Familia, Escuela y Comunidad
Familia, Escuela y Comunidad
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1. Estado de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
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1. Estado de la cuestión
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los que destacan por estar presentes en la mayoría de foros y encuentros
vinculados con las familias y valoraremos brevemente su influencia en
el proceso educativo:
1. ESTADO DE LA CUESTIÓN 11
Toda esta presión, estas demandas y valoraciones negativas generan
desconfianza y repercuten en un mayor alejamiento del grupo familiar,
exceptuando una pequeña minoría. Esta, con más formación y cua-
lificación profesional, sigue las indicaciones profesionales y recibe, en
respuesta, el reconocimiento de ser «familias comprometidas y compe-
tentes» que pueden compartir complicidades con el profesorado, lo que
repercute en una dinámica más negativa y un mayor alejamiento en la
mayoría de las familias por sentirse excluidas de este perfil familiar.
Esta valoración dicotómica que pone el acento sobre las carencias ha
creado, progresivamente, un círculo vicioso que alimenta la desconfian-
za mutua e incrementa la vulnerabilidad del grupo familiar más frágil.
Por eso, se impone hacer un análisis profundo sobre los factores globales
que afectan a la sociedad en todas sus dimensiones, a fin de abrir nuevos
espacios y formas de cooperación que den respuestas a las necesidades
actuales.
1. ESTADO DE LA CUESTIÓN 13
2. Del enfoque individual al sistémico
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La representación en círculos concéntricos, como capas sucesivas que
rodean a la persona, permite visibilizar la influencia mutua de cada sis-
tema. Se muestran tres niveles:
Seguridad
Madurez
Serenidad Comunicación
Coherencia Aceptación
Afectividad
Cuando hablamos de afectividad hacemos referencia a las relaciones
basadas en la aceptación, el amor, el respeto y la comprensión que se es-
tablecen entre las personas, lo que asegura la estabilidad de los vínculos.
La afectividad permite ponerse en el lugar de la otra persona (empatía)
y comprender las razones de sus respuestas y demandas, y poder acom-
pañar, con respeto, las exigencias que se hagan. Permite además crear
vínculos, afectos y estabilidad emocional de cada persona del grupo
familiar, lo que da consistencia y fortaleza a las relaciones.