Comunismo en Latinoamerica
Comunismo en Latinoamerica
Comunismo en Latinoamerica
MÉXICO
Author(s): Soledad Loaeza
Source: Foro Internacional, Vol. 53, No. 1(211) (ENERO-MARZO, 2013), pp. 5-56
Published by: El Colegio de Mexico
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/23608358
Accessed: 16-07-2019 14:38 UTC
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ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCION DEL
COMUNISMO EN AMÉRICA LATINA Y EN MÉ
Soledad Loaeza
1 Véase, por ejemplo, John Lewis Gaddis, We Now Know: Rethinking Cold War His
ford, Oxford University Press, 1997; del mismo autor The Cold War: A New History, N
The Penguin Press, 2005; G.John Ikenberry, After Victory: Institutions, Strategic Restrain
Rebuilding of Order after Major Wan, Princeton y Oxford, Princeton University Press,
2 La obra de Odd Arne Westad examina la competencia entre las superpotencia
Tercer Mundo y su impacto sobre los procesos de cambio en estos países. En am
destaca el papel de la ideología: Odd Arne Westad, The Global Cold War, Cambridge
ge University Press, 2007.
3 Citado en Stephen G. Rabe, Eisenhower in Latin America: The Foreign Policy of Anti
nism, Chapel Hill y Londres, The University of North Carolina Press, 1988, p. 71.
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4 Hal Brands, Latin America's Cold War, Cambridge, Harvard University Press, 2010. Este
autor habla de una convergencia del conflicto internacional y conflictos locales. Aquí, en
cambio, se propone la yuxtaposición de la fractura internacional sobre las fracturas nacionales,
que así afianzan su perfil y se profundizan.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO
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5 "Foreign Policy Statement by President Truman and Mr. Byrnes, April 6,1946", Keesing's
Record of World Events (Fomerly Keesing's Contemporary Archives), vol. 6, abril de 1946, United Sta
tes, p. 7826, 1931-2006. En marzo de 1946, Spruille Braden, antiguo embajador en Argentina
y subsecretario de Estado, planteó las consecuencias del poder para la política exterior de Es
tados Unidos: "El problema que enfrentamos no es cómo evitar el uso de nuestro poder. No
podemos evitar usarlo, porque en la balanza pesa lo mismo, incluso si deliberadamente trata
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mos de evitar su uso. No ejercer nuestro poder puede ser en realidad mal utilizarlo. El peligro
es igualmente grande. En mi opinión la conclusión inescapable es que si una nación tiene
mucho poder, como nosotros lo tenemos en abundancia, no puede evadir la obligación de
ejercer un liderazgo en la justa medida". Spruille Braden, Assistant Secretary of State, Congra
tulatory Address, 15 de marzo de 1946, Science, New Series, vol. 103, 2672, pp. 323-325, p. 323.
6 Véase Octavio Paz, Crónica trunca de días excepcionales, México, unam, 2007, p. 40.
7 "The Sources of Soviet Conduct", en Walter Lippmann, The Cold War: A Study in US
Foreign Policy, Nueva York, Harper and Torchbooks, 1972, 81 pp. "La personalidad política del
poder soviético, como lo conocemos hoy, es producto de la ideología y de las circunstancias.
La ideología que heredaron los líderes soviéticos del presente del movimiento del que se ori
ginaron y las circunstancias del poder que han ejercido por casi tres décadas". Ibid., p. 55.
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En el momento actual de la historia del mundo casi todas las naciones deben
escoger entre modos de vida alternativos. Frecuentemente la elección no es
libre.
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12 Soledad Loaeza fi uii-i
de la política exterior de E
Unión Soviética.12
Como en una imagen esp
sionaba las percepciones d
nales; provocaba exageraci
propiciaba la rigidez y la i
el cálculo de la amenaza;
rreaccionó a situaciones
Soviética, a pesar de que
estuviera sólo marginalmen
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permanente intervención de este país en la vida interna de estos clientes. Para Lippmann el
expansionismo soviético estaba vinculado a la geografía y a la posición estratégica de un país que
había sufrido repetidos ataques e invasiones y disputas fronterizas. Esta historia había formado
una obsesión por la seguridad, de manera que el objetivo fundamental de la política soviética
era la construcción de un amplio perímetro de protección territorial. Lo que para Kennan era
un instinto agresivo, para Lippmann era una reacción defensiva. Lippmann, op. dt., p. 15.
