Resumenes de Politica Internacional Contemporánea
Resumenes de Politica Internacional Contemporánea
Resumenes de Politica Internacional Contemporánea
1. Introducción
1.1. El Sistema Internacional y sus actores.
1.2. Introducción a una estratificación de los Estados en el
sistema internacional. Distintas perspectivas de análisis en las
estratificaciones.
Formaciones de estatalidad - Rodriguez
Violencia parainstitucional a partir de cuatro características. Primero, que esta violencia tiene
por objeto mantener el statu-quo a través de la represión y el disciplinamiento por la vía del
terror. Segundo, que discurre de manera simultánea a la violencia estatal, pero a través de
organizaciones o grupos con dinámicas de funcionamiento propias. Tercero, que sirve de
complemento y/o suplemento a las fuerzas estatales. Cuarto, que reviste un status
organizacional que se define a la vez como legal e ilegal.
Ernst Fraenkel (1941 postuló la noción de “estado dual” para referirse a aquel tipo de
organización política en la que el estado de excepción y el estado de normalidad coexisten en
un espacio y un tiempo dado.
Matias Dewey (2012), propuso el término “estatalidad híbrida” para describir cómo las
capacidades del Estado incluyen tanto aquellas legales y normadas por el derecho, como otras
de tipo ilegal e informal-
5 ciclos o etapas:
El primer ciclo se produce entre 1946 y 1958 en el marco de la exacerbación de los conflictos
entre los partidos liberal y conservador. La violencia parainstitucional estuvo agenciada por
grupos parapoliciales como los “Pajáros”, los “Contrachusmeros” y los “Aplanchadores”,
creados por terratenientes, comerciantes y políticos de filiación conservadora que asumieron
la tarea de disciplinar por la vía del terror a los militantes liberales y las poblaciones
consideradas “disidentes”. Esta época estuvo marcada también por la creación de “La
Chulavita”, una policía compuesta en su totalidad por efectivos afines al partido conservador
que ejercían su “fuerza de ley” sobre aquellos que no compartían el mismo sistema de valores.
El segundo ciclo se extiende entre 1958 y 1978. La violencia extrema entre los partidos
tradicionales cedió el paso a un acuerdo de élites que mantuvo en la periferia a las terceras
fuerzas. El pacto de 1957, conocido como Frente Nacional, prescribió la alternancia del poder
entre los dos partidos por un periodo de 16 años así como la división milimétrica de la
burocracia estatal. Marcaron el surgimiento de grupos guerrilleros como las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
PIC
El tercer ciclo empieza en el año 1978 y se extiende hasta 1991. Se caracteriza por el
involucramiento de los grupos narcotraficantes en la formación de una nueva generación de
grupos de violencia parainstitucional. Los grupos paramilitares surgen como un modo de
enfrentar a las guerrillas y defender intereses sectoriales a partir de la asociación entre fuerzas
del Estado y grupos de narcotraficantes. Creados con la misión de liberar los territorios que
estaban bajo la influencia de las guerrillas, operaron una contrarreforma del poder político y
económico en los territorios. La estrategia que hasta entonces se mantuvo al margen de la ley
empezó a ser convalidada a partir del año 1991, cuando el Estado colombiano legalizó la
creación de las Cooperativas de Seguridad y Vigilancia con el nombre de CONVIVIR. Se trató de
grupos de civiles habilitados para tener armamento y funciones de vigilancia, seguridad y
control sobre el territorio. La situación colombiana encuentra su análoga en Perú que, en los
años 1991 y 1992 asistió a la legalización de los Comités de Autodefensa (CAD), encargados del
combate a Sendero Luminoso.
El último ciclo empieza a partir de esta época y persiste hasta hoy en una coyuntura de
fragmentación, dispersión y rearme de los antiguos grupos de autodefensa. Puede decirse que
los esfuerzos del Estado colombiano por desmovilizar a los grupos paramilitares han fracasado.
Los residuos del paramilitarismo han configurado el fenómeno conocido como Bandas
Criminales Emergentes (BACRIM), que mantienen a la población en vilo no sólo por su
participación en actividades como la extorsión y los mercados ilícitos, sino por su abierta
intervención en la configuración de los poderes políticos regionales y nacionales.
En 2012 se inició el proceso de paz con las FARC. Tras lo logrado en La Habana, si bien se
observa una baja en las muertes producto del conflicto armado, causa perplejidad el inusitado
aumento de homicidios en el marco de enfrentamientos entre bandas de crimen organizado
por el control de las economías y territorios otrora controlados por las FARC. Así, desde el año
2016 han sido asesinados más de 200 líderes sociales, campesinos e indígenas.
Para Rodríguez, la delegación de la violencia en grupos paraestatales, más que una crisis del
Estado puede constituir un modo de estatalidad ad hoc. A fin de mantener su soberanía, los
Estados desmonopolizan eventualmente el uso de la fuerza en grupos de civiles. La estrategia
encuentra sus límites cuando dichos grupos adquieren una autonomía que hace imposible su
control por parte del Estado.
Discusión – debate
La Nación peruana que aparece como fraccionada mientras ciertos miembros del gobierno
afirman que existe una nación unida.
José Miguel Munive señaló un paralelismo entre la historia de Perú en el siglo XIX y lo que
sucedió en la guerra contra Sendero Luminoso a finales del siglo XX. En ambas coyunturas, el
Estado peruano, con el fin de legitimarse, delegó o negoció el ejercicio de la violencia con la
población civil, especialmente con la población campesina. Actualmente estas manifestaciones
pueden ser observables en la zona acerca de Ayacucho y cerca de la zona del VRAEM con
grupos herederos de los comités de autodefensa.
Los ataques del 11 de septiembre centraron la atención en el fracaso del estado afgano para
evitar la operación de al-Qaeda en su territorio.
La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de 2002 marcó este cambio de los
campos de batalla de Europa: "Estados Unidos está ahora menos amenazado por la conquista
de estados que por el fracaso".
El término 'estado fallido' crecido hasta abarcar estados tan diversos como Colombia, Timor
Oriental, Indonesia, Corea del Norte, Costa de Marfil, Haití, Iraq y el Sudán.
Dos trabajos, el artículo de 1993 "Los Estados fallidos" de Helman y Ratner en Foreign Policy y
los Estados colapsados de Zartman en 1995, abordaron las crisis más importantes de principios
de los años noventa. Helman y Ratner se refirieron a estados que son "simplemente incapaces
de funcionar como entidades independientes" e incluyó a Haití, Yugoslavia, la URSS, Sudán,
Liberia y Camboya. Los estados colapsados de Zartman, donde "ya no se realizan las funciones
básicas del estado", incluyen el Congo de la década de 1960; Chad, Ghana y Uganda de
principios de los años ochenta; y Somalia, Liberia y Etiopía de principios de la década de 1990
Los ataques del 11 de septiembre llevaron a los "estados fallidos" al primer nivel de los
intereses de seguridad de Estados Unidos. La aparente incapacidad de Afganistán para
controlar su territorio y para localizar y combatir a Al Qaeda prestó nueva atención al
concepto.
Con el fin de la Guerra Fría, cuestiones como los gastos militares, la corrupción, la
transparencia y la rendición de cuentas en el uso de los fondos de desarrollo se convirtieron en
parte del discurso del desarrollo y la programación de la ayuda.
En 2006, los estados en quiebra o frágiles dieron forma significativa a la forma en que las
agencias de desarrollo, diplomáticas y de defensa veían la naturaleza de sus empresas y, de
hecho, cómo veían el mundo. Entre los especialistas en desarrollo, las viejas ideas de que el
desarrollo consistía principalmente en transferir recursos (ayuda), estimular el comercio o
reformar políticas (por ejemplo, políticas de ajuste estructural) estaban siendo suplantadas por
la idea de que el desarrollo consiste en construir instituciones que puedan generar y
administrar políticas y procesos económicos.
El concepto de Estado fallido ha actuado como correctivo de los enfoques prevalentes para
promover la paz, el desarrollo o la asistencia humanitaria.
Agregación excesiva de estados diversos: El problema más grave con el concepto de estados
fallidos es el problema de la definición, y más específicamente de la superagregación de tipos
muy diversos de estados y sus problemas. La lista de Rotberg de indicadores de un estado
fallido proporciona el ejemplo más claro de la aglomeración de condiciones institucionales y
sociales extremadamente diversas. La lista incluye:
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Considere los "estados fallidos" de Rotberg en 2003: Colombia, Costa de Marfil, Irak, Corea del
Norte e Indonesia.
El Índice Anual de Estados Fallidos (FSI) producido por la revista Fund for Peace in Foreign
Policy por primera vez en 2005. Ese índice incluía 41 subindicadores de fracaso estatal
(agrupados en 12 categorías) tan diversos como:
Tres de estos "cinco núcleos", a saber, el ejército, la policía y el sistema de justicia, reflejan
directamente una preocupación por el orden y la estabilidad.
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No está claro cómo una mayor capacidad militar o policial (o cualquiera de las cinco funciones
centrales) garantizará un aumento del PNB, menos corrupción, más equidad entre los grupos
étnicos, menos subordinación a las élites gobernantes o un mejor desempeño de los derechos
humanos.
Los aspectos deficientes del desempeño estatal y las instituciones estatales representan
problemas genuinos que se han pasado por alto.
El enfoque en los estados fallidos y los estados en desarrollo oscurece otra cuestión
importante: los regímenes y su naturaleza.
Una creciente preocupación por los estados coincidió con un período de desilusión a fines de
la década de 1990 con la capacidad de la ONU, las instituciones financieras, las ONG
internacionales, para inculcar la democracia en países devastados por la guerra . Los casos de
democratización de la posguerra en Haití, Bosnia, Kosovo, Camboya y Liberia debilitaron el
optimismo de los intervencionistas liberales sobre la capacidad de la democracia de enraizarse
en operaciones fuertemente internacionalizadas después de la guerra. De hecho, el enfoque
en los estados y las instituciones estatales en la mayoría de los casos proporcionó un
correctivo refrescante y necesario a los conceptos, políticas y programas que no cumplieron la
promesa de la democracia.
En sociedades donde la fortaleza del estado no es tanto un problema como el grado en que el
estado sirve a todo el territorio por igual, o donde solo ciertos grupos sociales tienen acceso a
servicios estatales efectivos, es probable que las cuestiones de régimen sean más importantes
que las cuestiones sobre el estado. En países como Croacia, Macedonia, Colombia e Indonesia,
por ejemplo, la fuerza de las instituciones estatales es mucho menos importante que la forma
en que las instituciones estatales reflejan y responden a las aspiraciones, necesidades e
identidad populares. Y en sociedades donde los grupos étnicos existen en tensión o tienen un
poder económico y político desproporcionado, o donde las élites han explotado a la población
durante mucho tiempo sin ninguna responsabilidad, el fortalecimiento de las instituciones
estatales sin prestar atención a cómo la sociedad se relacionará con el estado es peligroso. En
tales estados (por ejemplo, Liberia, Afganistán, Burundi), la construcción del estado
inevitablemente debe tener en cuenta no solo la naturaleza del estado (federal, autónomo,
etc.) sino también las reglas de gobierno del régimen.
Un aspecto de la creciente atención al fracaso del estado es la nueva atención a los estados y
las instituciones estatales entre los interesados en la construcción y el mantenimiento de la
paz. Aunque la construcción del estado no es un término utilizado a menudo por las Naciones
Unidas, estas organizaciones han llegado a ver cada vez más el fomento de instituciones
estatales sostenibles como la tarea central de la construcción de la paz. Los estados se
consideran necesarios para la paz, y la construcción exitosa de la paz se convierte
prácticamente en sinónimo de construcción del estado.
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La deficiencia más evidente del concepto de falla estatal es la noción basada en el valor de lo
que es un estado. Naturalmente, todas las categorizaciones descansan en valores. De hecho,
comparto muchos de los valores liberales que lamentan las deficiencias de los estados que no
brindan servicios básicos que sustenten la vida de sus poblaciones. Al mismo tiempo, el
concepto de estado fallido repite los mismos supuestos que hizo la teoría de la modernización
en su apogeo, supuestos que resultaron ser tan problemáticos.
Esta calificación de un estado frágil omite la larga historia del colonialismo y la explotación en
el empobrecimiento y la mala gobernanza de muchas sociedades actualmente consideradas
frágiles o en quiebra. Estados europeos (y más tarde países de América del Norte) crearon el
sistema de estados-nación, extrayendo recursos, fomentando instituciones coloniales con
legados poderosos, apuntalando a los líderes poscoloniales, proporcionándoles armas y
socavando el surgimiento de sociedades plurales y civiles que podrían haber disminuido la
pobreza, la guerra y la debilidad instituciones.
¿Los conceptos alternativos, como los estados "problemáticos", "estados en riesgo", "estados
frágiles", son mejor adoptados por donantes internacionales u ONG? En la mayoría de los
casos, no. A menos que los conceptos identifiquen una variable o un continuo específicos a lo
largo de los cuales estos estados están "preocupados", nuestra comprensión de la variada
condición de varios estados estará mal informada y mal abordada.
Al omitir deliberadamente los 'estados fallidos', USAID adoptó cinco categorías que reflejan si
un país estaba emergiendo de un conflicto armado, qué tan pobre era y si era
proestadounidense o antiestadounidense. Ambos conjuntos de categorías representaban una
elección deliberada para abandonar el ' estado de falla / falla 'terminología.
Estados colapsados
El término tiene más significado. Se refiere a países cuyo aparato estatal deja de existir por un
período de varios meses. El concepto aquí no se refiere a la incapacidad de algunos ministerios
para proporcionar servicios, o a un estado sitiado en la guerra, ni a la ausencia del estado en
algunas regiones, sino al colapso completo de un estado nacional. Aquí los ciudadanos no
saben a dónde ir para obtener un pasaporte reconocido, y todos los servicios que
normalmente proporciona el estado son proporcionados por actores subestatales o no
estatales. A partir de 1990, solo Somalia (1990–2004), la República Federativa de Yugoslavia
(en 1991), la Unión Soviética (1991) y posiblemente Afganistán (1992–95) cumplen estos
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criterios. Durante el período comprendido entre 1995 y 2005, Somalia fue el único estado
colapsado sostenido en el mundo.
En muchos estados, las instituciones informales (tribus, redes de clientes y clientes, o redes de
base étnica) tienen tanto poder como las instituciones estatales formales. El término 'estados
débiles' es útil para los lugares donde estas redes informales son principales canales de
prestación de servicios y asignación de recursos públicos. Las instituciones informales pueden
proteger y servir a la población de estados débiles, pero este desempeño será inconsistente
entre los grupos sociales y el territorio. Dichos estados no necesariamente "fallan".
Todos los estados fallidos están experimentando cierto grado de conflicto armado, a pesar de
que los "estados fallidos". Es donde la guerra civil es territorialmente extensa e involucra a la
mayoría de los grupos sociales.
Los estados de posguerra presentan sus propios desafíos. En países como El Salvador,
Camboya, Bosnia y Mozambique, los acuerdos de paz sentaron las bases para la construcción
del estado. Los posteriores acuerdos de paz en el siglo XXI se han diseñado aún más
conscientemente para ofrecer una hoja de ruta para reformar y reforzar los estados y sus
instituciones.
El concepto de Estado Fallido es una idea contemporánea que da cuenta básicamente de las
problemáticas, deficiencias e imposibilidad de ciertos Estados para responder a las diversas
demandas que hacen sus ciudadanos. “Estados fallidos” son unidades políticas con
reconocimiento internacional, incapaces de cumplir con las funciones básicas atribuidas al
Estado-nación moderno. Esta idea contiene tres supuestos discutibles: la noción de seguridad,
la de cómo se designa un Estado “fallido”, y la de qué es lo que falla en los mismos.
