Bien Jurídico Protegido

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Marzo 2018 Boletín de investigación de la Comisión de Prevención de Lavado de Dinero Núm.

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El bien jurídico protegido en el lavado de dinero

PRESENTACIÓN

La finalidad del presente boletín es transmitir la importancia del Bien Jurídico propio del Lavado
de Dinero, para que los marcos de prevención sean implementados en conjunto con la conducta
delictiva y no sean vistos de forma aislada en la persecución del delito.

Por L.D. y M.D.F. Carlos Alberto Pérez Macías


Índice Página

I. Introducción 3
2018 – 2020
II. Entendimiento del Bien Jurídico 4
C.P.C. y P.C.FI Ubaldo Díaz Ibarra
Presidente
III. Generalidad del Bien Jurídico Protegido
C.P.C., P.C.FI. y PC.P.L.D. Silvia Matus de la Cruz en el Lavado de Dinero 5
Vicepresidente de Desarrollo y Capacitación
Profesional
IV. Orden socioeconómico como Bien Jurídico 6
L.C.P. Luis Bernardo Madrigal Hinojosa
Director Ejecutivo
V. El Lavado de Dinero como delito
Comisión de Prevención de Lavado de Dinero pluriofensivo visto como Bien Jurídico 7
Presidente
C.P., M.A. y P.C.P.L.D. Javier Honorio López López VI. La administración de justicia
como Bien Jurídico Protegido 8
Vicepresidente
C.P.C. Juan Manuel González Navarro VII. Conclusiones 10
Coordinador de cursos
C.P.C. José Braulio Manuel Pérez Hernández VIII. Bibliografía 10

Secretario
C.P.C. y P.C.FI. Manuel Velderrain Sánchez Aldana

Integrantes
L.C. Alma Luz Alcántara González
C.P.C. Gerardo Álvarez Meléndez
L.A. Aline Camacho Farfán
L.I. Rosalía Castañeda Vivar
C.P.C. David Henry Foulkes Woog
L.C.P. Genaro Eliseo Gómez Muñoz
C.P. Luis César González Jaimes
C.P.C. Santiago David Guadarrama Nieto
C.P.C. José Antonio Gutiérrez Andonegui
C.P.C., P.C.FI. y P.C.P.L.D. Silvia Rosa Matus de la
Cruz
L.C. Angélica Navarro López
C.P.C. y P.C.FI. José Antonio Olguín Alvarado
L.F.B., CAMS. y CFCS. Daniel Alberto Ortiz de
Montellano Velázquez
L.D. Carlos Alberto Pérez Macías
L.R.I. Susana Vega Rojas
Dra. en C.S. y P.C.P.L.D. María de los Ángeles
Velázquez Martínez
L.A. Rogelio Villarreal Hernández

_________________________________

Gerencia de Comunicación y Diseño

Comisión de Prevención de Lavado de Dinero, año IV,


núm. 65, marzo de 2018. Boletín Informativo edición
e impresión por el Colegio de Contadores Públicos de
México, A.C. Responsables de la Edición: Lic.
Estefanía Vargas Osorio, Lic. Asiria Olivera Calvo,
Lic. Aldo Plazola González. Bosque de Tabachines
Núm. 44, Fracc. Bosques de las Lomas, Delegación
Miguel Hidalgo 11700. El contenido de los artículos
firmados es responsabilidad del autor; prohibida la
reproducción total o parcial, sin previa autorización.

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I. Introducción

En los últimos seis años, se ha generado una trasformación en la manera de hacer negocios en
nuestro país, esto raíz de la publicación de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de
Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI), que, si bien no es el primer marco
regulador de esta conducta, si se puede considerar como revolucionario al incluir a los sectores
económicos en esta lucha contra el lavado de dinero.

Pues bien, la figura del lavado de dinero conlleva por sí misma un sin número de opiniones entre
los especialistas del tema, en la nuestra, esta debe ser vista y conocida desde las consecuencias
que genera, pues de ese modo se pueden establecer los marcos de prevención de esta conducta
criminal. Es decir, desmembrar el delito de lavado de dinero les dará la oportunidad a los
conocedores de los marcos de prevención de implementar programas específicos y no solo
enfocados al cumplimiento de los ordenamientos legales.