14 Domínguez, op. dt., p. 41.
15 En Estados Unidos el comunismo era visto como una amenaza desde los años veinte
tanto por el colectivismo revolucionario como porque "pretendía representar una versión de
modernidad más avanzada que la que ofrecían los estadounidenses. Según sus élites esta pre
tensión no sólo estaba esencialmente equivocada sino que fue declarada un desafío al univer
salismo y a la teleología arraigadas en su ideología". Westad, op. cit., p. 18.
16 Por ejemplo, en mayo de 1950 el servicio de inteligencia del Supremo Comando Euro
peo estimaba que de 1 a 5% de los generales y de 5 a 20% de los oficiales de mayor jerarquía
en el ejército francés pertenecían al partido comunista, y que la penetración comunista en la
fuerza aérea era todavía más importante. Trevor Barnes, "The Secret Cold War: The C.I.A. and
American Foreign Policy in Europe 1946-1956. Part II", The Historical Journal, vol. 25, num. 3,
septiembre de 1982, pp. 640-670, p. 660.
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14 Soledad Loaeza fi ihm
17 Peter H. Smith, Talons of the Eagle: Dynamics of U.S.-Latin American Relations, Nueva York
y Oxford, Oxford University Press, 2000, 413 p., p.121.
18 Department of State, "Recommendations on Greece and Turkey..doc. cit., p. 536.
19 Este episodio raramente aparece en las recapitulaciones de los momentos de crispa
ción de la Guerra Fría. No obstante, cuando ocurrió fue incluso considerado como un fracaso
para la naciente cía, que no lo había previsto. Barnes, op. cit., p. 649.
20 Citado en Jack Davis, "The Bogotazo", Studies in Intelligence, vol. 13, otoño de 1969,
pp. 75-87, p. 80.
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21 American Relations with the Soviet Union: A report to the President by the Special Counsel to the
President, 24 de septiembre de 1946. Conway Files; Truman papers, http://www.trumanlibrary.
org Este documento es posterior al famoso telegrama Kennan del 9 de febrero de 1946, en el
que aseveraba que el fin último de la política soviética "es la revolución mundial y la domi
nación del mundo por los comunistas". Más todavía, "En el verano de 1945 sólo 15% de los
americanos confiaba en que las Naciones Unidas podrían prevenir guerra futuras. Sólo la mi
tad creía que Rusia cooperaría con Estados Unidos, y 60% de los americanos se oponía a que
se hicieran préstamos de billones de dólares a la Gran Bretaña y a Rusia para la reconstruc
ción". Robert Dallek, The Lost Peace: Leadership in a Time of Horror and Hope, 1945-1953, Nueva
York, Harper Collins, p. 138.
22 Por ejemplo, en agosto de 1946 el presidente Truman discutió un memorándum de los
servicios de inteligencia que planteaba la inminencia de un ataque soviético a Turquía, cuya
conclusión era que lo único que detendría a los rusos era la convicción de que Estados Unidos
"está preparado, si es necesario, a enfrentar la agresión con la fuerza de las armas". Eduard
Mark, "The War Scare of 1946 and its Consequences", Diplomatic History, vol. 21, núm. 3, ve
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16 Soledad Loaeza fi liii-i
La humanidad debe poner fin a la guerra antes de que la guerra ponga fin a la
humanidad [... ] Hoy, cada habitante de este planeta debe contemplar el día en
que este planeta ya no sea habitable. Cada hombre, mujer y niño vive bajo una
espada de Damocles nuclear que pende del hilo más delgado, que puede cor
tarse en cualquier momento por accidente, por un error de cálculo o por una
locura. Las armas de la guerra deben ser destruidas antes de que ellas nos des
truyan a nosotros.23
rano de 1997, pp. 383-415, p. 383. En la segunda mitad de 1950 crecieron los temores de que
la guerra estallara en Europa. En julio Albania y Bulgaria estuvieron al borde de un conflicto
armado; la cía reportó la construcción de aeropuertos en Hungría y en Rumania, también se
informaba que los partidos comunistas en Europa occidental sabotearían la presencia militar
de Estados Unidos. "A través de la órbita soviética se ha mantenido la tendencia a los prepara
tivos de guerra. Algunas fases del programa se han acelerado con carácter de urgente". Barnes,
op. cit., p. 652.