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Como sostiene Alda Mejias (2015) son los Estados débiles, no los fallidos, los que presentan
mejores condiciones para el desarrollo de la criminalidad organizada. Los Estados fallidos, en
cambio, se hallan inmersos en el caos interno no pudiendo garantizar la protección ni de los
ciudadanos ni del crimen organizado. Por el contrario, el desorden y la extrema debilidad
característica de este tipo de Estados puede poner en riesgo los negocios de las redes
criminales y la protección que precisan para sobrevivir y reproducirse.
La evidencia indica que la mayor actividad criminal se asienta en países con mayor capacidad
de consumo y bienestar.
Es razonable suponer que se trata más de un concepto político-operativo que de una categoría
académica.
Eso no elude la realidad de que hay Estados-nación que o bien han colapsado, o bien están en
problemas que los acercan al punto de colapso.
Atributos que debe alcanzar un Estado para ser considerado como tal: capacidad para
internalizar y externalizar su poder (ser reconocido como la única autoridad legítima dentro y
fuera de su territorio), capacidad de internalizar el control y diversificar su autoridad, y
capacidad para internalizar una identidad colectiva – Oszlak-. La incapacidad de los Estados de
alcanzar o sostener uno o algunos de los atributos mencionados hace que el mismo se
encuentre en proceso de falla.
Peter Waldmann: Un Estado débil, aparece como una entidad que: no ha podido imponerse en
los aspectos centrales de la soberanía –monopolio de la recaudación impositiva y de la fuerza.
Nunca ha conseguido refrenar ni disciplinar a sus propios miembros y órganos.
La debilidad institucional del Estado termina por generar una brecha entre las elites políticas y
la sociedad civil, que al no ver garantizadas sus necesidades básicas se niega a legitimar la
estructura. Dicha brecha, posibilita la existencia y legitimación de organizaciones no estatales
capaces de proveer los bienes comunes que el Estado no consigue garantizar. Es decir, que los
Estados débiles generan incentivos para el asentamiento de organizaciones criminales
transnacionales.
Los Estados anómicos cuentan, además, con porciones territoriales significativas que se
encuentran en manos de organizaciones paralelas –“zonas grises”– donde el Estado no tiene
capacidad para ejercer la soberanía interna.
De acuerdo con Jean Marie Grose existen cinco tipos de Estados fallidos: aquellos en donde no
hay poder político centralizado; allí donde solo hay una autoridad limitada de Estado; Estados
con escasos recursos en guerra con grupos secesionistas; Estados que están manejados por
grupos étnicos; y, territorios donde no hay un poder único que posea el monopolio de la
fuerza.
Afganistán, Iraq y Somalia, entre otros, dejan de manifiesto la inexistencia misma de un Estado
nación moderno, o bien porque éste nunca se ha podido construir o bien porque el mismo ha
colapsado como consecuencia de conflictos de diverso origen o bien porque reconocen
organizaciones políticas alternativas.
Estos Estados tienen un papel dual: una función externa, consistente en servir como unidad
básica para el sistema internacional y, una función interna, que consiste en proveer seguridad
y establecer el orden interno en beneficio de los ciudadanos. Dicho orden, en el Estado Nación
moderno, se encuentraíntimamente vinculado a la construcción de una identidad colectiva en
la que se expresa la nación. El problema, en realidad, radica en que muchos de los países que
se encuentran fuera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
son entidades políticas que se parecen muy poco al modelo occidental popularizado por el
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Este nuevo trazado dio lugar a un ordenamiento más estable, pero carente de la legitimidad
consuetudinaria y/o divina del orden feudal. Esta falta de legitimidad se expresa en la
publicación de Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, en
1651, un intento de justificación del Estado absoluto (no debe confundirse con absolutista)
basado en el contrato social, es decir, mudando la soberanía de lo divino a lo terrenal2. Lo
distintivo de Hobbes es que “enuncia la doctrina según la cual la persona jurídica que yace en
el corazón de la política no es ni la persona del pueblo ni la persona oficial del soberano, sino
más bien la persona artificial del estado” (Skinner, 2003, p.101). Ese Leviathan que todo veía,
todo sabía y todo controlaba, era resultado de los intereses de todos los ciudadanos, quienes
habían resignado sus derechos naturales en favor de la seguridad. El derecho a no sufrir una
muerte violenta fue para Hobbes, el argumento central para la conformación de un Estado
absoluto.
Esa mutación expresaba el profundo cambio que suponía la emergencia del capitalismo como
sistema dominante en Europa, que reordenaba socialmente los espacios, y requería de una
correspondencia en el reordenamiento político del territorio, funcional a su dinámica.
La forma estatal moderna resulta funcional al sistema capitalista y, por lo tanto, en la medida
en que éste se expande y consolida, se expandió la forma del Estado-nación. La forma estatal,
en tanto aparato jurídico-político necesita de legitimidad para sostenerse en el tiempo; la
mayoría de la población debe reconocer la potestad gubernamental.
En las formas feudales el poder se corporiza en una persona que por sus cualidades
extraordinarias (origen divino, sabiduría, riqueza, poder militar) es identificable y venerada.
Cuando los Estados se despersonalizan se pierden estas referencias vitales de legitimidad.
Calatrava & Durán (2011) sostienen que la legitimidad del Estado se justifica a través de tres
narrativas: la seguridad, la representación, a partir del contrato social y el bienestar.
Una de las cuestiones centrales radica en que las instituciones estatales reclaman autoridad
dentro de un espacio territorial en el que sólo se encuentran algunos avances de la estatalidad.
Como el Estado no impregnó a la sociedad en su conjunto, el control efectivo del Estado no
pudo extenderse sobre ella. El problema central que presenta este tipo de ordenamiento es
que las fronteras estatales no suelen coincidir con las fronteras de las aldeas, tribus o clanes y
la idea de nación excede a estas organizaciones locales, aglutinando a varias de ellas.
Iraq: una de las regiones de mayor antigüedad en la historia humana, su población vivió bajo
distintos dominios. Al concluir la primera guerra mundial quedó como un protectorado
británico. Diagramaron Iraq conteniendo tres poblaciones diferenciadas: árabes sunitas,
árabes chiíes y kurdos. Antes de morir, el rey Faysal I admitía que: no existe en absoluto un
pueblo iraquí sino masas de seres humanos desprovistos de toda concepción patriótica,
imbuidos en tradiciones religiosas, sin lazos sociales entre ellos. El advenimiento de la
república abrió el espacio para la lucha de poder que concluyó con el golpe de Estado de julio
de 1968 con el control del Estado por parte del Baas, el que se mantendrá en el poder hasta el
final de la era de Sadam Husein en 2003. A partir de ese momento las tres principales
fracciones de la población se desarticularon entre sí: chiíes y sunitas se enfrascaron en una
lucha mutua, mientras los kurdos fueron ganando creciente autonomía, comenzando una
existencia relativamente independiente. Frente al gobierno chií, una parte significativa de los
cuadros militares sunitas se incorporaron al Estado Islámico (ISIS), formando en los hechos un
cuasiEstado con control territorial en el centro-noroeste iraquí y el norte sirio. La intervención
de fuerzas occidentales inventó el Estado iraquí y, ocho décadas después, la intervención
occidental provocó su colapso.
Esta duplicidad en la organización política se mantuvo este sistema estaba ya alterado cuando,
en el marco del proceso descolonizador ocurrido tras la Segunda Guerra Mundial, Somalia
obtuvo su independencia en 1960, con los territorios hasta entonces controlados por italianos
y británicos, es decir, dejando por fuera del nuevo territorio a población que pertenecía a las
mismas tradiciones. Esta situación explica el apoyo del recién creado Estado somalí a los
movimientos separatistas somalíes del norte de Kenia y del Ogadén etíope. El golpe de Estado
de 1969 implantó un régimen pro-soviético que, con una retórica modernista reforzó el papel
de los clanes, al instaurarse el clan klatura en el aparato estatal.
Desde entonces la fragmentación política se estructura en base, ya no sólo a los clanes, sino a
los señores de la guerra emergentes. En este clima de disgregación, dos territorios se
consolidaron políticamente y, aunque carecían de reconocimiento internacional, cumplían con
casi todos los requisitos de un Estado: Somaliland y Puntland, ambos en la parte norte.
Afganistán: Compone una gran diversidad étnica, religiosa y lingüística. La mayor de las
minorías es la pastún, con alrededor del 40% de la población. Históricamente fue una región
de tránsito entre Oriente Medio (Persia), China y la India. La historia del Estado afgano se
remonta al siglo XIX y a la pugna geopolítica entre Gran Bretaña y Rusia. En ese marco se
instaló la dinastía Mohammadzai (1838-1973) contra la que los británicos libraron dos guerras
PIC
(183942 y 1878-80), sin lograr imponerse. Esta dinastía fue derrocada en 1973, cuando se
fundó la República de Afganistán liderada por Mohammed Daud Kahn, quien a su vez fue
derrocado en 1978 por el Partido Comunista. Es conocida la suerte del Ejército Rojo en esa
región, empantanado ante una guerrilla apoyada por la CIA, que culminó con la retirada total
en febrero de 1989. El gobierno formal afgano comenzó una debacle cuyo desenlace ocurrió
en 1992, con la toma del poder por los talibán.
CONCLUSIONES
Deberíamos renunciar al uso del término “Estado fallido”, reconociendo que se trata de un
modelo, el de Estado-nación, que no logra viabilidad en algunas regiones, y que la falla no
indica la imposibilidad de organización política estable.
En este sentido, quizás sea necesario pensar un orden que contemple la existente
multinacionalidad de la mayor parte de los Estados que conocemos.
Orden y potencia aparecen como dos variables que se influyen y condicionan recíprocamente.
Según Robert Cox, el orden internacional refiere a una “configuración específica de poder en
un momento histórico dado”. En consecuencia, variadas y diversas distribuciones del poder
darán lugar a distintos tipos de ordenamientos mundiales. Simultáneamente, la forma en la
que se organiza un determinado orden internacional incide en las conductas y en los roles que
pueden asumir cada una de las potencias.
Resulta pertinente preguntarse: ¿Qué son los poderes medios? ¿Cuáles son sus principales
atributos? ¿Qué función cumplen? ¿A quiénes se considera actualmente como poderes
PIC
medios? ¿De qué manera las características de un determinado orden internacional inciden en
el desempeño de estos poderes e, inversamente, de qué forma los agentes influyen en la
configuración mundial?
Este trabajo parte de la premisa teórica de que todo orden internacional es moldeado por los
grandes poderes del momento.
La hipótesis aquí considerada sostiene que el orden internacional (estructura) está siendo
moldeado bajo una lógica de manejo colectivo de los asuntos mundiales en la cual participan
tanto poderes tradicionales como emergentes y re-emergentes (agentes), presentando
alineaciones -y por ende rivalidades- políticas complejas con altos grados de informalidad y
pragmatismo.
De acuerdo a los tratados de paz de 1815, establecidos al finalizar las guerras napoleónicas, el
Congreso de Viena que dio origen a la etapa del Concierto europeo, estableció el estatuto de
gran potencia en beneficio de Rusia, Prusia, Gran Bretaña y Austria (los cuatro aliados
victoriosos), incorporando luego a la potencia derrotada: Francia. Tayllerand, representante
francés, propuso instituir un comité formal de ocho miembros con un comité interno de cinco.
En consecuencia, España, Suecia y Portugal se convirtieron en las potencias medias de la época
a las cuales, aún formando parte del Congreso, no participaban fuertemente en las
deliberaciones y decisiones. El proceder de las grandes potencias en relación a dichos países,
se vio confirmado años más tarde en el Congreso de Aix-la-Chapelle, en el cual ninguno de los
tres estados menores fue admitido.
En dicho contexto europeo, el escritor liberal Friedrich Ludwing Lindner sostuvo que que las
potencias medias eran los estados más útiles puesto que “se podía contar con ellas para que
actuaran como fieles de la balanza, para apoyar a cualquier potencia grande que estuviera
expuesta a un ataque por parte de otra”. Es decir, las potencias medias eran pensadas como
socios menores necesarios para el mantenimiento del balance de poder.
En cuanto a la segunda mitad del siglo XIX, Carsten Holbraad idéntifica a otros dos estados que
ocuparon una posición intermedia: el Imperio Otomano e Italia. El Imperio Otomano debido a
sus extensos territorios e importancia estratégica para las grandes potencias, se diferenció de
los estados pequeños. Sin embargo decadencia económica y militar lo excluyeron del rango de
gran potencia. Italia, por su parte, al unificarse en 1867, logró ser admitida por primera vez en
las reuniones de las potencias, pero su sus constantes conflictos internos hicieron que sólo
fuera una gran potencia de nombre.
Para la mayoría de las potencias medias, el Concierto europeo fue un orden represor que les
otorgó posibilidades muy restringidas de participación en las decisiones internacionales
limitando sus funciones a un rol de aliado o colaborador de alguna gran potencia.
Guerra Mundial. Dicho comportamiento resultó beneficioso para Italia, quien finalmente
terminó del lado victorioso convirtiéndose en una de las cinco grandes potencias de Versalles.
El Imperio Otomano, por el contrario, se vio perjudicado por sus propios conflictos internos,
los que terminaron provocando su caída.
Las superpotencias eran Estados Unidos y la Unión Soviética, los responsables de establecer el
equilibrio en el conjunto del sistema a través, esencialmente, de la disuasión nuclear mutua lo
cual se tradujo en la creación de zonas de influencia.
El concepto de potencia media, se volvió cada vez más abarcador. Por un lado, se enfatizó la
potestad de determinados atributos utilizándolo para referirse a la posesión de una fuerza
económica, militar y política mediana en la escala de poder mundial.
Los factores tenidos en cuenta para determinar el status de los agentes estatales fueron, al
igual que en la época del Concierto europeo, las capacidades militares y la extensión territorial,
la posesión de recursos naturales, el crecimiento demográfico, el desarrollo industrial, el
liderazgo tecnológico y los niveles generales de vida de la población.
Con la aparición de la perspectiva liberal en la década del setenta, el poder comienza a ser
conceptualizado como un fenómeno relativo, difuso y cambiante. A diferencia del realismo, el
institucionalismo liberal sostenía que no siempre existe una relación directa entre la posición
ocupada por un Estado en el sistema global y su nivel de influencia efectiva sobre otros
actores, dando mayor importancia a la dinámica relacional, esto es, a las interacciones entre
los diversos actores internacionales.
Los estudiosos consideraron que a pesar de que las potencias medias no contaban con fuerzas
materiales que les permitieran gozar de un “status de gran potencia”, podían ocupar
posiciones de liderazgo en ciertas cuestiones, estrategia que se conoció como “diplomacia de
nicho”. La corriente liberal estimó que los estados, aún centrados en sus propios intereses,
buscaban coordinar sus acciones con el objeto de lograr colectivamente resultados óptimos.
De esta manera, el enfoque liberal vinculó fuertemente el concepto de potencia media con el
de multilateralismo.
Es posible diferenciar dos momentos de la Guerra Fría. Durante la etapa de una rígida división
entre bloques, las potencias medias cumplieron dos funciones: a) articulando nuevas ideas y
liderando las negociaciones en aquellos temas sociales o económicos en los que las
superpotencias no demostraban un interés especial y directo; b) ejerciendo una influencia
moderadora de las tensiones entre las superpotencias en el contexto Este-Oeste.
