Asfixia Por Ahorcamiento

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

15

DE MAYO DE 2018

ALUMNO: ELIZABETH CACHO BAEZA

Introducción

Vista desde la etimología, la palabra “autopsia” proviene del griego “autos” que significa uno
mismo y “opsis” que significa vista, por lo que corresponde al hecho de ver por uno mismo o ver
por nuestros propios ojos. Ahora esta palabra la definimos como el examen anatómico, que de
forma minuciosa se le hace a un cadáver con el fin de conocer las patologías que tuvo en vida
ademas de la causa de muerte.

La autopsia y tipos de autopsia

La palabra “autopsia” proviene del griego y significa la acción de ver por los propios ojos, con
dos acepciones: examen anatómico de un cadáver y examen analítico minucioso. Es un
procedimiento médico que emplea la disección, con el fin de obtener información privada
anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad que sufrió
en vida el sujeto y que permite formular un diagnóstico médico final o definitivo para dar una
explicación de las observaciones clínicas dudosas y evaluar un tratamiento dado. Se clasifican
de acuerdo al área en la que se realizan en autopsias clínicas, medico legales o forenses y
psicológicas.

Las autopsias clínicas tienen como fin la realización de este procedimiento a los pacientes que
fallecen por causas desconocidas o por enfermedad, donde la autopsia juega un papel
importante en la verificación diagnostica y los hallazgos morfológicos (accesorios asintomáticos
o sintomáticos) para la correlación clínico-patológica del curso de la enfermedad según la
expresión clínica del paciente. Pueden ser hospitalarias o extra hospitalarias. Algunos de sus
fines son ayudar al avance de la medicina preventiva y diagnóstica y en los tratamientos
farmacológicos, así como determinar la efectividad de los tratamientos, ya que su orientación va
desde la clínica hasta la orientación epidemiológica. Dentro de su realización se dividen en dos
diferentes fases:

• Examen externo. Edad, peso, estatura del cadáver se tienen que conocer de antemano
puesto que son datos orientadores sobre la causa de la muerte. Después se reflejara la
constitución y el estado de nutrición, se deberá anotar cualquier cambio de coloración,
existencia de patología cutánea, cicatrices (recientes o antiguas) o cualquier otro signo
que pudiera dirigir la investigación hacia una enfermedad determinada.

• Examen interno. Se sigue un proceso similar a la autopsia médico-legal. Únicamente


señalar que si se detecta durante el proceso autopsico algún signo que pudiera tener un
significado no natural debe suspenderse inmediatamente la autopsia y poner tal hecho
en conocimiento de la autoridad judicial. Debe actuarse del mismo modo si el hallazgo
tiene lugar durante la práctica de pruebas complementarias.

Las autopsias forenses, por su parte, son un conjunto de actos científicos-técnicos que
contribuyen a la investigación judicial de los procedimientos incoados a consecuencia de:
muertes violentas o sospechosas de criminalidad, muertes en las que no se ha expedido el
certificado de defunción o aquellas en las que se reclame una responsabilidad profesional
sanitaria. Tiene como fines asegurar la realidad de la muerte; aunque sea de forma

excepcional, las primeras comprobaciones que se deben de realizar en un cuerpo deben ir


dirigidas al diagnóstico de la muerte cierta. Averiguar otras circunstancias de trascendencia
penal o civil; hallar vestigios del posible autor de un crimen o establecer un orden de
fallecimiento en posibles casos de conmoriencia, establecer la identidad del fallecido: se trata
de un dato de inestimable valor ya que a partir de él pueden dirigirse las primeras
investigaciones policiales y judiciales, ayudar a identificar a la víctima aportar evidencias
tangibles. Las fases de la autopsia medico legal son:

1. Levantamiento del cadáver: inicia en el sitio donde se encuentra el cuerpo, regulado


por la ley, por medio de medios como la observación, la identificación del cuerpo del
delito, la búsqueda de evidencias, entre otros. En concreto, muchas veces es difícil
precisar el mecanismo de la muerte. No obstante, la recogida de indicios en la escena
de la muerte (como huellas de vehículos, huellas de pies, restos de objetos rotos,
posición del cadáver, manchas de sangre u otros líquidos orgánicos, etc.) junto con los
resultados de las siguientes fases de la autopsia, pueden permitir la reconstrucción del
mecanismo de fallecimiento.