Con base en lo anterior, en el presente texto se describirá solamente uno de los elementos que
conforman el lavado de dinero (o como es llamado en nuestro país “Operaciones con Recursos
de Procedencia Ilícita”), conocido como el Bien Jurídico Protegido.

En otras palabras, el presente texto describirá el bien sujeto de protección en los marcos
normativos, pues todos los sistemas de prevención como el nuestro tienen un objetivo de
protección, tal es el caso de la ley en referencia a la economía nacional y el sistema financiero.
En algún punto se entrelazan este objetivo con el Bien Jurídico Protegido, ya que como se debe
entender existe un grado máximo de protección a través de las normas de carácter penal, que es
la última instancia en la cual se salvaguarda las conductas que perjudican a los individuos o a la
sociedad, como es el caso del delito referido.

Se podría pensar que este tema es un marco doctrinal, lo cual sería erróneo, ya que la
configuración del delito en cuanto a los elementos para su integración tales como: sujetos, bien
jurídico, conducta típica, objeto material, elementos subjetivos, concursos de personas, etc., son
los puntos reales de la conformación de las sentencias en cualquier conducta delictiva.

Es común escuchar a personas encargadas del marco de prevención de cualquier actividad


vulnerable (financiera o actividad profesional no financiera designada) mencionar que realizan un
trabajo exhaustivo y que no existen condenas en este tema, pues esto se debe, entre diversos
temas, a la falta de definición de la conducta delictiva. Los reportes presentados son sólo indicios
y sobre ellos debe recaer una política criminal que permita transformar esos elementos de las
actividades vulnerables. Respecto a la conducta típica o de los sujetos que intervienen, para
lograr su sentencia se debe tener el panorama completo de la conducta delictiva.

Para ejemplificar la importancia de la definición de la conducta delictiva del lavado de dinero,


debemos mencionar que conforme al Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Medidas anti
lavado y contra la financiación al terrorismo México "Informe de Evaluación Mutua", 2018),
nuestro país debe intensificar sus labores judiciales a fin de tener mayor número de sentencias y
mejorar los procedimientos administrativos, en este sentido, nuestro marco regulador deberá

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orientarse a la obtención de las mismas, para tener un marco robusto de prevención y
persecución del delito de lavado de dinero.

La intención del presente texto es ejemplificar y brindar elementos de integración de la conducta


delictiva del lavado de dinero a través de uno de sus elementos, quizá el más controversial de
ellos. Sin lugar a dudas, el delito por sí solo es tan especial que se requeriría de un texto
descriptivo por cada punto a fin de conocer su conformación.

II. Entendimiento del bien jurídico

El bien jurídico es el objeto de protección de las normas de derecho, la finalidad de la creación


de las leyes o de la existencia de éstas, es por ello, que los legisladores son creadores de marcos
normativos que en su mayoría son para protección de los ciudadanos, justo en esa función que
surge la posibilidad de tutelar penalmente un interés de elevarlo a la categoría de bien jurídico
penalmente relevante.

Lo anterior es importante, ya que el legislador dentro de sus funciones tiene la obligación de


observar la realidad social y, conforme a su ideología, determinar cuáles son los objetos por
proteger, cuestiones como la vida, la honra, la propiedad, etc. En este sentido, son diversos los
bienes jurídicos que se tutelan, ya que éstos consisten en la expresión de los intereses de la
sociedad que corresponden con un modelo de Estado y por tanto son válidos en un momento y
un lugar determinado.

Las tareas y las funciones para la garantía de los bienes jurídicos se confirman cuando
observamos el marco constitucional mexicano, dentro del artículo 14 se indica que nadie puede
ser privado de la vida, la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, brindando con
esto la protección al ciudadano.

Puntualizando la esencia del Bien Jurídico Protegido podemos referir algunas cuestiones que le
son propias:

1. La doctrina penal ha señalado que todo delito lesiona un bien jurídico, es decir, no se
concibe la comisión de un delito que no transgreda un bien jurídico.
2. El bien jurídico que se lesione es distinto del objeto material del delito, es decir, en el caso
del robo la conducta recae sobre el tipo de bien (automóvil) siendo este el objeto material,
pero no es el bien jurídico ya que en este caso señalaríamos como tal al patrimonio.
3. Los bienes jurídicos son heterogéneos, es decir, se pueden componer de diversos
factores, como es el caso del lavado de dinero.