23 John F. Kennedy, "Address to the United Nations General Assembly. Delivered 25 Sep
tember 1961", American Rhetoric. Online speech bank, http://www.americanrhetoric.com/
speeches/jfkunitednations.htm Véase también Frederick Kempe, Berlin 1961. Kennedy, Khrush
chev, and the Most Dangerous Place on Earth, Nueva York Berkley Books, 2011.
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27 Ibid., p. 472.
28 "Cuando finalmente la Guerra Fría llegó al hemisferio occidental [a principios de los
cincuenta] las relaciones interamericanas se deterioraron todavía más. Los latinoamericanos
no aceptaron la evaluación que hacía Estados Unidos de la seriedad de la amenaza del comu
nismo internacional ni su política para enfrentarlo. Muchos temían la intervención estadouni
dense antes que el desafío comunista, así como verse involucrados en compromisos extra
continentales. Su actitud era cercana al neutralismo...". Gordon Connell-Smith, The Inter
American System, Oxford, Oxford University Press, 1966, p. 148.
29 Por ejemplo, el reporte del 23 de julio de 1953 del staff de planeación política del De
partamento de Estado afirma: "La acción de (otras) repúblicas americanas contra actividades
Subversivas internas durante este periodo revela en general, la naturaleza vacilante y superficial
de la resistencia latinoamericana a la conspiración comunista". Foreign Relations of the US,
"Memorandum by the Under Secretary of State (Smith) to the Executive Secretary of the Na
tional Security Council (Lay)", Washington, July 23, 1953, Foreign Relations of the US, 1952-1954,
vol. 4, Washington, Government Printing Office, 1983, p. 14.
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30 Antonio Gómez Robledo, "La crisis actual del sistema interamericano, I", Foro Interna
cional, vol. 3, núm. 1, julio-septiembre de 1962, pp. 26-61, p. 27.
31 "La Guerra Fría [influye de modo cada vez más directo desde que] el sistema interame
ricano se ve transformado -sobre todo por acción de Estados Unidos- en un instrumento para
ser utilizado en ella." Tulio Halperin Donghi, Historia contemporánea de América Latina, Buenos
Aires, Alianza, 1969, p. 359.
32 Entre noviembre de 1947 y marzo de 1948 se celebró la Conferencia de La Habana,
cuyo propósito era crear una organización de comercio internacional. En Suiza se firmó el
acuerdo General de Comercio y Tarifas, conocido como gatt. La Carta de la Habana trataba
de responder a las preocupaciones expresadas por los latinoamericanos en relación con el
comercio de materias primas. No obstante, el documento no fue ratificado por Estados Uni
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dos y la idea "se desvaneció en la irrelevancia". Lo único que quedó fue el gatt, que en sus
inicios era una alternativa poco interesante. Sólo tres países latinoamericanos firmaron este
acuerdo: Brasil, Chile y Cuba. Véase Victor Bulmer-Thomas, The Economic History of Latin Ame
rica since Independence, Cambridge Latin American Studies, Cambridge, Cambridge University
Press, 1994, 486 pp., p. 268.
33 "Conferencia interamericana sobre problemas de la guerra y de la paz", en http://
Constituciónweb.blogspot.mx/2009/ll/actadechapul tepec-firmada-por.html
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bajo ataque directo de los comunistas; las demás podrían obtener capital
para el desarrollo con la expansión de su comercio exterior y atrayendo
inversión extranjera privada.