2. Examen externo del cadáver: Tras retirar las vestimentas, se deben efectuar, entre
otras, las siguientes actuaciones: tomar fotografías y hacer diagramas del cuerpo, así
como de las heridas y anomalías congénitas o por enfermedad. Describir cada lesión,
localización anatómica, tamaño, forma, color, trayectoria, características, etc. Recabar
otras pruebas de interés criminalístico, pelos, bordes de las uñas, fibras, barro, polvo y
fluidos corporales. Examinar y recoger muestras, si procede, de los orificios naturales.

3. Obducción o examen interno del cadáver: La disección de los órganos se realiza


básicamente mediante dos métodos: el de Virchow y el de Zenker. En el primero, el
forense extrae las vísceras una a una y las examina por separado. Por el contrario, la
técnica de Zenker consiste en sacar los órganos en masa y separarlos por sistemas
orgánicos. Con independencia del método utilizado, cada autopsia incluye una serie de
pasos que hay que seguir, según el tipo de muerte que se sospeche. La extracción de
órganos comienza con la retirada del cerebro, continúa por el cuello y el tórax, y finaliza
en el abdomen. Las vísceras son pesadas y examinadas por dentro y por fuera.
También se recogen muestras de ellas, para llevar a cabo estudios histológicos y
toxicológicos que ayudan a esclarecer la causa de la muerte.

Casos de autopsia médico-legal obligatoria

• Todas las muertes violentas: homicidios, suicidios, accidentes.


• Muertes súbitas.
• Muerte natural sin tratamiento médico reciente.
• Muerte natural con tratamiento médico, pero ocurrida en circunstancias sospechosas.
• Muertes de madres con abortos sospechosos de ser provocados.
• Productos de aborto sospechoso.
• Víctima del infanticidio.

• Muerte de personas detenidas.


• Muerte de persona en que exista litigio por riesgo profesional.
• Cadáveres para ser inhumados en el extranjero.

Las autopsias fetales son un procedimiento que se realiza en los fetos fallecidos intermedios o
tardíos. Cuenta con criterios biológico; de acuerdo al inicio del periodo fetal, es decir, a partir de
la semana 10 de embarazo. Contiene un criterio de viabilidad; en el cual de consideraría el
segundo trimestre de gestación, por lo tanto hablaríamos de autopsia fetal a partir de las 14
SDG, y un criterio de viabilidad; establece que un feto menor las 22 semanas (500g) no es
viable (se considera biopsia o patología quirúrgica), por lo tanto solo es autopsia si el feto se
encuentra en fase intermedia o tardía.

Las autopsias psicológicas surgen de la necesidad de determinar la etiología medicolegal de


muertes dudosas, donde ni la policía ni el forense tienen suficientes datos para afirmar si se
trata de un accidente, de un suicidio o de un homicidio. Consiste en la exploración retrospectiva
e indirecta de la personalidad de una persona fallecida. Suele ser llevada a cabo, mediante un
trabajo en equipo, por criminólogos, forenses, psiquiatras y psicólogos. Se realiza mediante una
evaluación, tras la muerte del sujeto, de su forma de ser, de su estado mental y de su manera
de comportarse. Para ello, se efectúan numerosos análisis como, por ejemplo, la revisión de las
historias clínicas de los hospitales donde ha estado ingresado, la lectura de notas, cartas o
diarios de su propiedad, la entrevista a personas que le conocieron de cerca (excluidos los
sospechosos de estar involucrados), etc. Hay que tener presente que es una evaluación
indirecta, pues termina con unas conclusiones, expresadas en términos probabilísticos, que
sólo cobran valor al sumarse al resto de las conclusiones policiales y forenses.

Autopsias alternativas

La práctica de autopsias alternativas o análisis póstumo se ha planteado por la resistencia de


los familiares a la realización de la autopsia anatomoclínica clásica, debido a creencias
religiosas o a las deformaciones estéticas que produce en el cadáver, y por la aparición cada
vez más frecuente de enfermedades graves que pueden transmitirse durante su realización
(hepatitis B, C y D, SIDA, etc.). Su puesta en práctica ha sido posible gracias a la aparición de
modernas técnicas de exploración que permiten diagnósticos mucho más exactos.

