Lecho Bateriano
Lecho Bateriano
Lecho Bateriano
GRUPO 2A
1.- RESUMEN
1.1- OBJETIVOS
2.- DESCRIPCIÓN
3.- DISEÑO
BIBLIOGRAFÍA
Los lechos bacterianos son un sistema de depuración biológica de aguas residuales en el que la oxidación se
produce al hacer circular, a través de un medio poroso, aire y agua residual. La circulación del aire se realiza
de forma natural o forzada, generalmente a contracorriente del agua. La materia orgánica y sustancias
contaminantes del agua son degradadas en una película biológica compuesta por microorganismos, que se
desarrollan alrededor de los elementos constitutivos de la masa porosa. Esta película no debe tener más de 3
mm de espesor ya que no se puede asegurar la acción del oxígeno en espesores mayores. La película se forma
por adherencia de los microorganismos al árido y a las partículas orgánicas, formando la película. Al aumentar
el espesor de esta entra en anaerobiosis la parte profunda, al no llegar el oxígeno. Se produce conjuntamente
una fase anaeróbica con desprendimiento de gases y rotura de la película, perdiendo la capacidad de
adherencia al medio poroso. Se desprende la película, siendo arrastrada por el agua residual y conducida a la
decantación secundaria, donde se producirá la sedimentación.
El principio de funcionamiento de un lecho bacteriano (llamado también filtro percolador) consiste en que un
agua residual pre-tratada o decantada, atraviesa por un lecho filtrante sobre el cual se ha desarrollado y
adherido un cultivo bacteriano llamado biopelícula. El agua residual así irrigada sobre el material filtrante (o
relleno), entra en contacto con la biomasa dando lugar a la degradación la contaminación. Las materias en
suspensión y coloidales presentes en el agua residual se aglomeran y son adsorbidas por la biopelícula. Entre
otras, los lechos bacterianos presentan las siguientes características ventajosas:
• Funcionamiento estable
Establecer la reducción del impacto ambiental de las aguas tratadas del poblacion
Se clasifican en función de la carga hidráulica y orgánica. Pueden clasificarse: baja, media, alta o muy alta carga
(Tabla 1).
Se diseña para carga hidráulica de 1.1 a 4.3 m3 /m2 /d y orgánica desde 0,08 hasta 0,4 kg DBO/m3/d.
Normalmente, tienen una altura de 1.8 a 2.4 m, de forma rectangular o circular. Por lo general, se dosifican
de forma intermitente con sifones automáticos o por bombeo periódico. El intervalo entre dosis variará con
el caudal de aguas residuales, pero debe ser lo suficientemente corto para evitar que el lecho se seque. En
algunos casos puede ser necesaria una recirculación del agua tratada. Durante el funcionamiento normal, se
desarrolla una biopelícula de un cierto espesor hasta que un cambio de temperatura o de caudal a través del
filtro provoca el desprendimiento de una gran parte. Este desprendimiento ocurre generalmente en la
primavera o el otoño. El material desprendido es de fácil sedimentación, estable, en general humus, y con
cierta frecuencia contiene gusanos y larvas de mosca.
Normalmente, se dimensionan para tratar cargas hidráulicas de 4 a 10 m3/m2/d y orgánicas de 0,24 a 0,48 kg
DBO/m3/d, incluyendo la recirculación.
Los lechos de alta carga se diseñan para cargas de 0,4-4,8 kg DBO/m3/d. Estos filtros suelen ser 0,9 a 2,4 m de
altura de relleno y de forma circular. Están diseñados para recibir aguas residuales continuamente. La alta
carga aplicada se logra mediante la recirculación de las aguas residuales que ya ha pasado a través del lecho.
Esta elevada carga produce desprendimiento erosivo continuo de biopelícula. Debido a que los sólidos no se
retienen en el lecho de alta carga un tiempo prolongado como en los de baja carga, son menos estables y
continúan ejerciendo BOD después de salir del filtro. Los sólidos también son mucho más ligeros y más difíciles
de decantar que los desprendidos de un lecho de baja carga.
Son básicamente lechos de alta carga que tratan una carga orgánica de más de 1,6 kg DBO/m3/d. (No es raro
cargar los lechos de desbaste con valores mayores que 3,2 kg DBO/m3/d). En muchos casos, estos lechos se
utilizan para pre-tratamiento de los residuos antes de su alimentación a una planta de fangos activos. La
mayoría de los filtros de desbaste diseñados utilizan medios sintéticos.