En una expresión de lo estipulado Berdugo Gómez de la Torre (El Delito de Lesiones, 1982)
establece que la naturaleza del Estado no solo determinará la finalidad perseguida por la sanción
penal, sino que, como parece correcto ésta ha de seguir exclusivamente planteamientos
preventivos, y condiciona a su vez cuáles son las conductas a nivel general que quieren ser
evitadas con base en el modelo social democrático de derecho consagrado. Como se observa el
bien jurídico se construye con política principalmente preventiva, cuestión que acontece en el

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Lavado de Dinero, por lo menos en el marco nacional, puesto que es un delito atípico en su
construcción respecto de otros.

Pues bien, para efecto de conceptualizar al Bien Jurídico podemos señalar que su misión es
proteger los bienes jurídicos ya que estos deben ser tutelados a través de las normas jurídicas
formuladas por el legislador. Aun cuando las facultades del legislador se basen en la legitimidad
democrática, no puede conducirse solamente porque esté en desacuerdo con las normas, por lo
que; la penalización del actuar humano debe tener necesariamente un fundamento superior que
trasciende la voluntad legislativa conforme a lo explicado por José Fernández de Cevallos y
Torres (Blanqueo de Capitales y Principio de Lesividad, 2014).

Como se observa, la determinación del Bien Jurídico Protegido en lo que se ampara es en la ley,
justo en este punto es importante recordar el artículo 2 de la LFPIORPI.1 Respecto a este último
es común que se piense que éste solo versa sobre la protección del sistema financiero y de la
economía nacional, por ello no debemos perder de vista que dicha ley es de prevención y no de
persecución del delito, ya que el Bien Jurídico no puede ser un elemento previo de una regulación
concreta pero tampoco puede ser algo que se construya con posterioridad, es decir, cuando el
legislador instituye una ley o norma toma un dato previo sobre el que versará el marco de
protección.

III. Generalidad del bien jurídico protegido en el lavado de dinero.

Nuestro Código Penal regula el delito de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita dentro
del Título Vigésimo Tercero denominado “Encubrimiento y operaciones con recursos de
procedencia ilícita”, Capitulo II “Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita”. Conviene
subrayar que a primera vista no se observa al Bien Jurídico Protegido desde una simple lectura
de la categorización establecida, por lo que la tarea de determinarlo no es fácil.

Por otro lado, existen diversas opiniones respecto de que el delito de lavado de dinero no protege
en sí un bien jurídico, pero este es un tema de controversia a tratar en otro momento puesto que
la finalidad del presente texto es brindar elementos para el entendimiento de esta figura, por lo
que a continuación se desarrollarán las cuestiones referentes al bien jurídico propio del delito de
lavado de dinero.

Desde cualquier perspectiva, los efectos del lavado de dinero son causantes de numerosas
afectaciones sociales, políticas, económicas; enunciar estas últimas pudiera establecer el bien
jurídico protegido considerado por el lavado de dinero. Si bien es cierto, las conductas que derivan
del lavado de dinero afectan diversos objetos materiales, es por ello que se dificulta la

1 El objeto de esta Ley es proteger el sistema financiero y la economía nacional estableciendo medidas y
procedimientos para prevenir y detectar actos u operaciones que involucren recursos de procedencia ilícita, esto a
través de una coordinación interinstitucional que tiene como fin recabar elementos útiles para investigar y perseguir los
delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, los relacionados con estos últimos, las estructuras
financieras de las organizaciones delictivas y evitar el uso de los recursos para su financiamiento.

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determinación del bien jurídico de dicha actividad, ya que al ser un delito que toma en cuenta
diversas aristas posibilita la ambigüedad respecto al bien jurídico que se persigue proteger.

A continuación se mostrarán aquellos bienes jurídicos de mayor aceptación entre los


conocedores del tema. Aún existen algunas inconsistencias respecto de dónde se podría
encontrar ese bien jurídico, tales como:

a) El delito de lavado de dinero es una consecuencia del narcotráfico;


b) El bien jurídico que se pretende tutelar es el buen funcionamiento de la Administración de
Justicia.
c) Otra posibilidad de bien jurídico protegido es el correcto funcionamiento del sistema
financiero.
d) La opinión del bien jurídico como determinación del orden socioeconómico.