Autopsia por punciones múltiples: Esta técnica permite, mediante la utilización de agujas de
gran tamaño, la obtención de muestras de los órganos, para su estudio microscópico,
respetando la integridad del cadáver.

Autopsia ecográfica: La ecografía puede utilizarse para guiar punciones y/o aspiraciones de
los órganos, lesionados y no lesionados, del cadáver. Además, la ecografía permite estudiar la
dirección, el trayecto y la profundidad de las lesiones por arma blanca; así como el trayecto, la
afectación de los órganos internos y la localización del proyectil, en las lesiones por arma de
fuego. La ecografía también es útil para la detección de traumatismos cerrados (contusiones,
hematomas, roturas de órganos internos, etc.) en casos de malos tratos o de torturas. Para la

realización de este tipo de autopsia alternativa se precisa de un ecografista experto.

Necrotac o tomografía computarizada postmortem (TAC-PM): En esta técnica se utiliza un


escáner y se efectúan cortes tomográficos de unos 10 mm. Es útil en la detección de lesiones
óseas (vertebrales, costales y craneales) y en la localización de proyectiles y de metralla.
Debido a su alta sensibilidad, permite descubrir lesiones que no son detectadas con la autopsia
convencional. Para la realización de este tipo de autopsia alternativa se precisa de personal
especializado en radiodiagnóstico y de equipos de alto costo.

Necrorresonancia o resonancia magnética post- mortem (RM-PM): Es especialmente útil en


la detección de anomalías en tejidos blandos. Está indicada en estudios postmortem del
cerebro y de la médula ósea, en los que es capaz de detectar múltiples procesos patológicos
como la enfermedad de Alzheimer, la encefalopatía del SIDA o la esclerosis múltiple. También
sirve para estudios de muertes intraútero. Para la realización de este tipo de autopsia
alternativa también se precisa de personal especializado en radio- diagnóstico y de equipos de
alto costo.

Necroendoscopia o autopsia endoscópica: Incluye el estudio endoscópico postmortem de la


cavidad torácica (necrotoracoscopsia) y el de la cavidad abdominal (necrolaparoscopsia). Está
indicada en traumatismos torácicos o abdominales cerrados con rotura de órganos. También
permite la localización y extracción de proyectiles y de metralla. Para la realización de este tipo
de autopsia alternativa se precisa de un fibroscopio y de un endoscopista experto. En
ocasiones, el estado de putrefacción del cadáver no permite su realización.

Técnicas de apertura del cadáver

Se conoce como técnica de autopsia al conjunto de procedimientos operatorios que tienen por
objeto el facilitar la exteriorización y el examen de los órganos que integran el cuerpo del
cadáver, con el menor destrozo posible del mismo. A lo largo de la historia se han propuesto
por numerosos profesionales diferentes técnicas de autopsia. No obstante, las más utilizadas
actualmente son las de Mata y Virchow. Para realizar cualquier técnica de apertura del cadáver,
éste ha de estar colocado en decúbito supino, con un zócalo de madera debajo de la nuca.

Método de Mata

Es el más utilizado en las autopsias médico-legales. Consiste en lo siguiente:

Para la apertura del cráneo, se da un corte a la piel, sin rapar el pelo, que va desde el pabellón
de una oreja hasta el otro. Tras ello, se bascula la piel hacia la cara y hacia la nuca. Una vez
despejado el cráneo, se sierra la bóveda craneal circularmente y, con ayuda de un escoplo en
"T", se separa el casquete óseo obtenido. Para el estudio del cuello, se da un corte transversal
y no muy profundo a lo largo de las clavículas y manubrio esternal, y luego otros dos que parten
de la zona más posterior de la apófisis mastoides de cada lado y se dirigen, de arriba abajo y de
dentro a fuera, al centro de las clavículas, reuniéndose con la incisión transversal. Tras ello, se
ransversa el colgajo hacia arriba (hacia la cara).

Para la apertura del tórax se da un corte transversal, por debajo de las clavículas y paralelo al
que se da para el estudio del cuello, y desde los extremos de esta incisión se sigue cortando la
piel por cada lado del pecho, de arriba a abajo y de dentro a fuera, hasta la cuarta costilla falsa.

