Programa de Psicomotricidad 2020

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PROGRAMA DE

PROGRAMA DE INTERVENCION

PARA EL DESARROLLO
PSICOMOTOR
“Disfrutamos con el movimiento”

ROGRAMA DE

INTERVENCIÓN PARA EL
Vacaciones útiles 2020

TÍTULO: PROGRAMA DE INTERVENCIÓN PARA EL DESARROLLO MOTOR


“Disfrutamos con el movimiento”
TERAPEUTA: PATRICIA ORTIZ

RESUMEN:
La psicomotricidad es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo del niño, por
ello es necesario trabajarla en todos sus ámbitos. Tiene como finalidad el desarrollo de
competencias motrices, cognitivas y afectivo-sociales.
A lo largo de la historia han existido autores que han investigado sobre la relevancia de
la psicomotricidad respecto a otros aspectos humanos cognitivos o sociales, pasando de
ser considerada como un método terapéutico a una metodología multidisciplinar.
Este concepto es de gran importancia tanto en la etapa de educación infantil como en la
educación primaria puesto que, gracias a esta, se beneficia el dominio, el conocimiento
y empleo del cuerpo en relación al entorno y a la propia persona.

En el programa de intervención “Disfrutamos con el movimiento” se desarrollan


sesiones con el objetivo de favorecer la prevención de posibles problemas y la mejora
de la psicomotricidad, teniendo en cuenta, en todo momento, las limitaciones que
presentan los dos alumnos a los que se destina dicho programa.
Desarrollo motor, psicomotricidad fina, psicomotricidad gruesa, intervención, currículo
carolina.
MARCO TEÓRICO.
Concepto de psicomotricidad.
La psicomotricidad es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo del niño
y la práctica.
La práctica psicomotriz debe ser entendida como un proceso de ayuda que
acompañe al niño en su propio itinerario madurativo, que va desde la expresividad
motriz y el movimiento hasta el acceso a la capacidad de descentralización (Arnaiz,
Rabadán y Vives, 2001).
Actualmente, el campo semántico de la psicomotricidad es muy confuso y ambiguo
debido a la diversidad de acepciones que se utilizan.
La palabra psicomotricidad está formada por el prefijo “psico”, que hace
referencia a la actividad psíquica con los parámetros cognitivo y afectivo, y
“motricidad”, que está relacionado con el movimiento puesto que deriva de la palabra
motor. Por lo tanto, la psicomotricidad estudia la relación existente entre las funciones
mentales y los movimientos.
En definitiva“, La motricidad es la ejecución del movimiento, y está ligada a
mecanismos localizables del cerebro y en el sistema nervioso. Sin embargo, la
palabra
psicomotricidad comprende a la persona en su totalidad, implica aspectos
motores y
psíquicos, entendiendo estos últimos en sus vertientes cognitiva y emocional, y
teniendo
en cuenta que la persona está dentro de la sociedad en la que vive, por lo que
necesariamente hay que contemplar también los factores sociales”