El lema de la administración Eisenhower era: "Comercio, no ayuda"
(Trade not aid) .40 Hasta principios de los años sesenta los latinoamericano
nunca recibieron más de dos por ciento del total del presupuesto de asiste
cia económica que Estados Unidos destinaba a Europa y Asia. Por ejemplo,
18 de marzo de 1953 el Consejo de Seguridad Nacional aprobó el docu
mento NSC144-1 a propósito de sus objetivos y estrategias en América Latina,
que privilegiaba la perspectiva estratégica frente a la económica. Enumerab
siete objetivos; sólo uno de ellos se refería en términos muy generales al
desarrollo económico. En cambio, los otros seis planteaban asuntos político
o estratégicos: la solidaridad del hemisferio con la política internacional d
Washington, la salvaguarda de la región frente a posibles agresiones exte
nas, la reducción y eliminación de la amenaza comunista y otras dirigida
contra Estados Unidos, la producción "adecuada" de materias primas "ese
ciales para [su] seguridad", el apoyo de América Latina a las acciones d
seguridad colectiva en otras regiones del mundo, la estandarización de la
fuerzas armadas latinoamericanas conforme a las líneas de organización,
entrenamiento, equipo y doctrina establecidas por Estados Unidos.41
Ante la persistente negativa a atender la propuesta latinoamericana de
una política positiva de cooperación económica o de crear una institución
para el financiamiento del desarrollo, en agosto de 1947 y no obstante la
oposición de Estados Unidos, los países latinoamericanos impulsaron la cre
ción de una Comisión Económica para América Latina (cepalI en el marco
de Naciones Unidas, un organismo similar a los que se habían fundado en
1946 para Europa y Asia. Sus objetivos eran: la elevación del nivel de vida d
las sociedades latinoamericanas, la industrialización y la diversificación de l
economías y la intensificación y mejor distribución de su comercio intern
cional, entre otros.
La aparición de este organismo fue decisiva para la política de creci
miento de la región, de sustitución de importaciones y de industrialización
en este modelo de desarrollo el Estado era el agente económico central, y
los subsidios y las medidas proteccionistas instrumentos fundamentales d
intervencionismo estatal.42 Lo que se conoce como el pensamiento cepalino
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Intervencionismo y democracia
44 Citado en: Friedrich Katz, The Secret War in Mexico: Europe, the United States and the Mexi
can Revolution, Chicago y Londres, The University of Chicago Press, 1981, p. 157.
45 El dato que distingue de manera contundente la política del Buen Vecino de Franklin
D. Roosevelt es que entre 1932 y 1945 no se registra una sola intervención de tropas estadouni
denses en territorio latinoamericano.
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52 En ese recorrido visitó la ciudad de México, Caracas, Río de Janeiro, Sao Paulo, Mon
tevideo, Buenos Aires, Lima y Panamá en tres semanas.
53 Sobre todo si se trataba de operaciones encubiertas que "eran vistas como una herra
mienta esencial para contrarrestar esta influencia [soviética]; además presentaban muchas
ventajas. El gasto en operaciones encubiertas era registrado dentro del presupuesto de la cía. ..
Había también un elemento más sutil. No todos los intentos estadounidenses de influir en los
acontecimientos en otros países eran saludados con transportes de entusiasmo. Por eso, las
acciones anónimas eran más efectivas. [Además] no requieren coordinación con los aliados. El
secreto permite que los intereses de Estados Unidos se expresen al desnudo, de la manera más
brutal": Trevor Barnes, "The Secret Cold War: The C.I.A. and American foreign policy in Euro
pe, 1946-1956. Part I", The Historical Journal, vol. 24, num. 2, junio de 1981, pp. 399-415.
54 Tanto Lippmann como Kennan están convencidos de que la intervención en los asun
tos internos de América Latina sólo acarreaba más dificultades para Estados Unidos.
55 Por ejemplo, en la campaña presidencial chilena de 1964 compitieron el socialista
Salvador Allende y el demócrata cristiano, Eduardo Frei. Estados Unidos quiso evitar a toda
costa el triunfo de Allende, la cía aportó recursos al partido Demócrata Cristiano y orquestó
una campaña de miedo en contra del socialista. Véase: Margaret Power, "The Engendering of
Anticommunism and Fear in Chile's Presidential Election", Diplomatic History, vol. 32, num. 5,
noviembre de 2008, pp. 931-953.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 31
John F. Kennedy58
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 33
62 El 26 de abril de 1954, unas cuantas semanas antes del levantamiento contra Arbenz,
el presidente Eisenhower afirmó frente a líderes del congreso de Estados Unidos que desde
Guatemala el comunismo extendía sus "tentáculos hacia El Salvador" como el primer paso de
un plan de ataque hacia otros países de América del Sur. Ibid., p. 146.