Seguidamente, se seccionan las costillas con el costotomo y se sierra el cuerpo esternal.


Finalmente, se bascula el colgajo hacia abajo (hacia los pies). Para la apertura del abdomen, se
da un corte a ambos lados del mismo, que pasa por las crestas iliacas y se curva hacia el pubis,
donde se reúnen las incisiones de ambos lados. Tras ello, se ranversa el colgajo hacia arriba
(hacia el pecho).

Hay una modificación del método de Mata, aún más utilizada, en la que para la apertura
simultánea de las cavidades torácica y abdominal se continúan hacia abajo las dos incisiones
efectuadas para la apertura del tórax, hasta terminar un poco antes del pubis, pero sin llegar a
juntar los cortes de ambos lados. Seguidamente, y tras cortar las costillas, serrar el esternón y
seccionar el diafragma, se reclina todo el colgajo formado, hacia los pies del cadáver.

Método de Virchow

Es la técnica de apertura del cadáver más universalizada. Consiste en lo siguiente:

Para la apertura del cráneo se sigue la misma técnica de Mata. Para el estudio del cuello se
utiliza la técnica de Rodrigo, que consiste en dar un corte transversal a lo largo de las clavículas
y manubrio esternal, y luego un corte medio desde el mentón hasta la horquilla esternal. Tras lo
cual, se ranversan hacia los lados los dos colgajos formados. Para la apertura del tórax y del
abdomen se emplea la técnica de Marco. Ésta consiste en un corte que se extiende desde el
manubrio esternal hasta el pubis, pasando por la izquierda del ombligo. Seguidamente, se
seccionan los cartílagos costales y se desarticulan las clavículas del esternón.

Asfixia: generalidades

La palabra asfixia proviene del griego A (prefijo que indica privación, carencia), y
Sfugmos/Sphyxis, que significa pulso y/o palpito. Etimológicamente Asfixia es la cesación del
pulso o de la palpitación; sin embargo, la correcta acepción medico legal se interpretaría como
la suspensión de los fenómenos respiratorios.
Atribuyese el apelativo de asfixia a la falta de aire y la suspensión completa o en parte de
la respiración. Este fenómeno lleva implícita la falta de oxigeno; por cuanto, pudiera afirmarse
que dicha suspensión de la respiración es causada por la privación completa o parcial, rápida o
lenta de oxigeno. Proceso este conocido como Anoxia.

La asfixia, como hemos expuesto hasta el momento, es una frecuente causa de fallecimiento,
común a no pocos procesos patológicos. Se apellida "mecánica" cuando proviene del
impedimento mecánico de la penetración de aire en los pulmones.
La anoxia o privación de oxigeno puede llegar a producirse cuando las necesidades de oxigeno
de las células del organismo no son cubiertas. Estas necesidades son satisfechas cíclicamente

a través de cuatro mecanismos fundamentales: la ventilación, el vehículo hemoglobina, la


circulación y los intercambios gaseosos. Cualquier impedimento que actué sobre uno solo de
ellos provoca la anoxia, la cual no puede ser vista desde un ángulo generalizador sino desde
sus diversas variantes:

• Anoxia de ventilación: Se produce dada la rarefacción de la atmósfera, o sea, cuando


se respira una atmósfera pobre en oxigeno, lo que causa que disminuya la saturación de
hemoglobina en sangre arterial. Fenómeno conocido como anoxemia. Este tipo de
anoxia también puede ser provocado por obstrucción o compresión mecánica de las vías
respiratorias (asfixias mecánicas y algunas naturales, como: atelectasia pulmonar,
bronquitis, asma bronquial, etc.), por trastornos de la dinámica respiratoria (compresión
torácico-abdominal, neumotórax, pleuresías, enfisemas, parálisis toxicas, etc.) o por
dificultades en los intercambios gaseoso pulmonares, afecciones pulmonares agudas o
crónicas, neumonía, edema agudo del pulmón, esclerosis pulmonares, entre otros tipos
de afecciones.

• Anoxia circulatoria y anoxia de estasis: Estos fenómenos se deben a trastornos de la


circulación mayor o menor, congestión o apoplejía pulmonar, embolias o trombosis de
las arterias pulmonares, insuficiencias cardiacas, etc.

