, p.101). Ese Leviathan que todo veía,
todo sabía y todo controlaba, era resultado de los intereses de todos los ciudadanos, quienes
habían resignado sus derechos naturales en favor de la seguridad. El derecho a no sufrir una
muerte violenta fue para Hobbes, el argumento central para la conformación de un Estado
absoluto.

Esa mutación expresaba el profundo cambio que suponía la emergencia del capitalismo como
sistema dominante en Europa, que reordenaba socialmente los espacios, y requería de una
correspondencia en el reordenamiento político del territorio, funcional a su dinámica.

La forma estatal moderna resulta funcional al sistema capitalista y, por lo tanto, en la medida
en que éste se expande y consolida, se expandió la forma del Estado-nación. La forma estatal,
en tanto aparato jurídico-político necesita de legitimidad para sostenerse en el tiempo; la
mayoría de la población debe reconocer la potestad gubernamental.

En las formas feudales el poder se corporiza en una persona que por sus cualidades
extraordinarias (origen divino, sabiduría, riqueza, poder militar) es identificable y venerada.
Cuando los Estados se despersonalizan se pierden estas referencias vitales de legitimidad.
Calatrava & Durán (2011) sostienen que la legitimidad del Estado se justifica a través de tres
narrativas: la seguridad, la representación, a partir del contrato social y el bienestar.

La revolución francesa marcó un hito insoslayable, al infundir un nuevo concepto de “nación”.


A partir de ese momento, quedó indeleblemente ligado al aparato estatal. De tal modo,
aquellos pueblos que aspiraban a conformar un Estado propio se reclamaban como naciones.

Una de las cuestiones centrales radica en que las instituciones estatales reclaman autoridad
dentro de un espacio territorial en el que sólo se encuentran algunos avances de la estatalidad.
Como el Estado no impregnó a la sociedad en su conjunto, el control efectivo del Estado no
pudo extenderse sobre ella. El problema central que presenta este tipo de ordenamiento es
que las fronteras estatales no suelen coincidir con las fronteras de las aldeas, tribus o clanes y
la idea de nación excede a estas organizaciones locales, aglutinando a varias de ellas.

Algunos casos de naciones fallidas


PIC

Iraq: una de las regiones de mayor antigüedad en la historia humana, su población vivió bajo
distintos dominios. Al concluir la primera guerra mundial quedó como un protectorado
británico. Diagramaron Iraq conteniendo tres poblaciones diferenciadas: árabes sunitas,
árabes chiíes y kurdos. Antes de morir, el rey Faysal I admitía que: no existe en absoluto un
pueblo iraquí sino masas de seres humanos desprovistos de toda concepción patriótica,
imbuidos en tradiciones religiosas, sin lazos sociales entre ellos. El advenimiento de la
república abrió el espacio para la lucha de poder que concluyó con el golpe de Estado de julio
de 1968 con el control del Estado por parte del Baas, el que se mantendrá en el poder hasta el
final de la era de Sadam Husein en 2003. A partir de ese momento las tres principales
fracciones de la población se desarticularon entre sí: chiíes y sunitas se enfrascaron en una
lucha mutua, mientras los kurdos fueron ganando creciente autonomía, comenzando una
existencia relativamente independiente. Frente al gobierno chií, una parte significativa de los
cuadros militares sunitas se incorporaron al Estado Islámico (ISIS), formando en los hechos un
cuasiEstado con control territorial en el centro-noroeste iraquí y el norte sirio. La intervención
de fuerzas occidentales inventó el Estado iraquí y, ocho décadas después, la intervención
occidental provocó su colapso.

Somalia: la región es habitada ancestralmente por grupos nómades organizados en lo que se


denomina “linaje segmentario”, en el cual “la identidad y lealtad políticas se determinan por la
proximidad o lejanía genealógica entro del sistema de clanes”. El desembarco británico en el
cuerno de África hacia 1839-40, que desembocó en la creación de un Protectorado en 1886, no
diluyó este sistema político, sino que superpuso otro tipo de organización.

Esta duplicidad en la organización política se mantuvo este sistema estaba ya alterado cuando,
en el marco del proceso descolonizador ocurrido tras la Segunda Guerra Mundial, Somalia
obtuvo su independencia en 1960, con los territorios hasta entonces controlados por italianos
y británicos, es decir, dejando por fuera del nuevo territorio a población que pertenecía a las
mismas tradiciones. Esta situación explica el apoyo del recién creado Estado somalí a los
movimientos separatistas somalíes del norte de Kenia y del Ogadén etíope. El golpe de Estado
de 1969 implantó un régimen pro-soviético que, con una retórica modernista reforzó el papel
de los clanes, al instaurarse el clan klatura en el aparato estatal.

La guerra por el Ogadén (1977-1978) cambió el alineamiento internacional de Somalia,


dejando de estar bajo la influencia soviética para pasar a la órbita estadounidense. El fin de la
Guerra Fría implicó la pérdida de interés geopolítico de las potencias mundiales en el “Cuerno
de África” y, con ello, la antesala del colapso estatal.

Desde entonces la fragmentación política se estructura en base, ya no sólo a los clanes, sino a
los señores de la guerra emergentes. En este clima de disgregación, dos territorios se
consolidaron políticamente y, aunque carecían de reconocimiento internacional, cumplían con
casi todos los requisitos de un Estado: Somaliland y Puntland, ambos en la parte norte.

Pese a la homogeneidad étnica y religiosa, la preeminencia de la estructura de clanes impidió


la formación de una nación en el sentido moderno del término. El Estado somalí solo funcionó
tres décadas, aunque aún exista nominalmente.

Afganistán: Compone una gran diversidad étnica, religiosa y lingüística. La mayor de las
minorías es la pastún, con alrededor del 40% de la población. Históricamente fue una región
de tránsito entre Oriente Medio (Persia), China y la India. La historia del Estado afgano se
remonta al siglo XIX y a la pugna geopolítica entre Gran Bretaña y Rusia. En ese marco se
instaló la dinastía Mohammadzai (1838-1973) contra la que los británicos libraron dos guerras
PIC

(183942 y 1878-80), sin lograr imponerse. Esta dinastía fue derrocada en 1973, cuando se
fundó la República de Afganistán liderada por Mohammed Daud Kahn, quien a su vez fue
derrocado en 1978 por el Partido Comunista. Es conocida la suerte del Ejército Rojo en esa
región, empantanado ante una guerrilla apoyada por la CIA, que culminó con la retirada total
en febrero de 1989. El gobierno formal afgano comenzó una debacle cuyo desenlace ocurrió
en 1992, con la toma del poder por los talibán.

Es justamente este sistema de lealtades, y de alianzas inestables, lo que explica el fracaso de


los diversos intentos de estabilización de un Estado central y, en consecuencia, de dominación
política del territorio interno por ninguna fuerza (sea afgana o de ocupación).

CONCLUSIONES

Si entendemos por “nación” al lazo identitario y de pertenencia primordial en una comunidad


política, en los casos mencionados queda expuesto el fracaso en su constitución.

La conformación mítica de “naciones”, proceso que, con sus particularidades y dificultades,


tuvo cierto éxito en algunas regiones del mundo. Pero nada habilita a pensar que es una
fórmula con validez universal.

Deberíamos renunciar al uso del término “Estado fallido”, reconociendo que se trata de un
modelo, el de Estado-nación, que no logra viabilidad en algunas regiones, y que la falla no
indica la imposibilidad de organización política estable.

En este sentido, quizás sea necesario pensar un orden que contemple la existente
multinacionalidad de la mayor parte de los Estados que conocemos.

1.2.1.1 Estudio de Caso: Siria


1.2.2. Estados Medianos: su rol como Estado Pivote.
1.2.2.1 Breve repaso histórico de Estados medianos a la
actualidad
PODERES MEDIOS EMERGENTES Y ORDEN INTERNACIONAL: HACIA UN MANEJO COLECTIVO DE
LOS ASUNTOS MUNDIALES. - GIACCAGLIA

La cuestión de la jerarquización de los estados constituye una de las preocupaciones centrales


de las Relaciones Internacionales, en especial para el realismo. El análisis de dicha cuestión
conlleva a reflexionar sobre la estructura y la dinámica que presenta el sistema internacional
abriendo un interrogante respecto a los modos en que los diferentes actores se organizan y
comportan bajo una determinada configuración mundial.

Orden y potencia aparecen como dos variables que se influyen y condicionan recíprocamente.
Según Robert Cox, el orden internacional refiere a una “configuración específica de poder en
un momento histórico dado”. En consecuencia, variadas y diversas distribuciones del poder
darán lugar a distintos tipos de ordenamientos mundiales. Simultáneamente, la forma en la
que se organiza un determinado orden internacional incide en las conductas y en los roles que
pueden asumir cada una de las potencias.

Resulta pertinente preguntarse: ¿Qué son los poderes medios? ¿Cuáles son sus principales
atributos? ¿Qué función cumplen? ¿A quiénes se considera actualmente como poderes
PIC

medios? ¿De qué manera las características de un determinado orden internacional inciden en
el desempeño de estos poderes e, inversamente, de qué forma los agentes influyen en la
configuración mundial?

Este trabajo parte de la premisa teórica de que todo orden internacional es moldeado por los
grandes poderes del momento.

La hipótesis aquí considerada sostiene que el orden internacional (estructura) está siendo
moldeado bajo una lógica de manejo colectivo de los asuntos mundiales en la cual participan
tanto poderes tradicionales como emergentes y re-emergentes (agentes), presentando
alineaciones -y por ende rivalidades- políticas complejas con altos grados de informalidad y
pragmatismo.

Consideramos tres grandes momentos: el Concierto europeo, la Guerra Fría y la Post-Guerra


Fría. Al mismo tiempo, nos concentramos en un análisis de los poderes medios teniendo en
cuenta dos grandes aspectos: atributos y funciones.

Una aproximación histórico-teórica: orden y potencias en el Concierto europeo

De acuerdo a los tratados de paz de 1815, establecidos al finalizar las guerras napoleónicas, el
Congreso de Viena que dio origen a la etapa del Concierto europeo, estableció el estatuto de
gran potencia en beneficio de Rusia, Prusia, Gran Bretaña y Austria (los cuatro aliados
victoriosos), incorporando luego a la potencia derrotada: Francia. Tayllerand, representante
francés, propuso instituir un comité formal de ocho miembros con un comité interno de cinco.
En consecuencia, España, Suecia y Portugal se convirtieron en las potencias medias de la época
a las cuales, aún formando parte del Congreso, no participaban fuertemente en las
deliberaciones y decisiones. El proceder de las grandes potencias en relación a dichos países,
se vio confirmado años más tarde en el Congreso de Aix-la-Chapelle, en el cual ninguno de los
tres estados menores fue admitido.

En dicho contexto europeo, el escritor liberal Friedrich Ludwing Lindner sostuvo que que las
potencias medias eran los estados más útiles puesto que “se podía contar con ellas para que
actuaran como fieles de la balanza, para apoyar a cualquier potencia grande que estuviera
expuesta a un ataque por parte de otra”. Es decir, las potencias medias eran pensadas como
socios menores necesarios para el mantenimiento del balance de poder.

En cuanto a la segunda mitad del siglo XIX, Carsten Holbraad idéntifica a otros dos estados que
ocuparon una posición intermedia: el Imperio Otomano e Italia. El Imperio Otomano debido a
sus extensos territorios e importancia estratégica para las grandes potencias, se diferenció de
los estados pequeños. Sin embargo decadencia económica y militar lo excluyeron del rango de
gran potencia. Italia, por su parte, al unificarse en 1867, logró ser admitida por primera vez en
las reuniones de las potencias, pero su sus constantes conflictos internos hicieron que sólo
fuera una gran potencia de nombre.

Para la mayoría de las potencias medias, el Concierto europeo fue un orden represor que les
otorgó posibilidades muy restringidas de participación en las decisiones internacionales
limitando sus funciones a un rol de aliado o colaborador de alguna gran potencia.

No obstante, frente a un incremento de los conflictos intra-concierto, Italia y el Imperio


Otomano lograron mantenerse al margen de las rivalidades hasta el estallido de la Primera
PIC

Guerra Mundial. Dicho comportamiento resultó beneficioso para Italia, quien finalmente
terminó del lado victorioso convirtiéndose en una de las cinco grandes potencias de Versalles.
El Imperio Otomano, por el contrario, se vio perjudicado por sus propios conflictos internos,
los que terminaron provocando su caída.

Estructura y agencia durante la Guerra Fría

Con la Guerra Fría el sistema internacional se convirtió en bipolar, el orden internacional se


globalizó. Esta globalización del mundo complejizó en la clasificación de los estados. Se
incrementó el número de categorías analíticas utilizadas por los teóricos de las Relaciones
Internacionales, incorporando términos como: superpotencia, potencia hegemónica, potencia
mundial, gran potencia, potencia media, potencia regional, estado pequeño, micro-estado.

Las superpotencias eran Estados Unidos y la Unión Soviética, los responsables de establecer el
equilibrio en el conjunto del sistema a través, esencialmente, de la disuasión nuclear mutua lo
cual se tradujo en la creación de zonas de influencia.

El concepto de potencia media, se volvió cada vez más abarcador. Por un lado, se enfatizó la
potestad de determinados atributos utilizándolo para referirse a la posesión de una fuerza
económica, militar y política mediana en la escala de poder mundial.

Los factores tenidos en cuenta para determinar el status de los agentes estatales fueron, al
igual que en la época del Concierto europeo, las capacidades militares y la extensión territorial,
la posesión de recursos naturales, el crecimiento demográfico, el desarrollo industrial, el
liderazgo tecnológico y los niveles generales de vida de la población.

En términos de estructura, el sistema internacional, se caracteriza entonces por el número de


polos pudiendo ser unipolar, bipolar o multipolar. En suma, la noción de polaridad queda
restringida, a la estructura determinada por las capacidades materiales relativas, sin tomar en
consideración el proceso, es decir, las interacciones entre los agentes del sistema
internacional.

Con la aparición de la perspectiva liberal en la década del setenta, el poder comienza a ser
conceptualizado como un fenómeno relativo, difuso y cambiante. A diferencia del realismo, el
institucionalismo liberal sostenía que no siempre existe una relación directa entre la posición
ocupada por un Estado en el sistema global y su nivel de influencia efectiva sobre otros
actores, dando mayor importancia a la dinámica relacional, esto es, a las interacciones entre
los diversos actores internacionales.

Los estudiosos consideraron que a pesar de que las potencias medias no contaban con fuerzas
materiales que les permitieran gozar de un “status de gran potencia”, podían ocupar
posiciones de liderazgo en ciertas cuestiones, estrategia que se conoció como “diplomacia de
nicho”. La corriente liberal estimó que los estados, aún centrados en sus propios intereses,
buscaban coordinar sus acciones con el objeto de lograr colectivamente resultados óptimos.
De esta manera, el enfoque liberal vinculó fuertemente el concepto de potencia media con el
de multilateralismo.

Es posible diferenciar dos momentos de la Guerra Fría. Durante la etapa de una rígida división
entre bloques, las potencias medias cumplieron dos funciones: a) articulando nuevas ideas y
liderando las negociaciones en aquellos temas sociales o económicos en los que las
superpotencias no demostraban un interés especial y directo; b) ejerciendo una influencia
moderadora de las tensiones entre las superpotencias en el contexto Este-Oeste.
PIC

Cabe destacar a Canadá con una notable experiencia en las operaciones de “peacekeeping” o
Suiza en los asuntos vinculados a la salud mundial. En cuanto al papel de mediador, los hechos
demuestran que durante el sistema bipolar las potencias medias lograron un mayor margen de
maniobra en aquellas cuestiones que contaron con la aceptación tácita de, al menos, uno de
los dos grandes actores dominantes. Por ejemplo, el papel asumido por Canadá en la Crisis por
el Canal de Suez de 1956, quien propuso la creación de una fuerza militar multinacional
dirigida por Naciones Unidas con el objeto de preservar la paz en la región. Asimismo, India se
ofreció como canal de comunicación entre los países involucrados durante la guerra de Corea
e Indonesia como mediadora en un momento de la guerra de Vietnam

En una segunda etapa de la Guerra Fría, el período de relajación de tensiones, se produjo la


aparición de nuevas potencias medias con importante influencia regional. Así se diferenció
entre potencias medias desarrolladas (Canadá, Australia, Noruega, Suecia, Austria, Nueva
Zelanda) y potencias medias en desarrollo (India, México, Nigeria, Brasil, Argentina, Indonesia
y Yugoslavia).

Mientras que las primeras llevaron a cabo un rol de aliado/colaborador, las segundas
desempeñaron un papel de cuestionador/demandador. Las potencias medias desarrolladas
tendieron a promover de los intereses de Estados Unidos, con quien se percibieron más
cercanos cultural, económica y políticamente.

Las potencias medias en desarrollo, en cambio, actuaban en contra de los intereses de los
poderes centrales y demandaban un nuevo orden económico internacional, promovían la no-
alineación. Levantaban temas como la paz y la igualdad en las relaciones internacionales.

Contexto político y conductas políticas: la llegada de la Post-Guerra Fría Orden multipolar y


potencias medias desarrolladas

Los años posteriores a la Guerra Fría se caracterizaron por una visión optimista sobre la futura
política internacional. Los neoidealistas percibieron que al desaparecer los conflictos de la
Guerra Fría, aumentarían los márgenes de viabilidad de los modelos de cooperación.

En este nuevo contexto político y académico, los rasgos y funciones de las potencias medias
cambiaron. En primer lugar, adquirió énfasis la idea de que los países de rango medio actuaban
de forma más prudente debido a que poseían un mayor interés en el mantenimiento de la paz
mundial.

En segundo lugar, se consideró que el rol de las potencias medias se había vuelto
multifacético.

Según John Ravenhill el rol de las potencias medias en las instituciones internacionales
durante los años noventa, se basaba en cinco atributos principales: 1) sólida capacidad
diplomática, 2) diplomacia de nicho, 3) creación de liderazgo intelectual fundado en la fuerza
de las ideas, 4) construcción de alianzas 5) credibilidad como consecuencia de su relativa
debilidad y ausencia de intereses directos en las cuestiones globales.

Las potencias medias adoptaron durante los años noventa, un gran liderazgo en el marco de
las operaciones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas. Canadá, Holanda y
Dinamarca fueron las potencias medias más activas en este tipo de iniciativas.
PIC

Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, “...las perspectivas de una post
Guerra Fría fecunda y armoniosa se arruinaron definitivamente. Ingresamos a una etapa, que a
falta de un calificativo apropiado, se definirá por una mayor competencia y conflicto.

La creencia en soluciones multilaterales para los problemas mundiales comenzó a ser dejada
de lado por acciones unilaterales por parte de Estados Unidos. La decisión adoptada por el
gobierno norteamericano de George W. Bush de iniciar una guerra contra Afganistán en 2001 y
contra Irak en 2003 incrementó la percepción mundial de encontrarse frente a un orden
predominantemente unipolar.

Para el desarrollo de ambas guerras, Estados Unidos forjó coaliciones militares internacionales
en las cuales participaron varias potencias medias desarrolladas como Canadá, Noruega,
Dinamarca y Australia. De esta manera, dichos poderes medios desarrollados abandonaron
definitivamente el rol de mediador.

Por otra parte, el rol de liderazgo de las potencias medias desarrolladas en el seno de las
operaciones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, también comenzó a
debilitarse debido al auge neoliberalismo durante la década de 1990, que provocó que los
gobiernos buscasen reducir todos aquellos gastos que eran percibidos como un impedimento
para el crecimiento económico.

Frente a esta realidad, el papel de las potencias medias tradicionales sufrió un fuerte
deterioro con una progresiva y constante pérdida de protagonismo internacional.

Gobernanza mundial y potencias medias en desarrollo

En dicho contexto, la vieja idea de una pirámide mundial comenzó a desdibujarse. El escenario
internacional fue caracterizado como un espacio que manifiesta una constante reconfiguración
de fuerzas que puede definirse como un orden interpolar. Esto se debe a una combinación de
multipolaridad con una profunda interdependencia.

Aunque Estados Unidos sigue siendo la única superpotencia mundial su posición hegemónica
se ha erosionado. A partir de los años noventa y de la mano de la globalización, muchos
análisis centraron su atención en el papel creciente de los actores no estatales: económicos
(empresas, bancos) o sociales (movimientos sociales, organizaciones) juegan un papel central
junto a los estados.

Las teorías dedicadas a la gobernanza mundial se volvieron cada vez más populares a la hora
de describir el actual orden internacional. “la gobernanza global es hacer internacionalmente
lo que los gobiernos hacen a nivel estatal, sin que exista una autoridad soberana que
transcienda las fronteras nacionales y, además, contando no sólo con estados o conjuntos de
estados organizados sino también con representantes de la sociedad civil (ONG, empresas,
movimientos sociales, etc.)”.

Otro aspecto de gran relevancia de la gobernanza mundial está asociado a la ausencia de un


gobierno formal de alcance global, pero a la presencia de una estructura que resulta operativa
gracias a la existencia efectiva de reglas, normas e instituciones permanentes.

Finalmente, la llegada de la mirada constructivista aportó nuevos elementos para la


conceptualización de las distintas potencias incluyendo: el nivel de consenso social interno, el
grado de estabilidad política logrado, el nivel de desarrollo institucional y administrativo y la
presencia de un proyecto ideológico nacional.
PIC

De este modo, se sumó al análisis el tema de las expectativas. La existencia o no de una


potencia no vendrá determinada por su naturaleza sino por cómo la tratan los demás. A modo
de ejemplo, los autores señalan la habilidad demostrada por China justamente en este sentido,
consiguiendo durante un siglo que los demás actuaran en base a su potencial de futuro, sin
llegar a concretarse.