Pues bien, para llevar a cabo el desarrollo de la tipificación del delito de lavado de dinero
debemos referir que a nivel internacional y nacional son diversos los bienes jurídicos que se han
mencionado, por lo que a continuación presentaremos los que doctrinal y legalmente tienen
mayor aceptación como bienes jurídicos protegidos ante el fenómeno del lavado de dinero.

IV. El orden socioeconómico como bien jurídico protegido

Primeramente, debemos entender por orden económico la regulación jurídica del


intervencionismo estatal en la economía, es decir, la regulación jurídica de la producción,
distribución y consumo de bienes o servicios, es decir, lo que hay que entender como actividad
económica de mercado, según enuncia Jose Manuel Palma Herrera, (Los delitos de Blanqueo de
Capitales, 2000).

Como se ha podido observar, el entendimiento del orden económico es un tanto confuso y, es


justo por ello que este bien jurídico ha sido fuertemente criticado por ostentar la figura del bien,
según lo expuesto en “Los delitos socioeconómicos, el bien jurídico, el autor, su hecho y la
necesaria reforma del sistema español” (Hormazábala Marareé, 1995). Con base en esto, el
orden socioeconómico no es un bien jurídico, sino más bien un concepto complejo que cumple
una función sistemática, y este no dice nada respecto a la afectación al sujeto que se protege
mediante la punibilidad de la conducta.

Como expone José Daniel Cesano ("Error de tipo, criminalidad económica y delito de lavado de
activos de origen delictivo" en Derecho Penal del siglo XXI. Homenaje al Dr. Manuel Rivacoba y
Rivacoba, 2004) se piensa que este delito lastima la legitimidad misma de la actividad económica,
pues el dinero de origen delictivo es invertido, ocultado, sustituido o transformado y restituido a
los circuitos económicos legales, incorporándose a cualquier tipo de negocio como si se hubiera
obtenido de forma lícita.

Pues bien, el orden socioeconómico debe ser considerado como parte de un sistema complejo
de un Estado en un momento y lugar determinado, sin embargo, existen ciertos intereses
pertenecientes a ese orden (rectoría económica del estado, estabilidad y solidez del sistema
financiero, licitud de los bienes que circulan en el mercado, libre competencia, entre otros), que

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pueden verse afectados con el blanqueo de capitales, esto conforme a lo expuesto por Fernando
Fernández de Cevallos y Torres, (Blanqueo de Capitales y Principio de Lesividad, 2014).

El mismo autor refiere que el orden socio-económico y la rectoría económica del Estado son
resultado de la búsqueda del desarrollo nacional, bajo la potestad de la Constitución en beneficio
de los gobernados. Por lo que se refiere a la rectoría del Estado es la facultad de dirigir la vida
social y económica de un país según su propio ordenamiento interno, de tal suerte que se deberá
proteger como bien jurídico de relevancia penal, en tanto que pueda atentarse contra el programa
estatal de desarrollo sea cual fuere el modelo económico regente.

Ahora bien, como complemento a lo previamente expuesto, citaremos la explicación dada por
Angélica Ortíz Dorantes, (El delito de Lavado de Dinero, 2011) la cual establece que existen
diversas formas en las que el orden socioeconómico puede ser un bien jurídico tutelado:

