Cuestionario 7 - Historia Argentina UBA

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Cuestionario 7.

Alfonsín y Menem
Este es el último cuestionario y se responde con los textos de Ortiz y Schorr, Castellani
y Gaggero, y con el libro de Míguez.

1) Explicar qué política adoptó el gobierno de Raúl Alfonsín respecto de la


deuda externa tomada por la dictadura militar

Raúl Alfonsín de 1983 quien asumió con una gran crisis económica que incluía
inflación, incertidumbre, especulación, gran déficit fiscal y deuda externa. Los
conceptos que caracterizaban a la economía Argentina, por ese entonces, incluían
estancamiento y fuerte vulnerabilidad externa. El gobierno constitucional intentó, en
principio, continuar con la política salarial expansiva iniciada durante la retirada militar
y negociar una salida política al sobreendeudamiento. No obstante, “en 1985 terminó
por aceptar las reglas de los acreedores para renegociar la deuda externa, pero
adoptó un programa heterodoxo de estabilización”. El Plan Austral aplicado por la
administración radical fue parte del programa heterodoxo. Combinó medidas como el
congelamiento de precios y salarios, la desindexación de la economía y la creación de
una nueva moneda, con otras de corte ortodoxo, que apuntaban a resolver los
problemas estructurales de la economía como, por ejemplo, un excesivo gasto público,
la emisión espuria de moneda, el proteccionismo y los subsidios. Con respecto a la
deuda externa, el pago de los servicios consumía altos montos de los ingresos del
Estado. El endeudamiento llegó a U$S 45.000 millones, el equivalente a 5 años de
exportaciones. Por ello se buscó la refinanciación de la deuda, que a cambio exigía
por parte del FMI la adopción de políticas orientadas a un aumento en la capacidad
inmediata de pago de los servicios de la deuda. Básicamente significaba establecer
medidas de ajuste al gasto público, mayor recaudación impositiva y adquisición de
nuevos créditos externos. La crisis de la deuda, entonces, condujo a una espiral
inflacionaria cuando el Gobierno no pudo adoptar medidas lo suficientemente
correctivas.

2) Analizar las causas del proceso hiperinflacionario de 1989

Las causas de la hiperinflación fueron múltiples, entre ellos, tuvieron especial


relevancia la crítica situación del balance de pagos, la exacerbación de la puja por la
distribución del ingreso, el comportamiento especulativo de importantes sectores
económicos y el encadenamiento de aceleraciones crecientes de la inflación y
periodos de estabilización cada vez más cortos y limitados en el pasado
inmediato. A ello contribuyó también una errática política de contención por parte del
gobierno A comienzos de 1989 las expectativas inflacionarias crecieron, colaboraban
para ello causas tanto económicas como políticas. El Banco mundial, en vista de las
dificultades, suspendió los desembolsos prometidos. Los tenedores de depósito en
dólares comenzaron a acudir a los bancos en busca de sus fondos. Durante los
últimos días de enero, se produjo una corrida especulativa contra el austral y el Banco
Central vendió 900 millones de dólares en quince días, tratando de defender el valor
de la moneda, en una estrategia altamente discutible. El intento del gobierno por
preservar el valor del austral concluyó en un fracaso. A estas dificultades en el sector
externo se sumaron los vencimientos de la deuda del tesoro, lo que complicaba el
manejo monetario. El 6 de febrero de 1989, las autoridades monetarias ya no
contaban con suficientes reservas para intervenir en el mercado cambiario por lo que
procedieron a reorganizarlo nuevamente abriendo dos segmentos con precios
regulados para exportaciones e importaciones respectivamente y un tercero libre para
operaciones financieras. En los hechos, la reorganización del mercado cambiario
significaba una devaluación encubierta. Se inició entonces, una fuerte fuga de
capitales, que fue calificada como el golpe económico más importante desde el retorno
de la democracia. La burbuja especulativa fue imparable, la cotización del dólar libre
se disparó, incrementando la brecha cambiaria entre ambos mercados y reforzando la
corrida cambiaria. A su vez los precios comenzaron a acompañar la evolución del
dólar, por lo que se ingresó en un proceso hiperinflacionario.

