Estudiando Habacuc

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Estudiando Habacuc

1. Al leer Habacuc, es de suma importancia determinar si quien habla es Dios


o el profeta. Puesto que el libro consta de sólo tres capítulos, léalo todo
completo y haga la prueba de indicar en el margen cuándo habla dios y
cuándo habla el profeta. 

Capítulo 1
1. La palabra hebrea traducida como “profeta” literalmente significa “carga”.
¿Cuál es la carga de Habacuc? ¿Qué le molesta? Anote la respuesta en el
margen del capítulo 1, donde aparece la palabra.
2. Lea todo el capítulo 1 de Habacuc y marque todos los casos en que se
menciona a Dios (Santo, Jehová, etc.), incluyendo las formas pronominales
que se refieren a Él. Elabore una lista de todo lo que aprenda acerca de
Dios como persona, indicando lo que Él piensa hacer. 
3. Los caldeos, como también se les llama a los babilonios, invadieron y tres
veces a Judá, el reino del Sur. En el año 605 a.C. Daniel y otros nobles
fueron llevados cautivos. En el año 597 a.C. llevaron cautivo a Ezequiel. El
tercero y último sitio, tuvo lugar en el año 586 a.C., cuando la ciudad de
Jerusalén y el templo fueron reducidos a escombros. Anote en el margen
todo lo que aprenda de los caldeos; por ejemplo, qué planes tenían y qué
habría de sucederles.  
4. Vea el tiempo y la época de Habacuc, y tome nota de la relación temporal
entre el momento en que escribe Habacuc y la fecha de la invasión
babilónica. 

Capítulo 2
1. Marque toda alusión al hombre soberbio o al que se enorgullece, incluso
pronombres y sinónimos. Luego haga una lista en el margen, anoté cómo
es este hombre y con quién se le compara. 
2. Marque todas los casos en que aparezca la frase ¡ay del…!, y resuma en el
margen contra quien se lanza esa amenaza, por qué se lanza y qué
sucederá cuando se cumpla.
3. Anote en el margen todo lo que aprenda de Dios. 

Capítulo 3
1. El carácter poético de la oración de Habacuc es sumamente emotivo, pues
recurre a un tipo de paralelismo estructural en el que una segunda línea
repite de otra manera lo dicho en la primera, con lo que se recalca e
intensifica la misma verdad emitida. Lea esta oración una vez más,
teniendo presente su forma poética. 
2. En el curso de la lectura, plantéese las seis preguntas típicas: ¿Quién hace
qué? ¿A quién o a qué? ¿Cuándo se hará? ¿Por qué se hará? ¿Qué va a
suceder exactamente? ¿Cómo va a suceder? Anote en el margen todo lo
que aprenda es este capítulo acerca de Dios. 
3. ¿Qué dice este capítulo acerca de Habacuc y de su relación con Dios?
¿Cómo va a vivir Habacuc? ¿Han cambiado las circunstancias en que le
tocó vivir? 
4. Titule los capítulos y titule el libro, como señal de haberlo entendido.