PIC
Cabe destacar a Canadá con una notable experiencia en las operaciones de “peacekeeping” o
Suiza en los asuntos vinculados a la salud mundial. En cuanto al papel de mediador, los hechos
demuestran que durante el sistema bipolar las potencias medias lograron un mayor margen de
maniobra en aquellas cuestiones que contaron con la aceptación tácita de, al menos, uno de
los dos grandes actores dominantes. Por ejemplo, el papel asumido por Canadá en la Crisis por
el Canal de Suez de 1956, quien propuso la creación de una fuerza militar multinacional
dirigida por Naciones Unidas con el objeto de preservar la paz en la región. Asimismo, India se
ofreció como canal de comunicación entre los países involucrados durante la guerra de Corea
e Indonesia como mediadora en un momento de la guerra de Vietnam
Mientras que las primeras llevaron a cabo un rol de aliado/colaborador, las segundas
desempeñaron un papel de cuestionador/demandador. Las potencias medias desarrolladas
tendieron a promover de los intereses de Estados Unidos, con quien se percibieron más
cercanos cultural, económica y políticamente.
Las potencias medias en desarrollo, en cambio, actuaban en contra de los intereses de los
poderes centrales y demandaban un nuevo orden económico internacional, promovían la no-
alineación. Levantaban temas como la paz y la igualdad en las relaciones internacionales.
Los años posteriores a la Guerra Fría se caracterizaron por una visión optimista sobre la futura
política internacional. Los neoidealistas percibieron que al desaparecer los conflictos de la
Guerra Fría, aumentarían los márgenes de viabilidad de los modelos de cooperación.
En este nuevo contexto político y académico, los rasgos y funciones de las potencias medias
cambiaron. En primer lugar, adquirió énfasis la idea de que los países de rango medio actuaban
de forma más prudente debido a que poseían un mayor interés en el mantenimiento de la paz
mundial.
En segundo lugar, se consideró que el rol de las potencias medias se había vuelto
multifacético.
Según John Ravenhill el rol de las potencias medias en las instituciones internacionales
durante los años noventa, se basaba en cinco atributos principales: 1) sólida capacidad
diplomática, 2) diplomacia de nicho, 3) creación de liderazgo intelectual fundado en la fuerza
de las ideas, 4) construcción de alianzas 5) credibilidad como consecuencia de su relativa
debilidad y ausencia de intereses directos en las cuestiones globales.
Las potencias medias adoptaron durante los años noventa, un gran liderazgo en el marco de
las operaciones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas. Canadá, Holanda y
Dinamarca fueron las potencias medias más activas en este tipo de iniciativas.
PIC
Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, “...las perspectivas de una post
Guerra Fría fecunda y armoniosa se arruinaron definitivamente. Ingresamos a una etapa, que a
falta de un calificativo apropiado, se definirá por una mayor competencia y conflicto.
La creencia en soluciones multilaterales para los problemas mundiales comenzó a ser dejada
de lado por acciones unilaterales por parte de Estados Unidos. La decisión adoptada por el
gobierno norteamericano de George W. Bush de iniciar una guerra contra Afganistán en 2001 y
contra Irak en 2003 incrementó la percepción mundial de encontrarse frente a un orden
predominantemente unipolar.
Para el desarrollo de ambas guerras, Estados Unidos forjó coaliciones militares internacionales
en las cuales participaron varias potencias medias desarrolladas como Canadá, Noruega,
Dinamarca y Australia. De esta manera, dichos poderes medios desarrollados abandonaron
definitivamente el rol de mediador.
Por otra parte, el rol de liderazgo de las potencias medias desarrolladas en el seno de las
operaciones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, también comenzó a
debilitarse debido al auge neoliberalismo durante la década de 1990, que provocó que los
gobiernos buscasen reducir todos aquellos gastos que eran percibidos como un impedimento
para el crecimiento económico.
Frente a esta realidad, el papel de las potencias medias tradicionales sufrió un fuerte
deterioro con una progresiva y constante pérdida de protagonismo internacional.
En dicho contexto, la vieja idea de una pirámide mundial comenzó a desdibujarse. El escenario
internacional fue caracterizado como un espacio que manifiesta una constante reconfiguración
de fuerzas que puede definirse como un orden interpolar. Esto se debe a una combinación de
multipolaridad con una profunda interdependencia.
Aunque Estados Unidos sigue siendo la única superpotencia mundial su posición hegemónica
se ha erosionado. A partir de los años noventa y de la mano de la globalización, muchos
análisis centraron su atención en el papel creciente de los actores no estatales: económicos
(empresas, bancos) o sociales (movimientos sociales, organizaciones) juegan un papel central
junto a los estados.
Las teorías dedicadas a la gobernanza mundial se volvieron cada vez más populares a la hora
de describir el actual orden internacional. “la gobernanza global es hacer internacionalmente
lo que los gobiernos hacen a nivel estatal, sin que exista una autoridad soberana que
transcienda las fronteras nacionales y, además, contando no sólo con estados o conjuntos de
estados organizados sino también con representantes de la sociedad civil (ONG, empresas,
movimientos sociales, etc.)”.
Una variable constante en todo este proceso reiere a la repetida presencia de un pequeño
grupo de estados como Brasil, China, India y Sudáfrica generando y liderando estas diversas
coaliciones. En este sentido, es importante remarcar que del conjunto de países catalogados
como potencias medias en desarrollo durante la década del setenta, sólo aquellos estados
considerados “grandes países en desarrollo” lograron desempeñar papeles de importancia en
el plano internacional siendo identificados como “poderes emergentes” del siglo XXI.
Un poder medio emergente puede ser definido como aquel Estado que sobre la base de
significativas capacidades materiales desarrolla un creciente activismo internacional en
ámbitos multilaterales, tanto en su entorno regional más próximo como en sucesivas y
simultáneas negociaciones globales. Asimismo, se auto-percibe y es percibido por otros
agentes como diferente tanto de las restantes unidades estatales (pequeñas o iguales) como
de las grandes potencias tradicionales.
El activismo internacional: se observa que tal como sostiene el liberalismo institucional, los
ámbitos multilaterales internacionales se han convertido en una esfera vital para el
desempeño internacional de los poderes medios emergentes.
PIC
Las percepciones propias y ajenas, se contemplan dos aspectos. Por un lado, la auto-
identificación refiere a la convicción de ser un poder medio emergente y a la pretensión de ser
tratado como tal en el escenario internacional. Por otro lado, el reconocimiento por parte de
terceros implica la aceptación del status de poder emergente por parte de los restantes
actores intervinientes en el escenario internacional.
En cuanto a las funciones desempeñadas por los poderes emergentes en el actual orden
internacional, cabe resaltar que la definición propuesta les otorga un destacado rol
negociador. A partir del desarrollo de políticas exteriores proactivas y de alto peril, los poderes
medios emergentes se han desempeñado como interlocutores válidos y cada vez más
necesarios para la generación del orden internacional.
El rediseño del G-20 financiero aparece como el ejemplo paradigmático. La crisis financiera de
2008 benefició a las potencias emergentes permitiéndoles incorporarse en el seno de un grupo
que se postuló como punto de partida para una reconiguración del orden mundial. En tanto
miembros del G-20, los poderes emergentes pudieron demostrar el peso político-económico
de cada uno de ellos, así como el hecho de que representan diferentes regiones del mundo.
El ascenso de los poderes emergentes ha tenido sucesivos y recurrentes altibajos, con fases de
estrepitoso crecimiento económico alternadas con períodos de mesetas e incluso de crisis que,
en realidad, esconden problemas estructurales aún pendientes de resolución. No obstante, el
camino recorrido demuestra una línea lentamente ascendente aunque plagada de enormes
dificultades. Finalmente, se advierte que el progresivo ascenso de estos nuevos poderes no
tiene como correlato una caída del poderío norteamericano. Antes bien, se trata del
nacimiento de una estructura de poder más compleja donde los canales de negociación entre
los poderes tradicionales y los nuevos emergentes serán más frecuentes, necesarios e
inevitables.
Por un largo período se mantuvo una imagen externa de un país pobre y atrasado que
subestimaba los avances del modelo de desarrollo indio, el cual combinó una fuerte
intervención económica del Estado con la democracia liberal. Por esta misma subestimación
PIC
hoy se destaca únicamente el impacto de las reformas de los años 1990 para la transformación
de la India.
Con el fin de la Guerra Fría, la caída de la URSS contribuyó en distinta medida al cambio del
modelo de crecimiento, que la convirtió en potencia económica, y a una reorientación de la
política exterior que mejoró sus relaciones con la única superpotencia restante.
En tanto que la construcción y el posicionamiento externo del Estado indio han tenido un
notable progreso, la formación de su identidad como nación ha registrado menos éxitos.
Nehru quiso edificar un Estado laico que permitiera a los diversos elementos culturales de la
India encontrar por si solos la unidad, pero en la década de 1980 adquirió gran fuerza política
una corriente que busca crear una nación hindú. Desde fines de la década de 1990, esta fuerza
lidera coaliciones que se alternan en el gobierno con coaliciones del Partido del Congreso.
La prueba de una bomba atómica en 1998, por el gobierno nacionalista del BJP, fue un punto
de inflexión en el ascenso de la India. Tras un período de sanciones, las oportunidades que
ofrecían su economía y la conveniencia de una eventual alianza frente a China llevaron a
Washington a una negociación política del tema y a un arreglo bilateral (2005-2008).
Después del acuerdo nuclear con EE.UU., India aparece hoy como la sexta potencia nuclear y la
tercera economía del mundo. Se proyecta que su economía superaría en unos años a la china,
impulsada por el bono demográfico y por su especialización en tecnologías de información.
¿Puede hablarse de India como una gran potencia en el corto o mediano plazo?
Delhi, por su parte, consecuente con su tradición de No Alineamiento, despliega también una
estrategia de enriquecimiento de sus vinculaciones con China, Rusia y los BRICS que la
impulsan en su escalamiento.
En lo interno, a partir de las tendencias del nacionalismo hindú y del comportamiento del
actual régimen del BJP, pensamos en un escenario poco previsto que pudiera darse en los
PIC
próximos años: que las fuerzas políticas llevaran a avanzar el proceso de construcción nacional
hacia la forma de un estado-nación hindú, sin menoscabo de la dinámica modernizadora pero
sí de la democracia y la paz social.
Fue con el fin de la Guerra Fría y durante los últimos años cunado han surgido múltiples
apelativos a los cambios de matiz producidos en la naturaleza de la guerra: términos como
"nuevas guerras", guerras de cuarta generación (4GW), guerras del tercer tipo, guerras
asimétricas, guerra de espectador deportivo, guerras híbridas, guerra degenerada o guerra
entre la gente.
Autores como Kaldor, establecen su punto de partida y de comparación durante la Guerra Fría.
Ella expone que los conflictos de este período, -que se denominaron conflictos de baja
intensidad para referirse a la guerrilla o al terrorismo-, constituyen el origen de lo que ella
califica como las "nuevas guerras" de la posguerra Fría, aunque con características distintivas.
Otros autores como Münkler se sitúan sin embargo en la Edad Moderna, pasando por la guerra
de los Treinta Años e incluso por conflictos interestatales de nuestro siglo (China y Vietnam,
Irak e Irán o la de Etiopía y Eritrea) para captar las diferencias y las peculiaridades de las
"nuevas guerras".
El término "nuevas guerras" fue acuñado por Mary Kaldor21 tras analizar ampliamente las
señas de identidad de los conflictos armados surgidos tras el final de la Guerra Fría.
Van Creveld aporta la tesis de que la guerra ha sufrido una transformación en el sentido de
que pasa a ser una actividad que deja de perseguir unos objetivos racionales para convertirse
en un fenómeno irracional como consecuencia del menoscabo de la legitimidad de los Estados.
La guerra de esta manera, pierde su propósito político en el sentido clauwitziano y pasa a estar
impulsada por otros de orden religioso, cultural, étnico o tecnológico.
Lind acuña el término de guerras de cuarta generación (4GW), como aquellas que usarán todas
las redes y recursos disponibles en los ámbitos político, económico, social y militar. Las 4GW
serán largas en cuanto a su duración.
Mary Kaldor, ésta basó sus estudios de caso en Bosnia y en Nagorno-Karabaj, considerando el
primero como un caso paradigmático de "nueva guerra" El argumento fundamental que
defendía es que "durante los años ochenta y noventa se desarrolló un nuevo tipo de violencia
PIC
Diferencias con las guerras hasta entonces acaecidas. Estas diferencias se concretan en el
origen de su aparición (la importancia de la globalización y de la internacionalización del
conflicto); el marco geográfico en el que se desarrollan (ahora predominan más los conflictos
intraestatales); los motivos que las animan (carácter identitario étnico o religioso); los métodos
y estrategias de combate (violencia en algunos casos extrema contra civiles) formas de
financiación (o lo que se conoce como nueva economía de guerra) y los actores que
intervienen (fragmentación y multiplicidad de actores, privatización de la violencia).
Kaldor defiende que son guerras propias de la era de la globalización. Son guerras locales y
civiles en su mayoría, con múltiples repercusiones transnacionales. Conflictos intraestatales en
los que se produce una internacionalización del conflicto. Incluye a todo un "ejército"
internacional que va desde periodistas extranjeros, soldados mercenarios y asesores militares,
expatriados voluntarios, ONG, instituciones internacionales, como la ACNUR, la UE, UNICEF, la
OSCE y la propia ONU.
Movilizaciones que tienen su base en las cuestiones de identidad en contraste con las
ideologías o geopolíticas de las antiguas guerras. Identidad concreta: nacional, de clan,
religiosa o lingüística. Generan minorías diferenciadas, provocando discriminación psicológica
y en casos extremos expulsión de poblaciones y genocidio.
Se caracterizan por una violencia extrema contra los civiles y la economía de guerra. Las
antiguas guerras eran más autárquicas y centralizadas, mientras ahora la distinción entre lo
privado y lo público, lo estatal y lo no estatal, lo informal y lo formal, lo que se hace por
motivos económicos o políticos no es fácil de establecer.
Los principales motivos aportados por diversos autores como desencadenantes de las "nuevas
guerras", los podemos cifrar en los siguientes: la globalización, la finalización de la Guerra Fría
y la crisis del estado westfaliano.
Duffield, aprecia con la globalización un nuevo patrón entre las políticas de los países del Norte
que fomentan la inestabilidad internacional a través del conflicto, las actividades delictivas y el
terrorismo".
La segunda causa: la finalización de la Guerra Fría. La caída del Muro de Berlín produjo una
distribución de poder menos estable que la resultante de tener un orden mundial bipolar. Otro
de los motivos principales: la crisis de los estados westfalianos surgidos tras 1648. Los estados
se sintieron impelidos a monopolizar el uso de la violencia y eliminar con ello la violencia
organizada. Si se falla en esta labor, el estado pierde su legitimidad. De este modo, las "viejas
guerras" quedan asociadas a los estados nación. Eran conflictos entre estados con clara
diferenciación de lo público y lo privado, los asuntos internos de los externos y la política de la
economía.
Münkler también alude a la pérdida del monopolio de la violencia por parte del estado, quien
ya no garantiza la seguridad de sus súbditos. Ulrich Beck: afirma que se ha producido una
desfronterización de la guerra. Pérdida del monopolio legítimo de la violencia del estado
(aparición de señores de la guerra, compañías privadas de seguridad, ejércitos privados, etc.
Newman, Kalyvas: Considera que no se debe hablar de "nuevas guerras" como fenómeno que
presente rasgos identificativos diferentes de los conflictos conocidos hasta el momento. Según
PIC
estos autores la distinción es exagerada, ya que no sólo la realidad social de los conflictos
armados ha cambiado, sino también nuestro enfoque y análisis.