Del 2003 en adelante, la llegada de nuevas administraciones a los gobiernos de varias


potencias medias manifestó la voluntad política de desarrollar una presencia internacional más
activa tal como quedó demostrado con la asunción de Lula da Silva en Brasil, Manmohan Singh
en India, Mbeki (y luego Zuma) en Sudáfrica. Esta pretensión de un alto peril internacional se
tradujo en una intensa participación de dichos poderes medios en diversas esferas globales de
negociación.

Una variable constante en todo este proceso reiere a la repetida presencia de un pequeño
grupo de estados como Brasil, China, India y Sudáfrica generando y liderando estas diversas
coaliciones. En este sentido, es importante remarcar que del conjunto de países catalogados
como potencias medias en desarrollo durante la década del setenta, sólo aquellos estados
considerados “grandes países en desarrollo” lograron desempeñar papeles de importancia en
el plano internacional siendo identificados como “poderes emergentes” del siglo XXI.

En efecto, en el año 2001 el economista Jim O’Neill perteneciente a la consultora


internacional Goldman Sachs acuñó el acrónimo BRICs, haciendo referencia a Brasil, Rusia,
India y China y a las potencialidades económicas que estas cuatro economías presentaban.

Posteriormente, por iniciativa de Brasil, el 6 de junio de 2003 se produjo la creación de IBSA,


coalición gubernamental conformada con el objeto de potenciar la presencia de India, Brasil y
Sudáfrica en el escenario internacional.

Durante sus primeros años de funcionamiento, BRICS se focalizó en cuestiones de índole


financiera,no obstante, posteriormente, el grupo se concentró también en intentar consolidar
una posición común frente a cuestiones bélicas de relevancia como las existentes en Medio
Oriente, Libia o Siria.

Poderes emergentes: atributos y funciones en el actual orden internacional

Un poder medio emergente puede ser definido como aquel Estado que sobre la base de
significativas capacidades materiales desarrolla un creciente activismo internacional en
ámbitos multilaterales, tanto en su entorno regional más próximo como en sucesivas y
simultáneas negociaciones globales. Asimismo, se auto-percibe y es percibido por otros
agentes como diferente tanto de las restantes unidades estatales (pequeñas o iguales) como
de las grandes potencias tradicionales.

Las capacidades materiales: recursos militares, la extensión territorial, el crecimiento


demográfico y el desarrollo industrial.

El activismo internacional: se observa que tal como sostiene el liberalismo institucional, los
ámbitos multilaterales internacionales se han convertido en una esfera vital para el
desempeño internacional de los poderes medios emergentes.
PIC

Las percepciones propias y ajenas, se contemplan dos aspectos. Por un lado, la auto-
identificación refiere a la convicción de ser un poder medio emergente y a la pretensión de ser
tratado como tal en el escenario internacional. Por otro lado, el reconocimiento por parte de
terceros implica la aceptación del status de poder emergente por parte de los restantes
actores intervinientes en el escenario internacional.

En cuanto a las funciones desempeñadas por los poderes emergentes en el actual orden
internacional, cabe resaltar que la definición propuesta les otorga un destacado rol
negociador. A partir del desarrollo de políticas exteriores proactivas y de alto peril, los poderes
medios emergentes se han desempeñado como interlocutores válidos y cada vez más
necesarios para la generación del orden internacional.

El rediseño del G-20 financiero aparece como el ejemplo paradigmático. La crisis financiera de
2008 benefició a las potencias emergentes permitiéndoles incorporarse en el seno de un grupo
que se postuló como punto de partida para una reconiguración del orden mundial. En tanto
miembros del G-20, los poderes emergentes pudieron demostrar el peso político-económico
de cada uno de ellos, así como el hecho de que representan diferentes regiones del mundo.

Desde el punto de vista de las grandes potencias, particularmente desde la perspectiva de


Estados Unidos, una estrategia de incorporación de los poderes emergentes en los ámbitos de
decisión multilaterales tiene por objeto influir e incluso condicionar sus comportamientos a in
de que sus eventuales acciones sean más predecibles y calculables.

Los poderes emergentes hoy, el orden internacional hoy

El ascenso de los poderes emergentes ha tenido sucesivos y recurrentes altibajos, con fases de
estrepitoso crecimiento económico alternadas con períodos de mesetas e incluso de crisis que,
en realidad, esconden problemas estructurales aún pendientes de resolución. No obstante, el
camino recorrido demuestra una línea lentamente ascendente aunque plagada de enormes
dificultades. Finalmente, se advierte que el progresivo ascenso de estos nuevos poderes no
tiene como correlato una caída del poderío norteamericano. Antes bien, se trata del
nacimiento de una estructura de poder más compleja donde los canales de negociación entre
los poderes tradicionales y los nuevos emergentes serán más frecuentes, necesarios e
inevitables.

1.2.2.2 Estudio de Caso: India


La India – ALCALDE

En poco más de medio siglo de existencia, la India se transformó en un Estado poderoso e


influyente, conducida fundamentalmente por el liderazgo de Nehru e Indira Gandhi. Este
liderazgo, guiado por un propósito sostenido, consiguió modificar las estructuras de la
sociedad. Para ello contó con el apoyo del Partido del Congreso y de una burocracia estatal,
heredada de la época colonial.

Por un largo período se mantuvo una imagen externa de un país pobre y atrasado que
subestimaba los avances del modelo de desarrollo indio, el cual combinó una fuerte
intervención económica del Estado con la democracia liberal. Por esta misma subestimación
PIC

hoy se destaca únicamente el impacto de las reformas de los años 1990 para la transformación
de la India.

En realidad, el país comenzó tempranamente a formar mano de obra técnica de primera


calidad, se convirtió en una potencia industrial a mediados de la década de 1960 y logró la
autosuficiencia alimentaria en la de 1970. La tasa de crecimiento desde 1950 hasta el
momento de las reformas económicas (1991) había sido de 4% y en verdad comenzó a
elevarse desde 1975.

En sus relaciones exteriores, la India consiguió una posición prominente de autonomía y


prestigio bajo el No Alineamiento de Nehru. Bajo Indira se consolidó como potencia regional
(1971) y culminó una primera fase de su ascenso como potencia nuclear (1974).

Con el fin de la Guerra Fría, la caída de la URSS contribuyó en distinta medida al cambio del
modelo de crecimiento, que la convirtió en potencia económica, y a una reorientación de la
política exterior que mejoró sus relaciones con la única superpotencia restante.

En tanto que la construcción y el posicionamiento externo del Estado indio han tenido un
notable progreso, la formación de su identidad como nación ha registrado menos éxitos.
Nehru quiso edificar un Estado laico que permitiera a los diversos elementos culturales de la
India encontrar por si solos la unidad, pero en la década de 1980 adquirió gran fuerza política
una corriente que busca crear una nación hindú. Desde fines de la década de 1990, esta fuerza
lidera coaliciones que se alternan en el gobierno con coaliciones del Partido del Congreso.

La prueba de una bomba atómica en 1998, por el gobierno nacionalista del BJP, fue un punto
de inflexión en el ascenso de la India. Tras un período de sanciones, las oportunidades que
ofrecían su economía y la conveniencia de una eventual alianza frente a China llevaron a
Washington a una negociación política del tema y a un arreglo bilateral (2005-2008).

Después del acuerdo nuclear con EE.UU., India aparece hoy como la sexta potencia nuclear y la
tercera economía del mundo. Se proyecta que su economía superaría en unos años a la china,
impulsada por el bono demográfico y por su especialización en tecnologías de información.

¿Puede hablarse de India como una gran potencia en el corto o mediano plazo?

Subsisten problemas estructurales como la corrupción, una infraestructura todavía insuficiente


y un porcentaje significativo de pobreza rural y urbana. Pero dos décadas y media después de
su parcial apertura al mundo, la India ha demostrado la viabilidad y beneficios de este nuevo
modelo.

Lo que ha cambiado decisivamente en el siglo XXI es que ya no es India la que «toca


fuertemente la puerta» al círculo de las grandes potencias, sino que la potencia hegemónica
así como varias potencias económicas la eligen para asociarse con ella, anticipando las
eventualidades que puedan darse en relación con la evolución del gigante chino. Se trata de
una estrategia de ayuda en el ascenso que históricamente ha sido eficaz en el sistema
internacional.

Delhi, por su parte, consecuente con su tradición de No Alineamiento, despliega también una
estrategia de enriquecimiento de sus vinculaciones con China, Rusia y los BRICS que la
impulsan en su escalamiento.

En lo interno, a partir de las tendencias del nacionalismo hindú y del comportamiento del
actual régimen del BJP, pensamos en un escenario poco previsto que pudiera darse en los
PIC

próximos años: que las fuerzas políticas llevaran a avanzar el proceso de construcción nacional
hacia la forma de un estado-nación hindú, sin menoscabo de la dinámica modernizadora pero
sí de la democracia y la paz social.

2. El subsistema de seguridad: cuestiones y


perspectivas
2.1 La nueva concepción de la guerra.
2.1.1 Guerras Asimétricas
LAS "NUEVAS GUERRAS": UNA PROPUESTA METODOLÓGICA PARA SU ANÁLISIS – Bados y
Durán

Fue con el fin de la Guerra Fría y durante los últimos años cunado han surgido múltiples
apelativos a los cambios de matiz producidos en la naturaleza de la guerra: términos como
"nuevas guerras", guerras de cuarta generación (4GW), guerras del tercer tipo, guerras
asimétricas, guerra de espectador deportivo, guerras híbridas, guerra degenerada o guerra
entre la gente.

Autores como Kaldor, establecen su punto de partida y de comparación durante la Guerra Fría.
Ella expone que los conflictos de este período, -que se denominaron conflictos de baja
intensidad para referirse a la guerrilla o al terrorismo-, constituyen el origen de lo que ella
califica como las "nuevas guerras" de la posguerra Fría, aunque con características distintivas.
Otros autores como Münkler se sitúan sin embargo en la Edad Moderna, pasando por la guerra
de los Treinta Años e incluso por conflictos interestatales de nuestro siglo (China y Vietnam,
Irak e Irán o la de Etiopía y Eritrea) para captar las diferencias y las peculiaridades de las
"nuevas guerras".

El término "nuevas guerras" fue acuñado por Mary Kaldor21 tras analizar ampliamente las
señas de identidad de los conflictos armados surgidos tras el final de la Guerra Fría.

Van Creveld aporta la tesis de que la guerra ha sufrido una transformación en el sentido de
que pasa a ser una actividad que deja de perseguir unos objetivos racionales para convertirse
en un fenómeno irracional como consecuencia del menoscabo de la legitimidad de los Estados.
La guerra de esta manera, pierde su propósito político en el sentido clauwitziano y pasa a estar
impulsada por otros de orden religioso, cultural, étnico o tecnológico.

Lind acuña el término de guerras de cuarta generación (4GW), como aquellas que usarán todas
las redes y recursos disponibles en los ámbitos político, económico, social y militar. Las 4GW
serán largas en cuanto a su duración.

Mary Kaldor, ésta basó sus estudios de caso en Bosnia y en Nagorno-Karabaj, considerando el
primero como un caso paradigmático de "nueva guerra" El argumento fundamental que
defendía es que "durante los años ochenta y noventa se desarrolló un nuevo tipo de violencia
PIC

organizada –especialmente en África y Europa del Este- propio de la actual era de la


globalización".

Diferencias con las guerras hasta entonces acaecidas. Estas diferencias se concretan en el
origen de su aparición (la importancia de la globalización y de la internacionalización del
conflicto); el marco geográfico en el que se desarrollan (ahora predominan más los conflictos
intraestatales); los motivos que las animan (carácter identitario étnico o religioso); los métodos
y estrategias de combate (violencia en algunos casos extrema contra civiles) formas de
financiación (o lo que se conoce como nueva economía de guerra) y los actores que
intervienen (fragmentación y multiplicidad de actores, privatización de la violencia).

Kaldor defiende que son guerras propias de la era de la globalización. Son guerras locales y
civiles en su mayoría, con múltiples repercusiones transnacionales. Conflictos intraestatales en
los que se produce una internacionalización del conflicto. Incluye a todo un "ejército"
internacional que va desde periodistas extranjeros, soldados mercenarios y asesores militares,
expatriados voluntarios, ONG, instituciones internacionales, como la ACNUR, la UE, UNICEF, la
OSCE y la propia ONU.

Movilizaciones que tienen su base en las cuestiones de identidad en contraste con las
ideologías o geopolíticas de las antiguas guerras. Identidad concreta: nacional, de clan,
religiosa o lingüística. Generan minorías diferenciadas, provocando discriminación psicológica
y en casos extremos expulsión de poblaciones y genocidio.

Se caracterizan por una violencia extrema contra los civiles y la economía de guerra. Las
antiguas guerras eran más autárquicas y centralizadas, mientras ahora la distinción entre lo
privado y lo público, lo estatal y lo no estatal, lo informal y lo formal, lo que se hace por
motivos económicos o políticos no es fácil de establecer.

Los principales motivos aportados por diversos autores como desencadenantes de las "nuevas
guerras", los podemos cifrar en los siguientes: la globalización, la finalización de la Guerra Fría
y la crisis del estado westfaliano.

Duffield, aprecia con la globalización un nuevo patrón entre las políticas de los países del Norte
que fomentan la inestabilidad internacional a través del conflicto, las actividades delictivas y el
terrorismo".

La segunda causa: la finalización de la Guerra Fría. La caída del Muro de Berlín produjo una
distribución de poder menos estable que la resultante de tener un orden mundial bipolar. Otro
de los motivos principales: la crisis de los estados westfalianos surgidos tras 1648. Los estados
se sintieron impelidos a monopolizar el uso de la violencia y eliminar con ello la violencia
organizada. Si se falla en esta labor, el estado pierde su legitimidad. De este modo, las "viejas
guerras" quedan asociadas a los estados nación. Eran conflictos entre estados con clara
diferenciación de lo público y lo privado, los asuntos internos de los externos y la política de la
economía.

Münkler también alude a la pérdida del monopolio de la violencia por parte del estado, quien
ya no garantiza la seguridad de sus súbditos. Ulrich Beck: afirma que se ha producido una
desfronterización de la guerra. Pérdida del monopolio legítimo de la violencia del estado
(aparición de señores de la guerra, compañías privadas de seguridad, ejércitos privados, etc.

Newman, Kalyvas: Considera que no se debe hablar de "nuevas guerras" como fenómeno que
presente rasgos identificativos diferentes de los conflictos conocidos hasta el momento. Según
PIC

estos autores la distinción es exagerada, ya que no sólo la realidad social de los conflictos
armados ha cambiado, sino también nuestro enfoque y análisis.

Newman rebate desde los datos que las "nuevas guerras" no presentan elementos cualitativos
muy distintos de las hasta ahora existentes (intraestatales, conflictos étnicos y religiosos,
mayor cantidad de bajas civiles, privatización de la violencia, presencia de actores estatales y
no estatales, grupos terroristas, colapso de la autoridad pública etc.).

Apunta que lo que ha variado es nuestra aproximación y análisis en el estudio de los conflictos.
También defiende que la realidad ha cambiado, pero no tanto como la presenten los
defensores de las tesis de las "nuevas guerras".

Kalyvas considera que la distinción actual entre "nuevas" y "viejas" guerras civiles es errónea.
La base del argumento, es que, las "viejas guerras" han estado malinterpretadas y
desconsideradas. Propone una visión micro, buscar la granularidad del problema en vez de
atender solo a los aspectos macro que debilitan el argumento.

Kalyvas afirma que en muchos casos la ideología en otros conflictos es menos visible a los ojos
occidentales al estar basada en perspectivas culturales locales.

Otros autores como Lacina, Harbom y Wallensteen, Lacina y Gedistch se centran en los datos
sobre la violencia de los conflictos, en el número y naturaleza de las pérdidas humanas. Así,
demuestran que no ha habido un aumento en el número de muertes y que la relación de
muertes de militares y civiles no ha cambiado de manera importante. Lacina argumenta que al
expandirse la democracia, las guerras han sido menos mortíferas. Saldrá nuevamente Kaldor
en el año 2013 a rebatir sus propuestas.

En el primer apartado insiste en la diferencia entre viejas y nuevas guerras en cuestiones como
los actores, los objetivos, los métodos y las formas de financiación42. En el segundo y
siguientes apartados se centra más en la parte conceptual.

La autora defiende el adjetivo "nuevo" en el sentido de que debe entenderse como una forma
de esclarecer la lógica de los conflictos contemporáneos que puede ofrecer, tanto una
estrategia de investigación, como una guía para la política.

Como estrategia de investigación es indudable que el debate sobre las nuevas guerras, abrió
en su momento nuevas perspectivas de análisis, contribuyendo a enriquecer el campo de los
estudios sobre los conflictos.

Como guía para la política es también importante señalar los debates y trabajos que se han
desarrollado dentro de las organizaciones militares, las organizaciones internacionales como la
OTAN, la Unión Europea o Naciones Unidas, los ministerios de defensa. Así ha sido común al
hilo de estos conflictos escribir y hablar sobre la seguridad humana, la contrainsurgencia, la
conciencia intercultural, la identidad, actores no estatales, emergencias complejas, las
relaciones civiles-militares, etc.

Kaldor, como la autora que se ha dedicado más pormenorizadamente a esta cuestión,


establece cuatro áreas que analiza de forma exhaustiva: actores, causas, métodos y estrategias
empleadas y formas de financiación.46 A éstas cuatro se añadirán otras tres categorías que se
denominarán emergencias complejas, marco geográfico y marco legítimo- legal de la
violencia.

Actores
PIC

Multiplicidad y fraccionamiento de los actores en los nuevos conflictos. Kaldor establece cinco
principales tipos de actores: fuerzas armadas regulares o restos de las mismas; grupos
paramilitares; unidades de auto-defensa; mercenarios extranjeros y finalmente fuerzas
regulares extranjeras, generalmente bajo auspicios internacionales48. Considera que las
fuerzas regulares están en declive. También hace hincapié en la creciente importancia de las
empresas de seguridad privada y los niños soldados.

Duffield entiende estas "nuevas guerras" como las "guerras en red". Redes cada vez más
privatizadas de actores estatales y no estatales que actúan más allá de las competencias
territoriales de gobiernos definidos territorialmente. En vez de ejércitos o estados, en estas
guerras se alían redes políticas, sociales o económicas. Monika Heupel y Barnhard Zangl
confirman que en la guerra de BosniaHerzegovina llegaron a verificarse hasta 83 diferentes
unidades de combate, que iban desde desertores del ejército regular o bandas criminales.
Responden a estructuras horizontales que operan autónomamente.

Causas

Identidades políticas basadas en cuestiones religiosas, étnicas y tribales, contienda por los
recursos. Kaldor apunta como principal característica de las "nuevas guerras" lo que denomina
las identidades políticas. Las "viejas guerras" se dirimían los asuntos de orden geopolítico o se
combatía por las ideologías o por los territorios. Sin embargo en los nuevos conflictos, los
elementos que entran en liza serán aquellos relacionados con las identidades políticas,
estructuras de poder basadas en la tribu, la nación, el clan, de religión o la lengua.

A diferencia de la política de las ideas, que está abierta a todos, este tipo de política de
identidades es excluyente y, por tanto, tiende a la fragmentación.

Creveld afirma que la guerra no se libra como instrumento de la política, sino más bien como
un instrumento de justicia, la religión o de supervivencia. Münkler afirma que las guerras en
Bosnia, el Cáucaso o Afganistán habrían transcurrido de modo distinto de no haber existido
antagonismos de carácter étnico o religiosos.

el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) aprecia como el sesenta por ciento
(60%) de los conflictos no estatales que se libraron entre 2001 y 2010 fueron por cuestiones de
carácter étnico o religioso.

En el segundo grupo de principales causas constitutivas de las "nuevas guerras" se sitúan las de
orden económico, la contienda por la adquisición y tenencia de recursos. David Keen define a
la guerra como la "continuación de la economía por otros medios". Los estados están
perdiendo relevancia a favor de los mercados. El uso de la fuerza se ha convertido en una
fuente de ingresos. De ahí la aparición de los señores de la guerra que controlan un territorio
por las armas para explotar los recursos naturales o para proporcionar licencias de
explotación. El robo, el saqueo y toda forma de financiación criminal se convierten en el
verdadero "leitmotiv” del conflicto, pasando a un segundo o tercer plano el papel que juegan
las ideologías o la lucha política.

Métodos y estrategias

Una mayor violencia contra la población civil, el hibridismo de su naturaleza, la asimetría cada
vez más profunda de los conflictos y la diferente tolerancia a las bajas.
PIC

La virulencia contra las poblaciones civiles en estos conflictos es objetivo final de la táctica.
Anteriormente eran resultantes de los daños colaterales. Violencia sexual contra las mujeres y
violencia dirigida en muchos casos contra las minorías diferenciadas étnicamente.

En las "nuevas guerras" el territorio se captura mediante el control político de la población. El


objetivo es controlar a la población deshaciéndose de cualquiera que tenga una identidad
distinta, incluso una opinión distinta. Mediante diversos métodos, como las matanzas masivas,
los reasentamientos forzosos y una serie de técnicas políticas, psicológicas y económicas de
intimidación.

En todas estas guerras haya habido un aumento espectacular del número de refugiados y
personas desplazadas. Las guerras ya no se libran en el campo de batalla, con el fin de alcanzar
un objetivo político a través de una batalla decisiva, sino que se cuenta con la presencia de
actores no estatales que luchan en medio de la población. Resulta difícil distinguir lo político
de lo económico, lo público de lo privado, lo militar de lo civil. Es lo que Hoffman denomina
conflicto híbrido y que se manifiesta en la coexistencia de armamento, tácticas y combatientes
muy heterogéneos.