1. Su estructura a) ¿Por qué, Señor? (1:1-4). El profeta clama a Dios porque a su alrededor ve
iniquidad y violencia. b) Hace faltar esperar (1:5-11). Dios anuncia que va a levantar a los
caldeos con la descripción de la crueldad de sus ejércitos. c) ¿Cómo puedes hacer esto
Señor? (1:12-17). ¿Cómo un Dios santo puede permitir la brutalidad de los caldeos si son
peores que los que va castigar? d) Dios sabe lo que hace (2:1-5). El profeta espera la
respuesta de Dios, la cual viene con la afirmación de que el orgullo de los caldeos será la
causa de su caída. e) Dios odia la injusticia (2:6-20). Esta porción es un cántico de vituperio
(mâsâl) dirigido contra los caldeos a base a cinco ayes sobre las consecuencias de los actos
de barbaridad cometidos. f) Dios viene con poder (3:1-19). Este salmo en conexión con los
capítulos anteriores es una exposición de la revelación de Dios que viene para juzgar a las
naciones y salvar a su pueblo. 2 Sus características a) El problema del sufrimiento. Algunos
han pensado que el libro tal cual lo tenemos fue redactado a partir de textos diversos, sin
embargo, parece que existe un tema único a lo largo de todo el libro. Así, trata el
problema del sufrimiento, tal como se ve en la sociedad y, a un nivel mucho más
horroroso, en la política internacional. A la vez que el profeta está convencido de la
soberanía de Dios, y que, en consecuencia nada se podrá producir sin que él lo vigile, sabe
también que Dios es santo y justo. ¿Cómo, pues, podrá Dios utilizar los servicios de los
malvados sin mancharse? b) La queja a Dios. La primera parte del libro es un diálogo entre
el profeta y Dios a quien dirige su queja y del que quiere obtener una respuesta, pero
ninguna solución es dada realmente a su problema. Cuando se ve que el hombre sigue
siendo tan cruel hacia 2 sus semejantes, solo se puede confiar en Dios para restablecer la
situación según su plan y en el tiempo que considere oportuno. “En el pensamiento de
Habacuc, el concepto de justicia –la justicia de Dios- constituía el tema central alrededor
del cual tenía que girar cualquier reflexión para comprender la historia desde una
perspectiva religiosa. Si los primeros dos capítulos los interpretamos como una forma de
diálogo entre el profeta y Dios, nos daremos cuenta de que el siervo y el hombre de Dios
que fue Habacuc no estaba más que reflejando su propia experiencia y meditación.
Experiencia y meditación que el Espíritu tomó para a través de ellas, comunicarnos su
propio mensaje y darnos Palabra de Dios” (José Grau). 3 Su mensaje En una época de
violencia, opresión y falta de justicia, el profeta plantea el problema moral que ocasiona la
utilización de los babilonios como instrumento del castigo que merece Judá. a) El mundo
está lleno de sufrimiento. En todas partes donde el profeta dirige su mirada en la
sociedad, hay sufrimiento y, lo que es peor, este golpea de manera injusta. No parece
afectar a los malvados, ya que sus oraciones a favor de la justicia no son contestadas.
Habacuc debe hacer frente a un dilema: Si Dios es justo, ¿por qué permite que las cosas
continúen así? Lejos de hacer las cosas más fáciles de aceptar, Dios le revela por medio de
una visión una situación peor: los babilonios, que no hacen caso de la vida humana ni de
sus derechos, invadirán el país (1:5-11). A esta perspectiva espantosa se une el hecho que
los invasores prescindían totalmente de Dios. Contaban solamente con sus propias fuerzas
(1:7, 11, 15, 16). b) Dios ejerce la autoridad. No había ninguna duda para Habacuc que
Dios es el Señor de toda la tierra y en consecuencia es el que va a permitir estos