63 A propuesta del secretario Dulles se votó la siguiente declaración: "La Conferencia
declara... Que el dominio o control de las instituciones políticas de cualquier Estado america
no por parte del Movimiento Internacional Comunista que tenga por resultado la extensión
hasta el continente americano del sistema político de una potencia extracontinental, consti
tuirá una amenaza a la soberanía de la independencia política de los Estados americanos que
pondría en peligro la paz de América y exigiría la adopción de las medidas procedentes de
acuerdo con los tratados existentes". Citado en: Isidro Fabela, Intervención, México, Escuela
Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, 1959, p. 269. La declaración fue votada por la mayo
ría de los Estados miembros, Argentina y México se abstuvieron, Guatemala votó en contra.
64 "Nixon: Target on the Home Front", Time, 26 de mayo de 1958, http://www.time.com/
time/subscriber/prinout/08816,936886,00.html Los países visitados fueron Argentina, Uru
guay, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
65 En este caso el presidente Eisenhower puso en alerta a los marines para que intervinie
ran y rescataran a los Nixon. Esta reacción fue duramente criticada incluso por la prensa de
Estados Unidos.
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34 Soledad Loaeza fi liii-i
La interpretación de la
Unidos fue que estas de
das, si no es que organiz
formaba parte de un pla
dio Oriente.66 Sin emba
los latinoamericanos ten
de intercambio hasta el
la derrota en América L
una disyuntiva entre re
Eisenhower aceptó que
tina y que el principal p
población.
Una de las primeras expresiones de este cambio fue el anuncio, por
parte del secretario del Tesoro, Douglas Dillon, de la creación del Banco
Interamericano de Desarrollo (bid), que sería un agente de financia
miento del desarrollo y un impulsor reformas institucionales. Sin embar
go, tocó al presidente Kennedy poner en marcha la nueva política hacia
América Latina. El 13 de marzo de 1961 anunció al Congreso la creación
de la Alianza para el Progreso (Alpro), un programa de asistencia econó
mica que prometía a América Latina 20000 millones de dólares en donati
vos y préstamos para obras de infraestructura, educación, salud, agricultura
y desarrollo industrial. Los gobiernos receptores, por su parte, se compro
metían a introducir reformas institucionales que garantizaran que los
avances derivados del programa beneficiaran a toda la población. El obje
tivo prioritario seguía siendo la estabilidad en los países de la región; no
obstante, Washington estuvo dispuesto a asumir los riesgos del cambio
porque el verdadero propósito era evitar la repetición de la experiencia
cubana.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 35
68 "La trayectoria de la Alianza desmintió [a] los planeadores americanos [que] habían
asumido que el desarrollo alimentaría la estabilidad, pero en varios casos fue al contrario
Proyectos cuya intención era fortalecer políticamente a los marginados, rara vez lo lograron,
pero siempre alteraron la dinámica interna del poder y provocaron inestabilidad. Las prome
sas de reforma y de redistribución provocaron la reacción de quienes se oponían y defendían
el statu quo, conque llevaron a la polarización y a exacerbar la inquietud que estos programas
pretendían controlar". Brands, op. at., p. 57.
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36 Soledad Loaeza fi liii-i
produjo en la década de 19
temala, Ecuador, Repúblic
en 1966 nuevamente en Ar
Brasil, Perú, Paraguay, Bo
hington haya sido respon
si no los provocó, al meno
ocurrieran.
69 Lyndon B.Johnson a Dean Rusk, citado en Stephen G. Rabe, The Most Dange
in the World: John F. Kennedy Confronts Communist Revolution in Latin America, Chap
dres, The University of North Carolina Press, 1999, p. 181.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 39
72 Ernst B. Haas define el nacionalismo como una racionalización. "El nacionalismo aun
que manufacturado e inventado en forma de doctrinas, ideologías y políticas es una manera
racional de organizar sociedades impersonales una vez que la movilización social de masas se
inicia." El nacionalismo es una consecuencia de la "necesidad objetiva" de racionalidad indus
trial. Emst B. Haas, "What is Nationalism and Why Should We Study It?", International Organiza
tion, vol. 40, num. 3, verano de 1986, pp. 707-744, p. 725.
