Filtro Percolador
Filtro Percolador
Filtro Percolador
Este filtro está constituido por piezas de material plástico de alta superficie específica donde se
desarrolla y adhiere un cultivo bacteriano llamado bio-película o biofilm. El agua residual
pretratada o decantada es rociada sobre el filtro, entrando en contacto con las bacterias que
degradan la contaminación.
Funcionamiento estable.
Explotación sencilla.
No requiere recirculación de lodos.
La demanda energética es inferior a la de los procesos de fangos activos o cultivo en
suspensión.
Funcionamiento
El agua residual debe estar libre de sólidos grandes que podrían obstruir los poros del lecho. Por
tanto, se requiere que el agua residual bruta se someta a pretratamiento y tratamiento primario.
El agua bruta pre-tratada es rociada sobre el lecho. En el seno de éste, el agua residual entra en
contacto con la bio-película y con el aire, permitiendo la disolución del oxígeno del aire en el
líquido y su transferencia por difusión a la bio-película junto con los nutrientes presentes en al
agua residual. Además, el aire entra en contacto directo con la bio-película, ya que el lecho no
debe ser inundado. Así, las bacterias de la bio-película incorporan la materia orgánica que lleva el
agua a su metabolismo para generar nuevo tejido celular y mantener su actividad vital.
En algunos casos, el agua que sale del lecho arrastra parte de esa bio-película en forma de fango.
Para obtener un efluente clarificado, ese fango es separado por decantación.
La recirculación del efluente tratado es habitual como herramienta operacional para garantizar la
humectación del lecho, y mantener una capacidad de tratamiento óptima.
Clasificación
En función de la carga hidráulica y la carga orgánica, los filtros percoladores pueden clasificarse
en:
Baja carga
Se diseñan para carga hidráulica de 1.1 a 4.3 m 3/m2*día y orgánica desde 0,08 hasta 0,4 kg
DBO5/m3*día. Por lo general, se dosifican de forma intermitente con sifones automáticos o por
bombeo periódico. El intervalo entre dosis variará con el caudal de aguas residuales, pero debe
ser lo suficientemente corto para evitar que el lecho se seque. En algunos casos puede ser
necesaria una recirculación del agua tratada. Durante el funcionamiento normal, se desarrolla una
bio-película de un cierto espesor hasta que un cambio de temperatura o de caudal a través del
filtro provoca el desprendimiento de parte de ella. El fango se producirá en bajas cantidades,
pudiendo ser admisible su arrastre por el efluente del lecho, lo que hace innecesaria la
decantación secundaria.
Media carga
Normalmente, se dimensionan para tratar cargas orgánicas de 0,24 a 0,48 kg DBO 5/m3*día e
hidráulicas de 4 a 10 m3/m2*día, incluyendo la recirculación.
Alta carga
Los lechos de alta carga se diseñan para cargas orgánicas de 0,4-4,8 kg DBO 5/m3*día e hidráulicas
de 10 a 36 m3/m2*día, incluyendo la recirculación. Están diseñados para recibir aguas residuales
continuamente. La alta carga hidráulica aplicada se logra mediante la recirculación de las aguas
residuales que ya han pasado a través del lecho. Esta elevada carga produce desprendimiento
erosivo continuo de bio-película. El fango producido es separado por decantación.
Las principales diferencias entre los lechos de alta y muy alta carga son mayores cargas
hidráulicas y una mayor altura de lecho. Algunos lechos de muy alta carga están diseñados para
manejar cargas hidráulicas de más de 162 m 3/m2*día. La mayoría de estos lechos se configuran
como torres empacadas (bio-torres) con alturas de 12 m.