La "Revolución en los Asuntos Militares" que se inició hace más de veinticinco años ha
incorporado la alta tecnología a los sistemas de armas.

Munkler argumentará que la aparición de las asimetrías surge como consecuencia de la


incontestable superioridad económica, tecnológica y militar de los EEUU. Esta asimetría ha
ocasionado la aparición de una nueva estrategia política militar para contestar tal
superioridad, el terrorismo. Presenta Münkler tres tipos de guerras asimétricas: guerras por los
recursos, guerras reguladoras y las guerras de desgaste.

Münkler sostiene que las sociedades occidentales son "post-heroicas", pues tienden a aceptar
una baja tolerancia a las bajas militares y las cargas económicas. Por lo tanto, plantean los
conflictos cortos e intensos. La tecnología les permite el llevar a cabo una guerra casi virtual.

Formas de financiación

Las antiguas guerras eran más autárquicas y centralizadas, mientras ahora se han
caracterizado por una nueva economía de guerra globalizada. Las formas tradicionales de
financiación mediante la tasación y subida de impuestos de los estados y la creación de las
economías de guerra han desaparecido. Las "nuevas guerras" tienen lugar en un contexto de
extrema globalización, con un colapso del estado y la destrucción de sus estructuras.

Los mercados se cierran a los estados colapsados mediante los bloqueos exteriores o por las
fuerzas combatientes sobre el terreno. Las principales formas de financiación pasan a ser "la
transferencia de los recursos" o mediante la ayuda exterior como consecuencia del colapso de
la producción interna. Por una parte, la forma más simple de transferencia de recursos es el
saqueo, el robo, la extorsión, el pillaje, rescates por rehenes, etc. Otra forma es la presión de
los mercados, como el establecimiento de check-points para controlar los abastecimientos
logísticos, los bloqueos y cercos, así como la división del territorio entre diferentes grupos
paramilitares que permiten el control de los precios de mercado.

Por otra parte, la ayuda exterior se convertirá en crucial y tendrá lugar en forma de
armamento, municiones y logística de todo tipo. Estas ayudas pueden llegar mediante
transferencias de capital del extranjero en grupos, individuos de la diáspora, de gobiernos
afines o incluso de la ayuda humanitaria cuando se desvía la finalidad de su uso. Münkler
PIC

incluye el tráfico de drogas, de armas y de todo tipo de mercancías ilegales con la finalidad de
prolongar las guerras de "baja intensidad".

David Keen profundiza en los incentivos económicos de la guerra, y sostiene que podría ser
más beneficioso para ciertas partes prolongar el conflicto con tal de mantener el control de los
recursos económicos o posiciones de poder.

Emergencias complejas

El concepto de emergencia compleja surgió como consecuencia de la irrupción de los


conflictos intraestatales. Fue acuñado a finales de los años ochenta por las Naciones Unidas. La
emergencia compleja produce desplazamientos de personas, hambrunas, crisis sanitarias y
violaciones de Derechos Humanos.

Es a partir de estos conflictos cuando aparece la necesidad de interoperabilidad de los


militares con las ONG y las Agencias de Naciones Unidas. Bosnia y Kosovo marcaron los puntos
de inflexión.

Münkler nos proporciona a su vez las claves que explican el creciente interés de estos actores
para intervenir militarmente en las "nuevas guerras":

a) La brutalidad de las estrategias, justifica la intervención militar con la finalidad de proteger


los Derechos Humanos.

b) La importancia de los recursos naturales en las "nuevas guerras".

c) La larga duración de las "nuevas guerras" que justifica la intervención militar para poner fin a
la lucha

d) El elevado coste de efectos tales como los flujos de refugiados, la propagación de la


violencia, actividades ilegales que desestabilizan regiones enteras.

Duffield: la guerra ya no es un asunto de estado a la manera clausewitziana.

Marco geográfico

De los 31 conflictos que acontecieron entre 1990 y 1997, 24 de ellos encajaron en la categoría
de intraestatales , mientras que solo 3 conflictos de los que tuvieron lugar en el periodo del
2000 al 2010 entran en la tipología de interestatales. En el año 2012 había 23 conflictos
intraestatales y un conflicto interestatal. En el año 2013, 24 conflictos eran intraestatales, uno
más que en 2012.

Creveld considera que las guerras interestatales son escasas debido a que armamento nuclear
ha transformado los conflictos entre estados en algo sin sentido.

Marco legítimo-legal

El monopolio de la fuerza o de la violencia legítima pertenece a los elementos esenciales del


estado moderno. Así desde Thomas Hobbes y sobre todo Max Weber, se define el estado
como una organización política cuyo cuerpo administrativo y funcionarial detenta de forma
exitosa el monopolio del uso legítimo de la fuerza física en la aplicación de sus leyes.
PIC

La debilidad del estado permite el surgimiento de actores no estatales como terroristas,


grupos criminales, carteles de drogas, etc. La aparición de los llamados estados fallidos o
colapsados ha erosionado este monopolio de la violencia sobre su territorio y sobre los
ciudadanos administrados en su defensa, por lo que la aplicación de la ley se hace complicada
o imposible. La imposibilidad del estado en detentar este ejercicio, que diversos autores
atribuyen a la globalización.

Kaldor afirma que dicho monopolio también lo erosiona la transnacionalización de las fuerzas
militares, que comenzó durante las dos guerras mundiales y quedó institucionalizada por la
política de bloques de la Guerra Fría y las relaciones transnacionales que debilitan la capacidad
de los estados para usar la fuerza de modo unilateral.

La violencia se privatiza cada vez más, tanto como resultado de la creciente delincuencia
organizada y la aparición de los grupos paramilitares, como de la desaparición de legitimidad
política. El resultado es una profunda confusión entre los papeles del soldado y el de los
criminales.

La privatización de la violencia es vista como un indicador de la evolución del papel del estado
en la guerra, y una ruptura de las fronteras entre lo público y lo privado. Como consecuencia
de la pérdida del monopolio de la violencia por parte del estado y la privatización de la guerra,
se ha socavado la eficacia del Derecho Internacional. Las "nuevas guerras" eluden en gran
medida estos marcos legales. En las "nuevas guerras" se ignora todo el cuerpo legislativo que
regulariza la violencia.

Kaldor explica que la extrema violencia de las "nuevas guerras" en las que se incluyen las
violaciones sistemáticas, los asesinatos masivos, la limpieza étnica o las hambrunas forzadas
mediante los sitios a las poblaciones, cae dentro de la definición de genocidio con arreglo a la
Convención de Ginebra de 1948. Por tanto las "nuevas guerras" se asocian a la violación
sistemática del Derecho Internacional, en la que la línea entre la guerra, el crimen organizado y
las violaciones de los derechos humanos a gran escala queda muy desdibujada.

1. Actores

a. Multiplicidad y fraccionamiento de los actores internos

2. Causas

a. Identidades religiosas, étnicas, tribales.

b. Contienda por los recursos. Codicia

3. Métodos y estrategias

a. Violencia contra los civiles

b. Asimetría

c. Hibridismo

d. Diferente tolerancia a las bajas

e. Terrorismo

4. Formas de financiación
PIC

a. Nueva economía de guerra

5. Emergencias complejas (internacionalización del conflicto)

a. Respuesta humanitaria

b. Respuesta militar

6. Marco geográfico

a. Intraestatal

7. Marco legítimo legal

a. Erosión monopolio de la violencia del estado. Privatización de la violencia

b. Barbarismo

2.1.1.1 Los efectos de las guerras asimétricas para las mujeres.


Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres - Rita Segato

El proyecto de la guerra es hoy, un proyecto a largo plazo, sin victorias ni derrotas conclusivas.
La potencia imperial ve en la proliferación de las guerras su última forma de dominio. Los
Estados Unidos vienen preparándose desde hace por lo menos dos décadas, con inversiones
desproporcionales en la investigación científico tecnológica y en la industria bélica. Guerra
despojadora y lucrativa, guerras no libradas formalmente entre estados.

Desde las guerras tribales hasta las guerras convencionales que ocurrieron en la historia de la
humanidad hasta la primera mitad del siglo XX, el cuerpo de las mujeres, qua territorio,
acompañó el destino de las conquistas y anexiones de las comarcas enemigas, inseminados
por la violación de los ejércitos de ocupación. Hoy, ese destino ha sufrido una mutación: su
destrucción con exceso de crueldad, su expoliación hasta el último vestigio de vida, su tortura
hasta la muerte. Formas de destrucción corporal, formas de trata y comercialización de estos
cuerpos.

Elizabeth Odio, jueza del Tribunal Internacional, reconoce que, a pesar del surgimiento y la
firma de Convenios humanitarios con cláusulas para la protección de las mujeres en la guerra,
en los conflictos del siglo XX no solo ha empeorado la situación para los civiles y, en especial
para las mujeres y los niños, sino también la violación y los abusos sexuales.

Las guerras de la antigua Yugoslavia y de Rwanda son paradigmáticas de esta transformación e


inauguran un nuevo tipo de accionar bélico en el que la agresión sexual pasa a ocupar una
posición central como arma de guerra.

La dominación y la rapiña sexual ya no son, como fueron anteriormente, complementos de la


guerra, daños colaterales, sino que han adquirido centralidad en la estrategia bélica.

La violación, “como tortura y esclavitud”, y “otras formas de violencia sexual, como la


desnudez forzada y el entretenimiento sexual, como tratamiento inhumano”.

Para comprender las nuevas guerras, es necesario primero pasar revista a los cambios
contextuales que las hacen posibles porque afectan la estructura de los conflictos. Cambios
PIC

consonantes con una economía de mercado global, inestabilidad política, decadencia de la


“democracia real”, porosidad de los Estados y de los territorios nacionales que administran. El
contexto de ese cambio de la guerra, que ya no responde al conflicto convencional entre
Estados Nacionales característico de las conflagraciones del siglo XX, es también el del cambio
de muchas otras dimensiones de la vida: la territorialidad, la política, el Estado, la economía y
el propio patriarcado.

La nueva conflictividad informal y las guerras no-convencionales configuran una escena que se
expande en el mundo, crimen organizado, guerras represivas para-estatales de los regímenes
dictatoriales, la represión policial, las compañías contratadas en la tercerización de la guerra.

No comportan ni uniformes ni insignias o estandartes, ni territorios estatalmente delimitados,


ni rituales y ceremoniales que marcan la “declaración de guerra” o armisticios y capitulaciones
de derrota, y aun cuando hay ceses del fuego y treguas sobreentendidas, estas últimas son
siempre confusas, provisorias e inestables, y nunca acatadas por todos los subgrupos de
miembros de las corporaciones armadas enfrentadas.

Los grupos o corporaciones armadas que se enfrentan en esta nueva modalidad de la guerra
son facciones, bandos, maras, patotas, gangs, grupos tribales, mafias, mercenarios
corporativos y fuerzas para-estatales y estatales de varios tipos.

Antes los mercenarios eran individuos o pequeños grupos de personas, marginales con
relación a la conducción de la guerra, pero hoy constituyen un cuantioso capital humano bélico
administrado dentro del rubro “recursos humanos” por empresas de la guerra de grande
porte.

Esta violencia corporativa y anómica se expresa de forma privilegiada en el cuerpo de las


mujeres, y esta expresividad denota precisamente el esprit-de-corps de quienes la perpetran,
se “escribe” en el cuerpo de las mujeres victimizadas por la conflictividad informal al hacer de
sus cuerpos el bastidor en el que la estructura de la guerra se manifiesta

El cuerpo de la mujer es el bastidor o soporte en que se escribe la derrota moral del enemigo.
Los agredidos son cuerpos frágiles, no son cuerpos guerreros. La violación y la tortura sexual
de mujeres y, en algunos casos, de niños y jóvenes, son crímenes de guerra.

Es necesario recordar y reafirmar que éstos no son crímenes de motivación sexual, sino
crímenes de guerra, de una guerra que debe ser urgentemente redefinida, , e incorporada con
nuevas categorías jurídicas en el Derecho Internacional, es decir, en el campo de los Derechos
Humanos y de la Justicia Humanitaria.

Para Herfried Münkler, después de un largo periodo de estatización, ha ocurrido un retorno a


la privatización y comercialización de las guerras. También subraya su carácter lucrativo, la
utilización de mercenarios y de niños como recursos humanos, su transnacionalización y su
“desmilitarización”, o sea, su informalización.

Las mujeres siempre fueron tratadas como “botín de guerra, el premio de la victoria, el objeto
sexual de los soldados”; mientras que las guerras de las últimas dos décadas no demuestran
ningún respeto por ningún tipo de instrumento o reglamento para la protección de mujeres y
niños. El autor destaca aquí la eficacia de la violación como instrumento de limpieza étnica de
bajo costo: una forma de eliminación sin el costo de las bombas ni la reacción de los Estados
vecinos. Los tres pasos de la disolución de un pueblo sin genocidio consisten, para Münkler, en
la ejecución pública de sus figuras prominentes, la destrucción de sus templos, construcciones
PIC

sagradas y monumentos culturales, y la violación sistemática y el embarazo forzado de sus


mujeres.

Münkler considera posible afirmar que se trata de una violencia calculada y premeditada que
forma parte de una estrategia militar. No se trata de una “costumbre” que se abre camino en
la escena bélica, sino un comportamiento militar planificado. En consecuencia, una
“sexualización extensiva de la violencia es observable en prácticamente todas las nuevas
guerras”.

“Estas guerras son racionales en el sentido de que aplican pensamiento racional a los fines de
la guerra y rechazan los límites normativos”. Un caso sobre el que existe abundante literatura
que, inclusive, coloca su foco en el análisis de la violencia sistemática contra las mujeres
indígenas como componente central del “conflicto interno” es el de Guatemala. Allí, fuerzas
militares actuando para-estatalmente atacaron a las mujeres de los diversos pueblos mayas
que forman la mayoría indígena de ese país.

El Manual del Centro de Estudios Militares dice: “Las tropas empleadas contra fuerzas
subversivas están sujetas a presiones morales y psicológicas diferentes de aquéllas que
normalmente se encuentran en operaciones de guerra convencional.” “El soldado
normalmente tiene gran aversión por las operaciones de tipo policial y por las medidas
represivas contra mujeres, niños y enfermos de la población civil, a menos que esté
extremamente bien adoctrinado en la necesidad de estas operaciones”.

Según Foucault, en la época feudal y la modernidad temprana la forma de gobierno fue el


gobierno del territorio o “dominio” de un lord feudal o rey, e incluía todas las cosas y personas
contenidas en ese espacio delimitado. Solo después, a partir del siglo XVIII, el gobierno se
transformó en gobierno de la población, es decir, de la administración del grupo humano
asentado en el territorio. Esa mutación significó un cambio muy profundo en la concepción de
la propiedad y la posesión que, ciertamente, debido a la contigüidad cognitiva entre cuerpo de
mujer y territorio, resultó en una transformación profunda en las concepciones de género y
sexualidad.

El poder como bio-poder, ejercido a través de la bio-política. Esto es, el gobierno de la gente
como seres biológicos por medio de la gestión de sus cuerpos. Por el efecto del paradigma del
biopoder, la red de los cuerpos pasa a ser el territorio, y la territorialidad pasa a ser una
territorialidad de rebaño en expansión. El territorio, en otras palabras, está dado por los
cuerpos.

Los sujetos y sus “territorios” son co-producidos por cada época y por el discurso de cada
forma de gobierno. Por lo tanto, los elementos constitutivos de una experiencia territorial no
son fijos sino históricamente definidos. Esta forma contemporánea de territorialidad en red es
un dispositivo a través del cual los sujetos son atraídos a la pertenencia, reclutados y
marcados. La modernidad avanzada y la forma de vida colonizada por la economía de mercado
tienen a liberar a los sujetos de un territorio vinculado al Estado y a producir poblaciones y
territorialidades organizadas en red que atraviesan e interactúan con la jurisdicción estatal,
pero que no coinciden completamente con ella.

Para controlar el rebaño, las ahora agencias administradoras de redes deben intensificar tanto
como posible su capacidad de control pastoral y sus biopolíticas, así como sus estrategias de
marcación de los cuerpos para que exhiban su afiliación.
PIC

En el estadio anterior de la sociedad de control, el Estado implementaba técnicas pastorales y


biopolíticas para producir sujetos dóciles. En la presente transición, las organizaciones gestoras
propias de las redes poblacionales tienen a su cargo políticas de subjetivación. El aparato de
Estado y su territorio es intersectado por estas nuevas realidades jurisdiccionales – como dije,
empresarial-corporativas, político-identitarias, religiosas, bélico-mafiosas – que secuestran
para sí una influencia importante en la toma de decisiones y en el acceso a recursos.

Lealtades a la red rediseñan el territorio como entidades proto-políticas y sus caudillajes se


comportan como liderazgos para-estatales, co-existiendo con Estados nacionales en el control
de las poblaciones. El tipo de lealtad que Habermas llamó de “patriotismo de la Constitución”
es reemplazado por un “patriotismo de las reglas de red”, y los nuevos territorios se expanden
constantemente en un proceso que se podría describir como una “anexión blanda”. La red, a
diferencia del Estado, no tiene una tradición bélica, en el sentido tradicional, pero se
constituye conflictivamente. Su conformación y la definición de sus límites no tienen origen
bélico, como en la historia de los Estados nacionales, pero su conflictividad es difusa, sin
principio ni fin, una forma de existencia. Las redes pertenecen al ambiente formateado por el
englobante paradigma de la política de la identidad.

En este nuevo ambiente, las personas son las depositarias y portadoras del territorio y la
cadena de personas pertenecientes a una red es una población. En otras palabras: el grupo de
personas que co-pertenece a una red particular constituye, en sí mismo, el territorio y la
población de esa red.

El cuerpo inscripto como territorio y su afinidad con el biopoder es la forma última de control y
completa la comprensión de la nueva territorialidad y sus demandas por lealtad y antagonismo
ostensivos.

El poder actúa en este estadio directamente sobre el cuerpo, y es por eso que, desde esta
perspectiva, es posible decir que los cuerpos y su ambiente espacial inmediato constituyen
tanto el campo de batalla de poderes en conflicto como el bastidor donde se cuelgan y exhiben
las señas de su anexión. Como he dicho, el cuerpo femenino o feminizado se adapta más
efectivamente a esta función enunciativa porque es y siempre ha sido imbuido de significado
territorial. El destino de los cuerpos femeninos, violados e inseminados en las guerras de todas
las edades dan testimonio de esto (Segato, 2003; 2006). Pero lo que la nueva territorialidad
introduce es una vuelta de tuerca en esa afinidad, ya que el cuerpo se independiza de esa
contigüidad y pertenencia a un país conquistado, y pasa a constituir, en sí mismo, terreno-
territorio de la propia acción bélica.

En sintonía con el cambio del paradigma territorial, se constata un cambio en el campo


propiamente político, es decir, en el campo de la conflictividad de intereses y de la expresión
de los antagonismos. En este nuevo contexto, la espectacularización de aspectos visibles de la
diferencia – étnica, religiosa, racial, etaria, etc. – entre los antagonistas es más importante que
los contenidos de la misma. Los nuevos mecanismos corporativos en la economía y en la
política benefician a quien accede a posicionarse y a marcarse comportamentalmente como
miembro de la red.

El antagonismo se vale de un lenguaje étnico o religioso para simbolizarse y politizarse, la


pauta de la política de la identidad domina, pero achata y vacía la densidad y profundidad de
los contenidos de las diferencias civilizatorias, étnicas, ideológicas, doctrinales y teológicas
substantivas.
PIC

La disputa por dominio territorial y la globalización del capital y del mercado unifican todas las
disputas. Por eso, las personas son obligadas y presionadas a alinearse en torno de los signos
que demarcan estas jurisdicciones, a riesgo de que, de no hacerlo, no puedan ni expresar sus
intereses ni encontrar medios para alcanzarlos.

Así como la religión hoy se prende al control fundamentalista de los cuerpos (y aquí coloco en
el mismo plano el velo obligatorio en el islam y la obsesión anti–abortista entre los cristianos)
por razones que son de soberanía jurisdiccional, de control del rebaño y de exhibición de ese
control, y no de orden teológico, moral o doctrinal, de la misma forma, las razones de la
política han perdido su foco en la dimensión ideológica y son hoy del orden de la cohesión y de
las alianzas y, en ese sentido hasta la política partidaria es hoy “política de identidad” y su
proyecto puede ser también comprendido como territorial. El único valor buscado es el poder,
y esta estrategia que prioriza la cohesión de las alianzas y su clara simbolización por encima de
todas las dimensiones de la diferencia tiene como clave oculta la relación competitiva por el
poder y un pacto vigente entre las facciones o partidos en conflicto con relación a las pautas
que orientan su accionar para obtener porciones de poder, en el sentido de control
jurisdiccional sobre recursos y personas. Poder éste que tiene en el control de los cuerpos el
soporte donde puede simbolizarse y ejercer su pedagogía.

Estos territorios tienen la característica de no ser democráticos ni socialmente homogéneos


internamente, sino fuertemente estratificados, donde una cúpula o nomenclatura político-
gerencial, doctrinario-religiosa o empresarial encuentra la forma de atesorar grandes recursos
financieros que le permiten el monopolio del poder decisorio y un cerrado control, vigilancia y
capacidad de expurgo sobre la totalidad de sus miembros.

Las nuevas formas de la guerra responden también a esta misma lengua franca faccional, y se
articulan perfectamente con este nuevo paradigma de la política.