73 Hass, op.cit.
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40 Soledad Loaeza fi liii-i
Independencia, la Refo
mos, el mexicano busca
por una parte, mediant
era el mito del mestizaj
dos culturas -la indígen
individuales que garant
tes- eran las mismas pa
una alusión indirecta a
tas, y se hizo más frec
Revolución cubana. Al
dad política y del creci
se convirtió en motivo
Los mensajes presiden
la propaganda oficial
cual tenía internamen
vilegiaba la continuidad
al statu quo y una visió
teaba la imposibilidad
determinado por los c
cionalismo oficial contribuía a la desmovilización característica del au
toritarismo, uno de cuyos pilares es la no participación, y se encontra
con el discurso de Guerra Fría que deslegitimaba a la diferencia polític
que representaba la oposición con el argumento de que la situación
ternacional de emergencia, la amenaza de una guerra nuclear o d
subversión comunista urgían a la unión en torno al gobierno. La unida
nacional era uno de los grandes temas de la campaña anticomuni
que así reforzaba el principio autoritario de que las diferencias polític
son fuente de debilidad, entre otras razones porque -recordaban p
cos, funcionarios y maestros- en la historia de México las situacio
de conflicto interno invariablemente habían propiciado la intervenció
extranjera.
En estos años se acentuó el carácter sincrético del nacionalismo
combinaba una visión del futuro con mitos y símbolos del pasado, exp
riencias, políticas de gobierno e instituciones. El resultado de esta acum
lación fue un nacionalismo conservador, orgulloso de su singularid
defensor de tradiciones verdaderas e inventadas, reivindicador de los
reses locales, poseedor de una densa carga histórica, pero relativament
abierto al exterior, que perseguía un gran objetivo: la modernización d
país. Su tema central era la especificidad mexicana, la Revolución c
experiencia única en el hemisferio, el mestizaje y la originalidad de la
mexicana al desarrollo.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 41
74 Para una exposición extensa de esta interpretación, véase: Jesús Silva Herzog, Trayecto
ria ideológica de la revolución mexicana, México, Sepsetentas, 1973.
75 Miguel Alemán, "Discurso pronunciado en la ciudad de Querétaro, Qro., 30 de diciem
bre de 1945", ICAP, Historia Documental, 1945-1950, p. 358. El tercerismo ya había sido plantea
do por Manuel Avila Camacho, en estos términos: "México tiene su propia historia. México
cuenta con su movimiento libertario de mayor antigüedad... y no tiene necesidad de copiar
otras doctrinas. Por eso somos eminentemente mexicanistas, tenemos nuestra doctrina pr
pia. En México no tienen ninguna influencia ni el comunismo ni el fascismo. Nos regimos p
nuestros propios principios...". Manuel Avila Camacho, "Discurso de campaña pronunciad
en Nogales, Sonora, 9 de junio de 1940", en icap, Historia Documental, 1938-1944, p. 427.
76 Véase, por ejemplo, Lorenzo Meyer, "Estados Unidos y la evolución del nacionalism
defensivo mexicano", Foro Internacional, vol. 46, num. 3, 2006, pp. 421-464, p. 421.
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42 Soledad Loaeza fi liii-i
de la posguerra provocab
los que temían que la cer
modelo de modernidad,
bió Daniel Cosío Villegas
"como el Dios de los crist
El carácter defensivo de
ca, en particular con el in
rra de 1847 y la pérdida d
desestabilización del gob
Madero en 1913, que enc
en México, Henry Lane W
racruz que ordenó el pres
un plan de intermediación
los constitucionalistas y e
zó, pues consideraba inace
estricta soberanía nacional.79
Estos amargos episodios históricos tuvieron un efecto duradero en la
memoria de los mexicanos80 y contribuyeron a dar forma al nacionalismo
del siglo xx porque influyeron en el diseño de instituciones, políticas y
estrategias, centrales para el Estado. Es el caso, en primer lugar, de la cons
titución de 1917, muchas de cuyas disposiciones revelan la convicción de
que la ley es de las pocas armas de que dispone el débil frente al poderoso;
así fue utilizada en innumerables ocasiones para resistir las presiones del
exterior.
77 Daniel Cosío Villegas, "México y Estados Unidos", Ensayos y notas, México, Buenos Ai
res, Editorial Hermes, 1947, tomo I, pp. 183-221, pp. 202-203.