3) ¿Qué fue el denominado Consenso de Washington? ¿Qué proponía para


América Latina?

El consenso Consistió en un conjunto de 10 fórmulas que en opinión del economista


John Williamson constituían el programa de reformas estandarizadas que debían
aplicar países en desarrollo para solucionar situaciones de crisis de deuda externa.
Así, a través del mismo se procuró en 1989 implementar un modelo supuestamente
más estable y abierto para países de América Latina con problemas de deuda externa.
A continuación, se enuncian las mencionadas fórmulas que fueran propuestas:
a) Disciplina en materia fiscal.
b) Reorganización del gasto público aplicado en subsidios, hacia puntos clave para el
desarrollo.
c) Reforma tributaria tendiente a la ampliación de la base imponible y la adopción de
determinados tributos.
d) Determinación de las tasas de interés por el mercado.
e) Tipos de cambio competitivos.
f) Liberación del comercio.
g) Liberación de las barreras a la inversión extranjera directa. h) Privatización de
empresas estatales.
i) Desregulación y supervisión prudencial de entidades financieras.
j) Seguridad jurídica para los derechos de propiedad.

4) Caracterizar la política económica neoliberal llevada adelante durante el


menemismo (1989-1999). Explicar por qué implicó profundizar la dependencia de
la Argentina respecto de las potencias internacionales.

La política económica neoliberal llevada adelante por el menemismo se caracteriza por