Para trazar la relación entre la economía y la guerra informal de modalidad mafiosa, tenemos
que valernos necesariamente de un modelo, es decir, de la apuesta en la existencia en una
estructura de relaciones capaz de explicar los sucesos que en los medios son clasificados como
“policiales” y en la gestión pública como “seguridad”. Ante la evidencia de que el crimen
organizado es hoy un continente en expansión y no parece haber medida pública capaz de
contenerlo, nos vemos obligados a pensar de otra manera, hacer apuestas con relación a
relaciones, conexiones, entre dimensiones de la vida social que van mucho más allá de los
márgenes de la sociedad, de la categoría “policial” y del tema de la “seguridad pública”.

El modelo que propongo parte por considerar que una interminable serie de negocios ilícitos
produce sumas masivas de capital no declarado. Estos negocios son de muchos tipos:
contrabandos diversos como el narcotráfico y de armas; el tráfico consentido y la trata
engañosa de adultos y de niños; el tráfico de órganos; asimismo el tráfico de una cantidad
inmensa de bienes de consumo legal que ingresan desde el exterior, incluyendo bebidas
alcohólicas, drogas lícitas y partes de aparatos electrónicos. También por el contrabando hacia
el exterior de minerales estratégicos, piedras preciosas, maderas, y hasta animales exóticos.
Aquí también suma mucho dinero la explotación de la prostitución, donde se somete
especialmente, pero no exclusivamente, a las mujeres al trabajo sexual esclavo. Otra fuentes
de ese gran lago de capital sumergido, subterráneo, no declarado, son las casas de juego, los
casinos, públicos o clandestinos.

Qué fuerzas y qué tipo de violencia protegen la cuantiosa y enormemente variada propiedad
en el nivel subterráneo de la “segunda economía”? Llegamos, a través de esa pregunta, a
PIC

postular la existencia de dos realidades: una Primera Realidad, constituida por todo aquello
regido por la esfera del Estado, todo aquello declarado al Estado, visible en las cuentas de la
Nación y en las páginas de internet de la Transparencia en Gestión Pública, las propiedades
inmuebles residenciales, comerciales e industriales compradas o heredadas; los impuestos
recaudados; los sueldos públicos y privados.

Por otro lado, en el subsuelo de ese mundo de supuestas transparencias, se encuentra


“Segundo Estado” o Segunda Realidad: con bulto de capital y caudal de circulante
probablemente idéntico, y con fuerzas de seguridad propias, es decir, corporaciones armadas
ocupadas en proteger para sus “dueños” la propiedad sobre la riqueza incalculable que en ese
universo se produce y administra. Esa estructura interfiere en la política e influencia los
gobiernos.

Como afirmó en 2013 el propio Fiscal General de los Estados Unidos, Eric Holder, los actos de
corrupción y fraude cometidos por los ejecutivos de los bancos norteamericanos no pueden
ser judicializados debido al tamaño de esas instituciones y su incidencia en las economías
nacional (de los Estados Unidos) y global. Estamos aquí frente a la duplicación del Estado y la
llana aceptación de la intocabilidad y funcionalidad de la “segunda realidad”.

Es vinculando estas dos evidencias que acabo de mencionar, la de la complicidad de los bancos
del Norte con el lavado del dinero que arrojan los negocios mafiosos en el Sur, por un lado, y la
de la oferta de instrucción para la represión de las pandillas por parte de expertos militares
norteamericanos.

Una de las consecuencias de la existencia de una “segunda realidad”, es la expansión de un


campo bélico de características nuevas, difuso.

El Estado es legalmente dual y actúa para-estatalmente sin traicionar su normativa. Existen


varias formas de duplicación, y todo un territorio liminal entre lo legal y lo criminal, un
verdadero limbo que demuestra la naturaleza ficcional del Estado de derecho.

Si la Primera Realidad a la que me he referido ya contiene, en su accionar, ese tipo de


desdoblamiento, de duplicación, la Segunda Realidad es toda ella operada por un Segundo
Estado, marcado por la acción de corporaciones armadas propias, sicariatos organizados y
conducidos por cabezas que actúan a nivel local, barrial, y otras más distantes.

Por otra parte, no hay un lenguaje jurídico para hablar de estas nuevas formas de la guerra. No
están legisladas en ningún lugar. La Convención Contra la Tortura, por ejemplo, habla de la
tortura a mano de agentes del Estado, pero allí practican la tortura los agentes de otro Estado,
los miembros de otro tipo de corporaciones armadas. La segunda realidad es un campo
incierto, un pantano inexplorado.

La situación de la propia democracia liberal representativa – la “democracia real” o


“democracia realmente existente” – se ve necesariamente afectada en este complejo
escenario.

Toda violencia tiene una dimensión instrumental y otra expresiva. En la violencia sexual, la
expresiva es predominante. La violación, toda violación, no es una anomalía de un sujeto
solitario, es un mensaje de poder y apropiación pronunciado en sociedad. La finalidad de esa
crueldad no es instrumental. Esos cuerpos vulnerables en el nuevo escenario bélico no están
siendo forzados para la entrega de un servicio, sino que hay una estrategia dirigida a algo
PIC

mucho más central, una pedagogía de la crueldad en torno a la cual gravita todo el edificio del
poder.

Hasta las guerras formales entre Estados del Siglo XX, la mujer era capturada, como el
territorio: apropiada, violada e inseminada como parte de los territorios conquistados, en
afinidad semántica con esos territorios y sus cuerpos como territorio mismo. Era un efecto
colateral de las guerras. En ella se plantaba una semilla tal como se planta en la tierra, en el
marco de una apropiación. Pero la violación pública y la tortura de las mujeres hasta la muerte
de las guerras contemporáneas es una acción de tipo distinto y con distinto significado. Es la
destrucción del enemigo en el cuerpo de la mujer, y el cuerpo femenino o feminizado es, como
he afirmado en innumerables ocasiones, el propio campo de batalla en el que se clavan las
insignias de la victoria y se significa en él, se inscribe en él la devastación física y moral del
pueblo, tribu, comunidad, vecindario, localidad, familia, barriada o pandilla que ese cuerpo
femenino.

Es importante dejar claro que los crímenes sexuales, especialmente los de guerra, son de
soberanía jurisdiccional y de discrecionalidad soberana sobre un territorio, y no “de odio”. En
realidad estamos frente a un panorama guerrero configurado por intereses de órdenes que
superan en mucho la esfera de la intimidad. La explicación mono-causal y de sentido común
que atribuye al móvil del “odio” las agresiones letales de género, es decir, que define los
feminicidios como “crímenes de odio”, ha hecho un gran daño a nuestra capacidad de
entender qué sucede en la variedad de crímenes de género.

Sobre la violación como método en el nuevo contexto bélico, ella no es apropiación sino
destrucción, es decir, la devastación física y moral de un organismo-pueblo. Ese cuerpo en el
que se ve encarnado el país enemigo, su territorio, el cuerpo femenino o feminizado,
generalmente de mujeres o de niños y jóvenes varones, no es el cuerpo del soldado-sicario-
mercenario, es decir, no es el sujeto activo de la corporación armada enemiga, no es el
antagonista propiamente bélico, no es aquél contra quien se lucha, sino un tercero, una
víctima sacrificial, un mensajero en el que se significa, se inscribe el mensaje de soberanía
dirigido al antagonista.

Si la violación a varones, por otro lado, es la feminización de sus cuerpos, su desplazamiento a


la posición femenina, la violación de las mujeres es también su destitución y condena a la
posición femenina. La pedagogía de feminidad como sometimiento se reproduce allí. Cuando
se viola tanto a una mujer como a un hombre, la intención es su feminización como marca
definitiva e indeleble.

la relación jerárquica que llamamos “género” como estructura binaria y desigual por la cual la
posición masculina secuestra para sí la plataforma de enunciación de verdades de interés
universal llamada “esfera pública” y se coloca en la posición de sujeto paradigmático de lo
Humano pleno y englobante, en un gesto que expulsa a la posición femenina a la calidad de
margen, resto, particularidad, cuestión de intimidad. La agresión bélica sexualizada a mujeres y
a niños, es decir, a aquéllos que no ocupan la posición del sujeto antagonista en la guerra,
representa una agresión simultáneamente física y moral a cuerpos cuya existencia debe darse
bajo custodia. La falla en poder proteger esos cuerpos de la saña enemiga es un indicativo de
quiebra moral, una de las formas más importantes de la derrota en un imaginario que es
arcaico, ancestral. No hay derrota del vencido sin que en ella participe su destrucción moral.

El cuerpo femenino y feminizado tiene un destino particular. En las guerras convencionales del
pasado, se lo anexó, se lo inseminó masivamente, se lo incorporó como parte del territorio
PIC

conquistado, distribuyendo su posesión entre los hombres y las familias, como cuerpo esclavo
o servil, y como cuerpo concubino. En la actualidad, ha ocurrido una transformación de ese
antiguo papel del cuerpo femenino en la escena de la guerra. En las guerras informales que se
expanden en el presente, el cuerpo de las mujeres es torturado por medios sexuales hasta la
muerte, a él se le destina la destrucción siempre mediante la utilización – aunque no exclusiva
– del abuso y la intrusión sexual por su carácter profanador de lo que debe ser resguardado.

Es indispensable, para los fines de las estrategias de lucha contra la victimización de las
mujeres, entender que hay un tipo de violencia de género que se genera y transita por
escenarios absolutamente impersonales.

Femi-geno-cidios”: se aproximan en sus dimensiones a la categoría “genocidio” por sus


agresiones a mujeres con intención de letalidad y deterioro físico en contextos de
impersonalidad, en las cuales los agresores son un colectivo organizado o, mejor dicho, son
agresores porque forman parte de un colectivo o corporación y actúan mancomunadamente, y
las víctimas también son víctimas porque pertenecen a un colectivo en el sentido de una
categoría social, en este caso, de género.

Los crímenes de “femigenocidio” están aumentando en número y en proporción con relación a


los interpersonales o personalizables. En Congo, los médicos ya utilizan la categoría
“destrucción vaginal” para el tipo de ataque que en muchos casos lleva a sus víctimas a la
muerte. En El Salvador, entre 2000 y 2006, en plena época de “pacificación”, frente a un
aumento de 40% de los homicidios de hombres, los homicidios de mujeres aumentaron en un
111%, casi triplicándose; en Guatemala, también de forma concomitante con el
restablecimiento de los derechos democráticos, entre 1995 y 2004, mientras los homicidios de
hombres aumentaron un 68%, los de mujeres crecieron en 144%, duplicándose; en el caso de
Honduras, la distancia es todavía mayor, pues entre 2003 y 2007, el aumento de la
victimización de los hombres fue de 40% y de las mujeres de 166%, cuadruplicándose.

Frente a una escena bélica informal y difusa en expansión, que opera con métodos mafiosos,
configura un universo para-estatal de control y captura progresivamente la vida social y la
política, es necesario introducir en la retórica jurídica y en la consciencia de la opinión pública
la centralidad y el significado de las formas nuevas de victimización del cuerpo femenino en las
estrategias de manutención de un orden basado en la dominación arbitraria y soberana sobre
la vida de las personas y sus territorios. Localizar y desarticular este dispositivo de dominio es
una tarea urgente.

2.1.2 Guerras Híbridas: Conceptos y Características.


Guerras hibridas

Algunos sostienen que el conflicto híbrido es el producto natural de la adaptación de la guerra


irregular y asimétrica al mundo actual. Otros subrayan que este concepto no está consolidado
ni tampoco existe ninguna definición plenamente aceptada. Muchos expertos alertan de que
esta idea corre el riesgo de perder su valor explicativo al haberse popularizado para definir
cualquier actividad realizada por un Estado o actor no estatal sin cruzar claramente la frontera
entre paz y guerra, poniendo ejemplos tan dispares como las intervenciones rusas en Crimea o
PIC

Ucrania, sus acciones de desestabilización en su área de influencia directa o las operaciones


informativas en muchos puntos del planeta.

Definido originalmente en un trabajo académico de la Marina estadounidense de 2002 para


advertir de las tácticas empleadas por la insurgencia chechena contra el ejército ruso durante
la Primera Guerra de Chechenia (1994-96) , el término guerra híbrida fue empleado por
primera vez en un documento oficial tres años después para explicar la combinación de dos o
más amenazas de tipo tradicional, irregular, catastrófico o disruptivo. Sin embargo, no fue
hasta la publicación del artículo «La guerra del futuro: la llegada del conflicto híbrido», escrito
por el actual titular del Pentágono, James N. Mattis, junto con el teniente coronel Frank G.
Hoffman, cuando se le dotó de contenido teórico, la guerra de 2006 entre Israel y Hizbulá
cuando pareció tener lugar su primera gran manifestación práctica , y la presentación del
ensayo El conflicto en el siglo xxi: el advenimiento de la guerra híbrida cuando se popularizó
esta idea entre la comunidad de defensa . Sin embargo, no sería hasta varios años después
cuando, a raíz de reflexiones del jefe de Estado Mayor de la defensa rusa, Valeri Gerasimov, las
intervenciones de Moscú en Crimea y Ucrania o sus operaciones de información en varios
países occidentales, cuando la guerra híbrida traspasó la frontera del debate estratégico para
convertirse en un vocablo de uso común en medios no especializados. Sin embargo, al asimilar
la guerra híbrida con las acciones de propaganda y agitación que realiza Moscú, este concepto
corre el riesgo de perder su valor explicativo y convertirse en una idea vacía de contenido o un
sinónimo para definir las acciones rusas en la «zona gris».

La guerra híbrida no es el único concepto barajado actualmente para explicar la


transformación de los conflictos. Al contrario, junto con la popularización del concepto de
«zona gris» para referirse a cualquier actividad militar o no militar ejercida con más o menos
ambigüedad en la amplia franja que existe entre la paz y la guerra abierta pero sin constituir
un casus belli , la amenaza híbrida es la más reciente de una larga serie de expresiones (entre
las que destacan los conflictos de cuarta y quinta generación, de tres bloques, posmodernos,
compuestos, entre la población, complejo-irregulares o sin restricciones) concebidas desde el
fin de la Guerra Fría para definir las nuevas guerras del siglo xxi.

Estos conflictos, calificados como característicos del mundo globalizado y entre los que se citan
los Balcanes, Chechenia, Afganistán, Irak, Líbano, Sri Lanka, Crimea o Ucrania como casos más
significativos, son presentados como novedosos por numerosas razones: por los actores
involucrados (Estados interviniendo de manera directa o delegando su actuación a agentes
domésticos o proxies, guerrillas, terroristas, redes criminales o contratistas militares privados),
los medios utilizados (armas sencillas empleadas de manera novedosa, sistemas sofisticados
trasferidos por los Estados, armas pesadas o tecnologías de uso dual disponibles en el
mercado), las tácticas empleadas (acciones convencionales limitadas, actos terroristas,
insurgencia, ciberoperaciones, maskirovka, ocultación y engaño o propaganda multicanal), los
multiplicadores usados (sistemas de posicionamiento, inteligencia de señales (SIGINT), de
fuentes abiertas (OSINT) y de redes sociales (SOCMINT), RPA drones, comunicaciones
avanzadas o ciberataques) o las fuentes de financiación manejadas (actividades legales y
delictivas con estrecha colaboración con el crimen organizado).

Estas características hacen que las nuevas guerras del siglo xxi sean aparentemente muy
distintas de los conflictos más representativos de la Era Moderna o Contemporánea, donde
existía una declaración formal de guerra que impedía el surgimiento de «zonas grises» y donde
los ejércitos regulares pertenecientes a un Estado-nación combatían de manera convencional y
simétrica en frentes claramente definidos, respetando los usos y costumbres de la guerra
PIC

aceptados por los contendientes y utilizando medios tecnológicamente avanzados para la


época.

Por lo tanto, no es extraño imaginar que cualquier adversario, cuando se enfrente a un ejército
occidental, intentará aprovechar las oportunidades que le brinda el mundo globalizado para
explotar las limitaciones del estilo occidentalizado de combatir, fundamentado este en la
supremacía tecnológico-militar y en el cumplimiento de las leyes y costumbres de la guerra
para lograr victorias rápidas, decisivas, contundentes y sin apenas bajas propias ni daños
colaterales.

En consecuencia, tal y como ha sucedido desde la Antigüedad clásica, ante la imposibilidad de


medirse con un ejército avanzado el enemigo utiliza tácticas asimétricas, se confunde entre la
población, actúa ajeno a los usos y costumbres de la guerra e intenta que sus actividades
tengan los mayores efectos estratégicos posibles mediante una eficaz explotación informativa
de sus actos. Por lo tanto, ante un escenario marcado por la supremacía militar de los ejércitos
regulares avanzados, cualquier oponente (desde los paramilitares albano-kosovares contra
Serbia y esta contra la Alianza Atlántica, las guerrillas chechenas contra Rusia, las milicias de
Hamás y Hizbulá contra Israel, la insurgencia talibán, la resistencia iraquí o Dáesh contra sus
enemigos hasta potencias como China o Rusia, conocedoras de su inferioridad militar
convencional respecto a Estados Unidos o la Alianza Atlántica ) se ve obligado a adaptarse y
plantear respuestas que mitiguen esta superioridad y exploten las debilidades políticas,
sociales, jurídicas, morales, económicas, demográficas o militares de estos adversarios
aparentemente imbatibles en el terreno convencional.

Mientras cualquier oponente estatal o no estatal parece hacer gala de un realismo extremo y
sabe aprovechar sus fortalezas y minimizar sus debilidades, las sociedades occidentales han
abrazado los valores postmodernos y postmaterialistas. Estos impiden ver el mundo como algo
complejo y peligroso, donde el poder, el interés y la ambición pueden provocar choques
violentos y donde las controversias internacionales pueden resolverse pacíficamente con
arreglo al derecho internacional. Es por esta razón que nuestras sociedades (especialmente las
europeas occidentales) son cada vez más reacias a concebir el empleo de la fuerza o la
amenaza de recurrir a ella como herramienta de política exterior para defender los intereses o
la soberanía nacional. En este contexto, nuestro poder militar se convierte en irrelevante y
nuestra capacidad disuasoria en inverosímil si carecemos de la voluntad de utilizar la fuerza o
advertir de forma creíble que cualquier alteración del status quo podrá motivar una respuesta
clara y contundente. Junto con la desafección política y la explotación del juego democrático,
esta falta de credibilidad de la disuasión está motivando la escalada en el número e intensidad
de las actividades estatales en esta «zona gris» que separa la paz de la guerra o la proliferación
de las operaciones de información en el ciberespacio sin que Occidente pueda plantear
ninguna réplica efectiva.

En el marco de las operaciones militares la situación tampoco es mejor. La volubilidad de la


opinión pública doméstica y la presión de la comunidad internacional, el pánico a las bajas
propias y el temor a los daños colaterales, el sometimiento a unos usos y costumbres de la
guerra restrictivos y quizá anacrónicos, la ansiedad por los costes políticos y los efectos
electorales de las operaciones, la exigencia de restringir su alcance, impacto y duración, la
renuencia a usar fuerzas terrestres en operaciones o la necesidad de emplear la fuerza de
manera limitada y restrictiva son otros elementos que pueden ser explotados por los actores
estatales y no estatales que se enfrentan contra un ejército occidental, lo que hace de la unión
de todos estos factores la base para la construcción del concepto de guerra híbrida.
PIC

Considerado como un tipo de guerra, el estilo de lucha característico de la Era de la


Información que, fundamentado en las posibilidades que brinda la globalización y el libre
acceso a las tecnologías avanzadas, se distingue por la combinación, en todos los ámbitos y
fases de la operación, de acciones convencionales e irregulares, mezcladas estas últimas con
actos terroristas, propaganda y conexiones con el crimen organizado, la guerra híbrida se
caracteriza por la integración en tiempo y espacio de procedimientos convencionales con
tácticas propias de la guerra irregular (desde propaganda, agitación, subversión, guerra de
guerrillas e insurgencia hasta actividades de guerra informativa, guerra legal o
ciberoperaciones), mezcladas estas últimas con actos terroristas y conexiones con el crimen
organizado para la financiación, obtención de apoyos y asistencia.

En consecuencia, tal y como hemos podido observar recientemente en Oriente Medio o


Ucrania, la tipología, el estatuto legal o la organización del combatiente podrían tratarse de
factores secundarios a la hora de caracterizar la amenaza híbrida, puesto que aquello
realmente representativo es su habilidad para emplear simultánea y eficazmente
procedimientos y tácticas convencionales, irregulares y terroristas.

A este rasgo distintivo se le suman otras características que podríamos calificar de secundarias,
como son:

 El empleo de armamento y material tecnológicamente avanzado procedente tanto de


los arsenales militares de un país y operado por un ejército o un actor no estatal como
obtenido en el mercado civil (RPA drones, armas de precisión, medios de inteligencia,
comunicaciones avanzadas o cibercapacidades).
 La eficaz explotación de la propaganda e información online para difundir su mensaje,
generar narrativas que apoyen sus fines y erosionar las opiniones públicas de sus
oponentes.
 La organización interna flexible, adaptable y articulada en red.
 La indefinición normativa y desprecio a los usos y costumbres de la guerra
tradicionalmente aceptados por la comunidad internacional.
 La eficaz combinación de los medios que están a su disposición para infligir el máximo
daño físico y psicológico a su adversario.

Estas características adicionales permiten sugerir que la guerra híbrida es un fenómeno que,
facilitado por el fin de la Guerra Fría, la globalización y la Era de la Información, constituye la
reacción natural y lógica al estilo militar occidental. Sin embargo, ¿tan distinta es la guerra
híbrida de los enfoques irregulares y asimétricos?; ¿ningún conflicto a lo largo de la historia ha
tenido algún elemento híbrido?; ¿no podría ser la guerra híbrida la adaptación de la guerra
irregular al mundo actual?