Newman rebate desde los datos que las "nuevas guerras" no presentan elementos cualitativos
muy distintos de las hasta ahora existentes (intraestatales, conflictos étnicos y religiosos,
mayor cantidad de bajas civiles, privatización de la violencia, presencia de actores estatales y
no estatales, grupos terroristas, colapso de la autoridad pública etc.).
Apunta que lo que ha variado es nuestra aproximación y análisis en el estudio de los conflictos.
También defiende que la realidad ha cambiado, pero no tanto como la presenten los
defensores de las tesis de las "nuevas guerras".
Kalyvas considera que la distinción actual entre "nuevas" y "viejas" guerras civiles es errónea.
La base del argumento, es que, las "viejas guerras" han estado malinterpretadas y
desconsideradas. Propone una visión micro, buscar la granularidad del problema en vez de
atender solo a los aspectos macro que debilitan el argumento.
Kalyvas afirma que en muchos casos la ideología en otros conflictos es menos visible a los ojos
occidentales al estar basada en perspectivas culturales locales.
Otros autores como Lacina, Harbom y Wallensteen, Lacina y Gedistch se centran en los datos
sobre la violencia de los conflictos, en el número y naturaleza de las pérdidas humanas. Así,
demuestran que no ha habido un aumento en el número de muertes y que la relación de
muertes de militares y civiles no ha cambiado de manera importante. Lacina argumenta que al
expandirse la democracia, las guerras han sido menos mortíferas. Saldrá nuevamente Kaldor
en el año 2013 a rebatir sus propuestas.
En el primer apartado insiste en la diferencia entre viejas y nuevas guerras en cuestiones como
los actores, los objetivos, los métodos y las formas de financiación42. En el segundo y
siguientes apartados se centra más en la parte conceptual.
La autora defiende el adjetivo "nuevo" en el sentido de que debe entenderse como una forma
de esclarecer la lógica de los conflictos contemporáneos que puede ofrecer, tanto una
estrategia de investigación, como una guía para la política.
Como estrategia de investigación es indudable que el debate sobre las nuevas guerras, abrió
en su momento nuevas perspectivas de análisis, contribuyendo a enriquecer el campo de los
estudios sobre los conflictos.
Como guía para la política es también importante señalar los debates y trabajos que se han
desarrollado dentro de las organizaciones militares, las organizaciones internacionales como la
OTAN, la Unión Europea o Naciones Unidas, los ministerios de defensa. Así ha sido común al
hilo de estos conflictos escribir y hablar sobre la seguridad humana, la contrainsurgencia, la
conciencia intercultural, la identidad, actores no estatales, emergencias complejas, las
relaciones civiles-militares, etc.
Actores
PIC
Multiplicidad y fraccionamiento de los actores en los nuevos conflictos. Kaldor establece cinco
principales tipos de actores: fuerzas armadas regulares o restos de las mismas; grupos
paramilitares; unidades de auto-defensa; mercenarios extranjeros y finalmente fuerzas
regulares extranjeras, generalmente bajo auspicios internacionales48. Considera que las
fuerzas regulares están en declive. También hace hincapié en la creciente importancia de las
empresas de seguridad privada y los niños soldados.
Duffield entiende estas "nuevas guerras" como las "guerras en red". Redes cada vez más
privatizadas de actores estatales y no estatales que actúan más allá de las competencias
territoriales de gobiernos definidos territorialmente. En vez de ejércitos o estados, en estas
guerras se alían redes políticas, sociales o económicas. Monika Heupel y Barnhard Zangl
confirman que en la guerra de BosniaHerzegovina llegaron a verificarse hasta 83 diferentes
unidades de combate, que iban desde desertores del ejército regular o bandas criminales.
Responden a estructuras horizontales que operan autónomamente.
Causas
Identidades políticas basadas en cuestiones religiosas, étnicas y tribales, contienda por los
recursos. Kaldor apunta como principal característica de las "nuevas guerras" lo que denomina
las identidades políticas. Las "viejas guerras" se dirimían los asuntos de orden geopolítico o se
combatía por las ideologías o por los territorios. Sin embargo en los nuevos conflictos, los
elementos que entran en liza serán aquellos relacionados con las identidades políticas,
estructuras de poder basadas en la tribu, la nación, el clan, de religión o la lengua.
A diferencia de la política de las ideas, que está abierta a todos, este tipo de política de
identidades es excluyente y, por tanto, tiende a la fragmentación.
Creveld afirma que la guerra no se libra como instrumento de la política, sino más bien como
un instrumento de justicia, la religión o de supervivencia. Münkler afirma que las guerras en
Bosnia, el Cáucaso o Afganistán habrían transcurrido de modo distinto de no haber existido
antagonismos de carácter étnico o religiosos.
el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) aprecia como el sesenta por ciento
(60%) de los conflictos no estatales que se libraron entre 2001 y 2010 fueron por cuestiones de
carácter étnico o religioso.
En el segundo grupo de principales causas constitutivas de las "nuevas guerras" se sitúan las de
orden económico, la contienda por la adquisición y tenencia de recursos. David Keen define a
la guerra como la "continuación de la economía por otros medios". Los estados están
perdiendo relevancia a favor de los mercados. El uso de la fuerza se ha convertido en una
fuente de ingresos. De ahí la aparición de los señores de la guerra que controlan un territorio
por las armas para explotar los recursos naturales o para proporcionar licencias de
explotación. El robo, el saqueo y toda forma de financiación criminal se convierten en el
verdadero "leitmotiv” del conflicto, pasando a un segundo o tercer plano el papel que juegan
las ideologías o la lucha política.
Métodos y estrategias
Una mayor violencia contra la población civil, el hibridismo de su naturaleza, la asimetría cada
vez más profunda de los conflictos y la diferente tolerancia a las bajas.
PIC
La virulencia contra las poblaciones civiles en estos conflictos es objetivo final de la táctica.
Anteriormente eran resultantes de los daños colaterales. Violencia sexual contra las mujeres y
violencia dirigida en muchos casos contra las minorías diferenciadas étnicamente.
En todas estas guerras haya habido un aumento espectacular del número de refugiados y
personas desplazadas. Las guerras ya no se libran en el campo de batalla, con el fin de alcanzar
un objetivo político a través de una batalla decisiva, sino que se cuenta con la presencia de
actores no estatales que luchan en medio de la población. Resulta difícil distinguir lo político
de lo económico, lo público de lo privado, lo militar de lo civil. Es lo que Hoffman denomina
conflicto híbrido y que se manifiesta en la coexistencia de armamento, tácticas y combatientes
muy heterogéneos.
La "Revolución en los Asuntos Militares" que se inició hace más de veinticinco años ha
incorporado la alta tecnología a los sistemas de armas.
Münkler sostiene que las sociedades occidentales son "post-heroicas", pues tienden a aceptar
una baja tolerancia a las bajas militares y las cargas económicas. Por lo tanto, plantean los
conflictos cortos e intensos. La tecnología les permite el llevar a cabo una guerra casi virtual.
Formas de financiación
Las antiguas guerras eran más autárquicas y centralizadas, mientras ahora se han
caracterizado por una nueva economía de guerra globalizada. Las formas tradicionales de
financiación mediante la tasación y subida de impuestos de los estados y la creación de las
economías de guerra han desaparecido. Las "nuevas guerras" tienen lugar en un contexto de
extrema globalización, con un colapso del estado y la destrucción de sus estructuras.
Los mercados se cierran a los estados colapsados mediante los bloqueos exteriores o por las
fuerzas combatientes sobre el terreno. Las principales formas de financiación pasan a ser "la
transferencia de los recursos" o mediante la ayuda exterior como consecuencia del colapso de
la producción interna. Por una parte, la forma más simple de transferencia de recursos es el
saqueo, el robo, la extorsión, el pillaje, rescates por rehenes, etc. Otra forma es la presión de
los mercados, como el establecimiento de check-points para controlar los abastecimientos
logísticos, los bloqueos y cercos, así como la división del territorio entre diferentes grupos
paramilitares que permiten el control de los precios de mercado.
Por otra parte, la ayuda exterior se convertirá en crucial y tendrá lugar en forma de
armamento, municiones y logística de todo tipo. Estas ayudas pueden llegar mediante
transferencias de capital del extranjero en grupos, individuos de la diáspora, de gobiernos
afines o incluso de la ayuda humanitaria cuando se desvía la finalidad de su uso. Münkler
PIC
incluye el tráfico de drogas, de armas y de todo tipo de mercancías ilegales con la finalidad de
prolongar las guerras de "baja intensidad".
David Keen profundiza en los incentivos económicos de la guerra, y sostiene que podría ser
más beneficioso para ciertas partes prolongar el conflicto con tal de mantener el control de los
recursos económicos o posiciones de poder.
Emergencias complejas
Münkler nos proporciona a su vez las claves que explican el creciente interés de estos actores
para intervenir militarmente en las "nuevas guerras":
c) La larga duración de las "nuevas guerras" que justifica la intervención militar para poner fin a
la lucha
Marco geográfico
De los 31 conflictos que acontecieron entre 1990 y 1997, 24 de ellos encajaron en la categoría
de intraestatales , mientras que solo 3 conflictos de los que tuvieron lugar en el periodo del
2000 al 2010 entran en la tipología de interestatales. En el año 2012 había 23 conflictos
intraestatales y un conflicto interestatal. En el año 2013, 24 conflictos eran intraestatales, uno
más que en 2012.
Creveld considera que las guerras interestatales son escasas debido a que armamento nuclear
ha transformado los conflictos entre estados en algo sin sentido.
Marco legítimo-legal
Kaldor afirma que dicho monopolio también lo erosiona la transnacionalización de las fuerzas
militares, que comenzó durante las dos guerras mundiales y quedó institucionalizada por la
política de bloques de la Guerra Fría y las relaciones transnacionales que debilitan la capacidad
de los estados para usar la fuerza de modo unilateral.
La violencia se privatiza cada vez más, tanto como resultado de la creciente delincuencia
organizada y la aparición de los grupos paramilitares, como de la desaparición de legitimidad
política. El resultado es una profunda confusión entre los papeles del soldado y el de los
criminales.
La privatización de la violencia es vista como un indicador de la evolución del papel del estado
en la guerra, y una ruptura de las fronteras entre lo público y lo privado. Como consecuencia
de la pérdida del monopolio de la violencia por parte del estado y la privatización de la guerra,
se ha socavado la eficacia del Derecho Internacional. Las "nuevas guerras" eluden en gran
medida estos marcos legales. En las "nuevas guerras" se ignora todo el cuerpo legislativo que
regulariza la violencia.
Kaldor explica que la extrema violencia de las "nuevas guerras" en las que se incluyen las
violaciones sistemáticas, los asesinatos masivos, la limpieza étnica o las hambrunas forzadas
mediante los sitios a las poblaciones, cae dentro de la definición de genocidio con arreglo a la
Convención de Ginebra de 1948. Por tanto las "nuevas guerras" se asocian a la violación
sistemática del Derecho Internacional, en la que la línea entre la guerra, el crimen organizado y
las violaciones de los derechos humanos a gran escala queda muy desdibujada.
1. Actores
2. Causas
3. Métodos y estrategias
b. Asimetría
c. Hibridismo
e. Terrorismo
4. Formas de financiación
PIC
a. Respuesta humanitaria
b. Respuesta militar
6. Marco geográfico
a. Intraestatal
b. Barbarismo
El proyecto de la guerra es hoy, un proyecto a largo plazo, sin victorias ni derrotas conclusivas.
La potencia imperial ve en la proliferación de las guerras su última forma de dominio. Los
Estados Unidos vienen preparándose desde hace por lo menos dos décadas, con inversiones
desproporcionales en la investigación científico tecnológica y en la industria bélica. Guerra
despojadora y lucrativa, guerras no libradas formalmente entre estados.
Desde las guerras tribales hasta las guerras convencionales que ocurrieron en la historia de la
humanidad hasta la primera mitad del siglo XX, el cuerpo de las mujeres, qua territorio,
acompañó el destino de las conquistas y anexiones de las comarcas enemigas, inseminados
por la violación de los ejércitos de ocupación. Hoy, ese destino ha sufrido una mutación: su
destrucción con exceso de crueldad, su expoliación hasta el último vestigio de vida, su tortura
hasta la muerte. Formas de destrucción corporal, formas de trata y comercialización de estos
cuerpos.
Elizabeth Odio, jueza del Tribunal Internacional, reconoce que, a pesar del surgimiento y la
firma de Convenios humanitarios con cláusulas para la protección de las mujeres en la guerra,
en los conflictos del siglo XX no solo ha empeorado la situación para los civiles y, en especial
para las mujeres y los niños, sino también la violación y los abusos sexuales.
Para comprender las nuevas guerras, es necesario primero pasar revista a los cambios
contextuales que las hacen posibles porque afectan la estructura de los conflictos. Cambios
PIC
La nueva conflictividad informal y las guerras no-convencionales configuran una escena que se
expande en el mundo, crimen organizado, guerras represivas para-estatales de los regímenes
dictatoriales, la represión policial, las compañías contratadas en la tercerización de la guerra.
Los grupos o corporaciones armadas que se enfrentan en esta nueva modalidad de la guerra
son facciones, bandos, maras, patotas, gangs, grupos tribales, mafias, mercenarios
corporativos y fuerzas para-estatales y estatales de varios tipos.
Antes los mercenarios eran individuos o pequeños grupos de personas, marginales con
relación a la conducción de la guerra, pero hoy constituyen un cuantioso capital humano bélico
administrado dentro del rubro “recursos humanos” por empresas de la guerra de grande
porte.
El cuerpo de la mujer es el bastidor o soporte en que se escribe la derrota moral del enemigo.
Los agredidos son cuerpos frágiles, no son cuerpos guerreros. La violación y la tortura sexual
de mujeres y, en algunos casos, de niños y jóvenes, son crímenes de guerra.
Es necesario recordar y reafirmar que éstos no son crímenes de motivación sexual, sino
crímenes de guerra, de una guerra que debe ser urgentemente redefinida, , e incorporada con
nuevas categorías jurídicas en el Derecho Internacional, es decir, en el campo de los Derechos
Humanos y de la Justicia Humanitaria.
Las mujeres siempre fueron tratadas como “botín de guerra, el premio de la victoria, el objeto
sexual de los soldados”; mientras que las guerras de las últimas dos décadas no demuestran
ningún respeto por ningún tipo de instrumento o reglamento para la protección de mujeres y
niños. El autor destaca aquí la eficacia de la violación como instrumento de limpieza étnica de
bajo costo: una forma de eliminación sin el costo de las bombas ni la reacción de los Estados
vecinos. Los tres pasos de la disolución de un pueblo sin genocidio consisten, para Münkler, en
la ejecución pública de sus figuras prominentes, la destrucción de sus templos, construcciones
PIC
Münkler considera posible afirmar que se trata de una violencia calculada y premeditada que
forma parte de una estrategia militar. No se trata de una “costumbre” que se abre camino en
la escena bélica, sino un comportamiento militar planificado. En consecuencia, una
“sexualización extensiva de la violencia es observable en prácticamente todas las nuevas
guerras”.
“Estas guerras son racionales en el sentido de que aplican pensamiento racional a los fines de
la guerra y rechazan los límites normativos”. Un caso sobre el que existe abundante literatura
que, inclusive, coloca su foco en el análisis de la violencia sistemática contra las mujeres
indígenas como componente central del “conflicto interno” es el de Guatemala. Allí, fuerzas
militares actuando para-estatalmente atacaron a las mujeres de los diversos pueblos mayas
que forman la mayoría indígena de ese país.