la implementación de medidas política cambiara y monetaria, medidas económicas de
ajuste y privatización de las principales empresas públicas para hacer frente al déficit
fiscal, si bien estas medidas fueron exitosas en un principio con el paso del tiempo se
tradujeron en fuertes distorsiones sobre los precios relativos, afectando severamente a
la industria local y llevando al país a la recesión.
La adopción de la convertibilidad significó la imposibilidad de utilizar la política
cambiaria como instrumento de modificación de los precios relativos y de intervención
directa en el proceso de asignación de recursos. Ante las reiteradas situaciones
hiperinflacionarias de fines de los años ochenta y principios de los noventa, el gobierno
consideró que la fijación por ley de la paridad la nominal, la convertibilidad monetaria
plena y la subordinación de la emisión a los resultados obtenidos en el balance de
pagos, era la mejor forma de generar confianza entre los principales agentes
económicos con respecto a la continuidad de la política económica en general, y de la
pauta cambiaria en especial. Sin embargo, esta situación limitó considerablemente la
posibilidad de mejorar el nivel de competitividad de la producción nacional, ya que, al
no poder modificar el tipo de cambio, la única manera para mejorar la inserción de los
productos locales en el mercado mundial eran aumentar la productividad del capital
(incrementando la inversión en tecnología) y del trabajo (aumentando la explotación de
mano de obra).
Según los defensores locales del paradigma neoliberal, la confianza de los inversores
podría sostenerse en tres pilares: la credibilidad del compromiso gubernamental de
mantener las políticas implementadas, la factibilidad de financiar los desequilibrios en
el corto plazo, y la posibilidad de producir transformaciones estructurales (sobre todo
en cuanto a la inversión y a las exportaciones) que permitieron el financiamiento
genuino en el largo plazo.
El plan de estabilización obtuvo en lo inmediato resultados exitosos en el control de la
inflación y el aumento en los niveles de actividad. Asimismo, gracias a los ingresos
provenientes de la privatización de las principales empresas públicas, se logró
mantener equilibradas las cuentas fiscales durante los primeros tres años. Ante estos
éxitos iniciales, el gobierno consideró innecesario debatir acerca de la posibilidad de
retomar el control de la política cambiaria y monetaria.
En este marco, la reestructuración productiva fue orientada por tres programas de
reformas sustanciales basadas en las leyes de Reforma del Estado y Emergencia
Económica y en sintonía con los lineamientos propuestos por el Consenso de
Washington: apertura comercial y financiera, privatización de las empresas públicas y
desregulación de los mercados de bienes y servicios.
Pero si bien la estrategia antiinflacionaria resultó exitosa, produjo al mismo tiempo
fuertes distorsiones en los precios relativos locales, por ejemplo, los precios al
consumidor crecieron a tasas más elevadas que los mayoristas debido al aumento de
las tarifas de los servicios públicos privatizados, los precios agropecuarios crecieron a
tasas más elevadas que los industriales, y los nacionales más que los importados. Por
otra parte, hubo fuertes modificaciones de las rentabilidades relativas de los sectores
productores de bienes no transables y de los transables, ya que los primeros, al no
estar sometidos a la competencia, presentaron rentabilidades operativas mucho
mayores.
Mientras la expansión del PBI pudo sostenerse con ingreso de capitales extranjeros y
privatización de empresas públicas, se mantuvieron los éxitos iniciales del plan, pero
luego de la crisis mexicana de diciembre de 1994, y ante el reflujo de los capitales
financieros hacia mercados más seguros, se hicieron evidentes las limitaciones
propias del modelo implementado y sus adversas consecuencias sobre el tejido social,
que se fueron agravando progresivamente. En efecto, lejos de reconocer estos
primeros límites de la política económica, los gobiernos que se sucedieron entre 1995
y 2001 terminaron por agudizarlos, deprimiendo cada vez más el consumo interno,
recurriendo al endeudamiento externo y favoreciendo la propagación de los diversos
mecanismos de valorización financiera del capital, especialmente al final de la década.
En efecto, si bien el PBI se expandió notablemente durante los primeros años, a partir
de 1999 registra una fuerte declinación que se extiende hasta 2001 y que marca el
inicio de una aguda fase recesiva.
Estas medidas detalladas anteriormente implicaron profundizar la dependencia de
Argentina con las potencias internaciones debido a que nuestra industria local se vio
severamente afectada, muchas empresas locales cerraron, se privatizaron empresas
nacionales, las empresas extranjeras que invertían en Argentina llevaban sus
ganancias a sus países de origen, se incrementaron las importaciones, el país
comienza a financiar la deuda externa y afronta el déficit de la balanza de pagos
tomando créditos del exterior endeudándose cada vez más, y finalmente frente al
quiebre de la convertibilidad al ser insostenible la paridad 1USD=1ARS la deuda
contraída por Argentina con el exterior termina siendo mucho mayor, incrementándose
de esta manera la dependencia de nuestro país con las potencias internacionales.

5) Vincular la política económica con la política exterior llevada adelante


durante los dos gobiernos de Carlos Menem
Teniendo en cuenta lo expuesto en la respuesta de la pregunta 4 de este cuestionario,
se puede decir que la política económica se relaciona con la política exterior durante
estos periodos porque las primeras se aplicaron con foco en poder frenar la inflación y
el déficit en la balanza de pagos producido por el incremento de las importaciones y
caída de las exportaciones, por otra parte, las inversiones de capital extranjero y la
apertura de las importaciones con el objetivo de terminar con la inflación no fue una
apertura ordenada, sino más bien una invasión descontrolada de bienes extranjeros
que ingresaban al país compitiendo con la producción local de manera atroz y
desigual, se produjo un avance del capital extranjero que colocó gran parte de sus
inversiones productivas en la compra de activos fijos nacionales, se implicó un
debilitamiento de las cuentas externas y una pérdida del ahorro nacional que se volcó
hacia el mercado externo, agudizaron el grado de extranjerización de la estructura
productiva y contribuyendo a reprimarizar el perfil del sector industrial sin dar lugar a la
creación de bases industriales.

