El Taller Literario Como Opcion Creativa
El Taller Literario Como Opcion Creativa
El Taller Literario Como Opcion Creativa
Tampoco niego esa otra verdad que existe de las rencillas y celos entre
escritores. Precisamente la revista “ Leer “, No. 72 de Junio de 1994 le
dedica sus páginas a rememorar rivalidades históricas entre las cuales
podemos recordar las ocurridas entre Góngora y Quevedo... Y quedémonos
allí para hablar a prudente distancia...
Esa experiencia positiva con Leopoldo y Harold me animó para recibir otros
talleres que se me encargó orientar, tanto con niños como con adultos, y
que hoy me permite afirmar que los talleres son una opción alternativa para
la creación literaria.
Con los niños dirigí el taller del Colegio Hispanoamericano y con adultos
vengo trabajando en la Universidad del Valle dirigiendo el Taller de Poesía
programado por la Decanatura Asociada de Cultura, invitado por el profesor
Carlos Vásquez Zawadzky.
Tanto como tallerista, como director del mismo, he tomado algunas notas
sobre la actividad de los talleres que deseo compartir con ustedes, en esta
ocasión.
Por este contacto con el Taller Literario, tanto de talleristas como de director
del mismo, durante más de 10 años, puedo opinar acerca de algunas de sus
bondades y defectos, asi como de sus logros y fracasos, y reafirmar su
validez como opción creativa.
Los talleristas dedican las primeras sesiones para definir la clase de taller
que quieren, los temas a tratar y los autores y textos que se estudiarían, los
expositores que invitarán, elaborando el cronograma respectivo.
Habrá sesiones, por tanto, en que las cosas se nos den en la mejor forma y
otras veces que en vano tratamos de hacer coincidir la pluma y el papel.
Los trabajos son fotocopiados y repartidos de tal manera que se opine con
suficiente conocimiento de aquello sobre el cual se habla.
Las ausencias deben asumirse de una manera natural ya que son muchas
las razones, y muy variadas, que pueden incidir para que alguien no asista.
El Taller debe de todas maneras realizarse, pues como decimos en broma y
en serio “... más de uno es quorum ”.
La experienciade aquel día sirvió para retomarla a la sesión siguiente y subrayar esta capacidad de reacción
que carácteriza la mejor de nuestra sensibilidad para tomar nota de todo cuanto ocurre a nuestro alrededor y
luego trasladar, literaria y poéticamente, nuestras impresiones.
Y es que, como es sabido, vivimos en el lenguaje, en el palimpsesto, en la
intertextualidad, por lo cual el Taller al trabajar con el concepto de
enciclopedia (Borges, Eco), aspira a fomentar en sus participantes el hábito
de la lectura selectiva como una actitud indispensable en la formación de
escritores.
Tanto con adultos como con los niños los talleres ha demostrado su utilidad,
siempre que los hemos dictado hemos recibido esas entusiastas muestras
de afecto de aquellas personas que al finalizar encontraron algo, que tenían
ellas mismas, reafirmándose en el placer y el poder de construir mundos
posibles que tiene la palabra.
EL TALLER LITERARIO : UN GENERADOR DE VIDA
Diré que en razón de la ausencia del poeta JAVIER TAFUR, quien actúa en
calidad de Director del Taller, me correspondió a mí obrar en su reemplazo
y, dar las respectivas orientaciones del mismo. Directamente no fuí elegido
para dirigir dicho taller, sino que una vez tomé la vocería del mismo, los
talleristas asistentes con sus amables gestos de aprobación, me dieron la
confianza de continuar en ese propósito. De esta manera me embarqué
entonces en esa empresa de participar en el control de las intervenciones.
1. La Lluvia;
2. EL Duende;
3. La Piedra y,
4. La Luna Llena.
Manifiesto que fué muy gratificante para mí haber tenido esta oportunidad
de ocuparme de la Dirección de este taller, el que intenté conducir gracias a
la experiencia adquirida ya en los talleres anteriores orientados por
JAVIER TAFUR. Confieso que fueron esas iniciativas de JAVIER las
que me sirvieron de punto de referencia para desenvolverme en dicho
evento de la creatividad. Y este contacto experimental me llevó a concluir
sobre la importancia que reviste que cada uno de los talleristas nos
encaminemos en ese proyecto de dirigir un taller no solamente para suplir
una ausencia, sino más bien para asumir un aprendizaje que permita tanto
la capacitación como la promoción de futuros talleres en la Universidad o en
otros ámbitos.
Valga decir, que me gusta de un taller literario esa disposición tan humana
y desinteresada de intentar ofrecer un producto literario que sería imposible
su aparición sin la impronta del armisticio con la literatura. Solamente así es
explicable el ánimo o el aliento puesto por los talleristas para hacer los
esfuerzos necesarios que garanticen el disfrute de un acto creativo y feliz.
Reitero que es una actitud con pleno sentido vital el hecho simple de entrar
en conversación fraterna con los talleristas, participar de sus inquietudes,
exquisiteces y, sobre todo incorporarse a esa tierna tarea de soñadores que
tan solo aspiran descubrir la grandeza del universo en las simplicidades de
los aconteceres cotidianos.
Declaro, pués, que son innúmeras las satisfacciones que rondan las
fronteras de mi ser al haberme integrado a este taller, que por encima de
constituirse en un sano ejercicio mental o en un proyecto de vida, es con
mayor razón una propuesta eficaz para ver la otra cara de una realidad que
trasciende mas allá de nuestros ojos y de nuestras propias palabras.