Las principales diferencias entre los lechos de alta y muy alta carga son mayores cargas hidráulicas y una mayor
altura de lecho. Algunos lechos de muy alta carga están diseñados para manejar cargas hidráulicas de más de
162 m3/m2/d. La mayoría de estos lechos se configuran como torres empacadas (biotorres) con alturas de 12
m. Es el uso de medios sintéticos lo que permite la muy alta carga así como una mayor altura del lecho.
La biopelícula que crece sobre el soporte es la parte más importante de un lecho bacteriano. Los
micoorganismos de la biopelícula se alimentan de los contaminantes de las aguas residuales y los convierten
en sólidos estables que sedimentan con facilidad cuando se desprenden del soporte.
Tabla 1.- Clasificación histórica de lechos bacterianos (Adaptada de WEF 2000; WEF - ASCE 1992, 1998)
2. DESCRIPCIÓN
En el seno del lecho filtrante, el agua residual entra en contacto con la biopelícula y con el aire, permitiendo
la disolución del oxígeno del aire en el líquido y su transferencia por difusión a la biopelícula junto con los
nutrientes presentes en al agua residual. Además, el aire entre en contacto directo con la biopelícula, ya que
el lecho no debe ser inundado. Por tratarse de un proceso biológico aerobio, es imprescindible un suministro
de aire para el correcto funcionamiento de la biopelícula. En instalaciones pequeñas el suministro de aire
puede realizarse mediante tiro o ventilación natural. Cuando el tiro natural es insuficiente se puede recurrir a
un sistema de ventilación forzada. El agua residual debe estar libre de sólidos grandes que podrían obstruir
los poros del lecho. Como norma general, se requiere que el agua residual bruta se someta a pretratamiento
y tratamiento primario. La recirculación del efluente tratado es habitual como herramienta operacional para
garantizar la humectación del lecho, y mantener una capacidad de tratamiento óptima. Además permite
garantizar que la concentración de la DBO en la entrada del lecho sea menor o igual que 150 mg/L. Además
de evitar la proliferación de moscas y malos olores, permite disponer de una adecuada “intensidad de
aplicación” de agua residual (ver definición en apartado 3.5), tanto para el funcionamiento normal del proceso
(reducción de atascos) como para el control del desprendimiento del exceso de biopelícula.
2.1- Características del relleno
Como soporte de biopelícula, o relleno del lecho, actualmente se utilizan materiales de plástico con
diferentes configuraciones, bien como piezas sueltas rellenando el reactor de forma aleatoria o mediante
módulos colocados ordenadamente para formar el lecho.
Figura 2.- Varios tipos de soporte plástico usados como material de relleno de lechos bacterianos
La aplicación o alimentación del agua residual debe hacerse distribuyéndola lo más uniformemente posible en
toda la superficie del lecho:
• En lechos de planta rectangular se emplea un sistema fijo, constituido por tuberías y aspersores.
• En lechos de planta circular el sistema es móvil, constituido por una columna central giratoria, de la que
parten brazos radiales en los que van instaladas boquillas (incluso simples agujeros) para la distribución del
agua residual. En este caso, se puede emplear accionamiento mecánico o hidráulico para producir el
movimiento rotatorio.
Figura 3.- Izda.: sistema fijo de aplicación de agua residual. Dcha.: sistema móvil de distribución de
agua residual de brazos giratorios.
Tradicionalmente se utilizó el tiro natural para la aireación de los lechos. Para que el tiro natural funcione
adecuadamente se necesita una diferencia de temperatura aire-agua igual o mayor que 6 ºC. Cuando en un
determinado período las temperaturas del agua y del aire se igualan o aproximan mucho, la ventilación deja
de funcionar, disminuye el rendimiento del proceso y se producen problemas de malos olores, etc. Por esta
razón se suele recurrir a una ventilación forzada. Los lechos cubiertos suelen incorporar aireadores o
extractores para ventilación forzada.
En todo caso, y para para posibilitar el tiro hay que facilitar la entrada de aire por las aberturas inferiores del
lecho, que al menos deben representar un 2 % de la superficie del lecho.
Figura 4.-Esquema de un lecho bacteriano de planta circular con ventilación natural y relleno de módulos
plásticos
3. DISEÑO
3.1-Parámetros de diseño
Los parámetros claves de diseño son la carga orgánica, la carga hidráulica, la altura de relleno y la tasa de
recirculación. Para estimar la carga orgánica se emplea:
Donde:
CV, DBO, = carga orgánica aplicada por unidad de volumen del lecho (kg DBO5/m3 /d).
L0= concentración media de DBO5 afluente al lecho bacteriano sin tener en cuenta la recirculación (kg/m3)
Donde:
QLB = caudal aplicado al lecho bacteriano (m3 /h) (incluye la recirculación, ver abajo la Ec. 4)
Para caudales de hasta 10 m3 /d la carga orgánica será ≤ 0.1 kg DBO/m3 /d. Para caudales entre 10 y 40 m3
/d la carga se aumentará linealmente de 0.1 a 0.2 kg DBO/m3 /d. Entre 40 y 400 m3 /d la carga se incrementará
linealmente de 0.2 a 0.4 kg DBO/m3 /d.
