Crisis Del 29

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

Crack 1929, la mayor quiebra del mercado bursátil de la historia

La crisis económica iniciada el mes de octubre de 1929 constituye uno de los hechos
históricos más trascendentales de la primera mitad del siglo XX. La bolsa de valores de
Wall Street sufrió en esas fechas una estruendosa caída. El jueves 24 de octubre, el Dow
Jones descendió hasta uno de sus niveles más bajos alcanzados desde 1800. La bajada de
los precios de las acciones llevó a la ruina a millares de inversores. Relevantes hombres de
negocios y pequeños accionistas se vieron afectados por igual. Las empresas y bancos se
hundieron. El pánico se desató entre la población.

La policía se vio obligada a clausurar la bolsa. Los inversores acudían despavoridos a las


sedes bancarias que, sabedoras de la bancarrota que se avecinaba, cerraban sus puertas,
incapaces de dar respuestas congruentes a sus hasta ese día ‘mimados clientes’. La caótica
situación se saldó con el salto al vacío de no pocos poderosos hombres de negocios que,
ante su descalabro financiero, se lanzaban desde los rascacielos que ocupaban sus sedes
empresariales. Millones de ciudadanos fueron irremisiblemente condenados al paro. Las
bajadas bursátiles no cesaron hasta el mes de enero, cuando se tocó fondo. Estados Unidos
se sumió en la denominada Gran Depresión, que duraría más de una década.

Se había desatado la que, con el paso del tiempo, se ha considerado la mayor crisis
financiera de la historia del capitalismo. Su eco sin precedentes alcanzó a las naciones más
dependientes de EE.UU., como Japón, América Latina y Europa.

Destacamos las claves del día más negro de la economía mundial:

Antecedentes. El fin de la Primera Guerra Mundial dio paso a un decenio de dinamismo


económico en los sectores industriales y empresariales de EE.UU. La economía
norteamericana materializó un desarrollo espectacular, convirtiéndose en la primera
potencia mundial. De forma paralela lo hacía Japón en Oriente. Las principales naciones
dependían económicamente de ambas, hasta que llegó un momento en que Europa
endeudada se vio obligada a suspender sus compras. Los sectores agrario y ganadero fueron
los más perjudicados. Algunos productores intentaron frenar la caída de ventas aumentando
la producción y el rendimiento. Eso conllevó una mayor oferta de productos en el mercado
y una consecuente bajada de los precios. EE. UU no tenía donde colocar su excedente.
Causas. En medio de la prosperidad de los ‘felices’ años 20, acarreadores de un boom
especulativo que llevó a miles de norteamericanos a invertir alocadamente en el mercado de
valores, empezaron a surgir signos de debilidad. A finales de la década, los brokers
prestaban rutinariamente a los pequeños inversores ingentes cantidades de dinero. La
especulación era moneda de cambio en el mercado bursátil y las acciones llegaron a
alcanzar cuotas inverosímiles. La burbuja económica apareció en escena. El promedio PER
(Price to Earnings Ratio, ratio de precio en función de los ingresos de la empresa) de las
acciones del índice Standard&Poors alcanzó un promedio muy por encima de las medias
históricas: el 32’6 en septiembre de 1929.

El día del crack. El 24 de octubre el Dow Jones cayó en picado y los inversores dominados
por el pánico se lanzaron a vender sus acciones en tropel. Los inversores se habían
endeudado por la vía del crédito, los beneficios empresariales se estancaron y los bancos
empezaron a tener problemas. Cuarenta bancos quebraron, y los entusiastas clientes de
antaño, temerosos de perder sus depósitos, los retiran presurosos. Las entidades no pueden
recuperar los préstamos concedidos a los especuladores bursátiles ni aquellos otros
invertidos a largo plazo en la industria. Cerca de cien mil empresas quebraron. Millones de
trabajadores fueron despedidos.

La reacción gubernamental. El republicano Hoover, al frente del gobierno, consideró la


crisis pasajera y le pareció innecesaria la intervención del Estado para recuperar el
equilibrio económico. Su pasividad es pronto castigada. En aquel año el 25% de la
población activa se hallaba en paro.

Cuatro años después en las elecciones presidenciales de 1932 los ciudadanos votan al
candidato demócrata Franklin D. Roosevelt. Su gobierno, mediante el programa conocido
como ‘New Deal’, aplica unas enérgicas medidas dirigidas a poner en marcha la economía
y socorrer a los más necesitados, que son legión.

Roosevelt, la gran esperanza demócrata, consigue tras largos esfuerzos relegar al olvido
(casi) aquel jueves que aún hoy permanece en la memoria del capitalismo como una
advertencia de lo que puede llegar a ocurrir.

También podría gustarte