acontecimientos. Ve a Dios que va a utilizar las fuerzas del mal para servir a sus propósitos
(1:5,6, 2:20, 3:19). Por otro lado, el profeta estaba seguro que Dios es justo y que él
juzgaría esta injusticia y esta maldad. La repetición de la palabra juicio sella el destino de
los malvados (1:12, 2:6-20, 3:3-15). Esta certeza le deja todavía con la pregunta de saber
cómo Dios – que es santo y justo- puede realmente permitir esta situación (1:13). c) La
confianza en Dios. Aunque Habacuc se queja a Yahweh y espera una respuesta, Dios
verdaderamente no le contesta (2:1). Por el contrario, la palabra que le dirige –exigiendo
que sea escrita fielmente para ser leída por todos- es que el hombre justo pasará por la
prueba y no se verá afectado en su fidelidad (2.2-4). Habacuc tiene derecho a la visión de
un futuro maravilloso, en que todos los hombres reconocerán a Dios y sus leyes.
Reafirmado en su confianza de lo que Dios es y hará, es posible para él, no solamente
soportar las circunstancias inquietantes, sino de estar realmente gozoso (2:14; 3:17-19). 4.
Comentario al libro 4.1. ¿Por qué Señor? (vv. 1-4). El término “profecía” (v.1) se ha
traducido también por “carga u oráculo” según las versiones. Literalmente es “carga”
(Nah. 1:1, Is. 13:1, Jer. 23:33-40), expresión que indica el peso de la responsabilidad del
que debe dar el mensaje profético y también su carácter judicial. Se trata de una visión o
revelación en que se anuncia un juicio divino dirigido contra alguien. Porque el profeta
dice que “vio”. Como oráculo sería el recibido por revelación de Dios. Por eso, en algunos
casos a los profetas se les llama también videntes (1 S. 9:6,9). Hay tres términos que se
emplean para referirse a los profetas: ro’eh (vidente), nabhi (profeta, uno que es llamado
por Dios) y hozeh (se suele traducir por profeta porque no existe un equivalente exacto en
castellano). Aquí se usa la palabra hozeh. En el v. 2, el profeta formula una pregunta a
Yahweh que es como si dijera ¿por qué no castiga Dios de una vez los pecados del que se
dice su pueblo? Habacuc había estado orando por Judá, pues dice: ¿Hasta cuándo
clamaré? Su 3 oración era un clamor de intercesión y estaba sorprendido de que Dios no le
escuchara, hasta el punto de dar voces. Dios siempre escucha nuestras oraciones, pero
muchas veces tarda en responder, porque el tiempo de Dios no es el nuestro y nos
impacientamos, pero en el momento oportuno él da la respuesta. La situación en la que
vivía Judá, el cual se consideraba el pueblo de Dios, era realmente alarmante: había
violencia, iniquidad, destrucción, pleito, contienda, desprecio por la ley y abuso de poder
de los impíos sobre los justos (vv.3-4). La época en que sucedía esto era la del reinado de
Joacim (609-598 a.C.) y coincide con el testimonio de Jeremías (26:1-27:11) Los términos
“ley” y “juicio” del v. 4 aluden en el AT a los mandamientos dados por Dios a Moisés. Si la
primera era despreciada, en consecuencia el juicio no podía ser recto o según la verdad. La
queja del profeta era debida a que no entendía como el Dios de Israel podía tolerar este
estado de cosas y es una queja parecida a la que hallamos en los salmos13, 22:1-5 y 73.
Cuestionario para reflexión y aplicación 1. ¿Es correcto quejarse a Dios? Citar otro texto de
una queja a Dios. 2. ¿Cuál es nuestra reacción frente a la violencia, iniquidad, abuso de
autoridad, el pleito, la contienda, la injusticia y el desprecio de la Palabra de Dios? 3. ¿Nos
preocupan estos problemas o pensamos que no nos afectan? 4. ¿Oramos a Dios por estos
problemas en nuestro país y en la Iglesia?
2. HABACUC: LA HISTORIA EN
3. LAS MANOS DE DIOS
4. por Ray C. Stedman
5.