Aunque estas y otras cuestiones permanecen abiertas, no puede negarse que la guerra híbrida
es un concepto atractivo y con fuerza expresiva por dos grandes razones: muestra
gráficamente la creciente complejidad de los conflictos actuales y pone de manifiesto la
difuminación de las fronteras entre precrisis, crisis y guerra, entre fuerzas regulares e
irregulares o entre tácticas convencionales y asimétricas. Sin embargo, desde un punto de vista
académico, la guerra híbrida como teoría es imprecisa y como concepto corre el riesgo de
perder su significado hasta convertirse en algo irrelevante, especialmente hoy en día, cuando
cualquier actividad que pueda relacionarse con Moscú (desde su intervención militar en
Ucrania, el hackeo de los correos del Comité Nacional Demócrata estadounidense, los
PIC

anuncios en Facebook durante sus comicios presidenciales o la propaganda online sobre


Cataluña) es calificada como constitutiva de una guerra híbrida.

Mientras basándonos en los argumentos expuestos podríamos considerar que Moscú libró una
guerra híbrida en Ucrania (aunque siempre teniendo en cuenta que las referencias rusas al
concepto son interpretaciones de los debates occidentales y las publicitadas reflexiones de los
generales Makarov y Gerasimov no constituyen ninguna doctrina, sino que enlazan con la
tradición operativa soviética / rusa), el resto de sucesos no pueden calificarse como tales por
una sencilla razón: no nos hallamos ante un conflicto que entrañe el empleo combinado de
medios, procedimientos y tácticas militares regulares y asimétricas, que sería la definición
mínima de guerra híbrida. Al contrario, estos hechos (incluyendo las actividades informativo-
técnicas e informativo-psicológicas que se han producido en el ciberespacio ucraniano)
deberían ser calificados como operaciones de información que, herederas de las tradicionales
tácticas de desestabilización y agitación soviéticas, pueden realizarse en tiempo de paz,
precrisis, crisis y guerra en los niveles estratégico, operacional o táctico. Además, si tenemos
en cuenta que muchos tratadistas militares rusos sugieren la difuminación de la frontera entre
paz y guerra y el surgimiento de una «zona gris» del conflicto, parece más acertado empezar a
utilizar los conceptos correctamente para evitar que estos pierdan su significado.

En resumen, bien sea para definir el empleo simultáneo de medios convencionales e


irregulares, para mostrar la complejidad de los conflictos actuales o para alertar sobre la
peligrosidad de la guerra irregular y asimétrica del siglo xxi, la guerra híbrida no solo constituye
una respuesta lógica al paradigma estratégico reinante en Occidente y una forma efectiva de
enfrentarse a un adversario militarmente más poderoso, sino que constituye una importante
amenaza a la que deben enfrentarse los ejércitos actuales. Sin embargo, no debemos caer en
el error de usar esta idea para cualquier suceso extraño ni realizar interpretaciones
interesadas, ni tampoco obviar la capacidad de muchos actores no estatales para presentar
una oposición híbrida y empezar a reflexionar seriamente sobre la expansión de las zonas
grises, releer a los clásicos del arte operacional, estudiar detenidamente las doctrinas de
guerra informativa, no caer en el grave error de asimilar guerra híbrida con las acciones de
Moscú y tener muy presente que muchos actores de nuestro flanco sur profundo pueden
plantear acciones híbridas.

2.1.2.1 La participación de Rusia en las guerras híbridas.


2.1.3 Guerras Verdes.
Degradación ambiental y conflictos armados: las conexiones LAVAUX
Con un enfoque muy holístico, puede llegar a considerar el estrés ambiental (entendido como
cambio, degradación, escasez, conflictos medioambientales y de recursos) un factor que pone
en peligro la integridad territorial del Estado, la paz y la estabilidad interna e internacional, el
bienestar humano, los valores, el modo de vida, así como el desarrollo económico y humano
de una sociedad.

Las cuatro generaciones de estudios sobre seguridad ambiental


PIC

La primera generación de estudios sobre el tema apareció en la primera mitad de la década de


los ochenta. Esta primera versión ampliada y transnacional de la seguridad estableció un
esquema en el cual las dimensiones políticas, económicas, societales y medioambientales
cobran una importancia fundamental en varios ámbitos, frente a la dimensión militar
convencional. Por nunca comprobarlo de manera empírica, esa primera ola fue objeto de
muchas críticas.

La idea original, era hacer de los asuntos medioambientales temas de high politics. En materia
de seguridad se generaron nuevos acercamientos, más científicos y menos políticos, dedicados
específicamente al estudio de la importancia del estrés ambiental como fuente de conflictos
interestatales e intraestatales (segunda generación) o como amenaza al bienestar humano
(tercera generación). Apareció al inicio de la década de los noventa, y se restringió el ámbito
de investigación a las relaciones entre las variables escasez de recursos renovables y conflicto
violento. Esta segunda ola de estudios determinó que el deterioro de la calidad del medio
ambiente, entendida como escasez de recursos renovables o cambio medioambiental, podía
empeorar otros factores políticos, sociales o económicos susceptibles de constituirse, a su vez,
en la causa de conflictos violentos. Se habla entonces de conflictos medioambientalmente-
inducidos.

Nació a finales de los años noventa una tercera tendencia, muy crítica de la segunda, basada
en una visión más optimista de las relaciones internacionales. Esta tercera generación procura
ampliar la gama de variables dependientes para incluir ingredientes de seguridad humana
opuestos a los postulados conflictivos estatales de sus predecesores.

En la actualidad, se perfila una cuarta tendencia que apela a acercamientos más holísticos de la
seguridad ambiental. Basada en la combinación de las generaciones anteriores, esta nueva
visión observa las relaciones entre el medio ambiente y la seguridad en términos
multidimensionales tanto de conflicto como de cooperación y de seguridad humana, para los
Estados como para las sociedades y las personas.

Los conflictos medioambientales: elementos de comprensión

En primer lugar, la asimetría económica (niveles de desarrollo) entre los países del norte
(centro) y los del sur (periferia) conduce a que los Estados tengan, en cuanto a recursos
naturales, necesidades y perspectivas distintas, y el desequilibrio generado por la diferencia de
acceso y uso de los recursos naturales entre los Estados, pero también en su interior, se
considera una causa potencialmente importante de inseguridad y de conflicto. En segundo
lugar, el carácter conflictivo de esta asimetría se ve reforzado cuando la soberanía y el control
sobre los recursos (elementos de poder para muchos Estados) adquieren un carácter de
interés vital o estratégico para asegurar su posición internacional o regional y preservar su
seguridad nacional. Por último, la anarquía internacional y la política de poder de los Estados
—basada en la protección del interés nacional y la debilidad de los regímenes ambientales
internacionales o regionales— limitan considerablemente el fomento de cooperaciones
multilaterales en este ámbito e incentivan lógicas competitivas interestatales.

Dichos conflictos ambientales se manifiestan a manera de conflictos políticos, sociales,


económicos, culturales, étnicos, religiosos y territoriales o como conflictos por recursos
naturales de interés nacional. Son conflictos tradicionales inducidos por una situación de
PIC

degradación ambiental causada por una sobreutilización (o mala administración) de los


recursos, contaminaciones o empobrecimiento del espacio vital.

Dos grupos de investigación han dado las pautas de la argumentación sobre medio ambiente y
conflicto. Se trata del Grupo de Toronto y de Encop (de la segunda generación de estudios
sobre seguridad ambiental), que se dedicaron a la noción de conflicto como fenómeno
empírico y observable. Ambos trataron de concentrarse en el papel de los cambios
ambientales y del agotamiento de los recursos como potencial causa o coadyuvante de
conflicto violento.

Seis tipos de problemas ambientales pueden convertirse en la causa de conflicto violento:

 el cambio climático inducido por el efecto invernadero,


 la degradación de la capa de ozono,
 el agotamiento y la pérdida de tierras cultivables,
 la degradación de los bosques,
 la escasez y la contaminación de las fuentes de agua dulce y
 el agotamiento de los recursos pesqueros.

Los conflictos por los recursos no renovables (minerales y petróleo), son llamados también
guerras de recursos o guerras verdes, cuando dichos recursos son el objeto mismo del
conflicto. El mismo diagnóstico se revela válido cuando se trata de un tipo específico de
recurso renovable: el agua dulce, aunque no ha producido grandes conflictos internacionales
aún.

Existen tres factores, que pueden causar escasez ambiental de recursos renovables:

 la pérdida en cantidad y calidad de los recursos renovables en una proporción mayor


que su renovación natural (escasez inducida por oferta)
 el fuerte aumento poblacional y del consumo per cápita (escasez inducida por
demanda)
 el acceso desigual a los recursos (escasez estructural).

Dichos factores pueden influir de varias maneras en la situación de inseguridad de un Estado o


de una región: (1) la escasez de recursos puede en parte provocar conflictos interestatales; (2)
la escasez medioambiental, que suscita movimientos poblacionales, genera parcialmente
conflictos subnacionales o intraestatales; (3) el estrés ambiental, que a su vez dificulta el
desarrollo de las actividades económicas e interrumpe la vida normal, genera conflictos
subnacionales o intraestatales en términos de insurgencia y de guerra civil.

Aquí aparecen cuatro tipos de efectos sociales muy importantes para analizar la relación entre
escasez ambiental y violencia: la disminución de la producción agrícola, el decrecimiento de la
productividad económica, el desplazamiento poblacional, y la interrupción de las instituciones
y de las relaciones sociales.

Aquellos efectos sociales basados en la escasez ambiental contribuyen al desarrollo de tres


tipos de conflictos inducidos por el medio ambiente, en cuanto a recursos renovables: los
conflictos de simple escasez entre Estados, los conflictos de grupo e identidad en los Estados o
entre éstos y los conflictos relativos a la degradación económica, institucional y política en el
interior o entre los Estados.
PIC

La escasez ambiental, en general, incentiva a unos grupos poderosos a ‘capturar’ recursos


ambientales de mucho valor y a grupos marginales a emigrar hacia zonas ecológicamente
sensibles. En consecuencia, ambos procesos refuerzan la escasez ambiental y aumentan el
potencial de inestabilidad social. Dichos procesos se llaman también captura del recurso
(resource capture), cuando se trata del nexo entre la degradación y el agotamiento de los
recursos que incentiva a algunos grupos a cambiar la distribución de dichos recursos a su favor;
así como marginalización ecológica (ecological marginalization), cuando se trata de la conexión
entre el acceso desigual a los recursos y el crecimiento poblacional, que causa olas de
migraciones.

Las sociedades pueden adaptarse a esta escasez con el uso de recursos alternativos más
eficientes, pero dependen de las capacidades sociales y técnicas disponibles en esa sociedad.
Si esto fracasa, la escasez ambiental contribuye al empobrecimiento y a las migraciones,
debilita a los Estados, agudiza las diferencias entre grupos (reforzando las identidades) y realza
las oportunidades para participar en acciones colectivas violentas, como también puede
contribuir al aumento de los movimientos poblacionales, al receso económico y al
debilitamiento de los Estados, lo que puede causar desde conflictos étnicos, insurgencias y
golpes de Estado, hasta guerra civiles. Rara vez la escasez ambiental es la razón directa de los
conflictos interestatales (con excepción de la escasez de recursos no renovables).

Una situación de guerra civil generada parcialmente por razones ambientales puede tener
consecuencias en la comunidad internacional, por ejemplo, causando grandes flujos de
refugiados e importantes crisis humanitarias que no solamente desestabilizarían a los vecinos,
sino que también involucrarían a la cooperación internacional y a las organizaciones
internacionales.

Encop propone una tipología de conflictos generados por problemas ambientales clasificados
en tres niveles: (1) cuando el medio ambiente desempeña un papel entre los grupos que
coexisten en el interior de un mismo país; (2) cuando los conflictos internos se
internacionalizan, normalmente en virtud de un desplazamiento importante de población, y
(3) cuando un conflicto interestatal surge de la degradación del medio ambiente en el ámbito
regional o global.

Encop concibió también siete tipos de conflictos inducidos por problemas ambientales: los
conflictos etnopolíticos, los conflictos de tipo centro-periferia, los conflictos de migración
interna, los conflictos de migración transfronteriza (terremoto de haiti, migrantes a república
dominicana), los conflictos de migración por causas demográficas, los conflictos
internacionales sobre agua y los conflictos medioambientales globales. Los problemas
ambientales son simultáneamente causa, medio y fin de los conflictos ambientales.

Sin embargo, a pesar de los avances importantes que han permitido desarrollar esos grupos de
investigación en la toma en consideración de los problemas ambientales, tanto los resultados
encontrados como la metodología empleada han sido muy criticados.

Más allá de la escasez de recursos y de los cambios ambientales: un marco de análisis


complementario para el estudio de los conflictos ambientales
PIC

El nuevo marco de análisis propuesto para el estudio de los conflictos medioambientales tiene
que incluir factores de estabilidad política y de desarrollo económico; por ello, la interacción
entre las tres variables económica, política y ambiental es fundamental.

EL TERRORISMO ECOLÓGICO-AMBIENTAL Y SUS IMPLICACIONES

Actos terroristas deliberados o accidentales que generan destrucción del medio ambiente lo
que afecta directamente a la población.

Existen los actos terroristas en los cuales el uso del medio ambiente es en gran parte
accidental, y aquellos donde el terrorista utiliza deliberadamente la fuerza para afectar el uso
normal del medio ambiente y de los recursos naturales. Si bien los primeros son actos
terroristas per se que pueden ocasionar involuntariamente un daño ambiental, los segundos
son actos de puro terrorismo ambiental, puesto que el mismo medio ambiente está
directamente amenazado por los autores de estos actos, que buscan la indignación o el miedo
de la opinión pública alrededor del daño ambiental ocasionado.

Varios autores afirman que los actos de violencia desarrollados durante períodos de guerra no
pueden asumirse como terroristas, sino como actos de guerra. Sin embargo, se puede
considerar que en el caso particular de los actos de destrucción ambiental se debe seguir
hablando de terrorismo ambiental, tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz.

Daniel Schwartz categorizó los diferentes tipos de destrucción ambiental y de terrorismo


ecológico en ocho categorías analíticas, divididas por criterios de intención (acto deliberado
frente a uno no intencional), de simbolismo (destrucción simbólica frente a una no simbólica) y
de tiempo (períodos de guerra frente a períodos de paz).

1) Actos deliberados, de simbolismo primario en período de paz, que consisten en


producir ansiedad a propósito de las posibles consecuencias ecológicas del acto.
2) Actos deliberados de simbolismo primario, pero en período de guerra, que persiguen
los mismos objetivos que los actos de la primera categoría, pero ocurren en períodos
de guerra (reglas jurídicas diferentes de los períodos de paz).
3) Actos deliberados de simbolismo secundario en período de paz, que consisten en el
intento de generar miedo a una parte de la población mucho más importante que la
directamente afectada por el daño, no por las consecuencias ecológicas del daño, sino
por las consecuencias directas sobre las personas (muerte o heridas). Ej.: amenaza de
manipulación de materiales nucleares, biológicos o químicos por grupos terroristas.
4) Actos deliberados de simbolismo secundario en período de guerra, cuya definición es
idéntica que para la tercera categoría. Los daños ambientales ocasionados por
voluntad de Saddam Hussein durante la Guerra del Golfo, de 1991, son un buen
ejemplo. (COVID-19)
5) Actos deliberados no simbólicos en período de paz. Dichos actos incluyen acciones de
vandalismo que son ecológicamente destructivas, pero que no tienen como propósito
un daño directo al medio ambiente. (Ej pruebas nucleares francesas en la polinesia)
6) Actos deliberados no simbólicos en período de guerra, que son más estratégicos que
simbólicos. Se trata del uso de Degradación ambiental y conflictos armados: las
conexiones la destrucción ambiental como táctica de guerra. El término construido
para dar cuenta de esas destrucciones tácticas es el del ecocidio. (ej: quemas masivas
de cultivos para hacer migrar a las comunidades y erradicarlas). Ganar territorio sobre
los enemigos.
PIC

7) Actos no intencionales, no simbólicos en período de paz, y resultan de una


contaminación industrial accidental (Chernóbil), de un accidente marítimo
ocasionando un derrame (Exxon Valdez) o de contaminaciones más permanentes,
debido a las actividades económicas normales de una sociedad.
8) Actos no intencionales, no simbólicos en período de guerra, y trata de los efectos
ambientales colaterales, en particular debido al uso de armas de alta tecnología.

Esta tipología no refleja, sin embargo, la diferencia entre actos de terrorismo tradicional y
actos de terrorismo ambiental. Además, no todas las categorías pueden tomarse como actos
terroristas en general. Considerando que, por definición, un acto terrorista tiene que ser
simbólico, las categorías quinta, sexta, séptima y octava deberían ser descartadas. Las únicas
que pueden ser juzgadas como terroristas son la primera, segunda, tercera y cuarta, y sólo las
dos primeras corresponden al concepto de terrorismo ambiental.

ELEMENTOS DE DEFINICIÓN DE LAS GUERRAS VERDES

Es empíricamente más fácil establecer la relación entre estrés ambiental y guerras verdes con
los problemas vinculados con el agua dulce.

Existen varias características que hacen del agua dulce una fuente de conflicto y de guerra en
el ámbito regional: la escasez, la cantidad de recursos compartidos con otros Estados, el perfil
político y económico de los Estados con los cuales se comparten estas cuencas internacionales
(sobre todo en cuanto a poder) y la facilidad de acceso a fuentes alternativas de
abastecimiento. El agua está presente en muchos conflictos como causa, medio y fin.

Como causa, se plasma en la relación entre la disponibilidad de agua de un país, su población y


el grado de desarrollo deseado. Estos tres factores pueden generar tensiones entre Estados
con mayor o menor poder sobre este recurso. Como medio, el agua se utiliza a manera de
instrumento de guerra. Como fin, el agua se establece como el centro de un dilema de
seguridad, que consiste en considerar que “cuanta mayor es la escasez de agua en una región
o un país, mayor valor tienen sus sistemas de recursos hidráulicos como objetivos de agresión
militar”.

No hay que olvidar que el agua dulce no tiene la capacidad de generar conflictos o guerras de
alcance global, puesto que no constituye, al contrario del petróleo, un mecanismo de presión a
escala internacional, sino regional.

LOS FACTORES POLÍTICOS Y ECONÓMICOS DE LOS CONFLICTOS AMBIENTALES

La mayoría de los trabajos sobre conflictos ambientales no tienen en cuenta las variables
políticas, en particular las relativas al tipo de régimen político y de cambio de régimen.

Otro importante factor olvidado radica en el reconocimiento del hecho de que los niveles de
desarrollo económico tienden a exacerbar ciertos problemas medioambientales, como las
contaminaciones o el agotamiento de recursos naturales, y que las privaciones materiales son
unas de las mayores causas de guerras civiles.

En primer lugar, los Estados democráticos y estables son menos proclives a experimentar
conflictos armados nacionales que los países con otros tipos de regímenes políticos. En
segundo lugar, los Estados con un alto nivel de desarrollo económico son menos proclives a
experimentar conflictos armados internos que los países con bajo nivel de desarrollo
económico. Debido a que la degradación de los recursos renovables y los conflictos o guerras
PIC

ambientales ocurren en primer lugar en países de menor desarrollo económico y con


regímenes no democráticos, los factores desarrollo económico y tipo de régimen tienen así un
poder explicativo (y causal) mucho mayor que el de escasez ambiental.

En resumen, en cualquier investigación sobre las causas de los conflictos ambientales se deben
tener en cuenta cuatro tipos de variables independientes, dos de las cuales son
tradicionalmente consideradas: la escasez inducida por la oferta (degradación, contaminación
o agotamiento) y la escasez inducida por la demanda (densidad y crecimiento poblacional
natural o por migraciones); y dos nuevas: la escasez estructural (desigualdad de ingresos,
discriminaciones en la distribución) y un grupo de otros factores generadores de conflicto,
como el nivel de desarrollo económico, el tipo de régimen y la estabilidad política.

2.2 Otros tipos de conflictividades en el sistema internacional


2.2.1 Aproximaciones al terrorismo: concepto y tipologías en el
sistema global.
¿Guerra de todos contra quién? La necesidad de definir terrorismo – Saint Pierre

TERRORISMO: ACTO DE VIOLENCIA QUE PROVOCA CONMOCIÓN SOCIAL, GENERANDO EL


MAYOR DAÑO PSICOÓGICO POSIBLE.

Los ataques perpetuados en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001 colocaron


al fenómeno del terrorismo en el centro de la agenda de las RRII y de las políticas de seguridad
internacional.

El peligro de lanzar a los Estados impulsivamente a una guerra contra el terrorismo es caer en
el empleo de tácticas terroristas perdiendo la base jurídica y la orientación moral.

Michael Walzer dice que “el terror es la forma totalizadora de la guerra y de la política”.

El terrorismo no es un fenómeno nuevo. Los estados, los ejércitos, las etnias y los hombres han
empleado el terrorismo como forma de disminuir el coraje del enemigo.

Cuando ni la diplomacia, los organismos internacionales, ni las formas convencionales de


guerra, son eficaces para defender intereses postergados, queda abierta la puerta para que el
odio se manifieste por encima de la regulación convencional de la violencia.

La Guerra del Golfo demostró que cualquier ejército convencional es impotente frente a una
superpotencia. Ante esto hay dos caminos para incrementar las posibilidades: el poder
igualitario del átomo o el recurso de la guerra asimétrica, la guerrilla y el terrorismo.