78 Henry Lane Wilson consideró inaceptables medidas de política interna que tomó el
gobierno maderista, que sólo tangencialmente podían afectar intereses norteamericanos; por
ejemplo, la legalización de los sindicatos o la libertad de prensa. También promovió una cam
paña de prensa que denunciaba la incapacidad del gobierno para mantener el orden, con el
propósito de generar una atmósfera de histeria que justificara el desembarco de tropas estado
unidenses. Katz, op. cit., pp. 92 et passim.
79 Lorenzo Meyer, La marca del nacionalismo. México y el mundo. Historia de sus relaciones ex
teriores, 2' ed., México, Senado de la República, 2000. Véase también: María Emilia Paz Salinas,
Strategy, Security and Spies: Mexico and the U.S. as Allies in World WarII, University Park, The Penn
sylvania State University Press, 1997; Blanca Torres Ramírez, México en la Segunda Guerra Mun
dial. Historia de la Revolución Mexicana. Período 1940-1952, México, El Colegio de México, 1979.
Ojeda, op. cit.
80 Los estadounidenses tampoco olvidan la guerra de 1847, sobre todo porque para mu
chos fue una guerra injusta.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 43
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44 Soledad Loaeza ft liii-i
El nacionalismo económ
do -incluso en términos constitucionales- con un modelo de desarrollo
basado de manera fundamental en recursos internos, que buscaba in
pendencia de la economía internacional. Este objetivo adquiría prioridad
en el contexto de la política estadounidense que tendía en forma crecien
a recurrir a la presión económica para asegurar apoyo político.
Las coincidencias entre el intervencionismo estatal que preveía l
constitución y los presupuestos de la cepal en materia de política
desarrollo orientaron el nacionalismo económico hacia un modelo en el
85 Gustavo Díaz Ordaz, "El Lic. Gustavo Díaz Ordaz, al abrir el Congreso sus sesion
dinarias, el 1° de septiembre de 1966", XLVI Legislatura de la Cámara de Diputados, Los
dentes de México, p. 928.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 45
El factor americano86
86 A principios de los años ochenta México enfrentó una crisis financiera sin pre
tes. Las protestas contra el gobierno no se hicieron esperar; entonces la oposición cons
ra fue ganando apoyo. Los medios en Estados Unidos llevaron a cabo una intensa camp
críticas contra el pri. "El factor americano no es una política bien definida hacia México, s
efecto combinado de informes apocalípticos de la prensa y de declaraciones de congres
de agencias gubernamentales de Washington, todo lo cual tiene automáticamente una
ción en la política interna de México, dada su relación de dependencia con Estados
[... ] pese a sus muchas inconsistencias, las críticas han coincidido en un áspero juicio ne
sobre las autoridades y las instituciones mexicanas. [...] El factor americano magnific
deficiencias y debilidades ante los mexicanos mismos.. .Los formadores de opinión en E
Unidos han creado también un falso sentido de urgencia sobre cambios políticos de fon
modo que el ritmo de las reformas tiende a ser medido menos por las demandas intern
por la presión externa." Soledad Loaeza, "El factor americano", Nexos, 1° de febrero de
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46 Soledad Loaeza fi uii-i
87 A principios de los setenta Ojeda hablaba de sistemas políticos penetrados para referirse a
aquéllos que aceptaban la soberanía limitada que imponía la hegemonía de Estados Unidos.
Esta restricción resultaba en sistemas políticos "en los que elementos extranjeros a la sociedad
nacional participan directa y autoritariamente a través de acciones tomadas conjuntamente
con los miembros de esa sociedad en la asignación de sus valores y en la movilización de apoyo
a favor de sus objetivos". Sin embargo, para este autor México estaba a salvo de esta penetra
ción. Ojeda, op. cit., p. 42.
88 Ibid.
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 47
utilizado -como lo había sido con frecuencia- como santuario por los opo
sicionistas que ahí encontraban refugio y armamento.90 Durante la Guerra
Fría los riesgos de la vecindad se incrementaron para México, porque el
nerviosismo de los estadounidenses era tal que cualquier síntoma de ines
tabilidad en el vecino país del sur podía provocar entre ellos una reacción
desmesurada. La Guerra Fría imponía fragilidad a una alianza ideológica
aparentemente firme.