6. El nombre Habacuc quiere decir "el que abraza, pero no en el


sentido romántico, sino en el sentido de consolar y este es un gran
libro de consuelo. El consuelo posiblemente sea el problema más
penoso con el que se tienen que enfrentar los seres humanos: es
decir, el gran interrogante de por qué Dios permite que sucedan
ciertas cosas. No conozco una pregunta más actual e importante
que esta. Al leer esta profecía de Habacuc descubrirá usted que el
problema con el que tuvo que contender y sobre el cual acabó por
averiguar la respuesta, hizo posible que se convirtiese en
consolador y en uno que podía abrazar a su pueblo en su
sufrimiento, y es exactamente el mismo problema con el que nos
enfrentamos nosotros actualmente. Porque el profeta vivió en un
tiempo muy parecido al nuestro, un tiempo en que todo estaba
saliendo mal. Vivió en una época en la que hubo una gran
corrupción nacional y aflicción, en el que la nación y la tierra estaba
llena de violencia, de odio y de estallidos de maldad. Su aflicción
se ve reflejada en las primeras frases del libro (capítulo 1,
versículos 1-4):
7. El oráculo de Dios que vio el profeta Habacuc. "¿Hasta cuándo, oh
Jehová, clamaré y no oirás? ¿Hasta cuándo daré voces a ti
diciendo: ¡Violencia!, sin que tú libres? ¿Por qué me muestras la
iniquidad y me haces ver la aflicción? He aquí que surgen pleitos y
contiendas; la destrucción y la violencia están delante de mí. La ley
pierde su poder, y el derecho no prevalece; porque el impío cerca
al justo. Por eso sale torcida la justicia.
8. ¿No suena eso como lo que está sucediendo actualmente? ¿Por
qué, dice Habacuc tengo que clamar ¡violencia!, y no obtengo
respuesta? He aquí el gran problema de la oración que no obtiene
contestación. Tenemos aquí el caso de un hombre que está
preocupado por su nación porque ve que todo sale mal. El pueblo
vive sumido en la maldad; hay inquietud, violencia, injusticia y
opresión por doquier. Cuando todo el asunto es traído ante las
cortes, las cortes mismas están corruptas, por lo que Habacuc se
siente profundamente preocupado.
9. El es un hombre de Dios y sabe que lo que hay que hacer con un
problema es presentarlo a Dios y es lo que él ha estado haciendo.
Ha estado orando acerca de su problema, pero no ha obtenido
ninguna respuesta. De modo que su perplejo corazón clama
confuso: "Señor, ¿durante cuánto tiempo tengo que seguir con
esto, clamando a ti de este modo? No haces nada al respecto. He
estado esperando un cambio, esperando para ver si se producía un
avivamiento, esperando ver si pasaba algo, pero no sucede nada.
¿Cuánto tiempo he de continuar así?
10. ¿Se ha sentido usted así alguna vez? Mire a su alrededor, a
nuestra nación, y verá como todo se está viniendo abajo, y los
antiguos fundamentos se están desmoronando, las gentes se
apartan de la fe y se cuestionan conceptos que jamás se habían
cuestionado con anterioridad. Las personas expresan sus dudas,
hasta su sincera incredulidad, en círculos en los que nunca se
había expresado la duda con anterioridad. ¿Ha estado usted
orando por seres amados, esperando ver cómo Dios los
transformaba y actuaba en sus vidas, pero no ha pasado nada?
Ese es el problema de la oración que no obtiene respuesta. Es un
problema muy importante y hace que el profeta se sienta perplejo.
11. Pero ahora Dios responde a Habacuc. Lo asombroso
de esta profecía es que no se dirige al pueblo ni mucho
menos, sino que es más bien un diálogo entre el hombre y
Dios. Por eso es por lo que resulta tan actual. Cada uno de
nosotros nos llamamos Habacuc y cada uno de nosotros nos
enfrentamos de vez en cuando con este problema. Dios
responde (en el versículo 5):

"Observad entre las naciones y mirad. Quedaos asombrados


y atónitos, porque yo haré en vuestros días algo que aún si
se nos contase, no lo creeríais."
12. En otras palabras, Dios dice: "Habacuc, he estado
contestando a tus oraciones. Me acusas de guardar silencio, pero
no he permanecido callado. Es solo que no sabes reconocer mi
respuesta porque te he estado contestando, pero mi respuesta es
tan diferente de lo que esperas que no eres capaz de reconocerla o
creerla cuando te respondo. Pero Dios continua diciendo (versículo
6ff):
13. "He aquí que levanto a los caldeos, pueblo furioso e
impetuoso que marcha por la anchura de la tierra, para tomar
posesión de los lugares habitados que no le pertenecen.
Será temible y terrible. De sí mismo derivará su derecho y su
dignidad. Sus caballos serán más veloces que leopardos y
más ágiles que lobos vespertinos. Sus jinetes se dispersarán
haciendo cabriolas. Vendrán de lejos, volarán como águilas
que se apresuran a devorar. Todo este pueblo vendrá para
hacer violencia. Todos sus rostros se dirigen hacia adelante,
y reunirán cautivos como arena. Se mofará de los reyes y
hará burla de los príncipes. Se burlará de toda fortificación;
levantará terraplenes y la tomará. Entonces su espíritu
pasará y se acabará; devolverá a su dios esta su fuerza."

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