o La circulación de bienes en el mercado. Nos encontramos ante uno de los


delitos en sentido estricto que posee como bien jurídico inmediato o
directamente protegido uno de naturaleza supraindividual que salvaguarda el
interés estatal de controlar el flujo de capitales dimanantes de actividades
delictivas, en este sentido, los bienes y capitales que circulan por los distintos
canales económicos son un valor digno de reconocimiento jurídico–penal,
susceptible de ataque y necesidad de protección.
o La estabilidad y solidez del sistema financiero. La estabilidad del sistema
financiero tiene el carácter de bien jurídico secundario directamente
menoscabado, sin embargo, algunas personas han sostenido, al elaborar sus
resoluciones, que el correcto desarrollo del sistema financiero, la confiabilidad
en las transacciones realizadas en el sistema financiero y la estabilidad de este
son el bien jurídico que se perjudican en este delito.
o La libre competencia. Los efectos más nocivos del lavado de dinero suceden
en la libre competencia. Un mercado en donde se lavan y reinvierten capitales
sucios se convierte poco a poco en un núcleo de relación dominado por unos
pocos en el que los operadores económicos pierden la confianza sobre la que
se debe basar las relaciones comerciales.
o La rectoría económica del mercado. Cuando se habla de la rectoría económica
del Estado, entendemos que se trata de la facultad que el Estado tiene de
dirigir la vida social y económica de un país, según su propio ordenamiento
interno. De tal suerte que se deberá proteger como bien jurídico de relevancia
penal la dirección nacional de la economía y de la sociedad, siempre que se
atente contra el programa estatal de desarrollo, este último punto adicionado
por el análisis legal realizado por Fernández de Cevallos y Torres (Blanqueo
de Capitales y Principio de Lesividad, 2014).

Todavía cabe señalar que el buen funcionamiento de la economía es el mantenimiento de un


sistema financiero sano, sin fisuras, por lo que la consecuencia directa e inmediata de la distorsión
de la competencia derivada del lavado de dinero es su efecto en dicho sistema, cuya estabilidad
y solidez pueden verse alteradas. Adicionalmente para la consideración del orden
socioeconómico se debe resaltar lo enunciado en la Convención de Viena, en donde se reconoció
el peligro que suponen los grandes rendimientos financieros obtenidos por las organizaciones

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criminales transnacionales, los cuales permiten invadir, contaminar y corromper las actividades
financieras legales.

Pese a todo lo señalado en la mayoría de los marcos legales a nivel mundial, se ha comprendido
al orden socioeconómico no como un bien jurídico y si más como un subsistema, según lo
menciona Javier Cortés García al indicar que el correcto desarrollo de manifestaciones
concretadas en interés de naturaleza económica-constitucional, que se constituyen como el
objeto real de protección del derecho penal (El Bien Jurídico Protegido por el Delito de Blanqueo
de Capitales, 2016).

V. El lavado de dinero como delito pluriofensivo visto como bien jurídico

En cuanto a las consideraciones internacionales, algunas doctrinas penales internacionales


refieren que la pluriofensividad vulnera varios factores vitales de la sociedad, sin embargo, se
cuestionan si esta trasgresión es en sí un bien jurídico o solo cuestiones materiales en la comisión
del delito, por lo que en este apartado plantearemos los criterios propios de la acepción del delito
pluriofensivo como bien jurídico afectado por el lavado de dinero.

Este es un criterio cada día más aceptado, en el cual el lavado de dinero es visto como un delito
pluriofensivo al establecer una especie de definiciones dicotómicas, la primera de ellas es la
referente a que el orden socioeconómico y la administración de justicia son el bien jurídico
protegido. En cuanto a la segunda considera que el lavado de dinero compromete el orden
socioeconómico, concretamente porque las acciones delictivas dificultan la transparencia del
sistema financiero y la seguridad del tráfico comercial, asimismo también se apunta afecta a la
Administración de Justicia, por lo que esto ayuda a considerarse como un delito pluriofensivo.

Como se observa la teoría cataloga a este delito como pluriofensivo, y las agrupa en dos
categorías: a) la que considera que se vulnera tanto el orden socioeconómico, como la
administración de justicia; y b) la que considera que se lesiona tanto el orden socioeconómico,
como el bien jurídico tutelado por el delito previo, ambas subrayadas en El Blanqueo de Capitales
(Blanco Cordero, 2012).

Aunado a lo anterior, el bien jurídico inmediatamente tutelado por el lavado de dinero es la


administración de justicia, aunque incidentalmente también se protege el mismo bien jurídico que
lesiona el delito previo.2 Respecto a esta idea se debe mencionar la exposición de Aránguez
Sánchez (El delito de Blanqueo de Capitales, 2000) quien considera que el bien jurídico protegido
por un delito de lavado que tome como delito previo a cualquier actividad delictiva, es sin duda,
la administración de justicia, concretamente en sus funciones de reparación del mal causado por
el delito previo y evitar la comisión de futuros delitos, además añade que también se ven
afectados el orden socioeconómico e incluso la salud pública.

