Situación Económica de Francia
Situación Económica de Francia
Situación Económica de Francia
ANTECEDENTES
Económicos
Francia, un país rural, a finales del siglo XIII era un país que dependía de la producción
agrícola, por esto se introdujeron nuevas especies como el maíz y la patata, junto a eso se
implementaron nuevas técnicas agrícolas lo que llevo al campesinado del país a bajar la
producción necesaria, además tenían que cumplir con las obligaciones fiscales señoriales
y eclesiásticas independientemente de las cosechas dañadas por las sequias y heladas que
se dieron en la época.
A pesar que el país dependía de la agricultura los grupos que tenían la riqueza y el poder
eran el clero y la nobleza, quienes explotaban a los campesinos.
La industria
La industria en Francia no estaba tan desarrollada como para ser un país que dependía de
esta. La producción era únicamente para el autoconsumo del país como el pan, los aperos
de labranza, la cestería, etc.
Comercio
Francia tuvo un importante impulso en el comercio a inicio del siglo XVIII, pero durante
al reinado de Luis XVI la industria textil se vio afectada por el déficit de importación de
algodón y la perdida de ganado bobino en la sequía de 1785, es por esto que las
exportaciones de la misma manera se redujeron.
La falta de comercio que se dio en Francia no fue únicamente por el descenso de
producción textil sino también por la guerra de las Antillas que destruyó el monopolio
que Francia había creado en América. Posteriormente en 1786, Francia firmó un tratado
con Gran Bretaña, el cual afectó a la industria local ya que el país se vio invadido de
productos británicos.
Políticas
Francia estaba bajo el mando de una monarquía absolutista, es decir, que el rey controlaba
todo lo que sucedía en este país. El rey gobernaba con poderes absolutos, controlando la
economía, la justicia, la política e incluso la religión de los súbditos. Debido a que la
iglesia tenía poder, se creía que el rey estaba designado por Dios para gobernar, es por
esto que el monarca podía disponer de los recursos del pueblo, quien estaba obligado a
pagar los impuestos sin importar cual fuese el fin que las rentas tuvieran.
El rey tenía la capacidad de otorgar cargos públicos a quien considerara apto, sin importar
los antecedentes o estudios de las personas. Otra de las capacidades que tenía era el poder
arrestar a cualquier persona sin justificación, no existía una libertad como tal; llegando al
punto de que no existía la libertad de conciencia, el pueblo conocía únicamente lo que el
rey le permitía.
Sociales
La sociedad francesa del siglo XVIII estaba dividida en tres clases sociales o en los tres
estados, siendo las dos primeras las privilegiadas:
Primer Estado
El primer estado estaba constituido por el clero debido a su influencia, riqueza y poder en
Francia, llegando a tener la cuarta parte del territorio del país. El patrimonio de esta clase
social se acrecentó en un gran porcentaje debido al diezmo que era un tributo obligatorio
por parte del Tercer Estado.
Esta clase social estaba dividida en dos: el Alto Clero, que era quien estaba principalmente
beneficiado y conformado por obispos y abades; y por el Bajo Clero, formado por curas
y vicarios que tenían una economía modesta, y estuvieron a favor de la Revolución
francesa, ya que ellos provenían del Estado Llano.
Segundo Estado
Este estado fue conformado por la nobleza, quienes percibían sus ingresos del trabajo
campesino en sus grandes extensiones de tierra, estas rentas eran llamadas “derechos
feudales”. La nobleza solía ocupar altos cargos en el Gobierno y en la Iglesia.
Al igual que el primer estado, este se divide en dos la Gran Nobleza, que eran aquellos
que gozaban de grandes riquezas y llevaban una vida de lujo junto al rey; y también la
Pequeña Nobleza, conformada por personas con un nivel de vida bueno, pero en
provincia. Al igual que el Bajo Clero, simpatizaba con el pueblo, por conocer las
necesidades que este tenía.
Tercer Estado
El Tercer Estado o también llamado Estado Llano, estuvo constituido por la mayoría de
población de Francia, pero el que menor poder, riquezas y derechos tenía.
Para «La Revolución Francesa» (s.f.), a la cabeza de esta clase social se hallaba la
burguesía, formada por industriales, comerciantes y profesionales; quienes con el correr
de los años, habían logrado conquistar una sólida situación económica y una vasta
preparación cultural, que hizo de ellos, precisamente, los promotores de la revolución.
En grado inferior se hallaban los artesanos y los labriegos o campesinos, que llevaban una
vida verdaderamente miserable, pues tenían que soportar pesadas cargas económicas
impuestas por el gobierno, la iglesia y los nobles, tales como el pago de los diezmos al
clero, el del censo y de otros tributos a los señores y al estado, quedándose con solo un
20 por ciento de la totalidad de sus ingresos. La burguesía fue la clase social que hizo la
revolución. Se calcula que de la población de Francia (1789), estimaba en 23 millones de
habitantes, solo 300 mil pertenecían a las clases privilegiadas (Clero y Nobleza).
TOMA DE LA BASTILLA
Según «National Geographic España» (NG, 2019), la Bastilla era una poderosa fortaleza
que dominaba los barrios populares del este de París, símbolo de la autoridad arbitraria
de la monarquía absoluta. En su origen se construyó como una fortificación contra los
ingleses durante la Guerra de los Cien Años, pero Richelieu la convirtió en prisión del
Estado. Entre sus paredes pasaron algún tiempo personajes famosos como el
escritor Voltaire, que escribió allí su tragedia Edipo, el marqués de Sade, y Diderot,
colaborador de La Enciclopedia. El 14 de julio de 1789 miles de trabajadores parisinos
armados tomaron el lúgubre edificio, que por entonces sólo custodiaba a siete prisioneros.
Fue el primer paso hacia la Revolución francesa, que ya no se detendría hasta acabar con
la monarquía francesa y conducir al rey, Luis XVI, y a su familia a la guillotina.
Cuatro días más tarde el médico inglés Edward Regby, que estaba en París durante los
acontecimientos, escribía en una carta "Yo mismo he sido testigo de esta Revolución que
es, tal vez, la más notable que se haya llevado a cabo un día en la sociedad humana. El
pueblo, grande y sabio, condujo la lucha por los derechos y la liberad de la humanidad".
Democracia Participativa (DP, 2016) afirma que la Declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano, de 1789, inspirada en la Declaración de Independencia
estadounidense de 1776 y en los principios filosófico-políticos que se propagaban durante
el siglo XVIII, marca el fin del Antiguo Régimen y el principio de una nueva era. Esta
Declaración se suma a los decretos del 4 y el 11 de agosto de 1789 sobre la supresión de
los derechos feudales, uno de los textos fundamentales votados por la Asamblea nacional
constituyente, la cual fue formada tras la reunión de los Estados Generales durante la
Revolución Francesa.
El principio de base de la Declaración fue adoptado antes del 14 de julio de 1789 y dio
lugar a la elaboración de numerosos proyectos. Tras largos debates, los diputados votaron
el texto final el día 26 de agosto. El Rey Luis XVI la ratificó el 5 de octubre, bajo presión
de la Asamblea y el pueblo. Sirvió de preámbulo a la primera constitución de la
Revolución Francesa, aprobada en 1791.