El relleno será de material plástico, con una superficie específica no mayor de 100 m2 /m3 .
La carga hidráulica con lechos de relleno plástico debería ser al menos de 0.8 m/h, considerando como caudal
aplicado el siguiente:
Donde, R es la tasa o ratio de recirculación mínima necesaria para conseguir que el agua residual que ingresa
al lecho tenga una concentración de DBO5 menor o igual que 150 mg/L. QHmedio es el caudal medio horario
(m3 /h). En general, la ratio de recirculación es menor o igual que 1. Un método aproximado para estimar R
es el siguiente:
Cuando resulte necesaria la recirculación, se instalará una capacidad de bombeo equivalente al 100% del
caudal medio total. La altura de relleno nunca deberá ser inferior a 2 metros. Si la altura del lecho resultara
de entre 2 y 4 m, será más necesaria una buena distribución del agua en superficie, por lo que es conveniente
que el relleno plástico que se instale tenga buena distribución transversal del flujo para alargar el viaje del
agua a través del lecho.
Para estimar el rendimiento en eliminación de materia orgánica se puede usar una formulación como la
siguiente:
Donde:
n = velocidad de giro (rpm) b = número de brazos distribuidores Se proponen los siguientes valores para el
factor SK.
En todo caso, se recomienda que para el lavado de exceso de biopelícula se aproveche los periodos de baja
carga orgánica, es decir, durante la noche o madrugada. También, se recomienda que el rango de velocidades
del motor de los brazos distribuidores sea de 1:10 a 1:20.
La WEF-ASCE (1992, 1998) recomienda, en los casos de lechos de eliminación de materia orgánica, un
suministro de 25 kg O2 por kg O2 requerido (75 m3 de aire por kg de oxígeno requerido), independientemente
de la altura del lecho.
Donde:
La producción específica de lodos es proporcional a la carga orgánica aplicada. Así, para baja carga (< 0.15 kg
DBO/m3 /d), se considera que el fango será muy mineralizado y que se producirá en bajas cantidades,
pudiendo ser admisible su arrastre por el efluente del lecho, lo que podrá hacer innecesaria la decantación
secundaria. Para cargas entre 0.15 y 0.4 kg DBO/m3 /d, la producción específica de lodos es del orden de 0.5
kg SS/kg DBO5,elim. A partir de 0.4 kg DBO/m3 /d, la producción de lodos se estimará en 0.75 kg SS/kg
DBO5,elim. En todos estos casos es necesaria una decantación secundaria.
Donde:
4. DECANTACIÓN SECUNDARIA
El óptimo diseño de los decantadores es fundamental para alcanzar el rendimiento exigido al tratamiento
secundario. Si los sólidos no son retenidos por el clarificador contribuirán a la DBO del efluente. Para el proceso
de clarificación se utilizarán decantadores estáticos, que podrán ser rectangulares o circulares. En lechos
bacterianos la concentración de SS a la salida del reactor no suele superar 150 mg/L, siendo aplicable la teoría
de sedimentación de partículas floculantes.
Velocidad ascensional o carga hidráulica superficial: se basa en el caudal que realmente atraviesa la
unidad, es decir, aquel que sale por el vertedero superficial de salida (caudal efluente).
𝑸
𝑽𝑨𝑺𝑪 =
𝑨
Donde:
𝑽 𝑨𝒉
𝑻𝑹𝑯 = =
𝑸 𝑸
Donde:
Carga hidráulica sobre vertedero: corresponde al caudal efluente por metro lineal de longitud de
vertedero de salida.
𝑸
𝑪𝑯𝒗 =
𝑳𝒗
Donde:
En la tabla siguiente se presenta un resumen de los valores típicos de los parámetros de diseño.
Tabla 5.- Valores de diseño para los decantadores secundarios de lechos bacterianos
Cuando el diámetro unitario de decantador sea ≤ 5 metros se recomienda emplear decantadores sin
rasquetas de forma tronco-cónica, también llamados de flujo vertical. En estos decantadores la
superficie horizontal efectiva se establece en el punto medio de la altura existente entre la cota de
entrada de agua a la unidad (es decir, saliendo de la campana deflectora) y la cota del nivel libre del
agua (ver figura siguiente). Para facilitar la sedimentación real del lodo, la pendiente de la pared de la
zona cónica responderá a un ángulo de inclinación mayor o igual que 60º.