• Anoxia anémica: Es ocasionada por una seria disminución cualitativa o cuantitativa de


la partícula hemoglobina provocada por intoxicaciones por monóxido de carbono (CO) o
por productos metahemoglobinizantes, anemia hipocrómica, hemorragia, etc.

• Anoxia tisular: Es el resultado del descenso de la tensión diferencial arterio venosa de


oxígeno (O2) o de la inhibición de los fenómenos oxidantes intra circulares que impiden
la utilización de dicho oxigeno de la sangre arterial por los tejidos (intoxicación
cianhídrica).

La privación brusca de oxigeno desencadena una serie de trastornos de tipo sensoriales


(desaparición de la sensibilidad), motores (perdida de la motricidad), psíquicos (perdida de
la conciencia), que pueden llegar a ser sanguíneos, hormonales o incluso renales, sin descartar
daños de carácter nervioso o cardiovascular, provocando el sincope anóxico seguido de muerte
en solo algunos minutos. A la compresión del nervio neumogástrico, característica de los
ahorcados, se le atribuye la aparición de equimosis subpleurales y subpericárdicas o manchas
de Tardieu, así como las congestiones pulmonares y las frecuentes complicaciones
neumónicas. El aumento del anhídrido carbónico (hipercapnia) es factor facilitador de
alteraciones térmicas, la glucosuria y trastornos cardiacos, las alteraciones de los reflejos
esfinterianos ano vesicales, la erección del pene y la midriasis.

Las manifestaciones clínicas que puede llegar a presentar un individuo que sufra de privación
de oxigeno o anoxia se dividen en cuatro fases:

1. Fase Cerebral donde dicho sujeto padece trastornos subjetivos, tales como: vértigo,
desvanecimiento, zumbidos en los oídos, estado de angustia, entre otros; pasados un
minuto y medio aproximadamente, sobreviene de manera intempestiva la perdida
del conocimiento, la respiración se torna lenta y se acelera el pulso.
2. Excitación Cortical y Medular: demora unos 2 minutos aproximadamente, aparecen
convulsiones generalizadas en el rostro, en las extremidades y los músculos
respiratorios. Los movimientos peristálticos propician la emisión de orina y la salida de
materias fecales, se activa la secreción de saliva y sudor y, de forma inconsciente,
puede producirse erección y eyaculación. La sensibilidad y los movimientos reflejos
desaparecen progresivamente, el rostro se torna cianótico, el corazón de hace lento en
su ritmo normal y se produce un ascenso considerable de la presión arterial.
3. Muerte de la Respiración: su durabilidad varia entre 1 o 2 minutos el proceso asfíctico
avanza hacia una insuficiencia ventricular derecha que adiciona sus efectos cianóticos a
los de la asfixia
4. La cuarta fase ya centrada explícitamente en el corazón, acelera repentinamente sus
latidos, los cuales se vuelven irregulares y cada vez se hacen mas débiles e
imperceptibles al pulso pero persistentes durante un lapso de tiempo mas o menos
largo. Al concluir, los ventrículos de detienen en diástole, aun cuando las aurículas se
mantienen presentando alguna contracciones.

En general en todas las asfixias es posible observar tres periodos diferentes:


1. Periodo anestésico de corta duración, que lleva rápidamente a la pérdida de
conocimiento
2. Periodo Convulsivo.
3. Periodo asfíctico, en que se observan los trastornos respiratorios, intensa cianosis y
coma.

La asfixia, cuando no es completa, puede no ser la causa de la muerte, sino los trastornos
ocasionados a raíz de ella. El individuo puede presentar serias complicaciones como:
congestión pulmonar, la cual si puede resultar mortal. También puede ocasionarse una
neumonía o bronconeumonía y algunas trascendentes manifestaciones nerviosas que varían
desde convulsiones, amnesia retrograda hasta alteraciones cardiacas.

Por otra parte, las violencias ejercidas en la región del cuello, laringe o tráquea, son capaces de
provocar, por vía refleja, la muerte súbita por inhibición, que sobreviene sin convulsiones ni de
forma agónica, sino por sincope respiratorio y cardiaco.

Asfixia por ahorcamiento

El ahorcamiento puede ser considerado, según la siguiente definición dada por Tardieu:

"Es un acto de violencia en el cual el cuerpo ha sido cogido por una soga o similar por el cuello,
suspendido a un punto fijo y abandonado a su propio peso. El cuerpo ejerce sobre la soga una
tracción suficiente para acarrear bruscamente la pérdida del conocimiento, el paro de la función
respiratoria y la muerte".