6) ¿Cuáles fueron las consecuencias de la aplicación durante 10 años de la


convertibilidad establecida por Domingo Cavallo?
Consecuencias de la aplicación de la convertibilidad establecida por Cavallo:
· Fuertes distorsiones sobre los precios relativos locales (los precios al consumidor
crecieron a tasas más elevadas que los mayoristas debido al aumento de las tarifas de
los servicios públicos privatizados, los precios agropecuarios crecieron a tasas más
elevadas que los industriales, y los nacionales más que los importados) lo cual afectó
severamente a la industria local limitando considerablemente la posibilidad de mejorar
el nivel de competitividad de la producción nacional frente a los productos importados
del exterior.
· Frente a un tipo de cambio fijo, para obtener ganancias, las empresas nacionales se
encontraron inmersas en la necesidad de inversión en tecnología y del trabajo
aumentando la explotación de mano de obra, aquellas empresas que no pudieron
afrontar esta situación ni ser competitivas contra los bienes importados muchas
empresas locales se vieron obligadas a cerrar sus puertas o ser vendidas a firmas
extranjeras, se privatizaron las principales empresas nacionales.
· Hubo fuertes modificaciones de las rentabilidades relativas de los sectores
productores de bienes no transables y de los transables, ya que los primeros, al no
estar sometidos a la competencia, presentaron rentabilidades operativas mucho
mayores.
· Las empresas extranjeras que invertían en Argentina llevaban sus ganancias a sus
países de origen dando lugar a la caída del PBI, es decir del nivel de actividad del
país.
· Debido a la explotación de mano de obra y aumento de desempleo se fue deprimiendo
cada vez más el consumo interno, produciendo caída del PBI y dando lugar a la crisis
recesiva.
· Se incrementaron las importaciones y cayeron las exportaciones (por la pérdida de
competitividad de los productos nacionales frente a los importados) por lo cual se
elevó el déficit en la balanza comercial produciendo de esta manera un aumento
considerable del endeudamiento externo frente a la necesidad de regularizar la
balanza de pagos, además este endeudamiento se incrementó por los créditos del
exterior que tomó el país para financiar su propia deuda externa, profundizándose de
esta manera la dependencia de Argentina con las potencias internaciones y dejando
una Argentina muy endeudada con el sector externo y una moneda devaluada,
afrontando una invasión descontrolada de bienes extranjeros que ingresaban al país
compitiendo con la producción local de manera atroz y desigual, se produjo un avance
del capital extranjero, se agudizó el grado de extranjerización de la estructura
productiva y se contribuyó a reprimarizar el perfil del sector industrial sin dar lugar a la
creación de bases industriales llevando al país a la recesión.
7) ¿Por qué puede afirmarse que el gobierno de la Alianza (1999-2001)
representó una continuidad el modelo dependiente y neoliberal?

El gobierno de De la Rúa, dispuso de escasa libertad para corregir e intervenir sobre el


rumbo económico. Las últimas medidas del gobierno de Menem contribuyeron a
complicar la situación: aumentó el endeudamiento y el gasto público, asumió
compromisos a largo plazo con empresas, gobernadores y sindicatos, y aprobó la “ley
de responsabilidad fiscal”, que estableció un compromiso para reducir
progresivamente el déficit.
El aumento del riesgo país como consecuencia de las políticas económicas tomadas
en los años anteriores, obligaba a refinanciar la deuda a intereses más altos. En el año
2000 los intereses de la deuda bordeaban el 15% del presupuesto nacional, mientras
en 1990 eran de apenas el 5%. A pesar de la extensión de las privatizaciones, durante
la década del 90 el endeudamiento creció en 100.000 millones. Por eso, los
acreedores y los organismos internacionales de crédito no tardaron en presionar a De
la Rúa.
Durante la campaña electoral, De la Rúa ya había garantizado la continuidad del
régimen de convertibilidad, ya que era un factor muy difícil de cambiar, sobre todo por
tres aspectos: a) la gran popularidad de la paridad 1$=1u$s en la opinión pública,
poniendo fin a la inflación; b) la alta dolarización de los depósitos y de los pasivos,
tanto públicos como privados; c) la oposición peronista en el Senado y la presión de
los grupos económicos financieros y de servicios, locales e internacionales.

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