El terrorismo, por su: simplicidad operativa; bajo costo; efecto devastador; facilidad de
transnacionalización; y facilidad de visibilidad global; es una alternativa tentadora para
manifestar el odio de algunos grupos.
PIC

Internacionalización del terror: el terreno de las operaciones se torna global. Es la continuación


de la política por otros medios. Guerras de todos contra todos.

El concepto vago de terrorismo permite:

1_ Dividir el mundo en dos esferas antagónicas. El lado del “bien” (ej; del lado de EEUU) que se
comprometen a la guerra con el enemigo. / y el lado del “mal” los países y grupos de aparecen
en la “lista negra”.

2_ Carácter difuso del enemigo. Permite a los gobiernos caracterizar las manifestaciones de
descontento social como “actos terroristas”.

3_ Este carácter difuso en el discurso se condensa materialmente en algún país decretado


como “eje del mal” o sus aliados.

El apelativo “terrorista” parece justificar el empleo de cualquier medio en su contra, además


de abrir una brecha entre el grupo así considerado y la población en general.

Hay, además, una dificultad para caracterizar de “terroristas” a algunos actos realizados por
Estados. “La cosificación y legitimación del terrorismo oficial permite condenar al terrorismo
individual como moralmente repugnante y no reconocer, en absoluto, el terrorismo oficial, o
aceptarlo como duro, pero necesario”.

Ataque a la AMIA: en su momento no fue considerado como terrorismo internacional. Ni una


amenaza a la seguridad internacional. No hubo solidaridad de países exteriores ya que el
peligro no afectaba a un foco importante para la sociedad internacional o los mercados
financieros.

El terrorismo es una forma de violencia cuya realización se objetiva en el ámbito psicológico


del individuo. Su objetivo es producir terror.

El terrorismo provoca una conmoción social, una acción social reactiva, una violencia que
procura condicionar comportamientos.

Puede ser analizado en 3 niveles en que se manifiesta su violencia:

 Nivel táctico: Es el aspecto visible de toda relación de fuerza. El objetivo es buscar el


mayor daño posible y con la mayor publicidad.
 Nivel estratégico: El objetivo es otorgar la victoria en la guerra. Se busca despojar de
obstáculos el camino hacia la obtención de los fines. El objetivo estratégico es
provocar terror.
 Nivel político: en este nivel se realizan los objetivos por los cuales una guerra se lleva a
cabo. Ningún grupo terrorista desea el poder, sino solo su destrucción.

Víctimas:

 Víctimas tácticas: es la víctima directa, el herido, el asesinado, el secuestrado, el


mutilado. Sufre en su propia persona la violencia del atentado.
 Víctima estratégica: aquellos que sobreviven al atentado. Están incluidos dentro del
grupo de riesgo. Aquellos a quien va dirigido el TERROR.
PIC

 Víctima política: El Estado: la estructura que debería garantizar la vida de sus


ciudadanos.

Clasificación Tipológica del Terrorismo:

Pueden ser acciones individuales; grupales; estatales.

Según el ámbito: terrorismo nacional; internacional; transnacional.

Por su modalidad: terrorismo sexual; psicológico; económico; militar.

En función de su objetivo: Terrorismo patológico (no hay objetivo claro); religioso; económico;
político (Asesinato de J.K. Kennedy - 1993)

En función del criterio que utiliza Saint Pierre hay 2 tipos de terrorismo:

1_ Terrorismo sistemático o discriminatorio: es aquel que elige a su víctima por alguna


característica identificatoria (religión, color, profesión, etc) EJ: ETA, IRA y FIS a periodistas.
Tiene objetivos políticos. Intenta cambiar determinadas posturas políticas.

2_ Terrorismo aleatorio o indiscriminado: es cuando la víctima no está claramente definida, ni


obedece a una selección sistemática. Hacen víctimas a inocentes. No hay “grupo de riesgo”. El
objetivo es hacer sentir a la población que está abandonada por el Estado (DESAMPARO
APRENDIDO). Es eficaz cuando todo el mundo es sospechoso. Ej: Torres Gemelas; Metro de
Tokio.

Atentados 11 de septiembre

Un avión de una empresa norteamericana, lleno de pasajeros norteamericanos, que embistió


blancos emblemáticos norteamericanos. La población sintió que el Estado más poderoso del
mundo no los puede proteger. Quedaron desamparados.

Todo norteamericano se sintió dentro del grupo de riesgo. La víctima política es el Estado
norteamericano. Bush convocó a la “guerra contra el terrorismo” y sostuvo que aquel que no
se comprometiera con esta guerra será considerado enemigo y combatido a muerte”.

La situación de guerra favorece la preeminencia del sector militar en las decisiones del Estado.

Neo-terrorismo

 Carácter transnacional.
 Es aleatorio
 Operan en unidades pequeñas
 Ostentan un poderoso basamento religioso y nacionalista
 No se proyectan frentes de combate.
 Están financiados por estados y por magnates.
PIC

 Las células están en distintos países.


 No buscan derrocar al gobierno, sino reafirmad su identidad nacionalista.
 Surgen como contraposición a occidente.
 A partir de los 90.
 Ataques letales contra civiles

LAS GUERRILLAS

 Son actor terroristas sistemáticos


 Ejercen poder en zonas liberadas.
 Terrorismo opera en células. Guerrillas estructura piramidal.
 Frente de combate nítido
 Actúan dentro de las fronteras nacionales
 Persiguen un objetivo marcadamente político.

2.2.1.1 Caso de Estudio: Boko Haram


GROWING THREAT OF TERRORISM IN AFRICA: THE CASE OF BOKO HARAM- Nivedita

África, desde siempre, ha sido testigo de ataques mortales por parte de Grupos islámicos. Los
cuales se intensificaron a partir de 2015. Estos ataques consecutivos apuntan a un arco de
terrorismo que se ha extendido a través de la Región del Sahel, que se extiende desde el
Océano Atlántico en el oeste hasta el Mar Rojo en el este.

Boko Haram y al-Shabaab son los grupos más prolíficos y activos, pero, recientemente, AQMI
(Al-Qaeda en el Magreb Islámico) ha ampliado su alcance.
Países como Nigeria, Somalia, Mali y Libia han surgido como epicentros del terrorismo,
impactando y amenazando a los países vecinos.

La razón por la cual los grupos islámicos han estado operando con relativo éxito puede
atribuirse a una combinación de factores que incluyen estados débiles y corruptos, fronteras
porosas, falta de instituciones de gobierno, espacios no gobernados, militares poco
capacitados y mal equipados militarmente, descontento socioeconómico de la población,
subdesarrollo, pobreza, desempleo y conflictos.

Otro aspecto preocupante ha sido el florecimiento del tráfico de drogas y otras redes
criminales en la región que proporcionan una fuente constante de ingresos a estos grupos para
continuar sus operaciones.

Existe la preocupación de que muchos países más improbables puedan correr el riesgo de ser
la próxima plataforma de lanzamiento u objetivo del terror, debido a la geografía, gobierno
débil o economía inestable.

Los analistas que se dedican al terrorismo dicen que la tendencia más preocupante hoy ha sido
el crecimiento competencia entre los grupos militantes (afiliados a al-Qaida o ISIS) para captar
la atención y el territorio con el fin de demostrar su potencia, relevancia y así atraer reclutas.
PIC

Los grupos afiliados a al-Qaeda como al-Shabaab emplea tácticas terroristas convencionales
que incluyen incursiones de estilo guerrillero, secuestros, toma de rehenes, bombardeos y
atentados suicidas. Los grupos afiliados a ISIS como

Boko Haram, en los últimos tiempos, tiene una inclinación por el uso de tácticas brutales, que
incluyen la lapidación, ataques indiscriminados de víctimas en masa y represión sistemática de
mujeres y niñas, incluidos esclavitud, tortura, violación y usarlas como terroristas suicidas.

Se dice que la principal preocupación entre los intereses de seguridad africanos ha sido
ampliar la colaboración en reclutamiento, capacitación, financiamiento y operaciones entre los
militantes grupos dentro de África y transregionalmente.

Para África, el desafío actual es cómo contener el alcance cada vez más profundo que están
adquiriendo al-Qaida y el ISIS. En 2015, Boko Haram cambió su lealtad al IS. Desde entonces,
ha llevado a cabo numerosos ataques brutales en lugares concurridos, como mercados y
lugares religiosos.

CASOS DE AMENZA DE BOKO HARAM

Poco antes de 2016, el presidente Muhammad Buhari declaró que Nigeria "técnicamente"
ganó la guerra contra Boko Haram, afirmando que los insurgentes de Boko Haram ya no eran
capaces de lanzar "ataques convencionales" contra las fuerzas de seguridad o centros de
población.

Sin embargo, la realidad es que Boko Haram continúa con sus actos de terror brutal matando a
decenas de personas en los últimos meses.
Desde julio de 2009, Boko Haram ha montado ataques en serie matando entre 17,000 y 20,000
personas.

¿QUIÉNES SON LOS ISLAMISTAS DE BOKO HARAM?

El nombre oficial de Boko Haram es Jama’atu Ahlus-Sunnah Lidda’Awati Wal Jihad, que en
árabe significa "Gente comprometida con la propagación de las enseñanzas y la yihad del
profeta". Se popularizó con el nombre de Boko Haram, que significa "la educación occidental
es pecaminosa" en el idioma hausa.

APARICIÓN DE BOKO HARAM: CONTEXTO DEL ISLAM MILITANTE DEL NORTE DE NIGERIA

Su aparición puede establecerse en el año 2010 cuando lanzó su primer ataque y se convirtió
en un grupo insurgente bajo el liderazgo de Shekau, o hasta su fundación oficial por
Muhammad Yusuf en 2002.

Boko Haram no es el primer movimiento islámico extremista en Nigeria que desafía la


maquinaria estatal a través de la violencia.
Algunos autores han argumentado que desde el califato de Sokoto, que gobernó partes de lo
que ahora es el norte de Nigeria, Níger y Sur de Camerún, cayó bajo el control británico en
1903, ha habido una fuerte resistencia entre los musulmanes en el área a la educación
occidental.

En las primeras dos décadas después de la independencia de Nigeria en octubre 1960, el norte
del país experimentó una violenta confrontación entre una secta islamista radical conocido
como Maitatsine y la fuerza policial nigeriana en la ciudad de Cano y Maidugiri.
PIC

Durante la década de 1980, el jeque Abubaka Mahmoud Gumi (1922–1992) promovió la


implementación de los tribunales de la Sharia en el sur de Nigeria, argumentando que Nigeria
debería ser sometida a la ley Sharia. Las ideas del jeque radicalizaron a muchos musulmanes
en Nigeria, lo que llevó a un aumento de tensiones entre musulmanes y cristianos,
especialmente en el norte del país.

La revolución iraní de 1979 resultó en una creciente demanda de la ley Sharia para ser
adoptada en toda Nigeria. También resultó en la formación del movimiento chiíta nigeriano,
llamado el movimiento islámico de Nigeria (IMN).

En este contexto, el carismático clérigo musulmán, Mohammed Yusuf, formó Boko Haram en
Maiduguri en 2002. Creó un complejo religioso, que incluía una mezquita y una escuela
islámica.

FACTORES PARA EL ASCENSO DE BOKO HARAM


Los líderes de Boko Haram pudieron manipular a una ya radicalizada población y cultivar su
propia ideología para reclutar y transformar un grupo socioreligioso en una secta militante
violenta.

Las condiciones económicas entre el norte y el sur de Nigeria son dispares. El norte también
está experimentando una desindustrialización que afecta a la industria textil, alimentaria y
bebidas y otras industrias ligeras, debido, entre otras cosas, a la escasez de energía y al
deterioro de la infraestructura. Esta división a menudo se cita como la razón del surgimiento
de Boko Haram, que ha explotado estas desigualdades económicas para su beneficio.

LA EVOLUCIÓN DE BOKO HARAM Y LOS VÍNCULOS TRANSNACIONALES

TACTICAS OPERACIONALES

El grupo se transformó en un fenómeno más urbano. Lo que hizo a Boko Haram se destacara
entre otros grupos radicales nigerianos en sus operaciones contra la policía que comenzaron
en 2004.

Sus principales operaciones desde 2010 han sido ataques contra militares, policías, docentes /
universidades, bancos, mercados, predicadores cristianos, iglesias y asesinatos selectivos. Los
asesinatos selectivos involucraron figuras políticas y clérigos prominentes. Las principales
metodologías son por medio de disparos y bombardeos desde motos.

Desde 2011, después de que Jonathan Goodluck se convirtió en presidente y la crisis de Libia,
la insurgencia de Boko Haram comenzó a volverse violenta y mortal (tanto doméstica como
externa), y aumentó su alcance geográfico.

La transición más dramática de Boko Haram fue cuando comenzó a usar ataques suicidas en
huelgas.

En marzo de 2015, después de que la fuerza de coalición regional (compuesta por tropas de
Nigeria, Camerún, Chad y Níger) comenzó sus operaciones, Boko Haram comenzó a perder las
ciudades bajo su control. El Gobierno federal de Nigeria ahora afirma que ha podido expulsar a
Boko Haram de su captura territorios, restringiéndolo solo a la región de Borno.

AREA DE OPERACIÓN

La organización opera en los estados fronterizos del noreste de Borno, Yobe y Admawa limita
con Camerún, Chad y Níger. El grupo ha aprovechado el débil entorno de seguridad, el proceso
PIC

de radicalización, los lazos étnicos y las privaciones socioeconómicas que prevalecen en la


región noreste, y fronteras internacionales porosas, etnia compartida y asociaciones con otros
grupos islámicos en países vecinos.

RECLUTAMIENTO

Los reclutas han sido principalmente jóvenes descontentos, graduados desempleados y ex


Almajris El fenómeno de Almajiri (niños de la calle) es una vieja práctica popular por la cual los
niños son enviados a vivir y estudiar con reconocidos maestros islámicos en algunas ciudades
del norte de Nigeria.

Boko Haram ha recurrido a los secuestros forzados de niñas y adolescentes para llevar a cabo
su operación, particularmente de ciudades limítrofes en Níger y Camerún.
Ellos usan a muchachos sin entrenamiento para adquirir inteligencia y llevar a cabo ataques
contra aldeas o cuarteles. Los reclutas no tienen ninguna afinidad ideológica con Boko Haram y
se unen por puro incentivo económico.

FONDOS

Se sabe que los fondos de Boko Haram tienen muchas fuentes. Virginia Comolli explica que la
secta se había beneficiado de muchas fuentes: desde funcionarios del norte hasta estafas por
internet. Durante las primeras etapas de Boko Haram (alrededor 2002), hubo una serie de
funcionarios y empresarios del norte, que estuvieron involucrados proporcionando ayuda. Las
actividades criminales, también generan ingresos a Boko Haram.

Según la UNODC, Boko Haram está involucrado en la recaudación de impuestos, en el tráfico


ilícito de drogas y recursos naturales.

También se cree que la secta está involucrada en la trata de personas, particularmente


vendiendo niñas, que han sido secuestrados, a la red de traficantes de personas. Las estafas en
Internet también han sido una fuente de la financiación de Boko Haram.

ESTRATEGIAS DE RESPUESTA PARA ENFRENTAR EL TERROR

NACIONAL Y REGIONAL

Desde 2004, se ha desplegado la Fuerza de Tarea Conjunta (JTF) de la policía para los esfuerzos
de lucha contra el terrorismo en las regiones donde el grupo ha estado activo. Pero el JTF
permaneció principalmente ineficaz en el tratamiento del terror, dado su gran corrupción y los
abusos contra los derechos humanos.

A nivel local, la Fuerza de Tarea Conjunta Civil (CJTF), una iniciativa liderada por ciudadanos,
fue creada con el argumento de que un fuerte conocimiento del entorno local permitiría a la
población local arrestar a los miembros de Boko Haram. Esta ha sido una ventaja crucial contra
el JTF militar, que trajo personal militar de todo el país, que no estaban familiarizado con el
contexto local o incluso los idiomas locales.

En la actualidad, el Ministerio Federal de Defensa se dedica a la colaboración interinstitucional


entre servicios de seguridad, pidiendo más sinergias para ganar los corazones y las mentes de
nigerianos en la lucha contra el terrorismo.

A nivel regional, se han tomado varias medidas para enfrentar el terror. Una iniciativa
importante ha sido el despliegue de la Fuerza de Tarea Conjunta Multinacional (MJTF) en
PIC

marzo de 2015, por el gobierno federal de Nigeria junto con los países vecinos Níger, Chad y
Camerún, en el marco regional de la comisión de la cuenca del lago Chad.

RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL

La ONU no dio ningún paso importante hasta el secuestro masivo de las adolescentes en abril
de 2014.

Los Estados Unidos desde principios de mayo de 2014 han estado proporcionando fuerzas
militares y policiales y asistencia de inteligencia, así como aviones tripulados y no tripulados.
Estados Unidos designó a Boko Haram y Ansaru como organizaciones terroristas en Noviembre
de 2013.

La Unión Europea, en virtud del Reglamento n° 583/2014 (que entrará en vigor el 29 de mayo
2014), agregó Boko Haram a las listas de personas, grupos y entidades cubiertas por la
congelación de fondos y recursos económicos.

El gobierno del Reino Unido aconsejó al gobierno de Nigeria para el uso de enfoques no
militares y colaboración regional para lidiar con los aspectos socioeconómicos del crecimiento
de Boko Haram. También está involucrado en inteligencia y asistencia técnica contra el grupo.

Los franceses han participado como coordinadores en la consolidación de los esfuerzos


occidentales y regionales contra Boko Haram. Las operaciones francesas contra los grupos
afiliados a al-Qaeda en Mali habían debilitado a Boko Haram y afectado sus operaciones.
Francia también anunció que construiría una unidad antiterrorista transfronteriza fuerte de
3.000 soldados en la región del Sahel.

Israel ha ofrecido asistencia antiterrorista a Nigeria y China también ha ofrecido asistencia en


la búsqueda y rescate de las niñas nigerianas secuestradas.

El ejército de Sri Lanka ha asegurado a los homólogos nigerianos que apoya a su campaña
antiterrorista, dada su propia experiencia de lucha contra el terrorismo, que consideran que es
comparable a la situación de Nigeria.

India, por su parte, también se ha comprometido a apoyar al Gobierno Federal de Nigeria en la


guerra contra el terrorismo y todas las demás formas de desafíos de seguridad que enfrenta el
país.

CONCLUSIÓN

La transformación de Boko Haram en un grupo mortal es el resultado de una compleja red de


dinámicas socioeconómicas y políticas dentro de Nigeria, así como con el apoyo de fuerzas
externas, particularmente sus vínculos y colaboraciones con grupos en la región del Sahel en
términos de ideología y logística. Desde su regreso en 2010-11, Boko Haram ha participado en
formas brutales y violentas de ataques en Nigeria y países vecinos. Dada su dinámica
transnacional, el grupo plantea un enorme desafío de seguridad no solo para el estado, sino
también para la región y comunidad internacional.

La alineación de los grupos terroristas hace más urgente la necesidad de integrar rápidamente
aparato de seguridad del continente. Igualmente importante es también la necesidad de que
los estados africanos fortalezcan sus instituciones de gobernanza.
PIC

Boko Haram – Adelaja


El terrorismo se puede definir como "el uso premeditado o la amenaza de violencia por parte
de individuos o grupos subnacionales para obtener un objetivo político o social mediante la
intimidación de una gran audiencia más allá de la de sus víctimas inmediatas". Aunque el
estado los agentes pueden participar en actos terroristas contra el pueblo, el término
"terroristas" generalmente se usa para describir a aquellos que actúan fuera del marco normal
de la sociedad al participar en actividades ilegales y a menudo letales y de destrucción que
comprometen la cohesión del estado.
Algunas organizaciones terroristas tienen ambición internacional, otros, tienen ambición
territorial y, por lo tanto, capturan el territorio a través de la fuerza y establecen nuevas
estructuras similares al gobierno. Dada la creciente incidencia del terrorismo en todo el
mundo, el terrorismo ahora se considera generalmente como una amenaza de seguridad
global. Persisten importantes lagunas en la comprensión pública del terrorismo y en la
comprensión de los encargados de formular políticas sobre la percepción pública.
El conocimiento de lo que constituye las causas y objetivos fundamentales de las
organizaciones terroristas continúa evolucionando en respuesta a las necesidades de los
gobiernos, las organizaciones internacionales y los expertos en seguridad para desarrollar
estrategias para prevenir y gestionar los ataques terroristas. Por ejemplo, existe una creciente
evidencia de que el terrorismo se explica en gran medida por factores socioeconómicos,
políticos y religiosos. Un elemento clave que falta en la literatura es cómo el público percibe
estos factores. Especialmente para Boko Haram, una organización terrorista única debido a su
ambición territorial y enfoque regional, una encuesta de opinión pública es útil para identificar
cómo la percibe el público. Por ejemplo, si el público percibe la causa de Boko Haram como
legítima, los desafíos pueden enfrentar agencias gubernamentales facultadas para abordar el
problema. Si el público siente que la causa es el gobierno ineficacia, puede ser difícil para el
gobierno convencer al público de que sus soluciones serán efectivas.

Las organizaciones terroristas tienden a reclutar un grupo de simpatizantes. Los terroristas son
conscientes de la importancia de la opinión pública, por lo tanto, planean sus ataques para
influir en la opinión en la dirección prevista y esto se evidencia por la frecuencia de sus
ataques, la ubicación del lugar, el momento y los objetivos de sus ataques. Los terroristas
manipulan las opiniones públicas y las reacciones en su beneficio.

