El ARTE EN EL ORIGEN DE UN DESENCUENTRO
El ARTE EN EL ORIGEN DE UN DESENCUENTRO
El ARTE EN EL ORIGEN DE UN DESENCUENTRO
Patio de Letras
Año I, Nº.1, 2003,pp.71-79
Resumen:
La Historia del Arte se construye sobre la base de obras y documentos que
remiten a su vez, al artista y al público alrededor suyo. Para construir un tema
coherente de estudio es indispensable que la disciplina intente comprender el
contexto de la obra, incluyendo la documentación vinculada su creación, y a su
recepción, por lo que debe integrar diversos aspectos del conocimiento, ampliando
su campo de investigación Para la Historia del Arte peruano esta metodología es
especialmente relevante para los años subsiguientes a la incursión hispana en
1532, en la que el Perú atravesó una etapa de notable inestabilidad y en la que se
establecieron las bases que conducirían diversos aspectos de su cultura, entre ellos
la creación artística. El enfrentamiento de dos imperios, el del Tawantinsuyo y el
español, supuso la reunión en un mismo espacio temporal de dos pueblos
icónicos. Es difícil imaginar que los súbditos de cualquiera de ellos limitaran sus
representaciones formales inmediatamente producido el encuentro, o que
aceptaran las propuestas contrarias sin discusión. Nos interesa explorar si es
válido que se haya analizado de manera distinta la producción artística de cada
uno de estos grupos en esta época de la historia del arte peruano.
Palabras clave:
Encuentro de culturas: arte, Perú siglo XVI
El receptor no considerado
Atendiendo a este esquema, es de esperarse que se presenten situaciones de
resultados impredecibles cuando el receptor es un individuo que pertenece a un
contexto que ha desarrollado propuestas diferentes a las del artista y al de la obra
y que, además, no comparte las convenciones, el lenguaje simbólico y el canal de
comunicación previsto para la misma. Este receptor concreto no considerado, que
porta sus propios paradigmas y experiencias, se verá obligado a confrontar una
obra ajena. En una primera instancia no podrá descifrar el código que configura
la obra a la que se enfrenta, porque lo ignora. Luego, por interés personal o por
necesidad, modificará su actitud e irá encontrando referentes que le permitirán
traducir la experiencia. Estos referentes pueden forzar a que el sujeto establezca
El receptor europeo
Tenemos en los testigos europeos iniciales a receptores condicionados por
factores de estado y otras circunstancias que interfirieron en sus observaciones,
impidiendo un mejor conocimiento del lenguaje formal del pueblo con el que se
estaban relacionando. Por este proceso de falta de interacción por ausencia de
interés, las manifestaciones culturales indígenas fueron seleccionadas y ajustadas
a patrones que las despojaron de su valor intrínseco como obra de arte, para
convertirlas en un material de valor distinto, que muchas veces fue considerado
ideológicamente peligroso. Es cierto que esta última actitud de desconfianza es
imputable a ambos grupos culturales, pero debemos señalar que especialmente al
extranjero, por ser el que había incursionado violentamente en el territorio del otro
que, naturalmente, se opuso firmemente a la intrusión.
Un aspecto que Franklin Pease resaltó, es que el problema que
evidenciaron los españoles, de marcado extrañamiento por el hecho peruano,
reflejó una circunstancia concreta: que en la coyuntura de la campaña pizarrista,
España no había resuelto su propia identificación histórica, porque se hallaba aún
envuelta en remisiones mítico fabulosas de la antigüedad clásica que, por otra
parte, eran aceptadas oficialmente. Los españoles habrían transpuesto una
El receptor indígena.
La condición imperial de los habitantes naturales del territorio en el que esto
sucedía, hace suponer su reacción ante las nuevas circunstancias que afectaban su
práctica artística en sus variados significados, considerando la fuerte presión del
grupo invasor por imponer sus patrones culturales. Recordemos que para Manco
Inca los cuadros europeos no eran otra cosa que engañosos “paños pintados”.
Franklin Pease sostuvo que los peruanos se valieron de los medios que los
españoles empleaban para comunicarse, lengua, rituales, técnicas artísticas, y que
en el proceso, “encontraron un hermoso espacio donde su cultura podía estar más
en contacto con la hispánica, sobrevivir y aun prevalecer. Descubrieron que
utilizando los medios de transmisión cultural europeos establecían puentes y
ejercían una tolerancia propia que los europeos no siempre entendieron”. (Pease
1994:216) De acuerdo a esta afirmación, la postura del pueblo indígena habría
sido de acercamiento a la cultura hispana. Aparte del recurso de protección que
supuso este mecanismo inicial, que en el siglo XVI no podemos aplicar
válidamente de manera genérica, también fue reflejo de un proceso callado y
eficaz de enfrentamiento. Los indígenas participaron de los usos y costumbres
españolas y aprendieron, entre otras, sus variadas técnicas artísticas, como
cualquier pueblo subordinado al que se le ofrece conocer prácticas distintas a las
que acostumbra, o ampliaciones de las que le son habituales, para cumplir las
exigencias que la ocupación le impone.
Por otra parte, el sistema lo habían aplicado los Incas en similares términos
a los pueblos que sometieron, lo que tuvo que significar para éstos una útil
experiencia en su trato con los europeos. Al principio, aquella práctica supuso una
adición que les permitió desenvolverse en su propio espacio y en el del invasor,
manejando códigos binarios a través de los que pudieron ejercer un dominio, no
siempre manifiesto, frente a la incursión española, recurso que les permitió
preservar sus propios usos y costumbres, así como mantener su particular mundo
simbólico y artístico, en tanto participaban de las costumbres religiosas europeas
estrechamente vinculadas al arte.
El clérigo Bartolomé Álvarez es un narrador particularmente perspicaz
para captar lo que en su momento no pareció evidente a sus compatriotas, por lo
que es fuente interesante para el análisis hermenéutico que confronta el discurso
de la crónica tradicional del siglo XVI. En 1588 afirmó un rasgo del carácter
indígena que hay que tener en cuenta para cualquier interpretación, especialmente
para las que competen al ámbito artístico,
… los indios son de tal inclinación que de aquellas cosas que ellos no
Mecanismos de superposición
La declarada ingenuidad de Ávila no fue otra cosa que desprecio y
paternalismo. Mientras que la práctica encubierta a vista del sacerdote español
supuso hábiles mecanismos de superposición que fueron aplicándose
progresivamente hacia fines del siglo XVI, permitiendo la existencia de un culto
protegido por la población indígena, el que en parte y progresivamente, fue
trasladado a imágenes europeas convertidas en andinas.
Cuando se analiza el efecto de la llegada europea al Perú en el siglo XVI y
se tiende a privilegiar la posición española, olvidamos que en este llamado
encuentro de culturas, coincidieron dos imperios conquistadores y universalistas
Bibliografía
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Memorial a Felipe II [1588]. Madrid, Ediciones Polifemo, 1998. Edición María del
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