Hay que mencionar que considerar que el lavado de dinero protege el bien jurídico del delito
previo es un argumento débil y por ello muy pocos doctrinarios apoyan este criterio ya que la

2
El lavado de dinero tiene como requisito que los bienes a lavar procedan de un hecho previo, este será un elemento
objetivo considerado por el autor, asimismo se considera que es una condición objetiva de punibilidad y una
circunstancia que sobrevive después o como consecuencia de una acción y no necesita estar abarcada por el dolo. I.
Blanco Cordero (2012). El Blanqueo de Capitales (1a ed.). Madrid, España: Aranzadi.

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conducta del que obtiene el beneficio económico de los bienes procedentes de un delito grave,
no prolonga la previa situación jurídica antijurídica. La obtención de ese beneficio por otros sujetos
o por quien ha cometido la conducta en nada puede aumentar o mantener la lesión, dado que el
error es suponer que las acciones de lavado de dinero puede estimular la comisión de nuevos
delitos puesto que implica ya, cuando menos, que ese bien jurídico se verá lesionado en el futuro,
esto según la posición de Ortíz Dorantes (El Delito de Lavado de Dinero, 2016).

De la lectura previa, se observa que no es un bien jurídico que pueda ser sustentado como tal,
ya que se basa en otros dos, sin embargo, sobresale la administración de justicia entre estos,
dado que los autores citados son los que dan el mayor peso como bien jurídico protegido en la
derivación del delito pluriofensivo.

VI. La administración de justicia como bien jurídico protegido

Estamos en presencia de la figura que mayor aceptación tiene sobre lo que debe ser el bien
jurídico protegido por el delito de lavado de dinero; la administración de justicia. En materia penal
el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita afecta dicha actividad, supone lo
anterior pues se ha señalado que las conductas del activo constituyen una especie de
encubrimiento, según menciona Ortíz Dorantes (El Delito de Lavado de Dinero, 2016).

Lo anterior, al contemplar que la administración de justicia contempla el sistema de jueces y


tribunales, organización y funcionamiento de sistemas, gestión del sistema judicial y de su
actividad, es decir, debido a su propia naturaleza el lavado de dinero debe legalizar, regularizar
o reciclar capitales supone tanto ocultar su procedencia, esto es, dotarlo de una apariencia de
licitud que sea lo bastante convincente como para que las autoridades no puedan demostrar su
origen (Blanqueo de Capitales y Principio de Lesividad, 2014).

Para el caso de México, podemos señalar que el bien jurídico que mejor se adapta al marco
legislativo es la administración de justicia, ya que de la lectura del propio artículo 400 Bis del
Código Penal Federal, el propósito del delito de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita
es el encubrimiento u ocultación de actividades con pleno conocimiento de provenir de
operaciones ilícitas, con lo cual se buscaría un marco protector ante el desconocimiento por parte
de la autoridad.

Con lo anterior, el propósito del castigo del lavado de dinero reside en que es una conducta que
da lugar a la ocultación de un delito ya cometido, es decir, quien lava los bienes procedentes de
un delito previo puede evitar el descubrimiento por las autoridades de dicho delito.

Desde la apreciación de Bacigalupo Zapater, la cual consideramos correcta, (Estudios


Comparativos de Derecho Penal de los Estados miembros de la EU sobre la represión del reciclje
o blanqueo de dinero ilícitamente obtenido, 1998), se menciona que la introducción del delito de
lavado de dinero tiene como finalidad sancionar toda colaboración posterior con el autor del delito
que generó las ganancias ilícitas, protegiendo así la administración de justicia.

Se debe entender entonces a la violación de la administración de justicia como la actuación del


lavador orientada directamente a impedir el descubrimiento del delito previo, dado que serían los
intereses de la propia administración los vulnerados como consecuencia de las operaciones de
lavado de dinero.

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Sobre el primer apartado respecto al bien jurídico, debemos entender que la norma penal
intentará a toda costa prevenir el peligro de una infiltración en la sociedad de la delincuencia
organizada, es claro que no se dirige tanto a una represión retrospectiva del bien jurídico sino
más bien hacia el impedimento de futuros hechos delictivos. Una característica en la cual se
muestra que la administración de justicia es por mayoría el bien electo para el lavado de dinero,
pues esta tiende a proteger a la sociedad del aumento de estructuras de mafiosos y capitales
ilícitos, que son potencialmente peligrosos para bienes jurídicos.