Este estudio investiga las percepciones públicas sobre Boko Haram, que ha tenido un impacto
devastador en la parte noreste de Nigeria. El estudio se centra en las percepciones de los
ciudadanos de las áreas inmediatas de los ataques de Boko Haram, así como en otras áreas del
norte de Nigeria. Desarrollamos e implementamos un cuestionario de encuesta para obtener
información sobre las causas fundamentales y los objetivos de los insurgentes de Boko Haram.
Comprendiendo a Boko Haram y al terrorismo
Boko Haram, un grupo islamista radical, ha aumentado el estado de inseguridad y se ha
convertido en una importante fuerza desestabilizadora en Nigeria y los países vecinos.
Conocido formalmente como "Jama’atu Ahlus-Sunnah Lidda Awati wal Jihad", su origen se
remonta a 2002 cuando sus miembros se organizaron en torno a su carismático líder,
Mohammed Yusuf, en Maiduguri, la capital del estado de Borno. Yusuf inculcó en el grupo una
ideología islámica extrema y un alto grado de desdén por los principios y la cultura
occidentales. Boko Haram, significa "la educación occidental está prohibida". Su objetivo es
crear un estado islámico, imponer la ley de la sharia en el norte de Nigeria, eliminar los
PIC

principios y la cultura occidental, y librar a la sociedad del mal gobierno, corrupción y


depravación moral.
En julio de 2009 comenzó sus ataques, incluidos el asesinato de las fuerzas policiales y el
bombardeo de funcionarios gubernamentales, lugares de culto, instituciones públicas y civiles
inocentes. Aunque el movimiento comenzó con una fuerte crítica a los musulmanes del norte
por participar en prácticas no islámicas, se mantuvo en gran medida no violento hasta 2009,
cuando la violenta represión por parte de la policía llevó a la detención de algunos miembros
clave, incluido Mohammed Yusuf, que posteriormente fue asesinado por la policía. El asesinato
de Yusuf y otros miembros de la secta generó ira entre el grupo, lo que provocó ataques
violentos contra las fuerzas policiales y las víctimas inocentes.
Boko Haram se convirtió en un grupo altamente destructivo y letal, matando a miles y
desplazando a millones en el noreste de Nigeria. Usa tácticas brutales como atentados
suicidas, asesinatos, disparos en la carretera, secuestro de automóviles, secuestro y
explosiones de bombas para librar una guerra contra lo que considera como objetivos
enemigos. Ha causado estragos en instituciones públicas, civiles, fuerzas policiales y propiedad
del gobierno. Nigeria experimentó el aumento más significativo de muertes terroristas jamás
registrado por cualquier país, de 1,595 en 2013 a 6,118 en 2014. Estas estadísticas convirtieron
a Boko Haram, el grupo terrorista más mortífero en el mundo ese año. Es de destacar que los
ataques de Boko Haram han cambiado notablemente de ataques a las fuerzas de seguridad a
ataques contra civiles.
Los ataques de Boko Haram han desestabilizado las actividades económicas, descarrilado el
desarrollo económico y causado el peor tipo de crisis humanitaria en el Nordeste, con millones
de personas desplazadas de sus hogares, empleos y comunidades. Por ejemplo, el estado de
Borno, que fue el más afectado por los ataques de Boko Haram, tiene 1.3 millones de
personas, especialmente mujeres y niños. El terrorismo afecta a un espectro más amplio de la
sociedad que las víctimas inmediatas. A raíz de los ataques de Boko Haram, el miedo y la
ansiedad han aumentado no solo entre la población objetivo sino también entre la población
en general. El secuestro de Boko Haram de colegialas de Chibok en 2014 causó indignación
internacional y afectó a la opinión pública. Una indignación similar rodeó su secuestro más
reciente de colegialas de Dapchi en 2018.
Los terroristas planean sus ataques para "enviar un mensaje a ciertas audiencias en un intento
de cambiar sus actitudes y opiniones". Muchas personas creen que los terroristas son
irracionales. Sin embargo, sus ataques y otras estrategias sugieren que son entidades
altamente informadas y organizadas que buscan maximizar la destrucción, en base a las
quejas, y obtener apoyo público. Los terroristas buscan sus ataques para influir en la
percepción de las personas en una dirección prevista.
El gobierno nigeriano respondió a la amenaza de Boko Haram utilizando la fuerza militar. Por
ejemplo, en 2015/2016, el despliegue de las tropas militares llevó a la recuperación del control
de Maiduguri de Boko Haram. Boko Haram encontró refugio en el bosque de Sambisa. [29]
Más recientemente, Boko Haram continúa lanzando ataques en varias partes del noreste.
Un informe de Transparencia Internacional indicó que los ejércitos nigerianos no pueden
derrotar a Boko Haram debido a la corrupción en el Sector de Defensa. Los soldados nigerianos
a veces huyeron de los ataques de Boko Haram debido a la escasez de municiones y
combustible. Amnistía Internacional también acusó al ejército de Nigeria de cometer crímenes
de guerra contra la humanidad, debido al arresto masivo, el interrogatorio y las detenciones
de presuntos miembros y simpatizantes de Boko Haram.
Causas fundamentales del terrorismo y objetivos de los terroristas
PIC

Causas fundamentales económicas y sociales


La creencia general de la comunidad de seguridad e inteligencia es que las personas
económicamente desfavorecidas tienen más probabilidades de recurrir a la violencia como una
forma de expresar sus quejas. Es decir, la pobreza y el desempleo crean terrorismo. La teoría
de la privación relativa explica que cuando las personas se sienten privadas de algo que
esperan tener, se vuelven descontentas y, por lo tanto, podrían usar la violencia para expresar
sus quejas. Un estudio de Kavanagh descubrió que las personas pobres pero altamente
educadas eran las que probablemente participaban en el terrorismo.
Un estudio de Gassebner y Luechinger muestra que los países que restringen la libertad
económica son susceptibles a más ataques terroristas que los países que promueven la
libertad económica.
Pinar Derin-Gure encontró evidencia de que cuanto mayor es la desigualdad de ingresos en un
país, mayor es la incidencia de ataques terroristas internos. Krieger y Meierrieks tomaron
muestras de 114 países entre 1985 y 2012 y encontraron que la desigualdad de ingresos está
correlacionada con el terrorismo.
Estas afirmaciones sugieren que la pobreza generalizada y el desempleo en el norte de Nigeria
crean la condición para que especialmente los jóvenes sean manipulados y reclutados por
Boko Haram. Un reciente estudio de opinión pública sobre Boko Haram reveló que algunos de
los encuestados entrevistados perciben que las personas están motivadas para unirse a Boko
Haram porque "están desempleadas y ven a Boko Haram como un trabajo".

Causas religiosas y étnicas del terrorismo


Es una creencia común que la tensión religiosa y el fundamentalismo religioso causan
terrorismo. Con respecto a Boko Haram, la religión juega un papel vital en su discurso. El
surgimiento de Boko Haram está incrustado en el fundamentalismo islámico, que utilizan para
justificar sus acciones. El grupo tiene como objetivo promover la ley islámica y crear un estado
islámico en el norte de Nigeria. Como resultado, ha librado una guerra contra cualquier grupo
u idea occidental. En el estudio, ¿por qué la gente se une a Boko Haram? Onuoha descubrió
que "la ignorancia de la enseñanza religiosa es el factor principal que influye en la adopción de
puntos de vista religiosos extremos, especialmente entre los jóvenes".
Además, se descubre que las tensiones religiosas y étnicas causan terrorismo. Históricamente,
Nigeria ha experimentado enfrentamientos etnoreligiosos intermitentes. Esto implica que las
sociedades que experimentan tensión religiosa pueden convertirse en un caldo de cultivo para
que operen los terroristas.

Causas políticas del terrorismo


La falta de libertades civiles, corrupción, instituciones políticas débiles, inestabilidad política,
gobierno débil, alto nivel de represión, guerras civiles pueden fomentar la incidencia del
terrorismo. Además, un estudio de Piazza muestra que las sociedades con grandes sistemas
multipartidistas complejos son más propensas a la incidencia terrorista que aquellas con pocos
sistemas homogéneos. Además, los países democráticos, que se supone que están en una
mejor posición para detener los ataques terroristas, son más propensos a los ataques
terroristas que los países autocráticos. Krieger y Meierrieks argumentaron que los países
democráticos son propensos a ataques terroristas debido a la promoción de ideales
democráticos como el respeto a las libertades civiles y la prensa libre, que abren puertas para
PIC

que los terroristas operen y también obstaculizan las medidas antiterroristas. Sobre el
terrorismo doméstico en el noreste de Nigeria, algunos estudios atribuyeron la aparición de
Boko Haram a la política de élite del país .
Según Mbah et al., Boko Haram surgió de la lucha entre las élites políticas del norte y del sur
para obtener el control del poder político estatal, especialmente después de la muerte de
Presidente Yar'Adua. [66] La reelección de Jonathan Goodluck en 2011 llevó al uso de Boko
Haram como instrumento de destrucción por las élites políticas del norte.

Objetivos de los terroristas


Los terroristas pueden tener objetivos políticos, religiosos, sociales y económicos. Los objetivos
de una organización terrorista influyen en su elección de objetivos y modos de ataque. Al igual
que otras organizaciones terroristas como el Estado Islámico, que tiene el objetivo principal de
establecer un califato en el Medio Oriente, Boko Haram tiene el objetivo de eliminar todas las
influencias occidentales y no islámicas y establecer una sociedad basada en la ley islámica en el
norte Nigeria.

Importancia de la investigación sobre las percepciones públicas


Un estudio realizado por el Pew Charitable Trust muestra que la mayoría de los nigerianos
están preocupados por el aumento del extremismo islámico en el país, con un 82% de los
encuestados que dicen tener una opinión desfavorable y un 10% con una opinión favorable de
Boko Haram. Probablemente, gran parte del 10% con una vista favorable de Boko Haram
(aproximadamente 20 millones) proviene de áreas del norte que han tenido desafíos similares
al noreste. Otro estudio realizado por Loschky indicó que el 95% de los nigerianos ven a Boko
Haram como una amenaza importante para el futuro del país, mientras que solo el 3% dijo una
amenaza menor. En un estudio reciente de Poushter sobre cómo el público percibe el
extremismo, el resultado muestra que la mayoría de las personas en Europa y América del
Norte están preocupadas por el extremismo.
Es importante que los esfuerzos del gobierno para combatir el terrorismo se basen en cuatro
fundamentos: (1) son efectivos para abordar el terrorismo, (2) son efectivos para abordar sus
causas fundamentales, (3) son eficientes y económicos efectivos, (4) están respaldados por un
segmento significativo del público o disfrutan de un amplio apoyo.
Los terroristas confían en un grupo de simpatizantes dentro de los cuales reclutan.
Comprender cómo el público en general percibe el terrorismo es importante porque esto
ayuda a comprender las perspectivas del público sobre las causas y objetivos de los terroristas.
Métodos y preguntas de investigación de datos
1. ¿Cuáles son los objetivos principales de los terroristas? 2. ¿Cuáles son las causas profundas
del terrorismo? 3. ¿Qué condiciones existentes permiten y alientan el terrorismo?
Encuesta
Implementamos una encuesta en once (11) estados en el norte de Nigeria en agosto de 2013,
dos años después de la fase activa de la insurgencia de Boko Haram y un período en el que se
registraron algunos de los ataques más mortales. Todos los estados seleccionados tienen una
población musulmana muy alta y a menudo se afirma que los musulmanes del norte
generalmente apoyan a Boko Haram. Además de los estados BAY, otros estados encuestados
PIC

incluyen los otros tres estados del noreste de Bauchi, Gombe y Taraba (BGT); los estados de
Kaduna, Kano, Kebbi y Sokoto en el noroeste; y el estado de Níger en la zona centro-norte.

Resultados y debates
Causas del terrorismo
Las percepciones generales del público sobre las causas del terrorismo en toda la región se
resumen en la tabla 1. La opinión más sólida se centra en las nociones de que los terroristas
son típicamente personas desempleadas que son fácilmente reclutadas por los patrocinadores.
Los resultados de la encuesta también muestran que los encuestados creen que los terroristas
están motivados por la pobreza y los problemas económicos. Los resultados también sugieren
que el público siente que a los terroristas no les gusta el gobierno, albergan una ideología
política extrema y tienen sentimientos religiosos extremos. Además, es fuerte la percepción de
que los terroristas son manipulados por los políticos como una estratagema para mantenerse
en el poder y la democracia brinda mayor libertad para que los terroristas operen. Menos del
50% de los encuestados consideró que los terroristas fueron impulsados por los siguientes
factores: marginación religiosa (42%), disgusto por la democracia (30%) o el origen étnico
(27%).

En general, los resultados de la encuestaconfirman la percepción común de que el aumento


del extremismo violento en el norte de Nigeria está arraigado en problemas socioeconómicos.
Estos hallazgos implican que la prevalencia de la pobreza y el desempleo en el noreste de
Nigeria crea las condiciones para que las personas se unan a Boko Haram.
Con respecto a las causas políticas del terrorismo, la percepción general en Nigeria es que a
Boko Haram no le gusta el gobierno nigeriano y rechaza inequívocamente el sistema político
de Nigeria, que consideraron corrupto y no islámico.

Condiciones que mejor explican por qué las personas se involucran en el terrorismo
Figura 1: Condiciones que mejor explican por qué algunas personas se involucran en el
terrorismo
PIC

Objetivos de los terroristas


Proporcionamos a los encuestados una lista de posibles objetivos terroristas para elegir. Los
encuestados sintieron más fuertemente la venganza contra las fuerzas de seguridad como su
principal objetivo como terroristas que la lucha contra las desigualdades políticas y
económicas. Estos resultados pueden ser exclusivos de Boko Haram, dada la percepción de
que las acciones violentas del gobierno ayudaron a estimular a Boko Haram.

Nivel de simpatía por Boko Haram


Alrededor del 46% indicaron que tienen muy poca o poca simpatía por el Boko Haram.
Alrededor del 25% de los encuestados indicaron que simpatizan mucho con Boko Haram.
Teniendo en cuenta que la población del norte de Nigeria se acercó a los 100 millones, esto
podría significar 25 millones de personas.
PIC

Figura 3: Nivel de simpatía por Boko Haram

Resumen y conclusión
Nuestros resultados confirman lo siguiente sobre lo que el público cree que son las causas
fundamentales del terrorismo: desempleo, pobreza y problemas económicos, disgusto por el
gobierno, ideología política extrema y sentimientos religiosos, y manipulación por parte de los
políticos. Nuestros resultados, sin embargo, no confirman que el público sienta que la aversión
por la democracia o el origen étnico desempeña un papel como causa fundamental. Nuestra
encuesta también reveló que el público cree firmemente que la venganza contra las fuerzas de
seguridad es un objetivo de Boko Haram. Sin embargo, menos de la mayoría de los
encuestados cree que los objetivos de los terroristas incluyen las metas de combatir las
desigualdades políticas, combatir las desigualdades económicas o ajustar los desequilibrios
regionales.
La respuesta del gobierno a Boko Haram se ha centrado en gran medida en la necesidad de
acabar con la insurgencia mediante una fuerte respuesta militar y actividades intensificadas de
las agencias de inteligencia y seguridad. Nuestros resultados al menos sugieren que el público
reconoce el concepto de agravios y, por lo tanto, puede esperar mayores estrategias de
intervención socioeconómica como herramienta para combatir la insurgencia. Una de las
revelaciones de nuestra encuesta es que la mayoría de los encuestados (62%) cree que Boko
Haram fue un "gran diseño" de los políticos para mantenerse en el poder. Esta perspectiva es
única, ya que sugiere que algunos políticos usan el terrorismo para lograr un puntaje político.
La idea de que algunos políticos pueden crear un grupo terrorista para desestabilizar la
seguridad del país en su beneficio es intrigante y debe investigarse más a fondo.
La simpatía significativa en el norte hacia Boko Haram obviamente es un problema para el
gobierno en la lucha contra el terrorismo. Se requiere mucho más trabajo para convertir a un
público dividido en uno que pueda apoyar una mayor resolución en la lucha contra el
terrorismo. Esta información descubierta por este estudio es particularmente útil para las
agencias del gobierno con responsabilidad en la comunicación estratégica y el cambio de
mentalidad, especialmente la Agencia Nacional de Orientación (NOA).

2.2.1.2 Caso de Estudio: las FARC


El regreso a las armas de los exguerrilleros de las Farc – Casey y Rios

Los acuerdos firmados en 2016 entre los guerrilleros y el entonces presidente colombiano Juan
Manuel Santos buscaban terminar la lucha de más de cinco décadas que dejó por lo menos
220.000 muertos y casi seis millones de desplazados. Pero había un temor detrás del acuerdo:
PIC

que muchos de los miles de combatientes que obtuvieron amnistía no perseveraran como
civiles y terminaran por regresar a las armas. Esto está sucediendo.

El gobierno prometió llegar a las tierras antes controladas por rebeldes de las Farc para
proveer salud, educación y agua potable, pero apenas si tiene presencia en el país. El nuevo
presidente colombiano, Iván Duque, hizo campaña en contra de los acuerdos y ahora dice que
pretende revisarlos. Uno de los negociadores de las Farc para el pacto de paz fue arrestado por
el tráfico de diez toneladas de cocaína, mientras se preparaba a asumir un puesto como
senador.

Cientos, quizá miles, de luchadores de las Farc se han resistido al acuerdo. Hay unos 2800
guerrilleros disidentes de las Farc, el 40%.

El gobierno les prometió una nueva vida civil con los acuerdos, pero pronto terminaron
sintiéndose acorralados por grupos paramilitares que intentaron hacerse del control que
habían abandonado los rebeldes.

Mientras los líderes de la guerrilla aseguraron que habían entregado todas las armas a la
misión de Naciones Unidas, en la base dicen que no fue así. “Todavía quedaban unas, las
viejas”.

Algunos de los rebeldes ahora portan la insignia del Frente Virgilio Peralta Arenas, banda
criminal a la que las autoridades acusan de masacrar a civiles y de narcotráfico.

Ese grupo alguna vez peleó contra las Farc, pero los rebeldes dicen que ahora trabajan juntos
para fines de protección mutua. Eso podría significar que en un futuro no tan lejano los
exguerrilleros se asemejen más a un grupo de delincuencia organizada que al ejército de
marxismo revolucionario que establecieron en los años sesenta. “Es parte de la historia trágica
de Colombia: un modo de violencia que se transforma en otro ante la ausencia de un Estado
legítimo.

Iván Márquez, el segundo de las Farc, es uno de los exguerrilleros de alto mando cuyo
paradero se desconoce; no ha sido visto en un mes y muchos temen que regresó a las armas.

Pero cuando se firmó el acuerdo de paz y se retiraron las fuerzas guerrilleras al campamento
de desarme, esa zona resintió la llegada del Clan del Golfo, la organización criminal más grande
del país. Amenazaron a quien se encontraran en su camino. Así sucedió en otras partes del
país: cientos de activistas sociales rurales fueron asesinados, incluidos exguerrilleros.

Entre los primeros retos del grupo fue encontrar protección. Cuatro sabía dónde encontrar
armas y Guerrero decidió entablar alianzas; incluso con antiguos enemigos, como el Frente
Virgilio Peralta Arenas y el Clan del Golfo.

El día comienza antes del amanecer. Los milicianos se despiertan en sus hamacas, toman café y
empiezan sus clases, en las que discuten los escritos de Karl Marx y de revolucionarios
latinoamericanos, como el cubano José Martí. Cada uno o dos días levantan el campamento y
marchan durante horas en la selva.

Las Farc viejas eran financiadas por sus impuestos al cultivo de hoja de coca. El área en la que
opera este grupo tiene pocos plantíos y casi nada de minas de oro ilegales. En cambio, los
combatientes toman comida de otros poblados cercanos, cuando pueden encontrarla.
PIC

Las metas de la disidencia también son menos ambiciosas: reconocen que no van a poder
derrocar al gobierno y tampoco quieren pelear contra la policía provincial. Dicen que
pretenden defender a poblados de grupos armados, pero si están en constante movimiento es
probable que los únicos a los que defiendan sean a ellos mismos. No queda claro si esta
“nueva” rebelión en Colombia crecerá, será aplastada o se desvanecerá. El camino es
complicado sin importar el resultado. Aunque Piscino, quien perdió la mano izquierda a causa
de una mina, dijo que eso poco importa.

2.2.2 Crimen organizado.


EL CRIMEN ORGANIZADO EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE - HERNANDEZ MILIAN

1. alcances del crimen organizado

La globalización posee efectos multiplicadores sobre los más diversos fenómenos de la agenda
política, social y ambiental del mundo entero. La existencia de un “mundo en red” se ha vuelto
cada vez más preponderante tanto para el diagnóstico como para el diseño de políticas en los
más diversos campos, y ello incluye a los temas relativos a la seguridad y las amenazas a la paz
y la estabilidad.

El editor de la revista Foreign Policy, Moisés Naím, señala que los Estados están perdiendo las
que él denomina “guerras de la globalización”, a saber:

 la guerra contra las drogas;


 la guerra contra el tráfico de personas;
 la guerra contra el tráfico de armas;
 la guerra contra el lavado de dinero y
 la guerra por proteger la propiedad intelectual.