Así pues, se nota claramente la diferencia que existe entre ahorcamiento y estrangulación. En
el primer caso la fuerza constrictiva es pasiva y depende del peso del cuerpo suspendido,
mientras que en el segundo caso la fuerza es activa y depende de la fuerza muscular del
estrangulador. Si hacemos excepción de los ahorcamientos judiciales que se practican en
algunos países, podemos decir de manera casi absoluta que el ahorcamiento es siempre
consecuencia de un acto de suicidio, de tal manera que cuando el médico legista llega a la
conclusión de que la muerte es debida a ahorcamiento, toda sospecha de crimen debe ser
desechada. Es evidente que hay que exceptuar aquellos raros casos en que la muerte ha sido
provocada anteriormente, digamos por estrangulación o sofocación y que posteriormente el
cuerpo ha sido guindado por el cuello. Estos casos son los que algunos autores llaman
"suspensión", y son aquéllos en los cuales se cuelga o suspende por el cuello al sujeto ya
muerto en un acto criminal para simular un suicidio. El suicidio por ahorcamiento se observa en
todas las edades a partir de los diez a doce años hasta en viejos de más de noventa años; sin
embargo, parece ser más frecuente entre treinta y sesenta años y con predominio muy grande
del sexo masculino sobre el femenino.
Las ahorcaduras se pueden clasificar en: Completa/Incompleta, según que todo el cuerpo
penda del lazo o que contacte con el plano de sustentación (40-50 %), respectivamente.
Asimismo, pueden clasificarse en simétricas y asimétricas, dependiendo de la posición donde
se coloque el nudo; en las simétricas el nudo está situado en la línea media del cuello,
distinguiéndose entre ahorcadura simétrica anterior y posterior. También pueden clasificarse
como ahorcaduras típicas y atípicas; las típicas se corresponden con aquellas en las que el
nudo ocupa la línea media posterior del cuello. Dependiendo de esta clasificación podemos
encontrar distintos cuadros lesionales.

Fleichman ha estudiado sobre él mismo los síntomas primeros del ahorcamiento. Haciéndose
colgar él mismo por término de medio minuto, describe al principio una sensación de calor en la
cabeza, percepción de ruidos extraños como estallidos, sensación de ver relámpagos, etc. y
sensación de tener las piernas muy pesadas. Naturalmente Fleichman no continuaba más allá
sus experiencias y la suspensión era detenida inmediatamente. Ya en una fase posterior y
después de que sobreviene la pérdida de la conciencia, aparecen convulsiones primero en los
músculos oculares y de la cara, en seguida en los miembros, especialmente en los inferiores en
donde las convulsiones son generalmente muy violentas y finalmente el ahorcado muere.

Cuando el lazo se encuentra situado simétricamente, es decir, el nudo a nivel de la parte


posterior de la nuca, el asa viene a situarse debajo del maxilar inferior, la base de la lengua se
proyecta hacia atrás cerrando las vías respiratorias superiores, pero al mismo tiempo se
produce una compresión sobre los grandes vasos de la base del cuello, especialmente las
carótidas, lo que provoca anemia cerebral. La pérdida de conocimiento es uno de los primeros
síntomas observados; es debida no al hecho de la asfixia misma, sino a esta anemia del
encéfalo, producida por la compresión de los vasos sanguíneos. Cuando la soga no está en
posición simétrica, es decir, que el nudo se halla por delante o por debajo de una de los orejas,
la carótida del lado opuesto y las dos yugulares son comprimidas, mientras que la carótida del
lado mismo queda permeable, de lo cual resulta que en lugar de la anemia cerebral, se produce
una congestión muy intensa, porque la sangre continúa llegando al cerebro, mientras que la
circulación venosa de retorno está interrumpida. La pérdida de conocimiento sobreviene más
tardíamente y la muerte resulta ser aquí producida por la asfixia. De un modo general podemos
decir que cuando el lazo es simétrico, la cara del ahorcado, está pálida y al contrario, hay
cianosis cuando el lazo es asimétrico.