El Manual del Centro de Estudios Militares dice: “Las tropas empleadas contra fuerzas
subversivas están sujetas a presiones morales y psicológicas diferentes de aquéllas que
normalmente se encuentran en operaciones de guerra convencional.” “El soldado
normalmente tiene gran aversión por las operaciones de tipo policial y por las medidas
represivas contra mujeres, niños y enfermos de la población civil, a menos que esté
extremamente bien adoctrinado en la necesidad de estas operaciones”.
El poder como bio-poder, ejercido a través de la bio-política. Esto es, el gobierno de la gente
como seres biológicos por medio de la gestión de sus cuerpos. Por el efecto del paradigma del
biopoder, la red de los cuerpos pasa a ser el territorio, y la territorialidad pasa a ser una
territorialidad de rebaño en expansión. El territorio, en otras palabras, está dado por los
cuerpos.
Los sujetos y sus “territorios” son co-producidos por cada época y por el discurso de cada
forma de gobierno. Por lo tanto, los elementos constitutivos de una experiencia territorial no
son fijos sino históricamente definidos. Esta forma contemporánea de territorialidad en red es
un dispositivo a través del cual los sujetos son atraídos a la pertenencia, reclutados y
marcados. La modernidad avanzada y la forma de vida colonizada por la economía de mercado
tienen a liberar a los sujetos de un territorio vinculado al Estado y a producir poblaciones y
territorialidades organizadas en red que atraviesan e interactúan con la jurisdicción estatal,
pero que no coinciden completamente con ella.
Para controlar el rebaño, las ahora agencias administradoras de redes deben intensificar tanto
como posible su capacidad de control pastoral y sus biopolíticas, así como sus estrategias de
marcación de los cuerpos para que exhiban su afiliación.
PIC
En este nuevo ambiente, las personas son las depositarias y portadoras del territorio y la
cadena de personas pertenecientes a una red es una población. En otras palabras: el grupo de
personas que co-pertenece a una red particular constituye, en sí mismo, el territorio y la
población de esa red.
El cuerpo inscripto como territorio y su afinidad con el biopoder es la forma última de control y
completa la comprensión de la nueva territorialidad y sus demandas por lealtad y antagonismo
ostensivos.
El poder actúa en este estadio directamente sobre el cuerpo, y es por eso que, desde esta
perspectiva, es posible decir que los cuerpos y su ambiente espacial inmediato constituyen
tanto el campo de batalla de poderes en conflicto como el bastidor donde se cuelgan y exhiben
las señas de su anexión. Como he dicho, el cuerpo femenino o feminizado se adapta más
efectivamente a esta función enunciativa porque es y siempre ha sido imbuido de significado
territorial. El destino de los cuerpos femeninos, violados e inseminados en las guerras de todas
las edades dan testimonio de esto (Segato, 2003; 2006). Pero lo que la nueva territorialidad
introduce es una vuelta de tuerca en esa afinidad, ya que el cuerpo se independiza de esa
contigüidad y pertenencia a un país conquistado, y pasa a constituir, en sí mismo, terreno-
territorio de la propia acción bélica.
La disputa por dominio territorial y la globalización del capital y del mercado unifican todas las
disputas. Por eso, las personas son obligadas y presionadas a alinearse en torno de los signos
que demarcan estas jurisdicciones, a riesgo de que, de no hacerlo, no puedan ni expresar sus
intereses ni encontrar medios para alcanzarlos.
Así como la religión hoy se prende al control fundamentalista de los cuerpos (y aquí coloco en
el mismo plano el velo obligatorio en el islam y la obsesión anti–abortista entre los cristianos)
por razones que son de soberanía jurisdiccional, de control del rebaño y de exhibición de ese
control, y no de orden teológico, moral o doctrinal, de la misma forma, las razones de la
política han perdido su foco en la dimensión ideológica y son hoy del orden de la cohesión y de
las alianzas y, en ese sentido hasta la política partidaria es hoy “política de identidad” y su
proyecto puede ser también comprendido como territorial. El único valor buscado es el poder,
y esta estrategia que prioriza la cohesión de las alianzas y su clara simbolización por encima de
todas las dimensiones de la diferencia tiene como clave oculta la relación competitiva por el
poder y un pacto vigente entre las facciones o partidos en conflicto con relación a las pautas
que orientan su accionar para obtener porciones de poder, en el sentido de control
jurisdiccional sobre recursos y personas. Poder éste que tiene en el control de los cuerpos el
soporte donde puede simbolizarse y ejercer su pedagogía.
Las nuevas formas de la guerra responden también a esta misma lengua franca faccional, y se
articulan perfectamente con este nuevo paradigma de la política.
Para trazar la relación entre la economía y la guerra informal de modalidad mafiosa, tenemos
que valernos necesariamente de un modelo, es decir, de la apuesta en la existencia en una
estructura de relaciones capaz de explicar los sucesos que en los medios son clasificados como
“policiales” y en la gestión pública como “seguridad”. Ante la evidencia de que el crimen
organizado es hoy un continente en expansión y no parece haber medida pública capaz de
contenerlo, nos vemos obligados a pensar de otra manera, hacer apuestas con relación a
relaciones, conexiones, entre dimensiones de la vida social que van mucho más allá de los
márgenes de la sociedad, de la categoría “policial” y del tema de la “seguridad pública”.
El modelo que propongo parte por considerar que una interminable serie de negocios ilícitos
produce sumas masivas de capital no declarado. Estos negocios son de muchos tipos:
contrabandos diversos como el narcotráfico y de armas; el tráfico consentido y la trata
engañosa de adultos y de niños; el tráfico de órganos; asimismo el tráfico de una cantidad
inmensa de bienes de consumo legal que ingresan desde el exterior, incluyendo bebidas
alcohólicas, drogas lícitas y partes de aparatos electrónicos. También por el contrabando hacia
el exterior de minerales estratégicos, piedras preciosas, maderas, y hasta animales exóticos.
Aquí también suma mucho dinero la explotación de la prostitución, donde se somete
especialmente, pero no exclusivamente, a las mujeres al trabajo sexual esclavo. Otra fuentes
de ese gran lago de capital sumergido, subterráneo, no declarado, son las casas de juego, los
casinos, públicos o clandestinos.
Qué fuerzas y qué tipo de violencia protegen la cuantiosa y enormemente variada propiedad
en el nivel subterráneo de la “segunda economía”? Llegamos, a través de esa pregunta, a
PIC
postular la existencia de dos realidades: una Primera Realidad, constituida por todo aquello
regido por la esfera del Estado, todo aquello declarado al Estado, visible en las cuentas de la
Nación y en las páginas de internet de la Transparencia en Gestión Pública, las propiedades
inmuebles residenciales, comerciales e industriales compradas o heredadas; los impuestos
recaudados; los sueldos públicos y privados.
Como afirmó en 2013 el propio Fiscal General de los Estados Unidos, Eric Holder, los actos de
corrupción y fraude cometidos por los ejecutivos de los bancos norteamericanos no pueden
ser judicializados debido al tamaño de esas instituciones y su incidencia en las economías
nacional (de los Estados Unidos) y global. Estamos aquí frente a la duplicación del Estado y la
llana aceptación de la intocabilidad y funcionalidad de la “segunda realidad”.
Es vinculando estas dos evidencias que acabo de mencionar, la de la complicidad de los bancos
del Norte con el lavado del dinero que arrojan los negocios mafiosos en el Sur, por un lado, y la
de la oferta de instrucción para la represión de las pandillas por parte de expertos militares
norteamericanos.
Por otra parte, no hay un lenguaje jurídico para hablar de estas nuevas formas de la guerra. No
están legisladas en ningún lugar. La Convención Contra la Tortura, por ejemplo, habla de la
tortura a mano de agentes del Estado, pero allí practican la tortura los agentes de otro Estado,
los miembros de otro tipo de corporaciones armadas. La segunda realidad es un campo
incierto, un pantano inexplorado.
Toda violencia tiene una dimensión instrumental y otra expresiva. En la violencia sexual, la
expresiva es predominante. La violación, toda violación, no es una anomalía de un sujeto
solitario, es un mensaje de poder y apropiación pronunciado en sociedad. La finalidad de esa
crueldad no es instrumental. Esos cuerpos vulnerables en el nuevo escenario bélico no están
siendo forzados para la entrega de un servicio, sino que hay una estrategia dirigida a algo
PIC
mucho más central, una pedagogía de la crueldad en torno a la cual gravita todo el edificio del
poder.
Hasta las guerras formales entre Estados del Siglo XX, la mujer era capturada, como el
territorio: apropiada, violada e inseminada como parte de los territorios conquistados, en
afinidad semántica con esos territorios y sus cuerpos como territorio mismo. Era un efecto
colateral de las guerras. En ella se plantaba una semilla tal como se planta en la tierra, en el
marco de una apropiación. Pero la violación pública y la tortura de las mujeres hasta la muerte
de las guerras contemporáneas es una acción de tipo distinto y con distinto significado. Es la
destrucción del enemigo en el cuerpo de la mujer, y el cuerpo femenino o feminizado es, como
he afirmado en innumerables ocasiones, el propio campo de batalla en el que se clavan las
insignias de la victoria y se significa en él, se inscribe en él la devastación física y moral del
pueblo, tribu, comunidad, vecindario, localidad, familia, barriada o pandilla que ese cuerpo
femenino.
Es importante dejar claro que los crímenes sexuales, especialmente los de guerra, son de
soberanía jurisdiccional y de discrecionalidad soberana sobre un territorio, y no “de odio”. En
realidad estamos frente a un panorama guerrero configurado por intereses de órdenes que
superan en mucho la esfera de la intimidad. La explicación mono-causal y de sentido común
que atribuye al móvil del “odio” las agresiones letales de género, es decir, que define los
feminicidios como “crímenes de odio”, ha hecho un gran daño a nuestra capacidad de
entender qué sucede en la variedad de crímenes de género.
Sobre la violación como método en el nuevo contexto bélico, ella no es apropiación sino
destrucción, es decir, la devastación física y moral de un organismo-pueblo. Ese cuerpo en el
que se ve encarnado el país enemigo, su territorio, el cuerpo femenino o feminizado,
generalmente de mujeres o de niños y jóvenes varones, no es el cuerpo del soldado-sicario-
mercenario, es decir, no es el sujeto activo de la corporación armada enemiga, no es el
antagonista propiamente bélico, no es aquél contra quien se lucha, sino un tercero, una
víctima sacrificial, un mensajero en el que se significa, se inscribe el mensaje de soberanía
dirigido al antagonista.
la relación jerárquica que llamamos “género” como estructura binaria y desigual por la cual la
posición masculina secuestra para sí la plataforma de enunciación de verdades de interés
universal llamada “esfera pública” y se coloca en la posición de sujeto paradigmático de lo
Humano pleno y englobante, en un gesto que expulsa a la posición femenina a la calidad de
margen, resto, particularidad, cuestión de intimidad. La agresión bélica sexualizada a mujeres y
a niños, es decir, a aquéllos que no ocupan la posición del sujeto antagonista en la guerra,
representa una agresión simultáneamente física y moral a cuerpos cuya existencia debe darse
bajo custodia. La falla en poder proteger esos cuerpos de la saña enemiga es un indicativo de
quiebra moral, una de las formas más importantes de la derrota en un imaginario que es
arcaico, ancestral. No hay derrota del vencido sin que en ella participe su destrucción moral.
El cuerpo femenino y feminizado tiene un destino particular. En las guerras convencionales del
pasado, se lo anexó, se lo inseminó masivamente, se lo incorporó como parte del territorio
PIC
conquistado, distribuyendo su posesión entre los hombres y las familias, como cuerpo esclavo
o servil, y como cuerpo concubino. En la actualidad, ha ocurrido una transformación de ese
antiguo papel del cuerpo femenino en la escena de la guerra. En las guerras informales que se
expanden en el presente, el cuerpo de las mujeres es torturado por medios sexuales hasta la
muerte, a él se le destina la destrucción siempre mediante la utilización – aunque no exclusiva
– del abuso y la intrusión sexual por su carácter profanador de lo que debe ser resguardado.
Es indispensable, para los fines de las estrategias de lucha contra la victimización de las
mujeres, entender que hay un tipo de violencia de género que se genera y transita por
escenarios absolutamente impersonales.
Frente a una escena bélica informal y difusa en expansión, que opera con métodos mafiosos,
configura un universo para-estatal de control y captura progresivamente la vida social y la
política, es necesario introducir en la retórica jurídica y en la consciencia de la opinión pública
la centralidad y el significado de las formas nuevas de victimización del cuerpo femenino en las
estrategias de manutención de un orden basado en la dominación arbitraria y soberana sobre
la vida de las personas y sus territorios. Localizar y desarticular este dispositivo de dominio es
una tarea urgente.
Estos conflictos, calificados como característicos del mundo globalizado y entre los que se citan
los Balcanes, Chechenia, Afganistán, Irak, Líbano, Sri Lanka, Crimea o Ucrania como casos más
significativos, son presentados como novedosos por numerosas razones: por los actores
involucrados (Estados interviniendo de manera directa o delegando su actuación a agentes
domésticos o proxies, guerrillas, terroristas, redes criminales o contratistas militares privados),
los medios utilizados (armas sencillas empleadas de manera novedosa, sistemas sofisticados
trasferidos por los Estados, armas pesadas o tecnologías de uso dual disponibles en el
mercado), las tácticas empleadas (acciones convencionales limitadas, actos terroristas,
insurgencia, ciberoperaciones, maskirovka, ocultación y engaño o propaganda multicanal), los
multiplicadores usados (sistemas de posicionamiento, inteligencia de señales (SIGINT), de
fuentes abiertas (OSINT) y de redes sociales (SOCMINT), RPA drones, comunicaciones
avanzadas o ciberataques) o las fuentes de financiación manejadas (actividades legales y
delictivas con estrecha colaboración con el crimen organizado).
Estas características hacen que las nuevas guerras del siglo xxi sean aparentemente muy
distintas de los conflictos más representativos de la Era Moderna o Contemporánea, donde
existía una declaración formal de guerra que impedía el surgimiento de «zonas grises» y donde
los ejércitos regulares pertenecientes a un Estado-nación combatían de manera convencional y
simétrica en frentes claramente definidos, respetando los usos y costumbres de la guerra
PIC
Por lo tanto, no es extraño imaginar que cualquier adversario, cuando se enfrente a un ejército
occidental, intentará aprovechar las oportunidades que le brinda el mundo globalizado para
explotar las limitaciones del estilo occidentalizado de combatir, fundamentado este en la
supremacía tecnológico-militar y en el cumplimiento de las leyes y costumbres de la guerra
para lograr victorias rápidas, decisivas, contundentes y sin apenas bajas propias ni daños
colaterales.
Mientras cualquier oponente estatal o no estatal parece hacer gala de un realismo extremo y
sabe aprovechar sus fortalezas y minimizar sus debilidades, las sociedades occidentales han
abrazado los valores postmodernos y postmaterialistas. Estos impiden ver el mundo como algo
complejo y peligroso, donde el poder, el interés y la ambición pueden provocar choques
violentos y donde las controversias internacionales pueden resolverse pacíficamente con
arreglo al derecho internacional. Es por esta razón que nuestras sociedades (especialmente las
europeas occidentales) son cada vez más reacias a concebir el empleo de la fuerza o la
amenaza de recurrir a ella como herramienta de política exterior para defender los intereses o
la soberanía nacional. En este contexto, nuestro poder militar se convierte en irrelevante y
nuestra capacidad disuasoria en inverosímil si carecemos de la voluntad de utilizar la fuerza o
advertir de forma creíble que cualquier alteración del status quo podrá motivar una respuesta
clara y contundente. Junto con la desafección política y la explotación del juego democrático,
esta falta de credibilidad de la disuasión está motivando la escalada en el número e intensidad
de las actividades estatales en esta «zona gris» que separa la paz de la guerra o la proliferación
de las operaciones de información en el ciberespacio sin que Occidente pueda plantear
ninguna réplica efectiva.