A estas cinco “guerras”, se deberían agregar otras cinco que, si bien reciben menos impacto
mediático, causan graves daños a la democracia y al desarrollo:

 contra el tráfico de órganos;


 contra el tráfico de especies en vías de extinción (particularmente de áreas
protegidas)
 el robo de obras del patrimonio histórico y cultural;
 contra el movimiento y la ubicación de desechos tóxicos en terceros países, y
 contra el robo de vehículos
PIC

Se ha señalado que el crimen organizado existe para proveer bienes y servicios ilegítimos que
el público demanda, o bien que el crimen organizado provee bienes y servicios tanto lícitos
como ilícitos, pero de manera ilícita. Lo central en el crimen organizado, además de su
compleja organización y redes de articulación, radica en dos características:

 la amenaza o el uso de la fuerza para sus actividades;


 el uso de la corrupción para erosionar las capacidades del Estado y aumentar la
impunidad de sus acciones.

La transnacionalización: El crimen organizado cruza las fronteras y sus acciones se relacionan


con los distintos tipos de amenazas en redes de carácter global.

El crimen organizado tiene un objetivo esencialmente económico, sin embargo, para poder
recibir esos recursos emplea la extorsión y la violencia como instrumentos fundamentales a su
servicio.

2. PRINCIPALES AREAS ORGANIZADAS DENTRO DEL CRIMEN ORGANIZADO EN


CENTROAMERICA

2.1 las maras y su conexión con el Crimen organizado

Estas bandas se convierten en sofisticadas pandillas transnacionales que utilizan las últimas
comunicaciones tecnológicas, se mueven con facilidad dentro y fuera de los más lucrativos
mercados ilegales. Los miembros de las pandillas en Centroamérica no son homogéneos. No
hay tipología aplicable a todos los pandilleros o miembros de pandillas, y no todas las bandas
tienen los mismos objetivos o el mismo nivel de violencia.

Los factores que impulsan la actividad de las pandillas son:

 la falta de oportunidades educacionales y económicas,


 las zonas urbanas marginadas,
 la violencia intra-familiar y la desintegración de la familia,
 fácil el acceso a las drogas y las armas de fuego, e
PIC

 ineficaces sistemas de justicia.

Las pandillas como la MS-13, la Calle 18 realizan negocios internacionalmente, con


participación en secuestro, robo, extorsión, asesinatos, el tráfico de personas y el contrabando
a través de las fronteras. Algunos gobiernos de América Central afirman que la fuente principal
del problema de estas pandillas es la política que utiliza los Estados Unidos a la hora de
deportar a miembros de pandillas sin compartir información acerca de estos deportados con
funcionarios gubernamentales en el lado receptor.

2.2 Tráfico de Armas

La ubicación y diversidad de accidentes geográficos que presenta la región centroamericana,


así como una cultura enraizada en la violencia como medio para atender conflictos cotidianos,
le endosan un perfil propicio para el canje y tráfico de las armas de fuego y la violencia urbana
asociadas a las mismas. Es una zona de tránsito de varios tipos de contrabando. El Salvador es
el país que presenta la mayor proporción de víctimas por armas de fuego (27%), seguido por
Guatemala (24%) y Honduras (24%).

Además se registra una creciente inseguridad urbana, motivada por la operación criminal y
altamente violenta de pandillas juveniles (maras) que se presenta fundamentalmente en
Guatemala y El Salvador, y en menor medida en Honduras y Nicaragua. La deshumanización
asociada al deterioro del tejido social juega un rol primario en la comisión del delito violento.

Existen dos dinámicas de violencia: una asociada principalmente a los países del llamado
Triángulo Norte, que comprende a Guatemala, Honduras y El Salvador; y otra asociada al resto
de la región, conformada por Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

La opción del Estado que en varios países de la región se ejecuta es la de “mano dura” o
“mano súper dura” que se presenta como una respuesta represiva e inobservante de los
derechos humanos de las personas.

Por su parte Nicaragua, Costa Rica y Panamá son puente y embarque de cargamentos de
armas procedentes desde el resto de Centroamérica hacia Colombia como parte de un
intercambio que le depara a las redes criminales acceso al lucrativo comercio ilegal de
narcóticos.

A nivel de sus legislaciones, una revisión general permite ver la ausencia de armonización en
materia de procedimientos y requisitos para la emisión de licencias de tenencia y porte de
armas. Existe disparidad en la cantidad de armas permitidas por licencia entregada, en general
no se practican exámenes de aptitud física ni psicológica para el uso de armas, los sistemas de
registro tienden a localizarse en las grandes ciudades y se descuida el interior y las zonas
costeras.

2.3 Trafico de Drogas.

Los narcos controlan un proceso complejo: la compra y transporte de materias primas, el


procesamiento químico industrial de la cocaína, la exportación al mercado norteamericano y
europeo y la reinserción del dinero obtenido en la economía legal. Simultáneamente, esas
organizaciones realizan la coordinación de los procesos de pago, la recolección, el embarque,
PIC

el procesamiento y la exportación a través de miles de kilómetros de una geografía


extremadamente difícil y en un contexto político volátil.

Centroamérica se ha convertido en punto de trasbordo para la droga y refugio para


organizaciones que dirigen redes de prostitución, contrabando de inmigrantes, falsificación,
desviación de mercancías y otras actividades delictivas con un mínimo de interferencia estatal.
Toda la región ha sido inundada por las cantidades de dinero proveniente del narcotráfico, que
se introduce en el sistema financiero y proporciona los medios para corromper a funcionarios,
la policía y el ejército.

Esta región sigue utilizándose como zona de tránsito y reexpedición de las remesas de drogas
ilícitas, en especial de cocaína, procedentes de países de América del Sur, fundamentalmente
de Colombia, y destinadas a los Estados Unidos y Europa. Se calcula que el 88% de la cocaína
que ingresa en los Estados Unidos ha pasado por América Central.

En los países de América Central existe una producción considerable de “cannabis”


principalmente para uso doméstico o para vender dentro de la región. Jamaica presenta la
prevalencia anual más alta de uso indebido de cannabis (el 10% de las personas de 15 a 64
años de edad).

Casos Específicos

Costa Rica

Los traficantes siguen utilizando a Costa Rica como pabellón de barcos de pesca para el
contrabando de múltiples toneladas de drogas y para proporcionar combustible para otras
lanchas rápidas, con un creciente énfasis en las rutas del Pacífico.

El Salvador

El Salvador es un país de tránsito para la cocaína y la heroína de contrabando desde América


del Sur y por tierra y mar a los Estados Unidos a través de México.

Los traficantes utilizan lanchas rápidas y buques comerciales para el contrabando de


estupefacientes adyacentes a través de las aguas internacionales y las aguas salvadoreñas. El
Salvador es tierra de tránsito de cocaína y de heroína hacia Colombia sobre la carretera
Panamericana.

Guatemala

Guatemala es un importante punto de transbordo para América del Sur de cocaína y heroína
con destino a los Estados Unidos a través de México. Si bien no es un gran país productor, el
cultivo de la adormidera ha aumentado en los últimos años.

Honduras

El Gobierno de Honduras coopera con los Estados Unidos en la investigación del tráfico de
estupefacientes. La marihuana se cultiva en Honduras en pequeñas parcelas aisladas. La
heroína se cree que es transportada a través de Honduras a los Estados Unidos en pequeñas
cantidades.

2.4 El tráfico de personas

El tráfico o trata de personas es una violación a los derechos humanos que envuelve abuso y
explotación. Se entiende por tráfico o trata, “la captación, transporte, traslado, recepción de
PIC

personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, rapto,


fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o
recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga
autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la
explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o
servicios forzados, la esclavitud o las practicas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la
extracción de órganos.”

En muchos casos las víctimas de tráfico comienzan voluntariamente pagando a coyotes para
lograr el ingreso a otro país, pero luego quedan atrapadas en el camino en redes de tráfico
para explotación, por diversos factores. Para las mujeres jóvenes mayores de edad y las
menores (entre 12 y 17 años de edad), la combinación de necesidad económica,
responsabilidad como jefas de hogar, analfabetismo o mínima educación, falta de preparación
en habilidades técnicas, una historia de abuso físico y sexual, aparecen como contribuyentes al
riesgo de que sean traficadas. El tráfico de mujeres y niños para explotación sexual comercial
en América Central es una realidad innegable que ocurre dentro y fuera de las fronteras.

Las rutas o corredores de tráfico se extienden desde Nicaragua a Honduras, El Salvador,


Guatemala y Belice. Nicaragua recibe corrientes de Sudamérica y es el punto de origen de las
corrientes de tráfico en ambas direcciones, hacia el sur (Costa Rica) y el norte (Honduras).

La frontera sur de México juega un papel preponderante para la comprensión de los flujos
migratorios irregulares y los fenómenos que los han caracterizado: el tráfico de personas y
recientemente, como consecuencia de la creciente incorporación de mujeres y niños a esas
migraciones, la trata de personas.

2.5 El lavado de dinero

El dólar estadounidense es objeto de tráfico a granel a través de México y Centroamérica.

Un punto importante a considerar dentro del lavado de dinero es el envío de remesas, las
cuales son un medio utilizado para el trasiego del lavado de dinero; debido a esto se han
tomado medidas para limitar las cantidades de envío de dinero por las distintas instituciones
financieras. Centroamérica recibe remesas masivas, y si bien la mayoría de esas entradas son
sin duda el producto de la industria de inmigrantes, algunos de estos productos puede ser el
resultado de actividades delictivas.

Tanto Panamá como El Salvador han dolarizado sus economías, y el uso del dólar en Panamá
es una razón clave para que el país resulte atractivo para algunos sectores como un centro de
blanqueo de dinero.

Especialmente la Zona Libre de Colón -la segunda mayor zona de libre comercio en el mundo,
después de Hong Kong- que está situada en el Atlántico a la entrada del Canal de Panamá y la
Zona Franca, permite la importación y la reexportación de mercancías libres de impuestos.

Una modalidad conocida dentro del lavado lo constituye la sustitución de deuda externa
contraída por un cliente de una empresa local utilizando dinero ilícito. Esta tipología involucra
a una organización delictiva que utiliza el dinero proveniente de sus actividades ilícitas, para
pagar desde el exterior una deuda vencida a favor de una “empresa exportadora local.

Otra modalidad posible a nivel regional es la promoción de exportaciones ficticias de servicios.


PIC

2.2.2.1 Caso de Estudio: El papel de las mujeres en el


narcotráfico.
Las Guerras contra el Narcotráfico como un tipo de conflictividad asimétrica en América Latina-
IGLESIAS

Las Guerras contra el Narcotráfico es un tipo de conflicto bélico que guarda relación con el
concepto de Guerras Asimétricas. Estos enfrentamientos tienen un crecimiento sostenido con
la aparición de nuevos escenarios, principalmente en América Latina.

La definición de Guerra de Clausewitz "un acto de violencia para obligar al enemigo a acatar
nuestra voluntad". En toda guerra, siempre se encuentra un casus bellis, es decir el motivo por
el cual un actor lleva adelante la violencia con el fin de imponer su voluntad. Esta causa
deviene siempre de un conflicto, o sea de intereses contrapuestos entre mínimamente dos
actores, donde por lo menos uno de ellos, decide resolver las diferencias por medios no
pacíficos.

Podemos decir que los casos donde se intentan resolver los antagonismos por medios
violentos son “diferendos”, ya que el idioma y las reglas son impuestas de forma unilateral; y
los otros, como “contradicciones canalizables” donde se busca la solución a través del diálogo
o “litigios” ya que se busca la solución a través de la intervención de terceros.

Dos tipos de guerras clásicas: aquellas llevadas adelante entre Estados, denominados guerras
interestatales y las guerras civiles, las cuales se dan al interior de los aparatos estatales. El
elemento común entre estos dos tipos es el concepto de simetría: actores homólogos luchan
entre sí como forma de dirimir el conflicto. En estas guerras, un punto clave es que las partes
son reconocidas por la comunidad internacional como beligerantes y deben ajustarse al
derecho internacional público.

A partir de la década de 1990, varios autores comienzan a plantear el surgimiento de nuevos


tipos de conflictos bélicos, agrupados bajo el concepto de Nuevas Guerras, Guerras de Cuarta
Generación o Guerras Asimétricas. Estos tipos de contiendas bélicas se dan entre actores de
naturaleza diferente. Los actores no-estales son conformados por civiles dentro de la sociedad,
lo cual impide reconocer quienes son beligerantes, y suelen carecer de estatuto jurídico
nacional y/o internacional. Las formas de financiamiento, reclutamiento y compra de
armamento se lleven adelante por medios ilegales. Los medios de combate, como el uso de la
población civil como elemento disuasorio, las detenciones ilegales, desapariciones forzosas, el
uso de la tortura, están vedados por convenciones internacionales. Siempre estará presente en
al menos un actor no estatal como beligerante.

Las guerras tradicionales van perdiendo terreno frente a los conflictos asimétricos.

Tipos de Guerras Asimétricas

Cinco niveles de intensidad: disputa, crisis no violenta, crisis violenta, guerra limitada y guerra.
PIC

Los primeros dos niveles representan situaciones de conflictos latentes o enfrentamientos


llevados adelante por medios no militares. En las crisis violentas se toma en cuenta el uso de la
fuerza, aunque de manera incipiente; mientras que los últimos dos son catalogados como
conflictos violentos con altos niveles de intensidad.

UCDP, establece una diferencia entre tres tipos de conflictos armados: De base estatal, cuando
al menos uno de los beligerantes es Estatal; de base no-estatal, donde los combates se dan
entre dos actores que no poseen representación de los gobiernos; y violencia unilateral,
aquellas ejercidas por un actor contra la población civil.

El HIIK establece cuatro tipos de conflictos internacionales :

 Interestatales, como todas aquellas contiendas que involucra solamente Estados


internacionalmente reconocidos.
 Intraestatales, como todo aquél conflicto surgido a partir de la lucha armada entre un
Estado y un actor no-estatal.
 Subnacionales, donde los enfrentamientos se llevan adelante entre actores no
estatales. Ejemplos de estos pueden verse en las luchas interétnicas en República
Centroafricana, las rivalidades religiosas en Myanmar y los enfrentamientos intra-
carteles en México.
 Transnacionales, en los cuales la disputa bélica involucra tanto actores estatales como
no-estatales y cumple con el criterio de un conflicto armado de al menos dos Estados
soberanos. El caso más emblemático de nuestros días es Siria.

Las Guerras contra el Narcotráfico corresponden a los llamados conflictos intraestatales.


Encontramos a los Estados en combate militar contra actores no-estatales, los carteles.

En los casos de México y Colombia, estas guerras han generado ciertos vacíos de poder que
intentan ser ocupados a través de luchas intra-carteles o entre éstos y grupos paramilitares o
grupos de autodefensas. Estas escaladas de violencia entre actores no-estatales han generado
conflictos paralelos de carácter subnacional ya que se trata de enfrentamientos armados entre
actores no estatales. Uno de los casos ocurre en el estado de Michoacán (México) desde el año
2013, donde la convivencia y los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad nacionales,
locales, carteles, paramilitares y autodefensas ha ido mutando o propagado hasta la
actualidad.

Causas que originan estos conflictos:

 secesión política,
 la autonomía regional,
 la descolonización,
 la imposición ideológica,
 el poder nacional,
 la predominancia subnacional
 la lucha por recursos económicos.

En el caso de las Guerras contra el Narcotráfico se puede observar dos intereses


contrapuestos. Por un lado, la decisión del Estado de mantener o recuperar el monopolio de la
fuerza, fiscal y simbólica dentro de sus territorios. Mientras que, para los carteles, sus acciones
se verán orientadas a acrecentar sus ingresos. Para tal fin, sus acciones están orientadas a
PIC

formarse como parásitos del Estado o conformar un para-Estado a través del uso de cultivos
clandestinos, corrupción política y formación de milicias propias

El concepto de Guerras contra el Narcotráfico

La cuestión de la lucha contra las drogas cobró impulso a partir de la década de los 60-70 a
través de dos hechos. La creación de un sistema jurídico de carácter prohibicionista explicitado
varios acuerdos desde el seno de Naciones Unidas (La restricción del uso de estupefacientes
con fines medicinales y veda todo uso de drogas que estén destinadas a ellos).

El segundo hecho, es la incorporación y evolución en la política exterior norteamericana de la


lucha contra el narcotráfico a través de medios militares. Durante la presidencia de Nixon,
quien discursivamente se apropió el término “Guerra contra las Drogas”, tomó el problema de
los estupefacientes desde una óptica de seguridad pública, llevando adelante operaciones y
financiamiento militar con el objetivo de atacar la oferta en sus países de origen.

Luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre, con la proliferación del concepto de
nuevas amenazas, la imposibilidad de los gobiernos latinoamericanos de hacer frente al
problema de las drogas y la idea de guerra preventiva, los siguientes gobiernos
norteamericanos promulgaron un rol más activo de las fuerzas armadas, eliminando la
diferencia entre cuestiones de seguridad interna y defensa externa.

Cinco instrumentos que logran visualizarse en las Guerras contra el Narcotráfico:

 la militarización de la lucha antinarcóticos,


 la erradicación forzosa de cultivos ilícitos,
 la desarticulación de las cúpulas de los grupos narcotraficantes,
 la criminalización de la cadena doméstica y
 la extradición de presuntos criminales.

Las Guerras contra el Narcotráfico se incrementó el uso de la violencia privada en dos sentidos
Por un lado la imposición de la fuerza por parte de los carteles a través de sus propios ejércitos
pero, por otro lado, el uso de fuerzas paramilitares y empresas de seguridad privada por parte
del Estado.

Las relaciones financieras entre los actores no-estatales, como otras organizaciones criminales,
o transnacionales como bancos y empresas multilaterales, no pueden ser detectadas por los
controles fiscales de los Estados.

A partir de la década de los 90, que los Estados latinoamericanos recibirán una mayor presión
diplomática, por parte de Estados Unidos y organismos internacionales, acordando paquetes
de medidas y ayudas financieras con el objeto de fortalecer sus propias luchas contra los
carteles.

Los Estados que no cumplieran con el proceso de certificación “se enfrentaban a sanciones que
incluían cortes de la mayor partes de las ayudas y los beneficios comerciales de Estados Unidos
y, dentro de las instituciones crediticias multilaterales, el voto negativo automático del
influyente representante estadounidense sobre las peticiones de créditos del país en
cuestión”.

Elementos de las Guerras contra el Narcotráfico


PIC

Las Guerras contra el Narcotráfico podemos definirlas como aquellos conflictos armados
asimétricos de carácter intraestatal que tienen por objeto el control de recursos económicos
entre el Estado y organizaciones narcotraficantes o carteles.

 Los actores: multiplicidad y fraccionamiento.


 Causas: identidades, contienda de los recursos.
 Métodos: violencia contra los civiles, uso del terrorismo,
 Forma de financiación: nueva economía de guerra: robo de petróleo, la trata de
personas, el comercio de migrantes, extorsiones, secuestros y robos.
 Emergencia compleja: la intervención humanitaria llevada adelante por otros Estados
u organismos internacionales; la intervención militar internacional.
 Marco geográfico: intraestatal.
 Marco legítimo-legal: erosión del monopolio de la violencia reflejada en el control de
recursos económicos y políticos por parte de los carteles. Los Estados pierden el poder
de la fuerza y la tributación legítima. Implementación de distintos tipos de
barbarismos: detenciones ilegales por parte de los organismos de seguridad; uso de la
tortura física y psicológica a la población civil por partes de los principales actores
involucrados en el conflicto; ejecuciones de prisioneros, denuncias por abusos sexuales
y violaciones; asesinatos masivos y desapariciones forzosas. El caso más emblemático
de los últimos tiempos fue caso de los 43 estudiantes ruralistas en Ayotzinapa en el
año 2014.

2.3 Seguridad Humana


2.3.1 Características principales del humanitarismo
contemporáneo

3. La problemática global en el subsistema


económico
3.1.Globalización: diferentes perspectivas.
3.2 El regreso de las perspectivas geopolíticas y la distribución
de los escasos recursos naturales.
3.2.1 Caso de Estudio: los desplazados ambientales
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4. La problemática global en el subsistema


político.

4.1 Debates sobre dominación y ejercicio de poder.


4.1.1 El concepto de imperio y la reacción desde el concepto de
multitud.
4.1.2 El debate sobre la cultura cosmopolita.
4.1.3 Gobernanza global
4.1.3.1 Perspectiva feminista y gobernanza global

5. Las Américas
5.1. Panorama general de Estados Unidos y su política exterior
a nivel global y regional.
5.1.1. Estados Unidos, las políticas migratorias y sus vecinos.
5.2. Algunas problemáticas puntuales en la región:
5.2.1. Religión y política en la región.
5.2.2. La democracia en vilo en América Latina. Los casos de
Brasil, Bolivia, Venezuela y Chile.

6. Europa
6.1. Panorama general de la UE.
6.1.1. Brexit
6.1.2. Migración y seguridad en EU
6.1.3. Crisis de gobernabilidad en Europa. El caso catalán y
escocés
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7. Medio Oriente y Magreb o África del Norte


7.1. Panorama regional general.
7.1.1. Introducción al Islam.
7.1.2. Los actores internacionales y su participación en los
conflictos
7.2. Algunas problemáticas puntuales:
7.2.1. Estado Islámico. Consideraciones generales
7.2.1.1. El papel de la mujer en el Estado Islámico
7.2.2. La cuestión árabe israelí
7.2.3. Siria

8. Rusia y su entorno
8.1. Rusia y su proyección global.
8.2. Las relaciones ruso-chinas
8.3 Asia Central

9. Asia
9.1. Algunas problemáticas puntuales:
9.1.1. El liderazgo chino y sus relaciones al exterior
9.1.2. India

10.África Subsahariana
10.1. Algunas problemáticas puntuales
10.1.1. Las guerras intestinas en el África Negra.
10.1.2. África en la Agenda Global.
10.1.3.El Terrorismo en África.
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