Si se encuentra el cadáver todavía suspendido antes de cortar el lazo, es necesario observar


cuidadosamente la posición del cuerpo, la posición misma del lazo y el punto de fijación de la
soga. Es interesante notar, también, la distancia de los pies del suelo, la longitud de la soga, el
tipo de nudo y su posición, etc. Estos datos son de suma importancia para la investigación
judicial.
La cabeza se encuentra inclinada de lado opuesto al nudo, y como lo más frecuente es que el
nudo esté sobre la nuca, la cabeza se encontrará flexionada sobre el pecho. Si el cadáver está
bien suspendido, los brazos estarán alargados y pegados al cuerpo, con las manos bien
cerradas, los miembros inferiores estarán ligeramente flexionados.

Hemos dicho anteriormente la importancia de encontrar palidez o cianosis de la cara en relación


con la posición del nudo de la soga. Es importante que estas constataciones sean hechas
mientras el cadáver se encuentra suspendido. A veces la lengua está fuera de la boca o se
pueden encontrar equimosis conjuntivales sin que sean debidas a trauma ocular; también
algunas veces se pueden encontrar equimosis puntiformes en el pecho y en los hombros.

El surco está generalmente por encima de la laringe, aunque en algunos casos puede estar
situado debajo de ella y puede ser completo o incompleto, sencillo o doble. Cuando es único, lo
que es infinitamente más frecuente, el surco es la depresión cuyo fondo es suave y blancuzco,
pero si el cadáver ha estado expuesto mucho tiempo al aire, el surco se hace amarillento y
duro. El aspecto del surco varía desde luego según el tipo de lazo y el tiempo que haya durado
el individuo suspendido. En cuanto a la eyaculación que ha sido a menudo tenida por un signo
precoz después de la muerte por ahorcamiento; no debe dársele ese significado ya que
numerosos autores han constatado ese fenómeno precozmente en otros casos de muerte.

Fuera de las lesiones superficiales ya señaladas en el cuello no es excepcional de encontrar


rupturas musculares parciales que se encuentran generalmente sobre la porción anterior del

10

esternocleidomastoideo, con el correspondiente


hematoma. Cuando la sangre se halla coagulada
significa que la hemorragia se produjo todavía en vida
del sujeto. Se encuentra también una equimosis
retrofaríngea producida por el choque de la base de la
lengua y de la laringe contra la faringe; pero esta
lesión así como la fractura de vértebras cervicales, se
ven casi exclusivamente en los ahorcamientos de tipo
judicial. Las lesiones pulmonares son especialmente
de tipo congestivo y a veces encontramos el puntillado
equimótico conocido como manchas de Tardieu,
aunque este autor las describiera como características
de estrangulación, no es así, y pueden encontrarse en
casos de ahorcamiento o muerte por otros tipos de
asfixia. Las lesiones del tubo digestivo son banales y
son también de tipo congestivo y pueden en algunos
casos encontrarse puntillado equimótico en la cara
serosa del intestino. El examen del encéfalo es
interesante cuando no han comenzado los fenómenos
de putrefacción, es decir, cuando la autopsia se hace
en las horas siguientes de la muerte. En este caso es
interesante constatar la congestión o anemia del
cerebro y las meninges, que tienen el mismo
significado que la cianosis del rostro, comparándoles
con la posición del nudo de la soga. Los demás
órganos no presentan en los ahorcados ninguna
lesión especial.

A la hora de realizar el Dictamen, el medico legista


debe tener en cuenta que cuando el ahorcamiento se
produce como forma de suicidio este no constituye un
hecho jurídico; pero en ocasión de producirse este
para disimular un homicidio debe centrar su atención
en las lesiones que se encuentran en la región del
cuello, dígase surco equimotico y demás lesiones
superficiales y profundas que circundan el mismo.

Asimismo, podrá detectar si se ha cometido un


homicidio al examinar las huellas, indicios y evidencias
del hecho; demostrándose, con ayuda de otros peritos
y el equipo técnico imprescindible en estos casos la
exacta etiología del caso en cuestión.

11

La razón fundamental de la autopsia en estos casos es demostrar la existencia de lesiones


propias de la ahorcadura, especialmente las de aquellas que presentan carácter vital, lo que
permitirá excluir un encubrimiento de otro mecanismo lesional. En este trabajo nos centraremos
en las lesiones locales más importantes y discutiremos su posible origen vital o postmortal.