A este rasgo distintivo se le suman otras características que podríamos calificar de secundarias,
como son:
Estas características adicionales permiten sugerir que la guerra híbrida es un fenómeno que,
facilitado por el fin de la Guerra Fría, la globalización y la Era de la Información, constituye la
reacción natural y lógica al estilo militar occidental. Sin embargo, ¿tan distinta es la guerra
híbrida de los enfoques irregulares y asimétricos?; ¿ningún conflicto a lo largo de la historia ha
tenido algún elemento híbrido?; ¿no podría ser la guerra híbrida la adaptación de la guerra
irregular al mundo actual?
Aunque estas y otras cuestiones permanecen abiertas, no puede negarse que la guerra híbrida
es un concepto atractivo y con fuerza expresiva por dos grandes razones: muestra
gráficamente la creciente complejidad de los conflictos actuales y pone de manifiesto la
difuminación de las fronteras entre precrisis, crisis y guerra, entre fuerzas regulares e
irregulares o entre tácticas convencionales y asimétricas. Sin embargo, desde un punto de vista
académico, la guerra híbrida como teoría es imprecisa y como concepto corre el riesgo de
perder su significado hasta convertirse en algo irrelevante, especialmente hoy en día, cuando
cualquier actividad que pueda relacionarse con Moscú (desde su intervención militar en
Ucrania, el hackeo de los correos del Comité Nacional Demócrata estadounidense, los
PIC
Mientras basándonos en los argumentos expuestos podríamos considerar que Moscú libró una
guerra híbrida en Ucrania (aunque siempre teniendo en cuenta que las referencias rusas al
concepto son interpretaciones de los debates occidentales y las publicitadas reflexiones de los
generales Makarov y Gerasimov no constituyen ninguna doctrina, sino que enlazan con la
tradición operativa soviética / rusa), el resto de sucesos no pueden calificarse como tales por
una sencilla razón: no nos hallamos ante un conflicto que entrañe el empleo combinado de
medios, procedimientos y tácticas militares regulares y asimétricas, que sería la definición
mínima de guerra híbrida. Al contrario, estos hechos (incluyendo las actividades informativo-
técnicas e informativo-psicológicas que se han producido en el ciberespacio ucraniano)
deberían ser calificados como operaciones de información que, herederas de las tradicionales
tácticas de desestabilización y agitación soviéticas, pueden realizarse en tiempo de paz,
precrisis, crisis y guerra en los niveles estratégico, operacional o táctico. Además, si tenemos
en cuenta que muchos tratadistas militares rusos sugieren la difuminación de la frontera entre
paz y guerra y el surgimiento de una «zona gris» del conflicto, parece más acertado empezar a
utilizar los conceptos correctamente para evitar que estos pierdan su significado.
La idea original, era hacer de los asuntos medioambientales temas de high politics. En materia
de seguridad se generaron nuevos acercamientos, más científicos y menos políticos, dedicados
específicamente al estudio de la importancia del estrés ambiental como fuente de conflictos
interestatales e intraestatales (segunda generación) o como amenaza al bienestar humano
(tercera generación). Apareció al inicio de la década de los noventa, y se restringió el ámbito
de investigación a las relaciones entre las variables escasez de recursos renovables y conflicto
violento. Esta segunda ola de estudios determinó que el deterioro de la calidad del medio
ambiente, entendida como escasez de recursos renovables o cambio medioambiental, podía
empeorar otros factores políticos, sociales o económicos susceptibles de constituirse, a su vez,
en la causa de conflictos violentos. Se habla entonces de conflictos medioambientalmente-
inducidos.
Nació a finales de los años noventa una tercera tendencia, muy crítica de la segunda, basada
en una visión más optimista de las relaciones internacionales. Esta tercera generación procura
ampliar la gama de variables dependientes para incluir ingredientes de seguridad humana
opuestos a los postulados conflictivos estatales de sus predecesores.
En la actualidad, se perfila una cuarta tendencia que apela a acercamientos más holísticos de la
seguridad ambiental. Basada en la combinación de las generaciones anteriores, esta nueva
visión observa las relaciones entre el medio ambiente y la seguridad en términos
multidimensionales tanto de conflicto como de cooperación y de seguridad humana, para los
Estados como para las sociedades y las personas.
En primer lugar, la asimetría económica (niveles de desarrollo) entre los países del norte
(centro) y los del sur (periferia) conduce a que los Estados tengan, en cuanto a recursos
naturales, necesidades y perspectivas distintas, y el desequilibrio generado por la diferencia de
acceso y uso de los recursos naturales entre los Estados, pero también en su interior, se
considera una causa potencialmente importante de inseguridad y de conflicto. En segundo
lugar, el carácter conflictivo de esta asimetría se ve reforzado cuando la soberanía y el control
sobre los recursos (elementos de poder para muchos Estados) adquieren un carácter de
interés vital o estratégico para asegurar su posición internacional o regional y preservar su
seguridad nacional. Por último, la anarquía internacional y la política de poder de los Estados
—basada en la protección del interés nacional y la debilidad de los regímenes ambientales
internacionales o regionales— limitan considerablemente el fomento de cooperaciones
multilaterales en este ámbito e incentivan lógicas competitivas interestatales.
Dos grupos de investigación han dado las pautas de la argumentación sobre medio ambiente y
conflicto. Se trata del Grupo de Toronto y de Encop (de la segunda generación de estudios
sobre seguridad ambiental), que se dedicaron a la noción de conflicto como fenómeno
empírico y observable. Ambos trataron de concentrarse en el papel de los cambios
ambientales y del agotamiento de los recursos como potencial causa o coadyuvante de
conflicto violento.
Los conflictos por los recursos no renovables (minerales y petróleo), son llamados también
guerras de recursos o guerras verdes, cuando dichos recursos son el objeto mismo del
conflicto. El mismo diagnóstico se revela válido cuando se trata de un tipo específico de
recurso renovable: el agua dulce, aunque no ha producido grandes conflictos internacionales
aún.
Existen tres factores, que pueden causar escasez ambiental de recursos renovables:
Aquí aparecen cuatro tipos de efectos sociales muy importantes para analizar la relación entre
escasez ambiental y violencia: la disminución de la producción agrícola, el decrecimiento de la
productividad económica, el desplazamiento poblacional, y la interrupción de las instituciones
y de las relaciones sociales.
Las sociedades pueden adaptarse a esta escasez con el uso de recursos alternativos más
eficientes, pero dependen de las capacidades sociales y técnicas disponibles en esa sociedad.
Si esto fracasa, la escasez ambiental contribuye al empobrecimiento y a las migraciones,
debilita a los Estados, agudiza las diferencias entre grupos (reforzando las identidades) y realza
las oportunidades para participar en acciones colectivas violentas, como también puede
contribuir al aumento de los movimientos poblacionales, al receso económico y al
debilitamiento de los Estados, lo que puede causar desde conflictos étnicos, insurgencias y
golpes de Estado, hasta guerra civiles. Rara vez la escasez ambiental es la razón directa de los
conflictos interestatales (con excepción de la escasez de recursos no renovables).
Una situación de guerra civil generada parcialmente por razones ambientales puede tener
consecuencias en la comunidad internacional, por ejemplo, causando grandes flujos de
refugiados e importantes crisis humanitarias que no solamente desestabilizarían a los vecinos,
sino que también involucrarían a la cooperación internacional y a las organizaciones
internacionales.
Encop propone una tipología de conflictos generados por problemas ambientales clasificados
en tres niveles: (1) cuando el medio ambiente desempeña un papel entre los grupos que
coexisten en el interior de un mismo país; (2) cuando los conflictos internos se
internacionalizan, normalmente en virtud de un desplazamiento importante de población, y
(3) cuando un conflicto interestatal surge de la degradación del medio ambiente en el ámbito
regional o global.
Encop concibió también siete tipos de conflictos inducidos por problemas ambientales: los
conflictos etnopolíticos, los conflictos de tipo centro-periferia, los conflictos de migración
interna, los conflictos de migración transfronteriza (terremoto de haiti, migrantes a república
dominicana), los conflictos de migración por causas demográficas, los conflictos
internacionales sobre agua y los conflictos medioambientales globales. Los problemas
ambientales son simultáneamente causa, medio y fin de los conflictos ambientales.
Sin embargo, a pesar de los avances importantes que han permitido desarrollar esos grupos de
investigación en la toma en consideración de los problemas ambientales, tanto los resultados
encontrados como la metodología empleada han sido muy criticados.
El nuevo marco de análisis propuesto para el estudio de los conflictos medioambientales tiene
que incluir factores de estabilidad política y de desarrollo económico; por ello, la interacción
entre las tres variables económica, política y ambiental es fundamental.
Actos terroristas deliberados o accidentales que generan destrucción del medio ambiente lo
que afecta directamente a la población.
Existen los actos terroristas en los cuales el uso del medio ambiente es en gran parte
accidental, y aquellos donde el terrorista utiliza deliberadamente la fuerza para afectar el uso
normal del medio ambiente y de los recursos naturales. Si bien los primeros son actos
terroristas per se que pueden ocasionar involuntariamente un daño ambiental, los segundos
son actos de puro terrorismo ambiental, puesto que el mismo medio ambiente está
directamente amenazado por los autores de estos actos, que buscan la indignación o el miedo
de la opinión pública alrededor del daño ambiental ocasionado.
Varios autores afirman que los actos de violencia desarrollados durante períodos de guerra no
pueden asumirse como terroristas, sino como actos de guerra. Sin embargo, se puede
considerar que en el caso particular de los actos de destrucción ambiental se debe seguir
hablando de terrorismo ambiental, tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz.
Esta tipología no refleja, sin embargo, la diferencia entre actos de terrorismo tradicional y
actos de terrorismo ambiental. Además, no todas las categorías pueden tomarse como actos
terroristas en general. Considerando que, por definición, un acto terrorista tiene que ser
simbólico, las categorías quinta, sexta, séptima y octava deberían ser descartadas. Las únicas
que pueden ser juzgadas como terroristas son la primera, segunda, tercera y cuarta, y sólo las
dos primeras corresponden al concepto de terrorismo ambiental.
Es empíricamente más fácil establecer la relación entre estrés ambiental y guerras verdes con
los problemas vinculados con el agua dulce.
Existen varias características que hacen del agua dulce una fuente de conflicto y de guerra en
el ámbito regional: la escasez, la cantidad de recursos compartidos con otros Estados, el perfil
político y económico de los Estados con los cuales se comparten estas cuencas internacionales
(sobre todo en cuanto a poder) y la facilidad de acceso a fuentes alternativas de
abastecimiento. El agua está presente en muchos conflictos como causa, medio y fin.
No hay que olvidar que el agua dulce no tiene la capacidad de generar conflictos o guerras de
alcance global, puesto que no constituye, al contrario del petróleo, un mecanismo de presión a
escala internacional, sino regional.
La mayoría de los trabajos sobre conflictos ambientales no tienen en cuenta las variables
políticas, en particular las relativas al tipo de régimen político y de cambio de régimen.
Otro importante factor olvidado radica en el reconocimiento del hecho de que los niveles de
desarrollo económico tienden a exacerbar ciertos problemas medioambientales, como las
contaminaciones o el agotamiento de recursos naturales, y que las privaciones materiales son
unas de las mayores causas de guerras civiles.
En primer lugar, los Estados democráticos y estables son menos proclives a experimentar
conflictos armados nacionales que los países con otros tipos de regímenes políticos. En
segundo lugar, los Estados con un alto nivel de desarrollo económico son menos proclives a
experimentar conflictos armados internos que los países con bajo nivel de desarrollo
económico. Debido a que la degradación de los recursos renovables y los conflictos o guerras
PIC
En resumen, en cualquier investigación sobre las causas de los conflictos ambientales se deben
tener en cuenta cuatro tipos de variables independientes, dos de las cuales son
tradicionalmente consideradas: la escasez inducida por la oferta (degradación, contaminación
o agotamiento) y la escasez inducida por la demanda (densidad y crecimiento poblacional
natural o por migraciones); y dos nuevas: la escasez estructural (desigualdad de ingresos,
discriminaciones en la distribución) y un grupo de otros factores generadores de conflicto,
como el nivel de desarrollo económico, el tipo de régimen y la estabilidad política.
El peligro de lanzar a los Estados impulsivamente a una guerra contra el terrorismo es caer en
el empleo de tácticas terroristas perdiendo la base jurídica y la orientación moral.
Michael Walzer dice que “el terror es la forma totalizadora de la guerra y de la política”.
El terrorismo no es un fenómeno nuevo. Los estados, los ejércitos, las etnias y los hombres han
empleado el terrorismo como forma de disminuir el coraje del enemigo.
La Guerra del Golfo demostró que cualquier ejército convencional es impotente frente a una
superpotencia. Ante esto hay dos caminos para incrementar las posibilidades: el poder
igualitario del átomo o el recurso de la guerra asimétrica, la guerrilla y el terrorismo.
El terrorismo, por su: simplicidad operativa; bajo costo; efecto devastador; facilidad de
transnacionalización; y facilidad de visibilidad global; es una alternativa tentadora para
manifestar el odio de algunos grupos.
PIC
1_ Dividir el mundo en dos esferas antagónicas. El lado del “bien” (ej; del lado de EEUU) que se
comprometen a la guerra con el enemigo. / y el lado del “mal” los países y grupos de aparecen
en la “lista negra”.
2_ Carácter difuso del enemigo. Permite a los gobiernos caracterizar las manifestaciones de
descontento social como “actos terroristas”.
Hay, además, una dificultad para caracterizar de “terroristas” a algunos actos realizados por
Estados. “La cosificación y legitimación del terrorismo oficial permite condenar al terrorismo
individual como moralmente repugnante y no reconocer, en absoluto, el terrorismo oficial, o
aceptarlo como duro, pero necesario”.
El terrorismo provoca una conmoción social, una acción social reactiva, una violencia que
procura condicionar comportamientos.
Víctimas:
En función de su objetivo: Terrorismo patológico (no hay objetivo claro); religioso; económico;
político (Asesinato de J.K. Kennedy - 1993)
En función del criterio que utiliza Saint Pierre hay 2 tipos de terrorismo:
Atentados 11 de septiembre
Todo norteamericano se sintió dentro del grupo de riesgo. La víctima política es el Estado
norteamericano. Bush convocó a la “guerra contra el terrorismo” y sostuvo que aquel que no
se comprometiera con esta guerra será considerado enemigo y combatido a muerte”.
La situación de guerra favorece la preeminencia del sector militar en las decisiones del Estado.
Neo-terrorismo
Carácter transnacional.
Es aleatorio
Operan en unidades pequeñas
Ostentan un poderoso basamento religioso y nacionalista
No se proyectan frentes de combate.
Están financiados por estados y por magnates.
PIC
LAS GUERRILLAS
África, desde siempre, ha sido testigo de ataques mortales por parte de Grupos islámicos. Los
cuales se intensificaron a partir de 2015. Estos ataques consecutivos apuntan a un arco de
terrorismo que se ha extendido a través de la Región del Sahel, que se extiende desde el
Océano Atlántico en el oeste hasta el Mar Rojo en el este.
Boko Haram y al-Shabaab son los grupos más prolíficos y activos, pero, recientemente, AQMI
(Al-Qaeda en el Magreb Islámico) ha ampliado su alcance.
Países como Nigeria, Somalia, Mali y Libia han surgido como epicentros del terrorismo,
impactando y amenazando a los países vecinos.