Por lo anterior se considera a este bien jurídico protegido como aquel que es tutelado en el delito
de lavado de dinero, esto es adecuado por la estrecha relación que el ilícito guarda con el
encubrimiento en su modalidad de favorecimiento real, al configurarse la Convención de Viena
como el paradigma para este criterio, ya que se describe básicamente como una conducta
encubridora.

Para culminar este apartado, podemos señalar que solo existe la necesidad de lavar dinero si
éste proviene de actividades que procedan de una conducta ilícita, generando con ello que el
encubrimiento que requiere el lavado de dinero pretenda obstaculizar la identificación del origen
ilícito y por tanto, evitar el descubrimiento del delito, con lo cual se apuntala que el bien jurídico
de la administración de justicia sería el predilecto, puesto que el ilícito, conlleva conductas
entorpecedoras de la función sancionadora del estado mediante la impartición de justicia.

VII. Conclusiones

Se debe referir que, si bien existen muchas otras opciones de bienes jurídicos protegidos
relacionados al lavado de dinero, en el presente se expusieron los que parecieran tener
elementos solidos o ser mayormente aceptados en los marcos legales internacionales, así como
en las corrientes doctrinales.

La determinación de cuál bien jurídico es el correcto, es inconclusa por los diversos factores,
respecto a la apreciación personal, por lo expuesto la administración de justicia es la que conlleva
un mayor marco de certidumbre para ser designado como tal.

Finalmente, como se mencionó al inicio se pude observar que el bien jurídico no es acorde con
el marco de prevención ya que este último es el medio sobre el cual se da el lavado de dinero, es
decir, se deben proteger las actividades vulnerables a diferencia de la persecución, misma que
sanciona el encubrimiento de bienes provenientes de un ilícito.

VIII. Bibliografía

Aránguez Sánchez, C. (2000). El delito de Blanqueo de Capitales. Madrid : Marcial Pons.


Bacigalupo Zapater, E. (1998). Estudios Comparativos de Derecho Penal de los Estados
miembros de la EU sobre la represión del reciclje o blanqueo de dinero ilícitamente obtenido. En
Curso de Derecho penal Económico. Madrid: Marcial Pons.
Blanco Cordero, I. (2012). El Blanqueo de Capitales (1a ed.). Madrid, España: Aranzadi SA.
Cesano , J. D. (2004). Error de tipo, criminalidad económica y delito de lavado de activos de
origen delictivo" en Derecho Penal del siglo XXI. Homenaje al Dr. Manuel Rivacoba y Rivacoba.
Buenos Aires: Hammurabi.

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Cortés García, J. (2016). El Bien Jurídico Protegido por el Delito de Blanqueo de Capitales. En
Varios, Estudio sobre control del Fraude Fiscal y Prevenciòn del Blanqueo de Capitales (pág. 241
a 281). Pamplona : Thomson Reuters Aranzadi.
Fernández de Cevallos y Torres, F. (2014). Blanqueo de Capitales y Principio de Lesividad (1a
ed.). Salamanca, España: Ratio Legis.
Gómez de la Torre, B. (1982). El Delito de Lesiones. Salamanca: Universidad de Salamanca.
Grupo de Acción Financiera de Latinoamerica. (2018). Medidas anti lavado y contra la
financiación al terrorismo México "Informe de Evaluación Mutua". Grupo de Acción Financiera
Internacional. Obtenido de http://www.gafilat.org/UserFiles//Biblioteca/Evaluaciones/IEM-Mexico-
CuartaRonda.pdf
Hormazábala Marareé, H. (1995). Los delitos socioeconómicos, el bien jurídico, el autor, su hecho
y la necesaria reforma del sistema español", en Hacia un derecho penal económico europeo.
Jornadas en honor del Profesor Klaus Tiedemann. Madrid: Ministerio de Justicia.
Ortíz Dorantes , A. (2016). El Delito de Lavado de Dinero (1a reimpresión ed.). México: Porrúa.
________________ (2011). El delito de Lavado de Dinero. México: Porrúa.
Palma Herrera, J. (2000). Los delitos de Blanqueo de Capitales. Madrid: Edersa.

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