La línea argentina o línea de plata: al diseccionar la piel de la cara anterior del cuello por la
línea media, se observa en su cara interna, una línea blanquecina o pálida que subyace de
forma coincidente con la posición del surco en su cara externa. Esta lesión se debe a un
resquebrajamiento y condensación del tejido celular subcutáneo bajo el surco de la ahorcadura.
Se acepta que no tiene significado vital, estando relacionada con la suspensión prolongada del
cuerpo. En relación con el surco, solo tiene significado vital las manifestaciones histológicas o
bioquímicas de la reacción inflamatoria.

El signo de Martín, consistente en una infiltración hemorrágica en la pared adventicial de la


carótida, es también objetivable por técnicas de imagen, como la Resonancia Magnética
Nuclear, por lo que puede ser muy útil en el futuro como compromiso viable entre una examen
externo y una autopsia en determinados casos en los que el sistema judicial no requiera un
método invasor.

Otras lesiones vasculares que podemos encontrar son el signo de Amussat y el signo de Otto.
El signo de Amussat, cuya presencia no es constante, consiste en un desgarro transversal de la
cara interna de la carótida que se produciría por un mecanismo de elongación. Simonin, lo
describía en tan sólo el 4% de los casos.

El signo de Otto es similar al de Amussat, pero


localizado en la cara interna de la yugular.

En aquellos casos en los que pudieran existir


dudas acerca del origen vital de la ahorcadura,
será preciso recurrir al estudio histológico de estas
lesiones para confirmar la vitalidad o no de las
mismas. Estas lesiones suelen presentar
infiltración hemorrágica cuando son consecuencia
de una suspensión intravital.

La incidencia de lesiones laríngeas se considera escasa, encontrándose amplias diferencias en


los diferentes estudios realizados. Green las describe en el 45,7% de los casos; sin embargo,
solo aprecia hemorragia inequívoca de origen vital en un caso de los 19 estudiados, lo que
explica la variabilidad de las estadísticas.

12

Conclusión

La autopsia médico legal constituye una parte indispensable del sistema judicial por medio de la
oportunidad que brinda al conseguir un diagnostico de muerte y la determinación del delito,
pudiendo en su gran mayoría determinar los hechos y el agresor. Es un procedimiento de
investigación cientifica y legal que brinda la resolución de “misterios” en casos de muertes
sospechosas, motivo por el cual deberia ser mejor vista la realización de la autopsia en la
sociedad. El ahorcamiento en su mayoria es un acto de suicidio que deja patrones de
confirmación en el cadaver, este tipo de signos ayudan al médico legista a establecer el
diagnóstico del tipo de asfixia diferenciandolo de otros tipos como la estrangulación y la
sumerción.

Referencias

1. García-Espinosa B. Generalidades sobre las autopsias 2008. EJAutopsy:1;4-18.


2. Sibon-Olano A, Martinez-Garcia P., Palacios Granero R., Romero-Palanco J. Muerte por
ahorcadura. 2005. Cuadernos de medicina forense: 40;1-2.
3. Green H, James RA, Gilbert JD and Byard RW. Fractures of the hyoid bone and
laryngeal cartilages in suicidal hanging. J Clin Forensic Med. 2000; 7 (3):123-126.
4. Leonidad-Poveda. Estudio médico legal de las causas de asfixia mecánica. Act Médica
Cost 1963. 6(2)119-128,
5. Wolfgang Reimann y Otto Prokop. "Vade Mecum de Medicina Legal". Ed. Científico
Técnica.
6. Suárez Genaro. “Apuntes previos al estudio de la Medicina Legal". Ed. Pueblo y
Educación
7. Bolliger S, Thali M, Jackowski C, Aghayev E, Dirnhofer R and Sonnenschein M.
Postmortem Non-Invasive Virtual Autopsy: Death by Hanging in a Car. J Forensic Sci,
2005; 50 (2): 1-6.
8. Dorado Fernandez E y Rodes Lloret F. Suicidio por ahorcadura en el Partido Judicial de
Cambados (1989-1998). Estudio epidemiológico y comparativo. Cuad Med For 2000;
Nº19: 9-19

13

También podría gustarte