Los gobiernos estadounidenses eran tan conscientes como los mexi
canos del peso del factor americano en su política interna; para ellos eran
imperativas la estabilidad de su vecino del sur y una relación armoniosa
con México, porque la contigüidad territorial lo colocaba dentro de su pe
rímetro de seguridad, de manera que su apoyo era clave en caso de que
efectivamente estallara la guerra con la Unión Soviética. En 1951, el primer
año de la guerra de Corea, el Departamento de Estado afirmaba que era
muy importante mantener una buena relación con México y una actitud
"tolerante y comprensiva" para obtener su apoyo contra la "agresión donde
quiera que ocurra", "incluso el recurso a tropas mexicanas, para asegurar
el máximo de cooperación, en caso de una guerra total".91 En el contexto
de una guerra que imponía a Washington consideraciones de orden estra
tégico, la posición mexicana se fortalecía. Esta ventaja desaparecía una vez
superado el contexto de emergencia.
No obstante, en estos años los gobiernos mexicanos lograron contener
el intervencionismo estadounidense en su política interna y preservar áreas
de decisión independiente. Esta situación particular se explica en parte por
la eficacia de la fórmula autoritaria mexicana, que satisfacía las expectativas
de Washington respecto a la seguridad y confiabilidad de su frontera sur; y
se explican también, en parte, por la importancia estratégica de su territo
rio, que en el contexto de las tensiones con la Unión Soviética imprimían el
sello de la necesidad a una relación libre de conflictos con México.
En la primera década de la Guerra Fría, entre México y Estados Uni
dos se desarrolló una relación de interdependencia: México dependía de bue
nas relaciones económicas con Estados Unidos, mientras que para éste lo
importante era mantener la alianza político-estratégica. A partir de estas
premisas se planteaban vinculaciones entre ambos tipos de dependencia
entre los dos países y se abría un espacio de negociación: si las autoridades
estadounidenses querían que México combatiera a los comunistas, lo haría,
pero a cambio de concesiones en sus relaciones económicas; y si México
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El anticomunismo mexicano
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ENE-MAR 2013 ESTADOS UNIDOS Y LA CONTENCIÓN DEL COMUNISMO 49
95 José C. Valadés, "Tres horas con Ávila Camacho", Revista Hoy, núm, 187, 21 de septiem
bre de 1940.
94 En la misma entrevista, Valadés escribió: "Y ¿los comunistas? Si existe tlgún fantasma
que azote al país; que produzca en miles y miles de ánimos una repulsión, es el comunismo.
Ninguna bandera ha prosperado más en México en los últimos años, que la bandera antico
munista". Ibid.
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50 Soledad Loaeza fi i.iii-i
participación política, a
este proceso no fue una
Unión Soviética y de Est
la acción de la Iglesia cat
una gran oportunidad pa
liderazgo social que la R
y que no había recuperad
mera década de la Guerr
la restauración de la Igle
zador del nacionalismo oficial.
La participación de la Iglesia en este combate magnificó el compo
nente religioso del anticomunismo mexicano, que muy rápido adquirió el
carácter de una cruzada de defensa religiosa, uno de cuyos símbolos más
poderosos era la virgen de Guadalupe, que era también protagonista de los
orígenes míticos de la nacionalidad. Esta dimensión estaba ausente del anti
comunismo estadounidense, que, en cambio, se concentraba en la defensa
de las libertades individuales y de la propiedad privada, y sólo en algunos
casos enunciaba el comunismo ateo. Estos eran los mismos temas de los pre
sidentes mexicanos de la época que no querían recurrir a la simbología
religiosa ni referirse públicamente a la presunta amenaza comunista, pro
bablemente por respeto a la tradición revolucionaria y al ala izquierda de
la élite en el poder, pero lo hacían en forma indirecta; por ejemplo, en el
discurso de protesta como candidato del pri en octubre de 1951, Adolfo
Ruiz Cortines afirmó:
95 ICAP, "Adolfo Ruiz Cortines protesta como candidato del pri a la presidencia de la
República, y pronuncia un discurso. 14 de octubre de 1951", en icap, Historia documental d
partido de la revolución, tomo 6, 1951-1956, p. 105.
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Conclusiones
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Bibliografía
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