Elementos de la psicomotricidad.
Dentro de la educación psicomotriz encontramos siete elementos de base que
influyen en el desarrollo evolutivo de los niños y niñas: percepción, motricidad,
lateralidad, equilibrio, esquema corporal, espacio, tiempo y ritmo (Pérez, 2004).
Tras el análisis de las definiciones sobre educación psicomotriz entendemos que el
objetivo principal de esta es favorecer la relación entre el niño y su y medio, realizando
actividades perceptivas, motrices, de lateralidad, de equilibrio, de elaboración del
espacio-tiempo y del esquema corporal, considerando los intereses y necesidades del
niño.
1. Percepción sensoriomotriz.
Se considera la percepción sensoriomotriz en relación con el desarrollo del
movimiento, centrándonos concretamente en la percepción visual, que se desarrolla a
partir de ejercicios de coordinación óculo-motriz, de percepción figura-fondo, de
percepción de la posición y de las relaciones espaciales, de discriminación de formas y
de memoria; en la percepción táctil, que se fomenta a partir de la conciencia del cuerpo
y del desarrollo de la prensión; y la percepción auditiva, que se trabaja mediante
ejercicios de discriminación auditiva o concentración de memoria.
2. Coordinación motriz.
El desarrollo de los movimientos depende de la maduración y del tono, factores que
se manifiestan por el control postural.
La coordinación motriz supone el correcto control tónico de la musculatura
implicada en cada movimiento.
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En la ejecución motriz intervienen factores como soltura, torpeza, hipercontrol,
rigidez, impulsividad, etc. Un equilibrio entre coordinación y disociación nos indica la
edad motriz del sujeto, su maduración, estado de ánimo, topología y comportamiento.
Dentro del desarrollo de la motricidad, se pueden clasificar cinco tipos de
movimientos que se definen a continuación (Johanne, 2005):
1) Movimientos locomotores o automatismos que son movimientos gruesos o
elementales que ponen en función al cuerpo en su totalidad.
2) La coordinación dinámica exige la capacidad de sincronizar los movimientos de
diferentes partes del cuerpo.
3) La disociación es la posibilidad de mover voluntariamente una o más partes del
cuerpo, mientras las otras ejecutan un movimiento diferente o permanecen
inmóviles.
4) La coordinación visomotriz consiste en la capacidad de integrar el movimiento
corporal y el sistema visual, es decir, la acción de las manos realizada en
coordinación con los ojos.
5) La motricidad fina consiste en la posibilidad de manipular los objetos ya sea con
movimientos de los dedos o con toda la mano.
3. Lateralidad.
La lateralidad es el conjunto de predominancias laterales al nivel de los ojos, manos
y pies.
Según Le Boulch (1986) en la lateralidad influyen dos aspectos. Por un lado, la
maduración de los centros sensitivos de ambos hemisferios cerebrales y por otro el
dominio motor de los segmentos derecho e izquierdo.
4. Equilibrio.
El equilibrio consiste en la capacidad para vencer la acción de la gravedad y
mantener el cuerpo en la postura deseada, lo que implica dominio corporal, reflejos,
interiorizar el eje corporal y una equilibrada postura.
Según Comellas & Perpinyá (1987) el equilibrio se define como “la capacidad de
vencer la acción de la gravedad y mantener el cuerpo en la postura que deseamos, sea
de pie, sentada o fija en un punto, sin caer” (cit. Conde & Viciana, 2001, 53).
5. Esquema corporal.
El desarrollo del esquema corporal está asociado, por una lado, a las vivencias que
el niño va teniendo durante su vida, y por otro, a la maduración nerviosa, regidas por
dos leyes psicofisiológicas válidas, antes y después del nacimiento. Estas leyes son
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(Vayer, 1977), la céfalo-caudal y la próximo-distal. En la primera, el desarrollo se
extiende a través del cuerpo desde la cabeza hasta las extremidades; y en la segunda el
desarrollo procede desde el centro hacia la periferia a partir del eje central del cuerpo.
Según Vayer (1977), estas leyes pasan por un proceso que siempre es el mismo, es
decir, las etapas del esquema corporal, que son cuatro:
1) Periodo maternal (desde el nacimiento hasta los dos años). El niño pasa de los
primeros reflejos a la marcha, logrando los primeros movimientos coordinados y la
primera toma de conciencia de su cuerpo, y esto a través de un diálogo tónico
madre-hijo, muy cerrado al principio y luego cada vez más suelto, pero siempre
presente.
2) Periodo global de aprendizaje y del uso del sí (de 2 a 5 años). A través de la acción,
la manipulación y la prensión se hacen cada vez más precisas, estando asociadas a
los gestos y a una locomoción cada vez más coordinada de su cuerpo.
3) Periodo de transición (de 5 a 7 años). El niño pasa del estadio global y sincrético al
de la diferenciación y análisis. La asociación de las sensaciones motrices y
cenestésicas a los otros datos sensoriales, especialmente visuales, permiten pasar
progresivamente de la acción del cuerpo a la representación. Entonces se consigue:
el desarrollo de las posibilidades de control postural y respiratorio, la afirmación
definitiva de la lateralidad, el conocimiento de la derecha y la izquierda y la
independencia de los brazos con respecto al tronco.
La presencia del adulto sigue siendo un factor importante.
4) Elaboración definitiva del esquema corporal (de 7 a 11-12 años) En esta etapa se
desarrollan y consolidan las posibilidades de relajación global y segmentaria, la
independencia de los brazos y piernas con relación al tronco, la independencia de la
derecha respecto a la izquierda, la independencia funcional de los diversos
segmentos y elementos corporales y la transición del conocimiento de sí, al
conocimiento de los demás, esto tiene como consecuencia el desarrollo de las
diversas capacidades de aprendizaje así como la relación con el mundo exterior,
ahora el niño tiene los medios para conquistar su autonomía.
La relación que mantuvo con el adulto durante todo este proceso se irá haciendo
cada vez más distante hasta llegar a la cooperación y a compartir las
responsabilidades con ellos.
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6. Orientación espacial.
La orientación espacial para Tasset (cit. Pérez, 2004, 22) “es el conocimiento de los
otros y de los elementos del entorno a través del referente del yo”.
Los ejercicios para la elaboración del espacio tienen su punto de partida en el
movimiento, por lo que influyen indirectamente en su desarrollo la lateralidad y el
esquema corporal.
7. Tiempo y ritmo.
Por último, el tiempo y ritmo se elabora a través del movimiento que introducen un
orden temporal por su contracción muscular.
Ambos términos están íntimamente relacionados ya que el ritmo supone la
realización de los estímulos que secuencian y dividen el tiempo en unidades y dependen
de la regularidad con la que se repiten.
2.3.Áreas de la psicomotricidad.
Por último, dentro del concepto psicomotricidad podemos distinguir dos grandes
áreas: la psicomotricidad gruesa y la fina.
La primera de ellas hace referencia al control del propio cuerpo, especialmente a los
movimientos amplios y globales. Es decir, acciones realizadas con el cuerpo en su
totalidad como caminar, correr, saltar, girar…
Dentro de esta área podemos distinguir entre dominio corporal dinámico, entendido
como la capacidad para mover partes del cuerpo partiendo de una sincronización de
movimientos y desplazamientos. Se puede trabajar con el niño elementos como la
coordinación en general, el equilibrio, el ritmo y la coordinación visomotriz; y el
dominio corporal estático que hace referencia a actividades motrices que llevan al niño
a interioriza el esquema corporal como la tonicidad, el autocontrol, la respiración y la
relajación.
Por otro lado, la psicomotricidad fina, como ya se mencionó anteriormente, está
relacionada con tareas que necesitan una mayor coordinación y precisión. Dentro de
esta se trabaja la coordinación viso-manual, la fonética y la motricidad gestual y facial.
2.4. Instrumentos de evaluación

movimiento”

PROGRAMA DE
INTERVENCIÓN PARA

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