La razón por la cual los grupos islámicos han estado operando con relativo éxito puede
atribuirse a una combinación de factores que incluyen estados débiles y corruptos, fronteras
porosas, falta de instituciones de gobierno, espacios no gobernados, militares poco
capacitados y mal equipados militarmente, descontento socioeconómico de la población,
subdesarrollo, pobreza, desempleo y conflictos.
Otro aspecto preocupante ha sido el florecimiento del tráfico de drogas y otras redes
criminales en la región que proporcionan una fuente constante de ingresos a estos grupos para
continuar sus operaciones.
Existe la preocupación de que muchos países más improbables puedan correr el riesgo de ser
la próxima plataforma de lanzamiento u objetivo del terror, debido a la geografía, gobierno
débil o economía inestable.
Los analistas que se dedican al terrorismo dicen que la tendencia más preocupante hoy ha sido
el crecimiento competencia entre los grupos militantes (afiliados a al-Qaida o ISIS) para captar
la atención y el territorio con el fin de demostrar su potencia, relevancia y así atraer reclutas.
PIC
Los grupos afiliados a al-Qaeda como al-Shabaab emplea tácticas terroristas convencionales
que incluyen incursiones de estilo guerrillero, secuestros, toma de rehenes, bombardeos y
atentados suicidas. Los grupos afiliados a ISIS como
Boko Haram, en los últimos tiempos, tiene una inclinación por el uso de tácticas brutales, que
incluyen la lapidación, ataques indiscriminados de víctimas en masa y represión sistemática de
mujeres y niñas, incluidos esclavitud, tortura, violación y usarlas como terroristas suicidas.
Se dice que la principal preocupación entre los intereses de seguridad africanos ha sido
ampliar la colaboración en reclutamiento, capacitación, financiamiento y operaciones entre los
militantes grupos dentro de África y transregionalmente.
Para África, el desafío actual es cómo contener el alcance cada vez más profundo que están
adquiriendo al-Qaida y el ISIS. En 2015, Boko Haram cambió su lealtad al IS. Desde entonces,
ha llevado a cabo numerosos ataques brutales en lugares concurridos, como mercados y
lugares religiosos.
Poco antes de 2016, el presidente Muhammad Buhari declaró que Nigeria "técnicamente"
ganó la guerra contra Boko Haram, afirmando que los insurgentes de Boko Haram ya no eran
capaces de lanzar "ataques convencionales" contra las fuerzas de seguridad o centros de
población.
Sin embargo, la realidad es que Boko Haram continúa con sus actos de terror brutal matando a
decenas de personas en los últimos meses.
Desde julio de 2009, Boko Haram ha montado ataques en serie matando entre 17,000 y 20,000
personas.
El nombre oficial de Boko Haram es Jama’atu Ahlus-Sunnah Lidda’Awati Wal Jihad, que en
árabe significa "Gente comprometida con la propagación de las enseñanzas y la yihad del
profeta". Se popularizó con el nombre de Boko Haram, que significa "la educación occidental
es pecaminosa" en el idioma hausa.
APARICIÓN DE BOKO HARAM: CONTEXTO DEL ISLAM MILITANTE DEL NORTE DE NIGERIA
Su aparición puede establecerse en el año 2010 cuando lanzó su primer ataque y se convirtió
en un grupo insurgente bajo el liderazgo de Shekau, o hasta su fundación oficial por
Muhammad Yusuf en 2002.
En las primeras dos décadas después de la independencia de Nigeria en octubre 1960, el norte
del país experimentó una violenta confrontación entre una secta islamista radical conocido
como Maitatsine y la fuerza policial nigeriana en la ciudad de Cano y Maidugiri.
PIC
La revolución iraní de 1979 resultó en una creciente demanda de la ley Sharia para ser
adoptada en toda Nigeria. También resultó en la formación del movimiento chiíta nigeriano,
llamado el movimiento islámico de Nigeria (IMN).
En este contexto, el carismático clérigo musulmán, Mohammed Yusuf, formó Boko Haram en
Maiduguri en 2002. Creó un complejo religioso, que incluía una mezquita y una escuela
islámica.
Las condiciones económicas entre el norte y el sur de Nigeria son dispares. El norte también
está experimentando una desindustrialización que afecta a la industria textil, alimentaria y
bebidas y otras industrias ligeras, debido, entre otras cosas, a la escasez de energía y al
deterioro de la infraestructura. Esta división a menudo se cita como la razón del surgimiento
de Boko Haram, que ha explotado estas desigualdades económicas para su beneficio.
TACTICAS OPERACIONALES
El grupo se transformó en un fenómeno más urbano. Lo que hizo a Boko Haram se destacara
entre otros grupos radicales nigerianos en sus operaciones contra la policía que comenzaron
en 2004.
Sus principales operaciones desde 2010 han sido ataques contra militares, policías, docentes /
universidades, bancos, mercados, predicadores cristianos, iglesias y asesinatos selectivos. Los
asesinatos selectivos involucraron figuras políticas y clérigos prominentes. Las principales
metodologías son por medio de disparos y bombardeos desde motos.
Desde 2011, después de que Jonathan Goodluck se convirtió en presidente y la crisis de Libia,
la insurgencia de Boko Haram comenzó a volverse violenta y mortal (tanto doméstica como
externa), y aumentó su alcance geográfico.
La transición más dramática de Boko Haram fue cuando comenzó a usar ataques suicidas en
huelgas.
En marzo de 2015, después de que la fuerza de coalición regional (compuesta por tropas de
Nigeria, Camerún, Chad y Níger) comenzó sus operaciones, Boko Haram comenzó a perder las
ciudades bajo su control. El Gobierno federal de Nigeria ahora afirma que ha podido expulsar a
Boko Haram de su captura territorios, restringiéndolo solo a la región de Borno.
AREA DE OPERACIÓN
La organización opera en los estados fronterizos del noreste de Borno, Yobe y Admawa limita
con Camerún, Chad y Níger. El grupo ha aprovechado el débil entorno de seguridad, el proceso
PIC
RECLUTAMIENTO
Boko Haram ha recurrido a los secuestros forzados de niñas y adolescentes para llevar a cabo
su operación, particularmente de ciudades limítrofes en Níger y Camerún.
Ellos usan a muchachos sin entrenamiento para adquirir inteligencia y llevar a cabo ataques
contra aldeas o cuarteles. Los reclutas no tienen ninguna afinidad ideológica con Boko Haram y
se unen por puro incentivo económico.
FONDOS
Se sabe que los fondos de Boko Haram tienen muchas fuentes. Virginia Comolli explica que la
secta se había beneficiado de muchas fuentes: desde funcionarios del norte hasta estafas por
internet. Durante las primeras etapas de Boko Haram (alrededor 2002), hubo una serie de
funcionarios y empresarios del norte, que estuvieron involucrados proporcionando ayuda. Las
actividades criminales, también generan ingresos a Boko Haram.
NACIONAL Y REGIONAL
Desde 2004, se ha desplegado la Fuerza de Tarea Conjunta (JTF) de la policía para los esfuerzos
de lucha contra el terrorismo en las regiones donde el grupo ha estado activo. Pero el JTF
permaneció principalmente ineficaz en el tratamiento del terror, dado su gran corrupción y los
abusos contra los derechos humanos.
A nivel local, la Fuerza de Tarea Conjunta Civil (CJTF), una iniciativa liderada por ciudadanos,
fue creada con el argumento de que un fuerte conocimiento del entorno local permitiría a la
población local arrestar a los miembros de Boko Haram. Esta ha sido una ventaja crucial contra
el JTF militar, que trajo personal militar de todo el país, que no estaban familiarizado con el
contexto local o incluso los idiomas locales.
A nivel regional, se han tomado varias medidas para enfrentar el terror. Una iniciativa
importante ha sido el despliegue de la Fuerza de Tarea Conjunta Multinacional (MJTF) en
PIC
marzo de 2015, por el gobierno federal de Nigeria junto con los países vecinos Níger, Chad y
Camerún, en el marco regional de la comisión de la cuenca del lago Chad.
RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
La ONU no dio ningún paso importante hasta el secuestro masivo de las adolescentes en abril
de 2014.
Los Estados Unidos desde principios de mayo de 2014 han estado proporcionando fuerzas
militares y policiales y asistencia de inteligencia, así como aviones tripulados y no tripulados.
Estados Unidos designó a Boko Haram y Ansaru como organizaciones terroristas en Noviembre
de 2013.
La Unión Europea, en virtud del Reglamento n° 583/2014 (que entrará en vigor el 29 de mayo
2014), agregó Boko Haram a las listas de personas, grupos y entidades cubiertas por la
congelación de fondos y recursos económicos.
El gobierno del Reino Unido aconsejó al gobierno de Nigeria para el uso de enfoques no
militares y colaboración regional para lidiar con los aspectos socioeconómicos del crecimiento
de Boko Haram. También está involucrado en inteligencia y asistencia técnica contra el grupo.
El ejército de Sri Lanka ha asegurado a los homólogos nigerianos que apoya a su campaña
antiterrorista, dada su propia experiencia de lucha contra el terrorismo, que consideran que es
comparable a la situación de Nigeria.
CONCLUSIÓN
La alineación de los grupos terroristas hace más urgente la necesidad de integrar rápidamente
aparato de seguridad del continente. Igualmente importante es también la necesidad de que
los estados africanos fortalezcan sus instituciones de gobernanza.
PIC
Las organizaciones terroristas tienden a reclutar un grupo de simpatizantes. Los terroristas son
conscientes de la importancia de la opinión pública, por lo tanto, planean sus ataques para
influir en la opinión en la dirección prevista y esto se evidencia por la frecuencia de sus
ataques, la ubicación del lugar, el momento y los objetivos de sus ataques. Los terroristas
manipulan las opiniones públicas y las reacciones en su beneficio.
Este estudio investiga las percepciones públicas sobre Boko Haram, que ha tenido un impacto
devastador en la parte noreste de Nigeria. El estudio se centra en las percepciones de los
ciudadanos de las áreas inmediatas de los ataques de Boko Haram, así como en otras áreas del
norte de Nigeria. Desarrollamos e implementamos un cuestionario de encuesta para obtener
información sobre las causas fundamentales y los objetivos de los insurgentes de Boko Haram.
Comprendiendo a Boko Haram y al terrorismo
Boko Haram, un grupo islamista radical, ha aumentado el estado de inseguridad y se ha
convertido en una importante fuerza desestabilizadora en Nigeria y los países vecinos.
Conocido formalmente como "Jama’atu Ahlus-Sunnah Lidda Awati wal Jihad", su origen se
remonta a 2002 cuando sus miembros se organizaron en torno a su carismático líder,
Mohammed Yusuf, en Maiduguri, la capital del estado de Borno. Yusuf inculcó en el grupo una
ideología islámica extrema y un alto grado de desdén por los principios y la cultura
occidentales. Boko Haram, significa "la educación occidental está prohibida". Su objetivo es
crear un estado islámico, imponer la ley de la sharia en el norte de Nigeria, eliminar los
PIC
que los terroristas operen y también obstaculizan las medidas antiterroristas. Sobre el
terrorismo doméstico en el noreste de Nigeria, algunos estudios atribuyeron la aparición de
Boko Haram a la política de élite del país .
Según Mbah et al., Boko Haram surgió de la lucha entre las élites políticas del norte y del sur
para obtener el control del poder político estatal, especialmente después de la muerte de
Presidente Yar'Adua. [66] La reelección de Jonathan Goodluck en 2011 llevó al uso de Boko
Haram como instrumento de destrucción por las élites políticas del norte.
incluyen los otros tres estados del noreste de Bauchi, Gombe y Taraba (BGT); los estados de
Kaduna, Kano, Kebbi y Sokoto en el noroeste; y el estado de Níger en la zona centro-norte.
Resultados y debates
Causas del terrorismo
Las percepciones generales del público sobre las causas del terrorismo en toda la región se
resumen en la tabla 1. La opinión más sólida se centra en las nociones de que los terroristas
son típicamente personas desempleadas que son fácilmente reclutadas por los patrocinadores.
Los resultados de la encuesta también muestran que los encuestados creen que los terroristas
están motivados por la pobreza y los problemas económicos. Los resultados también sugieren
que el público siente que a los terroristas no les gusta el gobierno, albergan una ideología
política extrema y tienen sentimientos religiosos extremos. Además, es fuerte la percepción de
que los terroristas son manipulados por los políticos como una estratagema para mantenerse
en el poder y la democracia brinda mayor libertad para que los terroristas operen. Menos del
50% de los encuestados consideró que los terroristas fueron impulsados por los siguientes
factores: marginación religiosa (42%), disgusto por la democracia (30%) o el origen étnico
(27%).
Condiciones que mejor explican por qué las personas se involucran en el terrorismo
Figura 1: Condiciones que mejor explican por qué algunas personas se involucran en el
terrorismo
PIC
Resumen y conclusión
Nuestros resultados confirman lo siguiente sobre lo que el público cree que son las causas
fundamentales del terrorismo: desempleo, pobreza y problemas económicos, disgusto por el
gobierno, ideología política extrema y sentimientos religiosos, y manipulación por parte de los
políticos. Nuestros resultados, sin embargo, no confirman que el público sienta que la aversión
por la democracia o el origen étnico desempeña un papel como causa fundamental. Nuestra
encuesta también reveló que el público cree firmemente que la venganza contra las fuerzas de
seguridad es un objetivo de Boko Haram. Sin embargo, menos de la mayoría de los
encuestados cree que los objetivos de los terroristas incluyen las metas de combatir las
desigualdades políticas, combatir las desigualdades económicas o ajustar los desequilibrios
regionales.
La respuesta del gobierno a Boko Haram se ha centrado en gran medida en la necesidad de
acabar con la insurgencia mediante una fuerte respuesta militar y actividades intensificadas de
las agencias de inteligencia y seguridad. Nuestros resultados al menos sugieren que el público
reconoce el concepto de agravios y, por lo tanto, puede esperar mayores estrategias de
intervención socioeconómica como herramienta para combatir la insurgencia. Una de las
revelaciones de nuestra encuesta es que la mayoría de los encuestados (62%) cree que Boko
Haram fue un "gran diseño" de los políticos para mantenerse en el poder. Esta perspectiva es
única, ya que sugiere que algunos políticos usan el terrorismo para lograr un puntaje político.
La idea de que algunos políticos pueden crear un grupo terrorista para desestabilizar la
seguridad del país en su beneficio es intrigante y debe investigarse más a fondo.
La simpatía significativa en el norte hacia Boko Haram obviamente es un problema para el
gobierno en la lucha contra el terrorismo. Se requiere mucho más trabajo para convertir a un
público dividido en uno que pueda apoyar una mayor resolución en la lucha contra el
terrorismo. Esta información descubierta por este estudio es particularmente útil para las
agencias del gobierno con responsabilidad en la comunicación estratégica y el cambio de
mentalidad, especialmente la Agencia Nacional de Orientación (NOA).
Los acuerdos firmados en 2016 entre los guerrilleros y el entonces presidente colombiano Juan
Manuel Santos buscaban terminar la lucha de más de cinco décadas que dejó por lo menos
220.000 muertos y casi seis millones de desplazados. Pero había un temor detrás del acuerdo:
PIC
que muchos de los miles de combatientes que obtuvieron amnistía no perseveraran como
civiles y terminaran por regresar a las armas. Esto está sucediendo.
El gobierno prometió llegar a las tierras antes controladas por rebeldes de las Farc para
proveer salud, educación y agua potable, pero apenas si tiene presencia en el país. El nuevo
presidente colombiano, Iván Duque, hizo campaña en contra de los acuerdos y ahora dice que
pretende revisarlos. Uno de los negociadores de las Farc para el pacto de paz fue arrestado por
el tráfico de diez toneladas de cocaína, mientras se preparaba a asumir un puesto como
senador.
Cientos, quizá miles, de luchadores de las Farc se han resistido al acuerdo. Hay unos 2800
guerrilleros disidentes de las Farc, el 40%.
El gobierno les prometió una nueva vida civil con los acuerdos, pero pronto terminaron
sintiéndose acorralados por grupos paramilitares que intentaron hacerse del control que
habían abandonado los rebeldes.
Mientras los líderes de la guerrilla aseguraron que habían entregado todas las armas a la
misión de Naciones Unidas, en la base dicen que no fue así. “Todavía quedaban unas, las
viejas”.
Algunos de los rebeldes ahora portan la insignia del Frente Virgilio Peralta Arenas, banda
criminal a la que las autoridades acusan de masacrar a civiles y de narcotráfico.
Ese grupo alguna vez peleó contra las Farc, pero los rebeldes dicen que ahora trabajan juntos
para fines de protección mutua. Eso podría significar que en un futuro no tan lejano los
exguerrilleros se asemejen más a un grupo de delincuencia organizada que al ejército de
marxismo revolucionario que establecieron en los años sesenta. “Es parte de la historia trágica
de Colombia: un modo de violencia que se transforma en otro ante la ausencia de un Estado
legítimo.
Iván Márquez, el segundo de las Farc, es uno de los exguerrilleros de alto mando cuyo
paradero se desconoce; no ha sido visto en un mes y muchos temen que regresó a las armas.
Pero cuando se firmó el acuerdo de paz y se retiraron las fuerzas guerrilleras al campamento
de desarme, esa zona resintió la llegada del Clan del Golfo, la organización criminal más grande
del país. Amenazaron a quien se encontraran en su camino. Así sucedió en otras partes del
país: cientos de activistas sociales rurales fueron asesinados, incluidos exguerrilleros.
Entre los primeros retos del grupo fue encontrar protección. Cuatro sabía dónde encontrar
armas y Guerrero decidió entablar alianzas; incluso con antiguos enemigos, como el Frente
Virgilio Peralta Arenas y el Clan del Golfo.
El día comienza antes del amanecer. Los milicianos se despiertan en sus hamacas, toman café y
empiezan sus clases, en las que discuten los escritos de Karl Marx y de revolucionarios
latinoamericanos, como el cubano José Martí. Cada uno o dos días levantan el campamento y
marchan durante horas en la selva.
Las Farc viejas eran financiadas por sus impuestos al cultivo de hoja de coca. El área en la que
opera este grupo tiene pocos plantíos y casi nada de minas de oro ilegales. En cambio, los
combatientes toman comida de otros poblados cercanos, cuando pueden encontrarla.
PIC
Las metas de la disidencia también son menos ambiciosas: reconocen que no van a poder
derrocar al gobierno y tampoco quieren pelear contra la policía provincial. Dicen que
pretenden defender a poblados de grupos armados, pero si están en constante movimiento es
probable que los únicos a los que defiendan sean a ellos mismos. No queda claro si esta
“nueva” rebelión en Colombia crecerá, será aplastada o se desvanecerá. El camino es
complicado sin importar el resultado. Aunque Piscino, quien perdió la mano izquierda a causa
de una mina, dijo que eso poco importa.
La globalización posee efectos multiplicadores sobre los más diversos fenómenos de la agenda
política, social y ambiental del mundo entero. La existencia de un “mundo en red” se ha vuelto
cada vez más preponderante tanto para el diagnóstico como para el diseño de políticas en los
más diversos campos, y ello incluye a los temas relativos a la seguridad y las amenazas a la paz
y la estabilidad.
El editor de la revista Foreign Policy, Moisés Naím, señala que los Estados están perdiendo las
que él denomina “guerras de la globalización”, a saber:
A estas cinco “guerras”, se deberían agregar otras cinco que, si bien reciben menos impacto
mediático, causan graves daños a la democracia y al desarrollo:
Se ha señalado que el crimen organizado existe para proveer bienes y servicios ilegítimos que
el público demanda, o bien que el crimen organizado provee bienes y servicios tanto lícitos
como ilícitos, pero de manera ilícita. Lo central en el crimen organizado, además de su
compleja organización y redes de articulación, radica en dos características:
El crimen organizado tiene un objetivo esencialmente económico, sin embargo, para poder
recibir esos recursos emplea la extorsión y la violencia como instrumentos fundamentales a su
servicio.
Estas bandas se convierten en sofisticadas pandillas transnacionales que utilizan las últimas
comunicaciones tecnológicas, se mueven con facilidad dentro y fuera de los más lucrativos
mercados ilegales. Los miembros de las pandillas en Centroamérica no son homogéneos. No
hay tipología aplicable a todos los pandilleros o miembros de pandillas, y no todas las bandas
tienen los mismos objetivos o el mismo nivel de violencia.
Además se registra una creciente inseguridad urbana, motivada por la operación criminal y
altamente violenta de pandillas juveniles (maras) que se presenta fundamentalmente en
Guatemala y El Salvador, y en menor medida en Honduras y Nicaragua. La deshumanización
asociada al deterioro del tejido social juega un rol primario en la comisión del delito violento.
Existen dos dinámicas de violencia: una asociada principalmente a los países del llamado
Triángulo Norte, que comprende a Guatemala, Honduras y El Salvador; y otra asociada al resto
de la región, conformada por Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
La opción del Estado que en varios países de la región se ejecuta es la de “mano dura” o
“mano súper dura” que se presenta como una respuesta represiva e inobservante de los
derechos humanos de las personas.
Por su parte Nicaragua, Costa Rica y Panamá son puente y embarque de cargamentos de
armas procedentes desde el resto de Centroamérica hacia Colombia como parte de un
intercambio que le depara a las redes criminales acceso al lucrativo comercio ilegal de
narcóticos.
A nivel de sus legislaciones, una revisión general permite ver la ausencia de armonización en
materia de procedimientos y requisitos para la emisión de licencias de tenencia y porte de
armas. Existe disparidad en la cantidad de armas permitidas por licencia entregada, en general
no se practican exámenes de aptitud física ni psicológica para el uso de armas, los sistemas de
registro tienden a localizarse en las grandes ciudades y se descuida el interior y las zonas
costeras.
Esta región sigue utilizándose como zona de tránsito y reexpedición de las remesas de drogas
ilícitas, en especial de cocaína, procedentes de países de América del Sur, fundamentalmente
de Colombia, y destinadas a los Estados Unidos y Europa. Se calcula que el 88% de la cocaína
que ingresa en los Estados Unidos ha pasado por América Central.
Casos Específicos
Costa Rica
Los traficantes siguen utilizando a Costa Rica como pabellón de barcos de pesca para el
contrabando de múltiples toneladas de drogas y para proporcionar combustible para otras
lanchas rápidas, con un creciente énfasis en las rutas del Pacífico.
El Salvador
Guatemala
Guatemala es un importante punto de transbordo para América del Sur de cocaína y heroína
con destino a los Estados Unidos a través de México. Si bien no es un gran país productor, el
cultivo de la adormidera ha aumentado en los últimos años.
Honduras
El Gobierno de Honduras coopera con los Estados Unidos en la investigación del tráfico de
estupefacientes. La marihuana se cultiva en Honduras en pequeñas parcelas aisladas. La
heroína se cree que es transportada a través de Honduras a los Estados Unidos en pequeñas
cantidades.
El tráfico o trata de personas es una violación a los derechos humanos que envuelve abuso y
explotación. Se entiende por tráfico o trata, “la captación, transporte, traslado, recepción de
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En muchos casos las víctimas de tráfico comienzan voluntariamente pagando a coyotes para
lograr el ingreso a otro país, pero luego quedan atrapadas en el camino en redes de tráfico
para explotación, por diversos factores. Para las mujeres jóvenes mayores de edad y las
menores (entre 12 y 17 años de edad), la combinación de necesidad económica,
responsabilidad como jefas de hogar, analfabetismo o mínima educación, falta de preparación
en habilidades técnicas, una historia de abuso físico y sexual, aparecen como contribuyentes al
riesgo de que sean traficadas. El tráfico de mujeres y niños para explotación sexual comercial
en América Central es una realidad innegable que ocurre dentro y fuera de las fronteras.
La frontera sur de México juega un papel preponderante para la comprensión de los flujos
migratorios irregulares y los fenómenos que los han caracterizado: el tráfico de personas y
recientemente, como consecuencia de la creciente incorporación de mujeres y niños a esas
migraciones, la trata de personas.
Un punto importante a considerar dentro del lavado de dinero es el envío de remesas, las
cuales son un medio utilizado para el trasiego del lavado de dinero; debido a esto se han
tomado medidas para limitar las cantidades de envío de dinero por las distintas instituciones
financieras. Centroamérica recibe remesas masivas, y si bien la mayoría de esas entradas son
sin duda el producto de la industria de inmigrantes, algunos de estos productos puede ser el
resultado de actividades delictivas.
Tanto Panamá como El Salvador han dolarizado sus economías, y el uso del dólar en Panamá
es una razón clave para que el país resulte atractivo para algunos sectores como un centro de
blanqueo de dinero.
Especialmente la Zona Libre de Colón -la segunda mayor zona de libre comercio en el mundo,
después de Hong Kong- que está situada en el Atlántico a la entrada del Canal de Panamá y la
Zona Franca, permite la importación y la reexportación de mercancías libres de impuestos.
Una modalidad conocida dentro del lavado lo constituye la sustitución de deuda externa
contraída por un cliente de una empresa local utilizando dinero ilícito. Esta tipología involucra
a una organización delictiva que utiliza el dinero proveniente de sus actividades ilícitas, para
pagar desde el exterior una deuda vencida a favor de una “empresa exportadora local.
Las Guerras contra el Narcotráfico es un tipo de conflicto bélico que guarda relación con el
concepto de Guerras Asimétricas. Estos enfrentamientos tienen un crecimiento sostenido con
la aparición de nuevos escenarios, principalmente en América Latina.
La definición de Guerra de Clausewitz "un acto de violencia para obligar al enemigo a acatar
nuestra voluntad". En toda guerra, siempre se encuentra un casus bellis, es decir el motivo por
el cual un actor lleva adelante la violencia con el fin de imponer su voluntad. Esta causa
deviene siempre de un conflicto, o sea de intereses contrapuestos entre mínimamente dos
actores, donde por lo menos uno de ellos, decide resolver las diferencias por medios no
pacíficos.
Podemos decir que los casos donde se intentan resolver los antagonismos por medios
violentos son “diferendos”, ya que el idioma y las reglas son impuestas de forma unilateral; y
los otros, como “contradicciones canalizables” donde se busca la solución a través del diálogo
o “litigios” ya que se busca la solución a través de la intervención de terceros.
Dos tipos de guerras clásicas: aquellas llevadas adelante entre Estados, denominados guerras
interestatales y las guerras civiles, las cuales se dan al interior de los aparatos estatales. El
elemento común entre estos dos tipos es el concepto de simetría: actores homólogos luchan
entre sí como forma de dirimir el conflicto. En estas guerras, un punto clave es que las partes
son reconocidas por la comunidad internacional como beligerantes y deben ajustarse al
derecho internacional público.
Las guerras tradicionales van perdiendo terreno frente a los conflictos asimétricos.
Cinco niveles de intensidad: disputa, crisis no violenta, crisis violenta, guerra limitada y guerra.
PIC
UCDP, establece una diferencia entre tres tipos de conflictos armados: De base estatal, cuando
al menos uno de los beligerantes es Estatal; de base no-estatal, donde los combates se dan
entre dos actores que no poseen representación de los gobiernos; y violencia unilateral,
aquellas ejercidas por un actor contra la población civil.
En los casos de México y Colombia, estas guerras han generado ciertos vacíos de poder que
intentan ser ocupados a través de luchas intra-carteles o entre éstos y grupos paramilitares o
grupos de autodefensas. Estas escaladas de violencia entre actores no-estatales han generado
conflictos paralelos de carácter subnacional ya que se trata de enfrentamientos armados entre
actores no estatales. Uno de los casos ocurre en el estado de Michoacán (México) desde el año
2013, donde la convivencia y los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad nacionales,
locales, carteles, paramilitares y autodefensas ha ido mutando o propagado hasta la
actualidad.
secesión política,
la autonomía regional,
la descolonización,
la imposición ideológica,
el poder nacional,
la predominancia subnacional
la lucha por recursos económicos.
formarse como parásitos del Estado o conformar un para-Estado a través del uso de cultivos
clandestinos, corrupción política y formación de milicias propias
La cuestión de la lucha contra las drogas cobró impulso a partir de la década de los 60-70 a
través de dos hechos. La creación de un sistema jurídico de carácter prohibicionista explicitado
varios acuerdos desde el seno de Naciones Unidas (La restricción del uso de estupefacientes
con fines medicinales y veda todo uso de drogas que estén destinadas a ellos).
Luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre, con la proliferación del concepto de
nuevas amenazas, la imposibilidad de los gobiernos latinoamericanos de hacer frente al
problema de las drogas y la idea de guerra preventiva, los siguientes gobiernos
norteamericanos promulgaron un rol más activo de las fuerzas armadas, eliminando la
diferencia entre cuestiones de seguridad interna y defensa externa.
Las Guerras contra el Narcotráfico se incrementó el uso de la violencia privada en dos sentidos
Por un lado la imposición de la fuerza por parte de los carteles a través de sus propios ejércitos
pero, por otro lado, el uso de fuerzas paramilitares y empresas de seguridad privada por parte
del Estado.
Las relaciones financieras entre los actores no-estatales, como otras organizaciones criminales,
o transnacionales como bancos y empresas multilaterales, no pueden ser detectadas por los
controles fiscales de los Estados.
A partir de la década de los 90, que los Estados latinoamericanos recibirán una mayor presión
diplomática, por parte de Estados Unidos y organismos internacionales, acordando paquetes
de medidas y ayudas financieras con el objeto de fortalecer sus propias luchas contra los
carteles.
Los Estados que no cumplieran con el proceso de certificación “se enfrentaban a sanciones que
incluían cortes de la mayor partes de las ayudas y los beneficios comerciales de Estados Unidos
y, dentro de las instituciones crediticias multilaterales, el voto negativo automático del
influyente representante estadounidense sobre las peticiones de créditos del país en
cuestión”.
Las Guerras contra el Narcotráfico podemos definirlas como aquellos conflictos armados
asimétricos de carácter intraestatal que tienen por objeto el control de recursos económicos
entre el Estado y organizaciones narcotraficantes o carteles.
5. Las Américas
5.1. Panorama general de Estados Unidos y su política exterior
a nivel global y regional.
5.1.1. Estados Unidos, las políticas migratorias y sus vecinos.
5.2. Algunas problemáticas puntuales en la región:
5.2.1. Religión y política en la región.
5.2.2. La democracia en vilo en América Latina. Los casos de
Brasil, Bolivia, Venezuela y Chile.
6. Europa
6.1. Panorama general de la UE.
6.1.1. Brexit
6.1.2. Migración y seguridad en EU
6.1.3. Crisis de gobernabilidad en Europa. El caso catalán y
escocés
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8. Rusia y su entorno
8.1. Rusia y su proyección global.
8.2. Las relaciones ruso-chinas
8.3 Asia Central
9. Asia
9.1. Algunas problemáticas puntuales:
9.1.1. El liderazgo chino y sus relaciones al exterior
9.1.2. India
10.África Subsahariana
10.1. Algunas problemáticas puntuales
10.1.1. Las guerras intestinas en el África Negra.
10.1.2. África en la Agenda Global.
10.1.3.El Terrorismo en África.
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